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El Camino de la Estación de Orihuela.

Orihuela. El camino de la estación. Archivo Dolores Bregante.

Introducción.

Alicante 1870. Jean Laurent. Ministerio de Cultura.

La línea de «Ferro Carril» Madrid-Alicante, establecida en 1858, fue un hito histórico que supuso un enorme impulso para la economía de la ciudad levantina.

El tren había llegado a Alicante para convertir su puerto en el de la capital de España.

La América. Crónica hispano-americana. 8 de enero 1858: el 30 del pasado diciembre fue un día de júbilo para la ciudad de Alicante. Un despacho telegráfico recibido la víspera anunció a los habitantes de aquella capital que la colocación de los raíles estaba terminada en toda la sección de Alicante a Almansa.

Esta fausta noticia fue acogida por la población entera con las más ostensibles muestras de entusiasmo. Las campanas se echaron al vuelto inmediatamente, y las músicas de la ciudad recorrieron las calles de la población sembrando el alborozo en aquellos habitantes.

Todo el mundo comprende la importancia que va a dar a la ciudad y provincia de Alicante esta nueva vía de comunicación.

La línea entera se abrirá este mes al servicio público, y entonces Madrid solo distará algunas breves horas de Alicante, cuyo excelente puerto será por mucho tiempo el de la capital.

Inauguración del Ferro Carril de Alicante. El museo universal. 15 de junio 1858. 

El Correo de Ultramar. Año 1858: Compañía del ferro-carril de Alicante a Almansa. Terminada esta última sección en diciembre de 1857, se recorrió el día 3 de enero de 1858; y en marzo del mismo año quedó abierta al público la circulación de la vía desde Madrid a Alicante, unidos estos dos puntos por una línea férrea de 455 kilómetros de longitud.

La inauguración de esta hermosa línea tuvo lugar en Alicante el 25 de mayo del modo más solemne.

La reina Isabel, acompañada de S. M. el rey y de la real familia, presidió tan bella ceremonia. En ese instante solemne y grave el estampido del cañón anunció la llegada del tren real.

Poco después tuvo lugar la ansiada ceremonia. Tres locomotoras marchando paralelamente, como movidas las tres por el mismo espíritu, como obedeciendo a una misma inteligencia las tres, se adelantaron majestuosamente ante las gradas del altar y allí recibieron la bendición del sacerdote.

Inaugurada la estación de Alicante, Orihuela no podía dejar escapar la oportunidad que ofrecía este novedoso medio de transporte.

Orihuela. Vista general de la ciudad 1862. Charles Clifford. Colección Javier Sánchez Portas.

En el artículo «El Ferrocarril y su papel en el desarrollo de la comarca de la Vega Baja» Pilar Ávila Roca de Togores ofrece un poco de luz sobre los diferentes proyectos para extender ese carril de progreso hasta la ciudad de Orihuela anteriores al año 1884.

Pinchando sobre la siguiente imagen se puede descargar dicho trabajo.

Plano de la Estación de tercera clase de Orihuela (1868). Archivo Histórico Ferroviario. Acceso a artículo sobre el ferrocarril de mi amiga Pilar Ávila Roca de Togores. Gracias, Piluca.

Yo me voy a centrar en la década de 1880, cuando la «Unión Agrícola Orcelitana», en estrecha colaboración con el Ayuntamiento, tomó las riendas del proyecto en Orihuela.

Esta sociedad, formada en 1878, estaba compuesta por un grupo de terratenientes oriolanos cuyo principal objetivo era favorecer y modernizar la agricultura local.

El Segura. 8 de febrero 1878: LA UNION AGRICOLA. Orihuela, nuestra ciudad querida, está de enhorabuena. Por fin todos sus hijos, convencidos de que nuestra verdadera riqueza y bienestar está en la agricultura se reúnen en una sola aspiración tan generosa como honrada.

Sin distinción de matices políticos, prescindiendo noblemente de pasadas diferencias vuelven por lo que son y por su patria, formando La Unión Agrícola Orcelitana, poderoso centro que atienda sus verdaderos intereses, que impulse los adelantos del país y abra ancho campo donde pueda desenvolverse la acción individual apoyada por la colectiva.

Todo por Orihuela y para Orihuela, este es hoy este debe ser siempre el grito de sus nobles hijos.

El ferrocarril era el medio de transporte más rápido y barato; la herramienta imprescindible para la exportación de los productos de la huerta y el campo.

Orihuela. Fotografía de J. Laurent en 1870. Colección Javier Sánchez Portas.

La llegada del tren no sólo dinamizó la economía de Orihuela; modificó la propia estructura de la ciudad desplazándola hacia el sur.

Hasta el último cuarto del siglo XIX, el arrabal de San Agustín de Orihuela finalizaba en una alameda que llamaban la vieja o del vacuno, por instalarse en ella el mercado de animales. Se corresponde en la actualidad con la Avenida España.

La última línea edificada la formaban las traseras pertenecientes a las casas de la calle de la Acequia.

A mediados de dicha centuria, en el plano de Coello solo aparecían dicha alameda, el huerto del marqués de las Hormazas, el convento de San Sebastián, la alameda del Chorro y el desamortizado ex convento de San Gregorio. Dos edificios reseñables y, más allá, sólo huertos salpicados con alguna casa rural.

«Atlas de España y de sus posesiones de ultramar» de Francisco Coello. Plano de Orihuela. 1859.

La llegada del «Ferro Carril» a Orihuela. 1883.

El año 1883 fue trascendental para el desarrollo de la ciudad de Orihuela. En enero unieron fuerzas el Ayuntamiento y la sociedad Unión Agrícola Orcelitana.

Ayuntamiento de Orihuela. Sesión ordinaria del 11 de enero de 1883: Se dio cuenta de un oficio de la sociedad Unión Agrícola de esta ciudad de 4 de los corrientes participando que, en junta del día dos del actual acordó practicar cuantas gestiones fueran precisas para obtener la variación del trazado del Ferro Carril de Murcia a Alicante en el ramal de Torrevieja

A cuyo efecto eligió de su seno una comisión que previamente de acuerdo, y bajo la dirección de este Excmo. Ayuntamiento con la que se dignara nombrar, hicieran dichas gestiones.

Y se acordó nombrar en comisión al Sr. presidente y teniente alcalde D. Manuel Cevallos.

Antes de terminar el mes estaban expropiando tierras en Redován para la construcción del ferrocarril junto al hijo del marqués de Casa Loring.

El Graduador. Alicante. 30 de enero 1883: Copiamos con sumo gusto la siguiente noticia que encontramos en «La Voz de Orihuela», recibida ayer: «Cuando va a entrar en prensa nuestro Semanario se nos dice que acaba de llegar del vecino pueblo de Redován el Sr. D. Jorge Loring, ingeniero de caminos, hijo del Excelentísimo Sr. Marqués de este apellido, acompañado de los Sres. D. Pedro Ramón Mesples, D. Francisco Ballesteros, D. Julián de Torres, D. José María López y D. Enrique Tormo.

Según nos han manifestado los que han acompañado al Sr. Loring, seis horas han bastado para que se expropiaran todos los terrenos que comprende el término de Redován, y por los que ha de atravesar nuestro anhelado ferro carril.

Cumple a nuestro deber felicitar por tan buen éxito al vecindario, autoridades y personas influyentes de aquel pueblo, por haber ayudado a tan patriótico objeto.

Estación del Ferrocarril de Orihuela a principios del siglo XX.

Pretendían variar el trazado original del ramal de Torrevieja para que el ansiado ferrocarril llegase a Orihuela. El asunto interesaba también a la vecina Murcia y allí acudieron buscando la «influencia» de sus diputados y senadores.

El Diario de Murcia. 15 febrero 1883: Ayer llegó a esta ciudad una respetable comisión de Orihuela, representante del Círculo agrícola orcelitano. Hemos tenido ocasión de hablar con estos señores, a quienes, aunque no sean ni aun comprovincianos, bien podemos llamar paisanos nuestros, pues Orihuela y Murcia son casi una misma ciudad, por su suelo, por su cielo, por su manera esencial de ser, y por todos sus intereses.

El objeto de esta visita es interesarnos a nosotros en un asunto de mutua utilidad. Se trata del ferro-carril de Murcia a Alicante, y especialmente del trazado desde Murcia a Torrevieja. Quieren los oriolanos pedir una variación que tiene las siguientes ventajas:

1. Favorecer a pueblos de mayor vecindario. 2. Atender y facilitar la exportación de mayor riqueza. 3. Disminuir la distancia.

Murcia está interesada en esta variación, no solo por los intereses de su vega que se confunden con los de Orihuela, sino por los de la capital, por cuanto con la variación que se solicita tenemos un puerto, el de Torrevieja, mucho más cerca que el de Cartagena, y especial para el comercio.

Dicha comisión oriolana tiene orilladas todas las dificultades que pudiéramos llamar pecuniarias; porque, representando a la casi totalidad de los propietarios de Orihuela, y estando estos dispuestos a indemnizar a la empresa constructora si fuera necesario; lo que piden de nosotros únicamente, es ayuda moral, que le prestemos nuestra influencia, la influencia de nuestros diputados y senadores, para conseguir en las esferas oficiales la realización de su patriótico deseo.

Pocos días después de la visita, el Ayuntamiento de Murcia apoyaba el proyecto de cooperación por unanimidad y nombraba una comisión municipal.

El Diario de Murcia. 18 de febrero 1883: Invitados particularmente los concejales para que el acuerdo que se tomase respecto del ferro-carril de Orihuela, tuviera la sanción de la mayoría del ayuntamiento, se reunió anteayer éste en número considerable.

Unánimemente fue aceptado el pensamiento de cooperar a la variación del trazado del ferro-carril a Torrevieja; y para que gestione a nombre de este municipio y en unión de los de Orihuela, se nombró en comisión a los señores Marín Baldo, Piqueras, García Alix y Marín Samaniego.

Estación del Ferrocarril de Orihuela a principios del siglo XX. Colección Jesús R. Tejuelo. Edita Hauser y Menet.

Para finales de febrero el proyecto era ya una realidad y se comunicó oficialmente el inicio de las obras que quedaron inauguradas el domingo 4 de marzo.

Ayuntamiento de Orihuela. Sesión del 1 de marzo de 1883: Se dio cuenta de la comunicación que dirige a este Municipio el Sr. Loring, representante de las obras del ferro-carril de Murcia a Alicante, participando su inmediato principio.

Y se acordó que, con tan plausible motivo, se invite al acto al Ilmo. Prelado que ha de colocar la primera piedra; y a todas las corporaciones para las cuatro de la tarde del domingo próximo (4 de marzo) debiéndose reunir las comisiones en estas Casas Consistoriales a las tres y media para acompañar al Sr. Obispo desde su palacio.

La Paz. Murcia. 3 de marzo 1883: Mañana 4 del actual es el día señalado para verificar la inauguración del ferrocarril de Alicante a Murcia, en Orihuela. Tendrá lugar a las cuatro de la tarde en una casilla de guarda aguja próxima al camino de Hurchillo.

El Constitucional. 8 de marzo 1883: En medio del mayor regocijo se inauguró el domingo último en Orihuela la construcción del ferrocarril de Alicante a Murcia. Las autoridades y el clero concurrieron al acto.

Estación de Ferrocarril de Orihuela. Edita M. Clemarés.

Pero la estación que estaban construyendo quedaba lejos del centro y carecía de caminos adecuados.

Entre la ciudad y el ferrocarril se interponían tres tahúllas y media del «huerto de San Gregorio» o «de Tamames» y otras nueve tahúllas y media pertenecientes al marqués de Serdañolas.

El Ayuntamiento delegó en Salvador Lacy Pascual de Bonanza para que, desde Madrid, procediese al ajuste y adquisición de ambas fincas.

Sesión municipal. Orihuela, 23 de mayo 1883: Se Manifestó que dada la necesidad de construir una vía que ponga en comunicación la localidad con la estación de Ferro Carril, cuyas obras se están realizando.

Se hace indispensable para un servicio de tanta utilidad, la adquisición de los terrenos que ha de atravesar dicha vía, las propiedades de los Sres. Duque de Tamames y Marqués de las Serdañolas, hoy de Boil y al efecto habíanse practicado varias gestiones por conducto de sus respectivos apoderados en esta ciudad.

Mas como quiera que en la actualidad se haya accidentalmente en Madrid Don Salvador Laci Pascual de Bonanza, persona de toda confianza y garantía para el municipio y que además de sus conocimientos prácticos reúne el noble deseo de prestar un apoyo y cooperación para la prosperidad y engrandecimiento de este país.

Dicho señor podía llevar con sus celosas gestiones a feliz término el asunto, y la corporación teniendo en consideración que el medio propuesto por el Sr. Presidente es el más fácil para hallar la solución que se desea, por unanimidad acordó autorizar al expresado Sr. Laci para que desde luego proceda al ajuste y adquisición de los terrenos denominados huerto de San Gregorio, propiedad del Exmo. Señor Duque de Tamames.

Y del Señor Marqués de Serdañola las nueve tahúllas que radican en el Partido de Urchillo y sitio de la Alameda, por la totalidad de ambas fincas a fin de evitar a sus dueños los perjuicios que en otro caso podrían arrogárseles con solo adquirir la parte necesaria para la construcción de la expresada vía.

El 1 de julio de 1883 tomó posesión de la Alcaldía el próspero farmacéutico y terrateniente Francisco Ballesteros Villanueva. Desde 1882 Ballesteros era diputado provincial apadrinado por Ruiz Capdepón. Había sido secretario de la Unión Agrícola y miembro de la comisión que impulsó la llegada del ferrocarril.

Francisco Ballesteros Villanueva.

Para la nueva corporación que presidía no era suficiente unir la población con el ferrocarril de cualquier manera. Para sacar todo el partido al tren proyectaron una avenida de 890 metros que llegaría hasta el corazón comercial oriolano; es decir, a los Hostales.

Allí se hallaban establecidos el casino, los bancos, las fondas y las posadas. Y en invierno, la zona albergaba los célebres y concurridísimos mercados semanales.

Ayuntamiento de Orihuela. Sesión del 23 de agosto de 1883: La comisión nombrada por el Excelentísimo Ayuntamiento para estudiar, auxiliada del maestro de obras D. Manuel García, y formar un programa sobre la calle proyectada desde la de los Hostales de esta ciudad a la Estación de la vía férrea…

Sin la cual el acceso a la estación y consiguiente enlace con el mundo entero, sería siempre penoso y en ocasiones imposible…

El proyecto hace arrancar la nueva calle de la de los Hostales, que es el punto céntrico de la contratación y movimiento de la ciudad por hallarse en aquella establecidos el casino, sociedad agrícola, bancos de socorros, las fondas y posadas y ser además en unión con la calle del puente nuevo donde se verifican en invierno los célebres y concurridísimos mercados semanales de Orihuela…

Si no se trazaba un nuevo acceso a la estación sólo podrían utilizar el camino rural de Hurchillo, estrecho y con un enorme rodeo, molesto para los viajeros y aún más para las mercancías que habrían de ser acarreadas con dificultad.

Esbozo improvisado sobre el plano de Villanueva del siglo XVIII.

Ayuntamiento de Orihuela. Sesión del 23 de agosto de 1883: La comunicación directa de la calle Calderón de la Barca con la estación solo puede hacerse cortando la finca titulada de Tamames, atravesando la alameda y la finca de la sociedad agrícola, verdaderas barreras que se interponen entre la ciudad y la estación.

A donde si no llega a construirse la calle proyectada, solo podría irse por el camino rural de Urchillo, que en muchos puntos solo tiene tres metros de anchura, y que impondría enormes rodeos a los vecinos de Orihuela…

La calle proyectada tiene, desde su arranque en la de los Hostales hasta llegar a la Estación, 890 metros de extensión, siendo rústicas dos de las fincas que precisa ocupar, y otra de ellas urbana.  

El ambicioso proyecto incluía la compra de las fincas antes citadas, la construcción de un nuevo puente y la reurbanización de las calles de Calderón y Loazes; importando 116.900 pesetas.

La financiación no podía salir de las vacías arcas municipales que angustiosamente pagaban los gastos ordinarios. Así pues, tiraron de los fondos de propios disponibles por importe de 102.963 pesetas.

El déficit de menos de 14.000 pesetas se cubriría con la venta de la parte sobrante de las fincas expropiadas y recalificadas, que alcanzarían bastante valor dada la carencia de casas en la población.

Todo quedó aprobado, nombrando al arquitecto provincial José Ramón Mas para la formación de planos y presupuestos.

El último escollo era conseguir acceso a dichas fincas, requisito indispensable para que el Ministerio les concediera la autorización de fondos.

El Diario de Murcia. 19 de septiembre de 1883: Dice «La voz de Orihuela»: El lunes próximo empezarán las obras de la verdadera estación de Orihuela, a 440 metros de la Alameda y en terreno que fue de Dª. Consuelo Miranda. En dicho punto se encuentran ya hechas las excavaciones y andenes para el edificio y 400 carros de piedra, 10 metros de cal, 50 de arena, y algunos de los 100 metros cúbicos que necesitan de sillería, de las tres canteras que a la vez tiene cortando piedra el activo contratista Sr. Mesples, para su sólida y pronta construcción.

La Paz de Murcia. 30 de septiembre 1883: De un momento a otro deben comenzar con gran actividad en Orihuela las obras de la estación del ferro carril de Alicante a Murcia, y su emplazamiento será a unos 440 metros de distancia de la Alameda. El arribo de material para esta línea que tanto ha de favorecer aquellas hermosas vegas del Segura, continúa sin interrupción a los puertos más cercanos, y es de creer que en el primer tercio del año entrante se dará por completamente concluida, y a la circulación de mercancías y de viajeros, el ramal de Torrevieja.

Estación de ferrocarril de Orihuela. Archivo Alberto Zerón Huguet. Mejorada por Javier Andreu.

1884. Inauguración de la línea Alicante-Murcia.

Estación de Ferrocarril de Orihuela al poco de acabar la Guerra Civil. Archivo José Manuel Dayas.

En febrero de 1884 la Sociedad Unión Agrícola cedió la servidumbre temporal a través de su propiedad, ubicada en la alameda. Pero problemas políticos complicaron la puesta en marcha del proyecto.

El 14 de ese mismo mes de febrero, el Gobernador Civil suspendía fulminantemente al ayuntamiento fusionista durante cincuenta días. Estaban acusados de desobediencia y abandono de sus obligaciones por no pagar a los maestros municipales, una deuda que procedía de anteriores administraciones.

El eco de la provincia. Diario Conservador Liberal. 14 de febrero 1884: El digno Gobernador de la provincia señor López Guijarro, mirando por el exacto cumplimiento de la Ley y mejor servicio, ha suspendido al ayuntamiento fusionista de Orihuela que debe a los profesores de primera enseñanza la enorme suma de 37.000 y pico de pesetas…

Ha suspendido al ayuntamiento, reemplazándole por el que presidia nuestro respetable correligionario don Matías Rebagliato. Los hombres del partido conservador liberal que van a constituir el nuevo municipio de Orihuela, estamos seguros de que harán administración llenando así los deseos de la primera autoridad de la provincia.

El sistema de turnos de la Restauración tenía estás particularidades. En realidad sólo era una excusa para hacer efectiva la llegada de los conservadores de Canovas del Castillo al poder.

Se nombró un consistorio interino bajo la vara del conservador Matías Rebagliato Sorzano. Dicho consistorio se mantuvo hasta que de nuevo cambió el Gobierno en Madrid. La construcción del «ferro-carril» siguió adelante.

El 11 de mayo se inauguraba la nueva línea con la asistencia del presidente del Consejo de Ministros, Antonio Cánovas del Castillo.

La Correspondencia de España. 10 de mayo 1884: Orihuela. Renace la animación y entusiasmo para celebrar la inauguración de nuestra vía férrea en esta estación y la llegada del Sr. D. Antonio Cánovas del Castillo y demás que constituyen la comitiva de esa corte y de nuestras vecinas capitales.

Son varias las tribunas que se establecen, contiguas a la estación, se adornan con mucho gusto y brillantez y se espera se distinguirá la de la sociedad Unión Agrícola.

Todo el trayecto propiedad de la vía está engalanado, y produce un golpe de vista encantador. Se observa ya hoy gran movimiento del vecindario por este acontecimiento, y son muchos los forasteros que llegan, esperándose gran concurrencia.

Estación de Orihuela años setenta del siglo XX. Fotografía Juan Fenoll Villegas. Colección Jesús R. Tejuelo.

También acudió el obispo Guisasola, quien bendijo las locomotoras y hasta los carruajes que recorrieron la población jaleados por la multitud.

La Correspondencia de España. 11 mayo 1884: Orihuela. A la inauguración del ferro-carril ha acudido un gentío inmenso. Grandes aclamaciones a Cánovas y a la comitiva. La bendición de las máquinas se ha hecho por el señor obispo de la diócesis, con asistencia del cabildo y en medio del mayor entusiasmo.

Las tribunas ofrecían un golpe de vista soberbio, cuajadas de bellas y elegantes damas. La de labradoras ostentaba profusión de flores y frutas, que fueron ofrecidas al presidente del Consejo de ministros.

Al almuerzo ofrecido al Sr. Cánovas en el colegio de jesuitas, asistirán 250 personas. Verificada la inauguración del ramal de Torrevieja, seguirá el tren hasta Alicante.

Cánovas del Castillo fue nombrado hijo adoptivo de Orihuela y presidente de honor de la «Unión Agrícola».

El Constitucional. 14 de mayo de 1884: INAUGURACION DEL FERRO-CARRIL DE ALICANTE A MURCIA. Después de la recepción que tuvo efecto en el palacio episcopal de Orihuela, el Sr. Cánovas del Castillo se dirigió al Colegio de Santo Domingo, acompañándole las Autoridades superiores y otras personas de distinción.

El jefe del Gobierno fue recibido por los PP. de la Compañía de Jesús que ocupan aquel edificio, e introducido en un espacioso salón del mismo. Allí oyó una preciosa Oda a la patria, que fue leída con buena entonación por uno de los distinguidos jóvenes que asisten a las aulas del Colegio de los jesuitas.

Terminada la lectura de esta composición poética, que fue oída con interés, el Sr. Cánovas del Castillo pasó a un grandioso claustro, donde debía efectuarse el banquete, dispuesto por la compañía de los ferrocarriles andaluces, para obsequiar a las respetables personas previamente invitadas.

Cuatro días después de la citada inauguración, se acordó denominar al paseo, aún en construcción, como del marqués de Casa Loring, en honor a Jorge Enrique Loring Oyarzábal, fundador de la compañía de ferrocarriles andaluces que había establecido la línea Murcia-Alicante.

Jorge Enrique Loring y Oyarzábal y Amalia Heredia Livermoore. Archivo Municipal de Malaga. Enlace a Biografía.

El Constitucional. 12 de julio 1884: Por dos Ayuntamientos ha sido administrada la ciudad de Orihuela durante el año económico que acaba de espirar de 1883-84.

El primero, presidido por D. Francisco Ballesteros, ha dirigido la gestión Municipal por espacio de siete meses, o sea desde el 1° de julio de 1883, en que se constituyó, hasta el 12 de febrero del actual, en que fue suspenso por orden del señor Gobernador civil de la provincia.

Y el segundo presidido por D. Matías Rebagliato y nombrado interinamente por dicho señor Gobernador durante los cinco meses restantes.

En diciembre de 1884 la corporación, todavía interina, dio un plazo de ocho días a Francisco Ballesteros para que entregase el dinero autorizado para las obras que tenía depositado a su nombre en la sucursal de Alicante del Banco de España.

Ballesteros se limitó a comunicarles que dicha cantidad permanecería en su poder a la espera de recuperar la alcaldía para emprender personalmente el proyecto.

El Constitucional. 16 de diciembre 1884: Lectura de una comunicación de don Francisco Ballesteros, en la que daba contestación a la que, en sesión extraordinaria del sábado anterior, acordó el Ayuntamiento dirigirle exigiéndole la entrega de la cantidad procedente de los bienes de propios que, como depósito, obra en su poder; pero como acontece a veces que el Ayuntamiento propone y otros disponen, es muy posible ir por lana y salir trasquilados…

Y como contra el vicio de pedir hay la virtud de no dar, recordando que quien da pan a perro ajeno pierde el pan y pierde el perro, en vez de los dineros, creyó más conveniente el ex-alcalde, D. Francisco Ballesteros, solicitar del Ayuntamiento actual le diera posesión inmediata al suspenso que preside.

Pues habiendo pasado los cincuenta días que la ley marca en este caso y fallándose a su favor el expediente que se le instruyó por no sabemos qué líos que resultaron falsos, veíase el pueblo privado de sus legítimos representantes. El golpe fue de maestro…

Fábrica de «Harinas Serrano». Estación de ferrocarril a mediados del siglo XX. Antonio Ballester Vidal.

1885.El Camino de la Estación.

El primer andén. Colección Javier Sánchez Portas.

El año 1885 fue especialmente complicado por la famosa epidemia de cólera morbo asiático declarada en toda España. Dicha epidemia llegó tras una serie de riadas que habían sumido la huerta en la miseria.

El Oriolano. 27 de junio 1885: Orihuela sufre, Orihuela padece la más horrible y temida de las calamidades con que la Providencia divina castiga o pone a prueba a la humanidad.

Hasta aquí el mísero y desventurado colono ha visto en breves horas convertirse en lodazal inmundo el fruto de sus afanes y desvelos; el honrado ciudadano luchó en vano contra el oleaje de un río que al desbordarse reducía a escombros su hogar, dejándole en la más espantosa miseria.

Hace ocho días que oficialmente se hospeda en Orihuela el cólera morbo asiático, sembrando luto y horrores entre sus habitantes. Los más poderosos, los que en día de calma daban vida, animación y trabajo a las clases menesterosas huyeron aterrados a los primeros síntomas de la enfermedad.

Entre estos se cuentan desgraciadamente algunos individuos del ayuntamiento y empleados de la misma corporación. Así es que el ayuntamiento no celebra sesiones cuando constantemente debiera hallarse reunido para hacer frente a la calamidad que nos aflige y al hambre que nos amenaza.

En este desastroso contexto, el Ministerio de la Gobernación entregó oficialmente la alcaldía de Orihuela a Rebagliato Sorzano a primeros de julio.

El martes. 2 de julio 1885: Ayer mañana 1º de Julio, era el señalado para la toma de posesión de los nuevos ayuntamientos. A las once de la mañana, se presentaron en el salón de sesiones de las Casas Consistoriales varios concejales del ayuntamiento saliente, y algunos otros de los últimamente elegidos, quienes tomaron posesión de sus cargos.

Y como no había número suficiente no pudo tomarse acuerdo, ni pudo, por tanto, constituirse el ayuntamiento.

En el momento de hacerse cargo de la Alcaldía el Sr. Rebagliato reunió a los alcaldes de distrito y pedáneos de la huerta y les encargó le diesen parte de las mayores necesidades que existan, para socorrerlas de su bolsillo particular…

A la primera reunión del nuevo Ayuntamiento faltaron muchos concejales recluidos en sus propiedades rurales para evitar el contagio.

El Oriolano. 4 de julio 1885: Esta situación es desesperante, abrumadora. El cólera que crece, la mortandad que aumenta, el hambre que cada día se ceba con mayor crueldad en las clases más desamparadas; un ayuntamiento que huyó cobardemente abandonándonos a nuestra propia iniciativa…

Qué lección más afrentosa; para los pueblos que no han tenido energía bastante para sobreponerse a las exigencias del caciquismo. Mientras el pueblo de Orihuela sufre horriblemente, mientras el cólera y el hambre siembran la desolación y la muerte en esta desventurada ciudad, ellos gozan tranquilamente de las delicias del campo sin que nuestras amargas quejas ni nuestros ayes de dolor turben un solo instante la calma que disfrutan.

A pesar de las desgracias la construcción de la carretera a la estación debía continuar.

El Oriolano. 18 de julio 1885: Por fin ha sido aprobado por el gobierno el expediente instruido para la construcción de la carretera, alameda, y puente.

Puesto que la ley prescribe la subasta para esta clase de construcciones, hágala con toda la sinceridad que le reconocemos que, a más de cumplir con su deber, demostrará al país la rectitud que le anima al encargarse nuevamente de dirigir la administración de nuestro Municipio.

Era necesario organizar las diligencias de subasta en el plazo más breve posible para que empezasen las obras; dando así trabajo a numerosos jornaleros en aquella situación de crisis.

En agosto se comisionó a Pedro Ramón Mesples para que, junto al alcade, formasen la subasta de las obras del paseo de la estación.

El Oriolano. Número 28. 25 de septiembre 1885.

A las once de la mañana del 17 de octubre dio comienzo la subasta en el salón de sesiones del Ayuntamiento.

Transcurrido el plazo legal, el escrutinio dio el siguiente resultado: Para la carretera, tasada en 33.400 pesetas, se presentaron diez postores, entre los que se encontraba Francisco Ballesteros y otros socios de la Unión Agrícola.

Se la quedó Francisco Pérez por menos de treinta mil pesetas. Para el Puente sobre el Segura, tasado en 61. 250 pesetas, se presentaron los mismos licitadores, y quedó adjudicado también a Francisco Pérez, por la cantidad de cincuenta y cinco mil pesetas.

La subasta verificada en Alicante no modificó el resultado y ambas obras fueron adjudicadas a Francisco Pérez Llobregat que actuaba en nombre de la Unión Agrícola.

El martes. 22 de octubre 1885: Las subastas de las obras de la carretera a la estación del ferro-carril, y puente sobre el Segura se celebraron en la mañana del sábado anterior, como sabrán algunos de nuestros lectores.

La sociedad Unión Agrícola Orcelitana, que como hemos dicho ya en otras ocasiones, se consagró desde el primer momento de su creación a procurar el bienestar de la población que le da su nombre, concibió el pensamiento de hacer posturas en las referidas subastas, sin que para ello la guiara otro móvil que el patriótico y digno de mirar por el interés de nuestra querida población: pensamiento laudable, acto desinteresado con el que los señores socios han conseguido el aplauso merecidísimo de todos sus convecinos.

Y llevado a la práctica resultaron sus proposiciones más ventajosas que otra alguna, con lo cual se alcanzarán notorios beneficios en la ejecución de esas obras e inversión del capital disponible para efectuarlas.

Cumplido el trámite burocrático, las obras quedaron de nuevo en manos de la Unión Agrícola Orcelitana con el apoyo del alcalde conservador Matías Rebagliato. Y el Ayuntamiento se dio prisa en reunirse para cumplir con su parte.

El Oriolano. 27 de octubre 1885: La sesión de ayer. A las once de la mañana se reunió el Ayuntamiento en sesión extraordinaria para aprobar la subasta de la carretera y puente y adjudicar las obras al mejor postor.

Acordó el ayuntamiento por unanimidad aprobar y conceder la ejecución de ambas obras a favor de D. Francisco Pérez Llobregat por resultar sus proposiciones más bajas que las de ningún otro postor…

Procede pues que el municipio, sin malgastar un tiempo precioso, extienda cuanto antes el contrato ante notario público a fin de dar trabajo a la clase jornalera y hacer que desaparezca el lodazal en que se convierte la carretera a consecuencia de las lluvias.

El primer andén. Fotografía de José Luis Zerón Climent a mediados del siglo pasado. Archivo Zerón Huguet.

Pasó un mes sin que la ansiada obra diese comienzo por las discrepancias surgidas en la Unión Agrícola, entre los que querían una carretera recta hasta la misma ciudad, la opción más barata; y los que la querían terminarla en la alameda y dividirla en dos ramas; una hasta la calle de San Agustín y otra hasta la de Calderón, la opción más bella, respetando el huerto de Tamames.

Y en esas, falleció Alfonso XII.

La inesperada muerte del rey, en noviembre de 1885, cambió completamente el tablero político. Cánovas del Castillo presentó su dimisión y Sagasta se convirtió en presidente del gobierno.

Los conservadores a nivel nacional pasaron a la oposición y Rebagliato presentó la dimisión como alcalde de Orihuela.

Tras una visita a Madrid, Ballesteros recuperó la alcaldía unificando en su persona la representación del Ayuntamiento y de la Unión Agrícola Orcelitana.

El Oriolano. 10 de diciembre 1885: Tan pronto como regrese de Madrid el señor Ballesteros, se emprenderán activamente las obras de la carretera a la estación. Esto se entiende si la comisión de la sociedad Agrícola, nombrada al efecto, logra por fin ponerse de acuerdo para la ejecución de dichas obras.

La crónica. 24 de diciembre 1885: Ya fue nombrado alcalde presidente del Excmo. Ayuntamiento de esta ciudad, el señor D. Francisco Ballesteros; y se le dio posesión de su cargo en la sesión del jueves último.

La situación política de Orihuela ha cambiado; es decir, el alcalde conservador ha cedido voluntariamente el mando al alcalde fusionista, o lo que es igual, el señor Ballesteros ha ocupado el puesto renunciado por el señor Rebagliato.

1886. El Camino de la Estación.

El camino de la Estación a principios del siglo XX. Colección Javier Sánchez Portas.

En enero de 1886 se aprobaron ocho puntos que dejaron bien claro el proyecto final del camino de la estación. Un proyecto que, como podemos comprobar, se cumplió al pie de la letra excepto el punto tercero.

El Oriolano. 19 de enero 1886: CARRETERA A LA ESTACION. El domingo por la noche se reunió la junta directiva de la sociedad Unión Agrícola para conocer el dictamen que la comisión nombrada en junta general, presentaba del proyecto de la carretera a la estación, cuyas obras darán principio quizás mañana.

Conocido dicho dictamen se precedió al nombramiento de la comisión ejecutiva siguiente: Presidente: D. Vicente Rodríguez. Tesorero: D. Manuel Roca de Togores. Contador: Sr. Marqués de Lacy. Vocales: D. Atanasio García Cubero, don Andrés Pescetto, D. Higinio García Ródenas, D. Antonio Bonafós Mas y D. Federico Torres. He aquí las bases del dictamen a que nos hemos referido:

1 La Conservación de la carretera desde la estación a la Alameda en la forma en que se halla actualmente planteada.

2. Prolongación de dicha carretera bajo la misma forma y amplitud y sujeción al mismo eje hasta la alameda llamada de vacuno.

3. Formación, algunos metros antes de llegar a esta última alameda, de una esplanada semicircular desde la cual bifurcará la carretera en dirección a la calle de Calderón por un lado y por otro en dirección la Plaza de S. Agustín: en dicha esplanada habrá de colocarse una pirámide u obelisco en cuya parte superior campeen las armas de la ciudad y lapidas en su centro donde se inscriban nombres de oriolanos ilustres.

4. Colocación de la glorieta en el espacio que ha de mediar entre la nueva carretera, camino de S. Gregorio y la alameda.

5. Alineación y ensanche donde lo necesite de la alameda del vacuno para que forme una buena calle que habrá de salir a la plaza de S. Agustín, formando ángulo con la calle de S. Isidro.

6. Nueva dirección al río del azarbe de las Lavanderas para sanear las calles del Vado, acequia y la nueva que se proyecta, y para evitar inundaciones en el barrio de S. Agustín.

7. Instalación del mercado de animales en la antigua alameda, quitándolo de la del vacuno, con imposición de un modesto impuesto por estaca a cada par de animales, cuyo impuesto podrá servir para abonar un sueldo al guarda jardinero que ha de cuidar de la glorieta y arboleda de la carretera.

8. Venta en subasta pública por lotes de los terrenos sobrantes. La calle que hoy va a quedar en lo que fue alameda del vacuno se titule calle de la Unión Agrícola.

En el tintero quedaron otros, como el del marqués de Lacy, que no se resistió a compartirlo con los oriolanos mediante tres hojas de periódico y un modesto croquís

Croquis del proyecto del marqués de Lacy. El Oriolano. 2 de febrero 1886.

No he querido transcribirlo entero. Llega a mencionar las grandes avenidas de París, Londres o Nueva York.

Os dejo varios párrafos que reflejan cómo pretendía impresionar al viajero respetando la integridad del huerto de Tamames desde San Gregorio a San Sebastián.

El Oriolano. 2 de febrero 1886: Yo creo y entiendo que aquí la mayor dificultad está en trazar la línea que ha de seguir la carretera desde la Estación, si es que se discute este pensamiento pues determinada la recta dirección, responde solo al empeño de unir las dos extremidades, haciendo absoluta abstracción de topografía y conveniencias.

Supongamos por un momento que la línea recta, partiendo desde la estación hacia la ciudad, hallara a esta en la misma frontera del huerto de Tamames, ¿Cabría ni podría hacerse cosa mejor que lo que hay hoy trazado, carretera y andenes respectivos, que hasta allí conducen?

El ornato y la regularidad de vías rectangulares, exigiría romper directamente y en la misma forma que viene el trazado para la carretera, por medio del cuadrado que constituye el huerto de Tamames, y llegar hasta donde sea la primera conjunción de líneas para el establecimiento de la vía que lo ha de cruzar, si, como en ello insisto, aquel sitio es el llamado forzosamente a constituir la zona de nuevas construcciones.

¿A qué puede destinarse mejor aquel espacio, que teniendo por límite la actual alameda, está pidiendo a voces transformarlo en el más ameno y delicioso sitio, que jamás pudo la imaginación concebir, cual paseo para recreo y esparcimiento de propios y extraños?

¿Podría hallarse en parte alguna del mundo, casi me atrevería a aventurar, una entrada tan magnífica como la que quedaría para Orihuela viniendo desde la estación por el camino según está trazado, formando casi ángulo recto, con el plano general de la misma, y su magnífico panorama?

Si con arreglo a estas indicaciones se reconoce ventajoso mi proyecto y con él se cierra el paso a los carruajes por dentro de Tamames, quedaría toda su parte meridional destinada al paseo, en la extensión que ofrece, desde el convento de S. Sebastián a la casita situada en el ángulo opuesto cerca de S. Gregorio, que serviría desde luego para morada del guarda o jardinero.

Podría cerrarla fácilmente por aquel señalado puesto con dos puertas de piedra iguales a la existente, (vulgo tartana) sin desdoro alguno como buena obra de arte, reemplazando sus maderas con verjas ligeras de hierro y enlazando ambas puertas y corriendo todo el litoral de la acequia con idéntica barandilla, cuyo coste sería de poca importancia.

Ofreciendo al forastero la graciosa perspectiva de la gran alameda principal de entrada a la población, luego el paseo de frente con sus puertas y su verja y detrás bellas manzanas de casas…

Y si aun este bello ideal no puede llevarse a efecto, porque según todos los talentos y estudios hechos en demanda de la línea recta, aquellas se estrellan ante obstáculos casi insuperables, y por lo tanto hay que truncarla en algún punto dentro del cuadrado de Tamames.

Concluyo ya y debo hacer presente a los señores que componen la comisión ejecutiva, que si tienen otro proyecto que satisfaga mejor los deseos y aspiraciones de la población, yo tendré muy singular empeño en alabarlo y apoyarlo con las escasas fuerzas de mi humilde personalidad. Por último, acompaño adjunto el croquis del proyecto a que se contrae mi presente artículo, para mayor inteligencia de todos. El Marqués de Lacy.

Al final no se respetó el huerto en su totalidad como pretendía el marqués; pero sí buena parte de él efectuando un pequeño desvío en esa teórica línea de 890 metros.

Plano ensanche de Orihuela.

El ingeniero encargado de las obras fue José María Moreno Tovillas, directivo y miembro fundador de la Unión Agrícola.

El oriolano. 2 de enero de 1886: En la localidad reina bastante animación por haberse ayer dado principio, conforme anunciamos, a la construcción de la carretera. La subasta de estas obras se verificó el domingo, ante la comisión ejecutiva, en los salones de la sociedad Agrícola; concurriendo al acto unos treinta labradores o carreteros.

El acto estuvo en un principio bastante desanimado, especialmente en la subasta de la tierra para construir la caja de la carretera, en la que solo se adjudicó un mote de cuatrocientos metros cúbicos al precio de tres reales metro, quedando desiertos los dos restantes.

Los presentes escusaban su participación en la subasta alegando el precio sumamente bajo que según ellos se había señalado, pronosticando su ruina al labrador que se encargó del acopio de los primeros cuatrocientos metros de tierra; pero pronto cambiaron de parecer por cuanto ayer mañana les faltaba tiempo a algunos para buscar recomendaciones a fin de que se les cedieran los ochocientos metros restantes que la comisión había decidido trasportar administrativamente.

En la subasta de los mil quinientos metros de piedra que se verificó a las once de la mañana, a razón de seis reales metro, no hubo postor alguno; y la comisión, oído el parecer del director de las obras, D. José María Moreno, reformó en el acto los pliegos de condiciones, en lo que se refería al precio de la piedra, que se señaló en siete reales y medio; y aunque a los lidiadores les parecía todavía bajo al empezar la puja, se contrataron los mil quinientos metros definitivamente por el precio últimamente indicado.

Las obras empezaron ayer, como ya hemos dicho, bajo la dirección facultativa del señor Moreno y demás compañeros de comisión.

El oriolano. 18 de febrero de 1886: La construcción de la carretera a la estación y paseos se encuentra muy adelantada, gracias a la actividad de la comisión ejecutiva y especialmente al celo y gran interés que en las obras viene demostrando el ingeniero y director de las mismas señor D. José María Moreno.

La conducta del señor Moreno es muy digna de aplauso por el desinterés con que coadyuva a la realización de unas mejoras tan útiles para la población.

El ligero desvío y la voluntad de progreso de la Unión Agrícola propiciaron la construcción y vallado de la Glorieta, que se inauguró en ese mismo año de 1886.

A la Glorieta le dedicaré otro monográfico que pronto enlazaré con este trabajo.

«La Glorieta de Tamames». 11 de julio de 1886. Publicada en 1956 en el programa de feria.

La nueva «puerta de Orihuela» y su camino de entrada fue un elemento clave en la nueva configuración de la ciudad propiciando el definitivo ensanche con la transformación de los terrenos agrícolas adyacentes.

El viajero, hasta finales del siglo XX, en su trayecto desde la estación al casco urbano, disfrutaba de unas espectaculares vistas que desgraciadamente se han cubierto para siempre.

Col·lecció de fotografia antiga de Rafael Poveda. Oriola. Fotografía de J. Antonio Sánchez y Demetrio Cabañero.

A finales del siglo XIX las calles de Calderón de la Barca y Loazes sufrieron una drástica transformación pasando a formar parte de esa proyectada avenida de 890 metros como articulación funcional entre el corazón comercial y el ferrocarril.

Se construyó un nuevo puente y un lujoso casino. Embovedaron las acequias, plantaron árboles y las humildes viviendas se transformaron en interesantes casas para la burguesía; edificios que fueron erigidos para dar testimonio de su estatus económico; de su nuevo papel protagonista en el desarrollo de la ciudad.

Orihuela. Calles de Loaces y Calderón de la Barca.

Las nuevas edificaciones se fueron levantando en el entorno de las calles formaron un bello escenario de cara al visitante que nunca debió ser destruido y que de alguna manera ocultaba el abandono y atraso urbanístico del resto de la ciudad.

El camino de la estación 1ª mitad del siglo XX.

El camino de la Estación a principios del siglo XX. Colección Javier Sánchez Portas.

El título de «marqués de Casa Loring» para la nueva vía nunca llegó a utilizarse, citándose siempre como Paseo o Avenida de la Estación.

Hasta que, en agosto de 1910, a propuesta del concejal demócrata José Calvet Mas, se decidió homenajear al Ministro de Gracia y Justicia, Trinitario Ruiz Valarino; pasando a denominarse «Avenida de Ruiz Valarino».

La decisión final tuvo que someterse a votación; y la alternativa desechada, propuesta por el conservador Juan Coig Rebagliato, fue «Avenida de Nuestro Padre Jesús Nazareno».

Avenida de Ruiz Valarino. Colección Javier Sánchez Portas.

El Eco de Orihuela. Ayuntamiento. Sesión supletoria del día 6 de agosto de 1910. Se da lectura a una moción del Sr. Calvet proponiendo se dé a la avenida de la Estación el nombre de Ruiz Valarino. Primer escándalo.

El Sr. Coig propone se dé a esa avenida el nombre de Nuestro Padre Jesús Nazareno y se arma la gran trapatiesta. Discuten hasta dejárselo sobrado los señores Calvet, Coig, García Murphy, algunos otros señores concejales y buena parte del público; y por votación se acuerda lo propuesto por el señor Calvet.

Su urbanización formó parte del amplio paquete de mejoras proyectadas por la corporación presidida por Francisco Díe durante la Dictadura de Primo de Rivera.

Pero no hubo tiempo y fue el consistorio republicano, en noviembre de 1931, el que llevó a pleno la urbanización con una importante modificación: pensaban destinar a peatones el ancho del centro y a carruajes los laterales.

Para ello arrancarían las dos filas exteriores de árboles, dando así entrada de carruajes a los terrenos lindantes, a cuya mejora estaban dispuestos a contribuir sus propietarios.

Anteriormenete, en 1930, tres ciudadanos habían presentado un proyecto de urbanización de la zona comprendida entre el paseo y la carretera de Hurchillo y necesitaban accesos al camino de la estación.

Pero la resolución quedó aplazada hasta septiembre de 1932, fecha en la que aprobaron un proyecto del maestro de obras municipal, Francisco Sánchez, para la pavimentación con adoquín de las canteras de Torremendo y pórfido de las canteras del monte Oriolet.

Archivo Municipal de Orihuela. Planos. G-69. 1932.

En abril de 1934 la corporación fue destituida y el Gobierno Civil designó una comisión gestora.

30 de octubre 1934: D. Ricardo García López, alcalde presidente del Excmo. Ayuntamiento a los señores de la comisión gestora, con el debido respeto, expone: … se rotule una de nuestras calles o bien se lleve a la practica el proyecto de la avenida de la estación con el nombre del ilustre D. Alejandro Lerroux García, hoy elevado al más alto cargo de la nación…

A finales de noviembre dicha gestora acordó rotular el Paseo de los Andenes con el nombre del presidente del Gobierno, pasando a denominarse Avenida Alejandro Lerroux.

Y ratificaron el proyecto del maestro Sánchez para convertirlo de verdad en un digno paseo que completarían con el asfaltado de la Glorieta.

Sesión del 13 de noviembre 1934: Se da lectura a la moción de la presidencia anunciada en la orden del día, solicitando se tome el acuerdo de rotular con el nombre de Avenida Don Alejandro Leroux al paseo de los Andenes, y con este motivo debe ser urbanizado, suprimiendo el tránsito rodado y convirtiéndole en un paseo completando esto con el asfaltado de la Glorieta, y así se acuerda por unanimidad.

El 12 de marzo de 1936, con la victoria del Frente Popular y el derrumbe político de Lerroux por su implicación en el escándalo del estraperlo, el consistorio restituido decidió que en lo sucesivo se denominase al paseo de la estación como «Avenida del 14 de abril», fecha de la proclamación de la II República.

Sesión del 12 de marzo 1936: … por las distintas comisiones gestoras que este municipio ha padecido, han sido sustituidos los nombres de varias calles de la población, ensañándose con aquellos que ostentaban nombres representativos de la verdadera república… a la avenida hoy llamada de Lerroux, que en lo sucesivo se le llame del 14 de abril.

Pero el paseo seguía sin ser urbanizado.

Colección Javier Sánchez Portas.

Se formó una comisión municipal que aconsejó arrancar los viejos y frondosos árboles debido a que la mayoría estaban muertos; y los que permanecían sanos, perjudicaban las plantaciones de la Glorieta ensuciando sus jardines con la hoja caduca.

A pesar de la opinión de Antonio Cubí, que propuso aplazar la tala por el mucho sol que evitaban, se acordó el arranque de todos los árboles mediante subasta que se efectuaría por lotes para permitir el concurso de los industriales modestos.

Se adjudicó el primero a Francisco Martínez Cases por 5.000 pesetas y el segundo a Enrique Rodríguez Mira por 6.000 pesetas.

En junio de 1936 se presentó un espectacular proyecto, obra del ilicitano Antonio Serrano Peral, para adoquinarlo de mosaico sobre cimiento de hormigón hidráulico, con encintado de bordillo, alcorques y losetas de «rocasfalto», valorado en más de 200.000 pesetas.

De nuevo situaba la calzada para vehículos en el centro; con dos paseos laterales y cuatro hileras de árboles.

Archivo Municipal de Orihuela. Planos. G-69. 1936.

Sesión de 29 de junio de 1937: Se acuerda por unanimidad la tala mediante subasta de todos los árboles de la Avenida de la Estación e invertir el producto en la reforma y asfaltado de dicho paseo, para lo que se traslada de nuevo el proyecto presentado por el arquitecto Sr. Serrano y que se traigan a la próxima sesión el pliego de condiciones por que ha de regirse la subasta y deberá efectuarse por lotes para que puedan concurrir los industriales modestos.

Las obras comenzaron en el verano de 1937, en plena Guerra Civil. En septiembre de ese mismo año se formalizó un pedido de árboles a la casa Beisat de Valencia para su colocación en los paseos de la estación.

Sesión del 28 de septiembre 1937: La presidencia informa que para formalizar el pedido de árboles que se ha efectuado a la casa Beisat de Valencia para su colocación en los paseos de la estación, ha remitido a cuenta a la citada casa la cantidad de mil pesetas.

Durante 1938 en las cuentas municipales se suceden pagos de jornales del maestro Román Sánchez Ballesta con cargo a la décima, impuesto destinado a remediar el paro mediante la realización de obras públicas.

Y facturas por diversos suministros para las obras en la Avenida de la Estación de los que os dejo algunos ejemplos.

Con cargo a la décima para aliviar el paro obrero se aprueban las siguientes cuentas:

Por diez haces de cañas para el arbolado de la Avenida de la estación 50 ptas. Por setenta litros de gasolina para los camiones que prestan servicio en la Avenida de la estación 175 ptas.

Al maestro de obras Román Sánchez para pago de jornales en las obras de la Avenida de la estación 897 ptas.  A José Godoy por 200 metros de barrón de acera para la avenida de la estación 750 ptas.

A Antonio Grau Navarro, por tres sacos de cemento para la Avenida de la estación 66 ptas. A Mariano Gea por portes de 42 metros con veinticinco centímetros de piedra pórfido para los Andenes de la Estación, 633,75 ptas.

A Fidel Rivera de Callosa de Segura por 88 y medio metros de baldosines para los Andenes de la Estación, 752, 25 ptas.

Poco a poco las obras fueron decayendo; manteniéndose sin apenas medios hasta la llegada de las tropas de Franco en la primavera de 1939.

En mayo de ese mismo año, con motivo del gran desfile de la victoria, se dirigió un telegrama a Francisco Franco reiterándole la adhesión de Orihuela. Y se aprobó la rotulación de la calle de los Andenes de la Estación como Avenida del Generalísimo Franco.

Sesión del 20 de mayo 1939: Por unanimidad a indicación de la presidencia, se acuerda dirigir telegrama a S.E. el Generalísimo, reiterándole la testimonial adhesión de la agrupación y vecindario con motivo del gran desfile de la victoria.

Últimamente y también por unanimidad, se acuerda a indicación de la presidencia, rotular los Andenes de la Estación con el de Avenida del Generalísimo Franco.

Pero una circular recibida una semana después ordenó a las comisiones gestoras abstenerse de acordar nombres de vías y plazas públicas. En consecuencia quedó aplazada dicha titulación.

También se llegó a utilizar «Avenida de la Victoria», como se puede leer en la siguiente escritura.

Escritura de 1942 con la titulación «Avenida de la Victoria». Colección Javier Sánchez Portas.

En diciembre de 1939 se acordó continuar con el arreglo de la alameda de la estación, cuyo presupuesto no quedo aprobado hasta el verano de 1941, ascendiendo a 29.900 pesetas.

Sesión del 23 de diciembre de 1939: Se acuerda el arreglo de la alameda de la estación. La apertura y urbanización de la nueva calle que partiendo de la Estación desemboca en la carretera de Hurchillo. Y la urbanización de la nueva calle que partiendo de San Gregorio, termina en la carretera de Bigastro.

Sesión del 10 de junio de 1939: Por razones de urgencia queda aprobado el presupuesto para el arreglo de los Andenes de la estación en la cantidad de 29.900 ptas.

De nuevo Antonio Serrano Peral, convertido ahora en flamante arquitecto diocesano del Obispado de Orihuela, confeccionó el proyecto.

Archivo Municipal de Orihuela. Planos. G-69. 1941.

En septiembre de 1942 el alcalde manifestó la necesidad, conveniencia y utilidad de que cuanto antes se procediese a la urbanización del paseo de la estación, prácticamente intransitable, designando al señor Serrano, que presentó unos planos verdaderamente espectaculares que ofrecían dos alternativas, parcial o completa.

Archivo Municipal de Orihuela. Planos. G-69. 1941.

La primera, que incluía la calzada central y dos aceras, estaba valorada en 366.248 pesetas y la segunda, que añadía los paseos laterales, 480.698 pesetas.

El Paseo de la Estación a mediados del siglo XX, antes de ser asfaltado. Colección Javier Sánchez Portas.

En enero de 1954 el diario falangista «Línea» publicó un artículo acompañado de una fotografía de Juan Fenoll Villegas con el pie de foto: «Aspecto de la obras que se realizan en el paseo de los Andenes». Desgraciadamente la fotografía alojada en la hemeroteca es de una calidad pésima.

Línea. Murcia. 20 de enero 1954: Orihuela, en plena fase de transformación. Nunca como ahora ha disfrutado Orihuela de la actividad febril de sus innovaciones; de la realización de los proyectos de las nuevas construcciones. En una palabra, nunca como ahora ha sentido la necesidad de una renovación total de su estructura sin perder, claro está, su peculiar estilo, su personalidad, su aire.

La foto nos presenta una bella perspectiva de nuestra ciudad, con el Seminario al fondo, resguardado por la gigantesca Cruz de la Muela, tomada desde el paseo de los Andenes, en periodo de renovación, de pequeña renovación, ya que más bien son retoques, pinceladas sueltas, sobre su limpio pavimento, su variada floricultura y moderna iluminación.

Y en línea paralela, la Glorieta, con un proyecto más amplio, con una renovación más revolucionaria, con derribo de árboles casi centenarios.

Febrero de 1954. La estación al fondo. Fotografía de José Luis Zerón Climent. Archivo Zerón Huguet. Mejorada por Javier Andreu.

A mediados de la década de los cincuenta del siglo pasado el paseo de los Andenes quedó completamente urbanizado. Los peatones circularon por el centro y los vehículos por los laterales.

Epílogo. Avenida Teodomiro y calles adyacentes.

El primer andén y la Glorieta. Archivo Ajomalba.

Dedicar una lápida al noble Teodomiro fue una recurrente demanda de los oriolanos desde que se empezaron a nombrar las calles oficialmente.

En 1861 la Comisión encargada de la rotulación y numeración ya propuso titular la calle de los Hostales con el nombre del famoso «príncipe godo».

La Calle de los Hostales o de las Posadas, dictado insignificante, cambiado por el de Calle de Teodomiro, recordará el glorioso nombre del esforzado príncipe godo que, a tiempo mismo que D. Pelayo llegó a las montañas de Asturias con parte de las huestes vencidas en Guadalete, trajo aquí otras reliquias del Ejército Cristiano, con las que sostuvo la fe por mucho tiempo; estableciendo en esta Población el centro de su Gobierno.

Avenida de Teodomiro. Ediciones Arribas, Zaragoza. Colección Jesús R. Tejuelo. Mejorada por Javier Andreu.

En 1930 la prensa local retomó el proyecto y pensaron llamar «Calle de Teodomiro» a la futura «avenida de la estación».

Voluntad. 15 de junio 1930: No hace mucho tiempo, que en Orihuela se hizo una instancia firmada por el presidente de la Cámara de Comercio y otras entidades, en la cual se pedía (con sobrada razón) que ahora que Orihuela tiene en proyecto el trazado de numerosas calles que han de constituir su ensanche, a una de estas nuevas avenidas se le pusiese el título de «Calle de Teodomiro».

Nosotros no hacemos más que remover desde estas páginas aquella petición, a fin de que, en plazo no muy lejano, los vecinos de una de las hermosas calles de Orihuela puedan honrarse diciendo que viven en la «Calle de Teodomiro».

Paseo de la Estación. Ediciones Arribas, Zaragoza. Colección Jesús R. Tejuelo. Mejorada por Javier Andreu.

El pueblo. 16 de septiembre 1930: Va a iniciarse próximamente en Orihuela una serie de edificaciones en los terrenos que fueron del conde de Caralt. La parcelación y venta de dichas tierras se lleva a cabo con gran celeridad.

El nuevo ensanche entre los andenes de la estación y la carretera de Hurchillo, con sus futuras edificaciones, dará solución a estas necesidades.

La calle de Teodomiro ha de ser una gran avenida con buenos edificios, aunque para ello haya que sacrificar conveniencias particulares en prestigio de Orihuela.

Archivo Municipal de Orihuela. Planos. G-69. 1930.

La actual calle Valencia de Orihuela se pensó como calle de Montevideo en el primer proyecto de urbanización del entorno de los Andenes de la Estación, efectuado en ese mismo año de 1930.

Y no fue por casualidad. En el verano de aquel año se había disputado la primera copa mundial de la FIFA en Uruguay, país que celebraba el centenario de su Constitución.

También aparecen en dicho plano las de Marqués de Molins y Avenida de la Vega.

Archivo Municipal de Orihuela. Planos. G-69. 1930.

La urbanización de las calles de la zona tuvo que esperar dos décadas por causa de la guerra. Y sus titulaciones definitivas se decidieron en la sesión municipal del 12 de octubre de 1955.

Los Andenes. Archivo Celia Senén. Mejorada por Javier Andreu.
Los Andenes. Archivo Mariano Pedrera. Mejorada por Javier Andreu.

Los Andenes de la Estación, pasaron a llamarse por fin Avenida de Teodomiro.

Avenida de Teodomiro. Ediciones Arribas, (Zaragoza). 1964. Postal fotográfica. Colección Jesús R. Tejuelo. 

A las perpendiculares a dichos andenes las llamaron Duque de Tamames (por la antigua propiedad de los terrenos que ya hemos comentado), Avenida de la Vega, Calle de la Naranja, Calle del Limón y Marqués de Molíns.

Viviendas en el segundo andén. Orihuela. En memoria de Miguel Jara. Mejorada por Javi Andreu.

Las paralelas, situadas a la izquierda del segundo andén, adoptaron el nombre de las tres provincias de la Región Valenciana: calle Alicante, calle Castellón y calle Valencia.

Los Andenes, esquina con calle de la Naranja. Archivo Mariano Pedrera.

Y para nominar el inicio del camino de Hurchillo recuperaron al célebre ingeniero y político Luis Barcala, despojado de su calle durante la Guerra Civil y recuperada como de San Pascual en la posguerra.

El primer andén de la Avenida Teodomiro con el edificio en construcción. Colección Javier Sánchez Portas.

Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba).

Mi agradecimiento a Jesús García-Molina por su colaboración en la distancia.

Biografías apuntadas. Ramón Sijé.

José Marín Gutiérrez.

José Marín Gutiérrez (1913-1935).

Antecedentes.

Hijo del matrimonio formado por José Marín Garrigós y Presentación Gutiérrez Fenoll.

El Eco de Orihuela. 22 de marzo 1912: Esta mañana ha tenido lugar en la parroquia del Salvador, los desposorios de la elegante señorita Presentación Gutiérrez y el comerciante de tejidos D. José Marín Garrigós. Les deseamos muchas felicidades en su nuevo estado.

José Marín Garrigós era comerciante de tejidos; y desde 1909/1910 regentaba un establecimiento en la calle Mayor llamado «La Alhambra».

La iberia. 24 de septiembre 1909: Con objeto de verificar compras para el establecimiento de tejidos que en breve abrirá en un espacioso local de la calle Mayor, ha marchado a Valencia y Barcelona nuestro querido amigo D. José Marín Garrigós.

El Eco de Orihuela. 25 de junio 1910: Ha fallecido el padre de nuestro particular amigo D. José Marín, dueño del establecimiento de tejidos «La Alhambra».

El Eco de Orihuela. 10 de mayo 1911: Ha marchado a Barcelona a hacer compras para su establecimiento de tejidos «La Alhambra» nuestro querido amigo D. José Marín Garrigós.

El diario. Campaña 1911-1912.

Marín Garrigós fue también concejal del Ayuntamiento de Orihuela. Se presentó y fue elegido en las elecciones municipales de noviembre de 1912, adscrito al proyecto de «regeneración democrática» de Canalejas.

«El Diario». Noviembre de 1911.

El Liberal. 5 de noviembre de 1911: ORIHUELA. En las próximas elecciones municipales, lucharán los siguientes candidatos, que mañana solicitarán su proclamación ante la Junta municipal del censo:

Los señores don José Ferrer Lafuente, don José Calvet Más, don Evaristo Cárceles, don Abelardo Teruel García, don José Alonso Ruiz, don Adolfo Wandosell Calvache, don Francisco Román Miralles, don José Marín Garrigós. — Demócratas...

El Eco de Orihuela. 25 de noviembre 1912: En el escaparate de «La Alhambra» hay expuesta una ampliación del Sr. Canalejas hecha por el afamado fotógrafo Sr. Belda, que le está valiendo numerosas felicitaciones.

El diario. Campaña 1913-1914.

1913-1930.

José Marín Gutiérrez nació en Orihuela el 16 de noviembre de 1913.

El diario. 18 de noviembre 1913: Con toda felicidad ha dado a luz un precioso niño la joven esposa de nuestro muy querido amigo el acreditado comerciante y concejal, Don José Marín Garrigós, a cuyos felices padres felicitamos sinceramente por el natalicio de su primogénito.

Primogénito de la familia, José Marín fue bautizado por Ramón Plaza Blanco, el obispo de Orihuela consagrado ese mismo año.

Ramón Plaza Blanco. Fotografía publicada, precisamente, en noviembre de 1913.

El diario. 27 de noviembre 1913: ECOS DE SOCIEDAD. A las 11 y media de la mañana de ayer y en la capilla del Palacio Episcopal, recibió las regeneradoras aguas del Jordán, el primogénito de nuestro distinguido amigo el concejal de este Ayuntamiento don José Marín Garrigós.

Fue ministro del Sacramento el Ilmo. Sr. Obispo de la Diócesis Dr. D. Ramón Plaza y Blanco; asistido del clero parroquial del Salvador. El recién nacido recibió los nombres de José, Ramón, Rufino, Justino y Antonio.

Fueron padrinos en la ceremonia nuestro distinguido amigo el acreditado comerciante D. J. Ramón Garrigós y su elegante esposa doña Carmen Marín.

J. RAMÓN GARRIGÓS. Calle Mayor, núm. 30. Padrino de Ramón Sijé.

Realizó brillantes estudios con los jesuitas en el colegio Santo Domingo de Orihuela.

El pueblo. 14 de junio 1926: Exámenes. Terminados los exámenes en el Instituto General y Técnico de Murcia, podemos comunicar a nuestros lectores la lista de los aventajados alumnos del Colegio de Sto. Domingo de esta ciudad, que con brillantes calificaciones han dado validez académica a sus respectivos cursos. Primer año. D. José Marín Gutiérrez.

Colegio Santo Domingo de Orihuela.

El pueblo. 24 de junio 1930: Con calificación de Sobresaliente, ha terminado el Bachillerato Universitario, mereciendo el premio Extraordinario, nuestro querido amigo y distinguido compañero don José Marín Gutiérrez, al que enviamos nuestra más efusiva felicitación.

«Ramón Sijé».

1930-1935.

La Verdad de Murcia.

La Verdad de Murcia. 10 de julio 1932: UNA GRATA VISITA El otro día estuvo en nuestra Redacción el Poeta Oriolano Miguel Hernández. Es muy joven; los años de su niñez los pasó cuidando cabras; hace muy bellos versos quiere ser marino «para cantar al mar».

Le acompañó en su silencio de breñal el culto escritor Ramón Sijé, también oriolano y joven, que nos contó la vida interesante del poeta y nos dio un recital de sus versos. Una visita de grato recuerdo.

Para hablar de Ramón Sijé nadie mejor que su buen amigo José María Ballesteros Meseguer.

En las ilustraciones os dejo las portadas de algunas publicaciones en las que escribió nuestro biografiado.

Diario de Alicante. Periódico Republicano.Cabeceras 1931-1933.

Diario de Alicante. 14 de julio 1932: Escritores Levantinos. RAMÓN SIJÉ. «Somos muy tardos en reconocer en la fisonomía particular de un escritor, ese modelo que en nuestro museo de ideas generales lleva el letrero de «mucho talento».

Precisamente porque esa fisonomía nos es nueva, no la encontramos parecida con lo que llamamos talento. Preferimos hablar de originalidad, gracia, delicadeza, fuerza, hasta que llega un día en que nos damos cuenta de que lodo eso es cabalmente el talento». MARCEL PROUST.

Corto de talla, delgado de cuerpo, su cara casi un carbón. Ojos grandes, brillantes y negros, manifiestan los destellos de una inteligencia clara y sumamente viva.

«Destellos» Orihuela. 1930-1931.

Bengala le llaman; pero no por ser luz ligera y momentánea, sino por el brillo y resplandor de la luz de su intelecto. Edad, diez y siete años. Su profesión: estudiante de Derecho y escritor.

La iniciación de Ramón Sijé en el campo de las letras, fue en revistas semanales. Todos empezamos así; y siempre se recuerda con gusto, el día dichoso en que apareció en letras de molde nuestra firma por vez primera.

Alegría de la juventud que empieza a vivir llena de ilusiones, entusiasmos y esperanzas, en el mañana lejano, mucho más lejano de lo que ella se cree, pero que el deseo de llegar, de ser algo, de ser una primera figura entre los escritores, entre el nutrido grupo de hombres que tomando como instrumento la palabra hacen de ella un arte bello, le parece tan cercano, como si el triunfo estuviera ahí mismo, junto a ella, cuando el pago de los éxitos y la plena satisfacción del triunfo, no se recogen en la juventud, por el contrario, en la vejez o a la muerte.

Literatura, arte de escribir. Profesión de literato, ingrata y pobre, si se ejercita con pureza de ideas, sin hacer traición a la honradez de la conciencia.

Difícil resulta en la actualidad, tal y como se encuentra la penosa situación del escritor, queco tantas ocasiones no llega a tener ni el vestido con que cubrir su cuerpo, ni el pan con que fortalecerlo, el no claudicar de sus ideales sanos, cayendo vencido ante innobles ofertas que mercantilizan la pluma llevándola por senderos tortuosos y encenegados impropios por todos conceptos de lo que debe ser la digna profesión de escritor.

«Actualidad». Orihuela. 1928-1931.

Este es el cuadro borroso que se le presenta siempre delante al escritor en el difícil momento de su evolución literaria. Cuadro lleno de negruras al tener que luchar con la falta de dinero, con la incomprensión de los lectores y con el egoísmo de las empresas dedicadas al negocio de libros. Traicionarse así mismo, escribiendo al dictado de lo que el público gusta y quiere, ¡para qué!

El que tal cosa haga, tal vez como mejor, disfruto de recreos y comodidades poco duraderos; pero no podrá dejar nunca una obra que merezca el día de mañana el favor del recuerdo, porque lo que escribió no fue la inspiración de un cerebro ni el sentir de un corazón.

Ramón Sijé, puede salvar fácilmente el crítico momento de su evolución literaria. Talento del escritor; consagración del escritor: etapa póstuma de la vida literaria de un hombre.

Infinidad de circunstancias concurren e influyen en el reconocimiento del valor literario del escritor; circunstancias, que lo mismo roban prestigios merecidísimos, como los regalan.

Envidias humanas; revelaciones que en un principio parecen extravagancias: un artículo que hirió este u el otro principio, base de la doctrina por la que se guía un determinado sector de la sociedad: favoritismos.

Y el talento, ese conjunto de dotes intelectuales que resplandecen en el hombre, porque Dios quiso que así resplandecieran, no recibe normalmente el premio de su trabajo, ya sea en dinero ya sea en honores. ¡Triste vida y triste porvenir la del escritor en España!

«Voluntad». Orihuela. 1930.

No reconocemos nunca o lo reconocemos tardíamente, el talento del escritor no emparentado con la suerte. Y cuando llega la hora de las alabanzas, hora fatal generalmente, porque el interesado solo percibirá su vago eco desde las discutidas sombras «del más allá», preferimos hablar, como dice Marcel Proust, de originalidad, gracia, delicadeza, fuerza, llegando pollina comprender que todo eso no es más ni menos que el talento.

La hora de la consagración de Ramón Sijé como escritor, no necesitará como condición precisa la de asaltar la valla de su vida corporal.

El despejo de su inteligencia, su voluntad y su buena estrella, serán acicates que harán pueda saborear, aunque no tan pronto como él quisiera las halagadoras caricias del triunfo.

Yo, como su buen amigo y compañero, y sobre todo, como escritor levantino que llevo en el alma la fe y el amor en todas las empresas en esta vida terreña, pensando siempre en el placer que deben producirlos encantos de otra vida superior, más elevada y espiritual, así se lo profetizo. José M. BALLESTEROS.

«Voluntad». Orihuela. 1930.

Homenaje a Gabriel Miró en la Glorieta de Orihuela.

Domingo 2 de octubre de 1932. Descubrimiento busto Gabriel Miró. Obra del escultor murciano José Seiquer Zanón. Colección Javier Sánchez Portas.

El Luchador. 30 de septiembre 1932: Homenaje de «Oleza» a la memoria de Gabriel Miró. Los admiradores de Gabriel Miró en Orihuela no descansan en la preparación de los actos que ha de celebrarse el domingo al inaugurar el busto del gran escritor alicantino que se alzará en la Glorieta, hoy «Jardín Gabriel Miró» como homenaje a este escritor genial que supo elevar a Orihuela a la categoría de ciudad literaria convirtiéndola en la «Oleza» para su admirable «Obispo leproso».

Será un homenaje rendido a la memoria del excelso prosista y el motivo final de la «Semana Gabriel Miró» que ha organizado la Universidad popular cartagenera, y que culminará con este acto celebrado en Orihuela y con la conferencia que el periodista «Ramón Sijé» dará acerca de la obra literaria de Miró…

El Luchador. 3 de octubre 1932.

El Luchador. 3 de octubre 1932: INAUGURACION DEL BUSTO DE GABRIEL MIRO. …En los hermosos Jardines que llevan el nombre de Gabriel Miró, y al pie de una palmera, rodeado de bellas plantas, se ha erigido el busto con que Oleza, rinde tributo a su cantor Gabriel Miró.

… Suena el Himno Nacional y es descubierto el busto que se hallaba tapado con la bandera tricolor. Don José María Ballesteros, en nombre de la Comisión organizadora del homenaje a Gabriel Miró, ofrece la estatua al pueblo de Orihuela en la persona de su Alcalde.

El escritor don Ramón Sijé, pronuncia unas palabras dedicando un sentido recuerdo a Gabriel Miró, y seguidamente el señor Jiménez Caballero, pronuncia un discurso ensalzando la obra de Gabriel Miró…

Abril de 1933. José María Ballesteros, flanqueado por Álvaro Botella y Ramón Sijé, recoge el premio Luca de Tena por su trabajo «Orihuela y Gabriel Miró».

El Día. Alicante. 18 de abril 1933: EN LA ASOCIACION DE LA PRENSA. Velada en honor de Luca de Tena. En la Asociación de la Prensa tuvo lugar el pasado sábado, a las siete de la tarde, el acto de hacer entrega al escritor orcelitano José María Ballesteros, el premio Luca de Tena correspondiente a este año, por su trabajo «Orihuela y Gabriel Miró», publicado en un periódico de la ciudad orcelitana.

Al acto acudieron numerosos periodistas. Abrió la sesión el presidente de la Asociación y director general de industria don Álvaro Botella, que pronunció unas sencillas palabras sobre la significación del acto. …

«Ramón Sijé» pronunció un bello discurso, exaltando la figura de Ballesteros, y abogando por una labor intensa de cultura.

…Después del acto que hemos reseñado, «Ramón Sijé», a petición nuestra, nos entregó la siguiente cuartilla, en la que condensa su comentario abstro, aunque de resonancias concretas: «Tesis: Urgente defensa de la cultura»…

Cabecera «El Luchador». Alicante.

El Luchador. Diario republicano. 26/28 de abril 1933: Fiesta Literaria. Dos jóvenes comprovincianos nuestros, los escritores orcelitanos Ramón Sijé y Miguel Hernández ofrecerán el próximo sábado a las siete de la tarde una fiesta literaria a los del Ateneo.

La personalidad nueva y bien destacada de los dos jóvenes literatos es ya segura prenda del interés que el acto ha de revestir …

… La valía y orientación de estos jóvenes artistas, el segundo de los cuales acaba de publicar un bello libro de versos, «Perito en lunas», son prometedoras de que el acto tendrá un tono de modernidad al que siempre el Ateneo ha dedicado preferente atención.

En 1934 dirigió la revista literario-católica «El Gallo Crisis».

La Verdad de Murcia. 15 de febrero 1934: De Orihuela, nos llega una carta de Ramón Sijé, con el anuncio de una nueva resista en proyecto. «Revista—dice—que querrá ser expresión exacta del humano—y humanista—, español—y españolista— conceptismo católico».

La Verdad de Murcia. 28 de junio 1934: REVISTAS. Y aquí está ya «El Gallo Crisis», hecho revista, por gracia de un grupo de oriolanos que han dado un paso notable en ese fenómeno gradual de descentralización de la intelectualidad hispana.

Al frente de ellos Ramón Sijé, profundo, nervioso, abundante, como el barroquismo humanista en que cristaliza esta concepción literaria, filosófica, tal vez teológica, y de sustancia española.

Con él, Miguel Hernández Giner, Jesús Alda, Fray Buenaventura de Puzol integran las páginas del primer número de la revista. Incorporados a ella, están los nombres de Chesterton, Quevedo, Maeztu y Unamuno en una original encuesta sobre la idea del Infierno.

Y el de Miró y el de Lope de Vega. Presentes, unidos en la actualidad del pensamiento. …

La colección fue adquirida por la Biblioteca Nacional y podéis acceder a ella pinchando sobre la imagen.

El Gallo Crisis. Orihuela. 1934-1935. Enlace a Hemeroteca Digital.

De «El Gallo Crisis» se hizo eco hasta José María Pemán.

El Día de Palencia. 27 de julio 1934: …Todas estas divagaciones se me han despertado en la mente, al ver, sobre mi mesa, unas cuantas revistas, de la cosecha de estos últimos años. Una, por ejemplo, se llama, nada menos que «El gallo crisis», esta editada en Orihuela.

Habla de Chesterton, de Guardini. Trae una oda social y profética sobre la reforma agraria, en la que se encara con el campesino y le dice: A tu manera faltas sosegado a tu amor y destino; veterana asistencia de los prados.

Y luego: Pides la expropiación de la sonrisa y todavía: Dejas manca en los árboles la brisa. No hay que reírse de nada de esto. Yo no me rio de ninguna poesía, honradamente atrevida.

Pero me rio menos cuando, a su lado, como en «El gallo crisis», veo con letras grandes esta terrible sentencia de San Mateo: «Serpientes, generación de víboras, ¿cómo evitaréis el juicio del infierno?».

Porque esto es lo más interesante de todo; «El gallo crisis» es, como «Cruz y Raya», una revista católica…

¿No caláis toda la profunda significación renovadora del síntoma? ¿Concebís hace cinco o seis años una revista editada en Orihuela que además de llamarse «El gallo crisis» y hablar de «la expropiación de la sonrisa» hablara del infierno?

Hace cinco o seis años, del infierno no hablaban en España más que unas hojitas humildes y unas revistas ramplonas…

…Ha sido preciso tres años de persecución para que el Catolicismo español se decida a quitarle al Decálogo estos caprichosos suplementos, y a maridarse con todo lo moderno y lo universal.

No es que yo apruebe punto por punto cuanto ese movimiento renovador trae consigo. Todo no me satisface. Pero todo me regocija por lo que tiene de sintomático y de prometedor. José María PEMÁN.

Ramón Sijé murió muy joven. El 24 de diciembre de 1935, una hora antes de la «misa de gallo», José Marín Gutiérrez fallecía en su domicilio con tan sólo 22 años.

Diario de Almería. 27 de diciembre 1935: FALLECIMIENTO DE UN PERIODISTA ALICANTINO. Orihuela. Ha fallecido, víctima de rápida enfermedad, el joven periodista, que fue colaborador de «El Sol», don José Marín Gutiérrez, que usaba el seudónimo «Ramón Sijé». En la actualidad era director de la revista literaria «Gallo Crisis». Su muerte ha sido sentidísima.  

Artículo de José María Ballesteros. No incluye la parte que reproduce fragmentos del otro artículo, publicado en 1932. Lo he transcrito completo anteriormente.

La Verdad de Murcia. 28 de diciembre 1935: Ha muerto Ramón Sijé. En la Noche Buena del año mil novecientos treinta y cinco, Pepito Marín Gutiérrez, conocido en el mundo de las letras por Ramon Sijé, ha muerto.

Si yo intentara escribir unas cuartillas acerca de lo que Ramon Sijé representa, seguramente fracasaría. El peso de la impresión recibida al oír sus últimas palabras y al ver su última mirada suplicante, desvanece mis ideas y aturde mi inteligencia.

Uníanme a él lazos tan estrechos, que ya no era esa amistad nacida al calor del continuo trato, ni ese cariño obligado e innato de la familia, sino el elevado y sublime parentesco espiritual, de mutua connivencia cultural y espontanea compenetración, de atractiva simpatía e igualdad en los sentimientos afectivos.

Escribir para Ramon Sijé, muerto en plenitud de sus facultades intelectuales; cuando comenzaban a perfumar las flores de sus ilusiones; cuando se iban a cumplir esperanzas tan deseadas; cuando el amor le sonreía, cuando el éxito le acompañaba.

Escribir sobre la Noche Buena de Ramon Sijé, sobre su última noche, la del tránsito, la única…

Ramon Sijé, triunfó como escritor. Y también como hombre, pues dejó tras de sí una estela brillante de ejemplaridad. Sirva el recuerdo de su figura como espejo en donde se miren las juventudes venideras.

Las campanas de todas las iglesias tocan a Misa Mayor. El Niño Dios va a nacer. Pepito Marín Gutiérrez ha sido artista hasta para conseguir que la Muerte eligiera su hora crítica: su Noche Buena. José María Ballesteros.

Artículo de la poeta murciana María Cegarra Salcedo.

Levante Agrario. 25 de enero 1936: RAMON SIJÉ. La Muerte, esta vez, ha sentido el regusto de la elección. En la Noche Buena del 35, nieves de fuera del mundo helaron la vida de Ramón Sijé, transplantándolo, tenue y transido, desde su adorada Oleza, a una «literaria ciudad amanecida» toda de gloria y eternidad.

Muere Ramón Sijé a los 22 años, habiéndose destacado como escritor notabilísimo, de amplía cultura y original estilo. Fundó y dirigía en Orihuela la revista «Gallo Crisis», donde su espíritu inquieto y privilegiado defendía briosos ideales.

Un acabado trabajo literario sobre «Oleza, pasional natividad estética de Gabriel Miró», reveló en sus 19 años una precocidad crítica, en lenguaje razonado, impropio de edad tan temprana. Para él que amaba lo hondo, desaparecer es penetrar en la mayor existencia, en la mejor verdad, vida sin carne, ingrávida, inmortal, ascendida de fervores.

Las ocho felicidades de los bienaventurados habrán descubierto sus paralelas puertas de espejo para que elija su primavera ahíta de conceptos, vitaminada de concepciones sublimes, incienso de las frentes profundas de la idea en pira ardorosa de fe.

Cuando en el cerebro anida el genio y en el corazón el amor y en la sangre la juventud, se forma, por predilección divina, la trilogía sin ámbito en la tierra. Al expirar el calor creador enciende una nueva estrella—fuego fatuo del alma—, en el firmamento.

Son las que nos miran estremecidas de compasión por nosotros. Siempre, la debilidad corporal, acumula grandes energías; espirituales. Así Ramón Sijé, endeble y pálido, llevaba en los ojos calientes y «morenos» luces blancas de inspiración y fiebres de prisa e impaciencia.

En la Noche Buena del 35, entre cánticos de resurrección a un mundo mejor—campanas y paisajes místicos de Orihuela agitada de despedida—, en intercambio con la Natividad cristiana—tenía que sucederle así a Ramón Sijé—, huyó por el camino de los elegidos.

Purificado de sus palabras, aéreo de imágenes, sublimado de sus verdades, ardido de literatura y humanidad, habrá cruzado el umbral último y desconocido como estampa de un Greco pintor de adolescentes. Ya en lo exacto y firme, será llama en alburas perennes.

En el lugar vacío de Ramón Sijé, junto a las lágrimas, quemamos el aroma de un rezo. María Cegarra Salcedo.

Ramón Sijé (1913-1935).

Por esas fechas, Miguel preparaba la edición de «El rayo que no cesa». La noticia de la muerte de su amigo le llevó a componer «Elegía», obra maestra de la literatura que comienza así:

En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería….

Se puede leer completa con información adicional pinchando la siguiente imagen.

Miguel Hernández. El rayo que no cesa. Madrid, 1936. Enlace a Elegía.

Para saber más del personaje os dejo también una biografía de la Fundación Cultural Miguel Hernández a la que se accede pinchando la siguiente imagen.

Enlace a Biografía.

Termino con otro enlace al trabajo de mi buen amigo Julio Calvet Botella, titulado «Semblanza». Se accede a él pinchando sobre la siguiente imagen.

Enlace a «Ramón Sijé. Semblanza» de Julio Calvet.

Pepito Marín para los amigos. Ramón Sijé para la eternidad.

Crónica de un homenaje. 1936-2016

El 12 de marzo de 1936, en el Ayuntamiento de Orihuela, el concejal Luis Carrió presentó una moción con el objeto de restituir la rotulación de calles alteradas durante el bienio conservador.

Además, interpretando los «senti­mientos justicieros y oriolanos de esta corporación, honrando los valores de nuestra patria chica», quiso recordar a un oriolano «muerto en plena juventud y cuando tanto esperaban las le­tras españolas de su inteligencia y laboriosidad».

Propuso que la Plaza de la Pía, reti­tulada como de Pinohermoso por la Ges­tora del bienio conservador, en lo sucesivo se denominase de Ramón Sijé, nombre del ilustre oriolano José Marín Gutiérrez.

La rotulación se aplazó hasta el 14 de abril, aniversario de la República. Y Miguel Hernández llegó de Madrid para intervenir con su palabra en la inauguración de la Plaza.

14 de abril de 1936. Colección Javier Sánchez Portas.

Su lectura quedó inmortalizada en la fotografía de Miguel, leyendo bajo el nuevo rótulo, tras picar el de «Plaza de la Pía»:

Quisiera que esta piedra y esta plaza llevaran para siempre el nombre que les ha sido impuesto: Ramón Sijé. Bajo el sonido de este nombre se me ha ido un compañero del alma, y Orihuela ha perdido su más hondo escritor y su más despejado y varonil hombre.

Su vida ha sido precipitada, tormentosa y luminosa, como la del rayo, y, como la del rayo, ha buscado precipitadamente la tierra. Orihuela se ha dado cuenta a su muerte, ya que siempre es a la muerte cuando nos damos cuenta del valor de ciertas vidas, de la grandeza del hijo que había criado casi sin advertirlo.

He sabido con emoción que en su entierro se disputa el pueblo el peso de su cuerpo en el ataúd y sé que él lloraría de emoción en la intimidad de las tablas a que todos estamos destinados, como sólo saben llorar los muertos: sin necesidad de lágrimas, voz, ni ojos.

Sé que su alma anda desde hoy, con la precipitación con que solían andar su corazón y su cuerpo, anda y recorre esta plaza y le complace su soledad cotidiana, que acrecientan las siestas, las lluvias y las casas cerradas.

Hemos perdido con Ramón Sijé un genial escritor, si aún temprano de sazón, ya tardío de humanidad. Con una luz sobrenatural en el corazón y en el entendimiento, lo veía todo, lo sentía todo, lo sufría, lo angustiaba y lo hacía vivir muriendo todo: desde el sentimiento del amor hasta el pensamiento de la muerte.

Fue un héroe, y resistió mientras pudo a pie firme las violentas tempestades que se organizaron y chocaron de continuo entre su corazón y su cerebro. Pocos hombres han vivido una vida interior tan intensa y sangrientamente volcánica como Ramón Sijé.

Veintidós años contó sobre la tierra y se ha llevado la experiencia de cien bajo ella. Cayó agotado por la tremenda pelea inacabable de sus pensamientos y sus sentimientos, sus trabajos y sus fatigas.

Un día escribiré las memorias de su vida, que a cada paso y recuerdo adquiere en mí más caracteres de tragedia. Pueblo donde ha nacido y agonizado esta gran criatura; todos los homenajes que le hagamos se los merece.

Procuremos que éstos resulten lo más duraderos y de verdad y lo menos teatrales y de relumbrón posibles.

Yo sé que él aceptará los mejores y rechazará los otros: que, aunque parece que a los muertos todo les da lo mismo, no es así. Y si algunos del cementerio darían las gracias si pudieran por verse entre mármoles y hojarasca, otros se indignarían.

Ramón Sijé verá desde la tierra que ocupe lo que hagamos por él, y juzgará desde su sombra, y no hablará, porque ya su oficio es callar como el de un muerto.

14 de abril de 1936. Miguel Hernández.

Acabada la Guerra Civil, el 29 de abril de 1939, a propuesta de Juan Villaescusa Ballester, la Comisión Gestora franquista le devolvió el nombre de Plaza del Duque de Pinohermoso, incumpliendo la orden de retomar los nombres anteriores a abril de 1931; en este caso «Plaza de la Pía».

Esta resolución no debió surtir efecto. En los años cincuenta la seguían llamando de Ramón Sijé. El cambio de plaza por calle llegó en la sesión del 12 de marzo de 1958, dentro de un paquete de titulaciones:

Que en adelante, la actual Plaza de Ramón Sijé se titule Plaza del Marqués de Rafal, en memoria del Excmo. Sr. Don Alfonso Pardo y Manuel de Villena, Marqués de Rafal, ilustre prócer e Hijo Adoptivo de Orihuela.

Que la nueva calle que, paralela a la de Adolfo Clavarana partirá del «Callejón de Reales» hasta la carretera de Alicante, se denomine «Calle de Ramón Sijé».

Descubrimiento de la placa al marqués de Rafal. Colección J. Ezcurra Alonso AMO.

El sábado 14 de abril de 1984, con motivo del 48 aniversario, se celebró un acto simbólico de restitución de la placa dedicada a Ramón Sijé con una placa obra de Pepe Aledo.

De esta forma, el Colectivo Cultural Oriolano reivindicaba su titulación.

Canfali Vega Baja. 18 de abril 1984: Aunque simbólicamente, se restituyó el nombre de la Plaza Ramón Sijé. La pasada semana, con motivo del cuarenta y ocho aniversario de la denominación de la plaza de «La Pía» como de Ramón Sijé, que fue llamada posteriormente del Marqués de Rafal, un grupo de oriolanos organizaron un acto simbólico de restitución del nombre de esta plaza.

En el acto intervinieron, por parte de la organización, José Alberto Pardines y el profesor Ruiz Funes, quien leyó las palabras que hacía cuarenta y ocho años leyera el poeta Miguel Hernández con motivo de la denominación de esta plaza como de Ramón Sijé.

Párrafos extraídos del texto que leyó José Alberto Pardines el 14 de abril de 1984:

Esa paz democrática en la que vivimos es nuestra esperanza, pese a todos sus defectos. Este nuevo campo óptico permite plantearnos que las cosas se pueden ver de otra manera.

Y así, podemos y debemos efectuar un acercamiento sincero y sin perjuicios a las figuras de Miguel Hernández y Ramón Sijé, y comprobar que no se trata de simples muestras pueblerinas, sino que son dos personalidades literarias de una talla excepcional a los que se les han negado sus derechos, talla demostrada en sus escritos y truncadas sus vidas en plena juventud.

Canfali Vega Baja. Miércoles 18 de abril de 1984.

Es entonces cuando percibimos la trascendencia histórica de un instante, hace hoy cuarenta y ocho años, fijado en una fotografía, en el que la fuerza de la amistad traspasó las barreras del espacio y del tiempo, y en el que el buen sentido ciudadano se materializó en un reconocimiento público a Ramón Sijé, asignando su nombre a esta plaza.

Mucho queda por recorrer a Orihuela para restituir los agravios perennes -por acallados bajo la losa negra de la ignorancia y la patanería hacia las figuras de Ramón Sijé y Miguel Hernández. Sin embargo, ese largo trecho de poner las cosas en su sitio podría efectuarse en poco tiempo si se realiza una gestión inteligente.

1984. Colectivo Cultural Oriolano. Archivo José Antonio Muñoz Grau.

En este sentido la restitución real y no simbólica de la Plaza de Ramón Sijé, será para Orihuela, un peldaño muy importante en la devolución de sí misma y un ejemplo tangible de que nuestro pueblo también supera la triste y secular división de las dos Españas.

Retitulación de la Plaza Ramón Sijé. 14 abril de 2016. © Gaspar Poveda Grau.

Otro 14 de abril, el de 2016, justo ochenta años después que Miguel se subiese a la escalera para inaugurarla, la plaza recuperó el nombre de Ramón Sijé.

Retitulación de la Plaza Ramón Sijé. 14 abril de 2016. © Gaspar Poveda Grau.
Retitulación de la Plaza Ramón Sijé. 14 abril de 2016. © Gaspar Poveda Grau.
Ramón Sijé. En el centro, su plaza. Diseño y montaje propio.

Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba)

Para saber más sobre la plaza que en la actualidad lleva su nombre, pinchad la siguiente imagen.

Enlace a la Plaza de la Pía.

El marqués de las Hormazas y el duque de Tamames.

Introducción.

La familia de Carlos IV. Francisco de Goya. 1800. Museo del Prado. Madrid.

18 de noviembre de 1800: Carlos IV, por la Gracia de Dios Rey de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Menorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias Occidentales y Orientales, de la tierra firme al mar océano, Archiduque de Austria, Duque de Borgoña, de Bramante y de Milán, Conde de Flandes, de Tirol, de Barcelona, Señor de Vizcaya, de Molina, etc.

Autoriza a la Excma. Señora Marquesa de Rafal, Doña Antonia María Fernández de Heredia Rocamora Bazán Cascante Rosell Ruiz de Vesprat, Marquesa de Rafal y viuda de Villescas, Condesa de la Granja, Baronesa de la Puebla de Rocamora, Señora de los lugares Benferri, La Granja y Rafal, Grande de España y Dama de la Reina.

Concede a la Marquesa, real licencia y facultad para ceder, cambiar y permutar cuatro tahúllas, siete octavas y veintiocho brazas de tierra huerta de la pertenencia del mayorazgo que posee y que están en el término de la ciudad de Orihuela, tasadas en 1495 libras, seis sueldos y tres dineros, con cincuenta libras de renta, sin que pueda esperar mayor aumento, por ser tierra blanca natural.

Por otras cuatro tahúllas, una octava y dieciséis brazas, pobladas de árboles jóvenes, naranjos chinos, olivos y limoneros, y una barraca que goza y posee libremente el Sr. Marqués (de las Hormazas) otorgante, en la huerta de la Villa de Callosa de Segura, valorada en 1495 libras, doce sueldos y seis dineros y que renta anualmente ochenta libras, con futuro aumento de renta, por ser nuevo arbolado.

A ello se agrega la comodidad y conveniencia publica de la ciudad, con la anexión de su heredad vinculada a la lindante del Marqués, por pensar éste cerrarla y en lugar del tránsito angosto que atraviesa los huertos del sitio de San Gregorio, propios de él, ejecutar un camino espacioso para que al paso sirva de paseo y le proporcione la extensión y comunicación más agradable al paseo principal.

Informado de todo ello por D. Juan de la Carte, corregidor de la expresada ciudad de Orihuela y su partido.

Palacio de la marquesa de Rafal. Hoy de la Granja. Francisco Luis Galiano.

El 10 de diciembre de 1800, ante el notario de Orihuela Trinitario Martínez, comparecieron Josef Galindo y Pedro Martín de Migueltorena; ambos vecinos de Orihuela.

Exhibían copia auténtica de los poderes otorgados desde Madrid por la marquesa de Rafal y por el marqués de las Hormazas para permutar unas tierras en Callosa de Segura por otras situadas en Orihuela.

La parcela oriolana lindaba por levante con el camino llamado de San Gregorio; de poniente y mediodía con tierras del mencionado marqués de las Hormazas; y por el norte con el azarbe de las Lavanderas.

Con esta permuta entre los marquesados de Rafal y de las Hormazas se estaba trazando la alameda y futura calle de San Gregorio; y marcando los límites de la que, casi un siglo después, sería la Glorieta de Orihuela.

¿Quién era ese marqués de las Hormazas y qué tenía que ver con Orihuela?

El marqués viudo de las Hormazas.

Autógrafo del marqués de las Hormazas.

Nicolás Ambrosio Garro Arizcun había nacido en Madrid, el 7 de julio de 1747.

Hijo de Ambrosio Garro Micheltorena, prestigioso y adinerado comerciante proveedor de la Armada y tesorero de Luis Antonio de Borbón el «infante cardenal» hijo de Felipe V.

Y de Josefa María Arizcun, hija del II marqués de Iturbieta.

El 29 de octubre de 1767 se casó en Madrid con María Joaquina de Robles y Cogorani, la III marquesa de las Hormazas.

Nicolás ingresó muy joven en la administración pública. Caballero de la Orden de Santiago y marqués consorte, este personaje con fama de buen administrador, no sólo continuó los negocios de su padre; fue consejero real, consejero de Hacienda, accionista de varias compañías y del Banco de San Carlos.

En 1797 pasó a desempeñar, siendo ya ministro del Consejo de Hacienda y tesorero general del rey, el cargo en propiedad de secretario de Estado y del Despacho de la Real Hacienda.

1 de julio de 1797. Godoy «Príncipe de la Paz», comunica el nombramiento como Secretario de la Real Hacienda al Marqués de las Hormazas.

En las postrimerías del siglo XVIII era dueño de numerosas propiedades inmobiliarias en Madrid.

No sé cómo llegó a la Vega Baja del Segura este noble madrileño; pero lo más lógico es que, aprovechándose de su cargo, adquiriese sus propiedades en Orihuela gracias a la primera desamortización, ejecutada en 1798 para hacer frente al endeudamiento de Carlos IV producido por las guerras con Francia y Gran Bretaña.

A través de su apoderado en Orihuela el marqués compró tierras en Catral, Callosa de Segura, Rojales, Almoradí, Torremendo, Elche, Guardamar, Crevillente, Redován y Murcia, cientos de tahúllas sobre todo de olivar y tierra blanca, que inmediatamente puso en arriendo.

Como ya he dicho, su apoderado era Pedro Martín de Migueltorena, comisario de Guerra y contador titular de propios de la ciudad de Orihuela.

Compró también una parcela cerca del Arrabal de San Agustín. Y levantó una casa palacio entre las calles de San Agustín y el Rodeo de la que hablaremos después.

Tanto él como su hijo fueron «Hermanos Mayores» y destacados miembros de la junta de dirección y gobierno de los hospitales de Madrid.

Diario Balear. 23 de febrero de 1815: Copia de un oficio pasado por el Ministerio Universal de Indias al de la Guerra. Excmo. Sr.: Enterado el Rey de una exposición que ha hecho el señor marqués de las Hormazas como hermano mayor de la comisión encargada de la administración de los hospitales Generales de esta corte en solicitud de que se facilitasen para los mismos algunas sábanas y mantas de las existentes en los almacenes de Pasajes.

Deseando S. M. contribuir con cuanto esté de su parte a que los militares enfermos disfrutan del alivio que exige la humanidad, y multiplicar las pruebas de lo mucho que anhela proteger tan loables establecimientos, se ha dignado resolver se entreguen a disposición del citado señor marqués de las Hormazas con aquel objeto 1500 camas compuestas de 1500 jergones, otros tantos cabezales, igual número de cubrecamas de lana, y de sábanas.

El cronista Montesinos mencionó en su compendio oriolano su faceta como benefactor del Hospital de la Caridad.

MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 7. Manuscrito. Caja Rural Central. Orihuela.

Marqués viudo desde febrero de 1802, el cambio de siglo frenó su carrera pólitica. Y todavía más la llegada de Napoleón.

Aunque en principio aceptó la «carta de Bayona» otorgada en el verano de 1808, supo apartarse a tiempo de los «afrancesados».

Es probable que, durante la guerra, pasase temporadas en Orihuela junto a su hijo, que sí lo tengo documentado.

Disuelta la Junta Central, el de las Hormazas fue reclamado por la Regencia para hacerse cargo del Ministerio de Hacienda.

A primeros de 1810 se hallaba ya en Cádiz, en la Isla de León, desempeñando interinamente el cargo de primer secretario de Estado.

En 1811, entre los donativos hechos en Cádiz para financiar la división del brigadier Juan Martín «el empecinado», figuran dos mil reales de vellón del marqués viudo de las Hormazas.

Juan Martín Díez, llamado «el Empecinado».

De su actuación en estas fechas he encontrado un interesante párrafo en el artículo titulado «Los emisarios de Napoleón», publicado en «La Lealtad» por Abelardo Ahumada.  

…Disuelta la Junta Suprema Central, y que, habiéndose quedado tres o cuatro días en crisis por falta de un gobierno, asumió el mando una Regencia integrada por varios elementos, cuya cabeza visible era un tal Marqués de las Hormazas, quien, ante la ausencia del rey, fungía en su representación y actuaba como «Secretario de Estado y del Despacho Universal de Hacienda».

Este singular individuo, cuyo nombre de pila era Juan de Mata de Garro y Robles, empezó a trabajar de inmediato y como carecía de suficientes recursos para seguir actuando en la Península, urdió el modo de obtenerlos de los territorios ultramarinos y, en el caso concreto de la Nueva España…

Por este caso el marqués de las Hormazas fue arrestado y sometido a un proceso judicial del que logró salir airoso.

El conciso. Martes 2 de junio de 1812. Año V de la gloriosa lucha del pueblo español contra la tiranía: Día 1º. En Conformidad a la orden de S. M. fecha 14 de octubre de 1811, se dio cuenta de la sentencia pronunciada por los jueces comisionados para entender en el asunto de la orden que se imprimió relativa al libre comercio de las Américas; la qual absuelve al marqués de las Hormazas…

El regreso de Fernando VII le devolvió buena parte de su protagonismo político y social.

En 1815 pasó a formar parte del Consejo de Estado y cuatro años después le concedieron la Orden de Carlos III.

Su proximidad con el rey queda de manifiesto en la siguiente noticia.

Diario mercantil de Cádiz. 11 de septiembre de 1821. Comandancia General de Castilla la Nueva. SS.MM. que continúan en la Granja, salieron ayer sin escolta alguna a una hacienda del marqués de las Hormazas, distante dos leguas y media de aquel Real sitio.

Falleció en Madrid en abril de 1825.

El IV marqués de las Hormazas.

Anotaciones propias sobre fragmento plano de 1748, obra de Fray Antonio Villanueva.

Juan de Mata Garro y Robles, IV Marqués de las Hormazas, fue bautizado en Madrid el 9 de febrero de 1771.

Coronel de los Reales Ejércitos, ministro del Real Tribunal de la Contaduría Mayor de Cuentas, miembro del Consejo de Su Majestad, alcalde de Madrid y Hermano Mayor Perpetuo del Gobierno de los Hospitales Generales de Madrid.

Hace veinte años, en uno de mis primeros artículos titulado «El marqués de las Hormazas y la Glorieta de Gabriel Miró», incluí este curioso párrafo que podéis encontrar en algunas páginas de genealogía.  

Era ministro del Tribunal de Contaduría Mayor el 7 Nov 1800, en esa fecha estaba enfermo ya que «la frecuencia con que le insulta un cólico convulsivo y de propiedad reversiva, que a las veces degenera en ictericia y de muy mala calidad», se retiró con su padre a vivir a Orihuela.

Enfermedades aparte, me inclino a pensar que su estancia en Orihuela tuvo mucho que ver con la Guerra de Independencia.

Si analizamos su carrera política, fue ministro entre los años 1804-1808 y entre 1812-1813. Alcalde de Madrid entre los años 1814-1816; y de nuevo ministro entre 1815-1823.

En esta relación solo queda hueco entre 1808-1812, los años del conflicto armado. Puedo demostrar que, en el invierno de 1810, estaba en su casa de Orihuela.

Trascribo unos párrafos del capítulo XIX de las memorias de Joaquín Lorenzo Villanueva.

Vida literaria de Don Joaquín Lorenzo Villanueva. Memoria de sus escritos y de sus opiniones eclesiásticas y políticas, y de algunos sucesos notables de su tiempo (1825).

Mansión en Orihuela: Con dificultad pude yo escapar de Sevilla en compañía de mi hermano Jayme el día 24 de enero de 1810, en que se alborotó el populacho de aquella ciudad al saber que habían atravesado los enemigos la Sierra Morena.

Por entre sustos y trabajos llegamos a Marbella el día 1 de febrero. De donde dimos la vela para Cartagena el día 5.

Detúvonos al paso en Orihuela quince días mi buen amigo don Juan de Mata Garro, hijo del marqués de las Hormazas, a quien debí siempre cordial afecto desde que servimos ambos a los pobres enfermos del hospital de Madrid, él como hermano mayor, y yo como rector.

Mercedes Muñoz Portau, en su artículo «Aproximación a la Guerra de la Independencia en Orihuela y su obispado», menciona dos veces al marqués de las Hormazas.

En la gobernación oriolana, el mando de la guerrilla fue confiado al marqués de las Hormazas, con nombramiento de mayor general de guerrillas y subinspector de los demás cuerpos urbanos.

En los comienzos de 1811, desde el Cuartel General de Murviedro, se ordenará al marqués de las Hormazas la reunión en Orihuela de todas las partidas de guerrilla de su gobernación.

El cuarto marqués de las Hormazas falleció en Madrid poco después que su padre, el 27 de julio de 1827.

Y lo hizo sin descendencia conocida. Por lo que su título de marqués pasó a la familia Elío.

Pero sus propiedades oriolanas, al menos la casa y la parcela del arrabal de San Agustín, quedaron en manos de su primo hermano, José Messía del Barco y Garro, el II duque de Tamames.

Dicha parcela, situada entre los conventos de San Gregorio y San Sebastián, pasó a la historia oriolana como «el Huerto del Marqués de las Hormazas» al figurar así en el plano de Coello, confeccionado a mediados del XIX.

«Atlas de España y de sus posesiones de ultramar» de Francisco Coello. Plano de Orihuela. 1859.

El duque de Tamames.




El IV duque de Tamames con el teniente coronel López Pozas en 1913. Archivo ABC.

El citado heredero, José Messía del Barco y Garro, fue el II Duque de Tamames. Nacido en Madrid en el año 1786.

Era hijo de Antonio Messía del Barco, el primer duque de Tamames, y de una hermana del III marqués (consorte) de las Hormazas, de nombre María Alfonsa, del Pilar o de la Paz , y de apellidos Garro y Arizcun.

Por lo tanto, como hemos dicho antes, el II duque era primo hermano del IV marqués de las Hormazas y su heredero directo al fallecer éste sin descendencia.

No voy a extenderme en la biografía de los duques de Tamames, de la que ya existe suficiente bibliografía.

Lo que nos interesa es la herencia que recibió: la famosa parcela de tierra que hoy ocupa la Glorieta, y la casa palacio en la calle de San Agustín, con cuadras y cocheras en la parte posterior, hacia la calle del Rodeo.

Esta hermosa vivienda fue mencionada por Pascual Madoz en su diccionario de 1848, entre las casas aristocráticas de Orihuela.

Hay varias casas, que por su capacidad y arquitectura bien pueden llamarse palacios, y son la del marqués de Rafal, en la plaza de su nombre; la del conde de Pinohermoso, también en la plaza de su denominación o de la Pía; la del marqués de Arneva, frente a Sta. Justa; la del marqués de Campo-Salinas, en la calle Mayor; la del conde de Tamames, en la de San Agustín ; la de D. Francisco Sandoval y Togores, en la del Río; la de D. Juan Roca de Togores, en la de Hostalets; la de D. Luis Pizana, fronteriza a la anterior; y la de D. Matías Zorzano, en la de la Feria…

El mencionado título de conde de Tamames fue un error de Madoz. Carlos IV había concedido a Antonio Mesía la Grandeza de España asociada al señorío de Tamames y el título de primer duque de Tamames en 1802.

El tercer duque, hijo del anterior, fue José Mesía del Barco y Pando. Nacido en Madrid en 1819 y fallecido en 1868.

Boletín de Segovia. 9 de enero 1854: Diputación de la Grandeza. Excmo. Sr. D. José Mesía y Pando, Duque de Tamames, Marqués de Campollano, gran cruz de Carlos III, Grande de España y Gentil-hombre de Cámara de S. M. con ejercicio.

El IV duque de Tamames, hijo del anterior que accedió al título en 1869, es el personaje que nos interesa.

José Messía y Gayoso de los Cobos vendió la parcela que daría lugar a la Glorieta de Orihuela y la casa de la calle San Agustín.

El que había sido «Huerto del marqués de las Hormazas» se interponía entre la ciudad y el ansiado ferrocarril que acababa de llegar a Orihuela.

Las tres tahúllas y media conocidas entonces como «huerto de San Gregorio» o «Huerto de Tamames» fueron adquiridas en Madrid por el ex diputado a Cortes, Salvador Lacy Pascual de Bonanza, comisionado por el Ayuntamiento de Orihuela en 1883.

Sesión municipal. Orihuela, 23 de mayo 1883: Se Manifestó que dada la necesidad de construir una vía que ponga en comunicación la localidad con la estación de Ferro Carril, cuyas obras se están realizando.

Se hace indispensable para un servicio de tanta utilidad, la adquisición de los terrenos que ha de atravesar dicha vía, las propiedades de los Sres. Duque de Tamames y Marqués de las Serdañolas, hoy de Boil y al efecto habíanse practicado varias gestiones por conducto de sus respectivos apoderados en esta ciudad.

Mas como quiera que en la actualidad se haya accidentalmente en Madrid Don Salvador Laci Pascual de Bonanza, persona de toda confianza y garantía para el municipio y que además de sus conocimientos prácticos reúne el noble deseo de prestar un apoyo y cooperación para la prosperidad y engrandecimiento de este país…

La casa de la calle San Agustín se puso en venta pocos años después, concretamente en el verano de 1889.

Durante el mes de julio apareció publicado el siguiente anuncio.

El diario de Orihuela. 10 de julio de 1889: VENTA. A voluntad de su dueño se vende una casa de habitación situada en la calle de San Agustín de esta ciudad, marcada con el número 16 de policía, con puerta también a la calle del Rodeo, mide una superficie de 576 metros y se compone de tres pisos, conteniendo en la planta baja, cochera, cuadras, patios, tinajero para aceite y otros varios departamentos.

Se halla libre de todo censo o gravamen. D. Francisco Moreno, apoderado del Excmo. Sr. Duque de Tamames, dueño de esta casa, dará cuantas noticias, respecto a precio y demás que sean necesarias y recibirá proposiciones hasta el día 31 del presente mes de Julio.

No sé cómo terminó aquella venta. Lo cierto es que el edificio fue totalmente modificado y dividido en el siglo XX; y es difícil encontrar en él algún vestigio exterior de su pasado.

Sus bajos fueron la sede de las famosas «Bodegas Payá». Hoy albergan otros negocios y, como recuerdo, conservan la preciosa viguería de antaño.

José Mesía y Galloso de los Cobos, IV duque de Tamames. Bodegas Payá. Archivo Manuel Rogel Payá.

En octubre de 1955, a buena parte de la Alameda Vieja de la Estación se le concedió el nombre de Calle Duque de Tamames, último propietario de los terrenos sobre los que se emplazó la Glorieta y el primer tramo de los Andenes.

Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba).

Apuntes Semana Santa oriolana años 30.

Caballería del Perdón frente a la iglesia de San Gregorio despues de la guerra. Antonio Ballester Vidal.

Voluntad. 15 abril 1930. Núm. 3: Por doquier se ven carteles anunciadores de fiestas de Semana Santa, en estos días que preceden a la conmemoración de los Divinos Misterios. Carteles de Cartagena, de Murcia, de Lorca… pero ninguno de Orihuela.

¡Es muy lamentable nuestra apatía! Hoy día, las procesiones de Orihuela no desmerecen en nada a las de las más famosas que se celebran en algunas poblaciones.

Urge propagar y divulgar nuestras procesiones en años sucesivos; hace falta una propaganda intensa y bien orientada por medio de anuncios y folletos ilustrados. Tomás Martínez Canales.

Apuntes de la Semana Santa oriolana en los turbulentos años treinta.

Mayordomía de Nuestra Señora de los Dolores despues de la guerra. Antonio Ballester Vidal.

En la segunda mitad de los años veinte las celebraciones de la Semana Santa en España vivieron una época gloriosa con un notorio resurgimiento de las procesiones.

Al abrigo de la Dictadura de Primo de Rivera se reorganizaron antiguas cofradías y nacieron otras nuevas; se ampliaron los recursos económicos que destinaban los ayuntamientos y se incrementó el número de participantes.

El Descendimiento antes de la guerra. Fotografía mejorada por Javier Andreu.

Hasta la Semana Santa oriolana de 1930 continuaron las mejoras como las del paso de «El Descendimiento», que se presentó con una artística iluminación eléctrica y un derroche de flores naturales.

También se estrenaron tapices cubrecarrozas bordados por las mayordomas de la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores. Y la nueva Cofradía del Perdón volvió a despertar la admiración con su paso llamado «La Caída», dotado de un magnífico trono de plata.

«La Caída» en la capilla de la VOT de San Gregorio. Talla del escultor murciano Francisco Salzillo. El grupo escultórico fue ampliamente intervenido por José Sánchez Lozano en 1928, a petición de la Cofradía del Perdón. Fotografías de Alfonso Bernad. Colección Javier Sánchez Portas.

La V.O.T. y la Cofradía del Pilar exhibieron el arreglo de sus pasos; destacando el nuevo trono de Nuestro Padre Jesús, auténtica joya de orfebrería fabricada en el taller de Francisco López en Madrid.

El Lavatorio, en manos de un grupo entusiasta de jóvenes, montó un bonito juego de luces; y al igual que El Prendimiento, exhibió una cuidada ornamentación a base de flores naturales.

El Lavatorio en la Plaza Nueva despues de la guerra. Antonio Ballester Vidal.

La procesión de El Santo Entierro, con «el Cristo Yacente en el sepulcro» y «La Diablesa», brilló bajo el patronazgo del Ayuntamiento.

Aunque no todo fue a mejor; la prensa se quejó amargamente de que la comisión organizadora de la Centuria Romana, capitaneada por Juan Capote Campanario, había prescindido de la Sección de Caballería cuyos costosos uniformes habían adquirido el año anterior.

Como colofón se publicó un número especial de la nueva revista llamada Voluntad; publicación fundada por José Marín «Ramón Sijé» que contaba con las colaboraciones de Miguel Hernández, Julio López Maymón, Luis Almarcha y Abelardo L. Teruel entre otros escritores oriolanos.

Aquel año el único impedimento fue de carácter meteorológico: una tormenta obligó a aplazar la procesión del Domingo de Ramos. Se celebró el lunes a pesar del fuerte viento y de la amenaza de lluvia.

Voluntad. 15 abril 1930. Núm. 3

La llegada de la Segunda República representó una violenta sacudida en la mayoría de las tradiciones oriolanas, siempre muy cercanas a la Iglesia.

La Constitución de 1931 limitó las manifestaciones públicas de culto y suprimió las ayudas económicas a las organizaciones religiosas.

La firme actitud revisionista de los nuevos dirigentes colisionó frontalmente con el sentimiento de la mayoría de la población de la añeja ciudad del Segura. Su laicismo declarado provocó el inmediato y violento rechazo del clero y de los partidos tradicionalistas.

Como respuesta, cualquier manifestación religiosa fue considerada poco menos que un acto subversivo.

Plaza de la República. Orihuela 1931. Colección Javier Sánchez Portas.

La Semana Santa de 1931 tuvo lugar pocos días antes de la proclamación republicana, de ahí que en Orihuela no sufriera alteraciones.

No fue así en Alicante, donde el rumor de que elementos antirreligiosos estaban dispuestos a boicotear los actos, atemorizó a los participantes en la procesión del Santo Entierro.

En un momento dado, el pánico se desató en la capital y la multitud huyó en estampida derribando la imagen del Nazareno que sufrió algunos desperfectos.

En Orihuela, el Domingo de Ramos se suspendieron las obras de restauración de la Catedral para efectuar los oficios tradicionales que comenzaban con la bendición de las palmas.

Domingo de Ramos. Calle mayor de Orihuela despues de la guerra. Antonio Ballester Vidal.

Con tiempo primaveral se celebraron las procesiones, destacando la afluencia a la del Santo Entierro, costeada por el Ayuntamiento y presidida por las autoridades municipales junto al obispo.

También llamó la atención la espléndida decoración del paso de «El Lavatorio», a cargo del florista Ramón Santiago.

Para intentar comprender el conflicto planteado entre católicos y laicos, hay que tener en cuenta la importancia que tenía la extensa red de organizaciones vinculadas a la Iglesia en la estructura de los partidos conservadores.

Cuando el magistral de la Catedral, José Sanfeliú Giner, comparó la religiosidad oriolana tan sólo con la de algunas regiones del norte, también podría haber aplicado la misma vara de medir a aspectos políticos como el carlismo, con gran implantación local.

Sus seguidores formaron parte de la Real Archicofradía y Mayordomía de Ntra. Sra. del Pilar.

Hay que recordar que en esas fechas el catolicismo era uno de los componentes principales de la Comunión Tradicionalista, fusión entre el Partido Católico Nacional o Integrista y el Partido Católico Tradicionalista realizada en 1932.

En ese año las Juventudes Tradicionalistas fundaron la Real Cofradía de el Lavatorio. Y Juan Villaescusa, jefe de los tradicionalistas oriolanos y candidato monárquico a las elecciones de 1931, fue el primer presidente.

La casa de Juan Villaescusa en los años treinta. 

Su sede no podía ser otra que la iglesia de las Salesas, edificio que fundaron los infantes Carlos María Isidro de Borbón (hermano de Fernando VII, cuyo nombre daría lugar al término carlista) y su esposa, la portuguesa Teresa de Braganza.

No es de extrañar pues, que los sectores más extremistas del Ayuntamiento demostrasen su rechazo por cualquier manifestación pública de carácter religioso.

Es el caso del socialista Martínez Jacobo, que aconsejó suspender las procesiones por su carácter político y por los problemas que causaban al tráfico.

Si no se suspendían, al menos exigía que enarenasen las calles para evitar las caídas de las caballerías que resbalaban sobre la cera derramada.

El alcalde Lucas Parra, conciliador, le aseguró que su propósito era autorizar únicamente aquellas que tuviesen carácter tradicional. Y prometió que en lo sucesivo llevaría a las sesiones las solicitudes que se presentasen.

La corporación municipal republicana el 17 de Julio de 1932.

Por su parte Sánchez Moya recomendó enviar un delegado a los actos que se celebrasen en las iglesias para controlar la forma en que se conducían los predicadores.

El 21 de abril de 1932 el concejal Martínez Jacobo rogó al alcalde que impidiera

Los escándalos que repetidos días vienen sucediéndose en la iglesia de Santa Justa, donde se dan vivas al Rey y mueras a la República y donde se inculca a los chicos el desprecio a la autoridad constituida, con lo que se evitará que los socialistas y republicanos tengan que impedir los ataques que se les dirigen.

El alcalde prometió abrir un expediente recabando información; a lo que Martínez Jacobo respondió sugiriendo meter en la cárcel al cura para evitar mayores males.

En este clima beligerante las procesiones de Semana Santa quedaron suspendidas en 1932 y 1933; y si se celebró algún acto fue de carácter claustral.

La victoria de la CEDA en las elecciones de 1933 cambió el panorama político; y con él el ambiente municipal.

Pío XI, había declarado 1934 como año jubilar concediendo una amplia indulgencia en «momentos tan azarosos para la Iglesia».

El Obispo Javier Irastorza. Colección Javier Sánchez Portas.

Quince días antes de la Semana Santa el prelado Javier Irastorza y Loinaz organizó una auténtica demostración de fe con un solemne Vía Crucis en el que desfilaron centenares de tradicionalistas concentrados en la Plaza de Caturla.

Una espectacular marcha que terminó en San Francisco, cuya explanada quedó colapsada por los miles de asistentes. Fue un acto conmemorativo calificado como la más grande manifestación religiosa registrada en la católica Orihuela.

En marzo llegó la Semana Santa; y Orihuela, celosa de sus tradiciones, se dispuso a prepararla con más entusiasmo que nunca tras dos años de prohibición.

La comisión organizadora nombró capitán de la Centuria Romana a Baldomero Galindo y Caballero Cubierto al hijo de la marquesa de Rubalcava, Eduardo Almunia y Roca de Togores.

Ensayo general de la Centuria Romana a principios de siglo en la Glorieta. Archivo Enrique Luna Agulló.

El domingo día 5 finalizaba la novena en honor al Patrón. Por la mañana, en Santa Justa, se ofició una misa de comunión general a cargo del obispo repartiendo miles de comuniones y la bendición papal.

Por la tarde se devolvió al Patrono de la ciudad en una multitudinaria procesión que desbordó todas las previsiones de la organización.

Procesión de Nuestro Padre Jesús antes de la guerra. Archivo Emilio Bregante.

Los oriolanos estaban listos para ofrecer una grandiosa puesta en escena; la Centuria Romana estaba preparada y las Juventudes Tradicionalistas se entrenaban para llevar marcialmente «El Lavatorio» con un centenar de alumbrantes.

Los dieciséis pasos fueron decorados sin escatimar gastos.

Cuando por fin llegó el Domingo de Ramos, la procesión quedó aplazada por culpa de un inoportuno diluvio.

El lunes, acompañadas por la banda de música de Benejúzar, se lucieron las mantillas de la Cofradía de la Virgen de los Dolores gozando de buen tiempo. Pero sólo fue un respiro; a pesar del esfuerzo invertido la lluvia arruinó el resto de las procesiones.

El Ayuntamiento, enfrascado en la preparación de las fallas, se desmarcó del «Santo Entierro», que se celebraba viernes a las 5 de la tarde, haciéndose cargo de su organización la nueva Cofradía del Santo Sepulcro formada por los más destacados elementos de derechas.

Cuando llegaron a la Beneficencia en busca de la Cruz de los Labradores, singular grupo escultórico de Nicolás de Bussy alojado tradicionalmente en el Loreto, observaron con asombro que las figuras conocidas como «la muerte y la diablesa», habían sufrido graves daños.

Cruz de los labradores. «La Diablesa». Fotografía de Alfonso Bernad 1927-1929. Colección Javier Sánchez Portas.

El día 14 de abril de 1935, cuarto aniversario de la República, coincidió con el Domingo de Ramos.

La izquierda estaba indignada por las dificultades que tenía para reunirse, mientras los clericales cantaban «La Pasión» todas las noches «con la libertad y desenvoltura de huestes victoriosas en país conquistado».

Y es que las nuevas autoridades emanadas de las elecciones de 1933 permitieron celebrar de nuevo la Semana Santa con toda libertad.

Cartel Semana Santa de Orihuela 1935.

Transcribo parte del discurso del gobernador Vázquez Limón en los micrófonos de Radio Elche.

Estos festejos religiosos, de tan rancia tradición en nuestra patria, tienen para mí, sino la emoción de los que son creyentes, si en cambio, el profundo respeto que a cuantos nos preciamos de liberales, deben merecer las creencias ajenas.

No creo que nadie pueda sentirse perjudicado en sus principios, ni en sus intereses, ni en ningún orden de cosas: porque hayan unas personas que quieran exteriorizar sus sentimientos mediante las procesiones que estos días se celebran.

Por eso, sería absurdo cohibir esas manifestaciones ingenuas de una religión, para provocar una reacción sentimental de quienes se sentirían entonces injustamente agraviados. Aprendamos todos a ser transigentes y demos el ejemplo los republicanos de buena fe.

Los pasos de Semana Santa 1927/1929. Fotografías de Alfonso Bernad. Colección Javier Sánchez Portas.

Aquella tarde un grupo de republicanos alicantinos que regresaba de presenciar el partido de fútbol Murcia-Celta, al llegar a Orihuela, encontraron el tráfico interrumpido por la procesión que ocupaba las calles de paso obligado; vías que formaban parte de la carretera nacional.

Cuando la caravana superó los cincuenta vehículos y la media hora de espera comenzaron a sonar las bocinas.

Acudió la Guardia Urbana increpando a los conductores, pidiendo la documentación y formulando denuncias. Amenazaban con detener a los más airados que no comprendían que eso pudiera pasar en un país laico y democrático justo en el día de la República.

Pero la mayoría de los oriolanos estaban muy ocupados con la Semana Santa para acordarse de ningún otro aniversario.

La Centuria Romana y todas las cofradías se afanaron en los preparativos. El Perdón y El Lavatorio, adornaron sus pasos con suntuosa iluminación eléctrica. Y la sección de las Juventudes Tradicionalistas estrenó portacirios, artefactos eléctricos fabricados en Valencia que incluían la flor de lis y una artística cruz de Santiago.

El Perdón en la Plaza Nueva de Orihuela despues de la guerra. Antonio Ballester Vidal.

En este uso político de las fiestas la Semana Santa se convirtió en el marco idóneo para demostrar al pueblo el cambio sufrido en el Ayuntamiento.

La estrecha unión que los tradicionalistas consideraban entre religión y política acabó empapando las fiestas de contenido ideológico.

Cofradías, políticos conservadores y clero mantuvieron una relación estrecha haciendo de la Semana Santa un magnífico escaparate de su nueva lucha en defensa de las costumbres que habían puesto en peligro los gobernantes de izquierda.

La Semana Santa vivió un complicado periodo durante la Segunda República.

Para los conservadores las procesiones eran un elemento fundamental que reforzaba su ideología indiscutiblemente católica. Para los partidos de izquierda, la Semana Santa era cosa de las derechas.

Lo cierto es que los elementos más derechistas eran quienes protagonizaban estas celebraciones. La mayor parte de las cofradías, estaban encabezadas por personajes acomodados de la sociedad oriolana y las procesiones constituyeron un magnífico escenario para que las nuevas autoridades se exhibieran.

Al frente de la Cofradía del Pilar estaban los tradicionalistas Alejandro Roca de Togores y Juan Villaescusa Ballester.

La de El Santo Sepulcro la componían: Eusebio Escolano, Luis Almarcha, Emilio Salar Ruiz, Indalecio Cassinello y Antonio Balaguer.

Caballero Cubierto Ángel García Rogel despues de la guerra. Antonio Ballester Vidal.

Hasta los Caballeros Portaestandarte fueron claros elementos de la derecha: en 1930, Eusebio Escolano Gonzalvo, médico; en 1931, Alfonso Pardo y Manuel de Villena, marqués de Rafal; en 1934, Eduardo Almunia y Roca de Togores; en 1935, José María Quiles y Sanz, notario.

El tenso clima sociopolítico de 1936 impidió llevar a cabo la Semana Santa en Orihuela.

Pese a las adversas circunstancias, las cofradías habían pedido la preceptiva autorización al ministro de Gobernación para celebrar las procesiones.

La respuesta a esta solicitud se produjo en un comunicado del gobernador fechado el 12 de marzo, donde el ministro autorizaba la celebración, si bien no aseguraba el mantenimiento del orden público durante el transcurso de la misma.

No hubo procesiones en la Semana Santa oriolana de 1936. Manuel Penalva Fons, hermano ministro de la V.O.T., envió la correspondiente solicitud para «sacar las tradicionales procesiones del miércoles santo en la tarde y el viernes santo en la madrugada, a las horas y por los itinerarios de costumbre».

Los pasos de Semana Santa 1927/1929. Fotografías de Alfonso Bernad. Colección Javier Sánchez Portas.

La Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores solicitó también la autorización.

Sabemos que la Cofradía del Perdón pidió permiso para celebrar una junta directiva el Miércoles Santo en la iglesia de San Gregorio.

Todo fue inútil. En aquellas complicadas fechas estaba prohibida todo tipo de manifestación pública y el Ayuntamiento no se molestó en nombrar Caballero Cubierto Portaestandarte; ni tampoco la recién nacida Cofradía del Santo Sepulcro.

Sirvan estas notas para reflejar el clima de hostilidad en el que se desarrolló la Semana Santa durante la Segunda República. Los años treinta fueron convulsos para las cofradías.

El ambiente hostil y las tensiones políticas convirtieron las procesiones en un símbolo contra el anticlericalismo; y por extensión contra las nuevas corrientes políticas que la Iglesia había repudiado.

Caballería del Perdón frente a la iglesia de San Gregorio despues de la guerra. Antonio Ballester Vidal.

Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba). Publicado en la revista Oleza. 2011.

Las agustinas de San Sebastián.

Iglesia Monasterio de San Sebastián. Colección Javier Sánchez Portas.

Las agustinas de «Sent Sebastia».

Diversas Religiosas Agustinas. MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 6. Manuscrito. Caja Rural Central. Orihuela.

Una ermita en el Raval Mayor

Eras de San Sebastián. Fragmento plano de 1748, obra de Fray Antonio Villanueva.

Más allá del «raval del Pont», cuando Oriola terminaba en la «porta de Sent Agosti», existía extramuros un eremitorio bajo la advocación de «Sent Sebastia» cuya fundación data Joseph Montesinos en los albores del siglo XIV.

«… Sabemos q. la antigua Hermita de S. Sebastian Martir, y de Sn. Roque Confesor (hoy día grave combento de Venerables Señoras Religiosas Agustinas) se fundó por los años de 1315 de la Natividad de JesuChristo, por Dn. Jayme Besantes, Presbitero Nobilisimo caballero Oriolano de Conquista…»   

En el capítulo «Que refiere la Fundación de la Ilte. Cofradía de Sn. Sebastián Martir de esta Ciud. de Orihª» dice que fue por los años de 1511, siendo Rey de las Españas Carlos I de Castilla. Y que al cesar la peste lo recibieron como patrono y abogado.

Dicha ermita, dedicada también a San Roque (ambos eran abogados contra la peste), se utilizaba como ayuda de parroquia de la Iglesia del Salvador.

… Se componía de un Vicario, Sacerdote, Confesor para bautizar y casar a todos los de dho. partido; con el que estaban dos Hermitaños seculares para el cuidado de recoger las Limosnas de los Campos, y Huertas, y Ciudad, para ayuda de mantener el Culto de la anunciada Hermita, en cuyo Estado se mantuvo hasta 1591.

El puente era muy frágil y, con demasiada frecuencia, los vecinos de esa orilla del Segura quedaban incomunicados sin posibilidad de asistir a los oficios religiosos. Así lo explica Bellot.

…Como el puente era de madera, muchas veces o lo desbarataba el río o lo cubría, y mientras se adobaba, no siempre se podía pasar, y los vecinos del Rabal no tenían donde oír misa antes que se edificara San Agustín, y así pusieron pila en San Sebastián.

Por ello contaba con pila bautismal y un cura teniente que vivía continuamente en el arrabal. El propio cronista Mosén Pedro Bellot afirma haber bautizado allí alguna vez cuando era beneficiado de la Catedral (recordemos que Bellot escribe sus «Anales» en el primer cuarto del siglo XVII).

San Sebastián solía ser eremitorio o capilla de la Catedral, con pila de bautizar. (…) Los curas hacían un teniente que viviese en el Rabal, como lo ha sido en nuestros tiempos mosén Burillo y mosén Domenech, y el autor de esto ha bautizado allí dos o tres veces siendo beneficiario de la Catedral.

Erigido el convento y la iglesia de San Agustín en el siglo XV, dicha función quedó obsoleta y la pila bautismal acabó en el Loreto.

Y en el año 591 hizo donación el Cabildo y Ciudad al Provincial de los agustinos para edificar convento de monjas y se trajo la pila a Lorito, donde ahora está.

En 1591 el Cabildo y el Consell donaron el edificio al provincial de los agustinos ante el notario Antonio Tari cuyos protocolos, redactados entre los años 1581 y 1600, se conservan el Archivo Histórico de Orihuela.

El objetivo era fundar un convento de agustinas calzadas; un establecimiento religioso femenino donde «posar enclausura a dones honestes y religioses».

Montesinos dedicó muchas páginas al convento, especialmente en el tomo sexto del compendio. De ellas he extraído algunas notas literales que aparecen a lo largo del artículo resaltadas en rojo. El resto lo he resumido.  

Fundación del convento.

Imágenes de San Sebastián, de San Roque y del Convento. MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 6. Manuscrito. Caja Rural Central. Orihuela.

«Capítulo 1. Donde se refiere la Ilte. Fundación del Muy Exemplar convento de Sn. Sebastián Mártir de Religiosas Agustinas calzadas de esta Ciud. de Orihª».

Governando se hallaba la Sta. Universal Iglª. Por los años de 1591 el Beatísimo Padre Gregorio XIV…

Gobernaba las Españas Dn. Felipe II de Austria; y era dignísimo Obispo de esta Ciud. y Diócesis de Orihª. El Ilmo. y Revmo. Sr. Dn. Josef Estevan.

La transformación de la antigua ermita de San Sebastián en monasterio de agustinas contó con el apoyo de la Ciudad, que les cedió terreno junto a la acequia del Chorro. Permitidme hacer un inciso para hablar de urbanismo.

Un cuarto de siglo antes, el Consell oriolano había parcelado la zona extramuros; solares de un cuarto de tahúlla que fueron vendidos para poblar la zona.

Ya he hablado en otros trabajos del prestigio que un convento aportaba a la formación de un barrio.

Esta subasta de tierras, iniciada en el verano de 1567, la detalla magistralmente José Ojeda Nieto en su «Orihuela Imaginada».

El Consell, aprovechando la demanda de suelo en la zona, al llegar 1567, dio el salto extramuros y puso en venta, una vez parceladas, las eras de San Sebastián…

La actuación municipal fue todo un ejemplo de lo que se podía conseguir con un suelo potencialmente edificable: se hicieron 10 parcelas, próximas a los 300 metros cuadrados, y se subastaron, ingresando así las arcas municipales -siempre muy necesitadas- unas 300 libras, pues las parcelas se pagaron a 25 la más barata y a 32 libras las más caras.

Mas con la subasta no se agotó el terreno próximo a la, todavía, ermita de San Sebastián, quedaba mucho suelo aún.

Cuando se inicie el convento, en la década de los noventa del siglo XVI, el Consell ayudará con terrenos próximos y aún así seguirá habiendo eras, además de una zona de recreo.

Volviendo a Montesinos y a la fundación del monasterio, esta fue impulsada principalmente por Francisco Despuig y Pérez, canónigo de la Catedral de Orihuela.

Sabida cosa es, según consta de las Historias y Narracion de varias Escrituras, como fuera de los muros de esta Ciud. de Orihª. en el Arrabal de San Agustín, fundó la Ilte. Provincia de Sn. Agustín de Aragon, a petición del Muy Ilte. Magnifico Concejo y Cabildo de esta Ciud. y del Ve. Y Sapientimo. Sr. Dr. Dn. Francisco Despuig y Perez, presbro. nobilísimo Caballero Oriolano, Canónigo y Dignidad de Sacriste de esta Sta. Cathedral Iglª un Monasterio de Religiosas Agustinas Calzadas Observantes en una mediana antigua hermita dedicada a Sn. Sebastián Martir y a Sn. Roque.

Fray Gaspar de Saona y Sánchez, provincial de la orden en Aragón, envió a tres religiosas del convento de los Dolores de Bocairent: Magdalena Molina como priora, Gerónima Francés como superiora y Catalina Saona para el cargo de tornera.

El Revdo. Pde. Provincial Fray Gaspar de Sahona, saco del Combto. de Ntra. Sra. de los Dolores de la Villa de Bocayrente, Reyno de Valencia, tres exemplares religiosas, q. lo fueron, la Ve. Me. Soror Dña. Magdalena Molina, Priora; la Ve. Me. Soror Dña. Gerónima Francés, Superiora; y la Ve. Me. Soror Dña. Catalina Sahona, Tornera.

Según nuestro cronista llegaron el 5 de octubre de 1591 acompañadas de varios agustinos y algunos vecinos de Orihuela, donde fueron recibidas con mucho aplauso y universal regocijo.

Salieron las Fundadoras de su combento de Bocayrente, acompañadas de algunos graves Religiosos del Orden de Sn. Agustín, y de algunos Iltes. Ciudadanos de Oriha. a la que llegaron el día 5 de Octubre del año 1591.

Se apearon en la iglesia de San Agustín y de allí pasaron a la ermita de San Sebastián. Rezaron ante el mártir y entraron en la clausura tomando posesión del que sería su convento; que conservó la misma titulación.

Emblema del Monasterio y retrato de Francisco Despuig, fundador del convento. MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 6. Manuscrito. Caja Rural Central. Orihuela.

Aunque no todo fueron facilidades para el monasterio; algunos vecinos de la zona denunciaron apropiación indebida de sus solares y del terreno público; destacando especialmente el pleito sostenido con Berenguer Manresa.

Pero la nueva fundación contó con el apoyo del mismísimo Felipe II, quien escribió al Consell para ordenar su intervención ante la actitud hostil de Manresa, propietario de una era situada junto al convento.

Este Combento, en el tiempo de su fundación, tubo algunos disturbios y contratiempos, pero todo se allanó por medio de una Carta del Sr. Dn. Felipe II Rey de las Españas

Mientras vivió, don Francisco Despuig pagó la obra del convento de su dinero y rentas; y como fundador pidió y le fue concedido, ser enterrado en «esa Santa Casa de las Esposas de Jesús Christo». La primera oriolana que ingresó fue su sobrina, llamada Eugenia Josefa Pérez.

Colocadas las Religiosas en su nuevo Monasterio comenzaron a esparcir tantos rayos de virtudes y tan suave olor de santidad, que con la fragancia de su exemplo atrajeron a muchas nobles Doncellas de esta Ciud., que bolando como abejas iban a aquel nuevo y sagrado jardín a vestir en Abito del Gran P. Sn. Agustín y vivir entre las flores de tan admirables Religiosas.

De manera que muy en breve se pobló este huerto cerrado, de purísimas Virginales Doncellas…

Sobre los restos de la vieja ermita gótica construyeron una iglesia barroca de nave única con capillas laterales, cubierta con bóvedas.

Una nota de Pepe Ojeda, fechada el 16 de noviembre de 1609, nos informa de las obras que estaban transformando la angosta ermita en iglesia; y también de como había crecido la comunidad hasta casi dos docenas de monjas.

Según reza en dicha nota, Jerónimo Cantó, provincial de los agustinos desde 1608 a 1611, ante el capítulo formado por veintitrés religiosas, ordenó hacer el coro donde antes estaba el antiguo altar mayor, cambiando totalmente su orientación.

Fragmento Plano de Orihuela. Francisco Coello (1859). Atlas de España y sus posesiones de Ultramar. 

La llegada del convento cambió notablemente el aspecto de la zona. A finales del siglo XVI se reformó la Puerta de San Agustín.

Poco después se acondicionó la alameda situada a espaldas del convento que, siguiendo el trazado de la acequia del Chorro hacia la izquierda, unía San Sebastián con San Gregorio, fundado a principios del XVII.

Dotada de bancos, dicha alameda conocida como la nueva, de San Sebastián o del Chorro, era la principal zona de paseo para los oriolanos.

Se corresponde aproximadamente con la actual calle del Duque de Tamames.; y girando a la derecha, se iniciaba el Camino de Cartagena.

La acequia contaba en su recorrido con varios puentes para dar acceso al llamado Partido de Hurchillo; y dio nombre oficioso a la alameda, a la puerta, e incluso a las religiosas agustinas conocidas popularmente como «las monjas del Chorro». 

En el Archivo Histórico de Orihuela localicé una reparación del puente que la vadeaba junto al convento; un apunte de 1869 en el que un carpintero llamado Leandro Sifuentes sustituyó seis palos del puente de San Agustín a la Alameda.

Imagen de San Roque conservada en el claustro de la Catedral. Y Acequia del Chorro junto a la Glorieta.

Los dulces y la fiesta de San Sebastián.

Pellas de las Agustinas de Orihuela. En saboresdeviena.blogspot.com.

La elaboración de dulces era más que una fuente de ingresos para el convento; las monjas los elaboraban para obsequiar a obispos y a benefactores.

Especiales cosas que se fabrican en este convento: Las Revdas. Madres Religiosas de este Monasterio, después de cumplir con los deberes de sus obligaciones y Horas Canónicas, cuyo oficio divino se celebra en él con mucha pausa, gravedad y decoro, se entretienen en fabricar varios dulces, como son Pellas, Tortadas, Pasteles y Sopadas.

Hasta la corte de Madrid llegaban sus productos; o al menos eso asegura Montesinos.

Pero lo más especial que sale de esta Comunidad, para la Corte de Madrid, Valencia y otras ciudades de España, son las Meladas y Barquillos, todo construido de la carne o maza de los membrillos, cogidos sazonados en los meses de Octubre y Noviembre.

El obrador de las agustinas endulzaba también la celebración de la antaño concurrida romería o porrate de San Sebastián.

Día 20 de Enero, propio de San Sebastián Mártir, Solemne fiesta con primeras y segundas Vísperas; Maytines, Misa Mayor, Sermón; a la tarde Descubierto, Siesta, Música y Villancicos; la tarde anterior se lleva el Santo a la Sta. Iglesia Cathedral; de donde a las ocho y media de la mañana, se lleva procesionalmente con el Muy Ilte. Cabildo Eclesiástico, Parroquias, Cofradía del Santo y Muy Ilte. Ciud.

Y se celebra Porrate General en su Plazuela, en donde se venden todas especies de frutas del tiempo, y muchos dulces; es regular acudir a esta función sobre dos mil personas.

Como podemos comprobar, la romería se ha mantenido durante siglos y en la actualidad se sigue celebrando.

El diario de Orihuela. 21 de enero 1887: Una novedad ha tenido este año la antigua fiesta de San Sebastián; y consiste en que no se ha rifado el borrego como desde tiempo inmemorial se ha venido haciendo.

Sentimos la omisión porque además de quitar carácter a la romería pudiera quedarse en costumbre y somos partidarios de que no desaparezcan los usos de nuestros antepasados siempre que no impidan el desarrollo y desenvolvimiento de nuestros intereses.

El diario de Orihuela. 20 de enero 1889: CRÓNICA. Pasó todo, y apenas si se escucha el eco lejano del balido lanzado al viento por el borrego rifado ayer en San Sebastián. La fiesta de este santo mártir con la de San Antón, han sido los dos sucesos que más han movido a gente en la presente semana…

… hemos notado en el presente año gran animación en ambas romerías donde, a decir verdad, los labradores hacen el negocio de los confiteros y demás vendedores, dando un mentís con su derroche de pesadas a los angustiosos lamentos de los oradores de la Liga Agraria.

La imagen de Santa Rita que se rifó en San Sebastián correspondió al número 1108 y el borrego a D. Antonio Brotóns Guillén de la calle Mayor. 

Fiesta en las Eras de San Sebastián a principios del siglo XX.

Las «díscolas» agustinas de San Sebastián.

Diversas Religiosas Agustinas. MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 6. Manuscrito. Caja Rural Central. Orihuela.

La primera vez que escribí sobre las agustinas de Oriola, hace ya bastantes años, di por cierta la versión ofrecida por Juan Bautista Vilar, que hablaba del convento de San Sebastián como un refugio para jóvenes acomodadas.

Una comunidad poco dada al trabajo y a la disciplina con rentas insuficientes que las obligaba a mantenerse con ayuda exterior en contra de su regla.

Las crónicas de Montesinos tampoco las ponía en buen lugar haciendo hincapié en la bondad de los obispos que lidiaban con ellas permanentemente y cargando siempre contra las «díscolas» agustinas.

Hace poco cayó en mis manos un artículo titulado «Las agustinas oriolanas de San Sebastián: duelo con el obispo Gómez de Terán y protección real», un interesante trabajo de Inmaculada Fernández Arillaga que aporta un enfoque muy diferente.

Antes de hablar de dicho trabajo, voy a resumir la versión de los hechos que, por dos veces, cuenta Montesinos.

Primero en el tomo tercero segunda parte, dentro del capítulo de «las vidas, hechos y muertes de los obispos modernos que ha tenido la Catedral de Orihuela».

En la biografía de Juan Elías Gómez de Terán (1738-1758), Montesinos dedica veinticinco páginas al «Pleito con la comunidad de monjas religiosas calzadas del Monasterio de San Sebastián de Orihuela».

El último de los trabajos q. más acrisolaron la virtud y paciencia del Iltmo. Sr. de Teran, fue el ruidoso caso de la extracción (pro Bono Pacis) de las dos monjas Religiosas Agustinas Calzadas del Monasterio de Sn. Sebastián, extramuros de la Ciud. de Orihuela que pasó en la forma q. pasa a describir la pluma.

Armas y retrato de Juan Elías Gómez de Terán. MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 3 II. Manuscrito. Caja Rural Central. Orihuela.

Continúa en el tomo sexto que ya he citado anteriormente; en el capítulo titulado «Donde se refiere la Ilte. Fundación del Muy Exemplar convento de Sn. Sebastián Mártir de Religiosas Agustinas calzadas de esta Ciud. de Orihª».

Antes de centrarse en el pleito dejó este avance de un largo apartado que tituló: «Motivos por que este Monasterio dexo de estar sugeto a la Orden; y se sugeto al Ilte. Revdº. Ordinario de Orihª».

El Revmo. Pa. Mro. General de la Orden Fray Fulgencio Travalloni por justas causas (que insinuaré mas arriba) las dexó y renunció el combento en manos de su Santidad el Pontífice Alexandro VIII.

En él cuenta como las religiosas de San Sebastián de Orihuela, que habían permanecido sujetas «a la orden y obediencia» de San Agustín hasta finales del siglo XVII, pasaron a depender del obispo de turno.

Por justa y santa que sea una fundación, siempre tiene sus quiebras, disensiones, y a veces escándalos, como sucedió en este monasterio desde que se abrieron sus primeras sanjas para exercicio de tantas buenas Religiosas como en él florecieron.

En 1690 Fulgencio Travalloni, general de los agustinos, las «dexo y renunció el combento» en manos del Papa Alejandro VIII para que este lo traspasase al Obispado, «a la jurisdicción del ordinario».

El cronista transcribe una carta fechada en abril de ese mismo año en la que Fray Fulgencio solicitó al Papa Alexandro VIII la transferencia de la jurisdicción del convento al Obispado de Orihuela.

En dicha carta, utilizada como antecedente de lo que sucedería después, se acusaba a las monjas de desórdenes y escándalos a los que los agustinos no habían conseguido poner remedio.

Situado en el campo, fuera de los muros de la Ciudad, y sujeto a diversos desórdenes y escándalos, como se han seguido muchas veces, por el concurso de jóvenes Estudiantes y de gente ociosa como conta en los procesos.

Considerando no tener fuerza para obviarlo, especialmente por el sitio; no habiendo sido suficientes los remedios que muchas veces han usado los superiores del dicho Orden, de los cuales se han seguido controversias y pleitos…

Con estos argumentos, el «General de todo el Orden de Heremitas de San Agustín» solicitó al pontífice que acogiese bajo su potestad el monasterio de San Sebastián de Orihuela, con treinta religiosas, al que libre y espontáneamente renunciaba.

Y este lo traspasó al Obispado. El prelado oriolano Antonio Sánchez del Castellar, tomó posesión del convento el 14 de septiembre de 1690.

En vista de esta súplica, admitió el Papa Alexandro VIII la renuncia del General, y mandó por su Breve de 6 de Mayo de 1690 sugetar las Monjas inmediatamente al Ordinario Dn. Antonio Sánchez del Castellar, entoves Obispo de Oriha.  

De las treinta, cinco religiosas se negaron a abandonar la obediencia de San Agustín y el obispo las trasladó a dos conventos valencianos de la orden. El resto conservó tan solo la regla y el hábito de las agustinas.

Montesinos se esfuerza en convencernos de que, ni Sánchez de Castellar (1679-1700), ni sus cuatro sucesores: José de la Torre Orumbela (1701-1712), José Espejo Cisneros (1714-1717), Salvador Rodríguez de Castelblanco (1717-1727) y José Flores Osorio (1727-1738) pudieron someter a las agustinas de Orihuela.

Siempre que los que mediaron (aquí cita a los cuatro obispos) quisieron proveer en lo q. se necesitaba de remedio, se siguieron y suscitaron los mismos ruidos, q. obligaron repetidísimas veces a impartir los Sres. Obispos el Real Auxilio, con destierros; el Rey de Caballeros y seglares; y el Obispo de Eclesiásticos.

Cuenta que dichos prelados trataron de trasladar a las más problemáticas; que probaron a entregar los cargos de responsabilidad a otras religiosas llegadas de Valencia; pero afirma que a los pocos días, éstas pidieron el regreso temiendo por su vida.

Y en dichos casos no hallaron otros medios q. el de sacar (a instancias de las Buenas) de la Clausura de este Combento a otros, las Monjas inquietas…  

… de Valencia se trajeron quatro Religiosas para Priora, Superiora, Maestra de Novicias y demás principales empleos por reducir este Monasterio a la Regular Observancia, y a pocos días de estar en él, clamaron porque las restituyeran a Valencia, como así se hizo, diciendo estas no habían juzgado salir vivas.  

Juan Elías Gómez de Terán. Obispo de Orihuela.

Y así llegamos a Gómez de Terán (1738-1758) en un apartado titulado «Motivos mas ruidosos en este combento, por los q. el Iltmº. Sr. Dn. Juan Elias Gomez de Teran, Obispo de esta Ciud. se vio precisado a sacar de él dos Religiosas por conservar la Paz».

Voy a tratar de resumir lo sucedido utilizando los textos de Montesinos y el informe que presentó el obispo, impreso en el Colegio Seminario de la Purissima Concepcion por Joseph Vicente Alagarda y Eísarch en 1753, titulado:

«Informacion de todos los testigos presenciales y los unicos que concurrieron, y vieron en el acto de la amocion de las dos Monjas, llamadas Sor Rosa, y Sor Josepha Guerra, del Convento de S. Sebastian de Orihuela, de Agustinas calzadas, interiname[n]te, á el de Santa Clara de la Villa de Elche: Y los mas domesticos sirvientes … Contra las muchas falsedades, que se han esparcido en desdoro del santo zelo pastoral, y del recto modo de proceder del … Obispo de esta Diocesis, su Prelado, y Ministros de su Curia».

El desencadenante del caso fue la decisión de Juan Elías Gómez de Terán de inmiscuirse en el funcionamiento del convento imponiendo a las agustinas una priora que no cumplía las normas de su regla al no haber cumplido los treinta años.

Con dispensa papal el obispo eligió a María Thomasa Martínez, por entonces maestra de novicias, para comenzar su mandato en enero de 1752.

En virtud de carta Orden del Beatísimo Padre Benedicto XIV, comunicada por su Secretario de Estado el Eminentmº. Sr. Cardenal Valenti, de 25 de Noviembre de 1751, el Iltmº. Sr. Dn. Juan Elias Gomez de Teran, eligio en Priora de este combento a la Revdª. Mdre. Dñª. Maria Thomasa Martinez, Maestra de Novicias, en 2 de Enero, de 1752 dispensando Su Santidad, no ser anciana de 30 años cumplidos.

Diversas Religiosas Agustinas. MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 6. Manuscrito. Caja Rural Central. Orihuela.

Pero las monjas se negaron a acatar dicha elección que iba contra su regla. Expresaron su aflicción y pidieron al obispo que les liberara del mandato.

Oydo por la Comunidad, respondieron las Monjas, no querían obedecer al Papa, al Sr. Obispo, ni al Provisor, por ser contra sus leyes y practica de no hacer alguna hasta los 30 años de su Edad.

Reafirmándose en su decisión, Juan Elías envió al provisor para que «fuera a poner en posesión a la electa». Pero estas lo desairaron entregándole un papel con protestas; a lo que el prelado respondió con otra carta.

Repitio S. S. Iltma. otra Carta a la Comunidad en el día 13 para q. no escandalizasen mas el mundo con su inobediencia; q. el medio era Obedecer con reserva de sus derechos y suplicar a su Santidad…

Días después admitieron la elección a regañadientes; obligando al provisor a aceptar sus protestas por escrito y pidiendo el certificado de Roma.

Y las Monjas la dieron su obediencia expresando algunas quando la abrazaban (a la electa) que lo hacían debaxo de protestas...

Una semana después, sin contar con la flamante priora, eligieron internamente a Josefa Llor y dieron poderes en Roma y Madrid para ir contra la elección. Solo reconocían a Tomasa de cara al exterior.

Montesinos menciona a una religiosa anónima que escribió al obispo pidiéndole una visita para poner remedio. Cuando se pasó por el convento, Rosa Guerra se erigió en portavoz de las agustinas, enfrentándose a Gómez de Terán.

La cuerda se fue tensando y en abril, dentro de la «Visita Eclesiástica» del convento, convocadas las religiosas por el prelado a una «Plática Espiritual», solo acudieron tres alegando el resto encontrarse enfermas.

No voy extenderme mucho más. Ni las religiosas ni el obispo dieron su brazo a torcer y las agustinas se mantuvieron en abierta rebeldía durante meses.

En julio, la anónima infiltrada (real o inventada) volvió a las andadas.

En 9 de julio del mismo año 1752 escribio una Religiosa al Provisor avisandole del nuevo escandalo q. habia en el Combento; y q. faltaba el Sufrimiento, q. viera el medio q. de habia de tomar antes q. perdieran sus almas y cuerpos.

Desde Roma pidieron explicaciones al obispo.

Monseñor Nuncio pidió informe a S. S. Iltma. con motivo del memorial presentado por las Monjas a su Santidad agraviandose de la Elección, suponiendo en el haber negado la Obediencia a la Electa, y que por las amenazas de S. S. Iltma. fueron violentadas y denunciaron el recurso a su Nuncio.

Las agustinas no querían, mientras durase el litigio, seguir sujetas al obispo de Orihuela. Preferían la jusrisdicción de Roma, del Arzobispado de Valencia, del Obispo de Cartagena o del Provincial de su orden.

Juan Elías Gómez de Terán. Obispo de Orihuela.

En diciembre, utilizando la regla de la orden para las religiosas que «se confederan y agavillan», el obispo privó de voz activa y pasiva a tres religiosas: a Josefa Llor y a las hermanas Rosa y Josefa Guerra; conminándolas a todas y a cada una en particular, con censuras.

Roma pedía al obispo que rebajase la tensión y tratase a las monjas con «amor y blandura» si quería tranquizarlas.

Por ese tiempo recibio el Sr. Obispo Carta del Eminetmo. Sr. Cardenal Valenti con fecha 9 de Noviembre de 1752 manifestandole de parte de su Santidad q. tratase a las Religiosas con amor y blandura para aquietarlas y reducirlas a la Obediencia…

Pero en febrero de 1753 les dio un ultimatum.

Pero viendo S. S. Iltma. el desprecio de tan suaves medios y que las Monjas continuaban en su contumacia con el exceso de no quererse confesar, publicando que S. S. Iltma. tenia Orden de Su Santidad para admitir la Renuncia de la Priora, tomando de esto motivo para vivir mas inobedientes, escribio en 1 de Febrero de 1753 una Carta Pastoral desengañándolas de no ser así, exhortandolas a la Paz y a la Obediencia, de todo lo qual protervas abusaron…

Desoyendo los consejos que llegaban de Roma, el prelado optó por capturar y neutralizar a las hermanas Guerra. Y lo hizo por las bravas, descerrajando puertas, violentando el monasterio y la clausura.

…Para sosegar discordias, mandó la extracción de las dos Religiosas Sr. Dñª. Rosa y Sr. Dñª. Josefa Guerra al Combento de Sta. Clara de la Villa de Elche, cuya extracción se hizo en 8 de Marzo…

«Informacion de todos los testigos presenciales y los unicos que concurrieron, y vieron en el acto de la amocion de las dos Monjas…». Imprenta del Seminario de la Purissima Concepcion, Joseph Vicente Alagarda, 1753. 

En la versión de Montesinos, calcada del informe que el obispo mandó imprimir, todo empezó el 8 de marzo a las siete de la mañana.

Cumpliendo instrucciones secretas de Su Ilustrísima, comisario, síndico, capellán y dos notarios se presentaron en el torno de la puerta regular del convento. Y habiendo dicho a la tornera que avisase a la superiora, estuvieron hora y media solicitando entrar con buenos medios sin resultado.

Posteriormente la comitiva pasó a la iglesia y, tras apercibirlas con buenas palabras y amenazarlas con entrar por la fuerza, las monjas respondieron con expresiones indecorosas.

Para cumplir las órdenes del obispo trajeron a un cerrajero que reventó la puerta pequeña del Presbiterio. Al poco tiempo bajó la superiora con las hermanas Guerra y las demás quedaron «de montón en la escalera, oyendo y acechando».

Cuando trataron de sacar a las Guerra, salieron ocho o diez religiosas de las «ayradas» y olvidando su condición, se despacharon con golpes e injurias de palabra y obra, oyéndose muchas «malas voces de las monjas». 

Aquellos hombres sufrieron con paciencia los insultos, los golpes, araños y tirones de cabello hasta que se entregaron las hermanas Guerra; y una vez metidas en la testera del coche de cámara del obispo, salieron por fuera de la ciudad; es decir, por la alameda hasta el convento de San Gregorio.

En San Antón descansaron y bebieron agua. Y según afirma el cronista, continuaron viaje muy contentas y dieron gracias por verse fuera de «aquel infierno de convento».

Al llegar a Elche quedaron depositadas en el convento de Santa Clara, donde las recibieron y trataron con mucho honor y explendor.

Montesinos cuenta también la versión de las agustinas; pero acusándolas de desfigurar la verdad de lo ocurrido con expresiones muy indecorosas contra su Prelado.

Las monjas declararon que, previamente, el obispo había mandado cercar el convento con gente armada negando la entrada de alimentos y médicos a las religiosas.

Que el comisario llegó a las nueve de la mañana con una turba de ministros y auxiliares que se metieron en el convento tirando al suelo a unas, maltratando a golpes, bofetadas y heridas a otras. A una le quebraron el brazo; a cuatro ancianas se les administró el Santo Viático.

A las hermanas Guerra las arrastraron violentamente para meterlas en el coche del obispo, llevándolas con ignominia sin permitirles comunicación.

Fueron puestas, no en la testera, sino en el vidrio (la testera es el asiento en que se va de frente; en el vidrio, de espaldas) y las portillas de dicho coche se cerraron con clavos.

Por la ciudad circularon muchos rumores y el gobernador pidió al obispo un informe sobre lo sucedido. Como he dicho, dicho informe fue confeccionado por la imprenta del seminario.

En él testificaron contra la versión de las monjas el maestro cerrajero, el capellán del convento, el procurador, un maestro zapatero testigo de los hechos, el mandadero del convento, el sacristán y dos médicos.

«Informacion de todos los testigos presenciales y los unicos que concurrieron, y vieron en el acto de la amocion de las dos Monjas…». Imprenta del Seminario de la Purissima Concepcion, Joseph Vicente Alagarda, 1753. 

A pesar de todo el prelado no pudo con las agustinas. Las religiosas, a través de las salesas de Madrid, pidieron protección a la reina (con engaños y fingidas lágrimas a decir del cronista) y Fernando VI impuso a Gómez de Terán una especie de orden de alejamiento en forma de destierro a cuatro leguas de Orihuela.

Las Monjas viéndose perdidas acudieron con un memorial por medio de las Revdas. Religiosas del Real Monasterio de Sn. Francisco de Sales de Madrid, q. pudieron ganar con engaños y fingidas lagrimas, a la Reyna Nra. Sra. Dña. María Bárbara de Portugal, Esposa del Sr. Fernando VI de Borbón, la q. tomo tan apechos las injurias (a su parecer hechas) a las Religiosas, q. irrito el pacifico natural animo del Rey, su esposo, quien mando al consejo tomase las mas serias providencias sobre lo sucedido.

La superiora fue relevada, las hermanas Guerra volvieron al convento, las agustinas quedaron sujetas al Arzobispado de Valencia y no volvieron al Obispado de Orihuela hasta 1760, ya fallecido Gómez de Terán.

Por ordenes prontas fue depuesta la Priora, eligida otra en su lugar, el Iltmo. Sr. Obispo desterrado de su Ciud. quatro leguas.

En el trabajo que he mencionado anteriormente, titulado «Las agustinas oriolanas de San Sebastián: duelo con el obispo Gómez de Terán y protección real», Inmaculada Fernández Arillaga ha estudiado un largo expediente conservado en el Archivo Histórico Nacional; una investigación que ocupó más de cincuenta hojas manuscritas sobre el pleito.

También ha consultado las saneadas cuentas de las agustinas oriolanas y, comparadas con otros conventos locales como el de las clarisas, no ha encontrado grandes diferencias en su administración.

Con todos los documentos recopilados la autora aporta un interesante punto de vista que considera a nuestras protagonistas mujeres insumisas tratando de defender sus intereses ante los deudores y su independencia ante el abuso de autoridad de los prelados.

Relaciona los presuntos desordenes y escándalos por los que el superior de los agustinos se las había quitado de en medio en 1690, con varios pleitos suscitados por impago de rentas.

Y en las acusaciones del autoritario Gómez de Terán, obcecado en imponerles a Tomasa, ve un interesado e injusto propósito de mostrar a las agustinas como relajadas en su moralidad y privacidad, recogiendo acusaciones del obispo tan ofensivas que ni siquiera Montesinos se atrevió a reproducir.

Para resaltar algunos párrafos literales del artículo de Inmaculada me ha parecido oportuno el color violeta teniendo en cuenta que, casualmente, los sucesos que motivaron el pleito ocurrieron un 8 de marzo.

Otra de las argumentaciones del obispo, para demostrar la continuada desobediencia de estas religiosas, era que en 1747 habían entrado tres novicias al convento a cargo de una maestra muy mayor y tan delicada de salud que no cuidaba de las jóvenes con el debido celo.

Por lo que «todas las noches, sugeridas [las novicias] del diablo, corrían desnudas por el convento cuando se hallaba recogida la comunidad y con mucha libertad echaban papeles de media noche abajo a los que las galanteaban, recibiendo de los mismos otros por medio de una cuerda u ovillo de hilo, de lo cual había resultado que al explorarlas la voluntad todas dijeron querían casarse y con efecto dejaron el santo hábito.

El cronista oriolano, empeñado en cargar contra las monjas, tampoco mencionó que la ciudad apoyó a las monjas; y que, hasta la propia Tomasa impuesta por el obispo, estaba en contra de la decisión; por lo que este llegó a amenazarla.

Si no tomaba las llaves del empleo la sacaría de la cama y haría que entre dos la llevasen arrastrando a la silla y que, si alguna religiosa resistiese a su mandato, la encarcelaría en grillo.

Inmaculada Fernández termina su estupendo trabajo con la siguiente conclusión que transcribo literalmente para cerrar este capítulo a la vez que recomiendo la lectura del artículo completo.

Una importantísima victoria para las agustinas quienes no solo evidenciaron la actitud despótica del obispo, sino que, defendiendo su regla y costumbres supieron ganarse a pulso su cuestionada y siempre frágil independencia.

Lo sorprendente es que, diversos estudios históricos de este pleito muestran a estas agustinas como religiosas de cuestionable moralidad, como si el hecho de haber sabido defender sus intereses las alejara de ese papel sumiso y obediente que exigía el arbitrario obispo tendiendo a creer la versión del prelado contra la que ellas exponen y el Consejo defiende.

El resultado es una imagen deteriorada en la que el primer plano lo ocupan las «conflictivas» monjas mientras se velan las repetidas arbitrariedades y las abusivas exigencias de Gómez de Terán, sin enfocarse tampoco las llamadas de atención del propio monarca a este prelado, ni la orden de alejamiento que se le impuso.

Una especie de foto trucada que ayuda poco a comprender la realidad de la religiosidad femenina manifestada en la Orihuela de la Modernidad.

Arrabal de San Agustín. Al fondo, San Sebastián.

Siglo XVIII. Nuevo convento e iglesia.

Iglesia Monasterio de San Sebastián. Colección Javier Sánchez Portas

Antes del ruidoso proceso anteriormente narrado, el obispo Juan Elías Gómez de Terán reconstruyó la iglesia de San Sebastián.

La Iglesia primitiva era muy pequeña, y de tapias con fea disposición, la que duró hasta los años de 1737 que por amenazar ruina se huvo que demoler y hechar a tierra; y entre tanto que se construía la nueva, se formó un mediano Oratorio que sirvió hasta el 1743, que se vio concluida la presente arcada, curiosa y mediana Iglesia que hoy admiramos.

El 30 de abril de 1743 el prelado bendijo la nueva Iglesia acompañado de Ayuntamiento, Cabildo Catedralicio, Parroquias y Comunidades Religiosas.

Fuegos artificiales y las campanas de toda la Ciudad acompañaron a la procesión que transitó por las Calles de San Agustín, Rodeo, Mancebería, bajada del Puente Viejo, Plaza Nueva, San Isidro y Eras de San Sebastián.

En una carta dada en Caudete, en julio de 1749, exponiendo las obras que había hecho en beneficio de Orihuela, afirmó que la iglesia de San Sebastián no merecía el nombre de iglesia; y que con 100 pesos que la ciudad le dio y 20 el Cabildo la había dejado digna.

Retrato y escudo de Juan Elías Gómez de Terán. Colección José Manuel Dayas.

Nuestro cronista emplea una docena de folios en la descripción del templo, capillas, alhajas y enterramientos. Voy a transcribir tan solo dos párrafos.

Esta moderna Iglesia de Sn. Sebastián está situada al principio de la Alhameda llamada del Chorro, mirando acia Poniente; aunq. no es muy grande es mas que mediana, bastante capaz, alta, ancha, muy ¿?, con buenas pinturas, Tribunas de hierro y curiosos miradores.

La Capilla Mayor es algo onda, muy sumptuosa, y de superior hermosura; su Retablo se compone de unos liensos pintados por el Célebre Rev. Pe. Fray Antonio Villanueva, Francisco Observante, natural de esta Ciud. de Oriha., trabajados en el año de 1751. En ellos se ven sabiamente dibujadas preciosas Historias de la Religión Agustiniana…

El siguiente prelado, Pedro Albornoz y Tapia (1761-1767), manifestó gran predilección por las agustinas de Orihuela dotando la fundación con nuevas rentas que permitieron el derribo y la reconstrucción del convento.

Montesinos, nacido en 1745 y fallecido en 1828, fue coetáneo de la obra. Y describe así el nuevo edificio:

Está a los quatro ayres y goza del precioso medio día, es grande hermoso y muy aseado; con buenas comodidades, Oficinas, comedor, Refectorio, Cocina De profundis, Claustro, Dormitorios, Celdas, Miradores, Despensas que regularmente están bien proveídas…

Su Portería es decente; su buen torno, Aposento de Visitas, Rexas y Locutorios. La Abitación del Capellán y Sacristan están separadas, junto a la iglesia…  

Tiene su grande Huerto y Jardín a medio día, con varios Árboles frutales, verzas y todo género de flores. La Obra moderna, que está al medio día, junto a la Acequia llamada del Chorro, que riega con abundancia dicho Jardín, se hizo en el año de 1768, con seis mil quinientas Libras de moneda que dexó a este Monasterio el Iltmo. Sr. Dn. Pedro Albornoz y Tapies, Obispo de esta Ciud.  

A finales del siglo XVIII vivían en el edificio una veintena de monjas. En el «Actual estado que tiene la Ciudad de Orihuela en el 31 de Diciembre de 1799», apartado «Convento de San Sebastián Mártir, extramuros, de Religiosas Agustinas Calzadas», nuestro cronista nos las presenta incluidas en el siguiente listado.

Priora, Antonia Rita Pastor; Sub Priora, Margarita Pérez; Margarita Maestre, Maestra de novicias; Nicolasa Martínez, Sacristana Mayor; María Theresa Quadrado, Procuradora; Águeda Pastor, Depositaria; Sebastiana Quesada, Sacristana Menor; María Riquelme.

Vicenta Ibáñez; Josefa Ruiz Melgarejo; Joaquina Monfort; Margarita Ximenez, Vicenta Ximenez, María Brotuli; Rosa Valdivieso; Manuela Puchol y Olmo, Organista.

Religiosas Legas: Antonia Moñino, Lucía Ortiz, María Mas, Marcela Sánchez.

Capellán Director y Confesor, Francisco Martínez; Sacristán, Josef Sol; Mandadero, Silvestre Sol; y Síndico Apostólico, Francisco Serrato.

Siglos XIX-XX.

Iglesia Monasterio de San Sebastián. La Portada muestra en relieve el martirio del titular.

En 1835, con exclaustración de los carmelitas y la desamortización de todas sus propiedades, los muebles, imágenes, ornamentos y elementos sagrados del convento del Carmen fueron desalojados y distribuidos.

La sillería del coro de los carmelitas, atribuida a Juan Bautista Borja al igual que la de la catedral, fue adaptada al convento de las agustinas, donde en la actualidad permanece. 

El Coro, aunque no es grande, es primoroso; con tres ventanas que caen a la Plazuela; tiene su hermosa Sillería de nogal, que se hizo por los años de 1738, con 30 asientos altos y bajos, con muchos buriles, y Santos de la Orden, todo de superior mérito; y con San Elías, San Eliseo, San Dionisio, San Alberto Patriarca…

Si Montesinos no nos engaña, originalmente estaba formada por treinta asientos, de los que sólo se conservan veintitrés. Están tallados en nogal con escenas y personajes vinculados a la orden.

El citado cronista describe en 1792 una veintena de santos y santas carmelitas comenzando por San Elías.

San Elías. Detalle del antiguo coro del convento de San Pablo. Actualmente en el de las agustinas de San Sebastián. Obra de Juan Bautista Borja siglo XVIII. Fotografía Agulló.

El monasterio y su iglesia han sufrido varias intervenciones. Tenemos constancia de una a finales del XIX, concretamante en 1988 bajo la dirección del arquitecto provincial José Ramón Más Font.

El diario de Orihuela 4 de julio 1887: Por el M. I. Sr. Gobernador Eclesiástico de la Diócesis se ha remitido a la Alcaldía una instancia de la Rvda. Madre Superiora del Monasterio de San Sebastián para que con arreglo a las disposiciones vigentes sobre reparación de templos se emita el correspondiente informe acerca del estado del indicado monasterio.

El diario de Orihuela 7 de julio 1887: Por el Ayuntamiento se ha emitido informe aprobando el expediente de reparación del monasterio de San Sebastián.

El diario de Orihuela 24 de marzo 1888: Se ha remitido al señor gobernador civil de la provincia el proyecto de reparación del monasterio de San Sebastián ya terminado por el arquitecto provincial D. Ramon Más.

El diario de Orihuela 30 de julio 1888: Por el ministro de Gracia y Justicia se han concedido 10.000 pesetas para reparaciones en el monasterio de San Sebastián…

En 1969 se procedió a otra profunda restauración del convento bajo la dirección del arquitecto Antonio Orts Orts, obras que se alargaron casi una década, de las que se conservan algunas fotografías. 

Iglesia Monasterio de San Sebastián. Colección Javier Sánchez Portas.
Iglesia Monasterio de San Sebastián. Colección Javier Sánchez Portas.
Iglesia Monasterio de San Sebastián. Colección Javier Sánchez Portas.

En los ochenta se hicieron reformas para intentar controlar las grietas que aparecían en la iglesia y se modificó el aspecto de la fachada conventual. Pero las grietas volvieron a abrirse.

Iglesia Monasterio de San Sebastián. Archivo Mariano Pedrera.
Iglesia Monasterio de San Sebastián. Archivo Histórico de Orihuela. Legado Jerónimo García Servet.

La última restauración integral de la iglesia se efectuó en 2008. Dicha obra y sus autores, Miguel Louis Cereceda y Yolanda Spairani, fueron premiados por la fundación de la Comunidad Valenciana «Patronato histórico artístico de la ciudad de Orihuela».

El monasterio y la iglesia de San Sebastián están declarados Bien de Relevancia Local por la ley de Patrimonio Cultural Valenciano.

Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba).

Galería fotográfica. Siglo XXI.

Iglesia Monasterio de San Sebastián. © José Antonio Ruiz Peñalver.

Plaza de San Sebastián. © Víctor Sarabia Grau.
Iglesia Monasterio de San Sebastián. © José Antonio Ruiz Peñalver.
Iglesia Monasterio de San Sebastián. © José Antonio Ruiz Peñalver
Iglesia Monasterio de San Sebastián. © José M. Pérez Basanta.
Iglesia Monasterio de San Sebastián. © José M. Pérez Basanta
Iglesia Monasterio de San Sebastián. © José M. Pérez Basanta