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Callejeando 24. La Plaza de la Merced y los Soleres.

Mercado de castañas en la Navidad de 1920. Antigua plazuela de la Merced, hoy del Doctor Jaime Sánchez. Clisé de Pablo Correau Cama. Colección Esteban Sanmartín.

La Plaza de La Merced y los Soleres.

Retomamos nuestro paseo en la antigua plaza de la Merced repasando, como es mi costumbre, lo que de ella, y de su prolongación natural, la calle de los Soler o Soleres, cuenta don Ernesto Gisbert en su Historia de Orihuela. En el apartado de plazas y plazuelas del Casco:

Soleres. Son dos pequeñas plazuelas que existen entre la calle así denominada y la de Santa Lucía. Constituirían una sola y de relativa importancia si no se hubiese edificado en su centro un horno.

De la Merced. También son dos unidas por un pequeño tránsito junto a la antigua torre de Navalflor. D. José de Montesinos dice que la de L., en la que está la puerta principal del templo se llamó del Mercado y que la otra, o sea la más occidental, formaba parte de la calle de Santa Lucía. En Enero de 1862 y a costa del conde de Luna, fue arreglada la primera, proveyéndosela entonces de dos escalones de piedra que dan acceso a la misma y del arbolado que tuvo y que hoy ha desaparecido.

En el apartado de calles:

De Soleres. Se encuentra al oriente de la Mayor y guarda paralelismo con la de Santa Lucía. Le da título una noble familia que, con repetición suma ha sido citada en nuestras memorias.

Archivo Municipal de Orihuela. Siglo XVII.

La de la Merced es calle muy antigua. Un acceso al casco desde el Vallet a través de un portillo en la muralla. Estrecha en algunos tramos por culpa de los mercedarios, instalados en unas casas que les cedió Pere Roca intramuros, junto a la torre de Navalflor.

José María Pérez Basanta.

José Ojeda documenta como, a finales del XVII, la ciudad permitió que se apropiasen de parte de ella hasta el punto que ni procesiones ni entierros podían pasar. Si os interesa la historia de los mercedarios, podéis acceder a un artículo monográfico pinchando en la siguiente imagen.

Pinchad aquí para acceder al artículo.

Es bastante lógico que Soleres y la Merced fuesen en un principio una sola calle, dividida posteriormente en dos tramos. El más próximo a los mercedarios se quedó con el nombre del convento e iglesia. El otro, donde se hallaba la casa de la familia Soler, recibió su apellido. Ahora, en el callejero municipal, vuelve a ser una sola; la de Soleres, que une la Plazuela de la Soledad con la calle Ballesteros Villanueva.

Foto Ajomalba
Archivo Municipal de Orihuela.

La pequeña plazuela donde está la puerta del Museo de Semana Santa ha conservado su nombre en el moderno callejero: Plaza de la Merced. El título «del Mercado», que le otorga Montesinos, está por documentar.

En su día estuvo arbolada y a nivel del suelo. Reformada y elevada en 1862 por cuenta del Conde de Luna, le añadieron dos escalones para alejarla de la humedad del Vallet. Dicho museo está construido en el solar de la iglesia mercedaria; de la que sólo nos queda una portada horriblemente recompuesta tras el derribo.

Plaza de la Merced y calle de Soleres.
Plaza de la Merced y calle de Soleres. Colección Javier Sánchez Portas.
Plaza del Doctor Jaime Sánchez. Archivo Mariano Pedrera

La otra, más amplia, homenajea al doctor Jaime Sánchez Ballesta, famoso médico oriolano que perteneció a la primera promoción de pediatras de España, hermano del maestro de obras Ignacio Sánchez Ballesta.

Jaime Sánchez Ballesta. Gentileza de su nieta Marieli Zerón Sánchez.

Jaime se ganó el sobrenombre de «médico de los pobres»  por su atención a niños sin recursos.  Cuentan como, escaso de medios, era capaz de construir una incubadora usando una simple caja de cartón, algodones y unas botellas de agua caliente. En los años ochenta del siglo pasado el Ayuntamiento oriolano decidió dedicarle la que siempre había sido plaza de la Merced.

Archivo Municipal de Orihuela.
Foto Ajomalba
Archivo Municipal de Orihuela.

En casi todos los repartos, los vecinos de Soleres aparecen revueltos con los de la Merced o Santa Lucía.  La calle de Soler sólo me aparece una vez,  en el primer cuarto del siglo XVIII, junto a la traviesa de Tolmos, calleja desaparecida que unía la plaza de la Pía con la de la Soledad. Hablamos de ella hace dos entregas.

Archivo Municipal de Orihuela.

Volviendo a lo comentado por Gisbert, es cierto que el apellido Soler forma parte de nuestra historia y podría merecer una calle. Pero como ya hemos explicado varias veces, hasta finales del XIX las calles no se otorgaban por méritos; adoptaban el nombre de sus moradores más famosos o respetados.

Entre los siglos XVI y XVII, los Soler vivían cerca de la Merced. Pepe Ojeda la sitúa en la esquina con el callejón transversal que iba a la muralla y el torreón, es decir a los restos que se conservan en la trasera del hotel Tudemir. Ese callejón coincide con el actual Pasaje de Semana Santa.

Plano confección propia.
Foto Ajomalba

Por mi parte, repasados el XVIII y XIX, como ya he dicho, la única vez que me aparece separada la calle de Soler es en un reparto muy completo y detallado de 1718. Y el primer vecino reseñado es Juan Soler. En el resto no se molestaron en citar la calle.

Sin embargo, sí la mencionaban en protocolos notariales. Así pues, era cuestión de localizar al tal Juan Soler que vivía por ahí en ese año. Y trabajando protocolos tuve suerte.

A través de pleitos familiares descubrí a Jaime Soler de Vilanova, canónigo de la Santa Iglesia Catedral y juez delegado de la Santa Cruzada. Repasando su herencia, localicé la casa en la que murió después de habitarla más de treinta años. Y estaba en esta calle. Además, Juan era su hermano.

Archivo Histórico de Orihuela.

Como ya he dicho alguna vez, los religiosos estaban exentos de pago y no figuraban en los repartos. En la donación de sus bienes -redactada en 1734- aparece una casa de habitación y morada en la calle llamada de los Soleres, Parroquia de San Salvador.

Archivo Histórico de Orihuela.

Que «alinda» por Levante casa de Manuel Pando; a Poniente con Plazuela de Nuestra Señora de la Soledad; por Mediodía con casa del Mayorazgo que poseé  D. Juan Roca y Rocamora, Acequia de Almoradí por medio; y por Tramontana con casa de la herencia del Doctoral D. Pascual Ruiz de Villafranca, canónigo doctoral, con dicha calle de los Soleres enmedio.

Esta donación deja clara una disputa judicial entre los hermanos Jaime y Juan Soler por la propiedad de la casa. El canónigo había decidió dejar todas sus propiedades a su querida sobrina -Joaquina Soler- hija de Juan.  La representaba su marido, el extremeño Juan de Castañeda, capitán de Caballería del Regimiento Alcántara.

Juan Soler de Vilanova, como primogénito, alegó que esa casa no podía donarla, pues pertenecía a la herencia de Jaime Soler, su padre según testamento de 1698.

Firma original de los hermanos Jaime y Juan Soler. Archivo Histórico de Orihuela.

Jaime le recordó que el edificio heredado era antiguo y estaba arruinado. Que lo había reedificado y obrado varias veces para mejorarlo; y siempre a expensas de sus propios caudales. Habían vivido todos juntos en la casa y comido en la misma mesa durante años. Pero en los pleitos salieron los trapos sucios: que yo te he mantenido, que yo pagué el entierro de la madre, etc.

Hizo testamento y murió en 1725. Un año después, para evitar «grandísimos disgustos y enemistades entre personas tan propias» Joaquina, representada por su marido,  firmó una concordia con su padre y su hermano, de nombre también Jaime.

Archivo Histórico de Orihuela.

En dicha concordia añaden que es casa de habitación con cochera accesoria.

Parroquia de San Salvador, en la calle llamada de los Soleres. Lindes por Levante con casa de Manuel Pando de los Cobos; por Poniente con la Plazuela de Nuestra Señora de la Soledad; por Mediodía con casa del presbítero Juan Roca y Rocamora, Acequia Vieja de Almoradí de por medio ; y por Tramontana con casa de la herencia de Pascual Ruiz de Villafranca, canónigo doctoral, dicha calle de Soleres de por medio.

Archivo Histórico de Orihuela.

En ambas descripciones, la última casa citada es el desaparecido Palacio de Villafranca o «del Inquisidor». Con estos datos tenemos la certeza de que los hermanos Soler vivían en la esquina de la calle con la plazuela de la Soledad. Que la casa fue reedificada a principios del XVIII. Y que su padre ya poseía la propiedad en el XVII.

Plano confección propia.
Foto Ajomalba

No he encontrado otra titulación. Salvo en el plano de la nueva Catedral de mediados del XVIII.  Ahí aparece como Plazuela del Deán.  Seguramente, por esas fechas vivía en la zona el Deán del Cabildo.

Archivo Catedral Orihuela.
Josè María Pérez Basanta.

En cuanto a que las plazuelas están divididas por la construcción del horno, dicha división tuvo que efectuarse en fecha remota. En protocolos del siglo  XVII ya aparece una casa edificada en el solar del horno del Obispo.

Coque Celdrán.

Esta modesta calle conserva tres casas interesantes: la de Indalecio Casinello, la de los Roca de Togores y la de La Linde.

La primera, completamente restaurada y de propiedad municipal, es la sede de la «Casa de la Juventud». 

En 1928 acogió «El Centro de Caballeros de Nuestra Señora de Monserrate y San Francisco de Borja», un establecimiento de orientación católico-conservadora dirigido por el jesuita Pedro Isla que incluía una escuela de oficios y una buena biblioteca. 

Foto Ajomalba

El pueblo. 14 de mayo 1928: Ayer fue abierto con gran concurrencia de socios el Centro de Caballeros de Ntra. Sra. de Monserrate, llamando la atención de todos, la espléndida instalación del mismo.

El pueblo. 21 de mayo 1928: Congregación y Centro de Caballeros de Nuestra Señora de Monserrate y de San Francisco de Borja. FIESTA RELIGIOSA. En cumplimiento de su Reglamento, la Congregación dedicó a su Excelsa Patrona Ntra. Sra. de Monserrate una solemne función religiosa en el día de ayer. A las ocho y media de la mañana, Misa solemne y Comunión General de los Sres. Congregantes en el Santuario de la Patrona. Estuvieron representadas todas las Autoridades Corporaciones y Congregaciones locales.

INAUGURACIÓN OFICIAL DEL CENTRO A las 6 de la tarde, estando congrega: dos todos los socios e invitados al acto entre los que figuraban las Autoridades locales y provinciales hizo su entrada en el local social el Excmo. Sr. Dr. D. Francisco Javier Irastorza, Obispo de la Diócesis el cual revestido de Pontifical procedió a la Bendición del amplio local. Terminado tan solemne acto, hizo uso de la palabra el digno Presidente de este Centro D. Sebastián Penalva, dando como inaugurado el local.

A continuación habló el Rvdo. P. Isla que como Director de la Congregación y Centro de Caballeros de Ntra. Sra. de Monserrate y S. Francisco de Borja; expuso los fines a seguir, por esta Institución, entre los cuales figura la formación de hombres que instruidos en las máximas de la religión colaboren por al engrandecimiento social y cristiano de nuestra gloriosa Patria.

Después habló elocuentísimamente nuestro amado Prelado que alabó la fundación del Centro el cual responde al pensamiento del Pontífice, que quiere el apostolado seglar en la Acción Católica. Expone los documentos pontificios sobre la materia. El discurso fue lleno de doctrina y de excelente formato literario. Una ovación cerró el discurso del Sr. Obispo. Luego fueron obsequiados los invitados y socios con un espléndido lunch. El sexteto muy acertado.

En la escalera se conserva el escudo de esta institución; y en el patio una espectacular torre medieval cercana a la Puerta de Elche. Desde aquí la muralla enlazaba por el lateral de la iglesia mercedaria con la torre de Navalflor, mencionada anteriormente.

Publicación de 1930 y fotografía actual del escudo en la caja de la escalera. Foto J. Sánchez Portas.

Junto a él tenemos el palacio de los Roca de Togores. En el siglo XIX pertenecía a Manuel Roca de Togores y Pérez de Meca, Caballero de Alcántara.

Foto Ajomalba
Francisco Luis Galiano Moreno.
José María Pérez Basanta.

Con vuestro permiso, voy a terminar esta entrega hablando del actual Palacio de la Linde. Y digo el actual porque el primero y original lo edificó Antonio María Piniés Sánchez-Muñoz, Barón de la Linde, en la Calle de San Juan, al llegar a Orihuela en el año 1900.

Ministerio de Cultura.

Este edificio adoptó ese nombre en los años treinta del siglo pasado, cuando pasó a habitarlo su hijo,  Antonio María Piniés Roca de Togores.

Siempre he tenido debilidad por este palacete gracias a las visitas realizadas durante mi infancia, al salir del cercano colegio de las Discípulas de Jesús. Allí fui condiscípulo de Martín, el hijo de la baronesa. En mis recuerdos quedó grabado aquel oscuro zaguán, la escalera con armaduras, la habitación situada en el chapitel donde jugábamos…

Colección Javier Sánchez Portas.

Muchos años después, Javier Sánchez Portas y Jorge Belmonte me hablaron de su sencilla y hermosa fachada labrada de una sola pieza. Y de como la carpintería revelaba la propiedad de un religioso, no de un noble.

Con el tiempo fui localizando ventas, censos y una curiosa concordia. Con estos materiales espero completar algún día un trabajo monográfico. Pero de momento voy dejaros un resumen de lo encontrado hasta ahora, aprovechando además para comprobar sus lindes en los siglos XVII y XVIII.

Javier, como siempre, tenía razón. La casa ha estado durante muchos años asociada al Cabildo Catedralicio. El edificio sobre el que fue construida la vivienda actual, era del siglo XVI y, a través del tiempo, ha pertenecido a varios religiosos.

Ministerio de Cultura.

En 1684 Pascual Ruíz, ciudadano de Elche, vendió al doctor Cristóbal Rocamora unas casas de habitación situadas en la «parrochia de Sent Salvador, carrer que travesa de la Merce y va al carrer de Santa Llusía y a la porta nova».

Por las espaldas afrontaba a la «Placeta de la porta major del convent de Nostra Sra. de la Merce». Lindaba de poniente con la casa de Felicia Jodar -viuda de Felix López- calle de por medio, lo que nos indica que en el XVII ya había un edificio en el solar del «Horno del Obispo», como he dicho antes.

La casa se fue deteriorando y cargando de censos. Estos censos eran parecidos a las actuales hipotecas. Adquirida la casa con una deuda del siglo XVI a favor del Patriarcal Colegio de Predicadores, Cristóbal firmó tres censos más: dos a finales del XVII con dicho Colegio de Predicadores y con la obra pía administrada por un canónigo;  y otro a principios de XVIII con sus vecinas, la Priora y monjas del convento de Santa Lucía de la ciudad de Oriola.

Archivo Mariano Pedrera.

Su situación y lindes a principios del XVIII eran:

Casa de habitación y morada que posee en la ciudad, parroquia de Sent Salvador, en lo carrer apellidat de Soler, que afronta de Levante ab Plaseta de la Mercé y casses de los herederos de Jaume Gallego; de Poniente ab carrer o travesa de dicha calle de Soler al carrer principal que ve de la Porta Nova a la Catedral; de Tramontana amb dicho carrer; de Mediodía ab cases de herederos del cura Roca, que ho posee Felicia Miravete, viuda de los Roca de Torreselles en carrer que va desde lo carrer de Soler hasta la Plaza de la Merced.

Muerto Cristóbal Rocamora en 1720, los señores del Cabildo, administradores de su pía memoria, firmaron un nuevo censo con los reverendos padres del convento del Apóstol San Pablo, orden de Nuestra Señora del Carmen. Y después se la vendieron a otro religioso. Este se llamaba Phelipe Ridaura, y era presbítero, cura de la Santa Iglesia Catedral. La compró en 1724 pagando tan sólo el importe anual de los cinco censos.

Ministerio de Cultura.

Cuando el cura Felipe falleció, la casa necesitaba obras urgentes. Su heredera solicitó el justiprecio de un maestro alarife, quien la valoró en tres libras menos de lo que importaban los cinco pagos anuales. Era lo que se dice una herencia envenenada. La sobrina se deshizo de ella en el verano de 1730.  Y la compró otro religioso, el doctor Antonio Ruiz.

Archivo Histórico de Orihuela.

Casa de habitación y morada en la población de esta ciudad.  Parroquia de San Salvador. En la calle llamada de Soler. Lindes: a Levante Plazuela llamada del Convento de la Merced; a Poniente Calle de Soler; a Mediodía calle que va a dicha plazuela y por tramontana con calle principal llamada de Santa Lucía.

El doctor Ruiz, mayordomo del Cabildo, pagó justo la deuda censal de la vieja casa para construir este espectacular edificio en el primer tercio del XVIII.

Alberto Zerón Huguet.

En la casona destaca su torre o chapitel,  con ventanas a los cuatro vientos. Su construcción guarda una curiosa anécdota. A las vecinas no le gustó la torre. Las monjas de Santa Lucía vieron peligrar su honra con ese espectacular mirador frente a su convento y decidieron convocar al dueño, religioso como ellas, antes de recurrir a los tribunales. Según decían, por Levante, Poniente y Tramontana se podían registrar «sus seldas» y lugares internos, siendo contra derecho y muy perjudicial para su comunidad.

Colección Javier Sánchez Portas.

En el verano de 1735, en la reja del coro de la iglesia,se juntaron las reverendas madres: sor Gregoria -priora del convento-, sor Basilia, sor Antonia,  sor Isabel y sor Margarita con un notario y tres testigos.

El doctor Ruiz consideró justos los reparos y aceptó que la ventana de Tramontana, es decir la lindante con el convento, permaneciese cerrada de obra dejando solo la forma. En cuanto a las de Levante y Poniente, debían comprobar que de ninguna forma pudiesen controlar el interior del convento. Y si así fuese, condenarlas como la de Tramontana.

Archivo Histórico de Orihuela.
Colección Javier Sánchez Portas.

Estas condiciones eran en tiempo presente y en días venideros; por él, sus sucesores y futuros compradores de la casa, siempre que desde la torre se pudiese ver el interior del convento. Sólo si la continuación de la iglesia tapase la vista, quedaban autorizados a abrirlas de nuevo. Además, el remate no podía mudar la forma de tejado a terrado llano.

Colección Javier Sánchez Portas.

La letra «R» que luce el chapitel se la añadieron en el siglo XX ; concretamente en la década de 1910,  cuando  Piedad Roca de Togores, marquesa de Ruvalcaba,  se instaló en ella hasta que terminaron su palacio frente a Santiago, al que por cierto traspasó algunas puertas de esta añeja casa. En la imagen anterior podéis ver la torre sin ella.

Otra curiosidad: Si os habéis fijado, la «R» prodría valer para todos estos propietarios citados: Ruiz, Rocamora, Ridaura, otra vez Ruiz, Roca de Togores y Rubalcaba.

José María Pérez Basanta.
José María Pérez Basanta.
Alberto Zerón Huguet.

A través de Soleres llegamos a la plazuela de la Soledad, donde comenzaremos nuestro próximo capítulo.

Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba).

Adaptación ampliada y revisada del guión de un programa emitido en Radio Orihuela SER en 2014.

Vídeo.
Programa.

Aportaciones para el estudio de los conventos de La Merced, San Agustín y San Gregorio.

San Gregorio, San Agustín y la Merced. Colección Javier Sánchez Portas.

Aportaciones para el estudio de los conventos de La Merced, San Agustín y San Gregorio. Introducción

El presente trabajo pretende, tal y como refleja su título, aportar información al poco estudiado tema de los edificios religiosos desamortizados en Orihuela.

Las memorias del Canónigo Alburquerque relatan como el convento de la Religiosa y Militar Orden de Nuestra Señora de las Mercedes y su iglesia consagrada en el siglo XV, en cuyo solar se encuentra actualmente el museo de la Semana Santa, pasaron a poder del Gobierno entre los llamados Bienes Nacionales, y fueron adquiridos por un rico capitalista de Barcelona llamado Juan Vilaregut, quien pretendía convertirlos en almacén y posada.

Iglesia de la Merced. Colección Javier Sánchez Portas.

Existía en ella (Orihuela), entre otros (conventos), el de la Rl. Y Militar Orden de Nuestra Señora de las Mercedes, cuya iglesia fue consagrada en el siglo XV, y de ella eran patronos la antigua e ilustre familia de los Rocas de Togores, que tiene su sepulcro en el lado del Evangelio bajo de la media naranja.

Suprimido el Convento, cerrada y despojada la iglesia de todos sus altares excepto el mayor, del órgano y demás adornos, pasó al Gobierno entre los llamados bienes nacionales, y bajo tal concepto fue vendida en unión del convento a un rico capitalista de Barcelona, nombrado D. Juan Vilaregut; la iglesia fue convertida en almacén de maderas, y aplicada a otros usos semejantes, y a principios de este año (1846), pensó su nuevo poseedor construir en ella una posada…  

Y como la iglesia fue comprada y devuelta al culto por Juan Roca de Togores y Alburquerque en 1846.

El Sr. D. Mariano Roca de Togores y Carrasco abrazó el proyecto (de compra y rehabilitación) con entusiasmo, y comunicado a su padre político Sr. D. Juan Roca de Togores y Alburquerque, este se decidió a comprar por sí solo la iglesia y habilitarla a sus expensas.

Se efectuó la compra por escritura en Madrid, su fecha, 11 de mayo de este año ante el escribano de aquella Villa D. Manuel María de Paz, comprendiéndose la iglesia con la sacristía y un pedazo de descubierto contiguo a ésta, en cantidad de doce mil rs.

Diez años después Juan Vilaregut había muerto y Bibiana González Deghamante, su viuda, en un viaje accidental efectuado el 2 de enero de 1856, aprovechó su estancia en Orihuela apoderando a Julián Espinosa ante el notario Manuel Bosca, para que se encargase de gestionar los múltiples arriendos de tres edificios. (1)

Gracias a esta escritura descubrimos que Vilaregut, además del ya citado convento de la Merced, poseía otros dos: él de San Agustín y el de San Gregorio, edificios que tras sufrir drásticas reformas se habían convertido en casas de alquiler, almacenes, tiendas y posada.

Además, como es sabido, él de los Agustinos se adaptó para albergar una plaza de toros.

Pero las propiedades del fallecido Vilaregut acabaron en una junta de acreedores. Los tres ex-conventos fueron adquiridos por dos oriolanas de origen riojano a las que hemos investigado exhaustivamente a través de numerosos protocolos notariales.

Para comenzar, vamos a remontarnos un poco en el tiempo contando el origen de estas señoras.

Iglesia de la Merced. Colección Javier Sánchez Portas.

La Familia Adalid-Vilar

Retrato de Matías Sorzano Nájera. Óleo sobre lienzo. Vicente López. Museo de Bellas Artes de Bilbao.

El 31 de julio de 1812 , ante el notario Julián Fernández, compareció el caballero de estado noble Matías Sorzano, junto a dos testigos, para proceder a la partición de bienes de José Adalid. (2)

Este próspero comerciante había hecho testamento el 5 de septiembre de 1811 «en el crítico estado de la signosa enfermedad epidémica que afligió a los habitantes de esta población, sus huertas y campos», eufemismos usados para no nombrar a la fiebre amarilla, de la que falleció poco después.

José Adalid de Iñigo era originario de La Rioja, concretamente de Nestares de Cameros, localidad inmediata a Torrecilla en Cameros, pueblo natal del Matías Sorzano con cuya esposa estaba emparentado.

De los beneficiarios, a la citada partición sólo acudió el cuñado del finado, Manuel Pablo.

Sus padres, Domingo Adalid y María de Iñigo, y su esposa, Josefa Antonia Adalid, herederos naturales «se ausentaron de la población por la probia causa del contagio que sufría, a el paraje titulado Senda Molina, donde los padres fallecieron».

Charles Clifford. Vista general de la ciudad de Orihuela en 1862. Colección Javier Sánchez Portas.

La misma «febre groga» o fiebre amarilla acabó también con su hermano Domingo, «soltero y desmemoriado». De esta forma, María Adalid de Iñigo, residente en Nestares de Cameros, se convirtió en hija única y heredera universal de los bienes de toda la familia.

Un suculento legado que incluía varias propiedades en Nestares, una casa en la Mancebería, catorce tahúllas en la Senda Molina, 43.000 reales en efectivo, géneros variados de comercio y, sobre todo, préstamos. (3)

Tras descontar el quinto y la dote de su viuda, con la que sólo llevaba un año casado, se adjudicaron al matrimonio formado por los citados María Adalid y Manuel Pablo 377.000 reales, toda una fortuna de la época.

En aquellas fechas la pareja tenía cinco hijos: Leandro, Julián, Josefa, María y Manuela. Las pequeñas, Feliciana y Braulia, llegaron en 1821 y 1825 según consta en el censo oriolano de 1876.

Del matrimonio formado por la hija mayor, Josefa Pablo, y el político liberal oriolano, Antonio Vilar, nacieron nuestras protagonistas, Antonia y Petra Vilar Pablo; y al menos una tercera hermana llamada Rosario.

A pesar de que en el citado censo aparecen nacidas en Orihuela, sus tías Braulia y Feliciana eran oriundas de Nestares de Cameros y permanecieron solteras regentando un comercio textil en la calle Mayor.

Al igual que las sobrinas, gran parte de sus rentas procedían de otro oficio: el de prestamistas.

La Compra.

El claustro de la Merced en su emplazamiento original. Trasladado a la Catedral.

A la muerte de su padre, Antonia y Petra Vilar Pablo reunieron sus caudales acordando en privado establecer una sociedad mercantil con el objeto de emplearlos en la compra de géneros textiles, fincas rústicas y urbanas.

Y, por supuesto, en préstamos a ser posible con hipoteca, el mejor modo de enriquecerse.

Durante la década de 1866 a 1876, en los protocolos de Ramón Roca, encontramos múltiples escrituras de obligación, poderes, compras y ventas de fincas protagonizadas por estas señoras.

Concretamente en 1868, las hermanas Vilar Pablo realizaban la operación que nos interesa acudiendo al concurso de acreedores del fallecido Juan Vilaregut y comprando a su viuda los tres conventos citados por 48.000 escudos (120.000 pesetas). 

Entregaron 20.000 a cuenta firmando la escritura ante el notario de Barcelona Miguel Martí Saguita, el 28 de julio de 1869.

¿Cómo conocían a Vilaregut?  No podemos asegurarlo.

Lo cierto es que su padre, Antonio Vilar, regidor liberal del Ayuntamiento oriolano durante la primera Guerra Carlista, fue el autor de la primera solicitud para instalar una plaza de toros en el convento de San Agustín; inicialmente con fines benéficos.

Ex convento de frailes de S. Agustín. Hoy Ayuda de Parroquia y plaza de Toros. Plano de Francisco Coello. 1859.

Las dos hermanas continuaron juntas en los negocios hasta que, el 25 de Junio de 1870, ante el notario Ramón Roca, Antonia y Petra Vilar decidieron poner fin a la próspera sociedad llamada «Antonia Vilar y hermana». (4)

Antonia estaba a punto de contraer matrimonio con un sombrerero alicantino llamado Vicente López Durana y pensaba marcharse a vivir a Alicante.

Formados los inventarios, resultó un capital a repartir de 40.000 escudos  (100.000 pesetas) que pertenecían a ambas por mitad. (5)

Como ya hemos dicho, Antonia pensaba ausentarse de la ciudad. Así pues, la sociedad quedó en manos de Petra con las siguientes condiciones:

Antonia quedaba libre de toda responsabilidad desde ese mismo día,  ante la ley y el código de comercio, asumiendo Petra todo el poder y obligándose a pagar los 28.000 escudos que faltaban por entregar del precio de los tres conventos.

La parte de Antonia, 20.000 escudos, quedaba consignada en los tres edificios, por los que recibiría un 5% anual desde el día de su boda.

Pudimos comprobar que la actividad mercantil de las hermanas Vilar relacionada con los ex-conventos se mantuvo con normalidad. 

El 31 de marzo, tres meses antes de la disolución, arrendaron por cinco años a Francisco García Lucas un almacén, «el cual era parte del edificio que fue convento de San Gregorio», a razón de 200 escudos por año. (6)

Situado a las afueras de la Barrera del Matadero, en la alameda de su nombre, linda a levante con huerto propio, a poniente con camino a Hurchillo, mediodía con portería del convento y norte con la capilla de la tercera orden de San Francisco, con callizo en medio. Tiene 6 ventanas con reja y una sin ella, puerta principal y 3 interiores, todas con cerrojo, llave y picaporte.

Y una accesoria marcada con el número uno, perteneciente al edificio que fue convento de agustinos, por 140 escudos al año.

Este local tenía un piso superior en el que pensaban criar capullos de seda; y una puerta por la que se accedía a la plaza de toros. Por ese motivo, el contrato incluía la obligación de entregar las llaves los días de corrida o función. (7)

Fotografía de J. Laurent, desde la puerta de Murcia en 1870. Colección Sánchez Portas.

Primera Partición.

Antonia se casó en julio de 1870, empadronándose en la ciudad de Alicante. 

Ese mismo año Petra, sospechamos que por falta de liquidez para hacer frente a los 28.000 escudos que debían, se asoció también de manera privada con sus tías Braulia y Feliciana; y formaron la mercantil «Petra Vilar y tías», cuya finalidad era la compraventa de géneros del país y extranjero, lencería, sedería y otros.

El 13 de mayo de 1875 Petra contrajo también matrimonio. Se casó con Ramón Pastor Crespo, factor de comercio y vecino de Orihuela.

Portada de la Merced antes del derribo.

Tres meses después, el 10 de agosto, Antonia y Petra decidieron dividir sus propiedades ya descritas anteriormente. Cada una había de recibir 50.000 pesetas (10.000 escudos de 1870), a las que añadieron 5.555,50, mitad del importe de las obras realizadas en el acondicionamiento del que fue convento de mercedarios. (8)

Antonia, se quedó con el de San Gregorio, valorado en 12.812 pesetas:

En la alameda del mismo nombre, que linda a poniente o frente con dicha alameda, mediodía o izquierda con tierra huerta propia, Oriente o espaldas con tierras del marqués de Boil, y norte o derecha con la capilla de la hermandad titulada 3ª orden de San Francisco.

Haciendo constar que en el edificio y a la parte de la alameda, hay construidas 6 casitas de planta baja o accesorias, señaladas con los números 34, 35, 36, 37, 38 y 39, que forman parte del edificio y van comprendidas en sus lindes.

Restos del convento de San Gregorio. Colección Javier Sánchez Portas.

Más un trozo segregado del edificio más valioso, el de la Merced.

Situado en la calle de Los Hostales, que mide 52,30 m. de longitud y 50,80 m. de latitud, formando una superficie de 2.653 m2 con 74 cm., cuyo frente que es la parte de mediodía, linda con la ya referida calle.

Por la derecha o poniente con casa de los herederos de Rufino Cascales, por la izquierda o levante con la calle del Ballet; y por detrás o norte con la iglesia del expresado convento, en cuyo edificio existen nueve accesorias o casas de piso bajo y principal, que dan a la calle de Los Hostales, señaladas con los números de policía: 7, 9, 11, 13, 15, 17, 19, 21 y 23.

Y siete accesorias o casas también de piso bajo y principal que dan a la calle Ballet, marcadas con los números: 1, 3, 5, 7, 9, 11 y 13, que forman parte o dependencias del convento, incluidas en el área consignada.

El Vallet, actualmente Ballesteros Villanueva. Colección Javier Sánchez Portas.

Para ejecutar tan complicada partición no se anduvieron con aficionados. Antonia contrató como perito a José Guardiola Picó, arquitecto municipal de Alicante y miembro de la Academia de Nobles Artes de San Fernando; y Petra a Jerónimo Ros Jiménez, de la misma academia y arquitecto municipal de Murcia.

Ambas convinieron ante notario aceptar el veredicto de los citados peritos. Así pues, el 1 de octubre del mismo año llevaron el acuerdo a escritura. (9)

Antonia, aceptó la siguiente fracción del edificio:

A partir del alfeizar derecho de la puerta principal en Los Hostales, las casas números 17, 19, 21 y 23 y doblando la esquina y comprendiéndola, siguiendo por el Ballet, las casas 1, 3 y 5 hasta la pared divisoria, que a esta última casa divide en dos. 

La longitud total de la fachada es de 48,79 m., 22,38 a Hostales, 23,75 a Ballet y el resto chaflán.

Las paredes divisorias, corren desde el alfeizar derecho de la puerta principal, entrando, siguiendo el muro hasta la esquina de la casa de la portería, desde donde toma la dirección a levante por el muro del patio y comprendiendo la cuadra de los civiles, propiedad de Antonia, hasta buscar la señal roja impuesta en la fachada de la casa nº 5 de la calle Ballet, total 527,18 m.

Los gastos de medianía van por cuenta de las dos, y el muro deberá tener el grueso suficiente, todos los huecos que se encuentren en las paredes divisorias, serán tapiados y no podrán abrirse sin el consentimiento de ambas. 

Las aguas pluviales verterán en la propiedad de cada una, no existiendo servidumbres de ninguna especie, entre ambas propiedades.

Fragmento de Antonia sobre plano Google.

Este fragmento corresponde en la actualidad, a la esquina entre Alfonso XIII y Ballesteros Villanueva. Comprende desde la derecha de la entrada de carruajes hasta la peluquería.

El resto, que luego detallaremos, quedó en propiedad de Petra, además del convento de San Agustín, una finca en la localidad de Fortuna y los préstamos.

Convento convertido en parte en plaza de toros, que linda del oriente o frente con la Plaza de San Agustín, derecha o mediodía con el azarbe de las Lavanderas, poniente o espaldas con tierra huerta de Joaquín Posada Morcoso y por el norte o izquierda con la iglesia. Tiene aproximadamente 43 m. de longitud por 41 m. de latitud. Superficie 2.623 m2.

Traseras de Jesús María. Colección Javier Sánchez Portas.

Ya hemos dicho que, tras separarse de su hermana, Petra se asoció con sus tías, casándose en mayo de 1875. La tía Braulia, utilizando el matrimonio de su sobrina como argumento, consideró disuelta la mercantil «Petra Vilar y tías».

Nos consta que las particiones enemistaron a Petra con su hermana y con su tía. El 1 de agosto Braulia testó ante notario, dejando como heredera a su sobrina Antonia. (10)

El 14 de agosto, tan sólo cuatro días después de la disolución de la sociedad «Antonia Vilar y hermana», Braulia otorgó plenos poderes a Antonia sobre todas sus propiedades.

Textualmente quería que la representase en la sociedad que amistosa y familiarmente, estableció con su sobrina Petra y su hermana Feliciana.

El 7 de febrero de 1876 Antonia arrendó el almacén de su ya propio ex-convento de San Gregorio a José Martí de Veles, vecino de Alcira, por cuatro años a razón de 500 pesetas cada uno. (11)

El 6 de marzo establecieron por fin el convenio de disolución de «Petra Vilar y Tías». 

Braulia dijo verse obligada por la imposibilidad de permanecer al frente del establecimiento a causa de su edad y achaques. (12)

Al fondo, los restos del convento de San Gregorio. Colección Javier Sánchez Portas.

Segunda Partición

Valorado el capital en más de 250.000 pesetas, Petra pidió deducir 5.000 del valor asignado al inmueble de San Agustín, por haber sufrido un incendio «el día uno de los corrientes».

No tenemos prensa oriolana de aquellas fechas; pero hemos conseguido la noticia del incendio en «El Constitucional», diario alicantino.

El Constitucional, diario liberal de Alicante. 5 de marzo de 1876. Gracias, Mateo Marco.

El Constitucional. 5 de marzo 1876: Incendio. En la noche del día primero del actual ocurrió un voraz incendio en el edificio del ex-convento de San Agustín de la ciudad de Orihuela.

Las llamas han causado daños de bastante consideración, pues han devorado cerca de mil zarzos destinados a la colocación de los gusanos de seda; algunas barchillas de habas secas, cajones vacíos y varios quintales de cáñamo.

Las autoridades y la guardia civil acudieron al lugar del siniestro, consiguiendo extinguir el incendio después de ocho horas de supremos esfuerzos.

Como ya hemos dicho, la separación no fue nada amistosa. A Braulia la representó el abogado oriolano Vicente Moreno Tovilla. A su sobrina Petra, Teodoro López Aracil, de Aspe.

El maestro de obras de Alicante, Francisco Arques, fue el encargado de efectuar la nueva partición del edificio de la Merced. 

El 12 de mayo, se reunieron ante notario y presentaron inventario con un capital a repartir a razón de casi 80.000 pesetas por cabeza.

A la izquierda, el edificio de los mercedarios. Archivo Alberto Zerón.

Lo que quedaba del edificio de la Merced quedó valorado en 76.410 pesetas. El perito encargado de la nueva división encontró muchas dificultades para repartirlo en igualdad por su figura irregular y anómala.

Hizo dos partes: una valorada en 43.174 adjudicada a Petra; y otra de 33.235 que correspondía a Braulia y Feliciana por mitad. 

Braulia, se hizo cargo de la hipoteca de la Calle Mayor, donde vivían y tenían el comercio, recibiendo a cambio el resto de los créditos escriturados. (13)

Guía comercial 1886.

Ante la desconfianza de Petra, sus tías Braulia y Feliciana hubieron de comprometerse a resarcir lo que pudiese faltar del inventario, pues había pasado el tiempo y sus tías seguían al frente de la tienda vendiendo y comprando géneros inventariados.

El 27 de julio Antonia hizo testamento y tampoco mencionó a su hermana Petra. Se declaró hija de Antonio y Josefa, natural de Orihuela y vecina de Alicante, casada y sin hijos, expresando su deseo de ser enterrada en Orihuela, en el panteón familiar. (14)

A la derecha, el edificio de los mercedarios. Colección Javier Sánchez Portas.

Legó a su hermana Rosario 2.500 pesetas; otras 2.500 a cada una de sus sobrinas; 20.000 pesetas a su marido y el resto a sus tías Braulia y Feliciana, a las que nombró albaceas.

Pero volvamos al edificio de la Merced.

A la izquierda, el edificio de los mercedarios. Colección Javier Sánchez Portas.

Ya hemos citado la parte de Antonia. El resto quedó distribuido de la siguiente forma.

A Petra le correspondió:

Desde la casa de los herederos de Rufino Cascales, hasta el alfeizar izquierdo de la puerta principal, entrando, siguiendo el muro de este lado hasta el que divide al norte el edificio de la iglesia, en el cual se comprenden las casas números 9, 11, 13 y 15, las habitaciones interiores números 10, 12, 13 y 14, la entrada a establecimiento de instrucción primaria, la cochera de Francisco Almodóvar, las habitaciones llamadas Archatas y Tribunal, mitad de los 94, 490 m2 de la entrada, mitad de los 230, 360 m2 de corredores y patio, mitad del pozo y la habitación sobre la entrada, que es parte de la fonda.

Lo adjudicado a la izquierda de la entrada, forma un triángulo y linda a levante con patio y entrada de sus tías, a poniente con casa Rufino Cascales, mediodía calle Hostales y norte con la Merced.

Esta parte es el fragmento de fachada que aunque muy deteriorada, se mantiene en la actualidad; exceptuando el trozo en el que se construyó una casa a finales del XIX.

Fragmento de Petra sobre plano Google.

Y por último, para las tías:

Las casitas que dan a la calle Ballet, desde la pared divisoria de la casa nº 5, dividida en dos, la 7, 9, 11 con su cochera, la 13, la cochera con salida a la plazuela de la Merced, las habitaciones interiores con entrada por la puerta principal de la calle Hostales números 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 20, y la que se conoce con el nombre de Carbonera, mitad de la entrada y mitad de corredores, patio y pozo.

Fragmento de Braulia y Feliciana sobre plano Google.

En la actualidad, desde la casa anexa a la peluquería de la calle Ballesteros Villanueva, hasta el museo de Semana Santa. 

Es fácil distinguir los tres fragmentos, porque están claramente diferenciados en aspecto y altura.

Iglesia de la Merced. Colección Javier Sánchez Portas.

San Gregorio y San Agustín.

A partir de aquí no tenemos sino datos sueltos extraídos de aquí y de allá.

Antonia y su marido, Vicente López Durana se instalaron en Orihuela dedicados plenamente al negocio inmobiliario. 

En septiembre de 1885 Vicente solicitaba permiso, que le fue denegado, para edificar en los terrenos de San Gregorio.

Tras obligarle a presentar los títulos de propiedad, la Comisión de Ornato le acusó de apropiarse de la Alameda que era del común y de destruir la columna y base de su cruz de término. (15)

En 1887 vendía una casa de tres pisos en la calle del colegio; y tras un fallido intento de adquirir el de Alicante, su ciudad natal, compró el «Teatro de la Corredera» en 1896. (16)

Plano fachada Teatro de la Corredera. AMO.

El último documento relativo a esta pareja que hemos encontrado, es la solicitud de obras menores a realizar en el edificio de la Merced, en septiembre de 1902, con el plano adjunto. (17)

Plano fachada del edificio de la Merced. AMO.

A Petra y Ramón no les debieron marchar bien los negocios. El 10 de octubre de 1879 enajenaron San Agustín con pacto de retroventa a cinco años a Mateo Sáenz Ibarra, vecino de Orihuela;  por la cantidad de 10.000 pesetas en oro y plata. (18)

43 m de longitud, 61 m. de latitud, 2.623 m2 de superficie, incluyendo plaza de toros. Oriente o frente: Plaza San Agustín, derecha o mediodía: azarbe lavanderas, poniente o espalda: huerto de Joaquín Posada, y norte o izquierda la iglesia.   

Pero el 14 de noviembre de 1885 hicieron uso de la oferta de retro y recuperaron el edificio por el mismo precio, sin gravámenes ni deudas. (19)

Guía comercial 1886.

En los protocolos de Ramón Amat de la década de 1890  figuran decenas de letras protestadas a nombre de este matrimonio.

Tan sólo en el primer semestre del año 1897, José Balaguer Murcia les protestó  treinta y cinco, aceptadas por la sociedad «Petra Vilar y Ramón Pastor» y endosadas generalmente por empresas de Barcelona. Pero también por acreedores de Madrid, Valencia, Tarrasa, Onteniente, Alicante y Elche.

Colección Javier Sánchez Portas.

La definitiva venta del exconvento de los agustinos, tuvo lugar ante el notario Ramón Amat, el 14 de noviembre de 1887. (20)

El diario de Orihuela. 14 de noviembre 1887: Aunque aún no se ha otorgado la escritura de venta de la vieja Plaza de Toros, puede considerarse como vendida toda vez que el sábado en la noche se dieron cuatro mil reales de señal y se firmó un documento de compromiso de venta.

Según de público se decía ayer, el antiguo exconvento de agustinos ha pasado a ser propiedad de los padres jesuitas por 58.500 reales y con el objeto de construir un edificio para instalar en él el colegio de Jesús y María establecido en la casa-palacio del Sr. Marqués de Lacy.

El periodista acertaba en casi todo. Ese mismo día 14 de noviembre, ante el notario Ramón Amat, tuvo lugar la venta del exconvento de los agustinos convertido en plaza de toros. Pero lo de los jesuitas como propietarios eran falsos rumores.

Ramón Belló Martínez, natural de Novelda y vecino de Orihuela, presbítero con dignidad de Arcipreste de la Catedral, lo adquirió por 14.625 ptas. Había entregado mediante cautela privada 1.000 ptas. pagando el resto en billetes de banco. (21)

Ramón Belló era además Vicario General del obispado y Presidente de la junta diocesana de reparación de templos.

Compró también gran parte del ex-convento de los trinitarios; y presidió la subasta y adjudicación de las obras de restauración de Santa Justa y las Salesas.

Pero esta compra aún reservaba otra sorpresa. En el testamento del religioso, redactado el 19 de enero de 1892, dos días antes de su muerte, aparecía una cláusula que revelaba:

Que el edificio que fue antes convento de San Agustín convertido hoy en colegio de Jesús María, aunque la escritura de dominio aparece a mi favor, no es de mi propiedad sino de la pertenencia de las Señoras Superioras actuales encargadas de esta clase de colegios en España, en cuyo edificio hicieron dichas señoras algunas mejoras por su cuenta y a cuyo favor otorgará la correspondiente escritura de traslación de dominio mi hermano Don Francisco Belló y Martínez, sino lo hubiese yo verificado antes de ocurrir mi defunción, siendo cuenta de dichas señoras el pago de toda clase de deudas que aparezcan contra dicho edificio, y de que yo salí fiador por estar dicho edificio a mi nombre. (22)

Suponemos que el miedo a nuevas desamortizaciones, o quizás las hipotecas establecidas sobre el edificio llevaron a las religiosas a camuflar su compra.

En la cesión de la finca por parte de Francisco Belló y Martínez a favor de Sor María de San Hermenegildo, conocida como Teresa Font y Barberá, Superiora del Colegio de Orihuela, y otras, aparecen reseñadas dos hipotecas por 40.000 pesetas, mucho más que el importe pagado por el propio edificio.

Traseras Colegio de Jesús y María.

Las otras eran Josefa Cors de Manresa, superiora del colegio de San Andrés del Palomar; Teresa Santrés Sala, superiora de Barcelona; Carmen Castel Clemente, superiora de Valencia; y Joaquina Sitjá y Campañá, superiora de Tarragona.

El hecho de que tan sólo diez días después, formalizasen un contrato de venta a favor de Doña Concepción Morell e Iseru y otras señoras, vecinas de San Andrés del Palomar, localidad donde establecieron su primer colegio, refuerza nuestra teoría del temor a aparecer como propietarias del edificio. (23)

Las religiosas, comenzaron su labor docente en el Palacio del marqués de Lacy, en la calle San Juan, el mismo año que Ramón Belló compraba el convento.

Entrada al palacio del marqués de Lacy, al inicio de la calle de San Juan. Colección Javier Sánchez Portas.

Dos años después, en abril de 1889, el arquitecto de la diócesis de Cartagena, Justo Millán, solicitaba desde Murcia permiso para emprender las obras de restauración, y no lo citó como convento de San Agustín, sino ya como Colegio de Jesús y María.

El Diario de Orihuela. 12 de abril 1889: Se leyó una exposición de D. Justo Millán, arquitecto, director de las obras del colegio denominado de Jesús y María, acompañando el plano de la fachada del citado edificio; y el Ayuntamiento acordó aprobarlo y que así se ponga en conocimiento del interesado.

AMO. Sig. D 129 nº 60.

Justo Millán Espinosa. Nacido y muerto en Hellín (1843-1928), era uno de los arquitectos más prestigiosos de la región murciana.

Obtenido el título en la Escuela de Arquitectura de Madrid, ostentó los cargos de Arquitecto Municipal en Hellín; Arquitecto Provincial en Albacete; Académico de Mérito por la Academia de San Fernando; Arquitecto de la Diócesis de Cartagena y Arquitecto Provincial de Murcia.

Entre sus obras está la reconstrucción del Teatro Romea, arrasado por un incendio. También muchos edificios públicos como el Asilo de Ancianos, el Manicomio Provincial, la Cárcel, el Hospital, el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza, la Plaza de Toros de Murcia; en su momento la más grande de España.….

Justo Millán Espinosa (1843-1928). Partida de NacimientoMi agradecimiento a JM Dayas.

Nos pareció extraño que tan prestigioso arquitecto, cuyas obras se circunscriben a Murcia y Albacete, aceptase este trabajo en Orihuela. 

Justo Millán estaba ya entrando en su última etapa, donde aceptó numerosos trabajos de particulares. Debió ser para él un reto transformar una plaza de toros en colegio.

El enlace pudo ser Francisco Belló, hermano mayor de Ramón y su heredero universal. Francisco era canónigo magistral de la Catedral de Murcia y rector del seminario.

Colegio de Jesús María. Colección Javier Sánchez Portas.

Antonio José Mazón Albarracín (Ajomalba) y Jorge Belmonte Bas.

Artículo publicado en 2006. Corregido, adaptado, ampliado e ilustrado.

Notas:

1 Archivo Municipal de Orihuela, (en adelante AMO) Prot. 2065 escritura 1.

2 AMO. Prot. 1874 f. 833.

3 Una casa y tierras en Nestares; una casa en la Mancebería, catorce tahullas en la Senda Molina, géneros variados de comercio: Hilos, sedas, alfileres, almendras, pimienta, azafrán, clavillo, chocolate, canela fina, cacao, azúcar, papel de fumar, plumas, etc…; 43.000 rls. en efectivo; y sobre todo préstamos. La herencia importaba 407.000 rls., de los que se descontó la dote de su esposa 30.000 rls. más el quinto, que ascendió a 75.413 rls. El resto, o sea 377.000 rls. se adjudicó al matrimonio.

4 AMO. Prot. 2223 f. 834.

5 Compuesto por: trece tahúllas de huerta en San Fulgencio valoradas en 1.331 esc.; cuatrocientas veinticinco tahúllas de huerto con casa, parador, noria, pozo y aljibe, en la villa de Fortuna, valoradas en 9.000 esc.; la entrega a cuenta de los tres conventos, 20.000 esc.; 2.824,867 esc. que les adeudaba Fernando López Martínez, vecino de Almoradí; era el resto del precio por el que le enajenaron tres casas de habitación y otra que era posada con su huerto, todo lo cual componía el antiguo convento de Mínimos de Almoradí, cuyos lindes eran las calles Herrero, Camino de Torrevieja y Larramendi, a la que daba la posada; 3.000 esc. que les adeuda otro posadero, Francisco Ferrer Rubio, cuya  posada estaba emplazada en el edificio del convento de la Merced de Orihuela, con una hipoteca de 20 tahúllas; y 3.844,133 escudos en géneros y pequeños créditos.

6 AMO. Prot. 2223 f. 143.

7 Sus lindes eran: Levante San Agustín, poniente plaza de toros, mediodía azarbe Lavanderas y norte la Iglesia. La accesoria tenía dos puertas y ventanas, el piso principal sin ventanas.

8  AMO. Prot. 2228 f. 657.

9 AMO. Prot. 2228 f. 814.

10 AMO. Prot. 2228 f. 639.

11 AMO. Prot. 2229 f. 47. Lindes: P/ Alameda, MD/ Huerto propio de la testamentaría de Glaces, L/ Tierras del marqués de Boil, N/ Capilla 3ª Orden.

12 AMO. Prot. 2229 f. 157.

13 AMO. Prot. 2229 f. 339.

El 12 de mayo, se reunieron ante notario presentando el siguiente inventario: géneros de comercio 87.737.98; fincas Rusticas 23.375; fincas urbanas 98.060.50; obras en C/ Mayor 4.705.25; créditos escriturados 15.576,50; créditos dudosos 12.993.04; créditos costosos 6.312; en metálico 4.450.

Si a esto, le deducimos una hipoteca de 16.764,80 constituida sobre las casas de la Calle Mayor, donde tenían el comercio, quedaba un líquido a repartir de 238.445 pesetas, a razón de 79.481.42 por cabeza. Lo que quedaba del edificio de la Merced se valoró en 76.410,50 pesetas.

El perito encargado de la nueva división, el Sr. Arques, encontró muchas dificultades para repartirlo en igualdad, por su figura irregular y anómala, así que hizo dos partes: una valorada en 43.174, 36, adjudicada a Petra; y otra de 33.235, 64 que correspondía a Braulia y Feliciana por mitad.

El reparto total de los bienes, fue el siguiente: Para Petra: Edificio de San Agustín 9.320 ptas.; parte de la Merced 43.174.36; géneros de comercio 20.542,46; créditos Dudosos 4.331.01; créditos costosos 2.104.

Para Braulia: casas en calle Mayor más obra 14.955.28; parte del edificio de la Merced 16.618.07; tierras en Hurchillo 3.375; casa en Callosa 320; géneros de comercio 33.597,69; créditos escriturados 811,80; créditos dudosos 4.331.01; créditos costosos 2.104; en metálico 3.369.

Para Feliciana: parte del Edificio de la Merced 16.618.07; hacienda en La Matanza 20.000; casa en San Miguel 1.750; géneros de comercio 33.597.79; créditos dudosos 4.331.01; créditos costosos 2.104; en metálico 1.080, 97.

Además, Braulia se hizo cargo de la hipoteca de la calle Mayor, recibiendo a cambio el resto de los créditos escriturados. Petra insistió en descontar las 5000 pesetas que había gastado por el incendio de San Agustín. Sus tías, que habían continuado al frente de la tienda vendiendo y comprando con lo inventariado se comprometieron a resarcir a Petra de lo que pudiese faltar.

14  AMO. Prot. 2229 f. 607.

15  NIETO FERNÁNDEZ, Agustín, Orihuela en sus documentos III, Los Franciscanos en Orihuela y su comarca, siglos XIV-XX, Publicaciones del Instituto Teológico Franciscano, Murcia, 1992, pp. 249-250.

16 GALIANO PÉREZ, Antonio Luis. El Teatro de la Corredera. En «La Lucerna».

17 AMO. Sig. F2 nº 7.

18 AMO. Prot. 2232 f. 858. En los protocolos de Ramón Amat de los años 90, figuran decenas de letras protestadas. Tan solo en el primer semestre del año 1897, José Balaguer Murcia protestó treinta y cinco, aceptadas por la sociedad «Petra Vilar y Ramón Pastor» y endosadas generalmente por empresas de Barcelona; pero también tienen acreedores de Madrid, Valencia, Tarrasa, Onteniente, Alicante y Elche.

19 AMO. Prot. 2321 f. 620.

20  AMO. Prot. 2315 f. 1196. Los lindes son los mismos, salvo que Joaquín Posada aparece como marqués de Sotoaltos.

21 AHO. Prot. 2315 fs. 630, 640, 726 y 896.

22  AMO. Prot. 2355 f. 73.

23 AMO. Prot. 2355 f. 302.