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Callejeando 17. Portada Norte de S. Justa.

Archivos Mariano Pedrera y Rafael Almira.

Portada Norte de la iglesia de las Santas Justa y Rufina.

Saliendo por la antigua calle de San Pablo, hoy travesía de Triana donde dejamos la última entrega, nos tropezamos de frente con la puerta norte de la iglesia de las Santas Justa y Rufina, cuya portada es un buen ejemplo de la espléndida arquitectura que se desarrolló en Orihuela en el siglo XVI.

Desconocemos el autor del diseño de esta obra singular en la que se intuye un programa iconográfico estudiado y lleno de simbología.

En cuanto a su ejecución, gracias a las investigaciones del padre Agustín Nieto, tenemos noticia del concierto que en 1569 hicieron sus constructores, los canteros Juan Ruiz y Ferrando Vélez con el escultor Francisco Ayala.

28-3-1569. Francisco de Ayala, hallándose en Orihuela, de una parte y de otra Juan Ruiz y maestro Ferrando Vélez, picapedreros, se han concertado en que Ayala hará de talla toda la talla que hay en la muestra del portal que dichos maestros hacen en la iglesia de Sta. Justa, fuera de las dos figuras de Sta. Justa y Rufina y darla hecha para el día de la fiesta de las Santas y los maestros le pagarán 450 reales castellanos, en principio de los cuales tiene recibidos 40 y los demás se los darán según vaya haciendo la obra. (AHO, Protocolos de Montiel año 1.569).

Éste último pertenecía a un clan de maestros asentados en Murcia, que dominaron el panorama escultórico durante la segunda mitad de esa centuria en el vecino reino y sus zonas limítrofes, como Orihuela.

Ministerio de Cultura.

La portada se estructura, como es habitual en esta época, a la manera de los arcos de triunfo de la antigüedad clásica, que los artistas del Renacimiento se encargaron de rescatar.

En el cuerpo inferior, junto a las columnas de orden corintio, permanecen vacías cuatro hornacinas que contuvieron una serie de esculturas lamentablemente desaparecidas.

Montesinos, cuyas notas transcribo en rojo, sitúa en ellas a los cuatro doctores de la Iglesia Latina: San Ambrosio de Milán, San Agustín de Hipona, San Jerónimo de Estridón y San Gregorio Magno.

Los cuatro doctores de la iglesia, de Carlo Braccesco (1495). Sobre una fotografía de José Antonio Ruiz Peñalver.

… Una de las principales puertas de esta Insigne Parroquial Iglesia que mira acia Tremontana, en la Calle llamada de Sta. Justa.

Esta se compone de una antigua, apreciable, magnífica y aseada fachada de hermosas piedras labradas, varios Escudos de Armas de la Ciud., como son las Barras de Aragón y el Oriol; sobre el arco principal, en dos camarines, están las imágenes de Santas Justa y Rufina de cuerpo entero; y a los lados, entre columnas, las de los cuatro Santos Doctores; Gerónimo; Agustín; Gregorio; y Ambrosio, colocadas en sus aseados nichos.  

El cuerpo superior, aparece configurado como una estructura clásica con otras tres columnas del mismo orden, entre las que se disponen dos hornacinas más grandes que albergaron a las santas Justa y Rufina, titulares del templo.

Ministerio de Cultura

Las guirnaldas vegetales que penden en ambos lados, son características en el repertorio ornamental renacentista.

Llama la atención la originalidad que supone que esta sólida estructura aparezca sostenida caprichosamente por pequeños ángeles-atlantes desnudos que contrastan con los elegantes ángeles mancebos vestidos a la clásica y portando airosos el escudo de la corona de Aragón.

José María Pérez Basanta.
José María Pérez Basanta.

Es destacable la presencia de dos cartelas con el Oriol, tal y como se representaba en estos momentos, es decir doblemente, con las alas explayadas y dotados de aureolas, dispuestos justo debajo de las hornacinas donde estaban las Santas.

¿Casualidad?, nosotros pensamos que no; que, o bien aluden a su protección y patronazgo sobre la ciudad, o a la estrecha relación entre el Consell y esta iglesia parroquial.

Por otro lado, el que se represente doblemente el escudo de Aragón quizás no sea por la búsqueda de simetría y tenga relación con los dos orioles y las dos Santas.

Lo mejor es que tras una detallada observación, saquéis vuestras propias conclusiones.

José María Pérez Basanta.

El Reloj de la Ciudad.

Fotografías del Ministerio de Cultura y de Miguel Raymundo.

Junto a la portada norte se muestra la majestuosa torre de la Iglesia, en la que se instaló el reloj de la villa en la primera mitad del siglo XV. Veamos que nos dice de él Montesinos.

El de la Insigne Iglesia Parroquial de Stas. Justa y Rufina, colocado en su hermosa elevada torre, no tiene campana de quartos; y la destinada para las horas es muy clara y sonora.

Dicho relox es propio de la Muy Iltre. Ciudad, la que lo puso en esta Parroquia para más comodidad de los vecinos, por estar en el centro de la Población, en el año de 1519, como consta de los libros de su Real Fábrica.

En cada año contribuye el Iltre. Ayuntamiento con 10 Ls. de moneda valenciana al sacristán menor por el trabajo que tiene de cuidarle y darle cuerda.

Reloj de la Torre de la Iglesia de las Santas Justa y Rufina.

Montesinos se equivocó con la fecha del primer reloj instalado en la torre de Santa Justa; y también cuando afirmó que el de la colegiata y futura catedral, fabricado según dice en 1511, fue anterior.

Las notas del padre Agustín Nieto, que estoy transcribiendo en amarillo, demuestran que, a pesar de que la Colegiata del Salvador era la iglesia principal, el reloj de Santa Justa, sufragado por el Consell, fue anterior.

Varias ciudades españolas compiten por tener el reloj de torre más antiguo.

Uno de ellos en el de la catedral de Sevilla, colocado el 17 de julio del año 1400, precisamente en la festividad de las Santas Patronas (de Sevilla y de Orihuela) Justa y Rufina; y ¿casualmente? en el mismo año que Orihuela comenzó a celebrar dicha fiesta.  

Actualidad. 17 de Julio de 1928: El ceremonial de la fiesta del Pájaro, en nuestros días conocido es de todos: ambos cabildos, conducen procesionalmente el Oriol, de la Catedral a la Parroquia de las Santas Justa y Rufina, donde se canta solemne Misa, y se predica interesante sermón.

El origen de ésta, data del 1400; se celebra por vez primera con licencia del Obispo don Fernando (de Pedrosa 1383-1402), en acción de gracias por la Reconquista, y se sacó en procesión la Señera de la Villa. Julio López Maymón. Murcia, 7 de julio de 1928.

Sevilla Noticias. 19 de julio 2020: El reloj más antiguo de España es sevillano. Se cumplen 620 años de su colocación por orden del arzobispo Gonzalo de Mena, fundador de la Cartuja y de la Hermandad de los Negritos.

Fue el 17 de julio del año 1400 en la torre campanario de la entonces ruinosa mezquita reconvertida desde 1248 en catedral.

Mi buen amigo Manuel Culiáñez, en su artículo «Orihuela, frontera con Granada: los cautivos», cita la referencia a una hora concreta fechada dos décadas antes: «El sábado 4 de enero de 1421 a las cuatro de la mañana…».

Esta concreción horaria hace sospechar que ya disponían de un reloj; pero una solitaria mención no es dato concluyente que nos permita asegurarlo.

Así pues, nos quedamos con las siguientes notas del padre Agustín Nieto para fechar el primer reloj de Oriola.

12-2-1439. Se tomó el acuerdo de que en Sta. Justa o en el Salvador se ponga un reloj público. (AMO, n.º 194, f. 16).

Reloj de la Torre de la Iglesia de las Santas Justa y Rufina.

26-4-1446. Los Justicia y Jurados con algunos consejeros y electos de la ciudad fueron a reconocer la campana hecha por el maestro Pedro Simón para reloj y viéndola buena y de buen sonido, la recibieron, quedando en su fuerza el capítulo otorgado por dicho maestro de que si dentro de un año se rompía por causas de su obra quedaría obligado el maestro rehacerla a su costa. (AMO, n.º 198, f. 56v).

Puede ser una casualidad; pero medio siglo después, trabajaba en Zaragoza otro Pedro Simón «maestro de hacer relojes». Quizá fuese su hijo.

15-5-1446. El Consejo ordena que dicha campana sea llevada a Sta. Justa y subida al campanario nuevo de ella o al lugar en que el maestro que hace dicho campanario conozca y aconseje, hasta que sea caso de ponerla en el campanario o en el lugar o asentamiento en que deba estar. Y que se haga a costa del Consejo porque la campana es de la ciudad. (AMO, n.º 198, f. 59v.).

El reloj de la torre de las Santas justa y Rufina se fabricó en la cuarta década del siglo XV; por lo que se puede considerar también como uno de los más antiguos de España.

Y se justifica su emplazamiento por quedar situado en la torre más alta de la ciudad y en la zona más céntrica.

De esta forma sus campanadas eran percibidas en toda la población y desde los lugares más alejados de la huerta.

Campanas de Santas Justa y Rufina. José Antonio Ruiz Peñalver.

Fue renovado a finales del siglo XVI; fecha que tampoco coincide con la facilitada por Montesinos.

14-11-1587. Recibo de Cristóbal de la Torre, campanero de Valencia, de 25 libras por la factura del reloj. (AMO, nº. 911, f 2).

18-11-1587. Recibo de Cristóbal de la Torre, de 36 libras para comprar 6 arrobas de estaño en Murcia para la factura del reloj. (AMO, n.º 911, f. 4v).

20-11-1587. Recibo de Miguel Utiel, pintor, de 10 libras a cumplimiento de paga de las 20 libras que se le ofrecieron por pintar la tabla del índice del reloj. (AMO, n.º 911, f. 5).

27-11-1587. 1 – Cristóbal de la Torre, campanero de Valencia, promete hacer el reloj en 40 días, y bajar a su costa el reloj viejo que hay en la torre de Sta. Justa y hará el nuevo de la misma forma, pero pesando 1 quintal más, aparte de la horrura que el fuego disminuye y lo hará mayor y tan sonante que se oiga a 2 leguas.

2 – Que el reloj nuevo sea bueno y dure por 10 años y lo subirá a la torre a su costa hasta ponerlo como estaba el viejo en los pilares, pero los jurados han de hacer los pilares mucho más altos y firmes, conforme al grandor del reloj… (AMO, n.º 911 f. 12v-13r).

Y de nuevo a finales del XVIII. En esta ocasión el propio Montesinos fue testigo presencial de la obra; por lo que es correcto el año que cita; pero se equivoca al atribuir la financiación a su «Real Fábrica».

En atención que el Horario del Relox de esta Parroquia estaba muy desfigurado, tanto que no se conocían los números, que señalaban las horas, quartos y minutos, a expensas de su Real Fábrica, se renobó primorosamente en 15 de Septiembre de 1793; y en el mismo y siguientes se colocó en dicho lugar el balcón de hierro que en él vemos, que cae a la Plaza, para especial adorno de la torre.

Fue costeada con fondos municipales como demuestra la siguiente nota.

23-6-1793. Carta pago de 130 libras, 12 sueldos por la composición del reloj. (AMO. n.º 1.779, s.f).

Reloj de la torre de Santa Justa. Manuel Rodríguez.

El Consell y luego el Ayuntamiento se encargaron del reloj durante siglos. Hasta que, a finales del XIX, intentaron deshacerse de su mantenimiento cediéndoselo a la Iglesia.

22-7-1886. Leído el oficio del párroco de Sta. Justa, fecha, 14, interesando la reparación de la cúpula de la torre que cubre el reloj, el Presidente expuso que para el Ayuntamiento no era necesario dicho reloj y que se debía hacer cesión a la parroquia y suprimir el cargo de relojero. Se acordó comunicarlo así al párroco.

El diario de Orihuela. 23 de julio 1886: AYUNTAMIENTO. Sesión del 22 del corriente. Se dio cuenta de una comunicación del señor Cura de la parroquia de Santa Justa, sobre recomposición del reloj de la ciudad.

El diario de Orihuela. 30 de agosto 1886: Aún continúa parado el reloj de Santa Justa y se dice que dicha falta se debe a ciertas diferencias surgidas entre el Sr. Cura de la parroquia y el Municipio. El diario de Orihuela.

Planeaban instalar el reloj municipal en la Casa Consistorial, trasladada a la Plaza Nueva; el nuevo centro de la ciudad.

31 de agosto 1886: Parece ser que el Ayuntamiento ha cedido el reloj de Santa Justa a la Parroquia y en caso de que esta no lo acepte, se tratará en breve de proceder a su instalación en la Casa Consistorial, construyendo con dicho objeto una pequeña torreta cuya fachada principal dé a la plaza de la Constitución. La crónica.

7 de octubre 1886: Algunos vecinos de las calles comprendidas en el distrito de la parroquia de Santa Justa, se quejan de la falta que les hace el reloj que se haya situado en la torre de dicho templo, de cuyo servicio carecen hace ya algún tiempo por estar descompuesto.

Ese reloj era propiedad del ayuntamiento quien parece que acordó cederlo a la parroquia, pero está ya tan estropeado que es casi imposible su composición.

7-10-1886. El párroco contestó que no podía aceptar la cesión sin contar con el Obispo. (AMO, Capitular de dicho año).

El diario de Orihuela. Ayuntamiento. Sesión de hoy 10 de marzo de 1887. Seguidamente se suscitó de nuevo la cuestión del reloj de Santa Justa, la que parece ha variado de aspecto pues el Sr. Cura pide que si el Ayuntamiento hace donación a la Parroquia del referido reloj otorgue la correspondiente escritura de concesión.

La Corporación decide que no puede en modo alguno con arreglo a la ley hacer la donación de propiedad, pero sí puede conceder el uso del reloj, en el cual el Curato podrá introducir las reformas que crea convenientes con los fondos de fábrica.

Para resolver en forma este asunto fue comisionado el Sr. Presidente, quien conferenciará en breve con el Ilmo. Sr. Obispo.

En los albores del siglo XX, un nuevo reloj municipal se instaló en el edificio del ayuntamiento.

El Oriol 8 de septiembre 1900: En la última y extraordinaria sesión celebrada por nuestro Ayuntamiento, el sábado 1° dé los corrientes, se acordó la adquisición de un reloj de torre, para colocarlo en la Casa Consistorial.

El oriol. 15 de marzo 1901: El pasado martes se comenzaron en la casa ayuntamiento los trabajos para la colocación del reloj. Ahora resulta que el tan esperado cronómetro municipal no es de veinticuatro horas como exige la hora oficial y el progreso de los tiempos, sino de doce horas, como los antiguos relojes del siglo XIX.

Reloj Municipal a principios del siglo XX. Detalle de una fotografía de la Colección Javier Sánchez Portas.

La «Corte de Marina».

Anotaciones sobre Fragmento plano de 1748, obra de Fray Antonio Villanueva. 

Frente a la portada norte de Santa Justa estaba el edificio que dejamos pendiente en el capítulo anterior. Conocido como «La Corte de Marina», Montesinos lo mencionó varias veces en su compendio oriolano.

La primera, muy breve, hablando de los hospitales. Figura en el primer tomo y ya la transcribí en el capítulo de la judería; pero quiero volver a destacar dos párrafos.

El segundo Hospital estaba junto a la Iglesia de San Pablo y San Pedro Mártir de Verona, en la Parroquia de Santa Justa, que en tiempos de los Moros, fue la Sinagoga de los Judíos de Orihuela; y la Judería empezaba desde aquí.

La Sinagoga de los Judíos de Orihuela se erigió Iglesia pública con el título de San Pablo Apóstol y San Pedro Mártir de Verona.

Fotografía Ajomalba.

La segunda, también breve y en el primer tomo, hablando de los edificios públicos de la ciudad.

La Corte de Marina. A la parte derecha de la Lonja, hacia Poniente, frontera a la Parroquia de Sta. Justa, se halla una casa antigua, comúnmente llamada «La Corte de los Soldados de Marina», que servía para el alojamiento de los Militares de las Banderas de los Reclutas; y es capaz de 200 personas.

En lo antiguo fue Iglesia Provisional de Parroquia, dedicada a las Gloriosas Santas Justa y Rufina, Patronas de la Ciud.; después, en el año 1511, se estableció la Iglesia del Apóstol S. Pablo, y San Pedro Mártir de Verona, con el título de la Parroquia de los Judíos y Moros convertidos, todo con licencia del Ilmo. Sr. Obispo de Cartagena Matheo de Langa.

No menciona la «Sinagoga de los Judíos de Orihuela», como había hecho en páginas anteriores.

Expulsos de España los moros, se dedicó para mediano Quartel de Marina; y últimamente, en 1794, por Orden del Excelmo. Sr. Duque de la Roca, Capitán General de este Reyno, se destinó para Quartel y Prevención del Real Cuerpo de Voluntarios Honrados; en cuya obra expendió la Ciud. sobre 900 Ls. de moneda    

Se refiere a los «Voluntarios Honrados del Reino de Valencia», creados por la Real Orden de 27 de mayo de 1794.

Este cuerpo militar se instituyó para «auxiliar a nuestras provincias fronterizas, si fuesen atacadas con ventaja por los franceses».

Se trataba de milicias formadas por ciudadanos dispuestos a luchar contra los revolucionarios franceses que, tras guillotinar a su rey, asomaban ya por Cataluña. Orihuela formó un batallón de Infantería y una compañía de Caballería.

«Exército del Estado de Voluntarios Honrados» Reino de Valencia. Grabado del Archivo de Historia de la Ciudad de Barcelona. Publicado en aulamilitar.com. He remarcado para hacerlos legibles los de Orihuela.

Para seguir hablando de este añejo edificio religioso convertido en cuartel, el propio Montesinos nos manda al libro VI, capítulo 6, titulado:

«Fundación de la mediana Iglesia del Apóstol San Pablo y San Pedro Mártir de Verona, llamada vulgarmente la Parroquia de los Judíos y Moros convertidos a la fe, de esta Ciud. de Orih».

Tan largo y farragoso como el propio título, no voy a reproducirlo entero. Trascribiré varios párrafos, comentaré otros y señalaré algunas contradicciones.

MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 6. Capítulo 6. Manuscrito. 1792. Caja Rural Central. Orihuela.

Comienza atribuyendo a «Alfonso X, Rey de Castilla, el Sabio», la orden de celebrar todos los años la solemne fiesta de «Las Gloriosas Patronas Stas. Justa y Rufina»; y la erección de un templo a su culto y memoria en «el mismo sito que al presente resplandece».

Como ya he dicho en este mismo artículo, la fiesta de la reconquista en el día de las Santas Justa y Rufina se implantó mucho después, en el año 1400.

En esta extensa versión tampoco menciona la sinagoga. Y lleva una «especie de oratorio» al menos hasta la primera mitad del siglo XIV, como ayuda de la parroquia de las Santas Justa y Rufina mientras terminaban su templo.

Tengo que decir que este capítulo, aunque figure en el tomo sexto, lo escribió antes que los que alojó en el primer volumen; y lo demostraré cuando volvamos a hablar del cuartel.

Y entre tanto se tuvo una Iglesia Provisional, enfrente de donde se abrieron sus lonjas, en el mismo paraje de la Judería, siendo en aquellos tiempos una especie de oratorio de bastante magnitud, con un solo altar dedicado a María Sma. de la Salud y a las predichas Stas. Justa y Rufina; en cuya puerta se colocó una piedra medianamente labrada con dichas imágenes, que es la misma que idénticamente está hoy día sobre la puerta de la casa, llamada la corte de marina, que es donde se efectuó dicho oratorio, y duró aquí hasta el año 1348 que, concluida la vecina parroquia, se pasaron a ella sus Beneficiados, imágenes y demás enseres que tenían.

La expresada piedra, fielmente copiada, es del tenor y figura que expresa la pluma.  

MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 6. Cápitulo 6. Manuscrito. 1792. Caja Rural Central. Orihuela.

La piedra citada y dibujada con bastante parecido (excepto el pecho de la virgen que, supongo no dibujó por pudor), fue rescatada en el derribo del edificio. En la actualidad forma parte del claustro de los mercedarios, trasladado y recompuesto junto a la Catedral en los años cuarenta del siglo XX.

Imagen mariana del siglo XV. Recuperada del derribo del Cuartel de Marina, que antes fue ermita situada frente a Santa Justa. Representa a la Virgen María y a las Santas Justa y Rufina.

El capítulo recuerda también donde estaban la judería y la morería. Y menciona una supuesta orden de los Reyes Católicos, dictada en Zaragoza, que no he conseguido encontrar.

La Judería de esta fidelísima Ciudad de Orihuela estaba junto a la montaña, frontera a la insigne Parroquial Iglesia de Santas Justa y Rufina; en donde en otros tiempos fue obra provisional de ella; y la Morería en todo lo que al presente es el Arrabal de S. Agustín.

Aunque en esta Ciudad de Orihuela no eran tantos los Moros y Judíos como en las demás ciudades, villas y lugares de los Reynos de Valencia y Murcia, por la continua predicación y zelo de varios Eclesiásticos, con que cada día los iban Cathequizando y convirtiendo a la Sta. Fe y Religión Catholica.

Con decreto del día 12 de Marzo, del año 1511 expedido en la Imperial Ciudad de Zaragoza, mandó la Magestad del Señor Dn. Fernando II de Aragón y V de Castilla, llamado el Catholico, con su Augusta Esposa la Reyna Dña. Isabel, que en cada una de las Ciudades de sus Reynos y Dominios, se destinase una particular Iglesia para la conversión, predicación y Bautismo de los Moros y Judíos.

Obligándoles con gravísimas penas que acudiesen a ella (luego que oyesen el sonido y toque de la campana) a oír la Doctrina y verdaderos Dogmas de nuestra adorable y Santa Religión, en todos los Lunes, Miércoles y Viernes del año, tres horas por la mañana y otra tres por la tarde.

Cierta es la preocupación de los Reyes Católicos incitando a la Iglesia a poner los medios necesarios para afianzar la nueva fe cristiana entre los conversos; pero, para empezar, en 1511 Isabel llevaba más de seis años muerta.

Y no creo que los conversos dispusieran de seis horas libres para escuchar catequesis tres veces por semana.

Dice también que, el Ilustre Ayuntamiento (olvidando que entonces era el Consell), recibió carta de su Majestad y licencia del Obispo de Cartagena, Matheo Langa (luego Presbítero Cardenal), para que en este santo oratorio de Nuestra Señora de la Salud y de las Santas Justa y Rufina, se hiciese una Iglesia, ampliándolo más hacia la montaña.

Que se construyó durante los meses de abril y mayo de 1511; y que por haberse bendecido por el citado obispo el 30 de junio, se dedicó al Glorioso Apóstol y Doctor de las Gentes San Pablo, y al Señor San Pedro Mártir de Verona, Inquisidor General.

Como comenté en el capítulo anterior, el Consell comenzó a vender casas, solares y hasta las puertas de la Judería a finales del siglo XIV, un siglo antes de la expulsión. Me parece lógico que utilizasen la antigua sinagoga para servicio de los conversos; o que levantasen un nuevo edificio sobre las casas más al sur de dicha Judería.

En cuanto al nombre, no parece casual ni motivado por la fecha de terminación. A una iglesia destinada a los conversos le cayó como anillo al dedo el del apóstol de los gentiles, Pablo el converso; y el de un inquisidor dominico.

Continua con una descripción del templo.

Su planta o figura Tenía de largo 38 palmos, y de hancho lo correspondiente, era poco alta y su obra chata, sin crucero ni media naranja.

El Altar Mayor se componía de una mediana Capilla onda seis palmos, con un retablito de estuco, en cuyo cetro tenía un hermoso lienzo de san pablo en su Martirio, que según afirma el P. Esplugues, es el mismo que está al día de hoy en el Altar Mayor de la Iglesia de los Padres Carmelitas calzados de esta Ciud., a quienes se lo dieron como patronos los magníficos Sres. Jurados.

Sobre el referido lienzo se veían dos escudos de armas, el de la derecha tenía las de esta nueva iglesia; y el de la izquierda las del Ilmo. Sr. D. Matheo Langa, Obispo de Cartagena que la bendijo; y eran los siguientes.

MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 6. Cápitulo 6. Manuscrito. 1792. Caja Rural Central. Orihuela.

A los dos lados del Retablo se hallaban en dos tarjetones de madera dorada, a la derecha las armas antiguas de esta Ciud., con las cuatro sangrientas barras de Aragón; y a la izquierda las modernas de la misma, que es el Oriol, en la misma forma que fielmente se estampan aquí.   

MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 6. Cápitulo 6. Manuscrito. 1792. Caja Rural Central. Orihuela.

Tenía lámpara de plata que ardía en los días de las Pláticas Misionales y Doctrinales; en la derecha estaba la lograda Pila Bautismal en la que se bautizaban los judíos, hereges y moros convertidos; y en la izquierda se hallaba el Púlpito, donde sentado explicaba el sacerdote los dogmas puros y sencillos de nuestra Fe, con mucha pausa y claridad; no se permitían bancos, por lo que todos se sentaban en tierra.

A los lados se hallaban dos Capillas bastantemente ondas con sus medianos retablos; en el de el Evangelio estaba Ntra. Sra. de la Salud, con las Stas. Justa y Rufina, Patronas de Orih. Y en el de la Epístola, S. Pedro Mártir de Verona, Dominico Inquisidor General; sobre la cual estaba el presente Escudo de Armas del Tribunal de la Fe…

Pero sin saber cómo, o de qué suerte, se vino a enfriar este zelo por los años de 1570, que apenas se abría esta Iglesia…

Pero próvida la Magestad Divina, dispuso que para el mayor Hornato de esta Nobilísima Ciud. de Orih., viniese a ella en el año de 1594 por su Prelado y Obispo quarto en número, el Ilmo. Sr. Josef Estevan.

Dice, con razón, que el cuarto obispo de Orihuela escribió varios opúsculos y tratados para la conversión de los moros y judíos.

Voy a transcribir un párrafo del artículo de Juan Bautista Vilar, «La creación de rectorías en lugares de moriscos de la diócesis de Orihuela por el obispo Josep Esteve, 1597».

Oriola. En la Ciudad de Orihuela, cabeza del Obispado, y donde ay a más [de] tres Yglesias Parroquiales con tres mil casas, se hallan 40 casas de Moriscos repartidos por toda ella, sin tener estos ninguna Yglesia Parroquial ni propio parrocho que pueda y deva instruirlos en la Doctrina Christiana, ni conocerles e imponerles en la feé Cathólica.

Pero por quanto en la Parrochia de Sta. Justa, y cerca de esta, hay una Yglesia u oratorio con la ynvocación de San Pablo Apostol, que no tiene ningún destino, y a ella pueden acudir dichos Moriscos para ohir misa en los días de fiesta y domingos.

Por tanto parece que dicha Yglesia de Sn. Pablo se destine, y en efecto quede destinada, para el expresado fin, así como ya se mandó por el Obispo de Orihuela en su visita.

Deviendo uno de los tres curas de la Parroquial Yglesia de Sta. Justa (guardando turno) celebrar misa en dicho Oratorio en los referidos días, y explicar la Doctrina Christiana a los Moriscos, destinándoles a dichos curas por su salario y trabajo en el referido cargo y obligación mientras qe. en ello estuviesen constituidos trescientas libras anuales por cada uno de dichos beneficios, que deberán sacarse de los frutos de primicias y diezmos del diezmo de Orihuela.

Nombrando también el Obispo un alguacil (que podrá a su arbitrio remover) para que a dichos nuevamente convertidos haga hir a misa, y ohir la Doctrina Christiana en dicho Oratorio u Yglesia de Sn. Pablo comp[i]liéndoles y multándoles en caso necesario.

Continua diciendo que, de acuerdo con el Cabildo y la Ciudad, dispuso la restauración de la iglesia, muy maltratada por el abandono; dejando un edificio capaz para 300 personas con comodidad.

Y añade que tuvo «su primera estrena, en esta segunda restauración, en 13 de Mayo de 1597».

Cuando en 1609, Felipe III «obligó a salir de España a los Moriscos», «quedó esta Ciud. limpia de tales viles gentes»; y «en atención q. esta población se carecía de Quartel», con permiso del obispo Andrés Balaguer (pone a Balaguer otra vez como cuarto obispo oriolano; pero fue el quinto) la Iltre. Ciudad determinó repartir sus pocas alhajas entre las iglesias más pobres.

Y destinó su sitio para aposentar en el alguna Infantería, especialmente de los Reales Departamentos de Marina, para lo que se pudiese ofrecer en ella; lo que tuvo su efecto, expidiendo para ello su Decreto, con fecha 15 de julio de 1625.

En cuya ocupación ha estado hasta los años de 1779, que se mandaron cerrar sus puertas, porque toda la casa se está cayendo; en cuyo infeliz estado, y ningún uso, permanece en este año se 1792.

Como os he dicho antes, aunque esté en el tomo sexto, esta versión es anterior. Montesinos la escribió en 1792, con el edificio abandonado. En la versión del primer tomo añadió la reparación de dicho edificio y la instalación en él de los Voluntarios Honrados, ocurrida en 1794 como ya dije anteriormente.

«Exército del Estado de Voluntarios Honrados» Reino de Valencia. Grabado del Archivo de Historia de la Ciudad de Barcelona. Publicado en aulamilitar.com. He remarcado para hacerlos legibles los de Orihuela.

Cárcel y Lonja.

Proyecto de Rehabilitación del edificio que albergaba los antiguos juzgados de Orihuela. Año 2020.

Aunque el edificio de los juzgados, actualmente vacío y pendiente de rehabilitación, es relativamente moderno, del año 1975, aquí ha estado la sede de la Justicia oriolana durante más de 500 años.

Tenemos noticia de la existencia del hospital y casa hospicio de San Bartolomé, cuya antigüedad es difícil de precisar. Pertenecía a la parroquia de Santa Justa.

Fusionados todos los hospitales, en la segunda mitad del siglo XV el Consell se hizo con el céntrico edificio para construir cárcel y corte.

Montesinos describe la cárcel con sólidos muros de piedra y buenas rejas para la custodia de los reos. También nos ofrece la distribución de sus dependencias y los calabozos; cada uno con su propio nombre.

Reales Cárceles de Orihuela. La Cárcel, edificio de tanta importancia en las Repúblicas, es de las buenas que tiene el Reyno, no solo por la fortaleza de sus paredes, murallas, rejas y convenientes defensas para la custodia de los reos, sino que igualmente por el sitio sano que goza.

Está situada en el centro de la Ciud., en la plaza principal a espaldas de la Lonja y Corte de Marina. Tiene hermoso y decente Oratorio, sobre el patio interior, con lámpara de metal dorado, y un medianito retablo dedicado a María Santísima Ntra. Sra. de la Caridad, en tan buena disposición, que los presos, aunque estén en distintos calabozos y tribunas, oyen en los días colendos, el Sto. Sacrificio de la Misa.

Esta casa que ocupa un grande territorio a la parte del medio día, algo inclinada a Poniente, es de fábrica muy antigua, la más de ella de piedra negra mollar y berroqueña; tiene habitación cómoda para el Alcayde de los presos; aposento decente para los Jueces, que toman Declaración.

Calabozos muy penosos, circuidos de murallas todos ellos, llamados baxo de estos nombres, a saber: Muxica=: Comuna=: La Virgen=: Los Borrachos=: Lisón=: La Sala=: La Entrada=: de las Mugeres=: Patio general y común. Y por último advierto que, a espaldas de estas Reales Cárceles, la Iltre. Ciud. compró en el año de 1515 una casa para la pública Enseñanza de la Gramática que hoy no existe; y su sustituto se llama el Estudio viejo.

Esta Real Cárcel, aunque está en el distrito de la Parroquial Insigne de Santas Justa y Rufina, pertenece a la feligresía de la Santa Iglesia Cathedral, de la que salen los Santos Sacramentos para sus individuos, como igualmente el precepto annuo de la Confesión y Comunión.

Su obra es antigua, casi amurallada, fundada sobre peña, por los que sus calabozos son muy fuertes; y está situada en la Plaza mayor de los comestibles; aunque retirada de todo el bullicio de la Ciudad; comunicándose a las rejas llamadas de la Lonja, para gozar los reos de algún consuelo.  

Colección Javier Sánchez Portas.

José Ojeda Nieto añade que el edificio de la Corte del Gobernador y Justicias fue totalmente restaurado a finales del siglo XVI, con arcos de medio punto, tejado a dos aguas y pavimento de ladrillo. Y que, a principios del XVII, se construyó un porche con dos arcos y una pequeña capilla con altar dedicado a Nuestra Señora de la Caridad.

Y nos ofrece también un listado de sus dependencias a principios del XVIII: Casa de la Alcaldía, calabozo de los borrachos, calabozo de la Virgen, cuarto «llamado del secreto», calabozo de «Moxica», calabozo Grande, calabozo Claro (debajo del Grande) y Cuarto del potro.

Lonja Pública y Callejón de la Corte.

Anotaciones sobre Fragmento plano de 1748, obra de Fray Antonio Villanueva. 

Delante de la cárcel estaba la lonja, centro local de contratación. Erigida también en el siglo XV, fue restaurada y reedificada varias veces hasta su demolición en el siglo XIX. Así la describe Montesinos.

La Lonja pública. En dicha Plaza de Santa Justa, a la falda del monte mirando al medio día, está la espaciosa Lonja que es una Sala muy capaz y decente, con tres hermosos arcos, puertas y rejas de hierro, que sirve para celebrar, la Muy Iltre. Ciud. sus públicos arrendamientos; es obra de singular fortaleza, preciosas bóvedas de piedra blanca labrada.

Se construyó en el año de 1415 y por no hallarse entonces el Ayuntamiento con dinero para su fábrica, el Caballero Don Juan Ruiz, hombre muy rico, le prestó 100 florines, cantidad considerable para aquellos tiempos.

En el de 1560, por haber salido falsos dos arcos, se hubo de hechar a tierra; y se reedificó en el mismo. En 1771, estando toda la obra muy quebrantada, casi se hizo toda ella de pie, colocando los Escudos de las Reales Armas de España; y de las de esta Orcelitana Ciud. En sus rexas (por ser puesto muy público) se suelen poner las banderas para los reclutas.

Ojeda afirma que la antigua lonja se reedificó totalmente entre los años 1624 y 1629; quedando un edificio moderno y espacioso asentado sobre seis pilares.

Según las notas de Gisbert, la lonja fue derribada en 1845 para hacer un juzgado de primera instancia y reedificar completamente la cárcel que tenía detrás.

En el Plano de Coello, confeccionado pocos años después, podemos comprobar la desaparición del callejón que separaba el edificio de la «corte de Marina» de la cárcel. En cambio se mantuvo el «Callejón de la Corte».

Cárcel y Juzgados. Fragmento del plano de Francisco Coello de 1859.

El «de la Corte» era un callizo de poco más de un metro de ancho y treinta y cinco metros de extensión que daba tránsito al barrio de Triana desde la Plaza de la Fruta; sin vecinos y con acentuado desnivel.

Estas circunstancias contribuían a que se hallase siempre lleno de inmundicias y que estas descendiesen hasta la Calle de Santa Justa, ahuyentando con la fetidez a los transeúntes que muchas veces tenían que apartar la vista para no ser testigos de indecencias más o menos intencionadas. Por ello, a comienzos del siglo XIX, quedó incomunicado por disposición del gobernador militar. 

Como he dicho, la lonja desapareció y la cárcel fue reconstruida. Por esas mismas fechas, 1844, el callizo fue tapiado a petición de los vecinos de la Plaza.

En 1866 se estaba alineando la calle de Santa Justa; y para facilitar el tránsito se decidió cortar un trozo de la casa que lindaba a la derecha con dicho callejón cerrado. Pertenecía a Querémona Lafuente, quien se mostró dispuesta a ceder el terreno a cambio de apropiarse del callejón, que ya utilizaba indebidamente.

Esquela de Quéremona Lafuente. 1887.

Ante dicha proposición los vecinos del Barrio de Triana manifestaron al Ayuntamiento que, tras un periodo de abandono, dicho barrio se encontraba reedificado y solicitaban la apertura del callejón llamado de la Corte ocupado por la señora Lafuente; circunstancia que les obligaba a utilizar la calle de San Pablo o el callejón de la Paja, «tras dar un inmenso y peligroso rodeo».

A pesar de sus protestas la Comisión de Ornato aceptó la permuta en mayo de 1867, por la importancia del ensanche y la inutilidad del callizo de «aspecto asqueroso y repugnante», y aconsejaba a los «trianeros» la utilización de la calle de San Pablo, «situada a muy pocos pasos, bastante espaciosa y limpia, con moradores en sus dos aceras y a donde abocaban las nuevas calles construidas».

Así pues derribaron la fachada de Querémona Lafuente a cambio del trozo del callejón, comunicando el resto con el patio del alcaide.  Desde los edificios colindantes, se puede apreciar todavía el trazado fosilizado del que fue Callejón de la Corte.

Callejón de la Corte en la actualidad. Fotografía Ajomalba.

Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba).

Con la colaboración de Jorge Belmonte Bas.