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El colegio de Jesús María y los agustinos.

Convento de San Agustín a mitad del XVIII. Fray Antonio de Villanueva.

De convento de San Agustín a colegio de Jesús María pasando por Plaza de Toros.

Colección Javier Sánchez Portas

El convento de San Agustín.

El actual colegio de Jesús María en Orihuela fue, hasta principios del siglo XIX, un convento dedicado a San Agustín y Nuestra Señora de Gracia.

Los agustinos pertenecen a la orden mendicante fundada a mediados del siglo XIII por el Papa Inocencio IV bajo la regla de San Agustín de Hipona.  

La fecha y circunstancias de su llegada a Orihuela varían según el cronista escogido; pero los documentos nos indican que, la construcción inicial, se remonta a finales del siglo XIV con un edificio de mala calidad.

Esta circunstancia queda demostrada cuando, en 1400, el prior solicitó ayuda a la Ciudad para evitar que los muros se les viniesen encima y el Consell les concedió cincuenta florines y autorización para pedir limosna por sus calles.

El paupérrimo cenobio, fue reedificado por completo en la segunda mitad del siglo XV al mismo tiempo que se levantaba la primitiva iglesia, sufriendo de nuevo obras de consideración un siglo después.

Por esas fechas sólo albergaba a quince frailes; pero en la centuria posterior la comunidad aumentó a treinta y ocho religiosos según consta en el censo de Aranda.

En 1802 emprendieron obras de reparación general; o más bien de de reconstrucción; pero el proyecto quedó frustrado al comenzar la Guerra de la Independencia, dejando la fachada interrumpida en el segundo piso.

Tras la exclaustración de los frailes en 1835, el exconvento fue vendido a Juan Vilaregut junto a los de la Merced y San Gregorio.

Ex convento de frailes de S. Agustín. Hoy Ayuda de Parroquia y plaza de Toros. Plano de Francisco Coello. 1859.

En 1845, transformado en viviendas de alquiler, se le adosó unas gradas y un coso de madera para servir de plaza de toros hasta el año 1884. 

En el artículo «Aportaciones para el estudio de tres conventos» cuento como, en 1868, las hermanas Vilar Pablo compraron a Bibiana González, viuda de Juan Vilaregut, los edificios expropiados a mercedarios, agustinos y franciscanos alcantarinos por 48.000 escudos.

Pinchando la siguiente imagen se accede a dicho artículo.

Enlace a artículo.

Lo cierto es que el exconvento de San Agustín quedó en propiedad de Petra Vilar en el año 1875; enajenándolo el 10 de octubre de 1879 con un pacto de retroventa. 

Y que el 14 de noviembre de 1885 hizo uso de dicha oferta de retro, recuperando el edificio por la misma cantidad.

En cuanto a la iglesia, de finales del XVIII, estaba mutilada por el terremoto de 1829 que derribó una de sus torres y la otra tuvo que ser rebajada.

Parece mentira que casi siglo y medio después del siguiente artículo aún se mantenga en pie a pesar del abandono. Está publicado en el año que llegaron las monjas:

La Crónica. 24 de marzo 1887: La iglesia de San Agustín de esta ciudad es una de esas obras monumentales que debidas al talento y piedad de nuestros padres, debe conservarse a toda costa ya se considere como edificio artístico, o ya se atienda al sagrado objeto de su destino, o ya finalmente se mire el inmenso servicio que presta.

Considerada como monumento arquitectónico la iglesia de San Agustín es una joya del arte, cuyo mérito extraordinario nadie puede negar, y de ahí el que toda Orihuela esté interesada en conservar lo poco que aún le queda de sus pasadas glorias, y de su antiguo esplendor.

Iglesia de San Agustín. Colección Javier Sánchez Portas

La iglesia de San Agustín es un magnífico templo de orden compuesto, cuyo plano mide 980 metros cuadrados, y consta, de tres naves, dos laterales de 5,17 y 14 metros de ancha y alta respectivamente cada una, y otra central de 22 metros de alta por 9,10 de ancha.  

La cúpula, o media naranja, es de una construcción atrevida, alcanzando la respetable altura de 30 metros aproximadamente, y 12 de diámetro en su arranque, coronando majestuosamente el ábside de la iglesia, y dando luz a su hermoso crucero.

Iglesia de San Agustín. Años 30 siglo XX.

La elegancia de sus arcos; la valentía de sus bóvedas; la esbeltez de sus columnas; la belleza de sus capiteles y cornisas, la riqueza de sus detalles y el mérito de su conjunto, hacen realmente de la iglesia en cuestión un verdadero monumento, digno por todos conceptos de que el gobierno de la nación, el pueblo de Orihuela y los verdaderos amantes del arte, no permitan jamás que la destructora piqueta del tiempo, y la culpable incuria del hombre lleven a cabo su destrucción y ruina…

La iglesia de San Agustín de Orihuela necesita de una gran reparación; reparémosla pues y seamos dignos de nosotros mismos.

Foto Ajomalba. Mi agradecimiento a Pablo Mazón.

El colegio de Jesús María.

La primera vez que se menciona en prensa oriolana a las religiosas de Jesús-María es en el verano de 1886.

La Crónica. 24 de junio 1886: El viernes próximo pasado salió de esta ciudad para Alicante, Valencia y Barcelona, la distinguida y bella señorita doña María Aguilar Gómez, que va a Cataluña a ingresar en el noviciado del colegio de Jesús-María establecido en S. Andrés de Palomar, siendo acompañada hasta esta estación por un corto número de personas de su inmediato parentesco y particular amistad que supieron a tiempo su precipitada marcha y pudieron darle así esa última prueba de cariño.

Se trataba de una congregación de «Espiritualidad Ignaciana» fundada en Francia y extendida por España en la segunda mitad del XIX:

Claudina Thévenet (1774-1837) Fundadora de la Congregación de Religiosas de Jesús-María

Un año después empezó a cuajar la idea de fundar uno de sus colegios en Orihuela.

La Crónica. 10 de marzo 1887: Parece ser que se va acentuando la idea de fundar en esta ciudad un colegio de señoritas dirigido por religiosas de Jesús María, y al efecto, sabemos que una comisión de señoras compuesta de doña Josefa Bofill, doña Encarnación Meseguer, doña María Hernández, doña Dolores Cirer, doña Benilde Jofré, y doña Elvira Aguilar, conferenció ayer con el Ilmo. Sr. Obispo de esta diócesis, explicándole el laudable pensamiento, solicitando su aprobación y rogándole les prestase su valioso apoyo.

Nuestro sabio y dignísimo Prelado recibió a las citadas damas con la finura y amabilidad que tanto le caracterizan, aplaudió sin reservas la idea, y ofreció incondicionalmente a las iniciadoras cuanto tiene, puede y vale.

Por recomendación de dicho señor Obispo, la referida comisión pasó a Santo Domingo para notificar al señor Rector de ese colegio, lo que se trataba de hacer, y excitar su reconocido celo en pro de esa fundación, no pudiéndose verificar la conferencia deseada, por hallarse el Rector muy ocupado en aquel momento, quedando no obstante en ponerse hoy a disposición de las señoras para tratar el asunto con el detenimiento que merece, teniendo nosotros la convicción de que, esa nueva conferencia ha de dar grandes resultados para la realización del proyecto, que deseamos sea pronto un hecho práctico, para honra y provecho de Orihuela, siendo por lo tanto muy posible que pronto contemos en esta Ciudad con un nuevo centro de moralidad e instrucción.

Colegio Jesús María. Barcelona

La Crónica, 21 de abril 1887: Procedentes de Cataluña, llegaron ayer a esta ciudad en el último tren de la tarde dos monjas de Jesús María que traen el propósito de ver el local en que se ha de fundar el colegio de que ya dimos cuenta anteriormente a nuestros lectores.

A pesar de lo desapacible del día, un gran número de señoras fue a recibirlas a la Estación, conduciéndolas en carruajes particulares a la casa de D. Joaquín Rodríguez, donde ya de antemano se les tenía preparado alojamiento.

Sean muy bienvenidas a Orihuela las hijas de Jesús María y quiera Dios que en breve tengamos el gusto de que sea un hecho la fundación de ese colegio.

En principio, el colegio se iba a construir de nueva planta en los Andenes de la Estación. Mientras tanto, se instalaron provisionalmente en la calle de San Juan; utilizando una «hacienda» en San Antón como patio de recreo. Ambas fincas pertenecían al marqués de Lacy.

La Crónica. 21 de abril de 1887: Parece cosa decidida y resuelta la fundación en esta ciudad de un colegio para niñas y señoritas dirigido por las monjas de Jesús y María, que se abrirá provisionalmente y según las versiones autorizadas que hemos oído, en el mes de Octubre próximo.

El sitio donde regularmente se construirá el edificio correspondiente por parecer más apropiado para el caso, es el terreno sobrante en la finca de Tamames,  junto a la carretera de la estación del ferro-carril, propiedad hoy de los señores D. Manuel Roca y D. Matías Rebagliato, los cuales lo cederán a las monjas para que puedan verificar la fundación.

Carretera de la Estación del Ferro-carril. Colección Javier Sánchez Portas

La Crónica. 5 de mayo 1887: Las religiosas del convento de Jesús y María que vinieron con objeto de enterarse de las condiciones especiales de esta localidad para fundar aquí un colegio para la educación de niñas y señoritas, marcharon a San Andrés de Palomar el viernes último, llevándose una impresión muy agradable, y la decisión, salvo el parecer de la Superiora, de realizar la fundación.

El colegio se instalará provisionalmente, según decíamos en nuestro número anterior, en la casa palacio del Ilmo. Sr. Marqués de Lacy, a cuyo efecto se han formado ya por el ayudante de Obras Públicas D. José María Moreno, los oportunos planos de distribución del edificio que hemos tenido el gusto de ver.  

Palacio marqués de Lacy. Calle San Juan. Colección Javier Sánchez Portas.

También se ha levantado el plano del terreno sobrante de la finca de Tamames, cuyo terreno parece que decididamente lo adquirirán las religiosas de Jesús y María para construir en él el edificio donde definitivamente se establecerá el colegio, pues aunque han sido reconocidos otros terrenos, este es el que por su situación, precio y condiciones reúne las mayores ventajas.

En dos ediciones consecutivas en el mes de mayo, el semanario «La Crónica» se volcó con el proyecto a toda página:

La Crónica. 12/19 de mayo 1887: HONRA Y PROVECHO. El día 29 de Abril próximo pasado, salieron de esta ciudad para Valencia, Barcelona y S. Andrés de Palomar, las dos monjas de Jesús María, que como ya dijimos oportunamente a nuestros lectores, habían venido a Orihuela con objeto de conocer el país, saber los elementos con que pueden contar para su instalación preventiva, y ver el sitio en que, andando el tiempo, puedan fundar su casa propia, edificándola de pie, a fin de crear aquí para siempre un centro de educación igual a los que ya tienen establecidos en Tarragona, Valencia y otros puntos de España y el extranjero.

Vamos a permitirnos llamar la atención, muy particularmente de aquellos que siendo padres de familia, deben estar y están real y doblemente interesados en el establecimiento de ese colegio, donde se forma y da ser al corazón del bello sexo, arrancando de él la fatal cizaña de la ignorancia, y sembrando en su lugar la fecunda semilla de la virtud, de la ciencia y del trabajo físico-moral, convirtiendo a la niña inocente en mujer instruida, para que sea siempre buena hija, buena esposa, y buena madre.

La mujer, la madre es la única que puede echar los sólidos cimientos de la educación en la infancia; pero para que la mujer eduque ha de ser antes educada, porque nadie puede dar lo que no tiene…

Probada la profunda y trascendental influencia de la mujer en la educación de la niñez, y convencidos consiguientemente todos de la absoluta necesidad de instruir convenientemente al ser privilegiado que en su día ha de alegrar nuestra casa, corresponder a nuestro afecto, unir su suerte a la nuestra, y educar a nuestros hijos, ¿tendremos todavía que extremar los argumentos y aducir mayores pruebas, para llevar al ánimo de nuestros lectores la potente conveniencia, el profundo interés, y la ineludible obligación en que todos estamos y tenemos de facilitar la fundación de un Colegio, que como el de Jesús María, ha de dar a Orihuela tanta honra, tanto provecho?

En junio el proyecto era una realidad. «La Crónica» copió literalmente el prospecto de publicidad del colegio a modo de gran anuncio:

La Crónica. 9 de junio 1887: LA REALIDAD DE UN PROYECTO. Orihuela está de enhorabuena: Lo que antes fue una risueña esperanza va a ser ya pronto un hecho positivo; desde el día primero del próximo mes de Setiembre, Orihuela tendrá un nuevo centro de educación para niñas y señoritas, toda vez que en la indicada fecha debe abrirse en ella el Colegio que las religiosas de Jesús-María establecen y fundan aquí para dar sólida y cristiana educación a la parte más bella de la humanidad.

Decididos partidarios nosotros de toda idea buena; profundos conocedores, por experiencia propia, de los magníficos resultados que en todas partes dan esos Colegios; plenamente convencidos, por ende, de la utilidad físico-moral que ese nuevo instituto ha de reportar a Orihuela, y dispuestos siempre a todo cuanto sea o pueda ser en pro del patrio engrandecimiento, no dudamos un solo instante, desde su principio, en aceptar con entusiasmo el laudable proyecto de la creación de ese establecimiento beneficioso, poniendo de nuestra parte cuanto nuestra pobre inteligencia, nuestra íntima convicción y nuestro buen deseo nos sugirió para ver realizado en su día lo que tanto ha de contribuir al bien particular de Orihuela y al provecho general de la infancia o adolescencia.

Y para que todos conozcan la idea en sus menores detalles, y ya conocida puedan servirse de ella según sus medios y necesidades, hoy tenemos el gusto de insertar en las columnas de La Crónica, el prospecto que para la fundación de ese Colegio se ha circulado, por si algunos de nuestros abonados no hubiese podido enterarse de ello, creyendo de este modo hacer un verdadero servicio a todos y muy particularmente a los padres de familia residentes en esta ciudad o fuera de ella.

He aquí pues el notable documento a que nos referimos, copiado literalmente del original que se nos ha remitido y tenemos a la vista.

Colección Javier Sánchez Portas

«COLEGIO DE LAS RELIGIOSAS DE JESÚS-MARÍA EN ORIHUELA»

El objeto que se proponen las Religiosas de Jesús-María es proporcionar a las jóvenes una educación sólida y cristiana. El corazón de las educandas se forma en la práctica de la virtud por medio de la Religión; su inteligencia se cultiva con el estudio de ciencias útiles; y se les adiestra en las labores propias de su sexo, que completan su instrucción.

Los principios de la más culta urbanidad perfeccionan sus modales, inculcándoles el orden, la limpieza, y el aseo, se las acostumbra a la economía doméstica, que viene a ser el complemento de una sólida educación.

Local: La casa-palacio del señor Marqués de Lacy, escogida interinamente para Colegio y situada entre las calles de San Juan y de la Corredera, ofrece espaciosas salas para clases, comedor, dormitorios; alegres azoteas y patio donde tienen su recreo las educandas, añadiéndose además la hacienda de San Antón del mismo señor Marqués, para sitio de mayor solaz y expansión de las alumnas.

Solar Palacio del marqués de Lacy.

Ramos de enseñanza: La exposición sencilla y graduada de las verdades de nuestra Santa Religión, ocupa el primer lugar en el programa de los estudios; así mismo figuran en éste la Lectura, Escritura, Gramática castellana, Aritmética, Geografía, Historia natural, Francés y dibujo lineal.

Labores manuales: Siendo esta materia de grandísima importancia para las señoritas, se las ocupa principalmente en coser, bordar y remendar; planchar, hacer flores artificiales y otras labores de lujo a voluntad de sus padres; sin embargo, no se permiten estas últimas hasta que se hayan ejercitado en toda clase de costura.

Galería del primer piso. Colección Javier Sánchez Portas

Medios de emulación: La emulación, reconocido estímulo para los adelantos de la juventud, se excita por medio de notas diarias, de clasificaciones semanales, de distinciones y honores que se dan cada mes, y en fin por los premios y coronas que se distribuyen al finalizar el curso.

Jardín, paseo central. Colección Javier Sánchez Portas

Además, durante el mes de Mayo, para estimular a las educandas a reformar su carácter y atraerlas a la imitación de las virtudes de su divina Madre la Virgen María, hay un concurso especial, en el que se propone como premio una corona de rosas, a las que por su comportamiento y aplicación, han merecido cada día del mes las notas de antemano señaladas.

Dormitorio de las internas. Colección Javier Sánchez Portas

Régimen del Colegio: Se admiten pensionistas y medio pensionistas. Una prudente distribución del tiempo para las labores, estudios, ejercicios de piedad, comida y recreos procura una vida amena y placentera. Los alimentos son sanos, abundantes y variados, y en caso de alterarse la salud de alguna de las educandas, se le prodigan con maternal ternura los más solícitos cuidados.

La vigilancia es continua y para facilitarla, de noche se conserva luz en los dormitorios.

Comedor. Colección Javier Sánchez Portas

Visitas: Las educandas pueden ser visitadas por sus padres o encargados en los días y horas siguientes: Desde 1º de Noviembre hasta Pascua de Resurrección: jueves, mañana, de once a doce. Domingo, mañana de once a doce; tarde, de cuatro a seis.

De Pascua a fin de Octubre: jueves, mañana, de once a doce. Domingo, mañana de once a doce; tarde de cinco a siete. No se permite que las alumnas reciban solas ninguna visita a no ser de sus padres.

Salón de visitas. Colección Javier Sánchez Portas

Entradas y salidas: La entrada diaria al Colegio para las medio-pensionistas, es de ocho a ocho y media de la mañana, y la salida, a las seis de la tarde en invierno, y a las seis y media en verano. No se dispensarán de asistir al Colegio en los días festivos sin permiso de la Madre Superiora.

Las medio pensionistas no tienen comunicación ninguna con las pensionistas. Las internas tienen salida el 26 de Diciembre, debiendo regresar al Colegio el 28 del mismo por la tarde. No se entregan las educandas a persona alguna, sin previo aviso de los padres o encargados.

CONDICIONES: El precio de la pensión es de 500 pesetas al año escolar para las pensionistas, y de 250 pesetas para las medio pensionistas, pagaderas en tres plazos adelantados: 1º de Setiembre, 1º de Enero y 1º de Abril. El año escolar se cuenta de 1º de Setiembre a 30 de Junio.

Para comodidad de las familias que viven fuera de la ciudad, el establecimiento se encarga de lavar y planchar la ropa, mediante la suma de 5 pesetas mensuales. Corren a cuenta de los padres los gastos de enfermedades, correos, baños, libros de clase y los materiales necesarios para las labores.

Mediante la suma de una peseta al mes se proporciona a las educandas el papel, pluma, tinta, yeso y lápiz que necesitan. La música y dibujo forman clases especiales que corren a petición y cuenta de los padres.

Biblioteca. Colección Javier Sánchez Portas

Su precio mensual es el siguiente: Piano, 8 ptas. Alquiler del mismo, 1 pta. Dibujo de figura y gastos para el mismo, 10 ptas.

Si por graves razones el Establecimiento se viese en la precisión de devolver a sus padres a una alumna antes de concluir el plazo, se les abonará la cantidad correspondiente al tiempo que faltare; lo que no sucedería si los mismos padres la retirasen del Colegio, o la detuviesen fuera de él, no siendo por motivo de enfermedad.

Si alguna alumna permaneciese en el Colegio durante el tiempo de vacaciones, abonará la cantidad de 40 pesetas cada mes. Cada educanda debe traer su fe de bautismo.

Externado. Salón de Estudio. Colección Javier Sánchez Portas

Ropa y demás objetos que han de traer las alumnas: Una cama de hierro de 1 metro 75 centímetros de largo por 85 centímetros de ancho, con su correspondiente jergón, colchón y todo lo necesario para el abrigo.

Una almohada y cuatro fundas. Una cortina blanca de 4 metros 60 centímetros de largo y 3 metros de ancho. Un sobrecama blanco con fleco, de 1 metro 80 centímetros en cuadro. Una alfombrilla. Tres pares sábanas. Seis toallas, seis servilletas.

Ropería. Colección Javier Sánchez Portas

Ocho camisas.Ocho chambras. Diez y ocho pañuelos de bolsillo. Ocho enaguas. Ocho pantalones. Tres peinadores. Doce pares medias. Dos bolsas para la ropa sucia.

Un enjuague. Una caja para peines y cepillos. Cubierto completo, aro y vaso de plata. Un vestido merino negro, y otro de piqué blanco para el verano, todos conforme el modelo del Colegio.

Dos delantales de uniforme. Dos o tres vestidos para diario, los cuales no siendo de lujo, pueden ser de cualquier tela y color. Un velo de tul negro y otro blanco de hilo. Unos guantes color negro y otros blancos. Una banda verde, según el uniforme.

Paseo de la gruta o de la virgen. Colección Javier Sánchez Portas

El Colegio ofrece todos los muebles necesarios a las alumnas durante el tiempo que en él permanezcan, como son cama de hierro, armario, mesa de escribir, costurero, etc., mediante la suma de 20 pesetas, y de 8 pesetas las medio pensionistas. Todo cuanto pertenece a las educandas debe marcarse con el número que se les designe.

Paseo de los plátanos. Colección Javier Sánchez Portas

La Crónica. 28 de julio 1887: Según carta que tenemos a la vista, dirigida a una persona de nuestra intimidad por la superiora de las monjas de Jesús María, las madres de este instituto que han de fundar en breve aquí ese beneficioso centro de educación femenil, saldrán de San Andrés de Palomar y Barcelona el día 16 de Agosto, y después de una pequeña detención en Valencia, donde tienen un magnífico colegio, seguirán su viaje para esta; descansarán algunas horas en Alicante y llegarán probablemente a Orihuela el día 18 del mismo.

Clase de aritmética y conocimientos útiles. Colección Javier Sánchez Portas.

Con motivo de su próxima llegada han empezado y siguen con grande actividad las obras de reparación y arreglo en la casa palacio del señor Marqués de Lacy, edificio en que provisionalmente se establecen, toda vez que tienen el pensamiento de adquirir terreno en esta ciudad y fundar en ella un colegio propio para su establecimiento definitivo. Orihuela entera desea vivamente el arribo de la comunidad de referencia…

Clase de Párvulas. Colección Javier Sánchez Portas

La Crónica. 18 de agosto 1887: En el primer tren de Alicante han llegado hoy a esta ciudad dos hermanas legas de Jesús María, y esta tarde deben llegar, procedentes de Valencia, las madres o monjas del mismo instituto, que vienen a fundar aquí el colegio de niñas y señoritas del que repetidamente nos hemos ocupado.

Empieza pues a ser un hecho en Orihuela el establecimiento de ese centro de instrucción femenil, que con tanta ansia esperamos todos y ha de dar a nuestra patria querida tan gran nombre como beneficiosos resultados físico morales. ¡Que sea pues enhorabuena!

Señoritas jugando al croquet. Colección Javier Sánchez Portas

La prensa oriolana dio cuenta de las dos primeras alumnas en el verano de 1887.

El Diario de Orihuela. 25 de agosto 1887: En el libro de matrículas del nuevo Colegio de Jesús y María instalado en la calle de San Juan, figura con el número uno la Srta. Dª. Dolores Clavarana y con el número dos la Srta. Dª. Concepción Moreno.

Salón de Actos. Colección Javier Sánchez Portas.

En septiembre nombraron a un estudiante de derecho como sacristán de la capilla.

El Día. 11 de septiembre 1887: Ha sido nombrado sacristán de la capilla del Colegio de Jesús y María recientemente instalado, el virtuoso joven y aplicado cursante de la carrera de derecho D. Joaquín Rodríguez.

Capilla doméstica. Colección Javier Sánchez Portas

El colegio abrió sus puertas el 15 de septiembre de 1887. La llegada de las monjas y sus selectas educandas fue todo un acontecimiento para la ciudad.

Diario de Orihuela. 15 de septiembre 1887: Esta mañana ha tenido lugar la inauguración del nuevo colegio de señoritas que bajo la advocación de Jesús y María se ha instalado en la calle de S. Juan.

Clase de dibujo y pintura. Colección Javier Sánchez Portas

El Diario de Orihuela, 3 de octubre de 1887: Con la apertura del curso en los colegios y Seminario, han vuelto a circular por las calles en los días de asueto, los seminaristas, los alumnos del colegio de Santo Domingo y las alumnas del colegio de Jesús y María.

De estas últimas, las internas salieron a paseo ayer en un carruaje cerrado; especie de convento ambulante velado por celosías donde se estrellan las miradas de los curiosos.

Para verlas es preciso seguir el vehículo y hacer alto donde sea permitido dar libertad a las cautivas colegialas. Las externas, llamaron ayer la atención del vecindario por las verdes bandas con que cruzaban el pecho. El traje de color negro, es serio y elegante.

Escalera Principal.
Colección Javier Sánchez Portas

En noviembre de ese mismo año, la prensa local publicó la siguiente noticia:

El Diario de Orihuela. 14 de noviembre 1887: Aunque aún no se ha otorgado la escritura de venta de la vieja Plaza de Toros, puede considerarse como vendida toda vez que el sábado en la noche se dieron cuatro mil reales de señal y se firmó un documento de compromiso de venta.

Según de público se decía ayer, el antiguo exconvento de agustinos ha pasado a ser propiedad de los padres jesuitas por 58.500 reales y con el objeto de construir un edificio para instalar en él el colegio de Jesús y María establecido en la casa-palacio del Sr. Marqués de Lacy.

El periodista acertaba en casi todo. Ese mismo día 14 de noviembre, ante el notario Ramón Amat, tuvo lugar la venta del exconvento de los agustinos convertido en plaza de toros. Pero lo de los jesuitas como propietarios eran falsos rumores.

El comprador fue Ramón Belló Martínez, provisor y vicario de Orihuela; canónigo con dignidad de arcipreste de la Catedral. Bautizado en la Parroquia de San Pedro de Novelda en 1833, era vecino de Orihuela.

Lo compró por 14.625 pesetas (58.500 reales); de las que había entregado 1.000 mediante cautela privada (los 4.000 reales de señal). El resto lo pagó en billetes de banco.

Ramón, agente inmobiliario por cuenta del Obispado, adquirió también el convento de la Trinidad para montar un seminario; pero eso es otra historia.

Fachada principal. Colección Javier Sánchez Portas

La Crónica. 22 de diciembre 1887: En el primer tren de Alicante, y procedentes de Barcelona, llegaron el lunes de la presente semana a esta Ciudad dos nuevas religiosas y una hermana lega de Jesús María que vienen a prestar el servicio de su particular instituto en el colegio fundado hace poco en el palacio del señor Marqués de Lacy.

Una de dichas religiosas, ausente no ha mucho de Orihuela, es la hoy madre San Joaquín, en el siglo señorita Doña María de los Ángeles Rodríguez, hija de nuestro particular, amigo, el abogado de este colegio señor D. Joaquín Rodríguez, quien así como su distinguida esposa, ha tenido la singular satisfacción de ver regresar a esta ciudad, como profesora del ya citado colegio.

Salón de Estudio. Colección Javier Sánchez Portas

El Diario de Orihuela. 1 de septiembre 1888: En breve comenzarán las obras en el solar de la antigua plaza de toros para la construcción del edificio donde habrá de instalarse definitivamente el colegio de Jesús y María.

El Diario de Orihuela. 26 de septiembre 1888: Ha aumentado notablemente en el presente curso el número de alumnas en el colegio de Jesús y María de esta ciudad.

Clase de Geografía. Colección Javier Sánchez Portas

De adaptar el edificio se encargó Justo Millán Espinosa. Nacido y muerto en Hellín (1843-1928), era uno de los arquitectos más prestigiosos de la región murciana.

El Diario de Orihuela. 12 de abril 1889: Se leyó una exposición de D. Justo Millán, arquitecto, director de las obras del colegio denominado de Jesús y María, acompañando el plano de la fachada del citado edificio; y el Ayuntamiento acordó aprobarlo y que así se ponga en conocimiento del interesado.

Plano fachada. Justo Millán 1889. Archivo Histórico de Orihuela.

Obtenido el título en la Escuela de Arquitectura de Madrid, ostentó los cargos de Arquitecto Municipal en Hellín; Arquitecto Provincial en Albacete; Académico de Mérito por la Academia de San Fernando; Arquitecto de la Diócesis de Cartagena y Arquitecto Provincial de Murcia.

Justo Millán Espinosa (1843-1928). Partida de Nacimiento. Mi agradecimiento a JM Dayas.

Entre sus obras está la reconstrucción del Teatro Romea, arrasado por un incendio. También muchos edificios públicos como el Asilo de Ancianos, el Manicomio Provincial, la Cárcel, el Hospital, el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza….

Otra de sus grandes obras fue la Plaza de Toros de Murcia; en su momento la más grande de España. ¿Cómo tan prestigioso arquitecto fue contratado en Orihuela para habilitar un colegio?

Justo Millán estaba ya entrando en su última etapa, donde aceptó numerosos trabajos de particulares. Debió ser para él un reto transformar una plaza de toros en colegio.

El enlace pudo ser Francisco Belló, hermano mayor de Ramón; rector del Seminario de Murcia.

El Diario de Orihuela. 12 de julio 1889: Están muy adelantadas las obras del magnífico edificio que se está levantando en la plaza de San Agustín, en los terrenos de la plaza de Toros, para el colegio de señoritas de Jesús y María.

Cuantos le admiran, dedícanle grandes elogios y sienten verdadera y profunda satisfacción por ver aumentarse con uno más los muchos edificios notables con que cuenta Orihuela.

Fachada principal. Colección Javier Sánchez Portas

El Diario de Orihuela. 9 de octubre 1889: Adelantan rápidamente las obras del colegio de Jesús y María, que se construye en nuestra ciudad, en el sitio que ocupó un día el convento de Agustinos primero y nuestra antigua plaza de toros después.

La obra resulta grandiosa principalmente el patio claustral y la fachada, que resulta seria y elegante. De seguir las obras con el impulso que se les está dando, pronto desocuparán aquel sitio los operarios para dar en él entrada a la comunidad de religiosas a cuyo cargo ha de estar el citado colegio y a las jovencitas encomendadas a sus cuidados para completar su educación. Pronto pues contará Orihuela con un nuevo edificio destinado a la enseñanza.

En 1890 el colegio se trasladó al nuevo y lujoso edificio.

Trasera y huertos. Colección Javier Sánchez Portas

Ramón Belló falleció en enero de 1892. En su testamento, redactado dos días antes de su muerte, aparecía la siguiente cláusula:

Que el edificio que fue antes convento de San Agustín convertido hoy en colegio de Jesús María, aunque la escritura de dominio aparece a mi favor, no es de mi propiedad sino de la pertenencia de las Señoras Superioras actuales encargadas de esta clase de colegios en España, en cuyo edificio hicieron dichas señoras algunas mejoras por su cuenta y a cuyo favor otorgará la correspondiente escritura de traslación de dominio mi hermano Don Francisco Belló y Martínez, sino lo hubiese yo verificado antes de ocurrir mi defunción, siendo cuenta de dichas señoras el pago de toda clase de deudas que aparezcan contra dicho edificio, y de que yo salí fiador por estar dicho edificio a mi nombre.

Patio y traseras.

Supongo que el miedo a nuevas desamortizaciones (o quizás las hipotecas establecidas sobre el edificio) llevaron a las religiosas a camuflar su compra a nombre de Ramón.

En la cesión de la finca por parte de su hermano a favor de Sor María de San Hermenegildo (conocida como Teresa Font y Barberá, superiora del Colegio de Orihuela) y otras, aparecen reseñadas dos hipotecas por 40.000 pesetas, mucho más que el importe pagado por el propio edificio.

Patio de recreo. Colección Javier Sánchez Portas

El hecho de que tan sólo diez días después formalizasen un contrato de venta a favor de Doña Concepción Morell e Iseru y otras señoras, vecinas de San Andrés del Palomar (localidad donde establecieron su primer colegio), refuerza mi teoría del temor a aparecer como propietarias del edificio.

Alumnas de Jesús María en 1945. Archivo Loles Botella.
Colegio Jesús María en la actualidad.

Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba).

Galería de alumnas:

Antiguas alumnas de Jesús María. Colección Javier Sánchez Portas
Colegio Jesús María. Antiguas alumnas en los años cincuenta del siglo pasado. Archivo Loles Botella.
Colegio Jesús María. Alumnas años cuarenta del siglo pasado. Archivo Loles Botella.
Colegio Jesús María. Alumnas años cuarenta del siglo pasado. Archivo Loles Botella.
Jesús-Maria 8º EGB 1980/81
Jesús-Maria 8º EGB 1980/81
Pinchad aquí Galería en Youtube.

Aportaciones para el estudio de los conventos de La Merced, San Agustín y San Gregorio.

San Gregorio, San Agustín y la Merced. Colección Javier Sánchez Portas.

Aportaciones para el estudio de los conventos de La Merced, San Agustín y San Gregorio. Introducción

El presente trabajo pretende, tal y como refleja su título, aportar información al poco estudiado tema de los edificios religiosos desamortizados en Orihuela.

Las memorias del Canónigo Alburquerque relatan como el convento de la Religiosa y Militar Orden de Nuestra Señora de las Mercedes y su iglesia consagrada en el siglo XV, en cuyo solar se encuentra actualmente el museo de la Semana Santa, pasaron a poder del Gobierno entre los llamados Bienes Nacionales, y fueron adquiridos por un rico capitalista de Barcelona llamado Juan Vilaregut, quien pretendía convertirlos en almacén y posada.

Iglesia de la Merced. Colección Javier Sánchez Portas.

Existía en ella (Orihuela), entre otros (conventos), el de la Rl. Y Militar Orden de Nuestra Señora de las Mercedes, cuya iglesia fue consagrada en el siglo XV, y de ella eran patronos la antigua e ilustre familia de los Rocas de Togores, que tiene su sepulcro en el lado del Evangelio bajo de la media naranja.

Suprimido el Convento, cerrada y despojada la iglesia de todos sus altares excepto el mayor, del órgano y demás adornos, pasó al Gobierno entre los llamados bienes nacionales, y bajo tal concepto fue vendida en unión del convento a un rico capitalista de Barcelona, nombrado D. Juan Vilaregut; la iglesia fue convertida en almacén de maderas, y aplicada a otros usos semejantes, y a principios de este año (1846), pensó su nuevo poseedor construir en ella una posada…  

Y como la iglesia fue comprada y devuelta al culto por Juan Roca de Togores y Alburquerque en 1846.

El Sr. D. Mariano Roca de Togores y Carrasco abrazó el proyecto (de compra y rehabilitación) con entusiasmo, y comunicado a su padre político Sr. D. Juan Roca de Togores y Alburquerque, este se decidió a comprar por sí solo la iglesia y habilitarla a sus expensas.

Se efectuó la compra por escritura en Madrid, su fecha, 11 de mayo de este año ante el escribano de aquella Villa D. Manuel María de Paz, comprendiéndose la iglesia con la sacristía y un pedazo de descubierto contiguo a ésta, en cantidad de doce mil rs.

Diez años después Juan Vilaregut había muerto y Bibiana González Deghamante, su viuda, en un viaje accidental efectuado el 2 de enero de 1856, aprovechó su estancia en Orihuela apoderando a Julián Espinosa ante el notario Manuel Bosca, para que se encargase de gestionar los múltiples arriendos de tres edificios. (1)

Gracias a esta escritura descubrimos que Vilaregut, además del ya citado convento de la Merced, poseía otros dos: él de San Agustín y el de San Gregorio, edificios que tras sufrir drásticas reformas se habían convertido en casas de alquiler, almacenes, tiendas y posada.

Además, como es sabido, él de los Agustinos se adaptó para albergar una plaza de toros.

Pero las propiedades del fallecido Vilaregut acabaron en una junta de acreedores. Los tres ex-conventos fueron adquiridos por dos oriolanas de origen riojano a las que hemos investigado exhaustivamente a través de numerosos protocolos notariales.

Para comenzar, vamos a remontarnos un poco en el tiempo contando el origen de estas señoras.

Iglesia de la Merced. Colección Javier Sánchez Portas.

La Familia Adalid-Vilar

Retrato de Matías Sorzano Nájera. Óleo sobre lienzo. Vicente López. Museo de Bellas Artes de Bilbao.

El 31 de julio de 1812 , ante el notario Julián Fernández, compareció el caballero de estado noble Matías Sorzano, junto a dos testigos, para proceder a la partición de bienes de José Adalid. (2)

Este próspero comerciante había hecho testamento el 5 de septiembre de 1811 «en el crítico estado de la signosa enfermedad epidémica que afligió a los habitantes de esta población, sus huertas y campos», eufemismos usados para no nombrar a la fiebre amarilla, de la que falleció poco después.

José Adalid de Iñigo era originario de La Rioja, concretamente de Nestares de Cameros, localidad inmediata a Torrecilla en Cameros, pueblo natal del Matías Sorzano con cuya esposa estaba emparentado.

De los beneficiarios, a la citada partición sólo acudió el cuñado del finado, Manuel Pablo.

Sus padres, Domingo Adalid y María de Iñigo, y su esposa, Josefa Antonia Adalid, herederos naturales «se ausentaron de la población por la probia causa del contagio que sufría, a el paraje titulado Senda Molina, donde los padres fallecieron».

Charles Clifford. Vista general de la ciudad de Orihuela en 1862. Colección Javier Sánchez Portas.

La misma «febre groga» o fiebre amarilla acabó también con su hermano Domingo, «soltero y desmemoriado». De esta forma, María Adalid de Iñigo, residente en Nestares de Cameros, se convirtió en hija única y heredera universal de los bienes de toda la familia.

Un suculento legado que incluía varias propiedades en Nestares, una casa en la Mancebería, catorce tahúllas en la Senda Molina, 43.000 reales en efectivo, géneros variados de comercio y, sobre todo, préstamos. (3)

Tras descontar el quinto y la dote de su viuda, con la que sólo llevaba un año casado, se adjudicaron al matrimonio formado por los citados María Adalid y Manuel Pablo 377.000 reales, toda una fortuna de la época.

En aquellas fechas la pareja tenía cinco hijos: Leandro, Julián, Josefa, María y Manuela. Las pequeñas, Feliciana y Braulia, llegaron en 1821 y 1825 según consta en el censo oriolano de 1876.

Del matrimonio formado por la hija mayor, Josefa Pablo, y el político liberal oriolano, Antonio Vilar, nacieron nuestras protagonistas, Antonia y Petra Vilar Pablo; y al menos una tercera hermana llamada Rosario.

A pesar de que en el citado censo aparecen nacidas en Orihuela, sus tías Braulia y Feliciana eran oriundas de Nestares de Cameros y permanecieron solteras regentando un comercio textil en la calle Mayor.

Al igual que las sobrinas, gran parte de sus rentas procedían de otro oficio: el de prestamistas.

La Compra.

El claustro de la Merced en su emplazamiento original. Trasladado a la Catedral.

A la muerte de su padre, Antonia y Petra Vilar Pablo reunieron sus caudales acordando en privado establecer una sociedad mercantil con el objeto de emplearlos en la compra de géneros textiles, fincas rústicas y urbanas.

Y, por supuesto, en préstamos a ser posible con hipoteca, el mejor modo de enriquecerse.

Durante la década de 1866 a 1876, en los protocolos de Ramón Roca, encontramos múltiples escrituras de obligación, poderes, compras y ventas de fincas protagonizadas por estas señoras.

Concretamente en 1868, las hermanas Vilar Pablo realizaban la operación que nos interesa acudiendo al concurso de acreedores del fallecido Juan Vilaregut y comprando a su viuda los tres conventos citados por 48.000 escudos (120.000 pesetas). 

Entregaron 20.000 a cuenta firmando la escritura ante el notario de Barcelona Miguel Martí Saguita, el 28 de julio de 1869.

¿Cómo conocían a Vilaregut?  No podemos asegurarlo.

Lo cierto es que su padre, Antonio Vilar, regidor liberal del Ayuntamiento oriolano durante la primera Guerra Carlista, fue el autor de la primera solicitud para instalar una plaza de toros en el convento de San Agustín; inicialmente con fines benéficos.

Ex convento de frailes de S. Agustín. Hoy Ayuda de Parroquia y plaza de Toros. Plano de Francisco Coello. 1859.

Las dos hermanas continuaron juntas en los negocios hasta que, el 25 de Junio de 1870, ante el notario Ramón Roca, Antonia y Petra Vilar decidieron poner fin a la próspera sociedad llamada «Antonia Vilar y hermana». (4)

Antonia estaba a punto de contraer matrimonio con un sombrerero alicantino llamado Vicente López Durana y pensaba marcharse a vivir a Alicante.

Formados los inventarios, resultó un capital a repartir de 40.000 escudos  (100.000 pesetas) que pertenecían a ambas por mitad. (5)

Como ya hemos dicho, Antonia pensaba ausentarse de la ciudad. Así pues, la sociedad quedó en manos de Petra con las siguientes condiciones:

Antonia quedaba libre de toda responsabilidad desde ese mismo día,  ante la ley y el código de comercio, asumiendo Petra todo el poder y obligándose a pagar los 28.000 escudos que faltaban por entregar del precio de los tres conventos.

La parte de Antonia, 20.000 escudos, quedaba consignada en los tres edificios, por los que recibiría un 5% anual desde el día de su boda.

Pudimos comprobar que la actividad mercantil de las hermanas Vilar relacionada con los ex-conventos se mantuvo con normalidad. 

El 31 de marzo, tres meses antes de la disolución, arrendaron por cinco años a Francisco García Lucas un almacén, «el cual era parte del edificio que fue convento de San Gregorio», a razón de 200 escudos por año. (6)

Situado a las afueras de la Barrera del Matadero, en la alameda de su nombre, linda a levante con huerto propio, a poniente con camino a Hurchillo, mediodía con portería del convento y norte con la capilla de la tercera orden de San Francisco, con callizo en medio. Tiene 6 ventanas con reja y una sin ella, puerta principal y 3 interiores, todas con cerrojo, llave y picaporte.

Y una accesoria marcada con el número uno, perteneciente al edificio que fue convento de agustinos, por 140 escudos al año.

Este local tenía un piso superior en el que pensaban criar capullos de seda; y una puerta por la que se accedía a la plaza de toros. Por ese motivo, el contrato incluía la obligación de entregar las llaves los días de corrida o función. (7)

Fotografía de J. Laurent, desde la puerta de Murcia en 1870. Colección Sánchez Portas.

Primera Partición.

Antonia se casó en julio de 1870, empadronándose en la ciudad de Alicante. 

Ese mismo año Petra, sospechamos que por falta de liquidez para hacer frente a los 28.000 escudos que debían, se asoció también de manera privada con sus tías Braulia y Feliciana; y formaron la mercantil «Petra Vilar y tías», cuya finalidad era la compraventa de géneros del país y extranjero, lencería, sedería y otros.

El 13 de mayo de 1875 Petra contrajo también matrimonio. Se casó con Ramón Pastor Crespo, factor de comercio y vecino de Orihuela.

Portada de la Merced antes del derribo.

Tres meses después, el 10 de agosto, Antonia y Petra decidieron dividir sus propiedades ya descritas anteriormente. Cada una había de recibir 50.000 pesetas (10.000 escudos de 1870), a las que añadieron 5.555,50, mitad del importe de las obras realizadas en el acondicionamiento del que fue convento de mercedarios. (8)

Antonia, se quedó con el de San Gregorio, valorado en 12.812 pesetas:

En la alameda del mismo nombre, que linda a poniente o frente con dicha alameda, mediodía o izquierda con tierra huerta propia, Oriente o espaldas con tierras del marqués de Boil, y norte o derecha con la capilla de la hermandad titulada 3ª orden de San Francisco.

Haciendo constar que en el edificio y a la parte de la alameda, hay construidas 6 casitas de planta baja o accesorias, señaladas con los números 34, 35, 36, 37, 38 y 39, que forman parte del edificio y van comprendidas en sus lindes.

Restos del convento de San Gregorio. Colección Javier Sánchez Portas.

Más un trozo segregado del edificio más valioso, el de la Merced.

Situado en la calle de Los Hostales, que mide 52,30 m. de longitud y 50,80 m. de latitud, formando una superficie de 2.653 m2 con 74 cm., cuyo frente que es la parte de mediodía, linda con la ya referida calle.

Por la derecha o poniente con casa de los herederos de Rufino Cascales, por la izquierda o levante con la calle del Ballet; y por detrás o norte con la iglesia del expresado convento, en cuyo edificio existen nueve accesorias o casas de piso bajo y principal, que dan a la calle de Los Hostales, señaladas con los números de policía: 7, 9, 11, 13, 15, 17, 19, 21 y 23.

Y siete accesorias o casas también de piso bajo y principal que dan a la calle Ballet, marcadas con los números: 1, 3, 5, 7, 9, 11 y 13, que forman parte o dependencias del convento, incluidas en el área consignada.

El Vallet, actualmente Ballesteros Villanueva. Colección Javier Sánchez Portas.

Para ejecutar tan complicada partición no se anduvieron con aficionados. Antonia contrató como perito a José Guardiola Picó, arquitecto municipal de Alicante y miembro de la Academia de Nobles Artes de San Fernando; y Petra a Jerónimo Ros Jiménez, de la misma academia y arquitecto municipal de Murcia.

Ambas convinieron ante notario aceptar el veredicto de los citados peritos. Así pues, el 1 de octubre del mismo año llevaron el acuerdo a escritura. (9)

Antonia, aceptó la siguiente fracción del edificio:

A partir del alfeizar derecho de la puerta principal en Los Hostales, las casas números 17, 19, 21 y 23 y doblando la esquina y comprendiéndola, siguiendo por el Ballet, las casas 1, 3 y 5 hasta la pared divisoria, que a esta última casa divide en dos. 

La longitud total de la fachada es de 48,79 m., 22,38 a Hostales, 23,75 a Ballet y el resto chaflán.

Las paredes divisorias, corren desde el alfeizar derecho de la puerta principal, entrando, siguiendo el muro hasta la esquina de la casa de la portería, desde donde toma la dirección a levante por el muro del patio y comprendiendo la cuadra de los civiles, propiedad de Antonia, hasta buscar la señal roja impuesta en la fachada de la casa nº 5 de la calle Ballet, total 527,18 m.

Los gastos de medianía van por cuenta de las dos, y el muro deberá tener el grueso suficiente, todos los huecos que se encuentren en las paredes divisorias, serán tapiados y no podrán abrirse sin el consentimiento de ambas. 

Las aguas pluviales verterán en la propiedad de cada una, no existiendo servidumbres de ninguna especie, entre ambas propiedades.

Fragmento de Antonia sobre plano Google.

Este fragmento corresponde en la actualidad, a la esquina entre Alfonso XIII y Ballesteros Villanueva. Comprende desde la derecha de la entrada de carruajes hasta la peluquería.

El resto, que luego detallaremos, quedó en propiedad de Petra, además del convento de San Agustín, una finca en la localidad de Fortuna y los préstamos.

Convento convertido en parte en plaza de toros, que linda del oriente o frente con la Plaza de San Agustín, derecha o mediodía con el azarbe de las Lavanderas, poniente o espaldas con tierra huerta de Joaquín Posada Morcoso y por el norte o izquierda con la iglesia. Tiene aproximadamente 43 m. de longitud por 41 m. de latitud. Superficie 2.623 m2.

Traseras de Jesús María. Colección Javier Sánchez Portas.

Ya hemos dicho que, tras separarse de su hermana, Petra se asoció con sus tías, casándose en mayo de 1875. La tía Braulia, utilizando el matrimonio de su sobrina como argumento, consideró disuelta la mercantil «Petra Vilar y tías».

Nos consta que las particiones enemistaron a Petra con su hermana y con su tía. El 1 de agosto Braulia testó ante notario, dejando como heredera a su sobrina Antonia. (10)

El 14 de agosto, tan sólo cuatro días después de la disolución de la sociedad «Antonia Vilar y hermana», Braulia otorgó plenos poderes a Antonia sobre todas sus propiedades.

Textualmente quería que la representase en la sociedad que amistosa y familiarmente, estableció con su sobrina Petra y su hermana Feliciana.

El 7 de febrero de 1876 Antonia arrendó el almacén de su ya propio ex-convento de San Gregorio a José Martí de Veles, vecino de Alcira, por cuatro años a razón de 500 pesetas cada uno. (11)

El 6 de marzo establecieron por fin el convenio de disolución de «Petra Vilar y Tías». 

Braulia dijo verse obligada por la imposibilidad de permanecer al frente del establecimiento a causa de su edad y achaques. (12)

Al fondo, los restos del convento de San Gregorio. Colección Javier Sánchez Portas.

Segunda Partición

Valorado el capital en más de 250.000 pesetas, Petra pidió deducir 5.000 del valor asignado al inmueble de San Agustín, por haber sufrido un incendio «el día uno de los corrientes».

No tenemos prensa oriolana de aquellas fechas; pero hemos conseguido la noticia del incendio en «El Constitucional», diario alicantino.

El Constitucional, diario liberal de Alicante. 5 de marzo de 1876. Gracias, Mateo Marco.

El Constitucional. 5 de marzo 1876: Incendio. En la noche del día primero del actual ocurrió un voraz incendio en el edificio del ex-convento de San Agustín de la ciudad de Orihuela.

Las llamas han causado daños de bastante consideración, pues han devorado cerca de mil zarzos destinados a la colocación de los gusanos de seda; algunas barchillas de habas secas, cajones vacíos y varios quintales de cáñamo.

Las autoridades y la guardia civil acudieron al lugar del siniestro, consiguiendo extinguir el incendio después de ocho horas de supremos esfuerzos.

Como ya hemos dicho, la separación no fue nada amistosa. A Braulia la representó el abogado oriolano Vicente Moreno Tovilla. A su sobrina Petra, Teodoro López Aracil, de Aspe.

El maestro de obras de Alicante, Francisco Arques, fue el encargado de efectuar la nueva partición del edificio de la Merced. 

El 12 de mayo, se reunieron ante notario y presentaron inventario con un capital a repartir a razón de casi 80.000 pesetas por cabeza.

A la izquierda, el edificio de los mercedarios. Archivo Alberto Zerón.

Lo que quedaba del edificio de la Merced quedó valorado en 76.410 pesetas. El perito encargado de la nueva división encontró muchas dificultades para repartirlo en igualdad por su figura irregular y anómala.

Hizo dos partes: una valorada en 43.174 adjudicada a Petra; y otra de 33.235 que correspondía a Braulia y Feliciana por mitad. 

Braulia, se hizo cargo de la hipoteca de la Calle Mayor, donde vivían y tenían el comercio, recibiendo a cambio el resto de los créditos escriturados. (13)

Guía comercial 1886.

Ante la desconfianza de Petra, sus tías Braulia y Feliciana hubieron de comprometerse a resarcir lo que pudiese faltar del inventario, pues había pasado el tiempo y sus tías seguían al frente de la tienda vendiendo y comprando géneros inventariados.

El 27 de julio Antonia hizo testamento y tampoco mencionó a su hermana Petra. Se declaró hija de Antonio y Josefa, natural de Orihuela y vecina de Alicante, casada y sin hijos, expresando su deseo de ser enterrada en Orihuela, en el panteón familiar. (14)

A la derecha, el edificio de los mercedarios. Colección Javier Sánchez Portas.

Legó a su hermana Rosario 2.500 pesetas; otras 2.500 a cada una de sus sobrinas; 20.000 pesetas a su marido y el resto a sus tías Braulia y Feliciana, a las que nombró albaceas.

Pero volvamos al edificio de la Merced.

A la izquierda, el edificio de los mercedarios. Colección Javier Sánchez Portas.

Ya hemos citado la parte de Antonia. El resto quedó distribuido de la siguiente forma.

A Petra le correspondió:

Desde la casa de los herederos de Rufino Cascales, hasta el alfeizar izquierdo de la puerta principal, entrando, siguiendo el muro de este lado hasta el que divide al norte el edificio de la iglesia, en el cual se comprenden las casas números 9, 11, 13 y 15, las habitaciones interiores números 10, 12, 13 y 14, la entrada a establecimiento de instrucción primaria, la cochera de Francisco Almodóvar, las habitaciones llamadas Archatas y Tribunal, mitad de los 94, 490 m2 de la entrada, mitad de los 230, 360 m2 de corredores y patio, mitad del pozo y la habitación sobre la entrada, que es parte de la fonda.

Lo adjudicado a la izquierda de la entrada, forma un triángulo y linda a levante con patio y entrada de sus tías, a poniente con casa Rufino Cascales, mediodía calle Hostales y norte con la Merced.

Esta parte es el fragmento de fachada que aunque muy deteriorada, se mantiene en la actualidad; exceptuando el trozo en el que se construyó una casa a finales del XIX.

Fragmento de Petra sobre plano Google.

Y por último, para las tías:

Las casitas que dan a la calle Ballet, desde la pared divisoria de la casa nº 5, dividida en dos, la 7, 9, 11 con su cochera, la 13, la cochera con salida a la plazuela de la Merced, las habitaciones interiores con entrada por la puerta principal de la calle Hostales números 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 20, y la que se conoce con el nombre de Carbonera, mitad de la entrada y mitad de corredores, patio y pozo.

Fragmento de Braulia y Feliciana sobre plano Google.

En la actualidad, desde la casa anexa a la peluquería de la calle Ballesteros Villanueva, hasta el museo de Semana Santa. 

Es fácil distinguir los tres fragmentos, porque están claramente diferenciados en aspecto y altura.

Iglesia de la Merced. Colección Javier Sánchez Portas.

San Gregorio y San Agustín.

A partir de aquí no tenemos sino datos sueltos extraídos de aquí y de allá.

Antonia y su marido, Vicente López Durana se instalaron en Orihuela dedicados plenamente al negocio inmobiliario. 

En septiembre de 1885 Vicente solicitaba permiso, que le fue denegado, para edificar en los terrenos de San Gregorio.

Tras obligarle a presentar los títulos de propiedad, la Comisión de Ornato le acusó de apropiarse de la Alameda que era del común y de destruir la columna y base de su cruz de término. (15)

En 1887 vendía una casa de tres pisos en la calle del colegio; y tras un fallido intento de adquirir el de Alicante, su ciudad natal, compró el «Teatro de la Corredera» en 1896. (16)

Plano fachada Teatro de la Corredera. AMO.

El último documento relativo a esta pareja que hemos encontrado, es la solicitud de obras menores a realizar en el edificio de la Merced, en septiembre de 1902, con el plano adjunto. (17)

Plano fachada del edificio de la Merced. AMO.

A Petra y Ramón no les debieron marchar bien los negocios. El 10 de octubre de 1879 enajenaron San Agustín con pacto de retroventa a cinco años a Mateo Sáenz Ibarra, vecino de Orihuela;  por la cantidad de 10.000 pesetas en oro y plata. (18)

43 m de longitud, 61 m. de latitud, 2.623 m2 de superficie, incluyendo plaza de toros. Oriente o frente: Plaza San Agustín, derecha o mediodía: azarbe lavanderas, poniente o espalda: huerto de Joaquín Posada, y norte o izquierda la iglesia.   

Pero el 14 de noviembre de 1885 hicieron uso de la oferta de retro y recuperaron el edificio por el mismo precio, sin gravámenes ni deudas. (19)

Guía comercial 1886.

En los protocolos de Ramón Amat de la década de 1890  figuran decenas de letras protestadas a nombre de este matrimonio.

Tan sólo en el primer semestre del año 1897, José Balaguer Murcia les protestó  treinta y cinco, aceptadas por la sociedad «Petra Vilar y Ramón Pastor» y endosadas generalmente por empresas de Barcelona. Pero también por acreedores de Madrid, Valencia, Tarrasa, Onteniente, Alicante y Elche.

Colección Javier Sánchez Portas.

La definitiva venta del exconvento de los agustinos, tuvo lugar ante el notario Ramón Amat, el 14 de noviembre de 1887. (20)

El diario de Orihuela. 14 de noviembre 1887: Aunque aún no se ha otorgado la escritura de venta de la vieja Plaza de Toros, puede considerarse como vendida toda vez que el sábado en la noche se dieron cuatro mil reales de señal y se firmó un documento de compromiso de venta.

Según de público se decía ayer, el antiguo exconvento de agustinos ha pasado a ser propiedad de los padres jesuitas por 58.500 reales y con el objeto de construir un edificio para instalar en él el colegio de Jesús y María establecido en la casa-palacio del Sr. Marqués de Lacy.

El periodista acertaba en casi todo. Ese mismo día 14 de noviembre, ante el notario Ramón Amat, tuvo lugar la venta del exconvento de los agustinos convertido en plaza de toros. Pero lo de los jesuitas como propietarios eran falsos rumores.

Ramón Belló Martínez, natural de Novelda y vecino de Orihuela, presbítero con dignidad de Arcipreste de la Catedral, lo adquirió por 14.625 ptas. Había entregado mediante cautela privada 1.000 ptas. pagando el resto en billetes de banco. (21)

Ramón Belló era además Vicario General del obispado y Presidente de la junta diocesana de reparación de templos.

Compró también gran parte del ex-convento de los trinitarios; y presidió la subasta y adjudicación de las obras de restauración de Santa Justa y las Salesas.

Pero esta compra aún reservaba otra sorpresa. En el testamento del religioso, redactado el 19 de enero de 1892, dos días antes de su muerte, aparecía una cláusula que revelaba:

Que el edificio que fue antes convento de San Agustín convertido hoy en colegio de Jesús María, aunque la escritura de dominio aparece a mi favor, no es de mi propiedad sino de la pertenencia de las Señoras Superioras actuales encargadas de esta clase de colegios en España, en cuyo edificio hicieron dichas señoras algunas mejoras por su cuenta y a cuyo favor otorgará la correspondiente escritura de traslación de dominio mi hermano Don Francisco Belló y Martínez, sino lo hubiese yo verificado antes de ocurrir mi defunción, siendo cuenta de dichas señoras el pago de toda clase de deudas que aparezcan contra dicho edificio, y de que yo salí fiador por estar dicho edificio a mi nombre. (22)

Suponemos que el miedo a nuevas desamortizaciones, o quizás las hipotecas establecidas sobre el edificio llevaron a las religiosas a camuflar su compra.

En la cesión de la finca por parte de Francisco Belló y Martínez a favor de Sor María de San Hermenegildo, conocida como Teresa Font y Barberá, Superiora del Colegio de Orihuela, y otras, aparecen reseñadas dos hipotecas por 40.000 pesetas, mucho más que el importe pagado por el propio edificio.

Traseras Colegio de Jesús y María.

Las otras eran Josefa Cors de Manresa, superiora del colegio de San Andrés del Palomar; Teresa Santrés Sala, superiora de Barcelona; Carmen Castel Clemente, superiora de Valencia; y Joaquina Sitjá y Campañá, superiora de Tarragona.

El hecho de que tan sólo diez días después, formalizasen un contrato de venta a favor de Doña Concepción Morell e Iseru y otras señoras, vecinas de San Andrés del Palomar, localidad donde establecieron su primer colegio, refuerza nuestra teoría del temor a aparecer como propietarias del edificio. (23)

Las religiosas, comenzaron su labor docente en el Palacio del marqués de Lacy, en la calle San Juan, el mismo año que Ramón Belló compraba el convento.

Entrada al palacio del marqués de Lacy, al inicio de la calle de San Juan. Colección Javier Sánchez Portas.

Dos años después, en abril de 1889, el arquitecto de la diócesis de Cartagena, Justo Millán, solicitaba desde Murcia permiso para emprender las obras de restauración, y no lo citó como convento de San Agustín, sino ya como Colegio de Jesús y María.

El Diario de Orihuela. 12 de abril 1889: Se leyó una exposición de D. Justo Millán, arquitecto, director de las obras del colegio denominado de Jesús y María, acompañando el plano de la fachada del citado edificio; y el Ayuntamiento acordó aprobarlo y que así se ponga en conocimiento del interesado.

AMO. Sig. D 129 nº 60.

Justo Millán Espinosa. Nacido y muerto en Hellín (1843-1928), era uno de los arquitectos más prestigiosos de la región murciana.

Obtenido el título en la Escuela de Arquitectura de Madrid, ostentó los cargos de Arquitecto Municipal en Hellín; Arquitecto Provincial en Albacete; Académico de Mérito por la Academia de San Fernando; Arquitecto de la Diócesis de Cartagena y Arquitecto Provincial de Murcia.

Entre sus obras está la reconstrucción del Teatro Romea, arrasado por un incendio. También muchos edificios públicos como el Asilo de Ancianos, el Manicomio Provincial, la Cárcel, el Hospital, el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza, la Plaza de Toros de Murcia; en su momento la más grande de España.….

Justo Millán Espinosa (1843-1928). Partida de NacimientoMi agradecimiento a JM Dayas.

Nos pareció extraño que tan prestigioso arquitecto, cuyas obras se circunscriben a Murcia y Albacete, aceptase este trabajo en Orihuela. 

Justo Millán estaba ya entrando en su última etapa, donde aceptó numerosos trabajos de particulares. Debió ser para él un reto transformar una plaza de toros en colegio.

El enlace pudo ser Francisco Belló, hermano mayor de Ramón y su heredero universal. Francisco era canónigo magistral de la Catedral de Murcia y rector del seminario.

Colegio de Jesús María. Colección Javier Sánchez Portas.

Antonio José Mazón Albarracín (Ajomalba) y Jorge Belmonte Bas.

Artículo publicado en 2006. Corregido, adaptado, ampliado e ilustrado.

Notas:

1 Archivo Municipal de Orihuela, (en adelante AMO) Prot. 2065 escritura 1.

2 AMO. Prot. 1874 f. 833.

3 Una casa y tierras en Nestares; una casa en la Mancebería, catorce tahullas en la Senda Molina, géneros variados de comercio: Hilos, sedas, alfileres, almendras, pimienta, azafrán, clavillo, chocolate, canela fina, cacao, azúcar, papel de fumar, plumas, etc…; 43.000 rls. en efectivo; y sobre todo préstamos. La herencia importaba 407.000 rls., de los que se descontó la dote de su esposa 30.000 rls. más el quinto, que ascendió a 75.413 rls. El resto, o sea 377.000 rls. se adjudicó al matrimonio.

4 AMO. Prot. 2223 f. 834.

5 Compuesto por: trece tahúllas de huerta en San Fulgencio valoradas en 1.331 esc.; cuatrocientas veinticinco tahúllas de huerto con casa, parador, noria, pozo y aljibe, en la villa de Fortuna, valoradas en 9.000 esc.; la entrega a cuenta de los tres conventos, 20.000 esc.; 2.824,867 esc. que les adeudaba Fernando López Martínez, vecino de Almoradí; era el resto del precio por el que le enajenaron tres casas de habitación y otra que era posada con su huerto, todo lo cual componía el antiguo convento de Mínimos de Almoradí, cuyos lindes eran las calles Herrero, Camino de Torrevieja y Larramendi, a la que daba la posada; 3.000 esc. que les adeuda otro posadero, Francisco Ferrer Rubio, cuya  posada estaba emplazada en el edificio del convento de la Merced de Orihuela, con una hipoteca de 20 tahúllas; y 3.844,133 escudos en géneros y pequeños créditos.

6 AMO. Prot. 2223 f. 143.

7 Sus lindes eran: Levante San Agustín, poniente plaza de toros, mediodía azarbe Lavanderas y norte la Iglesia. La accesoria tenía dos puertas y ventanas, el piso principal sin ventanas.

8  AMO. Prot. 2228 f. 657.

9 AMO. Prot. 2228 f. 814.

10 AMO. Prot. 2228 f. 639.

11 AMO. Prot. 2229 f. 47. Lindes: P/ Alameda, MD/ Huerto propio de la testamentaría de Glaces, L/ Tierras del marqués de Boil, N/ Capilla 3ª Orden.

12 AMO. Prot. 2229 f. 157.

13 AMO. Prot. 2229 f. 339.

El 12 de mayo, se reunieron ante notario presentando el siguiente inventario: géneros de comercio 87.737.98; fincas Rusticas 23.375; fincas urbanas 98.060.50; obras en C/ Mayor 4.705.25; créditos escriturados 15.576,50; créditos dudosos 12.993.04; créditos costosos 6.312; en metálico 4.450.

Si a esto, le deducimos una hipoteca de 16.764,80 constituida sobre las casas de la Calle Mayor, donde tenían el comercio, quedaba un líquido a repartir de 238.445 pesetas, a razón de 79.481.42 por cabeza. Lo que quedaba del edificio de la Merced se valoró en 76.410,50 pesetas.

El perito encargado de la nueva división, el Sr. Arques, encontró muchas dificultades para repartirlo en igualdad, por su figura irregular y anómala, así que hizo dos partes: una valorada en 43.174, 36, adjudicada a Petra; y otra de 33.235, 64 que correspondía a Braulia y Feliciana por mitad.

El reparto total de los bienes, fue el siguiente: Para Petra: Edificio de San Agustín 9.320 ptas.; parte de la Merced 43.174.36; géneros de comercio 20.542,46; créditos Dudosos 4.331.01; créditos costosos 2.104.

Para Braulia: casas en calle Mayor más obra 14.955.28; parte del edificio de la Merced 16.618.07; tierras en Hurchillo 3.375; casa en Callosa 320; géneros de comercio 33.597,69; créditos escriturados 811,80; créditos dudosos 4.331.01; créditos costosos 2.104; en metálico 3.369.

Para Feliciana: parte del Edificio de la Merced 16.618.07; hacienda en La Matanza 20.000; casa en San Miguel 1.750; géneros de comercio 33.597.79; créditos dudosos 4.331.01; créditos costosos 2.104; en metálico 1.080, 97.

Además, Braulia se hizo cargo de la hipoteca de la calle Mayor, recibiendo a cambio el resto de los créditos escriturados. Petra insistió en descontar las 5000 pesetas que había gastado por el incendio de San Agustín. Sus tías, que habían continuado al frente de la tienda vendiendo y comprando con lo inventariado se comprometieron a resarcir a Petra de lo que pudiese faltar.

14  AMO. Prot. 2229 f. 607.

15  NIETO FERNÁNDEZ, Agustín, Orihuela en sus documentos III, Los Franciscanos en Orihuela y su comarca, siglos XIV-XX, Publicaciones del Instituto Teológico Franciscano, Murcia, 1992, pp. 249-250.

16 GALIANO PÉREZ, Antonio Luis. El Teatro de la Corredera. En «La Lucerna».

17 AMO. Sig. F2 nº 7.

18 AMO. Prot. 2232 f. 858. En los protocolos de Ramón Amat de los años 90, figuran decenas de letras protestadas. Tan solo en el primer semestre del año 1897, José Balaguer Murcia protestó treinta y cinco, aceptadas por la sociedad «Petra Vilar y Ramón Pastor» y endosadas generalmente por empresas de Barcelona; pero también tienen acreedores de Madrid, Valencia, Tarrasa, Onteniente, Alicante y Elche.

19 AMO. Prot. 2321 f. 620.

20  AMO. Prot. 2315 f. 1196. Los lindes son los mismos, salvo que Joaquín Posada aparece como marqués de Sotoaltos.

21 AHO. Prot. 2315 fs. 630, 640, 726 y 896.

22  AMO. Prot. 2355 f. 73.

23 AMO. Prot. 2355 f. 302.