De Tudmir a Oriola 55.
Despedimos a quien ha sido desencadenante y protagonista de esta serie. Hoy viajamos a Valencia, seis días antes de las calendas de agosto del año de Nuestro Señor de 1276 para escuchar las últimas palabras del mítico Jaime I el Conquistador.
Nuestro Señor nos ha favorecido muy particularmente en este mundo. Mucho más que a todos nuestros enemigos; ha permitido que reinase en su servicio más de 60 años. No hay memoria de que los hubiese reinado ningún otro desde David o Salomón.
Renuncio al reino en favor de mi hijo Pedro instituyéndolo como mi heredero universal en todas nuestras tierras. Le pido que sea devoto de la Santa Iglesia y se gane el afecto y el amor de sus súbditos.
Que ame y honre a su hermano carnal, el infante Jaime, a quien he determinado la herencia para evitar disputas. Que continúe la guerra con vigor y que eche del reino a los moros que tan traidoramente se han comportado con Nos repetidamente.
Ordeno a Jaime que ame a Pedro y le obedezca como hermano mayor. Pido ser enterrado de momento en Santa María de Alcira o de Valencia. Y terminada la guerra, que nos conduzcan a Santa María del Poblet, donde dejamos ordenado que nos sepulten.
Y así, el noble Jaime, por la gracia de Dios rey de Aragón, de Mallorca y de Valencia; Conde de Barcelona, de Urgel y Señor de Mompelier; falleció en la ciudad de Valencia en el verano de 1276, treinta y siete años después de haberla conquistado.