Orihuela, 21 de mayo de 1909 – 26 de marzo de 1984.
Antecedentes familiares.
Hijo de Antonio Roda Luis, nacido el 14 de marzo de 1879 y de María Monserrate López Carrillo, nacida el 31 de octubre de 1886.
Fueron sus abuelos paternos José Roda Cebrián, empleado en consumos y María del Carmen Luis Praes.
Y los maternos José López Castaño, profesor de primera enseñanza y Monserrate Carrillo Fenoll.
Su padre, Antonio Roda Luis, pasó por el Colegio Santo Domingo entre los años 1891 y 1892.
Antonio y Monserrate se casaron en la parroquia de las Santas Justa y Rufina el 5 de agosto de 1906.
El diario. 6 de agosto 1906: Registro Civil. Inscripciones verificadas en las últimas 24 horas. Matrimonios: Antonio Roda Luis con Mª. Monserrate López Carrillo.
El matrimonio, domiciliado en la Mancebería (entonces calle de Muñoz), bautizó al menos seis hijos.
María Monserrate quedó viuda con los cinco supervivientes.
De la Mancebería se trasladó a la Plaza de la Soledad a cuidar a un tío suyo, que al morir les dejó la casa en herencia.
Allí, su hijo Manuel abrió una tienda de ultramarinos en torno a 1948.
Hermanos.
El primero, de nombre Antonio, nació en 1907 pero falleció antes de que llegase nuestro biografiado, que quedó como primogénito.
En 1911 nació José, de oficio procurador. José Roda pasó por el Colegio Santo Domingo de Orihuela, al igual que su padre. En el verano de 1927 cursaba el tercer año de bachillerato en el Instituto General y Técnico de Murcia. En marzo de 1930 marchó a Madrid para cumplir el Servicio Militar.
Manuel nació un 29 de mayo de 1915. A los once años trabajaba de aprendiz muy cerca del domicilio familiar, en la tienda de los Montero. Luego llegó el Servicio Militar, la guerra y, de nuevo el Servicio Militar. Con treinta y tres años abrió una tienda de ultramarinos de la Plaza de la Soledad y la regentó hasta su jubilación.
En 1919 nació Josefa. Casada con un médico se trasladó a vivir a Alicante.
Y en 1922 llegó Flaviano. El último hijo pasó brevemente como alumno por el Oratorio. Cursó la carrera de magisterio y, en 1940, estaba de nuevo en el Oratorio Festivo como profesor. Luego marchó a vivir a Murcia y se dedicó a la banca. Falleció el 7 de dícembre de 1999.
Datos biográficos de Antonio Roda.
Antonio Secundino Roda López nació el 21 de mayo de 1909 en Orihuela; concretamente en la Mancebería (la calle de Muñoz en esos años).
Escuelas del Ave María. Patio de Lourdes en el Colegio de Santo Domingo.
Según su propio testimonio, inició sus estudios en las «Escuelas del Ave María», costeadas por la Caja de Ahorros y Socorros de Nuestra Señora de Monserrate y domiciliadas en el patio de Lourdes del Colegio de Santo Domingo.
En dichas escuelas fue condiscípulo del poeta Miguel Hernández. «Miguelico» y «el curica» se decían mutuamente.
De ahí pasó al Seminario de Orihuela y su carrera eclesiástica sólo se vio interrumpida por el cumplimiento del Servicio Militar.
Boletín Oficial del Obispado de Orihuela. 15 de julio 1925.
Siguiendo los pasos para llegar al sacerdocio pleno, el 21 de marzo de 1931 recibió del obispo la orden del exorcistado.
Al fin fue ordenado en Valencia en marzo de 1933. Y cantó su primera misa a finales de abril, en la iglesia del Convento de Santa Lucía de Orihuela.
La Verdad de Murcia. 26 de marzo de 1933: Orihuela SAGRADAS ORDENES. El sábado 25, de manos del Excmo. Señor Arzobispo de la Metropolitana de Valencia, recibieron Sagradas Ordenes, los siguientes seminaristas de esta Diócesis: Diaconado y Presbiterado: D. Antonio Roda López…
Fotografía realizada en el Seminario antes de la Guerra Civil. En el centro el obispo Javier Irastorza Loinaz. En la fila del obispo, el segundo por la derecha Antonio Roda. Archivo Lola Arques/Ginés Gea.
La Verdad de Murcia. 27 de abril de 1933: PRIMERA MISA. En la iglesia de Santa Lucía celebró el domingo solemnemente su primera misa el joven y virtuoso sacerdote don Antonio Roda López. Fueron padrinos eclesiásticos del nuevo celebrante, el M. I. Sr. D. Joaquín Espinosa, canónigo de la Santa Iglesia Catedral, y el párroco del Salvador, don Vicente Juan Ferrando; y padrinos de honor don Juan Riquelme Nortes y su esposa, doña Pilar Alonso.
Con elocuencia muy sentida enalteció las glorias del sacerdocio católico don Pascual Ortells, superior del Seminario. La Schola del Seminario, reforzada por valiosos solistas y nutrida orquesta, bajo la dirección del maestro de capilla, don Tomás Rocamora, interpretó la «Missa Pontificalis» de Perosi.
El nuevo sacerdote recibió innumerables felicitaciones de los fieles y amigos particulares que llenaban totalmente el templo, acercándose durante el «Te Deum» a besar sus ungidas manos.
Monserrate CeldránMogica, director del Oratorio Festivo, estaba enfermo (falleció el 16 de octubre de 1934) y el Vicario General, Luis Almarcha, lo mandó a «la peña».
El joven sacerdote se hizo cargo del Oratorio como subdirector. Un año después era director y lo fue durante medio siglo: desde el 17 de octubre de 1934 hasta su muerte.
Para saber más de su obra en el Oratorio, al final del artículo he dejado un enlace.
En la derecha Antonio Roda en el Oratorio Festivo durante la II República, antes de la Guerra Civil.
Durante la Guerra Civil el Oratorio fue clausurado y su edificio utilizado como refugio para los evacuados del frente de Andalucía. Antonio permaneció oculto.
Utilizando sus propias palabras:
Yo escondido. Y haciendo honor a la verdad, no se me buscó, ni se preguntó por mí. Todos pusieron interés en que no se me molestase y hasta se preocuparon de mi existencia enviándome víveres a casa.
Al terminar la contienda, además de dirigir el Oratorio Festivo, era secretario de la Junta Municipal de Educación Primaria, consiliario del Círculo Católico Instructivo de Nuestro Padre Jesús y coadjutor de la Parroquia del Salvador.
Antonio Roda en el Oratorio Festivodespués de la Guerra Civil.
Párroco de la Catedral del Salvador y arcipreste de la ciudad, el obispo Pablo Barrachina lo nombró canónigo en 1975. Y le concedió la dignidad de Maestrescuela en agosto de 1982.
Concejal honorario, en mayo de 1983 el Ayuntamiento lo nombró también hijo predilecto.
Falleció el 26 de marzo de 1984 a los 75 años de edad.
Antonio Roda.
Su lema fue: «Haz lo que debas, aunque debas lo que hagas». Y una de las frases más repetidas en Orihuela: «Pides más que Don Antonio Roda».
Para el nicho que guardase sus restos, sólo quería una sencilla lápida con el texto:
Aquí yacen los restos mortales del Rvdo. Sr. D. Antonio Roda López, Pbro. que fue director del Oratorio Festivo de San Miguel de esta ciudad y que dejó de pedir el …
Y junto a la sepultura un cepillo en el que se recoja algo para el Oratorio. Aún después de muerto, quiero seguir pidiendo.
En la Plazuela de la Anunciación, frente a la catedral, hay una estatua de bronce en su memoria costeada por la Asociación de Antiguos Alumnos del Oratorio Festivo y realizada por la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Orihuela.
Víctor Sarabia Grau.
Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba)
Mi agradecimiento a José Manuel Dayas y a Antonio Roda por su imprescindible colaboración.
Torre Caballero. Los Montesinos. Archivo Adolfo Cartagena Sevilla.
Agustín Caballero Balaguer nació en Orihuela el 18 de octubre de 1846 y fue bautizado en la Catedral con el nombre de Agustín Felipe Lucas Pablo.
Fueron sus padrinos Pablo Lozano, administrador de loterías y Josefa Turón.
Era hijo del oriolano Agustín Caballero Dols; y de Salvadora Balaguer Ayo, natural de Valencia.
Nieto de Agustín Caballero y Carmen Dols por parte de padre; y de José Manuel Balaguer y Salvadora Ayo por parte materna.
Sabemos que tuvo al menos dos hermanos: Carlos, nacido en 1848 , colegial del Seminario a los veinte años; y Renato, nacido en 1850 que falleció en la infancia.
En una nota a petición de su madre, al margen de la partida de bautismo se informa que, por decreto del Obispo de 29 de mayo de 1868, se añadieron las palabras don y doña para los padres del Agustín.
Cadete en el Colegio de Infantería, en julio de 1866 había terminado su formación militar con el grado de subteniente en el Regimiento de Burgos. Dos años después era teniente de Caballería.
Ya como capitán de Caballería, se casó el 23 de abril de 1873 en la Catedral de Orihuela con Juana Hernández Herrero.
Juana, natural de Molins, era hija de Juan Hernández Vilella, vecino de Benejúzar; y de María Josefa Herrero Guilabert, de Almoradí.
Este matrimonio tuvo al menos tres hijos.
La primogénita, de nombre Juana Caballero Hernández, nació y fue bautizada en 1874, pero debió fallecer muy pronto, pues no tengo más datos.
Cruz María Caballero Hernández nació en torno a 1879 y cursó sus estudios primarios interno con los Jesuitas en Santo Domingo de Orihuela, entre los años 1888 y 1895. De él hablaré posteriormente.
Agustín Caballero Hernández nació en torno a 1881/1882. Como su hermano, cursó sus estudios primarios interno en Santo Domingo de Orihuela, entre los años 1891 y 1898.
Agustín, abogado de profesión, se afilió al Partido Liberal, fue presidente del Círculo Mercantil Orcelitano, teniente alcalde del Ayuntamiento de Orihuela y propietario de una finca llamada «Armengol» en el campo de la Matanza.
El oficial de Caballería quiso que, al menos uno de sus hijos, entrase en la milicia (por las fechas en las que dejó Santo Domingo debió ser Cruz María); pero los dos acabaron licenciados en Derecho.
El Thader. 23 de julio de 1895: Ha salido para Toledo acompañado de su Sr. hijo, que va a comenzar los estudios de la carrera militar, nuestro querido amigo D. Agustín Caballero.
Sigamos con la biografía del padre. En diciembre de 1883 Agustín fue ascendido a comandante; y dos años después lo destinaron al Regimiento de Caballería Cazadores de Mallorca.
En 1886 fue trasladado a Villafranca del Penedés y consiguió que nombraran a la Virgen de Monserrate, patrona del regimiento.
Pasó a la reserva en enero de 1888 y dos meses después se instaló en Orihuela con su esposa e hijos.
Orihuela a finales del siglo XIX. Colección Javier Sánchez Portas.
Socio número trece de la Unión Agrícola Orcelitana, por esas fechas compró una hacienda en «Lo Montesinos» llamada «Torre Caballero» y se dedicó a producir vino.
Un año después mandó unas cajas a la Exposición Universal de Barcelona y obtuvo una medalla de bronce.
El 11 de septiembre de 1888 falleció su primera esposa, Juana Hernández Herrero.
La crónica. 16 septiembre 1888: El martes último falleció la virtuosa y distinguida señora Dª Juana Hernández, esposa de nuestro respetable amigo D. Agustín Caballero.
El dos de diciembre de 1889 un párroco castrense lo volvió a casar con Joaquina Muñoz Hernández, hija de Luis Muñoz Lapuente y prima de la fallecida.
El Diario de Orihuela. 3 de diciembre de 1889: A las 3 de la tarde de ayer se unieron en el indisoluble lazo de Himeneo, el Sr. D. Agustín Caballero y la Srta. Dª Joaquina Muñoz, saliendo en el tren correo de Alicante para Madrid. Deseamos a tan distinguida pareja una eterna luna de miel.
Presidente de la «Junta Vinícola y Agrícola de la Vega Baja del Segura», durante el año 1892 se celebraron múltiples reuniones los principales vinicultores de la región en su casa de la calle Santa Lucía.
Calle de Santa Lucía y casa de los Caballero Hernández. Archivo Mariano Pedrera.
En julio marchaba toda la familia a veranear a Torrevieja; y en septiembre se trasladaban a la hacienda de Los Montesinos para hacer la vendimia.
En 1893 el ayuntamiento lo nombró comandante de la Brigada Municipal de Zapadores Bomberos de Orihuela.
En 1899 fue elegido por unanimidad presidente del Sindicato de Labradores.
A principios del siglo XX ascendió a teniente coronel en la reserva.
Hermano Mayor y tesorero de la Cofradía de Monserrate hasta su muerte, era también presidente de la Cofradía de nuestra Sra. del Pilar.
El labrador. 11 de marzo 1902: Las procesiones. No decae el entusiasmo en los preparativos que para la celebración de estas vienen haciéndose. El dignísimo presidente de la cofradía de Ntra. Sra. del Pilar, señor D. Agustín Caballero, nos consta hace todo lo que puede porque la procesión del miércoles por la noche resulte todo lo lucida posible, si bien hemos de hacer notar que, solamente el señor Caballero tiene a su cargo dos o tres pasos.
El Eco de Orihuela. 8 de abril 1913: Pensión de Cruz. En el diario oficial del Ministerio de la Guerra, le ha sido concedida la pensión de 687 pesetas anuales, anexa a la Placa de la Real y Militar orden de San Hermenegildo, a nuestro querido amigo el Teniente Coronel de Caballería retirado don Agustín Caballero Balaguer…
Agustín Caballero Balaguer falleció en la nochebuena de 1918 con 72 años de edad.
El Conquistador. 28 de diciembre de 1918: El pasado miércoles 24 del actual, dejó de existir en esta población a los 72 años de edad, el ilustrísimo Sr. D. Agustín Caballero y Balaguer, Teniente Coronel del Arma de Caballería y Tesorero de la Muy Ilustré Cofradía de Ntra. Sra. de Monserrate.
La inesperada muerte de este buen oriolano que, por sus nobilísimas prendas de carácter, y de caballerosidad gozaba de generales y merecidas simpatías entre sus convecinos, ha producido gran sentimiento en toda Orihuela en donde siempre se recordará con elogio y aplauso el celo e interés sin límites del finado llorado por el culto de la Patrona y esplendor de su cofradía que pierde un fervoroso propagador.
El Sr. Caballero en su última voluntad, ha legado todas sus insignias y cruces militares a la Virgen de Monserrate para que sean prendidas en su manto. La conducción del cadáver a la última morada constituyó una grandiosa manifestación de duelo formando la fúnebre comitiva distinguidas personalidades de todo cuanto de notable encierra esta localidad.
De todas veras nos asociamos al sentimiento de su atribulada esposa Dª Joaquina Muñoz e hijos D. Cruz María y D. Agustín y rogamos a nuestros lectores una oración por el alma del que durante su vida supo ser ferviente católico y perfecto modelo de caballeros nobles y honrados, cuya pérdida nunca será bastante llorada. En paz descanse.
Colección Javier Sánchez Portas.
Cruz María Caballero Hernández.
Cruz María Caballero Hernández.
Cruz María nació en torno a 1879 y, como ya he dicho, cursó sus estudios primarios con los Jesuitas en Santo Domingo de Orihuela entre los años 1888 y 1895.
En 1900 se licenció en Derecho Civil, Canónico y Administrativo.
Marchó a Valencia, donde fue nombrado juez municipal suplente entre los años 1903-1906.
Estudió y aprobó varias oposiciones a la administración y, en 1912, era oficial de la sala de audiencias de Toledo.
En ese mismo año y en 1913 aprobó dos oposiciones a la judicatura.
En 1915, como aspirante a juez, solicitó desempeñar interinamente registros de la propiedad y fue declarado apto.
En 1916 era juez de primera instancia de Cifuentes.
En 1920 juez de primera instancia de Monóvar.
En 1926 juez de primera instancia de Játiva. En abril 1927 fue trasladado por ascenso a San Roque (Cádiz).
En diciembre de ese mismo año fue nombrado juez de instrucción del distrito de San Juan de Murcia.
En diciembre de 1930, a petición suya, fue trasladado a Santander.
En mayo de 1931 fue ascendido a magistrado de la audiencia provincial de Badajoz. Y en junio de ese mismo año pasó a la de Murcia.
En 1934 fue ascendido a presidente de la sala segunda de la audiencia de Murcia con un sueldo anual de 7.250 pesetas.
En 1935 seguía en Murcia como presidente de la agrupación de jurados mixtos.
En el trágico verano de 1936 seguía en Murcia. Creo que fue detenido, pues en 1940 solicitó el ingreso en la «Hermandad de cautivos por España».
En octubre de 1939 fue testigo en una boda en Espinardo y en 1940 Caballero Cubierto en la Semana Santa de Orihuela (el primero después de la Guerra).
En 1943 era presidente de la junta provincial de Murcia del servicio de libertad vigilada.
En 1945 era presidente de la sección segunda de la audiencia provincial de Murcia.
En 1950 se jubiló por cumplir la edad reglamentaria.
Casó con Nieves Alonso, a la que conoció en Játiva. Era viuda y tenía una hija llamada María de las Nieves Martí Alonso.
Con Nieves tuvo otras dos hijas: Josefina y Concepción Caballero Alonso. En el siguiente artículo figuran las tres.
El Liberal de Murcia. 24 de agosto de 1928. Exploradores. Tómbola de muñecas A la lista de las muñecas recibidas tenemos que agregar las siguientes: De las señoritas Pepita Caballero, de chinita; Conchita Caballero Alonso, de gato blanco; María de las Nieves Martí Alonso, de colombina …
La casa familiar en Orihuela tenía fachada a la calle Santa Lucía y salida a la de Bellot. Fue demolida en la polémica construcción del Palacio de Justicia.
Guardaba en su interior un precioso patio neo mudéjar y un oratorio privado.
Derribo de la casa familiar en la Calle de Santa Lucía.
Fernando Sanmartín, vecino de la calle, me habló de una casa hermosa y señorial; con una gran escalera y amplias cuadras en cuyos bebederos se bañaba la chiquillada del barrio.
Javier Sánchez recordaba un mirador que le colocaron en 1908.
La Iberia 7 de enero de 1908: Se da cuenta de una solicitud de D. Agustín Caballero para colocar un mirador en la casa de su propiedad situada en la calle de Santa Lucía, concediéndole el permiso.
Cruz María también heredó la hacienda de su padre, la citada «Torre Caballero», en Los Montesinos.
Torre Caballero. Los Montesinos. Archivo Adolfo Cartagena Sevilla.
Jubilado en 1950 presidió la asociación de antiguos alumnos de Santo Domingo.
Y decidió dejar su impronta en tres iglesias de tres localidades con las que estaba directamente relacionado.
En Murcia, donde desarrolló su carrera y vivió muchos años, costeó una imagen de San Vicente Ferrer, obra de Sánchez Lozano en la iglesia de San Nicolas de Bari, en 1952.
En su artículo: «La primera fase de la reconstrucción de la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari de Murcia tras la Guerra Civil (1952-1958). Nuevas aportaciones», dice Miguel López Alcázar que el autor se inspiró seguramente en la talla homónima de Salzillo del templo de Santiago Apóstol de Orihuela.
Retablo principal de la iglesia de San Nicolás de Bari. Murcia. A la izquierda, arriba, la imagen señalada, obra de Sánchez Lozano. Debajo el San Vicente Ferrer de Salzillo en Orihuela.
En el Evangelio que porta Vicente Ferrer, Sánchez Lozano dejó escrito: «Me mandó esculpir doña Nieves Martí y Cruz Caballero para el retablo mayor de San Nicolás de Murcia. Año 1952».
Por esas mismas fechas, Cruz María financió en Los Montesinos, donde tenía su finca, la capilla de San José de la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar.
Cruz María Caballero y su hijastra Nieves Martí Alonso.Archivo Nieves Mas Martínez.
Y quedaba Orihuela, donde tenía la casa familiar y se instaló cuando le llegó la jubilación.
En Orihuelacosteó un altar de madera tallada, con todos sus accesorios, dedicado al Corazón de Jesús en el santuario de Monserrate, de cuya cofradía su padre había sido Hermano Mayor y tesorero.
Obra del escultor valenciano Antonio Rodilla, el viernes 4 de marzo de 1960 Cruz María y su nieta Nieves, asistieron a la inauguración.
Falleció en Orihuela el 15 de abril de 1963.
Diario Línea. Murcia. 12 de mayo de 1963.
Su hija Josefina casó con Pío Wandosell Manzanares. Y falleció muy joven, de tuberculosis.
Concepción casó con Mariano Carlos Sevilla Hernández. Fueron padres de María de las Nieves Sevilla Caballero, que casó con Adolfo Cartagena Bueno.
El primogénito de este último matrimonio es Adolfo Cartagena Sevilla, actual propietario de la «Torre Caballero».
Archivo Nieves Mas Martínez.
Antonio José Mazón Albarracín. Ajomalba.
Mi agradecimiento a José Manuel Dayas y a Nieves Mas Martínez.
Memorial Literario. Número LXXV. Diciembre de 1788. Biblioteca Nacional.
El «Memorial literario, instructivo y curioso de la Corte de Madrid» fue fundado en 1784 por dos aragoneses afincados en Madrid.
En esta publicación, considerada como una de las mejores revistas españolas del siglo dieciocho, aparece la crónica más antigua de una inundación en Orihuela.
Paso a transcribir esta relación detallada que ofrece además multitud de datos interesantes de la Orihuela de aquellos años.
De la ortografía original sólo he modificado las tildes.
Memorial Literario. Número LXXV. Diciembre de 1788. Biblioteca Nacional.
RELACIÓN de la lluvia tempestuosa y subsecuente avenida del Río Segura y de las desgraciadas consecuencias de una y otra, ocurridas en la Ciudad de Orihuela en los días 15, 16 y siguientes del mes de Noviembre de este año (1788).
Después de dos años de sequedad que padecieron los campos de esta Ciudad, y Lugares inmediatos, resultando de ella las deplorables y no ignoradas consequencias que de tan cruel azote resultan, quiso la Magestad del Todo Poderoso, por juicios ocultos a todo entendimiento humano, o por manifestar con el brazo de su Divina Justicia el justo enojo que le causan los vicios y continuada ingratitud de los hombres, afligirla de nuevo, y fue de este modo:
Diseño de la Ciudad de Orihuela mirada por el mediodía. 1760. José Vicente Alagarda.
En el día 15 de dicho mes amaneció muy nublado, prosiguió todo el resto del día el Cielo encapotado, y bastante triste, causando la mayor alegría en sus habitantes, esperando y deseando vivamente de tan feliz disposición la deseada lluvia que suele seguirse.
Quando a las tres de la tarde se levantó de improviso por la parte de Levante un gran nubarrón, que poniéndose perpendicularmente sobre esta Ciudad arrojó repentinamente sobre ella por espacio de una hora tanta piedra y agua, que baxando los barrancos del monte a cuya falda está la Ciudad.
Y no pudiendo tragar la copia de sus aguas los alvellones o alcantarillas, inundaron muchas calles sin que los vecinos sorprendidos de tan acelerado suceso tuviesen tiempo para guarecerse, pues llegó el agua hasta el zaguán de la casa del Ayuntamiento, y hasta la misma Santa iglesia, donde para su desagüe pasada la intemperie, tuvieron que levantar las losas de las sepulturas.
Este inesperado suceso acaeció a la sazón de hallarse en las casas del Ayuntamiento D. Francisco de Paula Soto Cebrián y Fenollet, Caballero Maestrante de la Real de Valencia, regidor en su banco y clase, el que a presencia de los Doctores D. Trinitario y D. Manuel Martínez de Vera, del primero y segundo Escribano de Ayuntamiento, de Victoriano Pomares, Jaime Alonso y Ferrándiz, y Manuel Bergel, oficiales de la Escribanía, de Antonio Lebrés, Joseph Cevallos, Juan Gavila y Antonio Tomás, Maceros; de Joaquín Ginerfiel, Almotacén, y de otras personas, que huyendo la intemperie se acogieron a dicha casa, dio las providencias necesarias.
Y habiendo cesado la lluvia y verificado el desagüe dio parte al Señor Gobernador D. Juan la Corte, Exento de Reales Guardias de Corps, Coronel de los Reales Exércitos, Gobernador Militar y Político de esta Ciudad, de todo, quedando éste muy satisfecho de su zelo.
Juan de la Carte, Coronel de los Reales Ejércitos, Gobernador Militar y Político de Orihuela, dibujo de Joseph Montesinos en su Compendio Histórico.
Libres al parecer de todo peligro los moradores se retiraron a sus casas, quando advirtieron que a las cinco de la tarde se le aumentaban al río Segura las aguas y el ímpetu de sus corrientes.
Esta alteración y el deseo de acreditar su encargo, obligó al mismo Regidor D. Francisco de Soto, a pasar a las casas de habitación y Audiencia del Señor Gobernador, y manifestarle las malas conseqüencias que podría producir la inacción en tan crítica situación.
Y le aconsejó encargase a los Alguaciles mayores diesen vuelta a las calles llamadas del Carril, Hospital, de Meca, del Río, del Ángel, Mayor, Molino, San Pasqual, del Riacho, y de la Mancebería, que son por las quales se hallan los alvellones o alcantarillas para abocar al Río las aguas del monte, que se hallaban abiertos por lo recientemente sucedido, y que los mandasen cerrar con sus tablados y dar cuenta de qualquiera novedad.
Agitado el Señor Gobernador de su zelo y amor a la Patria, mandó inmediatamente a D. Francisco Lledó y Rafael Portugués, Alguaciles mayores que, con los Diputados de Barrio, Alguaciles ordinarios, y demás auxilio que necesitasen pasasen a executarlo como lo hicieron.
Siguiendo tomando incremento, aunque con lentitud las aguas del Río, mantuvo en expectativa los ánimos de los Señores Gobernador y Regidor ya dichos; salió éste de las casas de su Secretaría a las ocho de la noche, reconoció lo que a los Alguaciles mayores había mandado, y estando con otras gentes en el Puente llamado Viejo como a las nueve de la noche observando las corrientes del Río, le llevaron la atención ciertas voces desentonadas de la parte de arriba.
Y a poco rato vio venir sobre las aguas un vulto grande que no pudo bien distinguir que fuese, y viendo que aunque con mucho trabajo pasaba por debaxo del ojo del Puente, procuró instruirse de lo que era preguntando a varias gentes que atropelladas cruzaban el arrabal de San Agustín.
Y supo cómo lo que venía por el Río era un carro de bueyes que estando atado en el Puente, distante un quarto de legua de dicho Molino, y aparejado para llevar granos se lo habían traído las corrientes de la Riada, y que las gentes que lo seguían, parte eran mozos del Arrendador y parte mozos suyos, que venían siguiéndolo a ver dónde lo dirigían las aguas.
Oído esto por el mencionado D. Francisco de Soto, y notando se aumentaba por instantes el Río, pasó a dar cuenta de lo sucedido al Gobernador, quien enterado de todo y habiendo dado las providencias necesarias, salió a las diez de la noche de su casa acompañado de los Alguaciles mayores y ordinarios, del Sargento de Marina de la partida de los Reales Batallones, avanderada en esta Ciudad con el fin de evitar el tremendo estrago que amenazaba.
Puesto en la calle dicho Señor Gobernador en la disposición en que se hallaba, y aun sin aumentarse calzado alguno para guarecerse, acompañado de los mencionados sujetos, cuyo exemplo siguieron el Caballero Guardia de Corps D. Juan de Lacarte, su hijo aunque niño, y el Regidor D. Francisco de Paula Soto, abandonando sus casas, mugeres y familias, sin embargo de estar las de dicho Gobernador y Regidor contiguas al Río, discurrieron por las calles por donde amenazaba mayor peligro, mandando ante todo tocar a rebato la campana del relox de la Parroquial, acostumbrado aviso para las gentes.
Sin embargo, de la mucha agua que caía de las nubes, y de la que la avenida inundaba por instantes todas las calles, llegaron al Arrabal Roig, donde ya D. Rafael Portugués, para evitar se introduxesen en ellas aguas como lo habían hecho inundando el barrio que llaman el Salitrico, había mandado tapiar la última boca calle traviesa de los Capuchinos a aquel parage; considerando los estragos a que deberían ser expuestos si se rompía aquella obra, esforzaron a los operarios, mandando a un Diputado que con nueva gente se reforzasen.
Hecha esta diligencia fueron sucesivamente recorriendo las demás calles quales fueron la del Hospital, traviesas de la fabrica Aguardiente y del Parador del Cabildo, y de aquí pasaron a la calle del Río y Mancebería, donde como en las anteriores dieron las más activas providencias para evitar en lo posible la total inundación de la Ciudad que por instantes se esperaba.
Fachada de tramontana de la Casa de la Ciudad (calle del Ángel), adornada con motivo de la Proclamación de Carlos III. Grabado de Alagarda. Siglo XVIII.
Y por último se retiraron a las casas de Ayuntamiento con el fin de esperar novedades para dar providencias y socorros; pero viendo que tomando más incremento las aguas empezaban ya a salir por la alcantarilla que sale a la calle del Ángel, que no se tapió por ser el terreno bastante alto, y haberse resentido en otras avenidas inundando los zaguanes de la misma casa, dispusieron inmediatamente se hiciesen pequeñas motas a uno y otro lado de su boca para que no se extendieran las aguas, haciendo acarrear cargas de barro, piedra y guijo para formarlas.
Yendo a más la subida del Río, y recibiéndose por instante lastimosas noticias dispuso el Gobernador que los Regidores D. Francisco de Soto, y D. Joaquín Pastor, asistidos del Alguacil mayor Lledó, de otros ordinarios, Diputados del Barrio, Alarifes, y otros vecinos recorriesen el Arrabal de San Agustín y calle del Rio, saliendo también dicho Gobernador en persona a dar vuelta por lo restante de la Ciudad como con efecto lo executaron sin ninguna defensa para la lluvia y a pie.
Sin embargo de haberle presentado al dicho Gobernador un Caballo para su uso el Caballero D. Juan Nepomuceno Roca, y otro para el Caballero Regidor D. Francisco de Soto, Manuel Ronis, Proveedor de paja y pan de munición de la tropa, cuya oferta no admitieron acordándose como verdaderos Ciudadanos del conflicto y situación en que se hallaban los moradores de la Ciudad.
Discurren por sus calles ya inundadas, penetra sus corazones el más vivo dolor al ver las continuadas lastimas que por todas partes observan, gritos, lamentos y aflicciones; a unos consuelan, a otros animan, y a todos en lo posible socorren.
Llega en fin el Gobernador a lo último del Arrabal de Roig, oye clamores, ve que las aguas del Río toman por instantes más incremento queriendo sobrepujar las motas, y viendo no podía su caritativo anhelo y noble corazón remediar tan inminente peligro, se retira a las casas de Ayuntamiento donde ya el Regidor D. Joaquín Pastor había tomado las más oportunas precauciones a fin de que las aguas no se inrodugesen allí.
Oyen dicho Señor Gobernador, Regidor, que sus casas se van por instantes anegando, rebentando los sumideros que en ellas hay para el Río, y responde el primero: «que de padre, marido y amo se acordara dexando el bastón».
Exemplar respuesta digna de su noble corazón, siendo también articular la tranquilidad de ánimo de su esposa, que viendo el inminente riesgo que le amenazaba en su casa, y brindada del Caballero D. Luis Togores para pasar a la suya, se mantubo sola con sus criadas sin admitir la oferta, respondiéndole que acudiese a las órdenes del Gobernador, y socorro del pueblo, que era lo que convenía.
No sosegaba el patricio corazón del Gobernador viendo que por instantes se aumentaban los estragos. Conociendo estaba el Río próximo a romper sin bastar todo estudio a contenerlo, y teniendo noticias que a la baxada del Puente Viejo por la casa de Blas Morante corría el mayor riesgo, se dirigió a ella D. Juan de Lacarte Menor, asistido del segundo Escribano de Ayuntamiento.
Y aunque por su edad niño, dio disposiciones de anciano, mandando deshacer copia de colchones de aristas, cabar tierra en el mismo zaguán de la casa, aplicarlo todo a la puerta postigo donde batían las aguas, y aprontar yeso con que tapasen las rendijas por donde rezumaba el agua.
Vista desde el mediodía de la Casa de la Ciudad de Orihuela adornada con motivo de la Proclamación al trono de Carlos III, grabado de Alagarda. Siglo XVIII.
Viendo por instantes ser mayor la avenida del agua, y consiguiente el peligro, reynando por todas partes la turbación y el desorden, abandonando los vecinos y trabajadores sus puestos, y advirtiendo que faltaba poco para cegarse el ojo del puente, y que ya los remedios necesitaban de pluralidad de apoyos, mandó el Gobernador convocar a todos los Capitulares que faltaban para determinar las precauciones más oportunas para la defensa.
A todos juntos conmovía la voz del Pueblo, todos quisieran a un tiempo remediarlo; se atropellan una a una las funestas noticias; abátense los ánimos; pero acuerdan en tan cruel conflicto la sabia y piadosa determinación de sacar, aunque en hora tan intempestiva como las dos de la mañana, en rogativa, a la Imagen de Nuestra Señora de Monserrate, y al mismo tiempo que se multiplicasen los operarios y esfuerzos en los parages donde urgía la mayor necesidad.
Preséntase el Gobernador, con los Regidores y Sindico en la pared del Río que rezumaba; manda nuevamente multiplicar los obreros, hace traer a sus expensas hachas de viento, y para dar la última prueba de su zelo, arrima el bastón y se pone a llevar espuertas de ruina.
Báxase nuestra Señora en rogativa, clama el pueblo, deshácese en suspiros y lágrimas; y tomando con fervorosa devoción el ramo que llevaba y una estampa de dicha Santa Imagen lo arroja a las corrientes el Dean.
Nuestra Señora de Monserrate. Rogativa y «ceremonia del ramo».
Amenazaba el Río inundar toda la Ciudad como en parte lo había hecho; titubeaban varios edificios; quien tenía en ellos, ya el padre, ya el marido y la muger, el amigo o pariente; veían muchos sus caudales y cosechas perdidas, y todos las vidas amenazadas.
Y solo colocaban su esperanza en Dios y su piadosa Madre, cuya protección y amparo con amargos llantos y sollozos, en medio de la obscura noche invocaba el angustiado Pueblo, que acompañando a la devota imagen fue vuelta a su Iglesia, donde incesantemente le repetían sus súplicas.
Viendo sin embargo que la calle del Ángel se hallaba inundada, y que el peligro iba por instantes creciendo, parte D. Francisco Soto a el Arrabal de Roig, esfuerza los ánimos de los afligidos y congojosos vecinos que ya del todo desmayaban, manda se saquen los colchones de las camas; y que deshechos reforzasen con piedra y lodo las motas, consolando a todos con inexplicable caridad, cuya diligencia practicada dio iguales disposiciones en varias calles y barrios que recorrió, donde no era menos preciso el socorro.
Igualmente fervoroso y activo, el Gobernador y su hijo, despreciando riesgos y venciendo obstáculos, recorrían lo interior de la Ciudad, dando las más sabias y piadosas providencias.
Reunidos otra vez en la casa de Ayuntamiento, sin embargo de estar cercada de agua, conferenciaron sobre el estado de lo ocurrido, y determinaron acudir a un mismo tiempo al socorro y provisión de víveres para el público, como en efecto lo executaron, visitando las carnicerías y tiendas de comestibles, prescribiéndoles el mejor modo para el socorro de las infelices gentes que viendo el gran crecimiento de las aguas desmayaban, y aturdidos los operarios abandonaban sus trabajos.
Atropéllanse una a otra las funestas noticias dícese que las aguas habían quebrantado la pared del Huerto del Carmen Calzado, la qual, según aseguraban prácticos, caería de un instante a otro como sucedió introduciéndose la Riada, e inundando la Ciudad que se habían llevado las paredes de Manuel Ortiz, y de Rubio, por cuya causa iban inundando la calle del Río y Plaza pública; y finalmente que por todas partes hacía los mayores daños la inundación.
Dibujo del Convento del Carmen Calzado. Compendio Histórico Oriolano de Joseph Montesinos. Tomo 5.
Oyó estas noticias el infatigable Gobernador, y olvidándose al parecer del riesgo que le amenazaba en la calle del Río, donde tenía su casa y muger, acudió con gran diligencia a donde urgía la mayor necesidad.
Las activas y piadosas diligencias, que en tan crítica y sensible situación aplicó dicho Señor Gobernador, merecen los mayores elogios; discurre por las calles ya inundadas, oye por todas partes mil clamores, advierte cercanos los mayores estragos, pero su ánimo tranquilo y sosegado solo atendía al socorro y protección de los infelices vecinos.
Sin embargo, de la mucha agua que casi imposibilitaba el tránsito por las calles, atropella por medio con increíble fortaleza, y dirigiéndose entre otras a la de la Feria, de terreno alto, donde había dos hornos de pan, manda se cueza inmediatamente quanto se pueda, para el socorro del Pueblo, pasa a la plaza mayor, y viéndola inundada, da las ordenes necesarias para proveer las tablas de cerdo y baca, y algunas de pan que allí había.
De aquí, teniendo noticias que el Arrabal de Roig se hallaba enteramente inundado, y que los vecinos habían desamparado sus casas y bienes, retirándose a la casa de Ayuntamiento, el Gobernador parte presuroso a su casa donde encuentra a su muger en los balcones dando las más activas providencias para el socorro de los infelices.
No amansando su furor las aguas, y sobrepujando éstas veinte palmos más de lo regular, recibiéndose continuamente las más tristes nuevas, y llegando la subida hasta la primera grada de la iglesia Parroquial de Santiago, encargó el Gobernador al Caballero Regidor Soto vigilase sobre lo que fuese ocurriendo, tomase y diese las providencias necesarias; y que el Escribano Juan López le acompañase en su fatiga.
Desempeñaron estos su encargo con la mayor exactitud, pero no cesaba el peligro; de un instante para otro era mayor la crecida de las aguas, causando deplorables estragos; era terrible espectáculo ver tan enfurecidas las corrientes del Río, trayendo consigo motas, hortalizas, árboles, varios animales y barracas enteras de las huertas.
Si se apartaba la vista de este trágico objeto se presentaba otro no menos triste; se veían, las calles con más de cinco palmos de agua sobre su piso, los zaguanes de las casas inundados, las gentes unas a medio cuerpo de agua, otros a caballo, los más refugiados en las vistas y balcones, y todos clamando misericordia, y haciendo mil promesas.
En este estado se hallaba la Ciudad de Orihuela el día 16 de Noviembre a las doce de la mañana, continuando los clamores y gritos de los habitantes, y los más crueles y terribles estragos quando a las quatro de la tarde dicho día quiso el Todopoderoso consolar a esta afligida Ciudad, haciendo detener el ímpetu del agua, que por instantes fue disminuyendo, causando tan alegre novedad en los ánimos de los consternados habitantes mil júbilos.
Inmediatamente con entrañas de verdadero Padre encargó el Caballero Gobernador al Regidor D. Francisco Soto se presentase por las calles inundadas, dando esta noticia a sus vecinos que aún no estaban para advertirla.
Y distribuyéndoles al mismo tiempo comestibles, pan, carne etc., que recibían desde las ventanas, cuya diligencia practicó igualmente fuera de la Ciudad, según lo permitía la agua; después de lo qual, pasando por delante de la casa del Gobernador, y mandado éste subiera a descansar, lo hizo saliendo aquel nuevamente en su caballo, también recorriendo lo restante de la Ciudad, repartiendo con increíble caridad pan, víveres, etc.
Vista meridional de la Ciudad de Orihuela. Año 1784.
Y consolando, y animando a todos, a cuyo fin y piadoso intento ayudaron y contribuyeron con abundancia de víveres y dineros el Dr. D. Marcelo Miravete, Presbítero, Canónigo Lectoral de la Santa Iglesia, y los Señores D. Pedro Albornoz, Dean y D. Josef Mirambel, Canónigo Dignidad Maestre Escuela.
Dadas todas estas saludables providencias y hallándose casi desaguada la Ciudad se retiró a su casa; y mudándose de ropa, se entregó algún tanto al descanso.
Le fatigaba la imaginación de lo que podría haber sucedido en el Pueblo, y las contingencias a que estaría expuesto, quando le dan noticia que amenazaba ruina el palacio del Obispo por haber hecho resentimiento, y haber perdido su nivel las paredes.
Inmediatamente se dirigió a él, de donde habiendo mandado salir los familiares, y proporcionando gentes para extraer papeles y muebles recorrió otros edificios y casas particulares, que se hallaban en le misma situación, y dando las mismas providencias se volvió a su casa a descansar de la fatiga, que le había causado su incesante diligencia.
A la mañana del día siguiente mandó el Señor Gobernador al Clavario y Veedores del Gremio de Alarifes, dar vuelta al pueblo reconociendo casas y otros edificios, y que diesen cuenta de todo lo que ocurriese, como en efecto lo executaron con la mayor actividad, noticiándole los muchos daños causados en los edificios por el agua, no conocidos aun en la mayor parte de todos, por cuyo motivo y para precaverlos, dio nuevamente repetidas órdenes y providencias.
Acerca de todo lo ocurrido, y en precaución de lo que podía suceder, tomó, y sigue tomando el Señor Gobernador las más sabias y acertadas disposiciones lastimándose más de cada día, viendo las resultas de la ocurrida lluvia y avenida del río, que no solo ha causado quebrantas en los bienes de los vecinos, sino también en su salud.
Transcripción y comentarios Antonio José Mazón Albarracín (Ajomalba).
Orihuela. El camino de la estación. Archivo Dolores Bregante.
Introducción.
Alicante 1870. Jean Laurent. Ministerio de Cultura.
La línea de «Ferro Carril» Madrid-Alicante, establecida en 1858, fue un hito histórico que supuso un enorme impulso para la economía de la ciudad levantina.
El tren había llegado a Alicante para convertir su puerto en el de la capital de España.
La América. Crónica hispano-americana. 8 de enero 1858: el 30 del pasado diciembre fue un día de júbilo para la ciudad de Alicante. Un despacho telegráfico recibido la víspera anunció a los habitantes de aquella capital que la colocación de los raíles estaba terminada en toda la sección de Alicante a Almansa.
Esta fausta noticia fue acogida por la población entera con las más ostensibles muestras de entusiasmo. Las campanas se echaron al vuelto inmediatamente, y las músicas de la ciudad recorrieron las calles de la población sembrando el alborozo en aquellos habitantes.
Todo el mundo comprende la importancia que va a dar a la ciudad y provincia de Alicante esta nueva vía de comunicación.
La línea entera se abrirá este mes al servicio público, y entonces Madrid solo distará algunas breves horas de Alicante, cuyo excelente puerto será por mucho tiempo el de la capital.
Inauguración del Ferro Carril de Alicante. El museo universal. 15 de junio 1858.
El Correo de Ultramar. Año 1858: Compañía del ferro-carril de Alicante a Almansa. Terminada esta última sección en diciembre de 1857, se recorrió el día 3 de enero de 1858; y en marzo del mismo año quedó abierta al público la circulación de la vía desde Madrid a Alicante, unidos estos dos puntos por una línea férrea de 455 kilómetros de longitud.
La inauguración de esta hermosa línea tuvo lugar en Alicante el 25 de mayo del modo más solemne.
La reina Isabel, acompañada de S. M. el rey y de la real familia, presidió tan bella ceremonia. En ese instante solemne y grave el estampido del cañón anunció la llegada del tren real.
Poco después tuvo lugar la ansiada ceremonia. Tres locomotoras marchando paralelamente, como movidas las tres por el mismo espíritu, como obedeciendo a una misma inteligencia las tres, se adelantaron majestuosamente ante las gradas del altar y allí recibieron la bendición del sacerdote.
Inaugurada la estación de Alicante, Orihuela no podía dejar escapar la oportunidad que ofrecía este novedoso medio de transporte.
Orihuela. Vista general de la ciudad 1862. Charles Clifford. Colección Javier Sánchez Portas.
En el artículo «El Ferrocarril y su papel en el desarrollo de la comarca de la Vega Baja» Pilar Ávila Roca de Togores ofrece un poco de luz sobre los diferentes proyectos para extender ese carril de progreso hasta la ciudad de Orihuela anteriores al año 1884.
Pinchando sobre la siguiente imagen se puede descargar dicho trabajo.
Plano de la Estación de tercera clase de Orihuela (1868). Archivo Histórico Ferroviario. Acceso a artículo sobre el ferrocarril de mi amiga Pilar Ávila Roca de Togores. Gracias, Piluca.
Yo me voy a centrar en la década de 1880, cuando la «Unión Agrícola Orcelitana», en estrecha colaboración con el Ayuntamiento, tomó las riendas del proyecto en Orihuela.
Esta sociedad, formada en 1878, estaba compuesta por un grupo de terratenientes oriolanos cuyo principal objetivo era favorecer y modernizar la agricultura local.
El Segura. 8 de febrero 1878: LA UNION AGRICOLA. Orihuela, nuestra ciudad querida, está de enhorabuena. Por fin todos sus hijos, convencidos de que nuestra verdadera riqueza y bienestar está en la agricultura se reúnen en una sola aspiración tan generosa como honrada.
Sin distinción de matices políticos, prescindiendo noblemente de pasadas diferencias vuelven por lo que son y por su patria, formando La Unión Agrícola Orcelitana, poderoso centro que atienda sus verdaderos intereses, que impulse los adelantos del país y abra ancho campo donde pueda desenvolverse la acción individual apoyada por la colectiva.
Todo por Orihuela y para Orihuela, este es hoy este debe ser siempre el grito de sus nobles hijos.
El ferrocarril era el medio de transporte más rápido y barato; la herramienta imprescindible para la exportación de los productos de la huerta y el campo.
Orihuela. Fotografía de J. Laurent en 1870. Colección Javier Sánchez Portas.
La llegada del tren no sólo dinamizó la economía de Orihuela; modificó la propia estructura de la ciudad desplazándola hacia el sur.
Hasta el último cuarto del siglo XIX, el arrabal de San Agustín de Orihuela finalizaba en una alameda que llamaban la vieja o del vacuno, por instalarse en ella el mercado de animales. Se corresponde en la actualidad con la Avenida España.
La última línea edificada la formaban las traseras pertenecientes a las casas de la calle de la Acequia.
A mediados de dicha centuria, en el plano de Coello solo aparecían dicha alameda, el huerto del marqués de las Hormazas, el convento de San Sebastián, la alameda del Chorro y el desamortizado ex convento de San Gregorio. Dos edificios reseñables y, más allá, sólo huertos salpicados con alguna casa rural.
«Atlas de España y de sus posesiones de ultramar» de Francisco Coello. Plano de Orihuela. 1859.
La llegada del «Ferro Carril»a Orihuela. 1883.
El año 1883 fue trascendental para el desarrollo de la ciudad de Orihuela. En enero unieron fuerzas el Ayuntamiento y la sociedad Unión Agrícola Orcelitana.
Ayuntamiento de Orihuela. Sesión ordinaria del 11 de enero de 1883: Se dio cuenta de un oficio de la sociedad Unión Agrícola de esta ciudad de 4 de los corrientes participando que, en junta del día dos del actual acordó practicar cuantas gestiones fueran precisas para obtener la variación del trazado del Ferro Carril de Murcia a Alicante en el ramal de Torrevieja
A cuyo efecto eligió de su seno una comisión que previamente de acuerdo, y bajo la dirección de este Excmo. Ayuntamiento con la que se dignara nombrar, hicieran dichas gestiones.
Y se acordó nombrar en comisión al Sr. presidente y teniente alcalde D. Manuel Cevallos.
Antes de terminar el mes estaban expropiando tierras en Redován para la construcción del ferrocarril junto al hijo del marqués de Casa Loring.
El Graduador. Alicante. 30 de enero 1883: Copiamos con sumo gusto la siguiente noticia que encontramos en «La Voz de Orihuela», recibida ayer: «Cuando va a entrar en prensa nuestro Semanario se nos dice que acaba de llegar del vecino pueblo de Redován el Sr. D. Jorge Loring, ingeniero de caminos, hijo del Excelentísimo Sr. Marqués de este apellido, acompañado de los Sres. D. Pedro Ramón Mesples, D. Francisco Ballesteros, D. Julián de Torres, D. José María López y D. Enrique Tormo.
Según nos han manifestado los que han acompañado al Sr. Loring, seis horas han bastado para que se expropiaran todos los terrenos que comprende el término de Redován, y por los que ha de atravesar nuestro anhelado ferro carril.
Cumple a nuestro deber felicitar por tan buen éxito al vecindario, autoridades y personas influyentes de aquel pueblo, por haber ayudado a tan patriótico objeto.
Estación del Ferrocarril de Orihuela a principios del siglo XX.
Pretendían variar el trazado original del ramal de Torrevieja para que el ansiado ferrocarril llegase a Orihuela. El asunto interesaba también a la vecina Murcia y allí acudieron buscando la «influencia» de sus diputados y senadores.
El Diario de Murcia. 15 febrero 1883: Ayer llegó a esta ciudad una respetable comisión de Orihuela, representante del Círculo agrícola orcelitano. Hemos tenido ocasión de hablar con estos señores, a quienes, aunque no sean ni aun comprovincianos, bien podemos llamar paisanos nuestros, pues Orihuela y Murcia son casi una misma ciudad, por su suelo, por su cielo, por su manera esencial de ser, y por todos sus intereses.
El objeto de esta visita es interesarnos a nosotros en un asunto de mutua utilidad. Se trata del ferro-carril de Murcia a Alicante, y especialmente del trazado desde Murcia a Torrevieja. Quieren los oriolanos pedir una variación que tiene las siguientes ventajas:
1. Favorecer a pueblos de mayor vecindario.2. Atender y facilitar la exportación de mayor riqueza. 3. Disminuir la distancia.
Murcia está interesada en esta variación, no solo por los intereses de su vega que se confunden con los de Orihuela, sino por los de la capital, por cuanto con la variación que se solicita tenemos un puerto, el de Torrevieja, mucho más cerca que el de Cartagena, y especial para el comercio.
Dicha comisión oriolana tiene orilladas todas las dificultades que pudiéramos llamar pecuniarias; porque, representando a la casi totalidad de los propietarios de Orihuela, y estando estos dispuestos a indemnizar a la empresa constructora si fuera necesario; lo que piden de nosotros únicamente, es ayuda moral, que le prestemos nuestra influencia, la influencia de nuestros diputados y senadores, para conseguir en las esferas oficiales la realización de su patriótico deseo.
Pocos días después de la visita, el Ayuntamiento de Murcia apoyaba el proyecto de cooperación por unanimidad y nombraba una comisión municipal.
El Diario de Murcia. 18 de febrero 1883: Invitados particularmente los concejales para que el acuerdo que se tomase respecto del ferro-carril de Orihuela, tuviera la sanción de la mayoría del ayuntamiento, se reunió anteayer éste en número considerable.
Unánimemente fue aceptado el pensamiento de cooperar a la variación del trazado del ferro-carril a Torrevieja; y para que gestione a nombre de este municipio y en unión de los de Orihuela, se nombró en comisión a los señores Marín Baldo, Piqueras, García Alix y Marín Samaniego.
Estación del Ferrocarril de Orihuela a principios del siglo XX. Colección Jesús R. Tejuelo. Edita Hauser y Menet.
Para finales de febrero el proyecto era ya una realidady se comunicó oficialmente el inicio de las obras que quedaron inauguradas el domingo 4 de marzo.
Ayuntamiento de Orihuela. Sesión del 1 de marzo de 1883: Se dio cuenta de la comunicación que dirige a este Municipio el Sr. Loring, representante de las obras del ferro-carril de Murcia a Alicante, participando su inmediato principio.
Y se acordó que, con tan plausible motivo, se invite al acto al Ilmo. Prelado que ha de colocar la primera piedra; y a todas las corporaciones para las cuatro de la tarde del domingo próximo (4 de marzo) debiéndose reunir las comisiones en estas Casas Consistoriales a las tres y media para acompañar al Sr. Obispo desde su palacio.
La Paz. Murcia. 3 de marzo 1883: Mañana 4 del actual es el día señalado para verificar la inauguración del ferrocarril de Alicante a Murcia, en Orihuela. Tendrá lugar a las cuatro de la tarde en una casilla de guarda aguja próxima al camino de Hurchillo.
El Constitucional. 8 de marzo 1883: En medio del mayor regocijo se inauguró el domingo último en Orihuela la construcción del ferrocarril de Alicante a Murcia. Las autoridades y el clero concurrieron al acto.
Estación de Ferrocarril de Orihuela. Edita M. Clemarés.
Pero la estación que estaban construyendo quedaba lejos del centro y carecía de caminos adecuados.
Entre la ciudad y el ferrocarril se interponían tres tahúllas y media del «huerto de San Gregorio» o «de Tamames» y otras nueve tahúllas y media pertenecientes al marqués de Serdañolas.
El Ayuntamiento delegó en Salvador Lacy Pascual de Bonanza para que, desde Madrid, procediese al ajuste y adquisición de ambas fincas.
Sesión municipal. Orihuela, 23 de mayo 1883: Se Manifestó que dada la necesidad de construir una vía que ponga en comunicación la localidad con la estación de Ferro Carril, cuyas obras se están realizando.
Se hace indispensable para un servicio de tanta utilidad, la adquisición de los terrenos que ha de atravesar dicha vía, las propiedades de los Sres. Duque de Tamames y Marqués de las Serdañolas, hoy de Boil y al efecto habíanse practicado varias gestiones por conducto de sus respectivos apoderados en esta ciudad.
Mas como quiera que en la actualidad se haya accidentalmente en Madrid Don Salvador Laci Pascual de Bonanza, persona de toda confianza y garantía para el municipio y que además de sus conocimientos prácticos reúne el noble deseo de prestar un apoyo y cooperación para la prosperidad y engrandecimiento de este país.
Dicho señor podía llevar con sus celosas gestiones a feliz término el asunto, y la corporación teniendo en consideración que el medio propuesto por el Sr. Presidente es el más fácil para hallar la solución que se desea, por unanimidad acordó autorizar al expresado Sr. Laci para que desde luego proceda al ajuste y adquisición de los terrenos denominados huerto de San Gregorio, propiedad del Exmo. Señor Duque de Tamames.
Y del Señor Marqués de Serdañola las nueve tahúllas que radican en el Partido de Urchillo y sitio de la Alameda, por la totalidad de ambas fincas a fin de evitar a sus dueños los perjuicios que en otro caso podrían arrogárseles con solo adquirir la parte necesaria para la construcción de la expresada vía.
El 1 de julio de 1883 tomó posesión de la Alcaldía el próspero farmacéutico y terrateniente Francisco Ballesteros Villanueva. Desde 1882 Ballesteros era diputado provincial apadrinado por Ruiz Capdepón. Había sido secretario de la Unión Agrícola y miembro de la comisión que impulsó la llegada del ferrocarril.
Francisco Ballesteros Villanueva.
Para la nueva corporación que presidía no era suficiente unir la población con el ferrocarril de cualquier manera. Para sacar todo el partido al tren proyectaron una avenida de 890 metros que llegaría hasta el corazón comercial oriolano; es decir, a los Hostales.
Allí se hallaban establecidos el casino, los bancos, las fondas y las posadas. Y en invierno, la zona albergaba los célebres y concurridísimos mercados semanales.
Ayuntamiento de Orihuela. Sesión del 23 de agosto de 1883: La comisión nombrada por el Excelentísimo Ayuntamiento para estudiar, auxiliada del maestro de obras D. Manuel García, y formar un programa sobre la calle proyectada desde la de los Hostales de esta ciudad a la Estación de la vía férrea…
Sin la cual el acceso a la estación y consiguiente enlace con el mundo entero, sería siempre penoso y en ocasiones imposible…
El proyecto hace arrancar la nueva calle de la de los Hostales, que es el punto céntrico de la contratación y movimiento de la ciudad por hallarse en aquella establecidos el casino, sociedad agrícola, bancos de socorros, las fondas y posadas y ser además en unión con la calle del puente nuevo donde se verifican en invierno los célebres y concurridísimos mercados semanales de Orihuela…
Si no se trazaba un nuevo acceso a la estación sólo podrían utilizar el camino rural de Hurchillo, estrecho y con un enorme rodeo, molesto para los viajeros y aún más para las mercancías que habrían de ser acarreadas con dificultad.
Esbozo improvisado sobre el plano de Villanueva del siglo XVIII.
Ayuntamiento de Orihuela. Sesión del 23 de agosto de 1883:La comunicación directa de la calle Calderón de la Barca con la estación solo puede hacerse cortando la finca titulada de Tamames, atravesando la alameda y la finca de la sociedad agrícola, verdaderas barreras que se interponen entre la ciudad y la estación.
A donde si no llega a construirse la calle proyectada, solo podría irse por el camino rural de Urchillo, que en muchos puntos solo tiene tres metros de anchura, y que impondría enormes rodeos a los vecinos de Orihuela…
La calle proyectada tiene, desde su arranque en la de los Hostales hasta llegar a la Estación, 890 metros de extensión, siendo rústicas dos de las fincas que precisa ocupar, y otra de ellas urbana.
El ambicioso proyecto incluía la compra de las fincas antes citadas, la construcción de un nuevo puente y la reurbanización de las calles de Calderón y Loazes; importando 116.900 pesetas.
La financiación no podía salir de las vacías arcas municipales que angustiosamente pagaban los gastos ordinarios. Así pues, tiraron de los fondos de propios disponibles por importe de 102.963 pesetas.
El déficit de menos de 14.000 pesetas se cubriría con la venta de la parte sobrante de las fincas expropiadas y recalificadas, que alcanzarían bastante valor dada la carencia de casas en la población.
Todo quedó aprobado, nombrando al arquitecto provincial José Ramón Mas para la formación de planos y presupuestos.
El último escollo era conseguir acceso a dichas fincas, requisito indispensable para que el Ministerio les concediera la autorización de fondos.
El Diario de Murcia. 19 de septiembre de 1883: Dice «La voz de Orihuela»: El lunes próximo empezarán las obras de la verdadera estación de Orihuela, a 440 metros de la Alameda y en terreno que fue de Dª. Consuelo Miranda. En dicho punto se encuentran ya hechas las excavaciones y andenes para el edificio y 400 carros de piedra, 10 metros de cal, 50 de arena, y algunos de los 100 metros cúbicos que necesitan de sillería, de las tres canteras que a la vez tiene cortando piedra el activo contratista Sr. Mesples, para su sólida y pronta construcción.
La Paz de Murcia. 30 de septiembre 1883: De un momento a otro deben comenzar con gran actividad en Orihuela las obras de la estación del ferro carril de Alicante a Murcia, y su emplazamiento será a unos 440 metros de distancia de la Alameda. El arribo de material para esta línea que tanto ha de favorecer aquellas hermosas vegas del Segura, continúa sin interrupción a los puertos más cercanos, y es de creer que en el primer tercio del año entrante se dará por completamente concluida, y a la circulación de mercancías y de viajeros, el ramal de Torrevieja.
Estación de ferrocarril de Orihuela. Archivo Alberto Zerón Huguet. Mejorada por Javier Andreu.
1884. Inauguración de la línea Alicante-Murcia.
Estación de Ferrocarril de Orihuela al poco de acabar la Guerra Civil. Archivo José Manuel Dayas.
En febrero de 1884 la Sociedad Unión Agrícola cedió la servidumbre temporal a través de su propiedad, ubicada en la alameda. Pero problemas políticos complicaron la puesta en marcha del proyecto.
El 14 de ese mismo mes de febrero, el Gobernador Civil suspendía fulminantemente al ayuntamiento fusionista durante cincuenta días. Estaban acusados de desobediencia y abandono de sus obligaciones por no pagar a los maestros municipales, una deuda que procedía de anteriores administraciones.
El eco de la provincia. Diario Conservador Liberal. 14 de febrero 1884: El digno Gobernador de la provincia señor López Guijarro, mirando por el exacto cumplimiento de la Ley y mejor servicio, ha suspendido al ayuntamiento fusionista de Orihuela que debe a los profesores de primera enseñanza la enorme suma de 37.000 y pico de pesetas…
Ha suspendido al ayuntamiento, reemplazándole por el que presidia nuestro respetable correligionario don Matías Rebagliato. Los hombres del partido conservador liberal que van a constituir el nuevo municipio de Orihuela, estamos seguros de que harán administración llenando así los deseos de la primera autoridad de la provincia.
El sistema de turnos de la Restauración tenía estás particularidades.En realidad sólo era una excusa para hacer efectiva la llegada de los conservadores de Canovas del Castillo al poder.
Se nombró un consistorio interino bajo la vara del conservador Matías Rebagliato Sorzano. Dicho consistorio se mantuvo hasta que de nuevo cambió el Gobierno en Madrid.La construcción del «ferro-carril» siguió adelante.
El 11 de mayo se inauguraba la nueva línea con la asistencia del presidente del Consejo de Ministros, Antonio Cánovas del Castillo.
La Correspondencia de España. 10 de mayo 1884: Orihuela. Renace la animación y entusiasmo para celebrar la inauguración de nuestra vía férrea en esta estación y la llegada del Sr. D. Antonio Cánovas del Castillo y demás que constituyen la comitiva de esa corte y de nuestras vecinas capitales.
Son varias las tribunas que se establecen, contiguas a la estación, se adornan con mucho gusto y brillantez y se espera se distinguirá la de la sociedad Unión Agrícola.
Todo el trayecto propiedad de la vía está engalanado, y produce un golpe de vista encantador. Se observa ya hoy gran movimiento del vecindario por este acontecimiento, y son muchos los forasteros que llegan, esperándose gran concurrencia.
Estación de Orihuela años setenta del siglo XX. Fotografía Juan Fenoll Villegas. Colección Jesús R. Tejuelo.
También acudió el obispo Guisasola, quien bendijo las locomotoras y hasta los carruajes que recorrieron la población jaleados por la multitud.
La Correspondencia de España. 11 mayo 1884: Orihuela. A la inauguración del ferro-carril ha acudido un gentío inmenso. Grandes aclamaciones a Cánovas y a la comitiva. La bendición de las máquinas se ha hecho por el señor obispo de la diócesis, con asistencia del cabildo y en medio del mayor entusiasmo.
Las tribunas ofrecían un golpe de vista soberbio, cuajadas de bellas y elegantes damas. La de labradoras ostentaba profusión de flores y frutas, que fueron ofrecidas al presidente del Consejo de ministros.
Al almuerzo ofrecido al Sr. Cánovas en el colegio de jesuitas, asistirán 250 personas. Verificada la inauguración del ramal de Torrevieja, seguirá el tren hasta Alicante.
Cánovas del Castillo fue nombrado hijo adoptivo de Orihuela y presidente de honor de la «Unión Agrícola».
El Constitucional. 14 de mayo de 1884: INAUGURACION DEL FERRO-CARRIL DE ALICANTE A MURCIA. Después de la recepción que tuvo efecto en el palacio episcopal de Orihuela, el Sr. Cánovas del Castillo se dirigió al Colegio de Santo Domingo, acompañándole las Autoridades superiores y otras personas de distinción.
El jefe del Gobierno fue recibido por los PP. de la Compañía de Jesús que ocupan aquel edificio, e introducido en un espacioso salón del mismo. Allí oyó una preciosa Oda a la patria, que fue leída con buena entonación por uno de los distinguidos jóvenes que asisten a las aulas del Colegio de los jesuitas.
Terminada la lectura de esta composición poética, que fue oída con interés, el Sr. Cánovas del Castillo pasó a un grandioso claustro, donde debía efectuarse el banquete, dispuesto por la compañía de los ferrocarriles andaluces, para obsequiar a las respetables personas previamente invitadas.
Cuatro días después de la citada inauguración, se acordó denominar al paseo, aún en construcción, como del marqués de Casa Loring, en honor a Jorge Enrique Loring Oyarzábal, fundador de la compañía de ferrocarriles andaluces que había establecido la línea Murcia-Alicante.
Jorge Enrique Loring y Oyarzábal y Amalia Heredia Livermoore. Archivo Municipal de Malaga.Enlace a Biografía.
El Constitucional. 12 de julio 1884: Por dos Ayuntamientos ha sido administrada la ciudad de Orihuela durante el año económico que acaba de espirar de 1883-84.
El primero, presidido por D. Francisco Ballesteros, ha dirigido la gestión Municipal por espacio de siete meses, o sea desde el 1° de julio de 1883, en que se constituyó, hasta el 12 de febrero del actual, en que fue suspenso por orden del señor Gobernador civil de la provincia.
Y el segundo presidido por D. Matías Rebagliato y nombrado interinamente por dicho señor Gobernador durante los cinco meses restantes.
En diciembre de 1884 la corporación, todavía interina, dio un plazo de ocho días a Francisco Ballesteros para que entregase el dinero autorizado para las obras que tenía depositado a su nombre en la sucursal de Alicante del Banco de España.
Ballesteros se limitó a comunicarles que dicha cantidad permanecería en su poder a la espera de recuperar la alcaldía para emprender personalmente el proyecto.
El Constitucional. 16 de diciembre 1884: Lectura de una comunicación de don Francisco Ballesteros, en la que daba contestación a la que, en sesión extraordinaria del sábado anterior, acordó el Ayuntamiento dirigirle exigiéndole la entrega de la cantidad procedente de los bienes de propios que, como depósito, obra en su poder; pero como acontece a veces que el Ayuntamiento propone y otros disponen, es muy posible ir por lana y salir trasquilados…
Y como contra el vicio de pedir hay la virtud de no dar, recordando que quien da pan a perro ajeno pierde el pan y pierde el perro, en vez de los dineros, creyó más conveniente el ex-alcalde, D. Francisco Ballesteros, solicitar del Ayuntamiento actual le diera posesión inmediata al suspenso que preside.
Pues habiendo pasado los cincuenta días que la ley marca en este caso y fallándose a su favor el expediente que se le instruyó por no sabemos qué líos que resultaron falsos, veíase el pueblo privado de sus legítimos representantes. El golpe fue de maestro…
Fábrica de «Harinas Serrano». Estación de ferrocarril a mediados del siglo XX. Antonio Ballester Vidal.
1885.El Camino de la Estación.
El primer andén. Colección Javier Sánchez Portas.
El año 1885 fue especialmente complicado por la famosa epidemia de cólera morbo asiático declarada en toda España. Dicha epidemia llegó tras una serie de riadas que habían sumido la huerta en la miseria.
El Oriolano. 27 de junio 1885:Orihuela sufre, Orihuela padece la más horrible y temida de las calamidades con que la Providencia divina castiga o pone a prueba a la humanidad.
Hasta aquí el mísero y desventurado colono ha visto en breves horas convertirse en lodazal inmundo el fruto de sus afanes y desvelos; el honrado ciudadano luchó en vano contra el oleaje de un río que al desbordarse reducía a escombros su hogar, dejándole en la más espantosa miseria.
Hace ocho días que oficialmente se hospeda en Orihuela el cólera morbo asiático, sembrando luto y horrores entre sus habitantes. Los más poderosos, los que en día de calma daban vida, animación y trabajo a las clases menesterosas huyeron aterrados a los primeros síntomas de la enfermedad.
Entre estos se cuentan desgraciadamente algunos individuos del ayuntamiento y empleados de la misma corporación. Así es que el ayuntamiento no celebra sesiones cuando constantemente debiera hallarse reunido para hacer frente a la calamidad que nos aflige y al hambre que nos amenaza.
En este desastroso contexto, el Ministerio de la Gobernación entregó oficialmente la alcaldía de Orihuela a Rebagliato Sorzano a primeros de julio.
El martes. 2 de julio 1885: Ayer mañana 1º de Julio, era el señalado para la toma de posesión de los nuevos ayuntamientos. A las once de la mañana, se presentaron en el salón de sesiones de las Casas Consistoriales varios concejales del ayuntamiento saliente, y algunos otros de los últimamente elegidos, quienes tomaron posesión de sus cargos.
Y como no había número suficiente no pudo tomarse acuerdo, ni pudo, por tanto, constituirse el ayuntamiento.
En el momento de hacerse cargo de la Alcaldía el Sr. Rebagliato reunió a los alcaldes de distrito y pedáneos de la huerta y les encargó le diesen parte de las mayores necesidades que existan, para socorrerlas de su bolsillo particular…
A la primera reunión del nuevo Ayuntamiento faltaron muchos concejales recluidos en sus propiedades rurales para evitar el contagio.
El Oriolano. 4 de julio 1885: Esta situación es desesperante, abrumadora. El cólera que crece, la mortandad que aumenta, el hambre que cada día se ceba con mayor crueldad en las clases más desamparadas; un ayuntamiento que huyó cobardemente abandonándonos a nuestra propia iniciativa…
Qué lección más afrentosa; para los pueblos que no han tenido energía bastante para sobreponerse a las exigencias del caciquismo. Mientras el pueblo de Orihuela sufre horriblemente, mientras el cólera y el hambre siembran la desolación y la muerte en esta desventurada ciudad, ellos gozan tranquilamente de las delicias del campo sin que nuestras amargas quejas ni nuestros ayes de dolor turben un solo instante la calma que disfrutan.
A pesar de las desgracias la construcción de la carretera a la estación debía continuar.
El Oriolano. 18 de julio 1885: Por fin ha sido aprobado por el gobierno el expediente instruido para la construcción de la carretera, alameda, y puente.
Puesto que la ley prescribe la subasta para esta clase de construcciones, hágala con toda la sinceridad que le reconocemos que, a más de cumplir con su deber, demostrará al país la rectitud que le anima al encargarse nuevamente de dirigir la administración de nuestro Municipio.
Era necesario organizar las diligencias de subasta en el plazo más breve posible para que empezasen las obras; dando así trabajo a numerosos jornaleros en aquella situación de crisis.
En agosto se comisionó a Pedro Ramón Mesples para que, junto al alcade, formasen la subasta de las obras del paseo de la estación.
El Oriolano. Número 28. 25 de septiembre 1885.
A las once de la mañana del 17 de octubre dio comienzo la subasta en el salón de sesiones del Ayuntamiento.
Transcurrido el plazo legal, el escrutinio dio el siguiente resultado: Para la carretera, tasada en 33.400 pesetas, se presentaron diez postores, entre los que se encontraba Francisco Ballesteros y otros socios de la Unión Agrícola.
Se la quedó Francisco Pérez por menos de treinta mil pesetas. Para el Puente sobre el Segura, tasado en 61. 250 pesetas, se presentaron los mismos licitadores, y quedó adjudicado también a Francisco Pérez, por la cantidad de cincuenta y cinco mil pesetas.
La subasta verificada en Alicante no modificó el resultado y ambas obras fueron adjudicadas a Francisco Pérez Llobregat que actuaba en nombre de la Unión Agrícola.
El martes. 22 de octubre 1885: Las subastas de las obras de la carretera a la estación del ferro-carril, y puente sobre el Segura se celebraron en la mañana del sábado anterior, como sabrán algunos de nuestros lectores.
La sociedad Unión Agrícola Orcelitana, que como hemos dicho ya en otras ocasiones, se consagró desde el primer momento de su creación a procurar el bienestar de la población que le da su nombre, concibió el pensamiento de hacer posturas en las referidas subastas, sin que para ello la guiara otro móvil que el patriótico y digno de mirar por el interés de nuestra querida población: pensamiento laudable, acto desinteresado con el que los señores socios han conseguido el aplauso merecidísimo de todos sus convecinos.
Y llevado a la práctica resultaron sus proposiciones más ventajosas que otra alguna, con lo cual se alcanzarán notorios beneficios en la ejecución de esas obras e inversión del capital disponible para efectuarlas.
Cumplido el trámite burocrático, las obras quedaron de nuevo en manos de la Unión Agrícola Orcelitana con el apoyo del alcalde conservador Matías Rebagliato. Y el Ayuntamiento se dio prisa en reunirse para cumplir con su parte.
El Oriolano. 27 de octubre 1885: La sesión de ayer. A las once de la mañana se reunió el Ayuntamiento en sesión extraordinaria para aprobar la subasta de la carretera y puente y adjudicar las obras al mejor postor.
Acordó el ayuntamiento por unanimidad aprobar y conceder la ejecución de ambas obras a favor de D. Francisco Pérez Llobregat por resultar sus proposiciones más bajas que las de ningún otro postor…
Procede pues que el municipio, sin malgastar un tiempo precioso, extienda cuanto antes el contrato ante notario público a fin de dar trabajo a la clase jornalera y hacer que desaparezca el lodazal en que se convierte la carretera a consecuencia de las lluvias.
El primer andén. Fotografía de José Luis Zerón Climent a mediados del siglo pasado. Archivo Zerón Huguet.
Pasó un mes sin que la ansiada obra diese comienzo por las discrepancias surgidas en la Unión Agrícola, entre los que querían una carretera recta hasta la misma ciudad, la opción más barata; y los que la querían terminarla en la alameda y dividirla en dos ramas; una hasta la calle de San Agustín y otra hasta la de Calderón, la opción más bella, respetando el huerto de Tamames.
Y en esas, falleció Alfonso XII.
La inesperada muerte del rey, en noviembre de 1885, cambió completamente el tablero político. Cánovas del Castillo presentó su dimisión y Sagasta se convirtió en presidente del gobierno.
Los conservadores a nivel nacional pasaron a la oposición y Rebagliato presentó la dimisión como alcalde de Orihuela.
Tras una visita a Madrid, Ballesteros recuperó la alcaldía unificando en su persona la representación del Ayuntamiento y de la Unión Agrícola Orcelitana.
El Oriolano. 10 de diciembre 1885: Tan pronto como regrese de Madrid el señor Ballesteros, se emprenderán activamente las obras de la carretera a la estación. Esto se entiende si la comisión de la sociedad Agrícola, nombrada al efecto, logra por fin ponerse de acuerdo para la ejecución de dichas obras.
La crónica. 24 de diciembre 1885: Ya fue nombrado alcalde presidente del Excmo. Ayuntamiento de esta ciudad, el señor D. Francisco Ballesteros; y se le dio posesión de su cargo en la sesión del jueves último.
La situación política de Orihuela ha cambiado; es decir, el alcalde conservador ha cedido voluntariamente el mando al alcalde fusionista, o lo que es igual, el señor Ballesteros ha ocupado el puesto renunciado por el señor Rebagliato.
1886.El Camino de la Estación.
El camino de la Estación a principios del siglo XX. Colección Javier Sánchez Portas.
En enero de 1886 se aprobaron ocho puntos que dejaron bien claro el proyecto final del camino de la estación. Un proyecto que, como podemos comprobar, se cumplió al pie de la letra excepto el punto tercero.
El Oriolano. 19 de enero 1886: CARRETERA A LA ESTACION. El domingo por la noche se reunió la junta directiva de la sociedad Unión Agrícola para conocer el dictamen que la comisión nombrada en junta general, presentaba del proyecto de la carretera a la estación, cuyas obras darán principio quizás mañana.
Conocido dicho dictamen se precedió al nombramiento de la comisión ejecutiva siguiente: Presidente: D. Vicente Rodríguez. Tesorero: D. Manuel Roca de Togores. Contador: Sr. Marqués de Lacy. Vocales: D. Atanasio García Cubero, don Andrés Pescetto, D. Higinio García Ródenas, D. Antonio Bonafós Mas y D. Federico Torres. He aquí las bases del dictamen a que nos hemos referido:
1 La Conservación de la carretera desde la estación a la Alameda en la forma en que se halla actualmente planteada.
2. Prolongación de dicha carretera bajo la misma forma y amplitud y sujeción al mismo eje hasta la alameda llamada de vacuno.
3. Formación, algunos metros antes de llegar a esta última alameda, de una esplanada semicircular desde la cual bifurcará la carretera en dirección a la calle de Calderón por un lado y por otro en dirección la Plaza de S. Agustín: en dicha esplanada habrá de colocarse una pirámide u obelisco en cuya parte superior campeen las armas de la ciudad y lapidas en su centro donde se inscriban nombres de oriolanos ilustres.
4. Colocación de la glorieta en el espacio que ha de mediar entre la nueva carretera, camino de S. Gregorio y la alameda.
5. Alineación y ensanche donde lo necesite de la alameda del vacuno para que forme una buena calle que habrá de salir a la plaza de S. Agustín, formando ángulo con la calle de S. Isidro.
6. Nueva dirección al río del azarbe de las Lavanderas para sanear las calles del Vado, acequia y la nueva que se proyecta, y para evitar inundaciones en el barrio de S. Agustín.
7. Instalación del mercado de animales en la antigua alameda, quitándolo de la del vacuno, con imposición de un modesto impuesto por estaca a cada par de animales, cuyo impuesto podrá servir para abonar un sueldo al guarda jardinero que ha de cuidar de la glorieta y arboleda de la carretera.
8. Venta en subasta pública por lotes de los terrenos sobrantes. La calle que hoy va a quedar en lo que fue alameda del vacuno se titule calle de la Unión Agrícola.
En el tintero quedaron otros, como el del marqués de Lacy, que no se resistió a compartirlo con los oriolanos mediante tres hojas de periódico y un modesto croquís
Croquis del proyecto del marqués de Lacy. El Oriolano. 2 de febrero 1886.
No he querido transcribirlo entero. Llega a mencionar las grandes avenidas de París, Londres o Nueva York.
Os dejo varios párrafos que reflejan cómo pretendía impresionar al viajero respetando la integridad del huerto de Tamames desde San Gregorio a San Sebastián.
El Oriolano. 2 de febrero 1886: Yo creo y entiendo que aquí la mayor dificultad está en trazar la línea que ha de seguir la carretera desde la Estación, si es que se discute este pensamiento pues determinada la recta dirección, responde solo al empeño de unir las dos extremidades, haciendo absoluta abstracción de topografía y conveniencias.
Supongamos por un momento que la línea recta, partiendo desde la estación hacia la ciudad, hallara a esta en la misma frontera del huerto de Tamames, ¿Cabría ni podría hacerse cosa mejor que lo que hay hoy trazado, carretera y andenes respectivos, que hasta allí conducen?
El ornato y la regularidad de vías rectangulares, exigiría romper directamente y en la misma forma que viene el trazado para la carretera, por medio del cuadrado que constituye el huerto de Tamames, y llegar hasta donde sea la primera conjunción de líneas para el establecimiento de la vía que lo ha de cruzar, si, como en ello insisto, aquel sitio es el llamado forzosamente a constituir la zona de nuevas construcciones.
¿A qué puede destinarse mejor aquel espacio, que teniendo por límite la actual alameda, está pidiendo a voces transformarlo en el más ameno y delicioso sitio, que jamás pudo la imaginación concebir, cual paseo para recreo y esparcimiento de propios y extraños?
¿Podría hallarse en parte alguna del mundo, casi me atrevería a aventurar, una entrada tan magnífica como la que quedaría para Orihuela viniendo desde la estación por el camino según está trazado, formando casi ángulo recto, con el plano general de la misma, y su magnífico panorama?
Si con arreglo a estas indicaciones se reconoce ventajoso mi proyecto y con él se cierra el paso a los carruajes por dentro de Tamames, quedaría toda su parte meridional destinada al paseo, en la extensión que ofrece, desde el convento de S. Sebastián a la casita situada en el ángulo opuesto cerca de S. Gregorio, que serviría desde luego para morada del guarda o jardinero.
Podría cerrarla fácilmente por aquel señalado puesto con dos puertas de piedra iguales a la existente, (vulgo tartana) sin desdoro alguno como buena obra de arte, reemplazando sus maderas con verjas ligeras de hierro y enlazando ambas puertas y corriendo todo el litoral de la acequia con idéntica barandilla, cuyo coste sería de poca importancia.
Ofreciendo al forastero la graciosa perspectiva de la gran alameda principal de entrada a la población, luego el paseo de frente con sus puertas y su verja y detrás bellas manzanas de casas…
Y si aun este bello ideal no puede llevarse a efecto, porque según todos los talentos y estudios hechos en demanda de la línea recta, aquellas se estrellan ante obstáculos casi insuperables, y por lo tanto hay que truncarla en algún punto dentro del cuadrado de Tamames.
Concluyo ya y debo hacer presente a los señores que componen la comisión ejecutiva, que si tienen otro proyecto que satisfaga mejor los deseos y aspiraciones de la población, yo tendré muy singular empeño en alabarlo y apoyarlo con las escasas fuerzas de mi humilde personalidad. Por último, acompaño adjunto el croquis del proyecto a que se contrae mi presente artículo, para mayor inteligencia de todos. El Marqués de Lacy.
Al final no se respetó el huerto en su totalidad como pretendía el marqués; pero sí buena parte de él efectuando un pequeño desvío en esa teórica línea de 890 metros.
Plano ensanche de Orihuela.
El ingeniero encargado de las obras fue José María Moreno Tovillas, directivo y miembro fundador de la Unión Agrícola.
El oriolano. 2 de enero de 1886: En la localidad reina bastante animación por haberse ayer dado principio, conforme anunciamos, a la construcción de la carretera. La subasta de estas obras se verificó el domingo, ante la comisión ejecutiva, en los salones de la sociedad Agrícola; concurriendo al acto unos treinta labradores o carreteros.
El acto estuvo en un principio bastante desanimado, especialmente en la subasta de la tierra para construir la caja de la carretera, en la que solo se adjudicó un mote de cuatrocientos metros cúbicos al precio de tres reales metro, quedando desiertos los dos restantes.
Los presentes escusaban su participación en la subasta alegando el precio sumamente bajo que según ellos se había señalado, pronosticando su ruina al labrador que se encargó del acopio de los primeros cuatrocientos metros de tierra; pero pronto cambiaron de parecer por cuanto ayer mañana les faltaba tiempo a algunos para buscar recomendaciones a fin de que se les cedieran los ochocientos metros restantes que la comisión había decidido trasportar administrativamente.
En la subasta de los mil quinientos metros de piedra que se verificó a las once de la mañana, a razón de seis reales metro, no hubo postor alguno; y la comisión, oído el parecer del director de las obras, D. José María Moreno, reformó en el acto los pliegos de condiciones, en lo que se refería al precio de la piedra, que se señaló en siete reales y medio; y aunque a los lidiadores les parecía todavía bajo al empezar la puja, se contrataron los mil quinientos metros definitivamente por el precio últimamente indicado.
Las obras empezaron ayer, como ya hemos dicho, bajo la dirección facultativa del señor Moreno y demás compañeros de comisión.
El oriolano. 18 de febrero de 1886:La construcción de la carretera a la estación y paseos se encuentra muy adelantada, gracias a la actividad de la comisión ejecutiva y especialmente al celo y gran interés que en las obras viene demostrando el ingeniero y director de las mismas señor D. José María Moreno.
La conducta del señor Moreno es muy digna de aplauso por el desinterés con que coadyuva a la realización de unas mejoras tan útiles para la población.
El ligero desvío y la voluntad de progreso de la Unión Agrícola propiciaron la construcción y vallado de la Glorieta, que se inauguró en ese mismo año de 1886.
A la Glorieta le dedicaré otro monográfico que pronto enlazaré con este trabajo.
«La Glorieta de Tamames». 11 de julio de 1886. Publicada en 1956 en el programa de feria.
La nueva «puerta de Orihuela» y su camino de entrada fue un elemento clave en la nueva configuración de la ciudad propiciando el definitivo ensanche con la transformación de los terrenos agrícolas adyacentes.
El viajero, hasta finales del siglo XX, en su trayecto desde la estación al casco urbano, disfrutaba de unas espectaculares vistas que desgraciadamente se han cubierto para siempre.
Col·lecció de fotografia antiga de Rafael Poveda. Oriola. Fotografía de J. Antonio Sánchez y Demetrio Cabañero.
A finales del siglo XIX las calles de Calderón de la Barca y Loazes sufrieron una drástica transformación pasando a formar parte de esa proyectada avenida de 890 metros como articulación funcional entre el corazón comercial y el ferrocarril.
Se construyó un nuevo puente y un lujoso casino. Embovedaron las acequias, plantaron árboles y las humildes viviendas se transformaron en interesantes casas para la burguesía; edificios que fueron erigidos para dar testimonio de su estatus económico; de su nuevo papel protagonista en el desarrollo de la ciudad.
Orihuela. Calles de Loaces y Calderón de la Barca.
Las nuevas edificaciones se fueron levantando en el entorno de las calles formaron un bello escenario de cara al visitante que nunca debió ser destruido y que de alguna manera ocultaba el abandono y atraso urbanístico del resto de la ciudad.
El camino de la estación 1ª mitad del siglo XX.
El camino de la Estación a principios del siglo XX. Colección Javier Sánchez Portas.
El título de «marqués de Casa Loring» para la nueva vía nunca llegó a utilizarse, citándose siempre como Paseo o Avenida de la Estación.
Hasta que, en agosto de 1910, a propuesta del concejal demócrata José Calvet Mas, se decidió homenajear al Ministro de Gracia y Justicia, Trinitario Ruiz Valarino; pasando a denominarse «Avenida de Ruiz Valarino».
La decisión final tuvo que someterse a votación; y la alternativa desechada, propuesta por el conservador Juan Coig Rebagliato, fue «Avenida de Nuestro Padre Jesús Nazareno».
Avenida de Ruiz Valarino. Colección Javier Sánchez Portas.
El Eco de Orihuela. Ayuntamiento. Sesión supletoria del día 6 de agosto de 1910. Se da lectura a una moción del Sr. Calvet proponiendo se dé a la avenida de la Estación el nombre de Ruiz Valarino. Primer escándalo.
El Sr. Coig propone se dé a esa avenida el nombre de Nuestro Padre Jesús Nazareno y se arma la gran trapatiesta. Discuten hasta dejárselo sobrado los señores Calvet, Coig, García Murphy, algunos otros señores concejales y buena parte del público; y por votación se acuerda lo propuesto por el señor Calvet.
Su urbanización formó parte del amplio paquete de mejoras proyectadas por la corporación presidida por Francisco Díe durante la Dictadura de Primo de Rivera.
Pero no hubo tiempo y fue el consistorio republicano, en noviembre de 1931, el que llevó a pleno la urbanización con una importante modificación: pensaban destinar a peatones el ancho del centro y a carruajes los laterales.
Para ello arrancarían las dos filas exteriores de árboles, dando así entrada de carruajes a los terrenos lindantes, a cuya mejora estaban dispuestos a contribuir sus propietarios.
Anteriormenete,en 1930, tres ciudadanos habían presentado un proyecto de urbanización de la zona comprendida entre el paseo y la carretera de Hurchillo y necesitaban accesos al camino de la estación.
Pero la resolución quedó aplazada hasta septiembre de 1932, fecha en la que aprobaron un proyecto del maestro de obras municipal, Francisco Sánchez, para la pavimentación con adoquín de las canteras de Torremendo y pórfido de las canteras del monte Oriolet.
Archivo Municipal de Orihuela. Planos. G-69.1932.
En abril de 1934 la corporación fue destituida y el Gobierno Civil designó una comisión gestora.
30 de octubre 1934: D. Ricardo García López, alcalde presidente del Excmo. Ayuntamiento a los señores de la comisión gestora, con el debido respeto, expone: … se rotule una de nuestras calles o bien se lleve a la practica el proyecto de la avenida de la estación con el nombre del ilustre D. Alejandro Lerroux García, hoy elevado al más alto cargo de la nación…
A finales de noviembre dicha gestora acordó rotular el Paseo de los Andenes con el nombre del presidente del Gobierno, pasando a denominarse Avenida Alejandro Lerroux.
Y ratificaron el proyecto del maestro Sánchez para convertirlo de verdad en un digno paseo que completarían con el asfaltado de la Glorieta.
Sesión del 13 de noviembre 1934: Se da lectura a la moción de la presidencia anunciada en la orden del día, solicitando se tome el acuerdo de rotular con el nombre de Avenida Don Alejandro Leroux al paseo de los Andenes, y con este motivo debe ser urbanizado, suprimiendo el tránsito rodado y convirtiéndole en un paseo completando esto con el asfaltado de la Glorieta, y así se acuerda por unanimidad.
El 12 de marzo de 1936, con la victoria del Frente Popular y el derrumbe político de Lerroux por su implicación en el escándalo del estraperlo, el consistorio restituido decidió que en lo sucesivo se denominase al paseo de la estación como «Avenida del 14 de abril», fecha de la proclamación de la II República.
Sesión del 12 de marzo 1936: … por las distintas comisiones gestoras que este municipio ha padecido, han sido sustituidos los nombres de varias calles de la población, ensañándose con aquellos que ostentaban nombres representativos de la verdadera república… a la avenida hoy llamada de Lerroux, que en lo sucesivo se le llame del 14 de abril.
Pero el paseo seguía sin ser urbanizado.
Colección Javier Sánchez Portas.
Se formó una comisión municipal que aconsejó arrancar los viejos y frondosos árboles debido a que la mayoría estaban muertos; y los que permanecían sanos, perjudicaban las plantaciones de la Glorieta ensuciando sus jardines con la hoja caduca.
A pesar de la opinión de Antonio Cubí, que propuso aplazar la tala por el mucho sol que evitaban, se acordó el arranque de todos los árboles mediante subasta que se efectuaría por lotes para permitir el concurso de los industriales modestos.
Se adjudicó el primero a Francisco Martínez Cases por 5.000 pesetas y el segundo a Enrique Rodríguez Mira por 6.000 pesetas.
En junio de 1936 se presentó un espectacular proyecto, obra del ilicitano Antonio Serrano Peral, para adoquinarlo de mosaico sobre cimiento de hormigón hidráulico, con encintado de bordillo, alcorques y losetas de «rocasfalto», valorado en más de 200.000 pesetas.
De nuevo situaba la calzada para vehículos en el centro; con dos paseos laterales y cuatro hileras de árboles.
Archivo Municipal de Orihuela. Planos. G-69.1936.
Sesión de 29 de junio de 1937: Se acuerda por unanimidad la tala mediante subasta de todos los árboles de la Avenida de la Estación e invertir el producto en la reforma y asfaltado de dicho paseo, para lo que se traslada de nuevo el proyecto presentado por el arquitecto Sr. Serrano y que se traigan a la próxima sesión el pliego de condiciones por que ha de regirse la subasta y deberá efectuarse por lotes para que puedan concurrir los industriales modestos.
Las obras comenzaron en el verano de 1937, en plena Guerra Civil. En septiembre de ese mismo año se formalizó un pedido de árboles a la casa Beisat de Valencia para su colocación en los paseos de la estación.
Sesión del 28 de septiembre 1937: La presidencia informa que para formalizar el pedido de árboles que se ha efectuado a la casa Beisat de Valencia para su colocación en los paseos de la estación, ha remitido a cuenta a la citada casa la cantidad de mil pesetas.
Durante 1938 en las cuentas municipales se suceden pagos de jornales del maestro Román Sánchez Ballesta con cargo a la décima, impuesto destinado a remediar el paro mediante la realización de obras públicas.
Y facturas por diversos suministros para las obras en la Avenida de la Estaciónde los que os dejo algunos ejemplos.
Con cargo a la décima para aliviar el paro obrero se aprueban las siguientes cuentas:
Por diez haces de cañas para el arbolado de la Avenida de la estación 50 ptas. Por setenta litros de gasolina para los camiones que prestan servicio en la Avenida de la estación 175 ptas.
Al maestro de obras Román Sánchez para pago de jornales en las obras de la Avenida de la estación 897 ptas. A José Godoy por 200 metros de barrón de acera para la avenida de la estación 750 ptas.
A Antonio Grau Navarro, por tres sacos de cemento para la Avenida de la estación 66 ptas. A Mariano Gea por portes de 42 metros con veinticinco centímetros de piedra pórfido para los Andenes de la Estación, 633,75 ptas.
A Fidel Rivera de Callosa de Segura por 88 y medio metros de baldosines para los Andenes de la Estación, 752, 25 ptas.
Poco a poco las obras fueron decayendo; manteniéndose sin apenas medios hasta la llegada de las tropas de Franco en la primavera de 1939.
En mayo de ese mismo año, con motivo del gran desfile de la victoria, se dirigió un telegrama a Francisco Franco reiterándole la adhesión de Orihuela. Y se aprobó la rotulación de la calle de los Andenes de la Estación como Avenida del Generalísimo Franco.
Sesión del 20 de mayo 1939: Por unanimidad a indicación de la presidencia, se acuerda dirigir telegrama a S.E. el Generalísimo, reiterándole la testimonial adhesión de la agrupación y vecindario con motivo del gran desfile de la victoria.
Últimamente y también por unanimidad, se acuerda a indicación de la presidencia, rotular los Andenes de la Estación con el de Avenida del Generalísimo Franco.
Pero una circular recibida una semana después ordenó a las comisiones gestoras abstenerse de acordar nombres de vías y plazas públicas. En consecuencia quedó aplazada dicha titulación.
También se llegó a utilizar «Avenida de la Victoria», como se puede leer en la siguiente escritura.
Escritura de 1942 con la titulación «Avenida de la Victoria». Colección Javier Sánchez Portas.
En diciembre de 1939 se acordó continuar con el arreglo de la alameda de la estación, cuyo presupuesto no quedo aprobado hasta el verano de 1941, ascendiendo a 29.900 pesetas.
Sesión del 23 de diciembre de 1939: Se acuerda el arreglo de la alameda de la estación. La apertura y urbanización de la nueva calle que partiendo de la Estación desemboca en la carretera de Hurchillo. Y la urbanización de la nueva calle que partiendo de San Gregorio, termina en la carretera de Bigastro.
Sesión del 10 de junio de 1939: Por razones de urgencia queda aprobado el presupuesto para el arreglo de los Andenes de la estación en la cantidad de 29.900 ptas.
De nuevo Antonio Serrano Peral, convertido ahora en flamante arquitecto diocesano del Obispado de Orihuela, confeccionó el proyecto.
Archivo Municipal de Orihuela. Planos. G-69.1941.
En septiembre de 1942 el alcalde manifestó la necesidad, conveniencia y utilidad de que cuanto antes se procediese a la urbanización del paseo de la estación, prácticamente intransitable, designando al señor Serrano, que presentó unos planos verdaderamente espectaculares que ofrecían dos alternativas, parcial o completa.
Archivo Municipal de Orihuela. Planos. G-69.1941.
La primera, que incluía la calzada central y dos aceras, estaba valorada en 366.248 pesetas y la segunda, que añadía los paseos laterales, 480.698 pesetas.
El Paseo de la Estación a mediados del siglo XX, antes de ser asfaltado. Colección Javier Sánchez Portas.
En enero de 1954 el diario falangista «Línea» publicó un artículo acompañado de una fotografía de Juan Fenoll Villegas con el pie de foto: «Aspecto de la obras que se realizan en el paseo de los Andenes». Desgraciadamente la fotografía alojada en la hemeroteca es de una calidad pésima.
Línea. Murcia. 20 de enero 1954: Orihuela, en plena fase de transformación. Nunca como ahora ha disfrutado Orihuela de la actividad febril de sus innovaciones; de la realización de los proyectos de las nuevas construcciones. En una palabra, nunca como ahora ha sentido la necesidad de una renovación total de su estructura sin perder, claro está, su peculiar estilo, su personalidad, su aire.
La foto nos presenta una bella perspectiva de nuestra ciudad, con el Seminario al fondo, resguardado por la gigantesca Cruz de la Muela, tomada desde el paseo de los Andenes, en periodo de renovación, de pequeña renovación, ya que más bien son retoques, pinceladas sueltas, sobre su limpio pavimento, su variada floricultura y moderna iluminación.
Y en línea paralela, la Glorieta, con un proyecto más amplio, con una renovación más revolucionaria, con derribo de árboles casi centenarios.
Febrero de 1954. La estación al fondo. Fotografía de José Luis Zerón Climent. Archivo Zerón Huguet. Mejorada por Javier Andreu.
A mediados de la década de los cincuenta del siglo pasado el paseo de los Andenes quedó completamente urbanizado. Los peatones circularon por el centro y los vehículos por los laterales.
Epílogo.Avenida Teodomiro y calles adyacentes.
El primer andén y la Glorieta. Archivo Ajomalba.
Dedicar una lápida al noble Teodomiro fue una recurrente demanda de los oriolanos desde que se empezaron a nombrar las calles oficialmente.
En 1861 la Comisión encargada de la rotulación y numeración ya propuso titular la calle de los Hostales con el nombre del famoso «príncipe godo».
La Calle de los Hostales o de las Posadas, dictado insignificante, cambiado por el de Calle de Teodomiro, recordará el glorioso nombre del esforzado príncipe godo que, a tiempo mismo que D. Pelayo llegó a las montañas de Asturias con parte de las huestes vencidas en Guadalete, trajo aquí otras reliquias del Ejército Cristiano, con las que sostuvo la fe por mucho tiempo; estableciendo en esta Población el centro de su Gobierno.
Avenida de Teodomiro. Ediciones Arribas, Zaragoza. Colección Jesús R. Tejuelo. Mejorada por Javier Andreu.
En 1930 la prensa local retomó el proyecto y pensaron llamar «Calle de Teodomiro» a la futura «avenida de la estación».
Voluntad. 15 de junio 1930: No hace mucho tiempo, que en Orihuela se hizo una instancia firmada por el presidente de la Cámara de Comercio y otras entidades, en la cual se pedía (con sobrada razón) que ahora que Orihuela tiene en proyecto el trazado de numerosas calles que han de constituir su ensanche, a una de estas nuevas avenidas se le pusiese el título de «Calle de Teodomiro».
Nosotros no hacemos más que remover desde estas páginas aquella petición, a fin de que, en plazo no muy lejano, los vecinos de una de las hermosas calles de Orihuela puedan honrarse diciendo que viven en la «Calle de Teodomiro».
Paseo de la Estación. Ediciones Arribas, Zaragoza. Colección Jesús R. Tejuelo. Mejorada por Javier Andreu.
El pueblo. 16 de septiembre 1930: Va a iniciarse próximamente en Orihuela una serie de edificaciones en los terrenos que fueron del conde de Caralt. La parcelación y venta de dichas tierras se lleva a cabo con gran celeridad.
El nuevo ensanche entre los andenes de la estación y la carretera de Hurchillo, con sus futuras edificaciones, dará solución a estas necesidades.
La calle de Teodomiro ha de ser una gran avenida con buenos edificios, aunque para ello haya que sacrificar conveniencias particulares en prestigio de Orihuela.
Archivo Municipal de Orihuela. Planos. G-69.1930.
La actual calle Valencia de Orihuela se pensó como calle de Montevideo en el primer proyecto de urbanización del entorno de los Andenes de la Estación, efectuado en ese mismo año de 1930.
Y no fue por casualidad. En el verano de aquel año se había disputado la primera copa mundial de la FIFA en Uruguay, país que celebraba el centenario de su Constitución.
También aparecen en dicho plano las de Marqués de Molins y Avenida de la Vega.
Archivo Municipal de Orihuela. Planos. G-69.1930.
La urbanización de las calles de la zona tuvo que esperar dos décadas por causa de la guerra. Y sus titulaciones definitivas se decidieron en la sesión municipal del 12 de octubre de 1955.
Los Andenes. Archivo Celia Senén. Mejorada por Javier Andreu.
Los Andenes. Archivo Mariano Pedrera. Mejorada por Javier Andreu.
Los Andenes de la Estación, pasaron a llamarse por fin Avenida de Teodomiro.
Avenida de Teodomiro. Ediciones Arribas, (Zaragoza). 1964. Postal fotográfica. Colección Jesús R. Tejuelo.
A las perpendiculares a dichos andenes las llamaron Duque de Tamames (por la antigua propiedad de los terrenos que ya hemos comentado), Avenida de la Vega, Calle de la Naranja, Calle del Limón y Marqués de Molíns.
Viviendas en el segundo andén. Orihuela. En memoria de Miguel Jara.Mejorada por Javi Andreu.
Las paralelas, situadas a la izquierda del segundo andén, adoptaron el nombre de las tres provincias de la Región Valenciana: calle Alicante, calle Castellón y calle Valencia.
Los Andenes, esquina con calle de la Naranja. Archivo Mariano Pedrera.
Y para nominar el inicio del camino de Hurchillo recuperaron al célebre ingeniero y político Luis Barcala, despojado de su calle durante la Guerra Civil y recuperada como de San Pascual en la posguerra.
El primer andén de la Avenida Teodomiro con el edificio en construcción. Colección Javier Sánchez Portas.
Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba).
Mi agradecimiento a Jesús García-Molina por su colaboración en la distancia.
Hijo del matrimonio formado por José Marín Garrigós y Presentación Gutiérrez Fenoll.
El Eco de Orihuela. 22 de marzo 1912: Esta mañana ha tenido lugar en la parroquia del Salvador, los desposorios de la elegante señorita Presentación Gutiérrez y el comerciante de tejidos D. José Marín Garrigós. Les deseamos muchas felicidades en su nuevo estado.
José Marín Garrigós era comerciante de tejidos; y desde 1909/1910 regentaba un establecimiento en la calle Mayor llamado «La Alhambra».
La iberia. 24 de septiembre 1909: Con objeto de verificar compras para el establecimiento de tejidos que en breve abrirá en un espacioso local de la calle Mayor, ha marchado a Valencia y Barcelona nuestro querido amigo D. José Marín Garrigós.
El Eco de Orihuela. 25 de junio 1910: Ha fallecido el padre de nuestro particular amigo D. José Marín, dueño del establecimiento de tejidos «La Alhambra».
El Eco de Orihuela. 10 de mayo 1911: Ha marchado a Barcelona a hacer compras para su establecimiento de tejidos «La Alhambra» nuestro querido amigo D. José Marín Garrigós.
El diario. Campaña 1911-1912.
Marín Garrigós fue también concejal del Ayuntamiento de Orihuela. Se presentó y fue elegido en las elecciones municipales de noviembre de 1912, adscrito al proyecto de «regeneración democrática» de Canalejas.
«El Diario». Noviembre de 1911.
El Liberal. 5 de noviembre de 1911: ORIHUELA. En las próximas elecciones municipales, lucharán los siguientes candidatos, que mañana solicitarán su proclamación ante la Junta municipal del censo:
Los señores don José Ferrer Lafuente, don José Calvet Más, don Evaristo Cárceles, don Abelardo Teruel García, don José Alonso Ruiz, don Adolfo Wandosell Calvache, don Francisco Román Miralles, don José Marín Garrigós. — Demócratas...
El Eco de Orihuela. 25 de noviembre 1912: En el escaparate de «La Alhambra» hay expuesta una ampliación del Sr. Canalejas hecha por el afamado fotógrafo Sr. Belda, que le está valiendo numerosas felicitaciones.
El diario. Campaña 1913-1914.
1913-1930.
José Marín Gutiérrez nació en Orihuela el 16 de noviembre de 1913.
El diario. 18 de noviembre 1913: Con toda felicidad ha dado a luz un precioso niño la joven esposa de nuestro muy querido amigo el acreditado comerciante y concejal, Don José Marín Garrigós, a cuyos felices padres felicitamos sinceramente por el natalicio de su primogénito.
Primogénito de la familia, José Marín fue bautizado por Ramón Plaza Blanco, el obispo de Orihuela consagrado ese mismo año.
Ramón Plaza Blanco. Fotografía publicada, precisamente, en noviembre de 1913.
El diario. 27 de noviembre 1913: ECOS DE SOCIEDAD. A las 11 y media de la mañana de ayer y en la capilla del Palacio Episcopal, recibió las regeneradoras aguas del Jordán, el primogénito de nuestro distinguido amigo el concejal de este Ayuntamiento don José Marín Garrigós.
Fue ministro del Sacramento el Ilmo. Sr. Obispo de la Diócesis Dr. D. Ramón Plaza y Blanco; asistido del clero parroquial del Salvador. El recién nacido recibió los nombres de José, Ramón, Rufino, Justino y Antonio.
Fueron padrinos en la ceremonia nuestro distinguido amigo el acreditado comerciante D. J. Ramón Garrigós y su elegante esposa doña Carmen Marín.
J. RAMÓN GARRIGÓS. Calle Mayor, núm. 30. Padrino de Ramón Sijé.
Realizó brillantes estudios con los jesuitas en el colegio Santo Domingo de Orihuela.
José Ramón Marín Gutiérrez. Ca. 1925. Fundación Miguel Hernández.
El pueblo. 14 de junio 1926: Exámenes. Terminados los exámenes en el Instituto General y Técnico de Murcia, podemos comunicar a nuestros lectores la lista de los aventajados alumnos del Colegio de Sto. Domingo de esta ciudad, que con brillantes calificaciones han dado validez académica a sus respectivos cursos. Primer año. D. José Marín Gutiérrez.
Colegio Santo Domingo de Orihuela.
El pueblo. 24 de junio 1930: Con calificación de Sobresaliente, ha terminado el Bachillerato Universitario, mereciendo el premio Extraordinario, nuestro querido amigo y distinguido compañero don José Marín Gutiérrez, al que enviamos nuestra más efusiva felicitación.
«Ramón Sijé».
1930-1935.
La Verdad de Murcia.
La Verdad de Murcia. 10 de julio 1932: UNA GRATA VISITA El otro día estuvo en nuestra Redacción el Poeta Oriolano Miguel Hernández. Es muy joven; los años de su niñez los pasó cuidando cabras; hace muy bellos versos quiere ser marino «para cantar al mar».
Le acompañó en su silencio de breñal el culto escritor Ramón Sijé, también oriolano y joven, que nos contó la vida interesante del poeta y nos dio un recital de sus versos. Una visita de grato recuerdo.
Para hablar de Ramón Sijé nadie mejor que su buen amigo José María Ballesteros Meseguer.
En las ilustraciones os dejo las portadas de algunas publicaciones en las que escribió nuestro biografiado.
Diario de Alicante. Periódico Republicano.Cabeceras 1931-1933.
Diario de Alicante. 14 de julio 1932: Escritores Levantinos. RAMÓN SIJÉ. «Somos muy tardos en reconocer en la fisonomía particular de un escritor, ese modelo que en nuestro museo de ideas generales lleva el letrero de «mucho talento».
Precisamente porque esa fisonomía nos es nueva, no la encontramos parecida con lo que llamamos talento. Preferimos hablar de originalidad, gracia, delicadeza, fuerza, hasta que llega un día en que nos damos cuenta de que lodo eso es cabalmente el talento». MARCEL PROUST.
Corto de talla, delgado de cuerpo, su cara casi un carbón. Ojos grandes, brillantes y negros, manifiestan los destellos de una inteligencia clara y sumamente viva.
«Destellos» Orihuela. 1930-1931.
Bengala le llaman; pero no por ser luz ligera y momentánea, sino por el brillo y resplandor de la luz de su intelecto. Edad, diez y siete años. Su profesión: estudiante de Derecho y escritor.
La iniciación de Ramón Sijé en el campo de las letras, fue en revistas semanales.Todos empezamos así; y siempre se recuerda con gusto, el día dichoso en que apareció en letras de molde nuestra firma por vez primera.
Alegría de la juventud que empieza a vivir llena de ilusiones, entusiasmos y esperanzas, en el mañana lejano, mucho más lejano de lo que ella se cree, pero que el deseo de llegar, de ser algo, de ser una primera figura entre los escritores, entre el nutrido grupo de hombres que tomando como instrumento la palabra hacen de ella un arte bello, le parece tan cercano, como si el triunfo estuviera ahí mismo, junto a ella, cuando el pago de los éxitos y la plena satisfacción del triunfo, no se recogen en la juventud, por el contrario, en la vejez o a la muerte.
Literatura, arte de escribir.Profesión de literato, ingrata y pobre, si se ejercita con pureza de ideas, sin hacer traición a la honradez de la conciencia.
Difícil resulta en la actualidad, tal y como se encuentra la penosa situación del escritor, queco tantas ocasiones no llega a tener ni el vestido con que cubrir su cuerpo, ni el pan con que fortalecerlo, el no claudicar de sus ideales sanos, cayendo vencido ante innobles ofertas que mercantilizan la pluma llevándola por senderos tortuosos y encenegados impropios por todos conceptos de lo que debe ser la digna profesión de escritor.
«Actualidad». Orihuela.1928-1931.
Este es el cuadro borroso que se le presenta siempre delante al escritor en el difícil momento de su evolución literaria. Cuadro lleno de negruras al tener que luchar con la falta de dinero, con la incomprensión de los lectores y con el egoísmo de las empresas dedicadas al negocio de libros. Traicionarse así mismo, escribiendo al dictado de lo que el público gusta y quiere, ¡para qué!
El que tal cosa haga, tal vez como mejor, disfruto de recreos y comodidades poco duraderos; pero no podrá dejar nunca una obra que merezca el día de mañana el favor del recuerdo, porque lo que escribió no fue la inspiración de un cerebro ni el sentir de un corazón.
Ramón Sijé, puede salvar fácilmente el crítico momento de su evolución literaria. Talento del escritor; consagración del escritor: etapa póstuma de la vida literaria de un hombre.
Infinidad de circunstancias concurren e influyen en el reconocimiento del valor literario del escritor; circunstancias, que lo mismo roban prestigios merecidísimos, como los regalan.
Envidias humanas; revelaciones que en un principio parecen extravagancias: un artículo que hirió este u el otro principio, base de la doctrina por la que se guía un determinado sector de la sociedad: favoritismos.
Y el talento, ese conjunto de dotes intelectuales que resplandecen en el hombre, porque Dios quiso que así resplandecieran, no recibe normalmente el premio de su trabajo, ya sea en dinero ya sea en honores. ¡Triste vida y triste porvenir la del escritor en España!
«Voluntad». Orihuela. 1930.
No reconocemos nunca o lo reconocemos tardíamente, el talento del escritor no emparentado con la suerte. Y cuando llega la hora de las alabanzas, hora fatal generalmente, porque el interesado solo percibirá su vago eco desde las discutidas sombras «del más allá», preferimos hablar, como dice Marcel Proust, de originalidad, gracia, delicadeza, fuerza, llegando pollina comprender que todo eso no es más ni menos que el talento.
La hora de la consagración de Ramón Sijé como escritor, no necesitará como condición precisa la de asaltar la valla de su vida corporal.
El despejo de su inteligencia, su voluntad y su buena estrella, serán acicates que harán pueda saborear, aunque no tan pronto como él quisiera las halagadoras caricias del triunfo.
Yo, como su buen amigo y compañero, y sobre todo, como escritor levantino que llevo en el alma la fe y el amor en todas las empresas en esta vida terreña, pensando siempre en el placer que deben producirlos encantos de otra vida superior, más elevada y espiritual, así se lo profetizo. José M. BALLESTEROS.
«Voluntad». Orihuela. 1930.
Homenaje a Gabriel Miró en la Glorieta de Orihuela.
Domingo 2 de octubre de 1932. Descubrimiento busto Gabriel Miró. Obra del escultor murciano José Seiquer Zanón. Colección Javier Sánchez Portas.
El Luchador. 30 de septiembre 1932: Homenaje de «Oleza» a la memoria de Gabriel Miró. Los admiradores de Gabriel Miró en Orihuela no descansan en la preparación de los actos que ha de celebrarse el domingo al inaugurar el busto del gran escritor alicantino que se alzará en la Glorieta, hoy «Jardín Gabriel Miró» como homenaje a este escritor genial que supo elevar a Orihuela a la categoría de ciudad literaria convirtiéndola en la «Oleza» para su admirable «Obispo leproso».
Será un homenaje rendido a la memoria del excelso prosista y el motivo final de la «Semana Gabriel Miró» que ha organizado la Universidad popular cartagenera, y que culminará con este acto celebrado en Orihuela y con la conferencia que el periodista «Ramón Sijé» dará acerca de la obra literaria de Miró…
El Luchador. 3 de octubre 1932.
El Luchador. 3 de octubre 1932: INAUGURACION DEL BUSTO DE GABRIEL MIRO. …En los hermosos Jardines que llevan el nombre de Gabriel Miró, y al pie de una palmera, rodeado de bellas plantas, se ha erigido el busto con que Oleza, rinde tributo a su cantor Gabriel Miró.
… Suena el Himno Nacional y es descubierto el busto que se hallaba tapado con la bandera tricolor. Don José María Ballesteros, en nombre de la Comisión organizadora del homenaje a Gabriel Miró, ofrece la estatua al pueblo de Orihuela en la persona de su Alcalde.
El escritor don Ramón Sijé, pronuncia unas palabras dedicando un sentido recuerdo a Gabriel Miró, y seguidamente el señor Jiménez Caballero, pronuncia un discurso ensalzando la obra de Gabriel Miró…
Abril de 1933. José María Ballesteros, flanqueado por Álvaro Botella y Ramón Sijé, recoge el premio Luca de Tena por su trabajo «Orihuela y Gabriel Miró».
El Día. Alicante. 18 de abril 1933: EN LA ASOCIACION DE LA PRENSA. Velada en honor de Luca de Tena. En la Asociación de la Prensa tuvo lugar el pasado sábado, a las siete de la tarde, el acto de hacer entrega al escritor orcelitano José María Ballesteros, el premio Luca de Tena correspondiente a este año, por su trabajo «Orihuela y Gabriel Miró», publicado en un periódico de la ciudad orcelitana.
Al acto acudieron numerosos periodistas. Abrió la sesión el presidente de la Asociación y director general de industria don Álvaro Botella, que pronunció unas sencillas palabras sobre la significación del acto. …
«Ramón Sijé» pronunció un bello discurso, exaltando la figura de Ballesteros, y abogando por una labor intensa de cultura.
…Después del acto que hemos reseñado, «Ramón Sijé», a petición nuestra, nos entregó la siguiente cuartilla, en la que condensa su comentario abstro, aunque de resonancias concretas: «Tesis: Urgente defensa de la cultura»…
Cabecera «El Luchador». Alicante.
El Luchador. Diario republicano. 26/28 de abril 1933: Fiesta Literaria. Dos jóvenes comprovincianos nuestros, los escritores orcelitanos Ramón Sijé y Miguel Hernández ofrecerán el próximo sábado a las siete de la tarde una fiesta literaria a los del Ateneo.
La personalidad nueva y bien destacada de los dos jóvenes literatos es ya segura prenda del interés que el acto ha de revestir …
… La valía y orientación de estos jóvenes artistas, el segundo de los cuales acaba de publicar un bello libro de versos, «Perito en lunas», son prometedoras de que el acto tendrá un tono de modernidad al que siempre el Ateneo ha dedicado preferente atención.
En 1934 dirigió la revista literario-católica «El Gallo Crisis».
La Verdad de Murcia. 15 de febrero 1934: De Orihuela, nos llega una carta de Ramón Sijé, con el anuncio de una nueva resista en proyecto. «Revista—dice—que querrá ser expresión exacta del humano—y humanista—, español—y españolista— conceptismo católico».
La Verdad de Murcia. 28 de junio 1934: REVISTAS. Y aquí está ya «El Gallo Crisis», hecho revista, por gracia de un grupo de oriolanos que han dado un paso notable en ese fenómeno gradual de descentralización de la intelectualidad hispana.
Al frente de ellos Ramón Sijé, profundo, nervioso, abundante, como el barroquismo humanista en que cristaliza esta concepción literaria, filosófica, tal vez teológica, y de sustancia española.
Con él, Miguel Hernández Giner, Jesús Alda, Fray Buenaventura de Puzol integran las páginas del primer número de la revista. Incorporados a ella, están los nombres de Chesterton, Quevedo, Maeztu y Unamuno en una original encuesta sobre la idea del Infierno.
Y el de Miró y el de Lope de Vega. Presentes, unidos en la actualidad del pensamiento. …
La colección fue adquirida por la Biblioteca Nacional y podéis acceder a ella pinchando sobre la imagen.
El Gallo Crisis. Orihuela. 1934-1935.Enlace a Hemeroteca Digital.
De «El Gallo Crisis» se hizo eco hasta José María Pemán.
El Día de Palencia. 27 de julio 1934: …Todas estas divagaciones se me han despertado en la mente, al ver, sobre mi mesa, unas cuantas revistas, de la cosecha de estos últimos años. Una, por ejemplo, se llama, nada menos que «El gallo crisis», esta editada en Orihuela.
Habla de Chesterton, de Guardini. Trae una oda social y profética sobre la reforma agraria, en la que se encara con el campesino y le dice: A tu manera faltas sosegado a tu amor y destino; veterana asistencia de los prados.
Y luego: Pides la expropiación de la sonrisa y todavía: Dejas manca en los árboles la brisa. No hay que reírse de nada de esto. Yo no me rio de ninguna poesía, honradamente atrevida.
Pero me rio menos cuando, a su lado, como en «El gallo crisis», veo con letras grandes esta terrible sentencia de San Mateo: «Serpientes, generación de víboras, ¿cómo evitaréis el juicio del infierno?».
Porque esto es lo más interesante de todo; «El gallo crisis» es, como «Cruz y Raya», una revista católica…
¿No caláis toda la profunda significación renovadora del síntoma?¿Concebís hace cinco o seis años una revista editada en Orihuela que además de llamarse «El gallo crisis» y hablar de «la expropiación de la sonrisa» hablara del infierno?
Hace cinco o seis años, del infierno no hablaban en España más que unas hojitas humildes y unas revistas ramplonas…
…Ha sido preciso tres años de persecución para que el Catolicismo español se decida a quitarle al Decálogo estos caprichosos suplementos, y a maridarse con todo lo moderno y lo universal.
No es que yo apruebe punto por punto cuanto ese movimiento renovador trae consigo. Todo no me satisface. Pero todo me regocija por lo que tiene de sintomático y de prometedor. José María PEMÁN.
Ramón Sijé murió muy joven. El 24 de diciembre de 1935, una hora antes de la «misa de gallo», José Marín Gutiérrez fallecía en su domicilio con tan sólo 22 años.
Diario de Almería. 27 de diciembre 1935: FALLECIMIENTO DE UN PERIODISTA ALICANTINO. Orihuela. Ha fallecido, víctima de rápida enfermedad, el joven periodista, que fue colaborador de «El Sol», don José Marín Gutiérrez, que usaba el seudónimo «Ramón Sijé». En la actualidad era director de la revista literaria «Gallo Crisis». Su muerte ha sido sentidísima.
Artículo de José María Ballesteros. No incluye la parte que reproduce fragmentos del otro artículo, publicado en 1932. Lo he transcrito completo anteriormente.
La Verdad de Murcia. 28 de diciembre 1935: Ha muerto Ramón Sijé. En la Noche Buena del año mil novecientos treinta y cinco, Pepito Marín Gutiérrez, conocido en el mundo de las letras por Ramon Sijé, ha muerto.
Si yo intentara escribir unas cuartillas acerca de lo que Ramon Sijé representa, seguramente fracasaría. El peso de la impresión recibida al oír sus últimas palabras y al ver su última mirada suplicante, desvanece mis ideas y aturde mi inteligencia.
Uníanme a él lazos tan estrechos, que ya no era esa amistad nacida al calor del continuo trato, ni ese cariño obligado e innato de la familia, sino el elevado y sublime parentesco espiritual, de mutua connivencia cultural y espontanea compenetración, de atractiva simpatía e igualdad en los sentimientos afectivos.
Escribir para Ramon Sijé, muerto en plenitud de sus facultades intelectuales; cuando comenzaban a perfumar las flores de sus ilusiones; cuando se iban a cumplir esperanzas tan deseadas; cuando el amor le sonreía, cuando el éxito le acompañaba.
Escribir sobre la Noche Buena de Ramon Sijé, sobre su última noche, la del tránsito, la única…
Ramon Sijé, triunfó como escritor. Y también como hombre, pues dejó tras de sí una estela brillante de ejemplaridad. Sirva el recuerdo de su figura como espejo en donde se miren las juventudes venideras.
Las campanas de todas las iglesias tocan a Misa Mayor. El Niño Dios va a nacer. Pepito Marín Gutiérrez ha sido artista hasta para conseguir que la Muerte eligiera su hora crítica: su Noche Buena. José María Ballesteros.
Artículo de la poeta murciana María Cegarra Salcedo.
Levante Agrario. 25 de enero 1936: RAMON SIJÉ. La Muerte, esta vez, ha sentido el regusto de la elección. En la Noche Buena del 35, nieves de fuera del mundo helaron la vida de Ramón Sijé, transplantándolo, tenue y transido, desde su adorada Oleza, a una «literaria ciudad amanecida» toda de gloria y eternidad.
Muere Ramón Sijé a los 22 años, habiéndose destacado como escritor notabilísimo, de amplía cultura y original estilo. Fundó y dirigía en Orihuela la revista «Gallo Crisis», donde su espíritu inquieto y privilegiado defendía briosos ideales.
Un acabado trabajo literario sobre «Oleza, pasional natividad estética de Gabriel Miró», reveló en sus 19 años una precocidad crítica, en lenguaje razonado, impropio de edad tan temprana. Para él que amaba lo hondo, desaparecer es penetrar en la mayor existencia, en la mejor verdad, vida sin carne, ingrávida, inmortal, ascendida de fervores.
Las ocho felicidades de los bienaventurados habrán descubierto sus paralelas puertas de espejo para que elija su primavera ahíta de conceptos, vitaminada de concepciones sublimes, incienso de las frentes profundas de la idea en pira ardorosa de fe.
Cuando en el cerebro anida el genio y en el corazón el amor y en la sangre la juventud, se forma, por predilección divina, la trilogía sin ámbito en la tierra. Al expirar el calor creador enciende una nueva estrella—fuego fatuo del alma—, en el firmamento.
Son las que nos miran estremecidas de compasión por nosotros. Siempre, la debilidad corporal, acumula grandes energías; espirituales. Así Ramón Sijé, endeble y pálido, llevaba en los ojos calientes y «morenos» luces blancas de inspiración y fiebres de prisa e impaciencia.
En la Noche Buena del 35, entre cánticos de resurrección a un mundo mejor—campanas y paisajes místicos de Orihuela agitada de despedida—, en intercambio con la Natividad cristiana—tenía que sucederle así a Ramón Sijé—, huyó por el camino de los elegidos.
Purificado de sus palabras, aéreo de imágenes, sublimado de sus verdades, ardido de literatura y humanidad, habrá cruzado el umbral último y desconocido como estampa de un Greco pintor de adolescentes. Ya en lo exacto y firme, será llama en alburas perennes.
En el lugar vacío de Ramón Sijé, junto a las lágrimas, quemamos el aroma de un rezo. María Cegarra Salcedo.
Ramón Sijé (1913-1935).
Esquela.
Por esas fechas, Miguel preparaba la edición de «El rayo que no cesa». La noticia de la muerte de su amigo le llevó a componer «Elegía», obra maestra de la literatura que comienza así:
En Orihuela, su pueblo y el mío, se me hamuerto como del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería….
Se puede leer completa con información adicional pinchando la siguiente imagen.
Miguel Hernández. El rayo que no cesa. Madrid, 1936.Enlace a Elegía.
Para saber más del personaje os dejo también una biografía de la Fundación Cultural Miguel Hernández a la que se accede pinchando la siguiente imagen.
Enlace a Biografía.
Termino con otro enlace al trabajo de mi buen amigo Julio Calvet Botella, titulado «Semblanza». Se accede a él pinchando sobre la siguiente imagen.
Enlace a «Ramón Sijé. Semblanza» de Julio Calvet.
Pepito Marín para los amigos. Ramón Sijé para la eternidad.
Crónica de un homenaje. 1936-2016
El 12 de marzo de 1936, en el Ayuntamiento de Orihuela, el concejal Luis Carrió presentó una moción con el objeto de restituir la rotulación de calles alteradas durante el bienio conservador.
Además, interpretando los «sentimientos justicieros y oriolanos de esta corporación, honrando los valores de nuestra patria chica», quiso recordar a un oriolano «muerto en plena juventud y cuando tanto esperaban las letras españolas de su inteligencia y laboriosidad».
Propuso que la Plaza de la Pía, retitulada como de Pinohermoso por la Gestora del bienio conservador, en lo sucesivo se denominase de Ramón Sijé, nombre del ilustre oriolano José Marín Gutiérrez.
La rotulación se aplazó hasta el 14 de abril, aniversario de la República. Y Miguel Hernández llegó de Madrid para intervenir con su palabra en la inauguración de la Plaza.
14 de abril de 1936. Colección Javier Sánchez Portas.
Su lectura quedó inmortalizada en la fotografía de Miguel, leyendo bajo el nuevo rótulo, tras picar el de «Plaza de la Pía»:
Quisiera que esta piedra y esta plaza llevaran para siempre el nombre que les ha sido impuesto: Ramón Sijé. Bajo el sonido de este nombre se me ha ido un compañero del alma, y Orihuela ha perdido su más hondo escritor y su más despejado y varonil hombre.
Su vida ha sido precipitada, tormentosa y luminosa, como la del rayo, y, como la del rayo, ha buscado precipitadamente la tierra. Orihuela se ha dado cuenta a su muerte, ya que siempre es a la muerte cuando nos damos cuenta del valor de ciertas vidas, de la grandeza del hijo que había criado casi sin advertirlo.
He sabido con emoción que en su entierro se disputa el pueblo el peso de su cuerpo en el ataúd y sé que él lloraría de emoción en la intimidad de las tablas a que todos estamos destinados, como sólo saben llorar los muertos: sin necesidad de lágrimas, voz, ni ojos.
Sé que su alma anda desde hoy, con la precipitación con que solían andar su corazón y su cuerpo, anda y recorre esta plaza y le complace su soledad cotidiana, que acrecientan las siestas, las lluvias y las casas cerradas.
Hemos perdido con Ramón Sijé un genial escritor, si aún temprano de sazón, ya tardío de humanidad. Con una luz sobrenatural en el corazón y en el entendimiento, lo veía todo, lo sentía todo, lo sufría, lo angustiaba y lo hacía vivir muriendo todo: desde el sentimiento del amor hasta el pensamiento de la muerte.
Fue un héroe, y resistió mientras pudo a pie firme las violentas tempestades que se organizaron y chocaron de continuo entre su corazón y su cerebro. Pocos hombres han vivido una vida interior tan intensa y sangrientamente volcánica como Ramón Sijé.
Veintidós años contó sobre la tierra y se ha llevado la experiencia de cien bajo ella. Cayó agotado por la tremenda pelea inacabable de sus pensamientos y sus sentimientos, sus trabajos y sus fatigas.
Un día escribiré las memorias de su vida, que a cada paso y recuerdo adquiere en mí más caracteres de tragedia. Pueblo donde ha nacido y agonizado esta gran criatura; todos los homenajes que le hagamos se los merece.
Procuremos que éstos resulten lo más duraderos y de verdad y lo menos teatrales y de relumbrón posibles.
Yo sé que él aceptará los mejores y rechazará los otros: que, aunque parece que a los muertos todo les da lo mismo, no es así. Y si algunos del cementerio darían las gracias si pudieran por verse entre mármoles y hojarasca, otros se indignarían.
Ramón Sijé verá desde la tierra que ocupe lo que hagamos por él, y juzgará desde su sombra, y no hablará, porque ya su oficio es callar como el de un muerto.
14 de abril de 1936. Miguel Hernández.
Acabada la Guerra Civil, el 29 de abril de 1939, a propuesta de Juan Villaescusa Ballester, la Comisión Gestora franquista le devolvió el nombre de Plaza del Duque de Pinohermoso, incumpliendo la orden de retomar los nombres anteriores a abril de 1931; en este caso «Plaza de la Pía».
Esta resolución no debió surtir efecto. En los años cincuenta la seguían llamando de Ramón Sijé. El cambio de plaza por calle llegó en la sesión del 12 de marzo de 1958, dentro de un paquete de titulaciones:
Que en adelante, la actual Plaza de Ramón Sijé se titule Plaza del Marqués de Rafal, en memoria del Excmo. Sr. Don Alfonso Pardo y Manuel de Villena, Marqués de Rafal, ilustre prócer e Hijo Adoptivo de Orihuela.
Descubrimiento de la placa al marqués de Rafal. Colección J. Ezcurra Alonso AMO.
Que la nueva calle que, paralela a la de Adolfo Clavarana partirá del «Callejón de Reales» hasta la carretera de Alicante, se denomine «Calle de Ramón Sijé».
Foto Ajomalba.
El sábado 14 de abril de 1984, con motivo del 48 aniversario, se celebró un acto simbólico de restitución de la placa dedicada a Ramón Sijé con una placa obra de Pepe Aledo.
De esta forma, el Colectivo Cultural Oriolano reivindicaba su titulación.
Canfali Vega Baja. 18 de abril 1984: Aunque simbólicamente, se restituyó el nombre de la Plaza Ramón Sijé. La pasada semana, con motivo del cuarenta y ocho aniversario de la denominación de la plaza de «La Pía» como de Ramón Sijé, que fue llamada posteriormente del Marqués de Rafal, un grupo de oriolanos organizaron un acto simbólico de restitución del nombre de esta plaza.
En el acto intervinieron, por parte de la organización, José Alberto Pardines y el profesor Ruiz Funes, quien leyó las palabras que hacía cuarenta y ocho años leyera el poeta Miguel Hernández con motivo de la denominación de esta plaza como de Ramón Sijé.
Párrafos extraídos del texto que leyó José Alberto Pardines el 14 de abril de 1984:
Esa paz democrática en la que vivimos es nuestra esperanza, pese a todos sus defectos. Este nuevo campo óptico permite plantearnos que las cosas se pueden ver de otra manera.
Y así, podemos y debemos efectuar un acercamiento sincero y sin perjuicios a las figuras de Miguel Hernández y Ramón Sijé, y comprobar que no se trata de simples muestras pueblerinas, sino que son dos personalidades literarias de una talla excepcional a los que se les han negado sus derechos, talla demostrada en sus escritos y truncadas sus vidas en plena juventud.
Canfali Vega Baja. Miércoles 18 de abril de 1984.
Es entonces cuando percibimos la trascendencia histórica de un instante, hace hoy cuarenta y ocho años, fijado en una fotografía, en el que la fuerza de la amistad traspasó las barreras del espacio y del tiempo, y en el que el buen sentido ciudadano se materializó en un reconocimiento público a Ramón Sijé, asignando su nombre a esta plaza.
Mucho queda por recorrer a Orihuela para restituir los agravios perennes -por acallados bajo la losa negra de la ignorancia y la patanería hacia las figuras de Ramón Sijé y Miguel Hernández. Sin embargo, ese largo trecho de poner las cosas en su sitio podría efectuarse en poco tiempo si se realiza una gestión inteligente.
1984. Colectivo Cultural Oriolano. Archivo José Antonio Muñoz Grau.
En este sentido la restitución real y no simbólica de la Plaza de Ramón Sijé, será para Orihuela, un peldaño muy importante en la devolución de sí misma y un ejemplo tangible de que nuestro pueblo también supera la triste y secular división de las dos Españas.
Otro 14 de abril, el de 2016, justo ochenta años después que Miguel se subiese a la escalera para inaugurarla, la plaza recuperó el nombre de Ramón Sijé.