
Matías Sorzano de Nájera.
Nacido el 25 de febrero de 1775 en «la Villa de Torrecilla de Cameros, Reino de Castilla la Vieja, provincia de Burgos -la provincia de Logroño no se creó hasta 1833- y Obispado de Calahorra», según reza en uno de sus testamentos redactado en Orihuela en 1808. En dicho testamento dice haber nacido en 1777, pero su partida de nacimiento refleja 1775.
Hijo de Juan Antonio Sorzano y de la que fue su segunda esposa, Manuela de Nájera. Llegó a Orihuela muy joven, a finales del siglo XVIII, y pronto comenzó a amasar una incalculable fortuna con sus negocios, destacando especialmente los préstamos y arrendamientos que han quedado reflejados en numerosos protocolos notariales del archivo oriolano.
En 1802 casó en Santa Justa con Ángela Adalid Ximénez, otra riojana natural de Nestares de Cameros. Tras un pleito de hidalguía con el Archivo de la Real Cancillería de Valladolid con sentencia favorable, en 1804 obtuvo del Ayuntamiento oriolano el reconocimiento de nobleza, condición que le permitía ostentar escudo.
Para eso necesitaba una casa acorde a las circunstancias; y no le valía cualquier sitio. Matías decidió edificarla frente a la más aristocrática de la ciudad, la del marqués de Rafal. En enero de 1820 compró dos casas adyacentes que unió a la que ya tenía para hacer su palacio.
En el testamento de 1808 antes citado, tenía ya cinco hijos: Simón, Mª Simona, Teresa, Tomasa y Cándida. Tuvo 3 hijas más: Modesta, María Manuela y María del Pilar. Ocho hijos en total, de los que únicamente le sobrevivieron las hijas María y Teresa.
Su único varón, Simón Sorzano Adalid, tuvo a su vez un hijo llamado Matías Sorzano Cambronero que apenas sobrevivió a su abuelo, ya que falleció en 1865 a los diecinueve años de edad. Con el se perdió la continuación del apellido Sorzano en Orihuela.
Sus otros ocho nietos llevaban los mismos apellidos: Rebagliato Sorzano, aunque fueron fruto de dos matrimonios diferentes: uno formado por Andrés Rebagliato Pescetto y Teresa Sorzano Adalid; y el otro por Santiago Rebagliato Pescetto, hermano de Andrés; y Cándida Sorzano Adalid, hermana de Teresa.
El primero tuvo cinco hijos. Uno de ellos, llamado también Matías, fue alcalde de Orihuela y Caballero Cubierto. El otro tuvo tres hijas.
Matías Sorzano fue uno de los personajes más destacados de la primera mitad del siglo XIX en Orihuela. En el verano de 1808 donó seis mil reales para contribuir a «la lucha contra el francés».
Regidor municipal en 1835. Carlista declarado en una de las ciudades más carlista de España, un año después fue eliminado de la lista de mayores contribuyentes utilizada para escoger a los representantes políticos por su desafección a la Monarquía Constitucional.
Por los mismos motivos fue desterrado en 1840. Pero al regresar, su prestigio se había multiplicado. Y además se permitió el lujo de comprar al Estado varios conventos desamortizados.
Diario de avisos de Madrid. 29 de enero 1843: Venta de bienes nacionales. Pertenecientes al Clero Secular. El edificio que fue convento de las religiosas Salesas de Orihuela, situado en aquella ciudad, sus obras son enteramente nuevas, y consta de un cuadrado de 6120 palmos valencianos superficiales y 67 de altura; no se le conoce carga alguna; se halla arrendado por 1250 rs. anuales, a condición de cesar el arriendo el último día del mes en que el comprador tome posesión; ha sido tasado en 1021800 rs., cantidad en que se saca a subasta.
El de las Salesas, símbolo carlista de Orihuela fundado por el príncipe Carlos, se lo devolvió a las monjas. Y corrió con todos los gastos de traerlas de vuelta desde Madrid.
También se hizo con el de los franciscanos de Santa Ana. No he conseguido averiguar si compró también el de capuchinos. Pero la circunstancia de que en 1880 perteneciese a su yerno, Andrés Rebagliato, me hace pensar que también pasó por la manos del acaudalado Matías.
En su casa se alojó el capitán general de Valencia en 1844 a su paso por la ciudad.

En 1847, el carro de Matías transportó al obispo carlista Félix Herrero Valverde de vuelta a casa tras su destierro. Tres años después fue nombrado Caballero Cubierto.
Entre los años 1844 y 1845, compró también varias heredades desamortizadas a Mercedarios, Agustinos y Franciscanos.
El convento de Santa Ana, durante la epidemia de cólera, fue cedido usarlo como hospital. Falleció en Orihuela el 2 de diciembre de 1862.
En 1880 sus herederos donaron el convento a los franciscanos junto con su amplio huerto.
Su retrato lo pintó Vicente López en 1840. Pinchando sobre la imagen podéis disfrutarlo al detalle.
Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba).
Publicado en 2006. Ampliado posterormente con algunos datos de su familia que provienen del archivo «Reunión familia Díe», a cuya archivera, Concha Díe Maculet, envío mi más sincero agradecimiento.
El resto salió de fuentes consultadas por mí mismo en el Archivo Histórico, principalmente de dos de sus testamentos y de la escritura de compra de dos casas, utilizadas para construir su palacio oriolano.
Os dejo la transcripción de la compra:
Ante el notario Julián Fernández, Josefa Sardo de Raymundo, viuda de Bernardo Ferro y su hija Bárbara Ferro Sardo, venden a Matías Sorzano de estado noble, que esta presente, dos casas de habitación que son propias de su dominio y tienen las otorgantes madre e hija pro indiviso en el poblado de esta ciudad, centro y casco, parroquia de Santas Justa y Rufina, la una en su calle llamada de la feria, a la que tiene dos puertas y con la que linda a norte. De mediodía con otra casa de las otorgantes, que es la que luego se deslindará.
De levante con la calleja traviesa desde la Feria a la del Ángel, donde tiene otras dos puertas y de poniente con la casa de Francisco Lafuente, maestro relojero, que fue antes de Bartolomé Galán. Y la otra que esta situada en dicha calleja, traviesa desde la citada calle de la Feria a la del Ángel, linda por levante con la misma calleja y a la que tiene su puerta principal, de poniente con casa enfrente de los herederos de Francisco Ballesta y en parte con la del referido Francisco Lafuente, de mediodía con casa del comprador y en parte con la de los herederos de Antonio Andrada y de norte con la anterior deslindada. Comprada una en 1787 y la otra en 1797.
Hay dos ventanas con sus hojas, que se hayan formadas desde muy antiguo en la pared de la casa que queda deslindada, situada en la calleja traviesa, que dan sus vistas a poniente y caen al descubierto y casa que hoy es propiedad de Don Francisco Lafuente, maestro relojero, cuyas ventanas y rejas están colocadas la primera a seis y medio palmos desde el piso o suelo firme de dicha casa.
Y su marco es de cuatro palmos y uno y medio dedos de altura y dos con nueve dedos de anchura y la segunda a catorce palmos y tres dedos desde el mismo suelo firme y con el marco de cuatro palmos siete dedos de alto, abajo y tres palmos cinco dedos de ancho.
Con el supuesto de que sobre estas mismas servidumbres se haya pleito pendiente a instancias de dicho Señor Lafuente, en el juzgado del Señor Alcalde Mayor de esta ciudad y oficial escribano, Domingo Pacheco, y ha sido convenido entre los otorgantes vendedoras y el comprador el que este se entienda con dicho pleito, con la sola obligación en las vendedoras, madre e hija, de franquear al comprador cuantas noticias, instrucciones y documentos puedan servirle y tengan a su favor la justicia con que se consideran en la causa, además de lo que consta ya en autos y satisfagan también las costas causadas hasta la fecha de esta escritura, así en este juzgado como en el incidente que pende en la superioridad bajo cuya inteligencia le venden dicha casa.
El precio liquido de las dos casas de esta venta es la cantidad de 51.439,22 rls., los mismos que entrega de presente el comprador y las otorgantes madre e hija reciben de su mano en monedas de oro y plata.
(Prot. 1882 f. 40, 30 de Enero de 1820)