Aportaciones para el estudio de los conventos de La Merced, San Agustín y San Gregorio. Introducción
El presente trabajo pretende, tal y como refleja su título, aportar información al poco estudiado tema de los edificios religiosos desamortizados en Orihuela.
Las memorias del Canónigo Alburquerque relatan como el convento de la Religiosa y Militar Orden de Nuestra Señora de las Mercedes y su iglesia consagrada en el siglo XV, en cuyo solar se encuentra actualmente el museo de la Semana Santa, pasaron a poder del Gobierno entre los llamados Bienes Nacionales, y fueron adquiridos por un rico capitalista de Barcelona llamado Juan Vilaregut, quien pretendía convertirlos en almacén y posada.
Existía en ella (Orihuela), entre otros (conventos), el de la Rl. Y Militar Orden de Nuestra Señora de las Mercedes, cuya iglesia fue consagrada en el siglo XV, y de ella eran patronos la antigua e ilustre familia de los Rocas de Togores, que tiene su sepulcro en el lado del Evangelio bajo de la media naranja.
Suprimido el Convento, cerrada y despojada la iglesia de todos sus altares excepto el mayor, del órgano y demás adornos, pasó al Gobierno entre los llamados bienes nacionales, y bajo tal concepto fue vendida en unión del convento a un rico capitalista de Barcelona, nombrado D. Juan Vilaregut; la iglesia fue convertida en almacén de maderas, y aplicada a otros usos semejantes, y a principios de este año (1846), pensó su nuevo poseedor construir en ella una posada…
Y como la iglesia fue comprada y devuelta al culto por Juan Roca de Togores y Alburquerque en 1846.
El Sr. D. Mariano Roca de Togores y Carrasco abrazó el proyecto (de compra y rehabilitación) con entusiasmo, y comunicado a su padre político Sr. D. Juan Roca de Togores y Alburquerque, este se decidió a comprar por sí solo la iglesia y habilitarla a sus expensas.
Se efectuó la compra por escritura en Madrid, su fecha, 11 de mayo de este año ante el escribano de aquella Villa D. Manuel María de Paz, comprendiéndose la iglesia con la sacristía y un pedazo de descubierto contiguo a ésta, en cantidad de doce mil rs.
Diez años después Juan Vilaregut había muerto y Bibiana González Deghamante, su viuda, en un viaje accidental efectuado el 2 de enero de 1856, aprovechó su estancia en Orihuela apoderando a Julián Espinosa ante el notario Manuel Bosca, para que se encargase de gestionar los múltiples arriendos de tres edificios. (1)
Gracias a esta escritura descubrimos que Vilaregut, además del ya citado convento de la Merced, poseía otros dos: él de San Agustín y el de San Gregorio, edificios que tras sufrir drásticas reformas se habían convertido en casas de alquiler, almacenes, tiendas y posada.
Además, como es sabido, él de los Agustinos se adaptó para albergar una plaza de toros.
Pero las propiedades del fallecido Vilaregut acabaron en una junta de acreedores. Los tres ex-conventos fueron adquiridos por dos oriolanas de origen riojano a las que hemos investigado exhaustivamente a través de numerosos protocolos notariales.
Para comenzar, vamos a remontarnos un poco en el tiempo contando el origen de estas señoras.
La Familia Adalid-Vilar
El 31 de julio de 1812 , ante el notario Julián Fernández, compareció el caballero de estado noble Matías Sorzano, junto a dos testigos, para proceder a la partición de bienes de José Adalid. (2)
Este próspero comerciante había hecho testamento el 5 de septiembre de 1811 «en el crítico estado de la signosa enfermedad epidémica que afligió a los habitantes de esta población, sus huertas y campos», eufemismos usados para no nombrar a la fiebre amarilla, de la que falleció poco después.
José Adalid de Iñigo era originario de La Rioja, concretamente de Nestares de Cameros, localidad inmediata a Torrecilla en Cameros, pueblo natal del Matías Sorzano con cuya esposa estaba emparentado.
De los beneficiarios, a la citada partición sólo acudió el cuñado del finado, Manuel Pablo.
Sus padres, Domingo Adalid y María de Iñigo, y su esposa, Josefa Antonia Adalid, herederos naturales «se ausentaron de la población por la probia causa del contagio que sufría, a el paraje titulado Senda Molina, donde los padres fallecieron».
La misma «febre groga» o fiebre amarilla acabó también con su hermano Domingo, «soltero y desmemoriado». De esta forma, María Adalid de Iñigo, residente en Nestares de Cameros, se convirtió en hija única y heredera universal de los bienes de toda la familia.
Un suculento legado que incluía varias propiedades en Nestares, una casa en la Mancebería, catorce tahúllas en la Senda Molina, 43.000 reales en efectivo, géneros variados de comercio y, sobre todo, préstamos. (3)
Tras descontar el quinto y la dote de su viuda, con la que sólo llevaba un año casado, se adjudicaron al matrimonio formado por los citados María Adalid y Manuel Pablo 377.000 reales, toda una fortuna de la época.
En aquellas fechas la pareja tenía cinco hijos: Leandro, Julián, Josefa, María y Manuela. Las pequeñas, Feliciana y Braulia, llegaron en 1821 y 1825 según consta en el censo oriolano de 1876.
Del matrimonio formado por la hija mayor, Josefa Pablo, y el político liberal oriolano, Antonio Vilar, nacieron nuestras protagonistas, Antonia y Petra Vilar Pablo; y al menos una tercera hermana llamada Rosario.
A pesar de que en el citado censo aparecen nacidas en Orihuela, sus tías Braulia y Feliciana eran oriundas de Nestares de Cameros y permanecieron solteras regentando un comercio textil en la calle Mayor.
Al igual que las sobrinas, gran parte de sus rentas procedían de otro oficio: el de prestamistas.
La Compra.
A la muerte de su padre, Antonia y Petra Vilar Pablo reunieron sus caudales acordando en privado establecer una sociedad mercantil con el objeto de emplearlos en la compra de géneros textiles, fincas rústicas y urbanas.
Y, por supuesto, en préstamos a ser posible con hipoteca, el mejor modo de enriquecerse.
Durante la década de 1866 a 1876, en los protocolos de Ramón Roca, encontramos múltiples escrituras de obligación, poderes, compras y ventas de fincas protagonizadas por estas señoras.
Concretamente en 1868, las hermanas Vilar Pablo realizaban la operación que nos interesa acudiendo al concurso de acreedores del fallecido Juan Vilaregut y comprando a su viuda los tres conventos citados por 48.000 escudos (120.000 pesetas).
Entregaron 20.000 a cuenta firmando la escritura ante el notario de Barcelona Miguel Martí Saguita, el 28 de julio de 1869.
¿Cómo conocían a Vilaregut? No podemos asegurarlo.
Lo cierto es que su padre, Antonio Vilar, regidor liberal del Ayuntamiento oriolano durante la primera Guerra Carlista, fue el autor de la primera solicitud para instalar una plaza de toros en el convento de San Agustín; inicialmente con fines benéficos.
Las dos hermanas continuaron juntas en los negocios hasta que, el 25 de Junio de 1870, ante el notario Ramón Roca, Antonia y Petra Vilar decidieron poner fin a la próspera sociedad llamada «Antonia Vilar y hermana». (4)
Antonia estaba a punto de contraer matrimonio con un sombrerero alicantino llamado Vicente López Durana y pensaba marcharse a vivir a Alicante.
Formados los inventarios, resultó un capital a repartir de 40.000 escudos (100.000 pesetas) que pertenecían a ambas por mitad. (5)
Como ya hemos dicho, Antonia pensaba ausentarse de la ciudad. Así pues, la sociedad quedó en manos de Petra con las siguientes condiciones:
Antonia quedaba libre de toda responsabilidad desde ese mismo día, ante la ley y el código de comercio, asumiendo Petra todo el poder y obligándose a pagar los 28.000 escudos que faltaban por entregar del precio de los tres conventos.
La parte de Antonia, 20.000 escudos, quedaba consignada en los tres edificios, por los que recibiría un 5% anual desde el día de su boda.
Pudimos comprobar que la actividad mercantil de las hermanas Vilar relacionada con los ex-conventos se mantuvo con normalidad.
El 31 de marzo, tres meses antes de la disolución, arrendaron por cinco años a Francisco García Lucas un almacén, «el cual era parte del edificio que fue convento de San Gregorio», a razón de 200 escudos por año. (6)
Situado a las afueras de la Barrera del Matadero, en la alameda de su nombre, linda a levante con huerto propio, a poniente con camino a Hurchillo, mediodía con portería del convento y norte con la capilla de la tercera orden de San Francisco, con callizo en medio. Tiene 6 ventanas con reja y una sin ella, puerta principal y 3 interiores, todas con cerrojo, llave y picaporte.
Y una accesoria marcada con el número uno, perteneciente al edificio que fue convento de agustinos, por 140 escudos al año.
Este local tenía un piso superior en el que pensaban criar capullos de seda; y una puerta por la que se accedía a la plaza de toros. Por ese motivo, el contrato incluía la obligación de entregar las llaves los días de corrida o función. (7)
Primera Partición.
Antonia se casó en julio de 1870, empadronándose en la ciudad de Alicante.
Ese mismo año Petra, sospechamos que por falta de liquidez para hacer frente a los 28.000 escudos que debían, se asoció también de manera privada con sus tías Braulia y Feliciana; y formaron la mercantil «Petra Vilar y tías», cuya finalidad era la compraventa de géneros del país y extranjero, lencería, sedería y otros.
El 13 de mayo de 1875 Petra contrajo también matrimonio. Se casó con Ramón Pastor Crespo, factor de comercio y vecino de Orihuela.
Tres meses después, el 10 de agosto, Antonia y Petra decidieron dividir sus propiedades ya descritas anteriormente. Cada una había de recibir 50.000 pesetas (10.000 escudos de 1870), a las que añadieron 5.555,50, mitad del importe de las obras realizadas en el acondicionamiento del que fue convento de mercedarios. (8)
Antonia, se quedó con el de San Gregorio, valorado en 12.812 pesetas:
En la alameda del mismo nombre, que linda a poniente o frente con dicha alameda, mediodía o izquierda con tierra huerta propia, Oriente o espaldas con tierras del marqués de Boil, y norte o derecha con la capilla de la hermandad titulada 3ª orden de San Francisco.
Haciendo constar que en el edificio y a la parte de la alameda, hay construidas 6 casitas de planta baja o accesorias, señaladas con los números 34, 35, 36, 37, 38 y 39, que forman parte del edificio y van comprendidas en sus lindes.
Más un trozo segregado del edificio más valioso, el de la Merced.
Situado en la calle de Los Hostales, que mide 52,30 m. de longitud y 50,80 m. de latitud, formando una superficie de 2.653 m2 con 74 cm., cuyo frente que es la parte de mediodía, linda con la ya referida calle.
Por la derecha o poniente con casa de los herederos de Rufino Cascales, por la izquierda o levante con la calle del Ballet; y por detrás o norte con la iglesia del expresado convento, en cuyo edificio existen nueve accesorias o casas de piso bajo y principal, que dan a la calle de Los Hostales, señaladas con los números de policía: 7, 9, 11, 13, 15, 17, 19, 21 y 23.
Y siete accesorias o casas también de piso bajo y principal que dan a la calle Ballet, marcadas con los números: 1, 3, 5, 7, 9, 11 y 13, que forman parte o dependencias del convento, incluidas en el área consignada.
Para ejecutar tan complicada partición no se anduvieron con aficionados. Antonia contrató como perito a José Guardiola Picó, arquitecto municipal de Alicante y miembro de la Academia de Nobles Artes de San Fernando; y Petra a Jerónimo Ros Jiménez, de la misma academia y arquitecto municipal de Murcia.
Ambas convinieron ante notario aceptar el veredicto de los citados peritos. Así pues, el 1 de octubre del mismo año llevaron el acuerdo a escritura. (9)
Antonia, aceptó la siguiente fracción del edificio:
A partir del alfeizar derecho de la puerta principal en Los Hostales, las casas números 17, 19, 21 y 23 y doblando la esquina y comprendiéndola, siguiendo por el Ballet, las casas 1, 3 y 5 hasta la pared divisoria, que a esta última casa divide en dos.
La longitud total de la fachada es de 48,79 m., 22,38 a Hostales, 23,75 a Ballet y el resto chaflán.
Las paredes divisorias, corren desde el alfeizar derecho de la puerta principal, entrando, siguiendo el muro hasta la esquina de la casa de la portería, desde donde toma la dirección a levante por el muro del patio y comprendiendo la cuadra de los civiles, propiedad de Antonia, hasta buscar la señal roja impuesta en la fachada de la casa nº 5 de la calle Ballet, total 527,18 m.
Los gastos de medianía van por cuenta de las dos, y el muro deberá tener el grueso suficiente, todos los huecos que se encuentren en las paredes divisorias, serán tapiados y no podrán abrirse sin el consentimiento de ambas.
Las aguas pluviales verterán en la propiedad de cada una, no existiendo servidumbres de ninguna especie, entre ambas propiedades.
Este fragmento corresponde en la actualidad, a la esquina entre Alfonso XIII y Ballesteros Villanueva. Comprende desde la derecha de la entrada de carruajes hasta la peluquería.
El resto, que luego detallaremos, quedó en propiedad de Petra, además del convento de San Agustín, una finca en la localidad de Fortuna y los préstamos.
Convento convertido en parte en plaza de toros, que linda del oriente o frente con la Plaza de San Agustín, derecha o mediodía con el azarbe de las Lavanderas, poniente o espaldas con tierra huerta de Joaquín Posada Morcoso y por el norte o izquierda con la iglesia. Tiene aproximadamente 43 m. de longitud por 41 m. de latitud. Superficie 2.623 m2.
Ya hemos dicho que, tras separarse de su hermana, Petra se asoció con sus tías, casándose en mayo de 1875. La tía Braulia, utilizando el matrimonio de su sobrina como argumento, consideró disuelta la mercantil «Petra Vilar y tías».
Nos consta que las particiones enemistaron a Petra con su hermana y con su tía. El 1 de agosto Braulia testó ante notario, dejando como heredera a su sobrina Antonia. (10)
El 14 de agosto, tan sólo cuatro días después de la disolución de la sociedad «Antonia Vilar y hermana», Braulia otorgó plenos poderes a Antonia sobre todas sus propiedades.
Textualmente quería que la representase en la sociedad que amistosa y familiarmente, estableció con su sobrina Petra y su hermana Feliciana.
El 7 de febrero de 1876 Antonia arrendó el almacén de su ya propio ex-convento de San Gregorio a José Martí de Veles, vecino de Alcira, por cuatro años a razón de 500 pesetas cada uno. (11)
El 6 de marzo establecieron por fin el convenio de disolución de «Petra Vilar y Tías».
Braulia dijo verse obligada por la imposibilidad de permanecer al frente del establecimiento a causa de su edad y achaques. (12)
Segunda Partición
Valorado el capital en más de 250.000 pesetas, Petra pidió deducir 5.000 del valor asignado al inmueble de San Agustín, por haber sufrido un incendio «el día uno de los corrientes».
No tenemos prensa oriolana de aquellas fechas; pero hemos conseguido la noticia del incendio en «El Constitucional», diario alicantino.
El Constitucional. 5 de marzo 1876: Incendio. En la noche del día primero del actual ocurrió un voraz incendio en el edificio del ex-convento de San Agustín de la ciudad de Orihuela.
Las llamas han causado daños de bastante consideración, pues han devorado cerca de mil zarzos destinados a la colocación de los gusanos de seda; algunas barchillas de habas secas, cajones vacíos y varios quintales de cáñamo.
Las autoridades y la guardia civil acudieron al lugar del siniestro, consiguiendo extinguir el incendio después de ocho horas de supremos esfuerzos.
Como ya hemos dicho, la separación no fue nada amistosa. A Braulia la representó el abogado oriolano Vicente Moreno Tovilla. A su sobrina Petra, Teodoro López Aracil, de Aspe.
El maestro de obras de Alicante, Francisco Arques, fue el encargado de efectuar la nueva partición del edificio de la Merced.
El 12 de mayo, se reunieron ante notario y presentaron inventario con un capital a repartir a razón de casi 80.000 pesetas por cabeza.
Lo que quedaba del edificio de la Merced quedó valorado en 76.410 pesetas. El perito encargado de la nueva división encontró muchas dificultades para repartirlo en igualdad por su figura irregular y anómala.
Hizo dos partes: una valorada en 43.174 adjudicada a Petra; y otra de 33.235 que correspondía a Braulia y Feliciana por mitad.
Braulia, se hizo cargo de la hipoteca de la Calle Mayor, donde vivían y tenían el comercio, recibiendo a cambio el resto de los créditos escriturados. (13)
Ante la desconfianza de Petra, sus tías Braulia y Feliciana hubieron de comprometerse a resarcir lo que pudiese faltar del inventario, pues había pasado el tiempo y sus tías seguían al frente de la tienda vendiendo y comprando géneros inventariados.
El 27 de julio Antonia hizo testamento y tampoco mencionó a su hermana Petra. Se declaró hija de Antonio y Josefa, natural de Orihuela y vecina de Alicante, casada y sin hijos, expresando su deseo de ser enterrada en Orihuela, en el panteón familiar. (14)
Legó a su hermana Rosario 2.500 pesetas; otras 2.500 a cada una de sus sobrinas; 20.000 pesetas a su marido y el resto a sus tías Braulia y Feliciana, a las que nombró albaceas.
Pero volvamos al edificio de la Merced.
Ya hemos citado la parte de Antonia. El resto quedó distribuido de la siguiente forma.
A Petra le correspondió:
Desde la casa de los herederos de Rufino Cascales, hasta el alfeizar izquierdo de la puerta principal, entrando, siguiendo el muro de este lado hasta el que divide al norte el edificio de la iglesia, en el cual se comprenden las casas números 9, 11, 13 y 15, las habitaciones interiores números 10, 12, 13 y 14, la entrada a establecimiento de instrucción primaria, la cochera de Francisco Almodóvar, las habitaciones llamadas Archatas y Tribunal, mitad de los 94, 490 m2 de la entrada, mitad de los 230, 360 m2 de corredores y patio, mitad del pozo y la habitación sobre la entrada, que es parte de la fonda.
Lo adjudicado a la izquierda de la entrada, forma un triángulo y linda a levante con patio y entrada de sus tías, a poniente con casa Rufino Cascales, mediodía calle Hostales y norte con la Merced.
Esta parte es el fragmento de fachada que aunque muy deteriorada, se mantiene en la actualidad; exceptuando el trozo en el que se construyó una casa a finales del XIX.
Y por último, para las tías:
Las casitas que dan a la calle Ballet, desde la pared divisoria de la casa nº 5, dividida en dos, la 7, 9, 11 con su cochera, la 13, la cochera con salida a la plazuela de la Merced, las habitaciones interiores con entrada por la puerta principal de la calle Hostales números 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 20, y la que se conoce con el nombre de Carbonera, mitad de la entrada y mitad de corredores, patio y pozo.
En la actualidad, desde la casa anexa a la peluquería de la calle Ballesteros Villanueva, hasta el museo de Semana Santa.
Es fácil distinguir los tres fragmentos, porque están claramente diferenciados en aspecto y altura.
San Gregorio y San Agustín.
A partir de aquí no tenemos sino datos sueltos extraídos de aquí y de allá.
Antonia y su marido, Vicente López Durana se instalaron en Orihuela dedicados plenamente al negocio inmobiliario.
En septiembre de 1885 Vicente solicitaba permiso, que le fue denegado, para edificar en los terrenos de San Gregorio.
Tras obligarle a presentar los títulos de propiedad, la Comisión de Ornato le acusó de apropiarse de la Alameda que era del común y de destruir la columna y base de su cruz de término. (15)
En 1887 vendía una casa de tres pisos en la calle del colegio; y tras un fallido intento de adquirir el de Alicante, su ciudad natal, compró el «Teatro de la Corredera» en 1896. (16)
El último documento relativo a esta pareja que hemos encontrado, es la solicitud de obras menores a realizar en el edificio de la Merced, en septiembre de 1902, con el plano adjunto. (17)
A Petra y Ramón no les debieron marchar bien los negocios. El 10 de octubre de 1879 enajenaron San Agustín con pacto de retroventa a cinco años a Mateo Sáenz Ibarra, vecino de Orihuela; por la cantidad de 10.000 pesetas en oro y plata. (18)
43 m de longitud, 61 m. de latitud, 2.623 m2 de superficie, incluyendo plaza de toros. Oriente o frente: Plaza San Agustín, derecha o mediodía: azarbe lavanderas, poniente o espalda: huerto de Joaquín Posada, y norte o izquierda la iglesia.
Pero el 14 de noviembre de 1885 hicieron uso de la oferta de retro y recuperaron el edificio por el mismo precio, sin gravámenes ni deudas. (19)
En los protocolos de Ramón Amat de la década de 1890 figuran decenas de letras protestadas a nombre de este matrimonio.
Tan sólo en el primer semestre del año 1897, José Balaguer Murcia les protestó treinta y cinco, aceptadas por la sociedad «Petra Vilar y Ramón Pastor» y endosadas generalmente por empresas de Barcelona. Pero también por acreedores de Madrid, Valencia, Tarrasa, Onteniente, Alicante y Elche.
La definitiva venta del exconvento de los agustinos, tuvo lugar ante el notario Ramón Amat, el 14 de noviembre de 1887. (20)
El diario de Orihuela. 14 de noviembre 1887: Aunque aún no se ha otorgado la escritura de venta de la vieja Plaza de Toros, puede considerarse como vendida toda vez que el sábado en la noche se dieron cuatro mil reales de señal y se firmó un documento de compromiso de venta.
Según de público se decía ayer, el antiguo exconvento de agustinos ha pasado a ser propiedad de los padres jesuitas por 58.500 reales y con el objeto de construir un edificio para instalar en él el colegio de Jesús y María establecido en la casa-palacio del Sr. Marqués de Lacy.
El periodista acertaba en casi todo. Ese mismo día 14 de noviembre, ante el notario Ramón Amat, tuvo lugar la venta del exconvento de los agustinos convertido en plaza de toros. Pero lo de los jesuitas como propietarios eran falsos rumores.
Ramón Belló Martínez, natural de Novelda y vecino de Orihuela, presbítero con dignidad de Arcipreste de la Catedral, lo adquirió por 14.625 ptas. Había entregado mediante cautela privada 1.000 ptas. pagando el resto en billetes de banco. (21)
Ramón Belló era además Vicario General del obispado y Presidente de la junta diocesana de reparación de templos.
Compró también gran parte del ex-convento de los trinitarios; y presidió la subasta y adjudicación de las obras de restauración de Santa Justa y las Salesas.
Pero esta compra aún reservaba otra sorpresa. En el testamento del religioso, redactado el 19 de enero de 1892, dos días antes de su muerte, aparecía una cláusula que revelaba:
Que el edificio que fue antes convento de San Agustín convertido hoy en colegio de Jesús María, aunque la escritura de dominio aparece a mi favor, no es de mi propiedad sino de la pertenencia de las Señoras Superioras actuales encargadas de esta clase de colegios en España, en cuyo edificio hicieron dichas señoras algunas mejoras por su cuenta y a cuyo favor otorgará la correspondiente escritura de traslación de dominio mi hermano Don Francisco Belló y Martínez, sino lo hubiese yo verificado antes de ocurrir mi defunción, siendo cuenta de dichas señoras el pago de toda clase de deudas que aparezcan contra dicho edificio, y de que yo salí fiador por estar dicho edificio a mi nombre. (22)
Suponemos que el miedo a nuevas desamortizaciones, o quizás las hipotecas establecidas sobre el edificio llevaron a las religiosas a camuflar su compra.
En la cesión de la finca por parte de Francisco Belló y Martínez a favor de Sor María de San Hermenegildo, conocida como Teresa Font y Barberá, Superiora del Colegio de Orihuela, y otras, aparecen reseñadas dos hipotecas por 40.000 pesetas, mucho más que el importe pagado por el propio edificio.
Las otras eran Josefa Cors de Manresa, superiora del colegio de San Andrés del Palomar; Teresa Santrés Sala, superiora de Barcelona; Carmen Castel Clemente, superiora de Valencia; y Joaquina Sitjá y Campañá, superiora de Tarragona.
El hecho de que tan sólo diez días después, formalizasen un contrato de venta a favor de Doña Concepción Morell e Iseru y otras señoras, vecinas de San Andrés del Palomar, localidad donde establecieron su primer colegio, refuerza nuestra teoría del temor a aparecer como propietarias del edificio. (23)
Las religiosas, comenzaron su labor docente en el Palacio del marqués de Lacy, en la calle San Juan, el mismo año que Ramón Belló compraba el convento.
Dos años después, en abril de 1889, el arquitecto de la diócesis de Cartagena, Justo Millán, solicitaba desde Murcia permiso para emprender las obras de restauración, y no lo citó como convento de San Agustín, sino ya como Colegio de Jesús y María.
El Diario de Orihuela. 12 de abril 1889: Se leyó una exposición de D. Justo Millán, arquitecto, director de las obras del colegio denominado de Jesús y María, acompañando el plano de la fachada del citado edificio; y el Ayuntamiento acordó aprobarlo y que así se ponga en conocimiento del interesado.
Justo Millán Espinosa. Nacido y muerto en Hellín (1843-1928), era uno de los arquitectos más prestigiosos de la región murciana.
Obtenido el título en la Escuela de Arquitectura de Madrid, ostentó los cargos de Arquitecto Municipal en Hellín; Arquitecto Provincial en Albacete; Académico de Mérito por la Academia de San Fernando; Arquitecto de la Diócesis de Cartagena y Arquitecto Provincial de Murcia.
Entre sus obras está la reconstrucción del Teatro Romea, arrasado por un incendio. También muchos edificios públicos como el Asilo de Ancianos, el Manicomio Provincial, la Cárcel, el Hospital, el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza, la Plaza de Toros de Murcia; en su momento la más grande de España.….
Nos pareció extraño que tan prestigioso arquitecto, cuyas obras se circunscriben a Murcia y Albacete, aceptase este trabajo en Orihuela.
Justo Millán estaba ya entrando en su última etapa, donde aceptó numerosos trabajos de particulares. Debió ser para él un reto transformar una plaza de toros en colegio.
El enlace pudo ser Francisco Belló, hermano mayor de Ramón y su heredero universal. Francisco era canónigo magistral de la Catedral de Murcia y rector del seminario.
Antonio José Mazón Albarracín (Ajomalba) y Jorge Belmonte Bas.
Artículo publicado en 2006. Corregido, adaptado, ampliado e ilustrado.
Notas:
1 Archivo Municipal de Orihuela, (en adelante AMO) Prot. 2065 escritura 1.
2 AMO. Prot. 1874 f. 833.
3 Una casa y tierras en Nestares; una casa en la Mancebería, catorce tahullas en la Senda Molina, géneros variados de comercio: Hilos, sedas, alfileres, almendras, pimienta, azafrán, clavillo, chocolate, canela fina, cacao, azúcar, papel de fumar, plumas, etc…; 43.000 rls. en efectivo; y sobre todo préstamos. La herencia importaba 407.000 rls., de los que se descontó la dote de su esposa 30.000 rls. más el quinto, que ascendió a 75.413 rls. El resto, o sea 377.000 rls. se adjudicó al matrimonio.
4 AMO. Prot. 2223 f. 834.
5 Compuesto por: trece tahúllas de huerta en San Fulgencio valoradas en 1.331 esc.; cuatrocientas veinticinco tahúllas de huerto con casa, parador, noria, pozo y aljibe, en la villa de Fortuna, valoradas en 9.000 esc.; la entrega a cuenta de los tres conventos, 20.000 esc.; 2.824,867 esc. que les adeudaba Fernando López Martínez, vecino de Almoradí; era el resto del precio por el que le enajenaron tres casas de habitación y otra que era posada con su huerto, todo lo cual componía el antiguo convento de Mínimos de Almoradí, cuyos lindes eran las calles Herrero, Camino de Torrevieja y Larramendi, a la que daba la posada; 3.000 esc. que les adeuda otro posadero, Francisco Ferrer Rubio, cuya posada estaba emplazada en el edificio del convento de la Merced de Orihuela, con una hipoteca de 20 tahúllas; y 3.844,133 escudos en géneros y pequeños créditos.
6 AMO. Prot. 2223 f. 143.
7 Sus lindes eran: Levante San Agustín, poniente plaza de toros, mediodía azarbe Lavanderas y norte la Iglesia. La accesoria tenía dos puertas y ventanas, el piso principal sin ventanas.
8 AMO. Prot. 2228 f. 657.
9 AMO. Prot. 2228 f. 814.
10 AMO. Prot. 2228 f. 639.
11 AMO. Prot. 2229 f. 47. Lindes: P/ Alameda, MD/ Huerto propio de la testamentaría de Glaces, L/ Tierras del marqués de Boil, N/ Capilla 3ª Orden.
12 AMO. Prot. 2229 f. 157.
13 AMO. Prot. 2229 f. 339.
El 12 de mayo, se reunieron ante notario presentando el siguiente inventario: géneros de comercio 87.737.98; fincas Rusticas 23.375; fincas urbanas 98.060.50; obras en C/ Mayor 4.705.25; créditos escriturados 15.576,50; créditos dudosos 12.993.04; créditos costosos 6.312; en metálico 4.450.
Si a esto, le deducimos una hipoteca de 16.764,80 constituida sobre las casas de la Calle Mayor, donde tenían el comercio, quedaba un líquido a repartir de 238.445 pesetas, a razón de 79.481.42 por cabeza. Lo que quedaba del edificio de la Merced se valoró en 76.410,50 pesetas.
El perito encargado de la nueva división, el Sr. Arques, encontró muchas dificultades para repartirlo en igualdad, por su figura irregular y anómala, así que hizo dos partes: una valorada en 43.174, 36, adjudicada a Petra; y otra de 33.235, 64 que correspondía a Braulia y Feliciana por mitad.
El reparto total de los bienes, fue el siguiente: Para Petra: Edificio de San Agustín 9.320 ptas.; parte de la Merced 43.174.36; géneros de comercio 20.542,46; créditos Dudosos 4.331.01; créditos costosos 2.104.
Para Braulia: casas en calle Mayor más obra 14.955.28; parte del edificio de la Merced 16.618.07; tierras en Hurchillo 3.375; casa en Callosa 320; géneros de comercio 33.597,69; créditos escriturados 811,80; créditos dudosos 4.331.01; créditos costosos 2.104; en metálico 3.369.
Para Feliciana: parte del Edificio de la Merced 16.618.07; hacienda en La Matanza 20.000; casa en San Miguel 1.750; géneros de comercio 33.597.79; créditos dudosos 4.331.01; créditos costosos 2.104; en metálico 1.080, 97.
Además, Braulia se hizo cargo de la hipoteca de la calle Mayor, recibiendo a cambio el resto de los créditos escriturados. Petra insistió en descontar las 5000 pesetas que había gastado por el incendio de San Agustín. Sus tías, que habían continuado al frente de la tienda vendiendo y comprando con lo inventariado se comprometieron a resarcir a Petra de lo que pudiese faltar.
14 AMO. Prot. 2229 f. 607.
15 NIETO FERNÁNDEZ, Agustín, Orihuela en sus documentos III, Los Franciscanos en Orihuela y su comarca, siglos XIV-XX, Publicaciones del Instituto Teológico Franciscano, Murcia, 1992, pp. 249-250.
16 GALIANO PÉREZ, Antonio Luis. El Teatro de la Corredera. En «La Lucerna».
17 AMO. Sig. F2 nº 7.
18 AMO. Prot. 2232 f. 858. En los protocolos de Ramón Amat de los años 90, figuran decenas de letras protestadas. Tan solo en el primer semestre del año 1897, José Balaguer Murcia protestó treinta y cinco, aceptadas por la sociedad «Petra Vilar y Ramón Pastor» y endosadas generalmente por empresas de Barcelona; pero también tienen acreedores de Madrid, Valencia, Tarrasa, Onteniente, Alicante y Elche.
19 AMO. Prot. 2321 f. 620.
20 AMO. Prot. 2315 f. 1196. Los lindes son los mismos, salvo que Joaquín Posada aparece como marqués de Sotoaltos.
21 AHO. Prot. 2315 fs. 630, 640, 726 y 896.
22 AMO. Prot. 2355 f. 73.
23 AMO. Prot. 2355 f. 302.