De convento de San Agustín a colegio de Jesús María pasando por Plaza de Toros.
El convento de San Agustín.
El actual colegio de Jesús María en Orihuela fue, hasta principios del siglo XIX, un convento dedicado a San Agustín y Nuestra Señora de Gracia.
Los agustinos pertenecen a la orden mendicante fundada a mediados del siglo XIII por el Papa Inocencio IV bajo la regla de San Agustín de Hipona.
La fecha y circunstancias de su llegada a Orihuela varían según el cronista escogido; pero los documentos nos indican que, la construcción inicial, se remonta a finales del siglo XIV con un edificio de mala calidad.
Esta circunstancia queda demostrada cuando, en 1400, el prior solicitó ayuda a la Ciudad para evitar que los muros se les viniesen encima y el Consell les concedió cincuenta florines y autorización para pedir limosna por sus calles.
El paupérrimo cenobio, fue reedificado por completo en la segunda mitad del siglo XV al mismo tiempo que se levantaba la primitiva iglesia, sufriendo de nuevo obras de consideración un siglo después.
Por esas fechas sólo albergaba a quince frailes; pero en la centuria posterior la comunidad aumentó a treinta y ocho religiosos según consta en el censo de Aranda.
En 1802 emprendieron obras de reparación general; o más bien de de reconstrucción; pero el proyecto quedó frustrado al comenzar la Guerra de la Independencia, dejando la fachada interrumpida en el segundo piso.
Tras la exclaustración de los frailes en 1835, el exconvento fue vendido a Juan Vilaregut junto a los de la Merced y San Gregorio.
En 1845, transformado en viviendas de alquiler, se le adosó unas gradas y un coso de madera para servir de plaza de toros hasta el año 1884.
En el artículo «Aportaciones para el estudio de tres conventos» cuento como, en 1868, las hermanas Vilar Pablo compraron a Bibiana González, viuda de Juan Vilaregut, los edificios expropiados a mercedarios, agustinos y franciscanos alcantarinos por 48.000 escudos.
Pinchando la siguiente imagen se accede a dicho artículo.
Lo cierto es que el exconvento de San Agustín quedó en propiedad de Petra Vilar en el año 1875; enajenándolo el 10 de octubre de 1879 con un pacto de retroventa.
Y que el 14 de noviembre de 1885 hizo uso de dicha oferta de retro, recuperando el edificio por la misma cantidad.
En cuanto a la iglesia, de finales del XVIII, estaba mutilada por el terremoto de 1829 que derribó una de sus torres y la otra tuvo que ser rebajada.
Parece mentira que casi siglo y medio después del siguiente artículo aún se mantenga en pie a pesar del abandono. Está publicado en el año que llegaron las monjas:
La Crónica. 24 de marzo 1887: La iglesia de San Agustín de esta ciudad es una de esas obras monumentales que debidas al talento y piedad de nuestros padres, debe conservarse a toda costa ya se considere como edificio artístico, o ya se atienda al sagrado objeto de su destino, o ya finalmente se mire el inmenso servicio que presta.
Considerada como monumento arquitectónico la iglesia de San Agustín es una joya del arte, cuyo mérito extraordinario nadie puede negar, y de ahí el que toda Orihuela esté interesada en conservar lo poco que aún le queda de sus pasadas glorias, y de su antiguo esplendor.
La iglesia de San Agustín es un magnífico templo de orden compuesto, cuyo plano mide 980 metros cuadrados, y consta, de tres naves, dos laterales de 5,17 y 14 metros de ancha y alta respectivamente cada una, y otra central de 22 metros de alta por 9,10 de ancha.
La cúpula, o media naranja, es de una construcción atrevida, alcanzando la respetable altura de 30 metros aproximadamente, y 12 de diámetro en su arranque, coronando majestuosamente el ábside de la iglesia, y dando luz a su hermoso crucero.
La elegancia de sus arcos; la valentía de sus bóvedas; la esbeltez de sus columnas; la belleza de sus capiteles y cornisas, la riqueza de sus detalles y el mérito de su conjunto, hacen realmente de la iglesia en cuestión un verdadero monumento, digno por todos conceptos de que el gobierno de la nación, el pueblo de Orihuela y los verdaderos amantes del arte, no permitan jamás que la destructora piqueta del tiempo, y la culpable incuria del hombre lleven a cabo su destrucción y ruina…
La iglesia de San Agustín de Orihuela necesita de una gran reparación; reparémosla pues y seamos dignos de nosotros mismos.
El colegio de Jesús María.
La primera vez que se menciona en prensa oriolana a las religiosas de Jesús-María es en el verano de 1886.
La Crónica. 24 de junio 1886: El viernes próximo pasado salió de esta ciudad para Alicante, Valencia y Barcelona, la distinguida y bella señorita doña María Aguilar Gómez, que va a Cataluña a ingresar en el noviciado del colegio de Jesús-María establecido en S. Andrés de Palomar, siendo acompañada hasta esta estación por un corto número de personas de su inmediato parentesco y particular amistad que supieron a tiempo su precipitada marcha y pudieron darle así esa última prueba de cariño.
Se trataba de una congregación de «Espiritualidad Ignaciana» fundada en Francia y extendida por España en la segunda mitad del XIX:
Un año después empezó a cuajar la idea de fundar uno de sus colegios en Orihuela.
La Crónica. 10 de marzo 1887: Parece ser que se va acentuando la idea de fundar en esta ciudad un colegio de señoritas dirigido por religiosas de Jesús María, y al efecto, sabemos que una comisión de señoras compuesta de doña Josefa Bofill, doña Encarnación Meseguer, doña María Hernández, doña Dolores Cirer, doña Benilde Jofré, y doña Elvira Aguilar, conferenció ayer con el Ilmo. Sr. Obispo de esta diócesis, explicándole el laudable pensamiento, solicitando su aprobación y rogándole les prestase su valioso apoyo.
Nuestro sabio y dignísimo Prelado recibió a las citadas damas con la finura y amabilidad que tanto le caracterizan, aplaudió sin reservas la idea, y ofreció incondicionalmente a las iniciadoras cuanto tiene, puede y vale.
Por recomendación de dicho señor Obispo, la referida comisión pasó a Santo Domingo para notificar al señor Rector de ese colegio, lo que se trataba de hacer, y excitar su reconocido celo en pro de esa fundación, no pudiéndose verificar la conferencia deseada, por hallarse el Rector muy ocupado en aquel momento, quedando no obstante en ponerse hoy a disposición de las señoras para tratar el asunto con el detenimiento que merece, teniendo nosotros la convicción de que, esa nueva conferencia ha de dar grandes resultados para la realización del proyecto, que deseamos sea pronto un hecho práctico, para honra y provecho de Orihuela, siendo por lo tanto muy posible que pronto contemos en esta Ciudad con un nuevo centro de moralidad e instrucción.
La Crónica, 21 de abril 1887: Procedentes de Cataluña, llegaron ayer a esta ciudad en el último tren de la tarde dos monjas de Jesús María que traen el propósito de ver el local en que se ha de fundar el colegio de que ya dimos cuenta anteriormente a nuestros lectores.
A pesar de lo desapacible del día, un gran número de señoras fue a recibirlas a la Estación, conduciéndolas en carruajes particulares a la casa de D. Joaquín Rodríguez, donde ya de antemano se les tenía preparado alojamiento.
Sean muy bienvenidas a Orihuela las hijas de Jesús María y quiera Dios que en breve tengamos el gusto de que sea un hecho la fundación de ese colegio.
En principio, el colegio se iba a construir de nueva planta en los Andenes de la Estación. Mientras tanto, se instalaron provisionalmente en la calle de San Juan; utilizando una «hacienda» en San Antón como patio de recreo. Ambas fincas pertenecían al marqués de Lacy.
La Crónica. 21 de abril de 1887: Parece cosa decidida y resuelta la fundación en esta ciudad de un colegio para niñas y señoritas dirigido por las monjas de Jesús y María, que se abrirá provisionalmente y según las versiones autorizadas que hemos oído, en el mes de Octubre próximo.
El sitio donde regularmente se construirá el edificio correspondiente por parecer más apropiado para el caso, es el terreno sobrante en la finca de Tamames, junto a la carretera de la estación del ferro-carril, propiedad hoy de los señores D. Manuel Roca y D. Matías Rebagliato, los cuales lo cederán a las monjas para que puedan verificar la fundación.
La Crónica. 5 de mayo 1887: Las religiosas del convento de Jesús y María que vinieron con objeto de enterarse de las condiciones especiales de esta localidad para fundar aquí un colegio para la educación de niñas y señoritas, marcharon a San Andrés de Palomar el viernes último, llevándose una impresión muy agradable, y la decisión, salvo el parecer de la Superiora, de realizar la fundación.
El colegio se instalará provisionalmente, según decíamos en nuestro número anterior, en la casa palacio del Ilmo. Sr. Marqués de Lacy, a cuyo efecto se han formado ya por el ayudante de Obras Públicas D. José María Moreno, los oportunos planos de distribución del edificio que hemos tenido el gusto de ver.
También se ha levantado el plano del terreno sobrante de la finca de Tamames, cuyo terreno parece que decididamente lo adquirirán las religiosas de Jesús y María para construir en él el edificio donde definitivamente se establecerá el colegio, pues aunque han sido reconocidos otros terrenos, este es el que por su situación, precio y condiciones reúne las mayores ventajas.
En dos ediciones consecutivas en el mes de mayo, el semanario «La Crónica» se volcó con el proyecto a toda página:
La Crónica. 12/19 de mayo 1887: HONRA Y PROVECHO. El día 29 de Abril próximo pasado, salieron de esta ciudad para Valencia, Barcelona y S. Andrés de Palomar, las dos monjas de Jesús María, que como ya dijimos oportunamente a nuestros lectores, habían venido a Orihuela con objeto de conocer el país, saber los elementos con que pueden contar para su instalación preventiva, y ver el sitio en que, andando el tiempo, puedan fundar su casa propia, edificándola de pie, a fin de crear aquí para siempre un centro de educación igual a los que ya tienen establecidos en Tarragona, Valencia y otros puntos de España y el extranjero.
Vamos a permitirnos llamar la atención, muy particularmente de aquellos que siendo padres de familia, deben estar y están real y doblemente interesados en el establecimiento de ese colegio, donde se forma y da ser al corazón del bello sexo, arrancando de él la fatal cizaña de la ignorancia, y sembrando en su lugar la fecunda semilla de la virtud, de la ciencia y del trabajo físico-moral, convirtiendo a la niña inocente en mujer instruida, para que sea siempre buena hija, buena esposa, y buena madre.
La mujer, la madre es la única que puede echar los sólidos cimientos de la educación en la infancia; pero para que la mujer eduque ha de ser antes educada, porque nadie puede dar lo que no tiene…
Probada la profunda y trascendental influencia de la mujer en la educación de la niñez, y convencidos consiguientemente todos de la absoluta necesidad de instruir convenientemente al ser privilegiado que en su día ha de alegrar nuestra casa, corresponder a nuestro afecto, unir su suerte a la nuestra, y educar a nuestros hijos, ¿tendremos todavía que extremar los argumentos y aducir mayores pruebas, para llevar al ánimo de nuestros lectores la potente conveniencia, el profundo interés, y la ineludible obligación en que todos estamos y tenemos de facilitar la fundación de un Colegio, que como el de Jesús María, ha de dar a Orihuela tanta honra, tanto provecho?
En junio el proyecto era una realidad. «La Crónica» copió literalmente el prospecto de publicidad del colegio a modo de gran anuncio:
La Crónica. 9 de junio 1887: LA REALIDAD DE UN PROYECTO. Orihuela está de enhorabuena: Lo que antes fue una risueña esperanza va a ser ya pronto un hecho positivo; desde el día primero del próximo mes de Setiembre, Orihuela tendrá un nuevo centro de educación para niñas y señoritas, toda vez que en la indicada fecha debe abrirse en ella el Colegio que las religiosas de Jesús-María establecen y fundan aquí para dar sólida y cristiana educación a la parte más bella de la humanidad.
Decididos partidarios nosotros de toda idea buena; profundos conocedores, por experiencia propia, de los magníficos resultados que en todas partes dan esos Colegios; plenamente convencidos, por ende, de la utilidad físico-moral que ese nuevo instituto ha de reportar a Orihuela, y dispuestos siempre a todo cuanto sea o pueda ser en pro del patrio engrandecimiento, no dudamos un solo instante, desde su principio, en aceptar con entusiasmo el laudable proyecto de la creación de ese establecimiento beneficioso, poniendo de nuestra parte cuanto nuestra pobre inteligencia, nuestra íntima convicción y nuestro buen deseo nos sugirió para ver realizado en su día lo que tanto ha de contribuir al bien particular de Orihuela y al provecho general de la infancia o adolescencia.
Y para que todos conozcan la idea en sus menores detalles, y ya conocida puedan servirse de ella según sus medios y necesidades, hoy tenemos el gusto de insertar en las columnas de La Crónica, el prospecto que para la fundación de ese Colegio se ha circulado, por si algunos de nuestros abonados no hubiese podido enterarse de ello, creyendo de este modo hacer un verdadero servicio a todos y muy particularmente a los padres de familia residentes en esta ciudad o fuera de ella.
He aquí pues el notable documento a que nos referimos, copiado literalmente del original que se nos ha remitido y tenemos a la vista.
«COLEGIO DE LAS RELIGIOSAS DE JESÚS-MARÍA EN ORIHUELA»
El objeto que se proponen las Religiosas de Jesús-María es proporcionar a las jóvenes una educación sólida y cristiana. El corazón de las educandas se forma en la práctica de la virtud por medio de la Religión; su inteligencia se cultiva con el estudio de ciencias útiles; y se les adiestra en las labores propias de su sexo, que completan su instrucción.
Los principios de la más culta urbanidad perfeccionan sus modales, inculcándoles el orden, la limpieza, y el aseo, se las acostumbra a la economía doméstica, que viene a ser el complemento de una sólida educación.
Local: La casa-palacio del señor Marqués de Lacy, escogida interinamente para Colegio y situada entre las calles de San Juan y de la Corredera, ofrece espaciosas salas para clases, comedor, dormitorios; alegres azoteas y patio donde tienen su recreo las educandas, añadiéndose además la hacienda de San Antón del mismo señor Marqués, para sitio de mayor solaz y expansión de las alumnas.
Ramos de enseñanza: La exposición sencilla y graduada de las verdades de nuestra Santa Religión, ocupa el primer lugar en el programa de los estudios; así mismo figuran en éste la Lectura, Escritura, Gramática castellana, Aritmética, Geografía, Historia natural, Francés y dibujo lineal.
Labores manuales: Siendo esta materia de grandísima importancia para las señoritas, se las ocupa principalmente en coser, bordar y remendar; planchar, hacer flores artificiales y otras labores de lujo a voluntad de sus padres; sin embargo, no se permiten estas últimas hasta que se hayan ejercitado en toda clase de costura.
Medios de emulación: La emulación, reconocido estímulo para los adelantos de la juventud, se excita por medio de notas diarias, de clasificaciones semanales, de distinciones y honores que se dan cada mes, y en fin por los premios y coronas que se distribuyen al finalizar el curso.
Además, durante el mes de Mayo, para estimular a las educandas a reformar su carácter y atraerlas a la imitación de las virtudes de su divina Madre la Virgen María, hay un concurso especial, en el que se propone como premio una corona de rosas, a las que por su comportamiento y aplicación, han merecido cada día del mes las notas de antemano señaladas.
Régimen del Colegio: Se admiten pensionistas y medio pensionistas. Una prudente distribución del tiempo para las labores, estudios, ejercicios de piedad, comida y recreos procura una vida amena y placentera. Los alimentos son sanos, abundantes y variados, y en caso de alterarse la salud de alguna de las educandas, se le prodigan con maternal ternura los más solícitos cuidados.
La vigilancia es continua y para facilitarla, de noche se conserva luz en los dormitorios.
Visitas: Las educandas pueden ser visitadas por sus padres o encargados en los días y horas siguientes: Desde 1º de Noviembre hasta Pascua de Resurrección: jueves, mañana, de once a doce. Domingo, mañana de once a doce; tarde, de cuatro a seis.
De Pascua a fin de Octubre: jueves, mañana, de once a doce. Domingo, mañana de once a doce; tarde de cinco a siete. No se permite que las alumnas reciban solas ninguna visita a no ser de sus padres.
Entradas y salidas: La entrada diaria al Colegio para las medio-pensionistas, es de ocho a ocho y media de la mañana, y la salida, a las seis de la tarde en invierno, y a las seis y media en verano. No se dispensarán de asistir al Colegio en los días festivos sin permiso de la Madre Superiora.
Las medio pensionistas no tienen comunicación ninguna con las pensionistas. Las internas tienen salida el 26 de Diciembre, debiendo regresar al Colegio el 28 del mismo por la tarde. No se entregan las educandas a persona alguna, sin previo aviso de los padres o encargados.
CONDICIONES: El precio de la pensión es de 500 pesetas al año escolar para las pensionistas, y de 250 pesetas para las medio pensionistas, pagaderas en tres plazos adelantados: 1º de Setiembre, 1º de Enero y 1º de Abril. El año escolar se cuenta de 1º de Setiembre a 30 de Junio.
Para comodidad de las familias que viven fuera de la ciudad, el establecimiento se encarga de lavar y planchar la ropa, mediante la suma de 5 pesetas mensuales. Corren a cuenta de los padres los gastos de enfermedades, correos, baños, libros de clase y los materiales necesarios para las labores.
Mediante la suma de una peseta al mes se proporciona a las educandas el papel, pluma, tinta, yeso y lápiz que necesitan. La música y dibujo forman clases especiales que corren a petición y cuenta de los padres.
Su precio mensual es el siguiente: Piano, 8 ptas. Alquiler del mismo, 1 pta. Dibujo de figura y gastos para el mismo, 10 ptas.
Si por graves razones el Establecimiento se viese en la precisión de devolver a sus padres a una alumna antes de concluir el plazo, se les abonará la cantidad correspondiente al tiempo que faltare; lo que no sucedería si los mismos padres la retirasen del Colegio, o la detuviesen fuera de él, no siendo por motivo de enfermedad.
Si alguna alumna permaneciese en el Colegio durante el tiempo de vacaciones, abonará la cantidad de 40 pesetas cada mes. Cada educanda debe traer su fe de bautismo.
Ropa y demás objetos que han de traer las alumnas: Una cama de hierro de 1 metro 75 centímetros de largo por 85 centímetros de ancho, con su correspondiente jergón, colchón y todo lo necesario para el abrigo.
Una almohada y cuatro fundas. Una cortina blanca de 4 metros 60 centímetros de largo y 3 metros de ancho. Un sobrecama blanco con fleco, de 1 metro 80 centímetros en cuadro. Una alfombrilla. Tres pares sábanas. Seis toallas, seis servilletas.
Ocho camisas.Ocho chambras. Diez y ocho pañuelos de bolsillo. Ocho enaguas. Ocho pantalones. Tres peinadores. Doce pares medias. Dos bolsas para la ropa sucia.
Un enjuague. Una caja para peines y cepillos. Cubierto completo, aro y vaso de plata. Un vestido merino negro, y otro de piqué blanco para el verano, todos conforme el modelo del Colegio.
Dos delantales de uniforme. Dos o tres vestidos para diario, los cuales no siendo de lujo, pueden ser de cualquier tela y color. Un velo de tul negro y otro blanco de hilo. Unos guantes color negro y otros blancos. Una banda verde, según el uniforme.
El Colegio ofrece todos los muebles necesarios a las alumnas durante el tiempo que en él permanezcan, como son cama de hierro, armario, mesa de escribir, costurero, etc., mediante la suma de 20 pesetas, y de 8 pesetas las medio pensionistas. Todo cuanto pertenece a las educandas debe marcarse con el número que se les designe.
La Crónica. 28 de julio 1887: Según carta que tenemos a la vista, dirigida a una persona de nuestra intimidad por la superiora de las monjas de Jesús María, las madres de este instituto que han de fundar en breve aquí ese beneficioso centro de educación femenil, saldrán de San Andrés de Palomar y Barcelona el día 16 de Agosto, y después de una pequeña detención en Valencia, donde tienen un magnífico colegio, seguirán su viaje para esta; descansarán algunas horas en Alicante y llegarán probablemente a Orihuela el día 18 del mismo.
Con motivo de su próxima llegada han empezado y siguen con grande actividad las obras de reparación y arreglo en la casa palacio del señor Marqués de Lacy, edificio en que provisionalmente se establecen, toda vez que tienen el pensamiento de adquirir terreno en esta ciudad y fundar en ella un colegio propio para su establecimiento definitivo. Orihuela entera desea vivamente el arribo de la comunidad de referencia…
La Crónica. 18 de agosto 1887: En el primer tren de Alicante han llegado hoy a esta ciudad dos hermanas legas de Jesús María, y esta tarde deben llegar, procedentes de Valencia, las madres o monjas del mismo instituto, que vienen a fundar aquí el colegio de niñas y señoritas del que repetidamente nos hemos ocupado.
Empieza pues a ser un hecho en Orihuela el establecimiento de ese centro de instrucción femenil, que con tanta ansia esperamos todos y ha de dar a nuestra patria querida tan gran nombre como beneficiosos resultados físico morales. ¡Que sea pues enhorabuena!
La prensa oriolana dio cuenta de las dos primeras alumnas en el verano de 1887.
El Diario de Orihuela. 25 de agosto 1887: En el libro de matrículas del nuevo Colegio de Jesús y María instalado en la calle de San Juan, figura con el número uno la Srta. Dª. Dolores Clavarana y con el número dos la Srta. Dª. Concepción Moreno.
En septiembre nombraron a un estudiante de derecho como sacristán de la capilla.
El Día. 11 de septiembre 1887: Ha sido nombrado sacristán de la capilla del Colegio de Jesús y María recientemente instalado, el virtuoso joven y aplicado cursante de la carrera de derecho D. Joaquín Rodríguez.
El colegio abrió sus puertas el 15 de septiembre de 1887. La llegada de las monjas y sus selectas educandas fue todo un acontecimiento para la ciudad.
Diario de Orihuela. 15 de septiembre 1887: Esta mañana ha tenido lugar la inauguración del nuevo colegio de señoritas que bajo la advocación de Jesús y María se ha instalado en la calle de S. Juan.
El Diario de Orihuela, 3 de octubre de 1887: Con la apertura del curso en los colegios y Seminario, han vuelto a circular por las calles en los días de asueto, los seminaristas, los alumnos del colegio de Santo Domingo y las alumnas del colegio de Jesús y María.
De estas últimas, las internas salieron a paseo ayer en un carruaje cerrado; especie de convento ambulante velado por celosías donde se estrellan las miradas de los curiosos.
Para verlas es preciso seguir el vehículo y hacer alto donde sea permitido dar libertad a las cautivas colegialas. Las externas, llamaron ayer la atención del vecindario por las verdes bandas con que cruzaban el pecho. El traje de color negro, es serio y elegante.
En noviembre de ese mismo año, la prensa local publicó la siguiente noticia:
El Diario de Orihuela. 14 de noviembre 1887: Aunque aún no se ha otorgado la escritura de venta de la vieja Plaza de Toros, puede considerarse como vendida toda vez que el sábado en la noche se dieron cuatro mil reales de señal y se firmó un documento de compromiso de venta.
Según de público se decía ayer, el antiguo exconvento de agustinos ha pasado a ser propiedad de los padres jesuitas por 58.500 reales y con el objeto de construir un edificio para instalar en él el colegio de Jesús y María establecido en la casa-palacio del Sr. Marqués de Lacy.
El periodista acertaba en casi todo. Ese mismo día 14 de noviembre, ante el notario Ramón Amat, tuvo lugar la venta del exconvento de los agustinos convertido en plaza de toros. Pero lo de los jesuitas como propietarios eran falsos rumores.
El comprador fue Ramón Belló Martínez, provisor y vicario de Orihuela; canónigo con dignidad de arcipreste de la Catedral. Bautizado en la Parroquia de San Pedro de Novelda en 1833, era vecino de Orihuela.
Lo compró por 14.625 pesetas (58.500 reales); de las que había entregado 1.000 mediante cautela privada (los 4.000 reales de señal). El resto lo pagó en billetes de banco.
Ramón, agente inmobiliario por cuenta del Obispado, adquirió también el convento de la Trinidad para montar un seminario; pero eso es otra historia.
La Crónica. 22 de diciembre 1887: En el primer tren de Alicante, y procedentes de Barcelona, llegaron el lunes de la presente semana a esta Ciudad dos nuevas religiosas y una hermana lega de Jesús María que vienen a prestar el servicio de su particular instituto en el colegio fundado hace poco en el palacio del señor Marqués de Lacy.
Una de dichas religiosas, ausente no ha mucho de Orihuela, es la hoy madre San Joaquín, en el siglo señorita Doña María de los Ángeles Rodríguez, hija de nuestro particular, amigo, el abogado de este colegio señor D. Joaquín Rodríguez, quien así como su distinguida esposa, ha tenido la singular satisfacción de ver regresar a esta ciudad, como profesora del ya citado colegio.
El Diario de Orihuela. 1 de septiembre 1888: En breve comenzarán las obras en el solar de la antigua plaza de toros para la construcción del edificio donde habrá de instalarse definitivamente el colegio de Jesús y María.
El Diario de Orihuela. 26 de septiembre 1888: Ha aumentado notablemente en el presente curso el número de alumnas en el colegio de Jesús y María de esta ciudad.
De adaptar el edificio se encargó Justo Millán Espinosa. Nacido y muerto en Hellín (1843-1928), era uno de los arquitectos más prestigiosos de la región murciana.
El Diario de Orihuela. 12 de abril 1889: Se leyó una exposición de D. Justo Millán, arquitecto, director de las obras del colegio denominado de Jesús y María, acompañando el plano de la fachada del citado edificio; y el Ayuntamiento acordó aprobarlo y que así se ponga en conocimiento del interesado.
Obtenido el título en la Escuela de Arquitectura de Madrid, ostentó los cargos de Arquitecto Municipal en Hellín; Arquitecto Provincial en Albacete; Académico de Mérito por la Academia de San Fernando; Arquitecto de la Diócesis de Cartagena y Arquitecto Provincial de Murcia.
Entre sus obras está la reconstrucción del Teatro Romea, arrasado por un incendio. También muchos edificios públicos como el Asilo de Ancianos, el Manicomio Provincial, la Cárcel, el Hospital, el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza….
Otra de sus grandes obras fue la Plaza de Toros de Murcia; en su momento la más grande de España. ¿Cómo tan prestigioso arquitecto fue contratado en Orihuela para habilitar un colegio?
Justo Millán estaba ya entrando en su última etapa, donde aceptó numerosos trabajos de particulares. Debió ser para él un reto transformar una plaza de toros en colegio.
El enlace pudo ser Francisco Belló, hermano mayor de Ramón; rector del Seminario de Murcia.
El Diario de Orihuela. 12 de julio 1889: Están muy adelantadas las obras del magnífico edificio que se está levantando en la plaza de San Agustín, en los terrenos de la plaza de Toros, para el colegio de señoritas de Jesús y María.
Cuantos le admiran, dedícanle grandes elogios y sienten verdadera y profunda satisfacción por ver aumentarse con uno más los muchos edificios notables con que cuenta Orihuela.
El Diario de Orihuela. 9 de octubre 1889: Adelantan rápidamente las obras del colegio de Jesús y María, que se construye en nuestra ciudad, en el sitio que ocupó un día el convento de Agustinos primero y nuestra antigua plaza de toros después.
La obra resulta grandiosa principalmente el patio claustral y la fachada, que resulta seria y elegante. De seguir las obras con el impulso que se les está dando, pronto desocuparán aquel sitio los operarios para dar en él entrada a la comunidad de religiosas a cuyo cargo ha de estar el citado colegio y a las jovencitas encomendadas a sus cuidados para completar su educación. Pronto pues contará Orihuela con un nuevo edificio destinado a la enseñanza.
En 1890 el colegio se trasladó al nuevo y lujoso edificio.
Ramón Belló falleció en enero de 1892. En su testamento, redactado dos días antes de su muerte, aparecía la siguiente cláusula:
Que el edificio que fue antes convento de San Agustín convertido hoy en colegio de Jesús María, aunque la escritura de dominio aparece a mi favor, no es de mi propiedad sino de la pertenencia de las Señoras Superioras actuales encargadas de esta clase de colegios en España, en cuyo edificio hicieron dichas señoras algunas mejoras por su cuenta y a cuyo favor otorgará la correspondiente escritura de traslación de dominio mi hermano Don Francisco Belló y Martínez, sino lo hubiese yo verificado antes de ocurrir mi defunción, siendo cuenta de dichas señoras el pago de toda clase de deudas que aparezcan contra dicho edificio, y de que yo salí fiador por estar dicho edificio a mi nombre.
Supongo que el miedo a nuevas desamortizaciones (o quizás las hipotecas establecidas sobre el edificio) llevaron a las religiosas a camuflar su compra a nombre de Ramón.
En la cesión de la finca por parte de su hermano a favor de Sor María de San Hermenegildo (conocida como Teresa Font y Barberá, superiora del Colegio de Orihuela) y otras, aparecen reseñadas dos hipotecas por 40.000 pesetas, mucho más que el importe pagado por el propio edificio.
El hecho de que tan sólo diez días después formalizasen un contrato de venta a favor de Doña Concepción Morell e Iseru y otras señoras, vecinas de San Andrés del Palomar (localidad donde establecieron su primer colegio), refuerza mi teoría del temor a aparecer como propietarias del edificio.
Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba).
Galería de alumnas: