Jesuitas en Sto. Domingo 2. (1872-1922) A-G.

Colegio de Santo Domingo. Orihuela.

Catálogo General 1872-1922 (1):

Hace un siglo, cuando Santo Domingo cumplía cincuenta años como centro diocesano de enseñanza, publicaron un catálogo general formado con listados de jesuitas y alumnos que habían pasado por el colegio en el periodo 1872-1922. Dicho catálogo estaba ilustrado con añejas fotografías realizadas en esos cincuenta años.

Cien años después, el presente trabajo es una especie de digitalización de aquella publicación; os la ofrezco dividida en dos entregas y enriquecida con noticias de prensa y otras imágenes que he podido localizar. Valga como contribución al ciento cincuenta aniversario del que fue mi colegio.

Padres y hermanos Jesuitas:

Comenzamos con el listado de padres y hermanos de la Compañía de Jesús que prestaron servicio en el Colegio de Santo Domingo entre los años 1872 y 1922, empezando por los rectores.

El catálogo de padres y hermanos jesuitas incluye el periodo de permanencia en el colegio y la ubicación, en 1922, de los que permanecían con vida.

Listado de alumnos, letras A-G.

Al listado de alumnos, aderezado con las fotografías originales, le he añadido algunas noticias de las que he encontrado en la hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional. Son noticias escogidas entre las publicadas por la prensa de Orihuela y Alicante, anunciando las aperturas y clausuras del curso; las llegadas y partidas de los «señoritos alumnos» y sus ilustres familias que, durante unos días, llenaban de vida y color a Orihuela.

Noticias que daban cuenta de los certámenes literarios, poéticos, gramáticos, científicos, filosóficos, históricos o patrióticos; de los brillantes resultados de los exámenes; de la fiesta de los Inocentes; de las que hacían en honor a San José, a Santo Tomás, a San Estanislao de Kostka o a la Inmaculada Concepción; como esta primera que describe un acto dedicado a la virgen, en 1878, en el que se incluye pintura, matemáticas, ciencias, latín, poesía…

El Segura. Número 19 – 24 de mayo de 1878: Relación de las composiciones presentadas a la Virgen sin mancilla por los alumnos del Colegio de Santo Domingo. El Sr. Lencina en la composición presentada el día 2, nos recuerda aquellos tiempos en que la Universidad de Orihuela, cuna de tantos esclarecidos ingenios, ofrecía a sus concurrentes las armas irresistibles de una lógica rigurosa. El silogismo campea de un modo notable en la composición que nos ocupa, probando la prerrogativa más querida de nuestra Señora.

El día 3 expuso el Sr. Martínez e Hilla un hermoso rosal con dos flores, pintado a la aguada. Inútil nos  parece encarecer la oportunidad de la idea del Sr. Martínez, pues sobre no ignorar nadie que la Iglesia invoca a María con el título de Rosa mística, se encargó de hacerlo el Sr. Paredes, en su composición presentada el 6, quien después de habernos dado a conocer los caracteres botánicos del género rosa con la mayor brevedad y precisión, nos dirige a María para que admirando en ella el hermoso matiz de la flor, nos extasiemos respirando los suaves aromas que derrama el dulce néctar de sus virtudes.

Ya el día 4 había encontrado el Sr. Carlos Coig en la hermosura de algunos colores, simples bosquejos de las virtudes de la Señora. La descripción científica del arco iris le ofrece una bella ocasión de presentarnos el Iris celestial. María como objeto de nuestras miradas, como centro de nuestra esperanza en las turbulentas borrascas que a cada paso amagan al mortal.

Llegaba su turno a las clases de ciencias exactas, y en los días 5 y 7 respectivamente, las de Geometría y Aritmética intervinieron dignamente en la que podríamos llamar Exposición Mariana. En efecto; el día 5 el Sr. Boquer, representante de la 1ª de las clases citadas, empezando por dar una clara idea del origen y ocasión de la colosal Imagen de Ntra. Sra. de Francia, resuelve con gran claridad y exactitud (hemos comprobado el resultado con datos que tenemos a la vista), sirviéndose de los procedimientos trigonométricos un problema cuya incógnita es la elevación de la susodicha Imagen.

Si feliz como la anterior, mucho más atrevido, sin embargo, fue la idea del Sr. Aráez al indagar los grados de gloria que, con su continua correspondencia a la gracia, se granjeó la Madre de la divina gracia. Su hipótesis arroja un resultado de muchos millones de guarismos: de donde podríamos inferir que también las Matemáticas están de acuerdo con los Stos. Padres, en poner sobre toda otra, la gloria sin límites de la Reina de los cielos.

Estudios de Dibujo en la clase del Hermano Canudas.

Los alumnos de la clase superior de latín presentaron el día 8 una bella traducción al latín de la descripción de la batalla de Covadonga. Su estilo abiertamente histórico, nos recuerda en especial al autor de la Conjuración de Catilina. El Sr. Sánchez, alumno de la clase de Historia Universal ofreció, el día 9, un hermoso trabajo sobre el origen del portentoso templo del Pilar.

Santiago recibe a orillas del Ebro la misión de edificar un templo: le trasmite la orden la misma Madre de Jesús que viviendo aún en Palestina fue acompañada de millares de celestiales coros a la capital de Aragón para consolar al Sto. Apóstol, prometiéndole que en aquel templo, nunca faltará quien venere a la Madre del Salvador.

Quisiéramos disponer de más espacio, no ya para publicar íntegra, sino para hacer saborear a nuestros lectores las bellezas de la linda poesía que el nuevo poeta Sr. García y Martínez, alumno de la clase de Retórica, elevó a los pies de la Virgen Inmaculada, el día 10. En la imposibilidad de detenernos en largas consideraciones, hemos preferido dar una pequeña idea de la composición, insertando a continuación la siguiente estrofa en la que el poeta pinta a la Señora en el momento en que desciende de los cielos para quebrantar la cabeza del infernal Dragón. Dice así:

Cual de Océano las aguas cristalinas / A la vista de Feto resplandecen, / Cuando en carro luciente / Gallardo asoma por el ancho Oriente; / O cual la nube pura / A quien vistosos rayos enriquecen / Con luces peregrinas; / Así la Virgen en la inmensa altura Brilla / a la vista del Criador amante. /¡Oh, dicha! ¡Eterna dicha! Ya desciende del trono rutilante / y el claro espacio presurosa hiende…

Esta primera entrega del catálogo contiene las fotografías del alumnado del siglo XIX y el listado entre las letras A y G. He respetado el orden original, que no es del todo alfabético. Está agrupado por letras; exceptuando a los alumnos que habían fallecido a la fecha de publicación. Esos, los encontraréis al final.   

Estudios de Dibujo en la clase del Hermano Canudas.
El Padre Vicente Gil y la Junta de Congregación Mariana.
Curso 1880-1881 Primera Brigada.
Curso 1880-1881 Segunda Brigada.
Curso 1880-1881 tercera Brigada.
Curso 1880-1881 La Banda.

La unión democrática (Alicante). Número 1421 – 20 de junio de 1883: Nos escriben de Orihuela que los exámenes verificados en el colegio de Santo Domingo han dado este año resultados altamente satisfactorios, tanto en los alumnos de primeras letras, como en los matriculados en la segunda enseñanza.

Entre estos últimos figuran algunos hijos de nuestra ciudad, habiéndose distinguido de un modo especial el aventajado y estudioso niño D. Ramón Vidal e Irles, que, además de la medalla de premio, ha obtenido en las asignaturas de Latín y Griego y Geografía Universal, la honrosa calificación de Sobresaliente, por lo cual le felicitamos, deseando que la satisfacción que en estos momentos ha de embargarle, sea estímulo constante para el éxito completo de sus estudios, empezados con tan buenos auspicios y felices resultados.

Semanario católico. Número 742 – 21 de febrero de 1885: El martes tuvimos el gusto de asistir a una concertación celebrada por los alumnos de la clase de Retórica del Colegio de Santo Domingo de Orihuela, que dirigen los Padres de la Compañía de Jesús. El acto fue brillantísimo y ofreció ocasión de que se pudieran apreciar la acertada dirección que saben dar a los estudios los PP. Jesuitas, así como los adelantos de los alumnos que les están confiados.

La concertación versó sobre la elocuencia sagrada, y fue grande nuestra complacencia al oír expresarse con gran soltura y en correcto latín a aquellos niños, que mutuamente se preguntaban, contestaban y corregían, bajo la presidencia y dirección del más aventajado, que por fin declaró vencedor al bando romano.

El alumno Antonio Gómez recitó con excelente entonación y pronunciación correcta la bella oda horaciana Siete Diva, de la cual hizo un minucioso análisis con la exposición y explicación de la clase de metro en que estaba escrita. No fue menos notable la representación por seis alumnos, del hecho histórico de la vergonzosa abdicación de Carlos IV a favor de Napoleón.

Siguió después la repartición de los premios, concluida la cual, se entonó un precioso himno con acompañamiento de piano con que se dio fin al acto. Los concurrentes salieron satisfechos y complacidos, tanto de los adelantos de los alumnos, como del celo de los maestros, así como de la finura y exquisito trato de los Padres encargados de dirigir el establecimiento.

Una cosa llamó desagradablemente nuestra atención. Tratándose de una fiesta literaria, esperábamos nosotros ver reunida en el local donde aquella tenía lugar, la mejor parte de la buena sociedad orcelitana… pero nos equivocarnos, las personas que asistieron eran casi en su totalidad forasteras.

Nosotros diremos sin ofensa, que este hecho habla no muy alto a favor de la ilustración y cultura de Orihuela, y sentimos tener que expresarnos así, tanto más, cuanto que siempre hemos sentido y sentimos simpatías hacia aquella ciudad, en la que hemos pasado nuestros mejores años. Por lo visto Orihuela no tiene el instinto de la propia conservación.

El Oriolano. Número 8 – 9 de mayo de 1885: COLEGIO DE SANTO DOMINGO. Quisiéramos disponer de espacio suficiente para hacer una minuciosa descripción de la brillante fiesta literario-musical con que los alumnos de este colegio, especialmente los de la clase de Historia Natural, obsequiaron el día de ayer a su digno rector, con el plausible motivo de la festividad de su santo; pero ya que el exceso de original nos lo impide, hemos de limitarnos a hacer esta breve reseña de tan lucido certamen, que presidía el alumno D. Esteban Giménez, iniciador del acto con la lectura de un correcto discurso preliminar.

Las tres partes en que el programa científico se hallaba dividido (Anatomía y Fisiología vegetal y Fitografía) estuvo a cargo de los alumnos Sres. Ayala, García Ruiz, Ulibarri, Egea, Múrtula, Navarro, Verdú y Olmos, y los plácemes que recibieron de la numerosa y escogida concurrencia deben servirles de estímulo en sus difíciles estudios, así como de merecida recompensa a la aplicación con que corresponden a los desvelos de sus padres e ilustrados profesores.

Los intermedios fueron amenizados por la orquesta que ejecutó con gran acierto las sinfonías de Lucrecia y Moisés, mereciendo especial mención el trío a violines y piano por los señores Muné, Soriano y Rogel, y la sinfonía de Semíramis que a cuatro manos ejecutaron al piano, con notable maestría, los Sres. D. José Ramón Biscuet y D. Adolfo Rogel.

En los ejercicios de declamación sobresalieron los señores García Ruiz, Giménez, Navarro y Múrtula, terminando tan agradable fiesta con la declamación por D. Ángel Ayala de unas estrofas líricas compuestas y dedicadas por tan aventajado joven al R. P. Rector.

La crónica. Número 140 – 5 de agosto de 1885: Fin de Julio, y principio de Agosto, su sucesor, según reza el almanaque. La despedida que al primero de estos dos meses se le hizo en el colegio de Santo Domingo por los PP. de la compañía de Jesús y por los señores de Bonafós, en el presente año, para solemnizar su último día en el que se celebran las glorias del gran santo Ignacio de Loyola, fue todo lo grande que corresponder puede a los grandes beneficios que los jesuitas reciben de ese su santo protector que realizó la inmensa obra de fundar la compañía de Jesús y dotarla de esa abnegación santa propia de su fundador.

Por eso sus hijos agradecidos, y los señores de Bonafós que se han puesto bajo la tutela de aquel esclarecido varón, unidos celebraron en dicho día los cultos que ofrecieron a la mayor honra de Dios y gloria de su santo siervo. Por la mañana a las seis y media se celebró la misa de comunión general a la que asistió un buen número de fieles de ambos sexos, siendo esta la mejor prueba de la estima y veneración que en Orihuela se guarda al glorioso santo cuya fiesta en aquel día se celebraba.

La solemnidad con que se llevó a efecto la Misa Mayor y la función de la tarde en la que después de exponer a S. D. M. se cantó un magnifico Trisagio, seguido de un notable sermón destinado a ensalzar las glorias del gran varón de Loyola que pronunció el R. P. Debant y la reserva, todo fue sorprendente y digno del esclarecido fundador de la compañía de Jesús.

Durante todas las solemnidades del día se dio a adorar la santa reliquia que posee la compañía. La Iglesia estuvo profusamente iluminada y con un decorado de exquisito gusto como lo saben hacer los RR. PP. de la compañía de Jesús. En el altar mayor y sobre el tabernáculo se veía otro bonito altar en cuyo centro se hallaba el gran cuadro de S. Ignacio que poseen los jesuitas, y formando como su séquito se hallaban colocados en cada pilastra un cuadro representando a algunos de los numerosos santos que han pertenecido en vida a la compañía de Jesús y han sido legítimos modelos del grandioso original S. Ignacio.

¿Y qué diremos: del altar llamado de S. Ignacio construido a expensas de los señores de Bonafós. Con pocas palabras no podemos dar una idea clara y expresiva del gusto y delicadeza con que se hallaba decorado. Basta decir que parecía un Paraíso en donde el alma se ensancha y llena de santa alegría, al contemplar aquel cuadro de belleza destacándose con gran majestad la bonita estatua de S. Ignacio de Loyola.

Grato recuerdo nos queda de aquella fiesta y con satisfacción damos la más cumplida enhorabuena a los PP. de la compañía de Jesús que con acierto han sabido implantar en esta población el culto de su santo fundador, y a los señores de Bonafós que tienen la dicha de ser los primeros que les han secundado.

El Oriolano. Número 29 – 3 de octubre de 1885: COLEGIO DE SANTO DOMINGO DE ORIHUELA. Se pone en conocimiento de los alumnos externos que hubieren de continuar sus cursos académicos en el de 1885 a 1886, o ingresar en este colegio, que desde el día cinco del actual hasta el quince, ambos inclusive, estará abierta la Secretaría todos los días no feriados, de nueve y media a once por la mañana y de tres y media a cinco por la tarde, para el pago de los derechos de matrícula; y que en los mismos días y horas se hallará constituido el tribunal para los exámenes de ingreso. Orihuela 30 de Setiembre 1885.

 El martes. Número 100 – 29 de octubre de 1885: El Domingo, según anunciamos oportunamente, se celebró en el colegio de Santo Domingo, la solemne distribución de premios que debió haber tenido lugar en el mes de Junio último.

Acto de verdadera importancia, por el que se patentiza y se hace público el adelanto, la aplicación y aprovechamiento de los jóvenes alumnos de aquel colegio, premiando su decidido afán por el estudio, y su plausible amor al trabajo; sirviendo además de estímulo para todos, que desearán alcanzar los mismos y mayores triunfos académicos.

El salón donde el acto se verificaba, estaba ocupado por las distinguidas familias de los niños que en el mencionado colegio reciben educación y decorado con el mayor gusto y delicadeza; siendo digno de admirar el entusiasmo con que aquellos jovencitos aplaudían a sus compañeros, al designarles el premio a que con su aplicación se habían hecho acreedores. Dignos eran de esos aplausos, y de que se les obsequiara y distinguiera con los armoniosos acordes de la marcha real.

Nosotros también quisiéramos obsequiarles, consignando sus nombres dentro de una orla, en nuestro periódico, pero no disponemos de espacio para tanto. Solo mencionaremos a los señoritos D. Pedro Pourtau y Miralles, D. Ángel Ayala, D. Luis García Suárez y D. Esteban Giménez Ulibarri, que obtuvieron mayor número de premios.

También mencionaremos, para dedicarle un fúnebre recuerdo, al que fue alumno de dicho colegio, D. Joaquín Spuche y Pérez de los Cobos, a quien se adjudicaron algunos premios en recompensa a sus trabajos estudiantiles, y no ha podido presenciar los lauros victoriosos que consiguiera, porque le sorprendió la muerte dejando a su distinguida familia en el mayor desconsuelo.

Reciban todos los alumnos premiados nuestra enhorabuena. Sírvanles estos premios de poderoso talismán para alcanzar otros y otros, afanándose sin desmayar ni un momento a fin de no descender del lugar en que su aplicación les ha colocado; demostrando mañana y siempre, con sus actos, que con razón se les llama hoy los hombres del porvenir.

Nuestra enhorabuena también a los ilustrados profesores, los PP. de la compañía de Jesús, a cuyo cargo tienen el colegio de Sto. Domingo, que con tan esmerado celo, y fino tacto, dirigen los infantiles corazones de los niños encomendados a sus cuidados, acostumbrándolos al estudio y al trabajo, facilitándoles una educación por todos conceptos recomendable.

Y para la atribulada familia del malogrado niño D. Joaquín Spuche y Pérez de los Cobos, nuestro sentido pésame, deseándola paciencia y resignación con la voluntad de Dios.

La crónica. Número 108 – 24 de diciembre de 1885: Los actos literarios que se han celebrado estos días en el colegio de Santo Domingo han estado brillantísimos, y los exámenes que se han verificado han dado un resultado satisfactorio a pesar de haberse abierto tan tarde el presente curso. En dicho establecimiento de enseñanza y siguiendo la costumbre de otros años, tendrá lugar el día 28 del corriente, por la tarde, la célebre inocentada que hacen las delicias de los niños, y la distracción de los mayores. A este acto solo podrán entrar las personas que presenten en la portería la correspondiente tarjeta de invitación.

He utilizado las fotografías del año 1884 para ilustrar la crónica de la «fiesta de inocentes» de 1885.

Año 1884. Fiesta de Inocentes. Estado Mayor.

La crónica. Número 109 – 31 de diciembre de 1885: DE INOCENTES. No se crea por el título del presente artículo, que pretendo, escribir para inocentes, no, mi pluma en esta ocasión se dedica única y exclusivamente a relatar bien a la ligera, pues no hay espacio para más, la fiesta de inocentes que en los días 27, 28 y 29 ha tenido lugar en el Colegio de Santo Domingo.

Los inocentes niños, por sí solos, en estos días en que a su cabeza hubiese otro niño que por breves momentos rigiera los destinos del país (vulgo Colegio de Santo Domingo) no podían entenderse, todo hubiera sido el desorden y anarquía; nadie hubiera vivido en paz y con tranquilidad en el renombrado día de inocentes; se hacía necesario un jefe que dirigiera sus pasos, que secundara sus deseos; era preciso elegir un Rey que los gobernase, por esta razón algunos en representación de los demás debían reunirse en Congreso para elegir al Rey de los inocentes.

Año 1884. Fiesta de Inocentes. El rey y su séquito.

Llegó en efecto el día 27, y a las 6 de la tarde, el espacioso salón donde aquella elección había de tener lugar, era ocupado por lo más escogido y selecto de la sociedad orcelitana, y por las numerosas y distinguidas familias de los alumnos del citado Colegio. Se dio principio a la formal elección del Rey, en la que los pequeñuelos, con suma viveza y despejada imaginación sostuvieron las más acaloradas discusiones llegando por fin a un feliz resultado, aclamándose por unanimidad al Rey de los inocentes, ocupando el trono de la ilustre familia de los parlanchines el alumno D. Francisco Poveda, con el título de Parlanchín 9º.  

A las 5 se retiró S. M. Parlanchín después de ser repetidas veces aclamado y vitoreado con gran regocijo y entusiasmo de sus súbditos, al regio comedor en donde tuvo lugar el banquete real, que fue amenizado con varias y escogidas piezas que ejecutó la banda de música de esta ciudad. Terminándose la fiesta del día con una serie de inocentadas que hicieron pasar un agradable rato a lodos los allí congregados.

Año 1884. Fiesta de Inocentes. Artillería.

Al siguiente día 28, a las 3 de la tarde, se celebró un regio paseo por los claustros del Colegio, y acto seguido tuvo lugar un simulacro militar llevado a cabo por todas las fuerzas de que se componía el ejército de la pequeña nación. Las maniobras fueron presenciadas por el Rey desde un trono admirablemente engalanado, y por las numerosas familias que llenaban por completo las anchas y espaciosas galerías y claustros del patio de la antigua Universidad.

El 29, último día del reinado de la inocencia, después de presentados los embajadores que de lejanas tierras eran remitidos convenientemente colocados en un gran cajón, todas las potencias amigas envidiosas del esplendor y magnificencia de la corte de D. Parlanchín, se conjuraron contra él y después de una reñidísima batalla en la que sucumbió el inocente Rey, víctima de su arrojo se hicieron dueños de su reducido territorio, dándose con ello fin a la famosa inocentada del año 1885, en el Colegio de Santo Domingo.

Año 1884. Fiesta de Inocentes. Gran Parada.

En todos quedó un gratísimo recuerdo y un especial contentamiento, admirando de una vez más las felices distracciones a que se dedican los jóvenes alumnos en estos días de descanso. La concurrencia ha sido numerosísima en todos estos actos; pero causa extrañeza, que cuando se trata de actos públicos científicos o  literarios, que verdaderamente dejan nombre y dan una señalada prueba de la buena dirección que en materia de enseñanza distingue a los PP. de la Compañía de Jesús que se hallan al frente de dicho centro de instrucción, no acuda lo mismo. Adelante, pues, y hasta otra.

La crónica. Número 113 – 28 de enero de 1886: COLEGIO DE SANTO DOMINGO. El domingo a las 10 de la mañana tuvo lugar en el colegio de Santo Domingo un acto público de Psicología. Defendió el señorito Santiago Mataix y Solé; arguyeron los señoritos Ángel José Fernández y Nieto, José Luis de Briones y Angosto, y Juan de la Cruz Arcas y Fernández, todos ellos discípulos de 2º año de Filosofía.

El señor defensor después de un breve discurso sobre la naturaleza y existencia de la libertad humana, demostró y sostuvo sucesivamente estas tres proposiciones que los adversarios escogieron de entre los 12 temas que comprendía el programa de las tesis: «el alma humana es inmortal», «el objeto proporcionado de nuestro entendimiento son las esencias de las cosas materiales» y «acerca de aquellos medios que se le representan como no necesarios para la consecución de la felicidad, la voluntad es verdaderamente libre».

Explicó el señor Mataix y probó estas proposiciones con gran claridad, limpieza y tino; y luego defendiolas con tanto brío, y supo desenvolverse de las objeciones propuestas con tanto acierto y con tanta soltura, que justamente llamó la atención de todos sus oyentes. Mostró el señor Mataix en su defensa filosófica de más de una hora y media, una memoria feliz, un entendimiento claro y constante, en fin un talento nada común.

Que el divino Autor de toda luz continue ilustrándole y perfeccionándole para su provecho propio, no menos que de la misma sociedad. También los señores arguyentes dieron pruebas de su perspicacia y sutileza. Bajo la dirección de su profesor, habían de antemano preparado por sí mismos sus respectivos argumentos, escogiendo y entrelazando las más grandes dificultades que los autores y sobre todo el P. Suárez suelen presentar sobre esas materias.

En general supieron proponerlos y seguirlos, conforme a las reglas más perfectas del silogismo: ninguno de ellos se encontró atajado, y todos se retiraron del combate vencidos, si más no sin fuerzas para continuar combatiendo. Contribuyeron a hacer más reñida y fogosa aquella lucha, algunos PP. del Colegio, ora sosteniendo las mismas dificultades de los alumnos, ora objetando otras nuevas y más valientes.

El defensor supo rechazar y aun romper las flechas de sus aguerridos maestros y superiores, no con menos arte y felicidad que las de sus bisoños condiscípulos. Asistieron a dichos actos todos los superiores y profesores del Colegio y los alumnos todos del mismo; varias señoras y caballeros, y una comisión numerosa de seminaristas, presidida por uno de sus respetables maestros que se dignó enviar el muy digno y caballero Rdo. Sr. Rector del seminario, movido tanto de su afición a las ciencias cuanto de su acendrado amor hacia los hijos de S. Ignacio.

La crónica. Número 115 – 11 de febrero de 1886: Colegio de Santo Domingo. El domingo a las 10 de la mañana tuvo lugar en el salón de actos literarios la anunciada concertación que los alumnos del 2º año de Latín dedicaban al R. P. Provincial, dándose principio con un delicado soneto declamado con mucha gracia por el Srto. D. Manuel Hernández.

Acto seguido los emperadores Srtos. D. Luis Ayala y D. Dionisio Pérez Carrascosa arengaron con fácil y elegante prosa latina a sus soldados respectivos y al animarles para aquella gran batalla literaria, denotaban un fuego tal, que no se necesitaba recordarles aquella sabia sentencia del romano orador: «ardeat orator si judicem velit incendere».

Distinguiéronse notablemente por la vivacidad con que luchaban los Srtos. D. Francisco Ruano y D. Manuel Hernández, que en más de una ocasión supieron captarse las simpatías del auditorio. Los RR. PP. Rector, Prefecto y joven profesor les dirigieron algunas preguntas, llamando mucho la atención por su facilidad y acierto en contestarlas según las reglas de la majestuosa lengua del Lacio enriquecida por tantos y tan ilustres varones.

Los Srtos. D. Eduardo Ayala y D. Gaspar Abad con suma naturalidad y gracia preleyeron y declamaron la grandiosa Oda «In Licinianum» de nuestro poeta Marcial, gloria de la literatura clásico-latina. EL señorito D. José Mª García Suárez con voz clara y penetrante, limpidísima pronunciación, gesto noble y presencia agradable, declamó la misma composición trasladada en liras.

Y por último el señorito D. Gregorio de Balparda, declamador de la última composición, respondió con tal soltura y destreza que parecía serle connatural el lenguaje de los antiguos romanos, dándose fin con la coronación de la bandera romana, que fue la vencedora, de manos del R. P. Provincial.

El salón se hallaba elegantemente adornado formando un agradable conjunto con los alumnos que en el escenario lucían las insignias propias del cargo que ejercen en la cátedra y en el pensionado. Pero causa lástima y grande por cierto, que en estos brillantísimos actos se note poca concurrencia, lo cual es un estímulo menos para los alumnos, quienes se animan al estudio si ven que sus esfuerzos son premiados siquiera sea con la presencia de quien pudiera alentarles con un medio facilísimo al mismo tiempo que grato, y que tanto contribuye al esplendor y sorprendente aspecto de tales solemnidades.

La crónica. Número 126 – 29 de abril de 1886: EN EL COLEGIO DE SANTO DOMINGO. Invitados por el R. P. Rector, tuvimos el gusto de asistir el lunes último por la tarde, a la solemne fiesta, que los alumnos dedicaron a la memoria del intrépido navegante, explorador del continente americano, Cristóbal Colon.

El salón donde tuvo lugar, estaba adornado con sencillez, al par que con gusto y elegancia, luciendo en el centro un gran escudo alegórico al acto: a uno y otro costado se veían profusión de banderas, estandartes y luces. La concurrencia, numerosa y escogida, compuesta en su mayor parte de familias de los alumnos del colegio.  

Se dio principio con la ejecución de una preciosa sinfonía titulada «La Perla de Occidente», original del profesor de música del colegio, director de la banda municipal, D. Leopoldo Soriano: a la sinfonía siguió una prelusión castellana por el colegial D. Joaquín Sánchez Cantalejo y Villarejo, leída con buena entonación y serenidad.

En ella reseñó el señor Sánchez con claridad y precisión los obstáculos y contrariedades con que tuvo que luchar Colón antes de llevar a cabo el descubrimiento del Nuevo Mundo, y los pasos que dio antes de emprender su temerario intento; todo lo cual era el orden de temas de las diferentes composiciones que a poco tuvimos el gusto de oír.

Dividiose la función en dos partes: la primera titulada Colón y España dio principio con la balada «El Genovés en la Rábida» por el alumno D. José Segura, a la que siguió el «Mensaje al Rey Católico», oda elegiaca latina que pronunció D. Manuel Senante. A continuación los señoritos D. Juan de la Cruz Navarro, D. José Roca de Togores D. Juan de la C. Arcas, D. Alfredo Salvetti, y D. Ángel José Fernández Nieto, declamaron un diálogo titulado «La junta de Salamanca» en la que se discutió con vigor la idea proyectada por Colón, luciéndose notablemente los alumnos referidos.

«Colón ante Isabel la Católica», fue la narración castellana que dijo D. Francisco Ruano. «Un adiós a la patria» bonito idilio castellano que pronunció el señorito D. José María Suárez. La lectura de poesías terminó con «La Cruz por estandarte» difícil composición en esdrújulos que dijo D. Vicente Almagro; dándose fin a la primera parte con una bonita barcarola original de D. Adolfo Rogel, profesor también del referido colegio, y que lleva por título «Por patria la mar».

La segunda parte, titulada «El Nuevo Mundo» la componían la leyenda castellana «La Atlántida» por D. Francisco Martínez de Galinsoga; «Apóstol y Almirante», oda francesa por D. Luis de Briones; «Temores y Esperanzas» jornada dramática que declamaron los señoritos D. Enrique Fernández, D. Ceferino Pérez, D. Ignacio León, D. Miguel González, don Enrique Bushell y D. Ginés Gómez; la magnífica plegaria coreada «La estrella de los mares», música del señor D. Ramón Bisquet, profesor del colegio, que todos ejecutaron admirablemente, y en particular el señorito D. Carlos Prytz que fue muy aplaudido: «¡Tierra! ¡Tierra!» fragmento épico griego que pronunció D. Antonio María Villalón; «Por Castilla y por León, nuevo mundo halló Colón» trovas en castellano antiguo por D. Miguel González Hernández; «El Nuevo Mundo, a Colón», oda pindárica por D. Amancio Sánchez.

El público aplaudió con frenesí a todos los colegiales que tomaron parte en esta fiesta, saliendo muy complacidos, y conservando el recuerdo gratísimo del notable acto celebrado. Nuestra enhorabuena a los jóvenes alumnos, a los profesores de música y a los PP. Jesuitas del colegio de Santo Domingo.

El Dr. Auzoux y su modelo de hombre clástico (1845).

La crónica. Número 127 – 6 de mayo de 1886: COLEGIO DE SANTO DOMINGO. El acto que en la mañana del domingo tuvo lugar en dicho establecimiento, estuvo muy brillante y lucido. Se trataba de hacer un ensayo de Fisiología que dejara buen nombre a la clase del 6° año y así se consiguió por los señoritos que en él tomaron parte que lo fueron don Manuel Ferriz, don Luis García Suárez, don Federico Javaloy, don Juan de la C. Navarro, don Arturo de Pardo, don Miguel Pérez, don Pedro Pourtau-penne, don José Roca de Togores, y don Amancio Sánchez.

Se dio principio al acto con la lectura de un sencillo y bien meditado discurso sobre las maravillas que encierra el órgano del oído y la importancia suma de este principal sentido. El señor Pourtau-penne dio pruebas evidentes de su aprovechamiento y sólida instrucción al leer tan notable discurso. Todos los alumnos estuvieron a gran altura explicando con claridad y lucidez la estructura de los principales aparatos del cuerpo humano sobre los acreditados modelos de anatomía clástica del doctor Anzoux que tanto contribuyó a facilitar el estudio del complicado organismo del hombre.

El diario de Orihuela. Número 2 – 2 de julio de 1886: En los exámenes de prueba de curso, verificados en el presente año en el Colegio de Santo Domingo, se ha obtenido el siguiente favorable resultado: Aprobados, 70. Buenos, 73. Notables, 50. Sobresalientes, 75. Además han recibido el grado de Bachiller 10 alumnos; 4 con la certificación de Sobresaliente en los dos ejercicios, y 6 con la de aprobado.

La crónica. Número 146 – 16 de septiembre de 1886: COLEGIO DE SANTO DOMINGO. Pasaron las vacaciones con los halagos del descanso, y llegó el día de hoy en cuya mañana ha tenido lugar en la iglesia del colegio de Santo Domingo de esta ciudad, la solemne inauguración del curso académico de 1886 a 1887; acto que hemos tenido el gusto de presenciar, correspondiendo así a la atenta invitación que nos hicieron el R. P. Rector y distinguidos Profesores de dicho centro de enseñanza.

Ante un numeroso y escogido público que ocupaba las anchurosas naves del templo, y bajo la presidencia del R. P. Rector, y con asistencia de las autoridades locales previamente invitadas, se dio principio al acto con la celebración del santo sacrificio de la misa; siendo el celebrante el M. I. Sr. Vicario Capitular de esta diócesis, D. Ramón Bello.

A continuación, el R. P. Deban pronunció un brillantísimo discurso destinado a colocar en el lugar que por derecho corresponde al hermoso idioma latino, ensalzando su importancia y necesidad para formar en el hombre una perfecta instrucción científica y literaria, desarrollando su tema con sólidos argumentos que no admitían réplica de ningún género ni dejaban lugar a la duda: notándose en todo su discurso la brillantez de estilo y delicadeza de frases propias del orador que por largo rato llegó a hacerse dueño del ánimo de los oyentes. Con la lectura del cuadro de señores Profesores se dio fin a tan solemne acto, y principio al curso de 1886 a 87.

El diario de Orihuela. Número 263 – 7 de junio de 1887: Se ha concedido autorización al colegio de Santo Domingo de esta ciudad para que puedan llevarse a cabo en él los ejercicios del bachillerato.

La crónica. Número 184 – 9/16 de junio de 1887: El día 15 del corriente, habrá en el Colegio de Santo Domingo solemne distribución de premios, y en dicho día podrán ya marchar a sus casas los colegiales a pasar las vacaciones del verano.

Ayer se vio esta población sumamente concurrida por numerosas familias de los niños del Colegio de Santo Domingo, que vinieron a presenciar los solemnes actos literarios de fin de curso, que tuvieron lugar por la mañana, y llevarse a los niños para que pasen en su compañía las vacaciones.

Curso 1887-1888. Primera Brigada.

El Liberal (Alicante). Número 425 – 18 de junio de 1887: Ayer regresaron a esta capital los ilustrados catedráticos de este instituto provincial de segunda enseñanza, que fueron en comisión a Orihuela para examinar a los alumnos del colegio de Santo Domingo. Durante su estancia en aquella población se han verificado los exámenes de prueba de curso y los de grado de bachiller.

Bachilleres año 1887: J. L. Briones, A. Salvetti, F. Casanova, D. Maseres, A. Moreno, M. Roca de Togores, J. Arcas, A. Casanova, A. J. Fernández y M. Sola.

El diario de Orihuela. Número 337 – 15 de septiembre de 1887: Con motivo de ser mañana la apertura del curso académico del 87 al 88 en el colegio de Santo Domingo son muchísimas las familias de alumnos de este colegio que se encuentran en esta población para asistir a dicho acto.

Curso 1887-1888. Segunda Brigada.

La crónica. Número 202 – 13 de octubre de 1887: A los alumnos externos del Colegio de Santo Domingo de esta ciudad, se les ha concedido recientemente el uso de una gorra uniforme que los diferencia de los internos por las divisas y los distingue de los otros estudiantes de los otros centros de instrucción.

Dicha prenda es de paño color tina oscuro con visera de charol, y lleva dos esterillas de plata y un escudete de hilo del mismo metal con las iniciales C. S. D. Nos parece muy bien la disposición adoptada por el señor Rector del referido Colegio, como siempre nos ha parecido perfectamente todo lo que tiende a distinguir y estimular a la juventud estudiosa.

El diario de Orihuela. Número 408 – 9 de diciembre de 1887: En la mañana de ayer tuvo lugar en el salón de grados del colegio de Santo Domingo la solemne distribución de premios a los alumnos de aquel acreditado centro de enseñanza, revistiendo el acto la mayor brillantez y esplendor y siendo presenciado por una numerosa y distinguida concurrencia.

Bachilleres año 1887: A. Briones, M. González R., M. Romero, C. Pérez, J. A. Yáñez, S. Sánchez, E. Fernández, J. Garríguez, J. Valdés, J. Miró, M. Senante, R. P. F. Más, R. P. Rector, Bernardo Requesens, R. P. L. Gravalosa, M. González H.

El diario de Orihuela. Número 423 – 29 de diciembre de 1887: Ayer todo el día lloviendo, hoy igual, el tiempo amenazando y el río con una ligera crecida. Efecto de las lluvias las calles están intransitables y es imposible caminar por ellas sin salir salpicados de lodo. La fiesta de los Inocentes anunciada para ayer en el Colegio de Santo Domingo, estuvo muy desanimada a causa del mal tiempo. La cabalgata tuvo lugar en los claustros, asistió la banda de música municipal y escasísima concurrencia.

La crónica. Número 218 – 2 de febrero de 1888: Los alumnos de la primera brigada del colegio de Santo Domingo de esta ciudad, han celebrado ya, y celebrarán todavía hoy una doble fiesta en honor de S. Luis Gonzaga, del modo siguiente: a las seis de la mañana, misa de comunión general con motetes cantados; a las diez de la misma solemne acto de la academia poética cuyo discurso preliminar estaba a cargo del colegial D. Fidel González, siguiendo unas quintillas leídas por D. Manuel Hernández; un diálogo declamado por D. Luis Ayala y D. José Senén; unas décimas de D. Francisco Ruano; cuartetos compuestos por D. Miguel Torres; esdrújulos de D. José Miró; escena lírica representada por D. Fidel González, D. Hernán Ávila y D. Carlos Prytz, y polímetros de D. Manuel Senante y D. Francisco de Galiusoga.

Esta tarde a las seis se expondrá S. D. M., después se rezará el Santo Rosario a la Virgen con letanía cantada; seguirá la plática a cargo del R. P. Andrés Moreno y se terminará con la bendición y reserva. Después de todo se disparará un bonito árbol de fuegos artificiales en el patio del colegio.

También el domingo próximo tendrá lugar en dicho colegio un solemne acto científico sobre mecánica de los fluidos; y serán mantenedores los alumnos D. Manuel Senante, don Miguel G. Hernández, D. Miguel Ramírez, D. Juan Antonio Yánez, D. José Torre-Marín, y D. Antonio Briones e impugnadores: D. Fidel González y D. Lorenzo Prytz.

Hemos tenido el gusto de ver las bonitas y elegantes tarjetas de invitación y programas de las fiestas del Colegio de Santo Domingo, confeccionadas en el establecimiento tipográfico de D. Luis Zerón, las que prueban la laboriosidad inteligencia y buen gusto del dueño de dicha imprenta en esta clase de trabajos.

El diario de Orihuela. Número 685 – 20 de noviembre de 1888: Legos en la materia, no podemos dar idea alguna a nuestros lectores del torneo científico literario latino celebrado ayer en el colegio de Santo Domingo, con asistencia de los Iltmos. y Rvmos. Prelados de Murcia, Segorbe y Orihuela y una numerosa y escogida concurrencia en la que figuraba una buena representación del clero local.

Sin embargo, al decir de los inteligentes, llevó la peor parte en la lid el citado colegio, distinguiéndose en la misma el sabio Padre Malo, provincial de la orden de Franciscanos y el seminarista Sr. D. Mariano Olmos, quien mereció ser felicitado por el Iltmo. Sr. Obispo de la Diócesis y por gran número de las doctísimas personas que concurrieron al acto. Nuestra felicitación al Sr. Olmos y nuestra enhorabuena al Seminario quien aún cuenta entre sus alumnos jóvenes estudiosos que hacen recordar de cuando en cuando los buenos tiempos de aquel centro de enseñanza.

El diario de Orihuela. Número 972 – 14 de noviembre de 1889: Ayer celebró la segunda brigada del colegio de Santo Domingo de esta ciudad, la fiesta que anualmente dedica a su santo patrono San Estanislao de Kostka. Por la mañana hubo misa solemne y comunión general en la capilla del colegio, y por la tarde nuestra banda municipal hizo oír sus acordes de 4 a 6 en uno de los patios del colegio, terminando la fiesta quemándose un bonito árbol de fuegos artificiales.

El Alicantino. Número 647 – 12 de marzo de 1890: LA FIESTA DE SANTO TOMÁS DE AQUINO EN ORIHUELA. Cúmplenos hoy ocuparnos en los que han tenido lugar en el Colegio de Santo Domingo que dirigen los RR. PP. de la Compañía de Jesús, el cual establecimiento de enseñanza ha conseguido merecer tan justísima reputación y fama tanta, que su nombre y sus triunfos han traspasado en más de una ocasión los límites de nuestra provincia y son conocidos de cuantos siguen los pasos del movimiento científico y literario de nuestra patria.

A las cinco de la tarde del viernes las campanas de la Iglesia del Colegio anunciaron la llegada al mismo del Excelentísimo e Ilmo. Sr. Dr. D. Tomás Bryan y Livermore, dignísimo Obispo de Cartagena, honra y prez del Episcopado español por su virtud y vasta ciencia. El venerable Obispo de Cartagena fue recibido en la Iglesia del Colegio por los RR. PP. Provincial, Rector y profesores del mismo y por todos los colegiales que de elegante uniforme y luciendo sus vistosas banderas y estandartes, formaron dos largas filas por entre las que se dirigió S. E. I., al presbiterio, cantándose en este momento por algunos alumnos un inspirado motete religioso.

Por la noche de este mismo día tuvo lugar una brillante velada científica de Física y Matemáticas, dedicada al ilustrado Obispo de Cartagena, que posee extraordinarios conocimientos en estas materias. Bajo la presidencia de tan esclarecido Príncipe de la Iglesia comenzó este acto con la lectura de un discurso intitulado «Newton, las ciencias matemáticas y las físicas». Este elogio, en el que se dibujó con mano maestra el genio del ilustre físico y matemático inglés del siglo XVII, fue leído con varonil entonación por el alumno don Manuel Hernández y Zamora.

Terminada su lectura, los alumnos D. Francisco Botella y D. Gerardo Pérez Hita ejecutaron al piano una fantasía sobre motivos de «Il Trovatore» de Verdi; obteniendo muy justos aplausos. De la asignatura de matemáticas se expuso la parte de la Trigonometría rectilínea y el Álgebra, preguntándose mutuamente los alumnos y resolviendo con admirable soltura vanos problemas relativos a dicha ciencia, como medición de alturas, resolución de ecuaciones etcétera. Terminada esta parte, los señores profesores de música del Colegio, D. Adolfo Rogel y D. Leopoldo Soriano, interpretaron con especial precisión y acierto, la fantasía de Flotow para piano y violín, sobre motivos de «Stradella».

Continuó después el acto científico por la exposición razonada de diferentes leyes físicas y su comprobación experimental con respecto a la Mecánica, a la Acústica, a la Electricidad, al Calor, la Luz etc. Hiciéronse también curiosos y sorprendentes experimentos de Química con el hidrógeno, fósforo, nitrato potásico y otros elementos dando aquellos jóvenes raras pruebas así de su instrucción al resolver las dificultades con que se les objetaba, como de su acierto y destreza en el manejo de los aparatos que inventó el ingenio de las ciencias físicas.

A estos trabajos científicos siguió una entusiasta poesía titulada «A Franklin» compuesta y admirablemente declamada por el alumno D. Eduardo Ayala, y un entusiasta himno cantado por los colegiales puso fin a tan brillante velada, que dejó altamente impresionado y satisfecho al numeroso e inteligente concurso que llenaba el salón de actos del Colegio, adornado al efecto con el más delicado y exquisito gusto.

El acto dispuesto para el día 8 entrañaba una muy especial y extraordinaria importancia; era el fundamental de la solemnidad dedicada a celebrar la festividad de Sto. Tomás de Aquino; era nada menos que la exposición y defensa de sus celestiales y profundas doctrinas filosóficas por tres jóvenes alumnos del Colegio, cuya edad parecía hacerlas incompatibles con aquella altura de ideas, con aquella profundidad de pensamientos, con aquella vasta extensión de conceptos, y todo expuesto, dicho y sostenido en la misma lengua sabia e inmortal en que el Príncipe de las Escuelas nos legara sus imponderables lucubraciones.

La empresa parecía superior a las fuerzas de los que la acometían, y sin embargo, este año como el anterior, el Colegio de Santo Domingo de Orihuela ha demostrado de cuánto es capaz la inteligencia bien dirigida y el tiempo bien aprovechado, presentando tres alumnos en el presente, D. Juan Antonio Pérez Martínez, D. Dionisio Pérez Carrascosa, y D. Martín Gómez Asencio, que como los dos que en acto análogo exhibió en el anterior, pueden merecer y merecen el nombre de filósofos con más justicia, con mucha más justicia que no pocos que alardean de tales y pretenden haber llegado al último límite de la ciencia.

A las diez de la mañana ocuparon sus respectivos sitios los ilustres Obispos de Orihuela y Cartagena que presidían el acto, los RR. PP. Provincial, Rector y profesores del Colegio, la Comisión que representaba al Instituto provincial, invitado al efecto, compuesta de los catedráticos D. Vicente Calatayud y D. Emilio Senante, los que habían de argüir a los jóvenes mantenedores de la sana doctrina, el R. P. Provincial de Capuchinos y otros miembros de tan santa orden y otras muchas personas distinguidas que llenaban el salón, entre las que recordamos a D. Rafael Tous, Arcediano y Secretario de Cámara de este Obispado, los canónigos don Florentino de Zarandona y D. Luis Espuche, D. Manuel Roca, caballero de Calatrava, que ostentaba su honrosa venera, digno representante de la antigua y más distinguida nobleza orcelitana, el excelente escritor católico D. Adolfo Clavarana, D. Manuel Pastor, D. Atanasio García Cubero, el señor Conde de Cheles, D. José Joaquín Sandoval, D. Antonio de P. Orts, D. Juan Miró, y otros más que la falta de espacio y tiempo no nos permite precisar.

Frente a la presidencia aparecía bajo dosel el cuadro que representaba a Santo Tomás de Aquino, a su derecha e izquierda respectivamente los de los retratos del eximio Suárez y del sutil Escoto, seguían después a uno y otro lado los de los Obispos que presidían, y por último los escudos de estos mismos Prelados.

Delante de este armonioso conjunto de oportunidad y buen gusto se levantaba una elegante tribuna en la que tomaron asiento les tres jóvenes disertantes acompañados de su sabio y eminente profesor P. Tena, verdadera notabilidad en las ciencias filosóficas, para las que parece haber recibido de Dios aptitud especial y extraordinaria que ha sabido aprovechar por modo maravilloso.

Los puntos todos sobre que debía versar la controversia filosófica comprendían la Lógica, Ontología, Cosmología, Psicología, Ética, Derecho natural, y Teodicea, todas las ramas del frondoso árbol de la Filosofía, y estaban divididos en ciento y una tesis, sobre cada una de las cuales tenía derecho a argüir cualquiera de los presentes, y obligación de defender aquellos aventajados alumnos.

Ante el imponente aspecto que ofrecía aquel salón más que por el número por la calidad de las personas que lo llenaban, comenzó el acto leyendo el alumno D. Juan Antonio Pérez Martínez el discurso de introducción escrito en elegantísimo latín y leído con la expresión y donosura de quien sabía lo que comunicaba a sus oyentes. D. Dionisio Pérez y Carrascosa inició después el certamen filosófico dando lectura a un luminoso discurso de elegantísima forma y correcto estilo ciceroniano, encaminado a destruir y refutar el absurdo principio iniciado primero por Hobbes y reproducido más tarde por Rousseau de fundar el origen de la vida social en el pacto de los hombres y en la voluntad de los más el origen de todo derecho.

El trabajo resultó digno de la solemnidad a que se dedicaba y del importantísimo asunto a que se refería, mereciendo elocuentes muestras de aprobación. El M. I. Sr. Dr. D. Francisco Cotau, Magistral de la Santa Iglesia Catedral de aquella ciudad, se levantó el primero a probar las fuerzas de los jóvenes filósofos de Santo Domingo, arguyendo contra lo fundamental del discurso que acababa de leerse. El Sr. Cotau posee una dicción latina que encanta por su elegancia, y formuló sus argumentos con sujeción estricta a la forma escolástica en la que fueron contestados con precisión y maestría por aquellos aventajados alumnos.

El R. P. Ortells, de la Compañía de Jesús, terció también impugnando la misma materia. El docto catedrático de este Instituto y ardiente escritor católico D. Vicente Calatayud, arguyó contra la tesis 92, (Derecho natural) acerca del Estado docente, presentando en elegante forma argumentos para sostener el derecho que se atribuye el Estado de ser quien dirija e imponga la enseñanza de los asociados.

El M. Reverendo P. Malo, Provincial de Franciscanos, arguyó con la maestría que le es notoria contra la tesis 24 (Ontología) acerca de la distinción real y modal; impugnó la tesis 33 (de Cosmología) el M. I. Sr. Dr. D. Tomás Salado, Lectoral y Secretario de Cámara y Gobierno del Obispado de Cartagena, objetando acerca de cómo permanecen en los compuestos las sustancias elementales que los forman, si formal o sólo virtualmente, en lo que demostró su competencia y erudición extraordinarias.

Nuestro dignísimo y muy sabio Prelado cerró la primera parte de este acto arguyendo con profundidad de conceptos y correcto latín contra la tesis 29 de (Ontología) acerca de si la posibilidad intrínseca de los seres pende inmediatamente de la voluntad de Dios o del entendimiento divino, y si en su Ilustrísima como en los demás argumentantes fue de notar la admirable precisión de sus argumentos y la gallarda forma de su lenguaje, admiró aún más el aplomo de aquellos tres aventajados jóvenes que haciéndose cargo de las objeciones que les formulaban, repitiéndolas casi literalmente, las rechazaban con sujeción estricta a la forma escolástica, distinguiendo con toda precisión y claridad unos de otros extremos, ya para aceptarlos, ya para desvanecerlos.

Cerca de la una terminó esta primer parte del acto que nos ocupa. A las tres y media de la tarde se reanudó de nuevo leyendo el alumno D. Martín Gómez Asensio un elocuente discurso sobre la inmensa diferencia que existe entre la teoría del pacto social, que hace derivar la autoridad de sólo la voluntad del pueblo y la teoría cristiana sustentada por Santo Tomás, Suárez y los demás que siguen al Ángel de las Escuelas. En esta segunda parte argumentaron D. Vicente Fernández Gay, Pbro. Párroco de San Fulgencio, contra la tesis 86, (de Derecho Natural) acerca de que la autoridad social y política no procede de pacto humano, como sostiene Rousseau, sino del mismo Dios.

Sobre esta misma tesis instó también el P. Garcerán, S. J. demostrando uno y otro argumentante, como los que le siguieron, su ilustración y competencia. Contra la tesis 25 (Ontología) instó el R. P. Narciso Sato, discurriendo y argumentando acerca del fin de la materia y de la forma, considerados como causa.

Contra la 61 (de Ética) acerca del fundamento de la moralidad de las acciones humanas, objetó el R. P. José María de la Puente y, como en la mañana, terminó este palenque filosófico nuestro insigne Prelado arguyendo contra la tesis 96 (de Teodicea) en el punto en que se refiere a la inmutabilidad de la divina esencia, y el mismo Prelado puso digna corona a tan importante acto, leyendo un discurso brillantísimo acerca de la necesidad de restaurar la filosofía Cristiana, discurso que fue oído con religiosa atención, y colmado de merecidísimos aplausos, sobre cuyo mérito e importancia solo diremos que está en armonía y corresponde a la ilustración de su autor, y fue el más digno coronamiento que pudo tener la fiesta dedicada a Sto. Tomás de Aquino.

Nos proponemos insertar íntegro tan importante trabajo, lo cual nos excusa ahora de todo elogio. A nuestro pesar nos extendemos demasiado y no podemos sin embargo decir todo lo que quisiéramos. El acto filosófico del Colegio de Santo Domingo es superior a todo encarecimiento. Este centro inauguró el año pasado esta clase de certámenes, y si en ellos se admira la ciencia filosófica y el dominio de la lengua latina en sabios maestros e inveterados hombres de ciencia, llega a lo maravilloso ver a jóvenes, a quienes no sombrea aún la barba, dominar materia tan vasta como difícil, elevarse a sus más altas concepciones, seguir los vuelos de agigantados maestros y defender con severidad y aplomo sus principios, refutando con habilidad seria y bien presentadas objeciones, siéndoles tan familiar la lengua en que escribiera Santo Tomás como la que aprendieron al calor del regazo de sus madres.

Mil y mil plácemes merece el Colegio de Santo Domingo de Orihuela por tan brillante triunfo y se los enviamos muy sinceros; mil y mil plácemes merecen sus aventajados alumnos, sus profesores y cuantos contribuyen a tan extraordinario éxito y a todos felicitamos desde el fondo de nuestra alma, y nos felicitamos nosotros mismos por contar en nuestra provincia con un centro que a tanta altura eleva  la luz de la verdadera ciencia, formando defensores acérrimos de la verdad contra el error, de la virtud contra el vicio y de la humildad contra la soberbia satánica, que pretende negar a Dios para ser arbitra y, señora de los destinos del mundo.

Dos actos más se realizaron el día 10. Uno por la mañana que consistió en un certamen de los alumnos de las clases ínfima, media y suprema de latín y griego, en que patentizaron sus especiales conocimientos en ambas lenguas a pesar de sus pocos años. El acto, como los anteriores, fue lucidísimo, y era de admirar aquellas tiernas criaturas conjugar y declinar a maravilla, retarse mutuamente y mutuamente corregirse en todos los tratados de la Gramática.

Dedicado al claustro de catedráticos de este Instituto terminó por una poesía de salutación al mismo, que obligó a D. Emilio Senante a dirigir la palabra para dar las gracias por tan delicada atención, significar la importancia y alcance de aquellos actos, la honra que siente el Instituto de Alicante al contar en su provincia Colegio de tanta importancia, donde por modo especial se unan la fe y la razón, dando lugar así a la única verdadera ciencia, y acabó rogando del P. Rector una gracia especial para los alumnos, que les fue otorgada.  

A las siete de la noche se celebró una Academia poética dedicada a nuestro inmortal Pontífice León XIII. Se declamaron inspiradas poesías en castellano, francés, latín y griego. Todos, todos los alumnos se distinguieron notablemente en el desempeño de su cometido, y la academia resultó amena, oportuna y brillante. Con las poesías alternaron, selectas piezas musicales ejecutadas con precisión y maestría, llamando justamente la atención el «Tu es Petrus», del profesor del colegio y organista de la Catedral D. José Ramón, y una lindísima barcarola religiosa del mejor gusto, cantados ambos números por los alumnos del colegio.

El Sr. Obispo de Orihuela terminó el acto con un discurso de gracias y estímulo a los jóvenes colegiales de Santo Domingo. Nos hemos extendido mucho y aun así hemos tenido que ser sobradamente parcos en detalles.

Para concluir solo diremos que el Colegio de Santo Domingo de Orihuela ha alcanzado un lauro solo comparable al que obtuvo en el año anterior; que a su impulso le imitan otros Colegios de su clase, y ello significa un paso importantísimo en la difusión de la semilla para la obra de la restauración de la Filosofía Cristiana, y que por ello felicitamos «ex toto corde» al Colegio, a su Rector, a sus Profesores y a cuantos contribuyen a tan brillantes éxitos, que si son causa de satisfacción legítima al presente, encierran una esperanza dulce, halagüeña y consoladora para lo por venir.

El diario de Orihuela. Número 1074 – 20 de marzo de 1890: La fiesta de San José. Con solemnes actos religiosos y literarios ha celebrado en el presente año el colegio de Santo Domingo de esta ciudad, la fiesta del glorioso patriarca San José, dando con eso público testimonio del agradecimiento que profesa al patrón de la universal Iglesia por los innumerables favores que le ha dispensado en el presente curso.

En la mañana de dicho día celebró el santo sacrificio de la misa en la iglesia del colegio, el Rdo. P. Juan Ricart, Provincial de Aragón, distribuyendo el Pan Eucarístico a las Hijas de María y a los señores alumnos internos. A las 9 de la mañana hubo misa solemne con acompañamiento de órgano, siendo el celebrante el Rdo. P. Bernardo Requesens, Rector del colegio.

La oración panegírica estuvo a cargo del P. Francisco Tena de la Compañía de Jesús, el cual con elocuente celo ensalzó las glorias del castísimo Esposo de María, presentándole como oportunísimo modelo de humildad contra la soberbia que en el mundo, ya en política, ya en la ciencia, ya en el mismo seno de la familia, amenaza inficionarlo todo, al presentarse con los pomposos títulos de libertad y adelantos modernos.

Por la tarde, a las 5 y media tuvo lugar la solemne promulgación de dignidades en el salón de actos del colegio, al que asistió un inmenso concurso que llenaba completamente aquel local. El acto iba precedido de una concertación de Geografía por los alumnos de la clase de Media, en la cual el niño D. Manuel Lorenzo y Penalva leyó una elegante prelusión, siendo de ver la prontitud, gracia y soltura de aquellos tiernos niños, al preguntarse y corregirse mutuamente, al responder al alumno que dirigió el certamen, al contestar a las preguntas de los profesores asistentes al acto.

Terminado este ensayo, el alumno D. Ginés Yáñez y Cánovas, leyó con admirable entonación una inspirada oda al Patriarca San José que mereció entusiastas aplausos. Acto seguido empezó la promulgación de dignidades entre los alumnos del colegio. Al que nunca los tenga visto, difícil es darle una idea de actos tan imponentes como el presente, y que sólo se repiten dos o tres veces durante los nueve meses de curso.

El aspecto del salón, adornado con espléndido aparato, las banderas los estandartes, las insignias, los diplomas artísticamente colocados en lugar manifiesto, la lectura de los nombres de los afortunados que sobresalieron en la aplicación, en la conducta y que son saludados con entusiastas himnos y calurosos aplausos, el gozo de los premiados, la emoción del padre o de la madre al ceñir las sienes de su hijo con la honrosa corona de laurel, noble trofeo de aplicación al estudio, las lágrimas que brotan de aquel, que en un momento mira perdida su dignidad, la faja de brigadier, la banda, el estandarte, todo, repetimos, todo contribuye a dar más realce y esplendor a este género de actos, que a la par que son un gran estímulo para las tiernas inteligencias son el más poderoso aliciente para que el joven reprima y venza las malas inclinaciones que ya en esta edad empiezan a manifestarse con una virtuosa a intachable conducta.

Dichosos sí, dichosos una y mil veces aquellos a quienes por medios tan santos, tan nobles y eficaces, les ha cabido en suerte recibir una instrucción que ha de formar su verdadera dicha y bienestar. Durante un rato de descanso, el joven y distinguido violinista D. Sebastián Muné, ejecutó con acompañamiento de piano una brillante fantasía, música de C. A. de Bériot, mereciendo nutridos y prolongados aplausos por la admirable maestría y prodigiosa habilidad que desplegó en el desempeño de la referida pieza.

Finalmente, digno remate de la fiesta fue la oda dirigida al Rvdo. P. Provincial que presidía el acto, declamada con muy expresivo efecto por el niño D. Antoliano Pérez y Gutiérrez; con esta poesía y el himno «A los vencedores» música de D. José Ramón Bixquert, profesor del colegio, cantado por los alumnos, se dio fin a este acto que como tantos otros celebrados en el presente mes, dan claras muestras que el colegio de Santo Domingo de Orihuela no perdona medio alguno al fin de que sus alumnos reciban la más sólida, la más completa y virtuosa instrucción que padre alguno pueda desear en bien y provecho de sus hijos.

El alicantino. Número 1549 – 9 de abril de 1893: EN HONOR A COLÓN GRANDIOSA SOLEMNIDAD EN EL COLEGIO DE SANTO DOMINGO DE ORIHUELA. El día 2 de abril, a la una de la tarde salía del colegio de Santo Domingo numerosa multitud de lo más selecto de la sociedad oriolana y de familias distinguidas de Alicante, Murcia, Cartagena y otras poblaciones.

«¡Bien, muy bien, decían unos, se han portado los alumnos! ¡Excelentes composiciones poéticas! ¡La música clásica, añadían éstos; aquéllos: la ejecución, maravillosa!». Y todos, indistintamente, esta es, decían y repetían, la mejor entre las muy buenas academias que se han verificado en Santo Domingo.

En efecto, Sr. Director; a las once de la mañana de dicho día 2, encogida, a la par que numerosa concurrencia, llenaba el hermoso y vasto salón de actos de ese magnífico centro de enseñanza, donde se educa a la juventud en letras y virtudes cristianas, de aquella manera que sabe hacerlo la Compañía de Jesús, y han visto por experiencia cuantos han confiado sus hijos a tan benemérita Compañía. Invitados mediante magnifico programa de gusto clásico superior, en que por modo admirable estaban hermanadas la elegancia y seriedad, íbamos ávidos de presenciar la corona lírico poética que se iba a verificar en honor del inmortal Colón, para solemnizar el cuarto centenario del descubrimiento de América, seguros de que debía ser excelente.

Y cierto que la realidad sobrepujó las esperanzas. Porque aquellos niños no parecían inexpertos declamadores, sino artistas avezados a las tablas, que con increíble acierto interpretaban los efectos y sentimientos varios de las composiciones poéticas, dando a cada una de sus partes aquella variedad de tonos y expresión apropiada, de que resultaba a las declamaciones un colorido y animación que las hacía brillantes y agradables y dignas de los prolongados aplausos que obtuvieron.

Muy bien leyó D. Manuel Aguilera la producción, pero todavía declamó con más vigor y mejor entonación la octava composición de la segunda parte. El niño D. Julio de Ugarte se presentó dos veces  ante el público y las dos con tal soltura y decoro, que llamó mucho la atención. Su declamación de las dos composiciones «¡Plus ultra!» y «El puerto de Palos», fue dulce, animada y simpática. En los diálogos procedieron con mucha naturalidad y mucho acierto los señores Ayala (D. Ricardo), Aparici (D. Miguel), Lorenzo y Espuche. D. José Rovira de la Canal, declamó muy bien la oda latina «Adiós a la patria».

Quisiéramos decir algo también de los demás alumnos, porque todos desempeñaron muy bien su cometido, pero por no hacernos interminables, acabaremos esta parte con la declamación de la oda final por el Sr. Guerrero. La oda brillaba entre aquella multitud de bellas composiciones, como la piedra más rica y más vistosa de la corona poética; pero todavía la abrillantó más y la llenó de haces de luces con su sobresaliente declamación, el alumno D. Braulio Guerrero, quien rayó tan alto, que parecía no poderse pedir más en un alumno.

Pues ¿qué diré de la parte musical? La composición «La lucha del genio», cantada a voces solas, resultó una pieza grave, llena de patéticos acentos y de inspiración realzada por modo extraordinario por un nutrido coro de cuarenta pequeños orfeones, que dando alientos a Colón para su empresa, servía como de fondo bellísimo y animado de un cuadro viviente, en que se destacaba majestuosa y llena de interés y encanto la noble figura del almirante genovés, cuya representación sostuvo admirablemente con su arrebatadora declamación el alumno D. Braulio Guerrero.

Parece que no podía esperarse más de la infantil masa coral, y sin embargo creo que todavía ejecutaron con mayor pulcritud la escena lírica «¡Tierra! ¡Tierra!» donde ofrecía espectáculo muy animado e interesante aquella tripulación conjurada contra el almirante, y reducida a orden al divisar la tierra que buscaba, pareciendo entonces que en transportes de entusiasmo, quería con su actitud saltar de la carabela. Muy bien representó D. Gregorio Rodríguez en esta escena el papel de Colón.

Esta academia es de aquellas que dejan huella en los que las presencian, y pienso, como he oído decir a personas inteligentes que ella sola es bastante a dar idea exacta de los elementos de prosperidad que encierra, y de la altura a que se ha elevado el Colegio de Santo Domingo.

Prosigan los humildes hijos de Ignacio con esfuerzo y felicidad la noble cuanto difícil empresa de educar en letras y virtudes cristianas esa juventud, que es hoy la más dulce y legítima esperanza de la patria; y que a no dudarlo ha de reportar a la sociedad y a la religión, días de prosperidad y bienandanza. Felices jóvenes los que tienen la dicha de recibir de los Jesuitas esa educación que tanto aprecian los verdaderos católicos, cuanto temen y detestan los enemigos de la religión. UN AMANTE DE LA VERDAD.

El alicantino. Número 1897 – 15 de junio de 1894: Nuestro activo corresponsal de Orihuela, nos participa que han tenido feliz término en aquella ciudad, en el Colegio de Santo Domingo, que tan acertadamente dirigen los Padres de la  Compañía de Jesús, los exámenes oficiales de prueba de curso.

El éxito más satisfactorio ha logrado alcanzar el desvelo por la enseñanza que muestran los religiosos que dirigen aquel grandioso centro de instrucción; de él se veían salir los padres de los alumnos rebosando alegría por las notas obtenidas por sus hijos y por las atenciones, afanes y desvelos de los directores y profesores del notable Colegio que tanto honra y que tan inmensos beneficios produce a nuestra provincia.

El colegio de Santo Domingo, por sus vastas proporciones y admirable fábrica, es un verdadero monumento, rica joya arquitectónica que la fe de nuestros mayores levantó como prueba de lo mucho a que aspirar puede quien se deja guiar por la religión del Crucificado; por ello el suntuoso edificio es visitado por extranjeros y nacionales que admiran su magnífica iglesia, su claustro de entrada, sobrio de ornamentación, sencillo y grandioso, así como su suntuosa escalera.

Mas, si digno de atención es el edificio por su fábrica, más lo es aún como centro de instrucción; bajo este concepto, sostiene honrosa competencia con los primeros de su clase en España y tal vez del extranjero.  Felicitamos por ello a nuestra ciudad hermana y rogamos a Dios que no decaiga jamás en ella, el espíritu que da vida y esplendor al colegio de Santo Domingo y a sus otros centros católicos de enseñanza.

La noticia diaria. Número 43 – 4 de diciembre de 1894: Enhorabuena. Sinceramente la damos a los alumnos del Colegio de Santo Domingo, y en particular a los colegiales pertenecientes a la 1ª y 2ª brigada por su esmerada observancia en la disciplina y asidua aplicación al estudio de las letras y de las ciencias. Buen testimonio de ello son las dos hermosas banderas en cuyo fondo campean las efigies de San Luis Gonzaga y San Estanislao de Kostka, patronos respectivamente de la primera y segunda brigada.

Esas banderas, siguiendo costumbre tradicional, se ven alzadas en señal de victoria del Colegio, donde a manera de lenguas mudas pero elocuentes, atestiguan el ahínco con que los colegiales se entregan al cumplimiento de sus deberes escolares y les incitan por un lado a continuar con ardor perseverante en tan laudable camino; mientras por otro a sus padres les dan justo motivo de engreírse viendo en sus hijos la aplicación estrechamente hermanada con la virtud, señal inequívoca de que una infancia tal, será precursora primero de una digna adolescencia, y más tarde de una honrada y virtuosa vida social, que es el fruto que pretenden recabar de sus paternales desvelos.

La noticia diaria. Número 62 – 29 de diciembre de 1894: Fiesta de los Inocentes. Pues que en los días anteriores hemos reseñado, aunque muy ligeramente, las tertulias con que solazan en el Colegio de Santo Domingo los alumnos internos, y agradablemente entretienen a sus papás, no queremos dejar de decir cuatro palabras acerca la velada con que ayer, día de los Santos Inocentes, se solemnizó la exaltación al trono del Rey de los de dicho establecimiento.

Velada magna puede llamarse la del día 28, verificada ante un concurso de lo más selecto y visible y tan numeroso que llenaba completamente el espacioso salón de actos. Duró no menos de tres horas y media, porque el infantil apetito, una vez engolosinado con el placer de la escénica representación, no se sacia con facilidad; y lo que dicen esos angelitos, si de un reinado tan fugaz no se procura sacar partido…; porque a la ocasión la pintan calva, y los reyes vienen pocas veces por los colegios; porque los libros tienen un tufillo tan desagradable…

Y sobre todo, que estando las piececitas tan dignamente preparadas, las horas se deslizan como pájaro por el aire y anguila por la mar. Los dos ciegos resultó una escena agradable, en que estuvieron acertadísimos los Sres. D. Adolfo Ceño y D. Pedro García Murphy, no solo en la parte mímica, mas también en la del canto. El «degüello de los inocentes» también gustó mucho, y como siempre que en las tablas se presenta, sobresalió el señor Armand, quien tanto se posesiona de su papel que por insignificante que sea lo avalora y le da mayor realce.

En «el médico a palos», interpretaron bien su papel D. Gabino Ruiz, D. Francisco Aparici y D. Juan Pérez Motos. Sentimos no conocer a los demás colegiales que tomaron parte en las otras piezas aunque nos pareció ver en la estudiantina, que estuvo bien ejecutada, a D. Matías Pescetto, D. Adolfo Ceño, D. Ignacio Aznar y D. Cristóbal Romeu. Haciéndonos cargo de las manifestaciones de la opinión pública, podemos asegurar que tertulias tan llenas, también preparadas, y con tanto gusto y perfección realizadas, no se han visto nunca en Santo Domingo.

La compostura tan correcta de los alumnos, los días de tanta agitación son cosas que han llamado la atención de personas reflexivas, a quienes estas inocentes expansiones han servido de poderoso argumento que les persuade, de cuan ventajoso es ese difícil arte de educar a la juventud, cuyos secretos penetra como nadie la ínclita Compañía de Jesús.

No queremos terminar nuestro incompleto y desaliñado relato sin hacer constar que pocas veces se ha visto un Monarca de Inocentes tan espléndido y generoso, y sin duda nunca empuñó el cetro de ese reinado de inocencia un niño tan simpático a sus vasallos y de ellos tan calurosamente vitoreado.

La noticia diaria. Número 124 – 16 de marzo de 1895: Acto literario. Los alumnos de la clase de preparatoria del Colegio de Santo Domingo de esta ciudad, lo celebrarán en honor del Patriarca San José el día 19 del actual a las 2 y media de la tarde, cuyo programa, insertamos a continuación: Terceto, Bellini. —El Combate — Diálogo por D. Manuel Lacárcel y D. Ernesto González. — Música de Rogel.

GRAMÁTICA CASTELLANA. — Analogía. Definición de cada una de las diez partes de la oración, divisiones y variaciones de las mismas. — Sintaxis. Preceptos acerca de la concordancia y construcción gramatical de las palabras. — Prosodia. Recta pronunciación de las letras y de las sílabas. — Formación de los diptongos y triptongos — Ortografía. Uso del acento ortográfico y empleo de las letras B, C, G, H, J, M, R, V, Y, Z.

GRAMÁTICA LATINA. — Analogía. Declinaciones de los nombres sustantivos y adjetivos. —pronombres. —concordancias. — Verbos. Conjugación del verbo Sum y de los activos Amo, Moneo, Lego, Audio. —Conjugación perifrástica de los mismos; — Formación de los tiempos. — Traducción del infinitivo en sus múltiples formas.

— Ejercicios prácticos de construcción. De verbo sustantivo. —De verbo activo y pasivo. — De infinitivo. Género de los nombres. Reglas para determinarlo atendida su significación y terminación. A San José. — Romanza. Rogel. Don Alfonso Ruiz. —Prelección. Análisis analógico, sintáctico y ortográfico del romance D. Alonso de Aguilar. Declamación del mismo por D. Miguel Flores.

DECLAMACIONES— Letrillas. Traten otros del gobierno. —Santo silencio. — Poderoso caballero. — Faltando yo, es cierto. — Da bienes fortuna. —Romances. Zulema. D. Rodrigo. — La campana de Huesca. — El conde Arnaldo— Fábulas. La ardilla y el caballo— El gallo y el zorro.— Pedro enreda— El león, la zorra y el lobo.— La vida del hombre.— El pajarillo.— La verdad sospechosa— La lechera.— El calvo y la mosca.— La escala.— El sueño de S. José. Polímetro castellano por D. Ernesto González. — Muerte de S. José. Redondillas por D. Rafael Arnaldo.— Plegaria a S. José. Sáfica castellana por D. Pío Calvache. — Patrocinio de S. José. Canción por D. Joaquín Rodríguez.

IMPORTANCIA DE LA GRAMÁTICA CASTELLANA. Diálogo por D. Manuel Lacárcel y D. José Martin. — Promulgación de dignidades. Himno final, Espí.

1899. Campo de Congregantes. Finca «Los Balcones».

La noticia diaria. Número 170 – 16 de mayo de 1895: Hoy han pasado el día de campo en la hacienda de «Los Balcones», los alumnos internos del Colegio de Santo Domingo.

El llamado «campo de Congregantes» era una actividad anual que se realizaba entre los meses de abril y mayo. En una jornada normal de colegio, los jesuitas organizaban una excursión, generalmente a la costa, y allí pasaban el día invitados en las propiedades de antiguos alumnos; como por ejemplo Federico Linares, que les prestó su famosa finca de «Los Balcones». En la siguiente entrega transcribiré alguna de estas excursiones.

El nuevo alicantino. Número 490 – 15 de septiembre de 1896: Hoy se abre el curso académico en el Colegio de Santo Domingo de Orihuela, que con laudable celo dirigen los beneméritos hijos de San Ignacio de Loyola.

Durante este verano se han practicado importantes reformas en aquel establecimiento que se halla a la altura de los primeros centros de enseñanza de España, y aun de los que dirige la Compañía de Jesús que no tienen rival en la enseñanza. En este año, se ha multiplicado el número de alumnos en el Colegio de Santo Domingo, y muchos de estos pertenecen a las familias más distinguidas de esta ciudad.

El nuevo alicantino. Número 682 – 13 de mayo de 1897: FIESTA PATRIÓTICA EN EL COLEGIO DE SANTO DOMINGO. Ayer, por el correo de la mañana, recibimos un pliego cerrado de tamaño in folio. ¡Santo cielo! ¿Qué será, dijimos? y abriéndole quedamos agradablemente impresionados al ver una lámina artísticamente hecha en la que leímos lo siguiente:

AL VENCEDOR DE FILIPINAS. Corona poética. Al general sin tacha. Al bizarro militar y cristiano caballero. Al quebrantador glorioso del Katipunan. Al defensor ilustre de nuestra bandera inmaculada. Admiración de los extraños, gloria de España Terror del masonismo en Filipinas. A cuyas plantas palpitantes yacen los enemigos. Al merecedor de eterno e inmarcesible Lauro D. Camilo Polavieja. Dedican este humilde obsequio. En prenda de amor y gratitud. Y entusiasmo patrio. Los alumnos del Colegio de Orihuela, 16 de Mayo de 1897.

El programa de esta patriótica función digna de los sentimientos altamente religiosos que dominan en aquel notable centro docente, es el siguiente: Prelusión castellana, compuesta y leída por D. Alfonso Ruiz Navarro. Sinfonía.— Beethoven.

PARTE PRIMERA. El Katipunan. — Escenas dramáticas por los Sres. D. Alfonso Ruiz, D. Manuel Giménez, D. José Brotons, D. Ginés Gorguera y D. Santiago López. ¡Guay de España!— Oda por D. Joaquín Rodríguez de Vera. Día lúgubre. — Elegía por D. Manuel Carrió. Los dos Ángeles. — Dúo por D. Alfonso Ruiz y D. Francisco Gerés, música de García. Iris de esperanza. — Polímetro por don Mariano Navarro. Lo Fill d’Alcoy.— Juguete melodramático lemosín, por los alumnos señores Pérez, Gerés, Carrió, Brotons, Uriarte y Santonja, música de Baixas. «In hoc signo vinces». — Romance heroico, por D. José María Durán. La Regatta veneziana. — Rossini.

PARTE SEGUNDA. Junto al Pasig.— Décimas por D. Alfonso Ruiz N. ¡Mueran los traidores! — Escenas trágicas por los Sres. Durán, Giménez, López, Jorquera y Pérez. — Recitado, música de Baixas. Dios me ilumine. — Versos de pie quebrado por D. Francisco Gerés. El abrazo de dos héroes. — Ensayo dramático por los Sres. D. Alfonso Ruiz N., D. Joaquín Rodríguez de Vera y D. José Brotons. ¡Viva España! — Marcha coreada. Choy Valverde. Imus. — Oda por D. Alejo González. Al Libertador de Filipinas. — Oda pindárica por D. Mariano Navarro. Gloria al Soldado Español. — Himno triunfal, por el coro y orquesta.

Heraldo de Orihuela. Número 14 – 8 de mayo de 1898: El pasado domingo se celebró en el Colegio de Santo Domingo de esta ciudad una grandiosa velada literario-musical dedicada a Felipe II, que resultó brillantísima, como siempre lo son los actos que se celebran en dicho centro docente.

Igualmente tuvo lugar en el mismo establecimiento y en el mismo día el acto de la primera comunión de los alumnos que se educan en el referido Colegio, siendo celebrante el Iltmo. Sr. Obispo de esta Diócesis, que dirigió elocuentes y tiernísimas frases a los niños que por primera vez reciben el Pan de los Ángeles.

Como anuncié al principio, se completa la relación de alumnos con este listado en el que aparecen los fallecidos hasta el año 1922 y su periodo de estancia en el Colegio de Santo Domingo.

El nuevo alicantino. Número 843 – 25 de noviembre de 1897: En breve se instalará la luz eléctrica en el colegio de Santo Domingo de Orihuela, sabiamente dirigido por los beneméritos Padres de la Compañía de Jesús. La instalación se hará por cuenta de la administración de dicho colegio, y al efecto dispone este recomendado establecimiento docente de los aparatos y máquinas necesarias de las mejores fábricas del extranjero.

No cabe duda que la instalación de la luz eléctrica en el colegio de Santo Domingo de Orihuela, es una mejora en el mismo de gran importancia, pues además de la comodidad que la luz ofrece sobre los procedimientos de alumbrado hasta hoy conocidos, evita en gran manera el peligro de los incendios.

Bachilleres del año 1896: J. Rovira, M. Lorenzo, F. Villalobos, J. García, C. Roméu, F. Le Dantec, J. Bellod, J. Pérez, J. Carrió, M. Pescetto, I. Aznar, M. Gomis y F. Cabezos.
Enlace a la segunda parte.

Antonio José Mazón Albarracín (Ajomalba).

Mi agradecimiento a Jesús García Molina, Javier Sánchez Portas y J. Manuel Dayas.