
Introducción.
Dejamos nuestro paseo en la calle de Francisco Díe; y lo retomamos girando a la izquierda, por la travesía de la peña al hospital que, como ya comenté, acabó unificada con el nombre de Maestro Esteban.

Ascendiendo por su empinada pendiente tomaremos un desvío para visitar un barrio asentado en terreno desigual, un puñado de callejas sinuosas y laberínticas que crecieron adaptándose a la sierra.
Está situado en la ladera de San Miguel y nos puede dar una idea de lo que debió ser el tortuoso urbanismo islámico; con trazados desiguales, escaleras y recovecos caprichosos.

Los oriolanos sólo se acuerdan de estas angostas y empinadas callejuelas durante las procesiones y desfiles. Cuando las calles principales están bloqueadas, permiten cruzar buena parte de la ciudad, pegándose a la sierra.
Este humilde barrio, hasta hace seiscientos años, fue el núcleo de la judería extendida por la peña hasta la parroquia de Santiago.
Aquí, durante siglos, vivieron apartados los judíos; tanto por la discriminación que practicaron con ellos musulmanes y cristianos, como por su voluntad de permanecer aislados, conservando intactas su identidad y tradiciones.
Sentados en cualquier rincón, hablaremos un poco de ellos.
La Judería.

Para hablar de la población judía de Orihuela he utilizado fundamentalmente las notas del padre Agustín Nieto Fernández, marcadas en amarillo. Forman parte del libro «Orihuela en sus documentos IV. Musulmanes y judíos en Orihuela (siglos XIV-XVIII)».
Y también los Anales de Mosén Pedro Bellot, cuyos apuntes he marcado en azul; reservando el rojo para los textos de Josef Montesinos.

Los judíos oriolanos convivieron con toda seguridad en la Orihuela musulmana; pero las primeras noticias escritas datan del siglo XIII, cuando Alfonso X los citó expresamente en el privilegio del Mercado Semanal.
También sabemos que Jacob Avendino se encerró en el castillo junto a los vecinos cristianos que resistieron en la rebelión mudéjar de 1264. Este Jacob y otros judíos fueron mejorados en las particiones.
Judería siempre la hubo en Orihuela, así en tiempo de moros como de cristianos, y merecieron parte de las tierras y casas que se repartieron, porque cuando se ganó el castillo se metieron en él algunos a defenderle, cuyos nombres están en el Libro de los Repartimientos, y con ellos se metió Jacob Avendino, que con otros judíos siguió la parte de los cristianos.

Bellot dejó muy clara la situación de la judería.
La judería es cosa cierta que estaba en la parte o acera de la calle de la Feria hacia la Peña, desde el callejón de Nicolás Viudes a la calle de la Morera y al Estudio. Empezaba por la calle de San Pablo y corría por el Estudio.
Del Callejón de Nicolás Viudes ya hablamos en la entrega anterior, relacionándolo con el de Maestro Esteban. La calle de la Morera es la actual calle de la Paja.
De las calles de San Pablo y el Estudio, antecedentes la actual travesía de Triana, hablaremos en esta entrega. Os dejo un plano.

También mencionó la judería Justo García Soriano; en un trabajo publicado en prensa sobre la feria de Orihuela. Pinchando sobre la cabecera de «La Iberia» se accede a dicho trabajo.
La iberia. 28 de agosto 1907: Era, no obstante, la colación de Santa Justa la más céntrica, populosa y aristocrática de las tres: en ella estaba la plaza mayor (hoy de la Fruta) con algunos edificios públicos, la carnicería y la lonja.
La judería o barrio israelita comprendía todas las callejuelas que se extienden al pie del monte, desde el Churripel hasta la espalda de Santiago, constituyendo su núcleo principal lo que todavía se llama barrio de Triana...
En la segunda mitad del siglo XIV, durante la Guerra de los dos Pedros, los judíos fueron empadronados en Oriola. Así, además de pagar al rey, se les obligó a contribuir con el muro y a velar, como cualquier vecino cristiano, por la seguridad común.
Pagaban también un impuesto pequeño pero simbólico, treinta dineros, la famosa «renta de Judas» que se partían por mitad, obispo y cabildo.
17-8-1360. Los judíos en la guerra. Se ordena que los judíos sean empadronados y divididos por decenas para que sean obligados a velar lo mismo que los cristianos, porque viven dentro de la villa y dentro de los muros como los cristianos. (AMO, nº ?, f 37v.).
1383. Contribuían en tiempo de guerra en los gastos, pagando 3 sueldos por casa, y remediaban con sus usuras muchas necesidades, así a cosas comunes como a particulares…
4-4-1384. Contribución en lo de los muros. El Consejo acuerda que judíos y moros paguen en el muro lo mismo que los cristianos. (AMO, nº 4, f. 130 v.).

En épocas anteriores desconocemos su número; pero por el año 1383 quedaban en Oriola sesenta casas de judíos y veinte de moriscos; es decir unos trescientos judíos. Lo sabemos por que, en ese año, el Consell acordó dejarles una sola carnicería compartida con los musulmanes.
Había en ella 60 casas y tenían su carnicería de por sí, aunque en el año 1383 determinó el consejo que, pues los moros y judíos no eran más de cien casas bastaba para todos una carnicería.

1-1-1430. Los judíos y la sisa. De toda res que compren los judíos pagarán a los compradores de la sisa 20 dineros, excepto del cabrito, por el cual pagarán la sisa acostumbrada. Que los judíos no puedan matar ni deshacer carne alguna sin manifestarla al sisero en pena de 30 sueldos por cada vez.
Por toda res que los judíos maten, así carnero, oveja, cabra y cabrón paguen por res 20 dineros. Del cabrito y cordero pagarán como los cristianos. (AMO, nº 959, f 75 y 77 r.).
Tenían prohibido despedazar sus reses en carnicerías de cristianos, y si algún carnicero lo permitía, ambos eran sancionados.
1444. Por carnero pagarán 3 sueldos, 6 dineros. Por oveja, 2 sueldos, 6 dineros. Por cordero, 1 sueldo, 6 dineros. Por cabrito, 1 sueldo, 4 dineros. Que no deshagan sus reses en carnicería de cristianos y si algún carnicero se lo consiente pagará 60 sueldos y el judío 30 sueldos. (AMO, nº 2350, f 85 y 88).
Resulta curioso saber que había más judíos que musulmanes en Oriola; pero tiene su explicación; estamos hablando de la ciudad.
Los moriscos, trabajadores agrícolas, eran mucho más numerosos; pero estaban diseminados por los señoríos rurales donde gozaban de más libertad.
En cambio los judíos tenían oficios más urbanos. Copaban el ramo de la medicina: físicos, cirujanos, boticarios…
13/8/1371. Se da licencia a Dª. Yamila viuda de D. Yuçaf, cirujano, para usar el arte de «sulugía» (cirugía) por haber hecho muchas y buenas curas según certificación de muchos hombres buenos.
22-1-1378. Abrahim Abenaex, médico. Que los Jurados le den 100 sueldos para que dé seguridad de estar continuamente por todo el año en la villa, porque es entendido en arte de cirujía. (AMO, nº 3, f 91). Recibo de los 100 sueldos el 13-5-1378. (Ibíd., nº 3, f 130).
Incluso un oculista, tan prestigioso, que la ciudad le pagó para que no se marchase a ejercer su profesión a otro sitio.
Maestre Davy Damasco, judío oculista. 8/6/1409. Que era «muy buen maestro de guarescer e sanar dolencias de los ojos e que ha fecho muy buenas curas» y se quería marchar de la ciudad. Se acuerda darle 600 maravedís de 2 blancas.
También figuran como mercaderes, sastres, tapiceros, plateros, relojeros, prestamistas y «corredores de orella», los corredores de cambio y bolsa de la época que intervenían en los contratos de exportación e importación, negociaban letras de cambio, seguros, peritajes, etc…
6-3-1485. Un judío corredor de «orella». El judío Jacob de León ofreció dar al Consejo 2.000 sueldos graciosamente para quitar un censal o para lo que quisiera si se le concedía por 10 años el oficio de corredor de «orella» en la ciudad y lugares de su contribución, sin que pudiese haber otro más que él.
Se acepta el ofrecimiento y se encarga al Justicia y Jurados que concuerden con él los capítulos necesarios. (AMO, nº 204, f 18 r.).
Hasta que dejaron de fiarse de ellos.
21-3-1485. Como por fuero del reino no pueden ser admitidos los judíos al oficio de corredor de «orella» y porque los que han sido presentados al Justicia civil en el año corriente le ha sido notificado al Consejo que dichos judíos cometen muchos fraudes, así en las falsas relaciones que hacen de compras y ventas como en otras cosas, se revoca la aceptación de la oferta de Jacob León y los presentados y aceptados por el Justicia civil sean revocados. En adelante ningún judío sea presentado para dicho oficio. ( AMO, nº 204, f 20 r.).

A finales del siglo XIV, justo un siglo antes de la expulsión definitiva, las prédicas de fanáticos religiosos en época de peste y de crisis, fomentaron miles de asesinatos de judíos por toda la península; los tristemente famosos pogromos.
Convencidos de que las enfermedades que sufrían eran el castigo divino por convivir con infieles, en las aljamas se perpetraron auténticas matanzas.
1391. Persecución contra los judíos. Comenzó en Sevilla en 1391 con las predicaciones del fanático arcipreste Fernán Martínez y murieron allí unos 4.000; el furor se extendió a Córdoba y a toda Andalucía y luego al reino de Valencia, últimamente a Toledo y Barcelona…
En Valencia estalló el 9 de julio. Los desórdenes cundieron por todo el reino. Eran en gran número en Játiva, Alcira, Castellón, Burriana, Liria, Gandía, Cullera y llegaban hasta Orihuela y Murcia, viviendo en barrios separados.
En el verano de 1391, entre cien y doscientos judíos fueron asesinados en Valencia; y su judería quedó completamente arrasada.
En Orihuela se pudo evitar gracias a las precauciones adoptadas por el gobernador tras las noticias de la masacre ocurrida en la capital del reino.
1391. Cuando en Valencia hubo aquel movimiento del pueblo contra los judíos, que los mataban si no se bautizaban, los de Orihuela se temieron otro tanto, y teniéndose consejo en las casas del Obispo, que era la posada del gobernador Olfo de Próxita, y en su presencia y de Jaime Roncesvalls, baile general, entraron los más principales judíos, suplicando que les dijesen si habían ellos de tener el mismo trabajo y se irían de Orihuela, o que les prometiesen de favorecer.
Los judíos oriolanos solicitaron la protección del Consell; y estos les aconsejaron guardarse del furor del pueblo.
Respondióles el consejo que les aseguraban de todo mal, y que se estuviesen quedos, porque en cuanto en sí eran los favorecerían, pero que se guardasen del furor del pueblo.
No se quietaron por eso los judíos, porque casi todos se bautizaron, y los que no, se fueron, y el consejo salió a pagar todas las deudas que debían.
En ese trágico verano de 1391 se disolvió la judería oriolana. Sus integrantes se bautizaron o huyeron de la ciudad.
Y al desaparecer ésta, el Consell se hizo cargo de una deuda de la aljama en atención a su conversión; o al menos utilizó esa excusa para expropiar los bienes de los judíos.
El Clavario del Consell, Bertomeu Togores, afirmó haber pagado 200 florines prestados ante notario por un ciudadano de Játiva, llamado Juan de Maguerolas, a la aljama de los judíos oriolanos.
1391. Los 200 florines de la aljama de judíos. Recibo de Juan Cascant de 9 sueldos por la carta que llevó a Játiva por los 200 florines que el Consejo pagó a Maguerola y que le debía la aljama de judíos antes de hacerse cristiana. (AMO, nº 1040, s.f).
En compensación embargó todos los bienes de los judíos; vendiendo hasta sus puertas. Así lo reflejan las notas del Padre Agustín Nieto:
1391. Puertas de la judería. El Jurado Clavario Bertomeu Togores vendió a Pedro Guixet unas puertas del portal de la judería en 26 sueldos y 7 dineros.
A Juan Cascant le vendió 2 puertas que eran de la judería en 16 sueldos y 6 dineros (AMO, nº 765, f. 45).
Semanas después, el Concejo de Murcia reclamó las ropas y mercancías de un judío murciano, casado con una oriolana; quién asustado por lo ocurrido en Valencia, salió huyendo de vuelta a Murcia dejando sus mercancías al cuidado de sus suegros.
El Consell contestó que, si tenía que reclamar algo, que lo hiciese a su suegro; ya que era suya parte de la deuda pagada «de cuando los judíos de Orihuela se hicieron todos cristianos»; y habían enviado dichas mercancías a Játiva, a cuenta del pago.
Disuelta la aljama, a principios del siglo XV trataron de separar a los escasos judíos que mantuvieron su religión para que no «pervirtiesen» a los conversos.
1400. Y el consejo ordenó que ningún judío trabajase ni tratase con los conversos, pero que bien podían trabajar con los maestros cristianos viejos.
En esas mismas fechas, un famoso predicador valenciano gran enemigo de los judíos, recorrió parte de Europa acompañado de un grupo de laicos y clérigos que vivían con él de las limosnas.
Estos sacerdotes itinerantes atendían a las múltiples confesiones que los sermones de Vicente Ferrer provocaban, arrastrando tras de sí a centenares de penitentes y flagelantes. Si os interesa su biografía, pinchando en su retrato se accede a la que ofrece la Real Academia de la Historia.
San Vicente llego a Oriola en 1411; y tras su visita quedaron pocos judíos sin convertir. Aun así sabemos que alguno se resistió; y que el Consell tuvo que brindarles protección.
El Consejo se vio obligado a proteger a los que no habían abandonado la ley de Moisés, puesto que en 1415 ordenó que nadie tratase mal de palabra ni dijese judíos relajados, so pena de 60 sueldos. (Bellot, al margen, f. 465).
El acoso fue en aumento. A los no convertidos los señalaron con un distintivo y les obligaron a tener las casas abiertas. Y tenían pena de muerte si yacían con una cristiana.
Aún conversos, eran inspeccionados y adoctrinados constantemente.

A mediados del siglo XV, tanto moriscos como judíos quedaron obligados a arrodillarse al paso de la cruz, del santísimo, o de cualquier procesión cristiana.
Y en el año 1451 hicieron estatuto que los judíos y moros, a penas de 5 sueldos, se arrodillasen al Santísimo Sacramento, a la cruz y oración.
Hasta el último año el Consell intentó protegerlos para no perder a valiosos profesionales. Pero como todos sabemos, en 1492 fueron expulsados de España y comenzó una feroz limpieza de sangre a cargo de la Santa Inquisición.
Su cementerio, situado extramuros cerca de la torre de Embergoñes, se convirtió en huerto por cesión municipal a Joan de Rocafull. La siguiente nota es de Montesinos.
El Fosal de los Judíos estuvo con sus grandes cercas, en donde después fueron jardines del Magnífico D. Juan Rocafull; y casas de Marco Antonio Pascual junto al Río Segura, en la Puerta de Murcia y Parroquia de Santiago.

El «Barrio de Triana».

Dos cosas relacionan este barrio con Triana: el estar cerca de Justa y Rufina, las famosas alfareras de Triana; y una modesta capillita desaparecida dedicada a la Virgen de la Esperanza, advocación mariana que se venera en el famoso barrio de Sevilla.
La hornacina dedicada a la Virgen de la Esperanza fue colocada en el último tercio del siglo XX, ocultando durante años la entrada trasera de un refugio antiaéreo de la Guerra Civil abierto al público recientemente. Para saber más de los refugios oriolanos pinchad la siguiente imagen.
Triana fue antes nombre popular y ya era conocido así en el siglo XIX.
El diario de Orihuela. 10 de agosto 1888: Anoche, a las nueve, riñeron dos mujeres conocidas con los nombres de «La Ranera» y «La Pava» en el barrio de Triana, infiriendo la segunda a la primera una herida con una mano de mortero en la frente.
El diario de Orihuela. 11 de agosto 1888: Anoche, a las nueve y media, ocurrió un incendio en una fábrica de cerillas fosfóricas del llamado vulgarmente barrio de Triana, situado en las primeras estribaciones del monte.

Pero la titulación oficial «Travesía de Triana», calle que atraviesa todo el barrio, es del siglo XX.
Sus antecedentes son tres nombres: «Calle Nueva», «El Estudio» y la «Calle de San Pablo».
El primero es de finales del siglo XIV, cuando desmontaron la judería. Figura en estas dos notas del padre Agustín Nieto.
23-9-1391. Hospital de la judería. El Jurado Clavario, Bertomeu Togores, recibió de Gonsalvo de Espejo, cristiano nuevo, el precio de la casa y cámara que compró, que estaba en la Calle Nueva, que era hospital de los judíos, según recibo hecho en dicho día ante el notario Jaime Desprats. (AMO, nº 765, f 44 v.).
23-9-1391. A Juan Comí y Martín Torner por quitar las puertas de los portales de la Calle Nueva y llevarlas a la Plaza para venderlas se les pagaron 4 sueldos. (AMO, nº 765, f. 52 v.).
En uno de esos solares instalaron el estudio de gramática. A principios del siglo XVI el Consell compró, frente a la Parroquia de las Santas Justa y Rufina, a espaldas de la Cárcel y Corte, una casa para instalar en ella la Escuela o Estudio de Gramática.
Este establecimiento provocó que, desde mediados del XVII, esta zona fuese conocida como «lo carrer del estudi» o «lo estudi»; en castellano «el Estudio».

Allí se mantuvo muchos años a base de continuas reparaciones. Hasta que, a finales de dicha centuria, los jesuitas se hicieron con la dotación municipal para el mantenimiento de las cátedras de Gramática.
En ese mismo siglo comienza a figurar también el nombre de calle de San Pablo, tomado de una antigua ermita situada frente a Santa Justa de la que hablaremos en el próximo capítulo. Dicha titulación quedó fijada en los padrones del siglo XVIII.

«San Pablo» se mantuvo también durante todo el siglo XIX. Lo de llamar a la zona «Espalda de la Cárcel» es una excepción que os dejo por curiosidad.
Otra novedad fue añadirle a San Pedro (en realidad, la iglesia que le dio el nombre estaba dedicada a San Pablo y a San Pedro de Verona).

«De San Pedro y San Pablo» o «de San Pablo» a secas, la siguieron llamando a comienzos del siglo XX.
La Huerta. 13 de agosto 1907: Ordenanzas Municipales de la Ciudad de Orihuela. Cuarto distrito. Comprende a este distrito el perímetro limitado al Este por el distrito anterior, al Sur por el rio, al Oeste por las calles de Meca, Santa Justa y San Pedro y San Pablo, que corresponden al distrito que se deslinda y al Norte por la sierra.
Los Barrios en que la población se divide comprende las calles siguientes: … Barrio 15. Calle de la Paja, Barrio de Triana, Calles de San Pedro y San Pablo, Calle de Sta. Justa y Plaza de la Fruta.
El Eco de Orihuela. 21 de octubre 1913: Francisca Sempere Amat, profesora en partos, domiciliada en la calle de San Pablo frente a Santa Justa, ofrece sus servicios, así como los de su academia preparatoria para enseñanza de dicho arte.

En la actualidad, la calle que atraviesa todo el barrio se llama «Travesía de Triana». Y acaba, o empieza, frente a la puerta norte de Santa Justa.
Allí estaba la iglesia o ermita que bien puedo ser la sinagoga de la judería; dedicada luego al apóstol de los gentiles Pablo el converso y a un inquisidor dominico llamado Pedro de Verona.
Así lo cuenta Montesinos.

El segundo Hospital estaba junto a la Iglesia de San Pablo y San Pedro Mártir de Verona, en la Parroquia de Santa Justa, que en tiempos de los Moros, fue la Sinagoga de los Judíos de Orihuela; y la Judería empezaba desde aquí.
Y ocupaba todas las casas que estaban a una y otra parte, donde hoy se ve la Cárcel, y antes estuvo el General Estudio de Gramática y Rethórica, las que pasaban de doscientas decentes casas, todas las cuales no existían en el día, en las que vivían los Judíos que había en Orihuela por vecinos, hasta que el Rey Cathólico D. Fernando II de Aragón y su esposa Dª Isabel de Castilla los mandaron desterrar y salir de España con Edicto público…
Y en esta ocasión, la Sinagoga de los Judíos de Orihuela se erigió Iglesia pública con el título de San Pablo Apóstol y San Pedro Mártir de Verona.
Como podemos comprobar, Montesinos no tiene en cuenta que la judería se disolvió cien años antes de la expulsión.
El edificio religioso que menciona acabó alojando un cuartel conocido como «la corte de los soldados de marina»; pero de eso hablaremos en la próxima entrega.

Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba)
Extracto corregido y aumentado de un artículo publicado en 2006 y de dos programas de radio muy posteriores. Os dejo enlaces a dichos programas.