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Los casinos oriolanos y el vínculo de Pizana

Casino Orcelitano. Principios del siglo XX. Colección Jesús R. Tejuelo.

Los casinos oriolanos y el vínculo de Pizana

El «Circulo Orcelitano», precursor y germen del actual casino, se fundó en 1848; quedando inmortalizado en el plano de Francisco Coello publicado en 1859 dentro del «Atlas de España y sus posesiones de Ultramar».

Lo cita en su punto 16, localizado en la calle llamada del Ángel, actualmente calle López Pozas, esquina con la subida al puente.

Plano de Francisco Coello, publicado en 1859. Fragmento.

Circulo Orcelitano. Se fundó en 1848 en la casa que actualmente (principios del siglo XX) pertenece a D. José Cartagena Rocamora, en el final de la calle Mayor o principio de la del Ángel, es decir en la subida del puente viejo; y más tarde se trasladó a la de D. Carlos Roca, en la Puerta Nueva, hasta que en 12 de enero de 1868 se fusionó con el siguiente. Regíase por un reglamento fechado en 21 de Noviembre de 1848.

La cita anterior pertenece a los «Datos sueltos para la continuación de la Historia de Orihuela» de Ernesto Gisbert Ballesteros.

Concretamente estaba emplazado en el edificio que construyó Luis Abadía utilizando los terrenos resultantes de la demolición del viejo ayuntamiento. Edificio que su viuda, Josefa Larranzi, se vio obligada a malvender en ese año de 1848 para hacer frente a sus múltiples acreedores.

Luego se mudaron al Paseo; para acabar fusionados al «Casino Orcelitano», sociedad recreativa que inauguró sus nuevas instalaciones en la casa de Pizana, en los Hostales, en junio de 1864.

Edificio que fue casa de los Pizana y sede del «Casino Orcelitano». Colección Javier Sánchez Portas. Detalle.

Así lo cita Gisbert Ballesteros a principios del siglo XX:

Casino. Se estableció en 1864 con estatutos aprobados en 24 de febrero en la calle de los Hostales y casa que fue de D. Luis Pizana, habiéndose edificado de Planta en la calle de Loazes, en el terreno que existió la posada del mismo dueño.

Y así quedó inmortalizada su inauguración en la prensa de época:

La Correspondencia de España. 10 de junio de 1864: Según noticias que recibimos de Orihuela, el día 5 se verificó allí la inauguración del nuevo Casino.

A las doce de la mañana tuvo lugar la apertura, con asistencia del Excmo. Señor obispo de la diócesis, del digno juez de primera instancia y da una numerosa y escogida concurrencia, pronunciándose discursos brillantes y alusivos al acto, y sirviéndose con verdadera profusión dulces y helados a los concurrentes, mientras la banda de música de la ciudad amenizaba el rato, tocando piezas escogidas a la puerta del local, decorado con gusto y esplendidez, principalmente la escalera, el patio y el magnífico salón destinado a juntas generales.

Por la noche se dio un gran baile, en el que entre cientos de luces y perfumados ramilletes, lucieron su belleza y elegancia las hijas del Segura. Al día siguiente se permitió la entrada en el local a cuantas personas quisieron verle, pasando de tres mil los que visitaron este establecimiento, digno de la ilustrada Orihuela, que así sabe responder a la civilizadora voz de nuestro siglo.

¿Quién era ese Pizana que titulaba casa y posada?

En 1747 Luis Roca y Moncada había «principiado a construir y edificar una casa principal, en el sitio que estaban fundadas las pertenecientes a su mayorazgo, fronteras a las del mayorazgo de Gerónimo Pizana y Ruiz, posada incluida».

Con el propósito de hermosear el frontis y dar línea recta al edificio pidió licencia al ayuntamiento y «principió el simiento de la fachada». Pero el de Pizana «salió en justicia poniendo denunciación de nueva obra», alegando perjuicios para sus casas.

Casas de Roca y de Pizana. Colección Javier Sánchez Portas.

Para evitar «costosos litigios, inquietudes y enemistades más dignas de reparo entre personas ilustres de tan cercano parentesco» firmaron una concordia ante el escribano Juan Ramón de Rufete (1).

En ella don Gerónimo aceptó retirar la demanda permitiendo continuar la obra «sin embarazo alguno». A cambio, don Luis demolió una pequeña casa de su propiedad sita al costado de levante de las de Pizana, quedando el solar a beneficio de ambas partes.

Cúpulas de los dos palacios. Colección Javier Sánchez Portas.

Además, el de Pizana se comprometió de por vida a no elevar obra alguna por encima de la alzada que entonces tenía, a fin de no impedir las vistas de la nueva y preciosa casa, la misma que hoy alberga el Hotel Tudemir.

Gerónimo Pizana y Muñoz, Coronel de los Ejércitos Nacionales.

A comienzos del siglo XIX el mayorazgo de Pizana estaba en manos del oriolano Gerónimo Pizana y Muñoz, Coronel de los Ejércitos Nacionales fallecido en 1820.

Le sucedió en el vínculo Luis Manuel Pizana Ramírez, vecino de Madrid, heredando entre otras propiedades la añeja posada y las casas números 2, 4 y 6 de la calle de los Hostales.

En diciembre de 1840, Luis Manuel compró a un cura de Lorca dos casas anexas a las suyas. El religioso actuaba como albacea testamentario de Francisca J. Molina Muro, viuda de Gerónimo García de Espejo, antes Pizana y Avellán (2). La primera casa esquinaba con el callejón. La segunda, muy descuidada, estaba dentro del mismo.

Así pues, a mediados del siglo XIX, la manzana comprendida entre la calle de los Hostales, la del Puente Nuevo y el callejón del molino pertenecían a Luis Manuel Pizana. Aclarado un poco el linajudo origen de este apellido continuaremos hablando de los casinos.

El «Casino Orcelitano» y el «Círculo de la Unión».

Ya he dicho que en 1868 desapareció el «Círculo Orcelitano», fusionado con el «Casino Orcelitano».

El Oriolano. 26 de noviembre de 1885: La dueña del Café del Casino acaba de recibir de Francia una remesa de bebidas de todas clases, entre las que figuran cien botellas de Coñac de la clase más superior que se conoce.

Hasta el año 1885, el único Casino de Orihuela estaba establecido en los Hostales y albergaba a toda la sociedad oriolana. Los socios más jóvenes se planteaban incorporar parcialmente a las damas, en un gesto de apertura y modernidad.

El Oriolano. 19 de diciembre de 1885: Algunos jóvenes tienen el propósito de rogar a la junta directiva, que según reglamento ha de nombrarse muy pronto en la sociedad Casino Orcelitano, dé en los salones del mismo algunas veladas literarias, invitando a ellas a nuestras paisanas.

La nochebuena de 1885 la prensa local anunció una junta general para elegir a la directiva.

El Oriolano. 24 de diciembre de 1885: El sábado, 26 del corriente mes, se reunirán los socios del Casino Orcelitano en junta general, para proceder a la elección de la directiva, según previenen los estatutos.

La juventud perteneciente a dicha sociedad se propone, según parece, presentar su candidatura, y solicitar de la nueva junta, la celebración de algunos bailes y conciertos. Nos alegraremos que consigan lo que desean y que las damas coadyuven con su presencia a la realización del pensamiento.

El Oriolano. 29 de diciembre de 1885: En la junta general celebrada el día 26 por la sociedad Casino Orcelitano para la renovación anual de la junta Directiva, se presentó una sola candidatura que quedó aprobada en la siguiente forma:

Presidente: D. Julián de Torres y Calzado. Vice-Presidente: D. Manuel Picazo. Vocales: D. Filomeno Lizón Lacárcel y D. Abelardo Teruel. Inspectores: D. José María López Gonzálvez y D. Antonio Bonafós Mas. Tesorero: D. Francisco Germán. Secretario: D. José Ferrer.

Según las cuentas leídas, dicha sociedad cuenta con una existencia efectiva de 10.794,24 pesetas.

En 1886 nacía en Orihuela otra sociedad para el ocio y recreo de sus clases dominantes. La versión oriolana del llamado «Pacto del Pardo» entre Cánovas y Sagasta, había devuelto la vara municipal al fusionista Francisco Ballesteros Villanueva a comienzos de año.

De mala gana, el Partido Conservador encabezado por Matías Rebagliato y Pedro Ramón Mesples, cedió el gobierno municipal dejando en manos de Ballesteros las importantísimas obras de ensanche y modernización de la ciudad.

Francisco Ballesteros Villanueva.

Las enconadas disputas políticas dividieron a la oligarquía oriolana. Fusionistas y conservadores se declararon incapaces de continuar reuniéndose bajo el mismo techo. En febrero de ese mismo año aparecía «El Día», semanario de orientación conservadora. Orihuela contaba ya con tres periódicos.

La crónica. 6 de mayo 1886: Se ha inaugurado el café establecido en el círculo de la calle Mayor que con tal motivo se vio muy concurrido (…) El círculo también se inaugurará muy en breve; solo se espera darle la última mano y recibir la correspondiente autorización que se tiene solicitada. Se titulará Círculo de la Unión; y será su presidente efectivo y honorario el señor Mesples.

Se referían a un nuevo establecimiento recreativo llamado «Circulo de la Unión», presidido por el político conservador Pedro Ramón Mesples.

El Oriolano. 20 de mayo 1886: Aprobados por el gobernador civil de la provincia los estatutos del llamado Circulo de la Unión, se inaugurará oficialmente tan pronto como se reciban los muebles que se tienen encomendados para ese centro… de recreo.

El también llamado «casino de la calle Mayor», ubicado en el palacio de Campo-Salinas,  junto al Palacio Episcopal, fue inaugurado con banda de música la mañana del sábado 17 de julio de 1886.

El Diario de Orihuela. 17 de julio de 1886: A las once de hoy ha tenido lugar la inauguración del Círculo de la Unión. Terminada la lectura, de la memoria de creación de dicha sociedad, en breves y elocuentes frases dio gracias el presidente Sr. Mesples a los invitados por haberle honrado con su presencia, a lo cual contestó el Alcalde Sr. Ballesteros manifestando el reconocimiento de que estaba poseído por la atención que se le había dispensado invitándole a tan solemne acto y haciendo votos, al terminar, por la vida y prosperidad de tan distinguido Círculo. La banda de música ha amenizado el acto, atrayendo mucha gente a la calle Mayor.

A partir de ese momento, ambas sociedades rivalizaron en la organización de las más interesantes veladas musicales y las más concurridas fiestas.

Los socios más jóvenes del «Casino Orcelitano» seguían proponiendo invitar a las oriolanas para que, los domingos por la tarde después del paseo por la Glorieta, acudiesen a sus salones.

El Oriolano. 4 de septiembre de 1886: Algunos socios del Casino Orcelitano han acogido muy bien el proyecto de invitar a nuestras paisanas para que los domingos por la tarde y después de terminado el paseo de la Glorieta, concurran a los espaciosos salones de aquella sociedad, a imitación de lo que se viene haciendo en Murcia y otras poblaciones.

No sabemos hasta qué punto podrán realizarse las loables aspiraciones de los jóvenes iniciadores del pensamiento, conocido como es el modo de ser de nuestra elegante sociedad, pero no estará de más que se procure llevarlo a la práctica sin desmayar ante los primeros obstáculos, que nunca faltan a este género de inocentes pasatiempos.

El nuevo «casino de la calle Mayor» fue adquiriendo cada vez más protagonismo.

El Diario de Orihuela. 21 de febrero de 1887: La fiesta de más grandes alcances celebrada en el domingo que finó anoche, fue el magnífico y brillantísimo baile del Circulo de la Unión, primero celebrado en tan elegante sociedad y digno de figurar en la crónica coreográfica de Orihuela. Puede estar orgulloso el novel círculo y sus socios satisfechos de haber llevado a cabo una fiesta cuyo esplendor honra sobremanera al casino de la calle Mayor.

El nombramiento de un nuevo obispo ofreció la oportunidad de lucirse a ambas sociedades. En septiembre de 1886 el «Casino Orcelitano» proyectaba engalananar la fachada de su sede y erigir varios arcos en el trayecto que había de seguir el nuevo Prelado a su llegada.

En octubre tenían muy adelantados los preparativos, comisionando al arquitecto D. Rafael Mas para el adorno de la fachada que estaban ya blanqueando. Los del «Círculo de la Unión» no se quedaron atrás adornando también su local y buena parte de la calle Mayor.

El día. 10 de octubre de 1886: El Casino Orcelitano está blanqueando su fachada, y según se nos dice, tanto éste como el Círculo de la Unión, adornarán lujosamente sus edificios, y para el efecto se hallan ya haciendo los preparativos necesarios para que en su día aparezcan con todo el esplendor que requiere el caso; y para hacer un brillante obsequio, al virtuoso y sabio Prelado que viene a hacernos la honra de hospedarse en nuestra católica Orihuela.

El diario de Orihuela. 20 de octubre de 1886: En el Casino, el adorno era muy sencillo consistiendo en el revestimiento de ramaje de todas las líneas limitantes de las puertas de sus balcones y el engalanado de la baranda del terrado con gran profusión de gallardetes.

Su iluminación espléndida era admirable compuesta de innumerables vasos de color blanco y ostentando en la parte superior formado de luces muy unidas, el título del establecimiento, repetido por un trasparente de la extensión de la fachada y situado ante las barandas de los balcones en el cual se leía la siguiente inscripción: «El Casino, al Obispo de Orihuela».

El Casino Orcelitano en 1886. Esperando al obispo Maura. Colección A. Luis Galiano Pérez.

La calle Mayor era la mayor en el gusto exhibido en el adorno. En el centro de la calle hay un semiarco trasparente de un exquisito gusto y de mucho mérito artístico en el cual se lee a uno y otro lado la siguiente inscripción: Círculo de la Unión; el edificio de esta sociedad tiene revestida toda la fachada hasta el piso principal con mirto y geránios formando sobre las puertas elegantes arcos.

A pesar del buen gusto que ha precedido en el engalanamiento de esta calle puede decirse que su lucimiento lo ha tenido de noche por su profusa iluminación. Únicamente el Círculo de la Unión contaba en su fachada dos mil vasos de colores dispuestos en caprichosas líneas de bellísimos dibujos.

El día. 24 de octubre de 1886: El Casino Orcelitano y el Círculo de la Unión, se hallaban adornados desde la puerta de entrada hasta el terrado, con profusión de ramaje, gallardetes y banderolas. Era deslumbradora, la iluminación de ambos casinos.

En la del casino se leía por medio de un trasparente la siguiente inscripción: «El Casino, al Obispo de Orihuela». En el Círculo de la Unión, era tal la profusión de luces que en su fachada había, que se contaban dos mil vasos, formando bonitos dibujos la variación de sus colores.

El «Círculo de la Unión» fue languideciendo hasta desaparecer en 1890. Sus socios fueron pasando al nuevo casino.

El diario de Orihuela. 18 de julio 1889: Anteayer quedó cerrado el café de la calle Mayor. También se dice que en breve quedará disuelto por falta de socios el Círculo de la Unión. No tenemos nosotros tales noticias y sentiríamos que las nuestras fueran las equivocadas por que quedaría Orihuela sin uno de sus más bellos círculos de recreo.

El orcelitano. 30 de marzo 1890: Se dice, y parece haber tenido exacta confirmación la noticia, que el Sr. Gobernador de la provincia, ha mandado cerrar el «Círculo de la Unión» establecido en la calle Mayor de esta ciudad. También se dice, que la causa que ha motivado la clausura, ha sido la sospecha de que en dicho círculo de recreo se infringía la ley que prohíbe ciertos juegos.

Ignoramos las facultades que competen al Gobernador en cuestión de asociaciones. No conocemos la ley, ni nos hace falta conocerla. Pero según opinión de personas autorizadas, suponen que el Gobernador no tiene suficiente competencia para ordenar la clausura de un círculo. No es nuestro ánimo discutir, si el Gobernador ha procedido o no con ligereza. Respetamos y acatamos su acuerdo y asunto concluido.

Durante la II República el edificio fue sede de la CEDA; en la Dictadura, de Falange y de Radio Orihuela.

Calle Mayor. José M. Pérez Basanta.Casino

Otro «círculo» conservador trató de independizarse del «Casino Orcelitano» años después. Pero no adelantemos acontecimientos.

La construcción del nuevo casino.

Hospedaje o Posada de Pizana en el siglo XIX. Colección Javier Sánchez Portas.

Como ya hemos dicho, adyacente a la casa que albergaba el «Casino Orcelitano», estaba el Hospedaje o Posada de Pizana, un añejo edificio que ocupaba más de mil quinientos metros cuadrados de superficie; un obstáculo que el Consistorio necesitaba derribar para el ensanche y alineamiento de la calle del Puente Nuevo, paso imprescindible para completar una especie de arteria que enlazaba la estación de ferrocarril con el corazón comercial de Orihuela.

Fallecido Luis Manuel Pizana en 1875, el mayorazgo había pasado a manos de su única hija, María del Carmen Pizana del Castillo (3). El 30 de octubre de 1886, Ballesteros se encargó personalmente de comprar la Posada ante el notario de Murcia Juan de La Cierva Soto, con el fin de derribarla.

Parte del terreno se convertiría en edificable y el «Casino Orcelitano» no desaprovechó la oportunidad que les brindaba el alcalde de construir una nueva sede.

El proyecto inicial fue obra de Jaime Sánchez García, joven arquitecto oriolano, hermano del maestro de obras Francisco Sánchez, que en 1878 estaba estudiando su carrera en Madrid.

El diario de Orihuela. 9 de noviembre 1886: Si no lo hubiéramos visto, habría sido preciso adivinarlo. El plano es precioso…. pero el presupuesto asciende a seis mil duros. Nos referimos al bellísimo plano que, para el proyecto del local del casino, ha trazado admirablemente y con gran gusto arquitectónico nuestro paisano y queridísimo amigo Sr. D. Jaime Sánchez. Lástima grande que obstáculos insuperables llegaran a levantarse ante la posibilidad actual de su realización. El entusiasmo surgido entre los socios del «Casino Orcelitano» hace presagiar un lisonjero resultado. ¿Fracasará el proyecto?

En primer lugar plantearon la reforma de los estatutos distinguiendo dos tipos de socio.

El diario de Orihuela. 12 de noviembre 1886: Entre las reformas que se tratan de hacer en los estatutos del «Casino Orcelitano» figura la siguiente: Se dividirán los socios en fundadores o de número y en accidentales. Los segundos no tendrán voz ni voto en las juntas generales.

Para adquirir el carácter de los primeros será preciso ser durante cinco años sin interrupción socio accidental o abonar en el acto del ingreso en la sociedad una cuota de entrada no fijada aún pero que fluctuará entre veinte y cinco y cincuenta pesetas.

Se ha dado de plazo hasta el día 31 de Diciembre para los señores que deseando pertenecer a aquella corporación quieran ingresar con el carácter de fundadores sin abonar cuota alguna de entrada. Las reformas obedecen al proyecto que se abriga de construir un edificio para «Casino» en el solar sobrante de la Posada de Pizana.

El proyecto municipal seguía su curso y la posada fue derribada.

El Diario de Orihuela. 20 de diciembre de 1886: Continúan casi dando de mano a las obras hace poco tiempo comenzadas, los trabajos del puente y el derribo de la posada de Pizana, vetusto edificio echado al suelo por la demoledora piqueta del material progreso que ya esparce las ruinas de los pasados siglos, cuando destructora y generatriz a un tiempo, asocia y aúna voluntades para elevar nuevamente sobre los restos del caserón viejísimo, modernos edificios más en armonía con las leyes de la arquitectura moderna y de la urbana policía.

En la junta general celebrada el 21 de noviembre de aquel mismo año, los socios del «Casino Orcerlitano» decidieron comprar el solar resultante; y construir un lujoso edificio de su propiedad recuperando el protagonismo, perdido en parte, ante el «Círculo de la Unión».

Jaime Sánchez trazó un bosquejo de proyecto; Manuel Roca de Togores puso las primeras 2.500 pesetas y «El Diario de Orihuela» lo vio todo hecho.

El Diario de Orihuela. 23 de noviembre de 1886: DE COLOR DE ROSA. Lo estamos viendo y somos reacios a creer en la realidad. El sueño de tantos años, la esperanza tanto tiempo contenida en el espíritu, se ve al fin en vías de realización hasta el punto que ya podemos darle el carácter de hecho consumado.

Si por nuestros propios ojos, volvemos a repetir, no hubiéramos visto ayer los respetables nombres que aparecen suscribiendo las acciones para, el nuevo edificio del casino, dudaríamos de la verdad ante la verdad misma.

El proyecto del Sr. Sánchez, ejecutado en un punto céntrico, en el mejor tal vez de la población como lo es el solar sobrante de la antigua posada de Pizana, será en plazo brevísimo una mejora de importancia para la localidad.

En dicho proyecto, cuyo presupuesto de obras asciende a la suma de treinta mil pesetas sin contar el valor del terreno que se calcula en diez mil, queda trazado el edificio con una bien meditada distribución en los distintos departamentos, constituyendo todo él dos cuerpos unidos por un salón de café para verano y acristalado en invierno, dirigido en sentido longitudinal, formando cruz con la latitud del edificio y dando frente a la puerta central que corresponde por la parte posterior con el jardín.

Según el plano, el nuevo casino será de planta baja, conteniéndose en el todas las comodidades que requiere la naturaleza de las sociedades de recreo. La fachada principal que dará a la nueva calle que resulte una vez derribada la referida posada, es muy sencilla y elegante, revelando su bello aspecto el buen gusto arquitectónico de nuestro querido amigo y paisano Sr. D. Jaime Sánchez.

Los inconvenientes surgidos para hallar el medio de reunir la cantidad precisa para la construcción, ha venido siendo por espacio de un mes la cuestión batallona de los socios del «Casino Orcelitano» y aunque la idea de la suscripción se había expresado por algunos con timidez por la inseguridad que siempre se ha sentido de obtener buen éxito cuando de tales empresas se ha tratado, hizo que el pensamiento no se abriera camino en los primeros días de emitido y se dejara la cosa en cierto estado de tregua sin abandonar en modo alguno la idea principal del proyecto.

En este estado las cosas y después de la Junta general celebrada en la citada sociedad en el pasado domingo, en la cual se aprobó definitivamente la reforma del reglamento y se concedieron poderes plenos a la Junta directiva para resolver con arreglo a lo que más conviniere en la cuestión de la compra del solar antes expresado, un hombre que merece bien de esta población, que ama a Orihuela con verdadero cariño, con desinteresado afecto y con plausible entusiasmo, un hombre que al lustre de sus blasones une un corazón nobilísimo y una bondad de sentimientos que revelan la hidalguía de su carácter, se inscribe en la lista de socios y abre la suscripción encabezándola con su nombre ilustre por el valor de dos mil quinientas pesetas, suscripción que en un día ha dado la suma de quince mil, y que aumentará sin duda alguna con mayor cantidad.

El entusiasmo de los socios se manifestó ayer con el decidido propósito de demostrar su gratitud obsequiando con una serenata al Ilmo. Sr. D. Manuel Roca de Togores, lo cual no pudo llevarse a efecto con harto sentimiento de aquellos por haber salido el Sr. Roca en el tren de ayer tarde para Elche.

Una nueva directiva, encabezada por Roca de Togores y el propio Ballesteros, pilotaría el proyecto.

El Diario de Orihuela. 31 de diciembre de 1886: Mañana tomará posesión la nueva Junta directiva del «Casino Orcelitano» compuesta del modo siguiente: Presidente: Ilmo. Sr. D. Manuel Roca de Togores. — Vice-presidente: Sr. D. Francisco Ballesteros. — Vocales: Sres. D. José Román y D. Antonio Ruiz.— Secretario: Sr. D. José Balaguer y Muñoz.— Tesorero: Sr. D. Ramón Garrigós.— Inspectores: Sres. D. César Giménez y D. Eladio Sánchez.— Contador-Bibliotecario: Sr. D. José Zerón.

En febrero de 1887 presentaron instancia en el Ayuntamiento junto a al bosquejo de proyecto.

Archivo Municipal de Orihuela.

El Diario de Orihuela. 10 de febrero 1887: El nuevo casino se construirá con arreglo al plano del Sr. Sánchez (D. Jaime). Las obras comenzarán en breve.

En la sesión municipal del 24 de Febrero de 1887 se recibió la solicitud de Roca de Togores, como presidente del «Casino Orcelitano», pidiendo la línea para la construcción del nuevo edificio; y a primero de marzo se abrió el foso para los cimientos.

Cuatro meses después, mientras se anunciaba la venta en pública subasta de los materiales procedentes de la demolida posada, el «Casino Orcelitano» subastaba la construcción del armazón de madera, «para la cubierta de la primera nevada» del nuevo casino.

El Diario de Orihuela. 16 de junio de 1887: El domingo a las once en la secretaría del Casino Orcelitano se verificará la subasta del armazón de madera para la cubierta de la primera nevada del edificio que la referida sociedad está construyendo en la calle de la Subida del Puente Nuevo.

Los carpinteros que deseen presentarse a la licitación podrán avistarse con el maestro de obras D. Francisco Sánchez, quien les dará todas las condiciones a las cuales habrá de ajustarse la subasta.

Calle Loazes y Casino Orcelitano.

El Diario de Orihuela. 1 de agosto de 1887: Con grandes caracteres de bronce se ha colocado en la parte superior del pórtico del nuevo edificio del Casino la siguiente inscripción: 1887— CASINO.

Archivo Municipal de Orihuela.

En agosto la prensa oriolana elogiaba las obras proyectadas por Jaime Sánchez García y ejecutadas por su hermano Francisco. Habían terminado el pórtico del nuevo casino. Restaba tan solo para terminar la fachada, la colocación de los antepechos de las ventanas para los que habían traído buen número de balaustres de Macael, localidad almeriense famosa por sus canteras de mármol.

El Diario de Orihuela. 2 de agosto de 1887: Ya está terminado el pórtico del nuevo edificio del Casino. En la fachada sólo resta colocar los antepechos de las ventanas para lo cual ha llegado ya de Macael buen número de balaustres.

Como no nos gusta ser tardos en prodigar elogios cuando los fundamenta como en la ocasión presente la verdad y la justicia, cumplimos el grato deber de enviar nuestros más sinceros plácemes a nuestro paisano D. Jaime Sánchez, autor del plano, así como a su inteligente hermano D. Francisco Sánchez, director de las obras, por el buen gusto y acierto de que han dado pruebas ambos en la confección y ejecución del proyecto.

En su día expondremos con mayor extensión el favorable juicio que nos merece el trabajo de los Sres. Sánchez y sirvan por ahora estas breves líneas como preámbulo al justo encomio que en su día haremos de nuestros queridos paisanos.

Casino Orcelitano. Fachada original. Colección Javier Sánchez Portas.

Todo parecía ir muy rápido; pero en la segunda mitad de 1887 empezaron los problemas y las obras se detuvieron. Los rumores, esparcidos sobre todo por la prensa conservadora, atribuían la paralización a la falta de dinero; lo que en parte era cierto.

El Diario de Orihuela. 26 de enero de 1888: EL CASINO. A falta de otros asuntos de qué ocuparse, ayer se dio la preferencia en los círculos políticos a la cuestión de las paralizadas obras del nuevo edificio del Casino.

Ciertamente no sabemos lo que haya de verdad en el asunto, pero sí se aseguraba anoche que se había otorgado la escritura de la casita del molino de Cox contigua a los terrenos del Casino y que pronto comenzarían los trabajos de construcción suspendidos a causa de no acceder sus dueños a la venta de dicha finca, lo cual dificultaba la prosecución de las obras con arreglo al plano adoptado.

Verdaderamente que la interrupción de los trabajos no obedecían a otra causa a pesar de las murmuraciones de los que creían que aquella suspensión era debida a falta de dinero, pues según nuestros informes si bien es verdad que no se cuenta con el capital necesario para terminar el edificio en construcción, se podría apelar el crédito y por este medio se facilitarían las sumas necesarias para llegar al fin que todos deseamos y decimos todos, porque siendo la gran obra comenzada una mejora de la cual podrá enorgullecerse Orihuela, a todos, socios y no socios, agradará que aquel proyecto llegue pronto a feliz término.

Desde el principio de las obras, ha aumentado aquel centro de recreo notablemente el número de sus individuos y nosotros sabemos de muchísimas personas, en su mayor parte artesanos, que tan pronto como se inaugure el nuevo edificio solicitarán su ingreso.

La rémora que a la prosperidad de estos establecimientos oponía hasta hace poco la antigua y pueril prevención de que las clases acomodadas y la de menestrales no cabían juntas en una misma corporación, ha desaparecido completamente y ya vive en la mente de todos que altos y bajos pueden vivir perfectamente dentro de una misma corporación sin más limitaciones que las que prescriben los estatutos de las sociedades.

¡Lástima grande que la pícara política invadiéndolo todo, atice todavía la tea de la discordia y sostenga dos casinos en una población de escaso vecindario como es la nuestra, quitando a lo viejo, a lo que sólo es de Orihuela, valiosos elementos únicamente separados en círculo aparte por el apasionamiento de los partidos!

Calle de Loazes. Colección Javier Sánchez Portas.

El 30 de mayo de 1888 Manuel Roca de Togores y Pérez de Meca, en calidad de presidente, adquirió ante notario por 10.000 pesetas el solar de 966,50 metros cuadrados, propiedad de Francisco Ballesteros (4). Y a primeros de junio se reanudaron las obras.

Era el terreno resultante de sustraer unos metros al solar de la derribada posada. Dichos metros fueron utilizados para ensanchar la antigua calle del Puente Nuevo, retitulada en septiembre de 1887 como calle de Loazes.

Calle Loazes y Casino Orcelitano. Colección Javier Sánchez Portas.

Tras otro parón por falta de fondos, en el otoño de 1888 se convocó una reunión extraordinaria de la Junta General para aprobar una operación de crédito con el Banco Hipotecario.

En noviembre de 1888 solicitaron permiso para invadir la acera con una enorme escalinata de mármol blanco y completaron el registro de la propiedad ante notario; resultando un edificio con una planta de 737 metros cuadrados y casi 230 de patio (5).

Las puertas llegaron en la primavera de 1890. Y un año después acometieron el acristalamiento de ventanas, la decoración y el mobiliario.

Subastado el arriendo del café, en otoño de 1891 se mudaron definitivamente al nuevo edificio aún con obras pendientes.

El diario de Orihuela. 17 de mayo 1890: El miércoles en la tarde fueron colocadas las magníficas puertas que dan entrada al nuevo casino en construcción, las que a juicio de personas inteligentes son una obra de gran mérito artístico y de un trabajo delicado, habiendo sido el encargado de su construcción el inteligente maestro carpintero y tallista de esta población D. José Botí, al cual felicitamos por su acertada dirección y esmerada construcción de dicha obra.

El diario de avisos. 30 de octubre 1891: Ayer quedó terminada la mudanza del Casino a su nuevo edificio quedando el antiguo con el papel en los balcones en demanda de alquiler.

Para terminar, os dejo una descripción del edificio en 1891, tal y como fue ocupado por los socios:

El diario de avisos. 4 de noviembre 1891: Todavía en embrión y ya puede asegurarse que Orihuela tendrá con el tiempo un Casino apropiado a la importancia de la población. Tiene, aunque no ultimados en el mobiliario; decorados ya completamente los departamentos del café, billar, tresillo, lectura y tertulia.

Casino Orcelitano. Sala de armas.

El primero estuvo su arreglo a cargo del murciano Sr. Noguera. En conjunto resulta bien, pero en sus detalles deja mucho que desear. Las mesas de nogal con mármol ceniza, son bonitas e igual las sillas que son de la misma madera con asiento imitación cuero grabado. Los divanes una chapucería nogueriana que muy pronto reclamarán tónicos para remediar su debilidad.

El local es espacioso y de gran elevación, resultando por tal razón escasa la luz que irradian los siete quinqués de que está dotada la habitación. Falta por tanto una lámpara central.

La inauguración se hizo el domingo con bastante concurrencia dándose por el contratista Sr. Soriano un café excelente. La estancia en este departamento es agradable, ofreciendo todas las condiciones de confort propias de la época que atravesamos.

El billar y el tresillo están decorados por manos, oriolanas notándose en ellos el buen gusto del inteligente artista Sr. D. Vicente Navarro. Cada habitación, aunque en general las preside un mismo orden de decorado, tiene dibujos y tonos distintos.

Casino Orcelitano. Billar.

En el billar informa la ornamentación, un precioso techo imitación madera de varias clases con preciosos centros de cartón piedra a la purpurina plata mate en negro y avivada la decoración con molduras madera y baquetilla central plateada.

Está empapelada a recuadro con entremolduras con papel terciopelo granate. Resulta la habitación seria y apropiada al uso a que está destinada. El tresillo está decorado más sencillamente habiendo inteligentes que asignan a este departamento un mérito artístico mayor.

El techo del saloncito llamado de «Abencerrajes» está también muy bien pintado, sobre todo las guirnaldas de flores que en él descuellan, imitación muy aproximada al natural y honra de su autor.

Salón Renacimiento. Colección Javier Sánchez Portas.

El mayor mérito del artista consiste en su desprendimiento y generosidad, pues puede decirse de él en atención al costo de la obra, que ha trabajado gratis por el gusto de contribuir a la terminación de un edificio que enaltece a la población. Por todas las razones apuntadas enviamos como es de justicia nuestros sinceros elogios al Sr. Navarro cuyas condiciones y dotes de artista ha dejado demostradas en el nuevo Casino.

Salón de Lectura. Colección Javier Sánchez Portas.

Quedan los departamentos de lectura y tertulia cuya ornamentación ha corrido a cargo del contratista Sr. Alcolea. Resultan ambos elegantísimos y aunque todavía no tienen el mobiliario correspondiente el que llegará de un día a otro, se ve ya que resultarán suntuosísimos. ¡Así han costado ellos!

El mérito mayor de estas habitaciones está en la pintura, hecha por unos artistas valencianos cuyos nombres sentimos no recordar. Los techos de ambas en lo que respecta al tallista resultan muy bien, pero lo principal de ellas está en la pintura que salvo pequeños defectos obedece a un orden elegantísimo. Tiene dos escocias preciosísimas y los tonos del color no pueden ser más agradables.

Patio Andaluz. Colección Javier Sánchez Portas.

En suma: el nuevo Casino, del cual volveremos a ocuparnos conforme se vaya adelantando, es un centro de recreo digno de Orihuela y merece que todos los que sientan verdadero interés por el progreso material de nuestra querida ciudad, pongan cuanto esté de su parte para que dicho establecimiento recobre mayor vida. Según nuestras noticias pasan de veinte los socios nuevamente alistados y es de esperar que aumenten más cada día.

El artesano honrado no debe tener reparo alguno en hacerse socio, pues allí todo el que abona su cuota es igual a los demás por empingorotados señorones que sean. La utópica igualdad de los soñadores, alcanza allí profunda y verdadera realidad.

Gran Hotel de España en el edificio que fue casa de los Pizana. Colección Javier Sánchez Portas. Detalle.

Trasladado el «casino Orcelitano», la antigua casa de Pizana albergó el Gran Hotel de España; y sus bajos el Café de Levante.

Café de Levante en el edificio que fue casa de los Pizana.

El «Círculo Oriolano».

Unión republicana. 18 de octubre 1903: La Liga Católica ha fallecido, RIP. Se han cerrado las puertas del edificio que ocupaba esta católica asociación, en señal de luto. ¡Pero se abrirán, vaya que se abrirán! Hay precedentes. Nació el Círculo Católico de Obreros, y su vida fue efímera. Se fundó el Ateneo de San Luis Gonzaga, y murió por consunción. Germinó La Liga Católica, y la debacle. ¿Qué nombre le pondrán al nuevo engendro de la reacción?

Círculo oriolano. Colección Javier Sánchez Portas.

A finales de 1903, los conservadores oriolanos decidieron otra vez montarse por su cuenta y fundaron otro casino al que llamaron «Círculo Oriolano»; nombre muy parecido al que tenía el primero que existió en la ciudad: «Círculo Orcelitano».

La comarca. 4 de diciembre de 1903: El Círculo Oriolano. De nuevo ha vuelto a abrir sus puertas el antiguo Ateneo de San Luis Gonzaga, que hora se denominará Circulo Oriolano. Ha sido nombrado presidente de esta aristocrática sociedad, el Sr. D. Federico Linares.

La comarca. 5 de diciembre 1903: Reglamento. Se ha mandado a la capital para la aprobación de la primera autoridad civil de la provincia el reglamento por el que ha de regirse el Circulo Oriolano recientemente inaugurado en la Plaza de la Pía.

El orcelitano. 7 de diciembre 1903: Con el título de «Círculo Oriolano» ha vuelto a abrirse el local en donde estuvo instalado el antiguo Círculo de «La Liga Católica». Esta vez parece que aquella nueva sociedad tendrá más elementos de vida, por tener un carácter de independencia del que carecía en la última etapa de su efímera existencia.

La comarca. 7 de diciembre 1903: He aquí la lista de los señores qué componen la Junta del nuevo circulo: Presidente, D. Federico Linares; Vice presidente, D. Ramón del Arroyo y Manuel de Villena; Vocales D. Carlos Die Pescetto, D. Francisco Germán Moreno, D. Antonio Pescetto Balaguer, D. Eladio Sevilla Alfaro, Don Juan Garrió Grifol; Tesorero, D. Tomás Brotons Pastor; Secretario, D. Asensio García Mercader; Inspectores, D. Ildefonso de Ayarra, D. Manuel Miravete Piña y D. Enrique Celdrán.

Federico Linares Martínez.

Instalado en el local donde antes estaba el «Círculo Católico de Obreros», de las clases para alfabetizar al proletariado, pasaron a las clases de esgrima; compitiendo con los del «Casino Orcelitano».

La voz de Alicante. 1 de febrero 1904: El pasado sábado se verificó, en una finca de las inmediaciones de esta ciudad, un asalto por los señores alumnos de las salas de armas del Casino y del Círculo Oriolano.

La comarca. 22 de octubre 1904: Clases. Hoy se reanudan las clases de esgrima en el Circulo Oriolano bajo la dirección del inteligente profesor y amigo nuestro D. Alfredo Bueno. Sabemos. que reina gran animación entre la juventud de aquel centro por fomentar la afición a tan higiénico sport.

Salón de esgrima. Casino Orcelitano.

No sólo competían en esgrima; el círculo contaba con su propia orquesta; y en sus elegantes salones se celebraban conferencias, conciertos y artísticas veladas teatrales.

El adalid. 16 de noviembre 1904: DE SOCIEDAD. El Sr. Presidente del Círculo Oriolano dirige la siguiente comunicación: Sr. Director de El Adalid: Ruego a V. haga público en el periódico de su digna dirección, que en la tarde de mañana, jueves 17 de los corrientes a las 6 y media dará en este centro una conferencia sobre asuntos de verdadero interés para nuestra agricultura, el Excmo. Sr. Conde de Retamoso.

Con este motivo la Junta Directiva de este Círculo, invita a cuántas personas deseen asistir al acto, sean o no socios, a la referida conferencia, por tratarse de asunto de verdadero interés para la región.

La orquesta de este centro, en obsequio a las señoras que al acto concurran, ejecutará algunas piezas de su repertorio. Agradeciéndole la publicación de estas líneas, me repito de V. afmo. S. S. q. b. s. m. Federico Linares.

El diario. 24 de abril 1906: En el Círculo Oriolano. Completamente lleno se vio antes de anoche y anoche el espacioso y elegante salón, que la aristocrática Sociedad, «Circulo oriolano» tiene destinado para teatro. Imposible citar nombres. Allí vimos muchas y distinguidísimas familias de nuestra sociedad elegante…

Todo terminó en enero de 1909. En principio acordaron trasladarse «provisionalmente» a la calle de Soleres; al mes siguiente una nueva noticia los situaba en la calle de Loazes; y uno de sus vocales presentaba la dimisión.

El orden. 1 de enero 1909: Ayer tarde celebró Junta General la Sociedad Círculo Oriolano, tomando, entre otros acuerdos, el trasladar (provisionalmente) el domicilio social a calle de Soleres núm. 6.

El orden. 16 de febrero 1909: La sociedad «Círculo Oriolano» se ha trasladado a la calle de Loaces.

La iberia. 20 de febrero 1909: Nuestro particular amigo, D. José Rodríguez de Vera, ha dimitido de su cargo de vocal en la junta directiva del «Circulo Oriolano».

En mayo de ese mismo año, los socios del «Círculo Oriolano» se fusionaron con los del «Casino Orcelitano». Los dos partidos «dinásticos» enterraban el hacha de guerra y toda la aristocrática burguesía oriolana volvió a juntarse bajo un mismo techo.

El orden. 9 de mayo 1909: Esta mañana, a las 10 y media, celebrará junta general la sociedad Casino Orcelitano, para tratar de la fusión de dicha sociedad con el Círculo Oriolano. Con este mismo objeto, también celebrará junta general esta última sociedad.

El orden. 11 de mayo 1909: El pasado domingo celebraron junta general las sociedades «Casino Orcelitano» y «Círculo Oriolano», acordando la fusión de ambos centros. Tan grato acontecimiento se celebró con dulces, licores y habanos, fino obsequio de la directiva del «Casino Orcelitano» para sus nuevos consocios, los señores que formaban la sociedad «Círculo Oriolano».

Lo cierto es que la Caja de Ahorros y Socorros y Monte de Piedad de Nuestra Señora de Monserrate había comprado el edificio a la Iglesia; y en ese mismo mes trasladó su sede al local de la Plaza de la Pía. 

Reparto de comida, principios del siglo XX. Colección Javier Sánchez Portas.

Epílogo.

Como hemos podido comprobar, todos las sociedades de recreo fundadas en Orihuela acabaron fusionadas al «Casino Orcelitano».

Con el paso del tiempo, sus socios descubrieron una pega importante en su espectacular edificio: las estrechas ventanas los aislaban visualmente del exterior; por lo que no podían exhibirse holgando en sus lujosos salones.

Casino Orcelitano con las antiguas ventanas. Colección Jesús R. Tejuelo.
En la puerta del Casino. Archivo Familia Zerón Huguet.

En la segunda mitad de la década de los 20 del siglo pasado, el «Casino Orcelitano» reformó la fachada de su sede, aun a costa de perder la armonía.

Seis de las ventanas originales fueron sustituidas por la pareja de «peceras» que ostenta en la actualidad. Estas cristaleras de gran tamaño permiten ver y ser visto en el interior del Casino.

Casino Orcelitano con las nuevas cristaleras. Archivo Paloma Pastor.

Para costear dichas obras de reforma se emitieron acciones en 1927.

Colección Javier Sánchez Portas.
Casino Orcelitano años 30 del siglo XX. Ministerio de Cultura.
Calle de Loazes. Colección Javier Sánchez Portas.
Calle de Loazes. Archivo Mariano Pedrera.
Calle de Loazes. Archivo Rafael Almira.
El Casino en 2023. Francisco Luis Galiano Moreno.

Antonio José Mazón Albarracín (Ajomalba).

Ampliación y adaptación en 2022 de un artículo publicado en 2006. 

Notas:

1 AHO. Prot. 1285.

2 AHO. Prot. 2017.

3 Estaba casado con María de la Concepción Castillo, viuda a su vez de José Juan de Torres con el que tuvo dos hijos, Carolina y Federico Torres del Castillo, hijastros de Luis Manuel Pizana.

4 AHO. Prot. 2369 fs. 95-100

5 AHO. Prot. 2369 fs. 678-681

Galería fotográfica:

Calle de Loazes y Casino Orcelitano.
Casino Orcelitano. Colección Javier Sánchez Portas.
Calle Loazes y Casino Orcelitano.
Casino Orcelitano. Colección Javier Sánchez Portas.
Calle de Loazes desde el Casino. Archivo Celia Senén.
Personal del Casino. Archivo Julio Aparicio
Fichas del Casino Orcelitano. Colección Julio Aparicio.
Alberto Zerón Huguet.
Biblioteca del Casino Orcelitano. Víctor Sarabia Grau.

Callejeando 28. ASJ 2. Los Hostales.

Archivo Mariano Pedrera.
Archivo Municipal de Orihuela. Siglo XVIII.
Los Hostales. Entre las casas de los Roca y los Pizana. Colección Javier Sánchez Portas.

Los Hostales/ Bajada del Puente Nuevo.

Lo carrer de els Ostals desde la porta de Elig a la Corredora.

No se puede describir mejor. Como bien nos indica el siguiente padrón, confeccionado en el siglo XVII, la calle de los Hostales abarcaba el terreno comprendido entre la puerta de Elche y la Corredera.

Un espacio extramuros, surcado de acequias, donde se fueron concentrando hostales, posadas, mesones y paradores de carros.

Archivo Municipal de Orihuela. Padrón 1651.
Calle Alfonso XIII. Colección Javier Sánchez Portas
Calle Alfonso XIII. Colección Javier Sánchez Portas

Esta zona extramuros comenzó a poblarse en el siglo XV, periodo de gran expansión urbanística. En la centuria anterior había sido escenario principal del asedio sufrido durante la Guerra de los dos Pedros.

Entre la puerta de Elche y un portillo que llamaban del Salvador (a la altura de la actual casa de Rubalcava, en la calle Mayor) estaba uno de los puntos más débiles de la muralla, un tramo descuidado por considerarlo bien protegido por las cuatro acequias que actuaban a modo de foso.

Pero en aquella contienda las acequias fueron cegadas y, utilizando máquinas de asedio, los castellanos lograron abrir una brecha de sesenta brazas; destrozando también dos molinos, seguramente los antecedentes del molino del molino Grande y del «moli fariner del señor de Coix».  

Molino de Cox. Principios del siglo XX. Colección Javier Sánchez Portas.

Esta última y añeja instalación hidráulica, que contaba en el siglo XIX con cuatro piedras de moler, pertenecía a Diego Marín Barnuevo , señor de Cox y de la Condomina, caballero de la Cruz de Carlos III y senador vitalicio (1810-1884) . 

Ello motivó que, en la sesión del 14 marzo de 1861, la Comisión municipal del Nomenclátor dictaminase preocupada que, a ese callejón llamado del Molino, se le debía llamar calle del Molino de Cox para evitar confundirla con otra calle de igual nombre que existía en el arrabal de San Agustín. Se referían a la Calle del Molino, paralela a la Plaza Nueva; que pasó a llamarse del Molino Grande.

Puente de Levante y Molino de Cox
Puente de Levante y Molino de Cox.
Molino de Cox. Principios del siglo XX. Colección Javier Sánchez Portas.
Calle Molino de Cox/Macando. Archivo Rafa Almira

Este callejón fue alineado y reformado a finales del XIX con motivo de las obras de construcción del Casino Orcelitano. Su titulación se mantuvo hasta que, en 1984, se lo dedicaron a uno de los propietarios de «Bar Zara»: Antonio Rodríguez Egío, alias «Macando».

Calle Molino de Cox/Macando
Archivo Rafa Almira
Antonio Rodríguez Egío “Macando”.
Archivo Lola Sánchez

El diseño y urbanización de la calle de los Hostales comenzó a trazarse en 1747, cuando Luis Roca y Moncada decidió construir una «casa principal, en el sitio que estaban las pertenecientes a su mayorazgo, hermoseando el frontis y dando línea recta al edificio».

La construcción del palacio que alberga el actual hotel Tudemir cambió la fisonomía de la zona, sacando una “casa noble” al arrabal por encima de la muralla que, convertida en un obstáculo, fue desapareciendo para conformar la que ahora es la calle Alfonso XIII.

Biblioteca Fernando de Loazes. En el Palacio de los Roca.

Pinchando en la siguiente imagen se accede a un pequeño artículo sobre dicha construcción y el conflicto que provocó con su vecino, el de Pizana.

Rocas y Pizanas
Enlace a artículo
Francisco Luis Galiano Moreno

Con el paso del tiempo, el obsoleto muro que llegaba hasta la esquina del «Vallet» quedó cubierto por casas adosadas al exterior.

Quizá siguiendo el ejemplo de los Roca, los mercedarios emprendieron la restauración de su enorme edificio conventual en la segunda mitad del siglo XVIII, cambiando la orientación de su portada principal hacia la nueva calle; por encima de la muralla; en línea con el extremo del palacio.

Alfonso XIII Merced
Calle Alfonso XIII. Archivo Alberto Zerón.
Calle Alfonso XIII. Colección Tejuelo.

Como ya he comentado, fronteriza con la de los Roca estaba la casa de los Pizana. Pascual Madoz afirmó en su diccionario que, por su capacidad y arquitectura, ambas casas podían considerarse palacios. Durante más de veinte años, desde 1864 hasta la construcción del actual en 1888, fue la sede del «Casino Orcelitano».

La calle de los Hostales en 1886. Al fondo el casino en la casa de Pizana. Colección Antonio Luis Galiano Pérez.

En 1893 albergó las instalaciones de la «Fonda España», propiedad de Joaquín Alonso Lidón.

El independiente. 19 de agosto 1893: Mañana se inaugura la nueva Fonda de España que nuestro amigo D. Joaquín Alonso ha establecido en el antiguo Casino. Con tal motivo, el dueño del establecimiento se propone obsequiar mañana a las ocho de la noche con una comida a sus numerosos amigos y al público de Orihuela en general; y para evitar omisiones involuntarias siempre fáciles en estos casos nos ruega invitemos a todo el que mañana quiera honrarle sentándose a su mesa, para las 8 de la noche.

Gran Hotel de España
Colección Javier Sánchez Portas.

El independiente. 23 de agosto 1893: Anoche tuvo lugar, como oportunamente anunciamos, la inauguración de la nueva Fonda de España establecida en el local del antiguo Casino. El nuevo establecimiento, montado a la altura de los mejores en su clase, está alhajado con verdadero gusto y tiene I7 habitaciones no muy grandes, pero como tacitas de plata.

El comedor amplio y alegre se vio anoche concurridísimo sentándose a la mesa más de 40 comensales. El servicio nada dejó que desear y el menú compuesto de sopa, carne en salsa, carne rebosada, asado y postres, hace honor al cocinero del referido establecimiento.

Junto a la fonda, en las accesorias del edificio, se abrieron varios comercios:

El primitivo murciano. Manuel Clemares.

«El primitivo murciano». Primera casa en novedades. Alfonso XIII núm. 4, junto a la Fonda España. Mercería, pasamanería, cuellos, puños y corbatas, perfumería del país y extranjera, guantes de piel, lana, hilo, seda, sombrillas, paraguas,abanicos, bisutería, artículos de punto, sedas, algodones de bordar, peines y peinetas, artículos de piel, corsés e infinidad de artículos del ramo.

Regentado por Manuel Clemares, pasó luego a llamarse «El Murciano»; ofreciendo productos de mercería, perfumería, camisería, juguetería, peletería, bisutería y grandes oportunidades.

El Murciano. Manuel Clemares.
El Murciano. Foto Belda. Archivo Cánovas Saavedra.

En 1904 la Fonda España sufrió profundas reformas para convertirse en el Gran Hotel de España, un lujoso establecimiento con gran salón para banquetes.

Durante años fue el hospedaje más prestigioso de Orihuela; hasta la construcción del Hotel Palace en el otro extremo de la calle de Loazes.

En 1915 lo regentaba su hijo, Joaquín Alonso Cifuentes; quien como veremos, acabaría comprando el Hotel Palace.

«El Eco del Segura» 1909.
Calle Alfonso XIII. Al fondo Gran Hotel de España. Colección Javier Sánchez Portas.

Otro establecimiento de la misma época alojado en los bajos de la casa de Pizana fue el «Café de Levante». Famoso por sus tertulias, en la publicidad ofrecía selecto café, helados; y, en los días especiales, sopada, flanes y almojábanas. Reformado en 1907, era propiedad de Manuel Esquiva.

Café de Levante. Junto al Casino.

Los Pizana eran dueños también de una enorme y antigua posada parador, al menos desde el siglo XVII. El añejo edificio se extendía hasta el inicio del puente de Levante dejando una estrecha vía que provocaba continuas quejas por su mal estado.

El 30 de octubre de 1886, el alcalde Ballesteros Villanueva se encargó personalmente de comprar la Posada de Pizana ante el notario de Murcia Juan de La Cierva Soto, con el fin de que «la demoledora piqueta del material progreso, echase al suelo el vetusto edificio, esparciendo las ruinas de pasados siglos para que sobre sus restos se elevasen modernos edificios más en armonía con las leyes de la arquitectura moderna y de la urbana policía».

El antiquísimo edificio cayó en diciembre de ese mismo año; y en parte del solar se edificó el nuevo «Casino Orcelitano». Transcribo algunas noticias publicadas por aquellas fechas:

La crónica. 30 de septiembre de 1886: Zanjadas ya algunas dificultades que se ofrecieron para la adquisición de la posada de Pizana, parece que su dueño ha prestado el consentimiento para que se venda, o mejor dicho para que se permute por tierras de la huerta que den igual producto anual, y por lo tanto dentro de poco se otorgará la escritura, y consiguientemente, podrá precederse al derribo de ese edificio, cumpliéndose así por fin, el deseo constante el capricho decidido, y el sueño más dorado de ciertos y determinados sujetos que en nuestra opinión no pueden ser completamente felices mientras no vean en ruinas ese vetusto edificio, que había llegado a ser la pesadilla de sus noches de insomnio. ¡Que sea pues en hora buena!

La crónica. Campaña diciembre de 1885: ¡ACUDID, GOLOSOS! A la hospedería de Pizana, que ha llegado el conocido Antonio García Monerri con abundante surtido en turrones de Jijona, yema, nieve y duro; peladillas finísimas y anises.

El día. Campaña de diciembre de 1885 a marzo de 1886: EL CONOCIDO DENTISTA DE ELCHE D. RAMON GONZÁLVEZ tiene el honor de poner en conocimiento de sus numerosos parroquianos, y del público en general, que habiéndose trasladado los ex -dueños de la Posada de Pizana, a la del Sol, él pasará una temporada en esta última. Allí ofrece sus servicios, en todo lo que concierne a su profesión desde las 8 de la mañana a la 1 de la tarde en la POSADA DEL SOL, CUARTO NÚMERO 12.

Hospedaje de Pizana y Molino de Cox. 1870. Colección Javier Sánchez Portas.

Su derribo propició la construcción del nuevo «Casino Orcelitano» y el ensanche y urbanización de la calle que, hasta finales del XIX se nombraba sencillamente como calle del Puente nuevo o Bajada del Puente.

Calle de Loazes. Colección Javier Sánchez Portas.

El diario de Orihuela. 15 de noviembre de 1886: Hasta el domingo próximo se admiten en la «Sociedad Unión Agrícola Orcelitana» proposiciones para el derribo de la posada de Pizana y aprovechamiento de materiales.

El diario de Orihuela. 25 de noviembre de 1886: Ayer tarde comenzó el derribo de la posada de Pizana, el cual se hace según se nos dice por cuenta de la «Sociedad Unión Agrícola».

El diario de Orihuela. 2 de diciembre de 1886: Ayer empezaron a venderse los materiales de la Posada de Pizana la cual, ya desocupada por el inquilino, se está derribando en su totalidad.

El diario de Orihuela. 4 de diciembre de 1886: Con la teja y piedra de la derruida Posada de Pizana se ha quedado el Casino Orcelitano.

La Crónica. 16 de diciembre de 1886: La posada de Pizana ha desaparecido ya casi por completo, faltando solo la nivelación del terreno y las aceras para que lo que en su día fue un vetusto edificio quede convertido en una ancha avenida o arteria principal de la ciudad. Adelante pues y que Orihuela progrese poco a poco pero sin descanso hasta ponerse a la altura de las mejores poblaciones de su clase y censo.

Y ya que hablamos de esa mejora debida real y verdaderamente a la sociedad agrícola orcelitana, justo seria que esa nueva calle llevase el nombre de quien la ha hecho y que por lo tanto se llamase calle de la Unión, o si dicha sociedad es tan modesta que declina ese merecido honor, podría llamarse calle del Progreso, o de Loaces, Moncada o Rocamora si en ella se quiere perpetuar la memoria de alguno de esos ilustres hijos de Orihuela, que honran la patria historia.

Y la «memoria perpetuada» fue la de Loazes.

El diario de Orihuela. 19 de septiembre 1887: Es otro de los puntos de la crónica de la semana que merece nuestra atención el acto llevado a cabo por la corporación municipal, al acordar la titulación de la nueva calle abierta en la subida del Puente Nuevo y la que pone en comunicación la calle Mayor con la de la Feria.

Sin duda alguna que nuestro Ayuntamiento ha interpretado los deseos de la población buscando dos nombres ilustres entre los más esclarecidos hijos de Orihuela.

El nombre de Cardenal Loaces, honra de esta vieja ciudad y gloria de la Iglesia española, al señalar una de las calles de la población, recordará siempre una de las páginas de nuestra brillante historia.

El diario de Orihuela. 6 octubre 1887: Ya están terminados los rótulos de las calles del Cardenal Loaces, Capitán Grifol y Santacruz. Los títulos en caracteres negros están grabados en tableros de mármol blanco de Macael.

El diario de Orihuela. 11 octubre 1887: La colocación de los rótulos en las calles nuevamente tituladas, ha sido el asunto que ha dado importancia a la semana que finó ayer. Los nombres de tres hijos ilustres de Orihuela han sido grabados en mármol y serán pronunciados al mencionar las calles que titulan por las generaciones venideras.

La Calle del Puente Nuevo, era complementaria a los Hostales. Además de la de Pizana, albergaba el Hospedaje de Buena Vista; con cuadras y coche de punto para recoger a los viajeros en la Estación de Ferrocarril.

Completaban la oferta comercial varias tabernas, cafetines, horchaterías, modestas casas de comida…

El diario de Orihuela. Campaña publicitarias en diciembre de 1886: HOSPEDAJE DE BUENA VISTA. Se ha trasladado a él, Juan Lidón, antiguo dueño de la posada de Pizana, el cual ofrece en su nuevo establecimiento a sus numerosos parroquianos cómodas habitaciones y un esmerado servicio de cocina.PARA LAS PASCUAS.

El diario de Orihuela. Campaña publicitarias en diciembre de 1886: El conocido TURRONERO DE JIJONA Antonio García, que por espacio de muchos años venía parando en la derruida posada de Pizana, ha llegado a esta ciudad con un gran surtido en turrones de todas clases y peladillas de lo más escogido, y está de parada en el HOSPEDAJE DE BUENA VISTA.

En 1895, una riada afectó seriamente al Hospedaje de Buena Vista, socavando parte de sus cimientos, especialmente en las cuadras. Con el cambio de siglo se anunciaba en prensa como Hotel o Parador de Buena Vista, propiedad de la viuda de Francisco Abadía.

Hospedaje de Buena Vista. Principios del siglo XX. Colección Javier Sánchez Portas.
Calle de Loazes y Puente de Levante. Colección Javier Sánchez Portas.

Utilizando el vocabulario de la época, con el cambio de siglo todo lo añejo desapareció para levantar una calle elegante, vestida a la moderna; aseñorada, con hoteles, casino, casas lujosas y automóviles aparcados.

Calle de Loazes. Colección Javier Sánchez Portas.

Con esa drástica reforma la calle de Loazes se convirtió en el corazón comercial y social de Orihuela. Con el paso de los años, el Hospedaje de Buena Vista se transformó en «Palace Hotel».

En mayo de 1924, «El Pueblo» anunciaba la próxima inauguración del Hotel Palace que, con todo lujo y confort, había construído el rico propietario José Gea Lidón.

Riada de marzo de 1924. A la izquierda las obras del Palace Hotel. Colección Javier Sánchez Portas.

Buscando la cronología de riadas se puede comprobar que hubo una en marzo de ese mismo año; y así quedaron retratadas las obras.

«El Pueblo. 1924-1926.

Dos años después, concretamente en noviembre de 1926, Joaquín Alonso Cifuentes, propietario del desaparecido Gran Hotel de España. Se hacía cargo del Palace Hotel en calidad de director propietario.

Prometía importantes modificaciones en el café y restaurant en beneficio de los clientes, especialmente, para los turistas extranjeros (puso de moda entre las señoras tomar el té) .

«El Pueblo».
Calle de Loazes desde el Puente de Levante.
Palace Hotel en sus primeros años. Colección Javier Sánchez Portas.
Calle de Loazes desde el Puente de Levante. En primer plano, el Palace Hotel. Colección Javier Sánchez Portas.

La corriente nacionalista y autárquica de la España de la posguerra hizo que el Palace Hotel cambiase a Hotel Palas, establecimiento que recuerdo vagamente acompañando a mis padres durante mi infancia; sobre todo, la puerta giratoria.

Carta con membrete del «Hotel Palas». 1952.
Calle de Loazes y Hotel Palas poco antes del derribo. Colección Rafa Almira.

Derribado en la primera mitad de los ochenta, fue sustituido por el edificio que albergó la sede principal de la Caja de Ahorros del Mediterráneo; de la que solo quedaba (no sé qué será de ella ahora) el aula cultural.

Foto Tony Sevilla. Información.

Para saber más de la urbanización de esta calle y de la construcción del Casino, os dejo otro artículo monográfico al que podéis llegar pinchando la siguiente imagen.

Enlace a artículo Casino.

En septiembre de 1887, reformada totalmente la calle del Puente Nuevo y cercano el cuarto centenario de su nacimiento, recibió el nombre de Fernando de Loazes arreglando la injusticia cometida con uno de los oriolanos más universales; ignorado hasta entonces en el callejero oficial.

Busto del Patriarca. José M. Pérez Basanta.

La verdadera calle de «los Loases», en la que el ilustre patriarca nació, desapareció en el siglo XVIII con la construcción del convento de Jesuitas que luego pasó a las Salesas.

Sobre la primitiva calle de Loazes, os dejo otro artículo pinchando la siguiente imagen:

Enlace a artículo

En 1926, para acabar de ennoblecer la calle. instalaron un «kiosco biblioteca»:

El pueblo. 1 de abril 1926: Kiosco de la Caja de Nuestra Señora de Monserrate. Kiosco de buenas y sabias lecturas. Artes, ciencias, religión, literatura, cuanto pueda desear el espíritu más selecto y culto está a la venta o se admite a encargo en este kiosco, situado en la espaciosa calle de Loaces, junto al puente, embelleciendo la amplia avenida, arteria principal de la ciudad de Orihuela.

Kiosco de la Caja de Ahorros de Ntra Sra de Monserrate. 1926.

El pueblo. 4 de octubre 1926: Todo entusiasta de las buenas lecturas, debía acudir al magnífico kiosco de la Caja de Ahorros de Nuestra Señora de Monserrate, situado en la calle Loazes. Allí encontraría un inmenso y variado surtido en obras de arte, ciencias, religión y literatura.

Calle de Loazes con el Kiosco. Ministerio de Cultura.
Calle de García Hernández desde el Puente de Levante. Colección Javier Sánchez Portas.
Ferretería Penalva en calle de Loazes. Colección Javier Sánchez Portas.

Durante la II República titularon la de Loazes como calle de García Hernández; y la de Alfonso XIII pasó a llamarse Fermín Galán. Los dos mártires de la República fusilados por la sublevación de 1930.

Con la República llegó de Murcia un pastelero (mi abuelo), que trajo consigo las recetas aprendidas en el Horno de la Fuensanta. Se llamaba Emilio Albarracín Garcerán. Y se instaló frente al Casino.

Pastelería «La Murciana» 1932.
Pastelería «La Murciana». De Emilio Albarracín. En la foto Lilita Albarracín, mi madre.

Mi abuelo me decía que en Orihuela había dos zonas para confiterías: Loazes-Los Hostales y Plaza Nueva-Cubero.

«La Modernista». Calle Alfonso XIII, esquina Loazes. Colección Javier Sánchez Portas.

En la esquina entre Loazes y Los Hostales estaba «La Modernista» de Joaquín Reymundo, abierta en 1870. El edificio fue reedificado en 1905 y decorado por Enrique Luis. Y la confitería pasó a su nieto, Joaquín Gili Reymundo.

«El Pueblo» 1926

Lo que no sabía, y descubrí hace muy poco, es que dicha confitería en Alfonso XIII 8, fue regentada como sucursal de «La Murciana», también por mi abuelo.

Murcia deportiva. Semanario deportivo. 7 de octubre 1946.

Otro confitero de apellido Reymundo y de nombre Luis, se estableció a principios del siglo XX junto al puente de Levante.

Y como olvidar la famosa confitería Agrasot en el siglo XIX. Propiedad de Ramón, el hermano de Joaquín. Desde 1899 a 1901, la confitería figura como: «Agrasot (Viuda de Ramón), Hostales».

Hasta que la viuda traspasó la confitería a Mariano Ros García, quien en 1902 aparece ya como propietario. Este confitero estaba establecido anteriormente en la Plaza Nueva (1885) y también en la calle del Colegio.

«El Labrador» julio de 1902.

Luego llegó la confitería del Ángel (en el año 1928 aprox.), instalada en el viejo convento de los mercedarios, convertido en viviendas y locales.

Para caramelos y bombones la repostería del ÁNGEL. Especialidad en masa dormida. Caramelos de la Cofradía del Perdón con el lujoso estuche forma nazareno.—Alfonso XIII, 1.

Aguantó el tipo casi un siglo, como única representante del gremio en la zona. Hasta que, en enero del año 2023, cerró definitivamente sus puertas dejando a «los hostales» sin pastelerías.

Confitería «El Ángel» 1929.

Dejemos las confiterías y volvamos a la calle de Loazes. Otro establecimiento emblemático abierto durante la II República fue el Zara.

En 1931, uno de sus propietarios, Rafael Gas Soriano (1900-1985), era camarero del Casino Orcelitano, presidente de la Sociedad de Camareros el Oriol y vicepresidente de la agrupación socialista.

En el Zara. Rafael Gas Soriano y Rafael Gas Céspedes. Archivo Lola Sánchez.

El otro, mencionado anteriormente en la calle Molino de Cox, fue Antonio Rodríguez Egío «Macando».  Protagonista de sus tertulias.

El 17 de julio de 1935, Antonio Rodríguez Egío (Macando) y Rafael Gas Soriano, dejaron el Casino Orcelitano y se instalaron en el número 4 de la Calle de Loazes.

El Zara y su edificio desaparecieron también en la década de los noventa para ser sustituido por una especie de cubo.

La tertulia en el Bar Zara. El Cartel de Semana Santa es de 1962. De izquierda a derecha: Antonio Rodríguez Egío «Macando»; José Martínez Arenas; (desconocido); Luis Cartagena Soriano; (con boina) Mariano Bregante Rabaza; Pepe Gil (de Tejidos Gil en la C/ Mayor); (con boina) Antonio Sánchez «el Civiles» (carpintero de la calle Timor); (desconocido); Luis Saavedra Bonilla; (desconocido). Colección Cánovas Saavedra.
La barra del Zara a finales de los 50. Archivo JM Dayas.
El Zara en sus últimos años. Archivo Rafa Almira.
Calle de Loazes
Calle de Loazes. Colección Javier Sánchez Portas.
Calle de Loazes desde el Puente de Levante. El principio del fin. Archivo Mariano Pedrera.

La traviesa que parte de Loazes hasta el Teatro Circo, se llamó en lo antiguo del Salitre de Rocamora. Un triste callejón que giraba al final para terminar en el río.

Nombrado sencillamente como callejón del Salitre, fue modificado a comienzos del siglo XX para dar acceso al nuevo Teatro Circo.

Loazes esquina Salitre/Rufino Gea.
Calle del Salitre. Antonio Ballester Vidal.

Urbanizado durante la II República al igual que el llamado ensanche del Teatro Circo, en febrero de 1934 se presentó el proyecto de apertura y ensanche de la calle del Salitre, redactado por el arquitecto municipal Severiano Sánchez Ballesta.

Recibió su actual nombre el 12 de marzo de 1969, en honor a uno de nuestros cronistas locales, José Rufino Gea Martínez.

Ensanche del Teatro Circo. Antonio Ballester Vidal.

En cuanto al ensanche del Teatro Circo, se llamó Plaza del Poeta Sansano, homenajeando al poeta y periodista oriolano Juan Sansano Benisa (1887-1955).

Para saber más sobre su traslado y reconstrucción; para ver imágenes de nuestro teatro, pinchad el siguiente enlace.

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Volviendo a «los Hostales», la calle mantuvo su titulación durante siglos, aunque alguna vez aparezca también como «Los Mesones».

PENALVA HERMANOS. Alfonso XIII, núm. 12.
Anuncios de 1887 y 1924.

Perdió su nombre tradicional en una sesión municipal, celebrada el 10 de octubre de 1896; donde se manifestó el deseo «expresado por sus vecinos y propietarios» de sustituirlo por el del Beato Diego José de Cádiz; quedando aprobado por unanimidad.

Fray Diego José de Cádiz, predicando desde «La Sala» en 1787. Dibujo de Montesinos.
Alfonso XIII en 1910. Entierro del obispo Juan Maura. Colección Javier Sánchez Portas.

No sabemos si en realidad fue iniciativa de sus moradores; pero lo cierto es que pronto comenzaron a quejarse de un título tan extenso. Y poco le duró el nombrecito de marras; el 10 de mayo de 1902, para celebrar la mayoría de edad de Alfonso de Borbón y su acceso al trono, se decidió «perpetuar tan gloriosa fecha» otorgando a esta calle el nombre de Alfonso XIII. 

«El Alcalde Presidente manifestó que el día 17 del actual se verificará la jura de S.M. el Rey Don Alfonso XIII, como consecuencia de haber cumplido la mayor edad, entrando a reinar, como dispone la Constitución del Estado y que el Ayuntamiento debía asociarse al jubileo general de la Nación.

El Ayuntamiento, adhiriéndose a la proposición del Sr. Presidente, acordó por unanimidad, que para perpetuar tan gloriosa fecha se ponga el nombre de Calle de Alfonso XIII a la que hoy tiene por título del Beato Fray Diego José de Cádiz». 

Alfonso XIII. Francisco Luis Galiano Moreno.

Una porción de fachada con el escudo de los mercedarios y la pésima recomposición de la portada del templo -demolido y reconvertido en museo de Semana Santa-, es lo que nos queda del enorme convento e iglesia de la Merced.

Francisco Luis Galiano Moreno.

El escudo presenta en la parte superior la cruz de la catedral de Barcelona. En la inferior las barras de Aragón. Completa la talla una corona real en honor a su benefactor, el rey Jaume I.

En el siguiente enlace podréis encontrar una breve historia de los mercedarios en Orihuela:

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Desamortizado en el siglo XIX, pasó a manos de un industrial catalán llamado Vilaregut. Cuando falleció, su viuda lo puso en venta. Lo compraron unas señoras oriolanas para acabar troceado y repartido.

Alfonso XIII y Ballesteros Villanueva. Francisco Luis Galiano Moreno.

Los tres trozos resultantes están claramente diferenciados: La parte de convento que se conserva, los altos edificios y la situada en el Vallet. Para conocer la historia de esta compraventa os aconsejo pinchar el siguiente enlace.

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Calle Alfonso XIII. Colección Javier Sánchez Portas.
Calle Alfonso XIII. Colección Javier Sánchez Portas.

En noviembre de 1878, Atanasio García Cubero, terrateniente metido a político (llegó a ser alcalde de Orihuela) y sobrino del obispo Cubero, solicitó derribar la Posada de La Luna, al final de los Hostales (otro hospedaje centenario, al igual que la del Sol), para construir un enorme y lujoso edificio.

Dos años después, el propio prelado costeó parte del embovedado de parte de una acequia maloliente que daría lugar a la calle Escorrata, cuando se decidieron a unirla con la de Salitre en el primer cuarto del siglo XX.

La casa de Cubero en 1929. Colección Javier Sánchez Portas. 

La «Casa de los Hostales» estaba dividida en tres caserones independientes comunicados por un patio interior; uno para cada uno de sus hijos: Pedro María, Carola y Emilia García Murphy.  También, de forma independiente, fueron cayendo hasta que solo quedó el de la esquina con Escorrata.

Edificio de los García Murphy a principios del XX. Colección Javier Sánchez Portas.
El último en caer. Jorge Belmonte Bas.

Como curiosidad, al fallecer Benito Pérez Galdós en 1920 le dieron su nombre a la calle Unión Agrícola (actual Avenida España). Por no ofender a dicha institución, se lo pasaron a la modesta calleja de la Escorrata.

Al proclamarse la II República, insistieron en otorgar el nombre del escritor a la calle Unión Agrícola; determinando al final que fuese la del Obispo Rocamora; pues Unión Agrícola sería Pablo Iglesias.

II República. Calle de Fermín Galán. Colección Javier Sánchez Portas.

Actualmente, una modesta calle en Orihuela Costa recuerda la figura de Benito Pérez Galdós; eso sí, acompañado por Miguel de Cervantes, Juan Ramón Jiménez y Concha Espina.

Benito Pérez Galdós

La última traviesa, paralela a la escorrata, está dedicada a Federico Rogel, fallecido en 1915. Este músico oriolano transcribió en 1880 la primera partitura en nomenclatura musical del famoso «canto de la pasión»; dejando escritos unos cantos religiosos populares transmitidos oralmente durante siglos.

Vamos a situarnos en la parte final de la calle Alfonso XIII. Desde ahí nos podemos imaginar la esquina de la muralla; es decir, en el chaflán que forman las calles de Alfonso XIII y Ballesteros Villanueva.

Y el muro medieval que por un lado llegaba hasta la torre que se conserva detrás del Hotel Tudemir, junto a lo que fue la puerta de Elche y por el otro en línea recta hasta las torres al pie de la sierra, en lo que fue la puerta de Crevillente.

Para ayudar un poco, os dejo este vídeo:

Fotografía: Francisco Luis Galiano. Vídeo: José Antonio Ruiz Peñalver

En el verano de 1926 el arquitecto municipal Severiano Sánchez Ballesta proyectó enderezar el entronque le la Corredera con los Hostales, dejando una calle bien ancha que se prolongaría con nuevas construcciones en la carretera de Almoradí.

Esto no se materializó totalmente hasta finales de los sesenta, cuando derribaron los tres cuerpos del edificio del obispo Cubero. En su lugar levantaron altísimos edificios que se retranquearon para facilitar el acceso a la Corredera y formar una pequeña plazuela.

Alfonso XIII/San Juan. Colección Javier Sánchez Portas.

En realidad, Sánchez Ballesta pretendía modernizar toda la zona alineando las callejuelas sinuosas para que los rayos solares mejorasen su salubridad, especialmente Ballesteros Villanueva, San Juan y Pintor Agrasot.

Las dos primeras quería ensancharlas enderezando sus líneas magistrales. Para las dos últimas proponía derribar también sus arcos finales, según su opinión sin valor artístico; y que solo provocaban rincones infecciosos, impidiendo el tránsito de grandes coches, obligados a circular por la calle del Colegio.

Sus imágenes pasarían a capillas instaladas en los laterales de las calles.

Alfonso XIII/San Juan/Corredera. Colección Javier Sánchez Portas

Como veremos, consiguió tirar el de la calle San Juan, bastante deteriorado. El de la Corredera aguantó pocos años más, hasta la II República.

Pero de la Corredera, hablaremos en el siguiente capítulo...

Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba)

Siguiente capítulo

Mi agradecimiento a Javier Sánchez Portas por la mayoría de las fotografías.