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Callejeando 21. La calle de la Feria y traviesas 2.

José María Pérez Basanta.

La calle de la Feria. Traviesas de la Plaza Caturla a la «Pedrera de Matías».

Archivo Municipal de Orihuela.

La influencia del Cabildo, cuyos miembros ansiaban residir cerca de la Catedral, determinó durante siglos la titulación de muchas traviesas de la calle de la Feria.

En la entrega anterior hablé de la Plazuela del Deán, de la del Maestre Escuela; de las calles del Vicario y del Canónigo Angulo. En esta entrega veremos la del Racionero Mirón, la  del Canónigo Timor, la de Mosén Sans, la de los Clérigos…

José María Pérez Basanta.

Rebasada la calle de Colón en dirección a la Catedral, la primera calle a la derecha está rotulada actualmente como del Capitán Grifol. Veamos que dice Gisbert en su «Historia de Orihuela».

No tiene denominación la callejuela que parte desde el centro de la calle Mayor hacia la de la Feria. En otro tiempo se denominó de Mirón, recordando uno de los preclaros apellidos oriolanos y hoy se llama del capitán Grifol recordando a un oriolano que dio su vida por la patria en la guerra de África de 1860.

José María Pérez Basanta.

Efectivamente, en el plano confeccionado para la erección de la nueva Catedral, a medidos del siglo XVIII, figura como calle de Mirón. Si hablamos de apellidos esa afirmación es completamente cierta: los Mirón aparecen en el libro del Repartiment y fueron propietarios del lugar de Redován hasta que se lo vendieron a Jaime Santangel.

Pero yo he buscado al personaje concreto, al que acabó titulando la calle. En un principio se la atribuí a Phelipe Mirón Martí de Leiva, caballero y regidor de Oriola entre los siglos XVII y XVIII. Casado con Josefa Gascón, fue Jurado por el estamento militar en 1699;  camarero y almotacén en 1701; y clavario en 1704.

José María Pérez Basanta.

Felipe participó en la Guerra de Sucesión del lado de su tocayo Felipe V, el primer Borbón español. Mandaba una compañía de milicianos pagada de su propio bolsillo. Pero al proclamarse Orihuela a favor del Archiduque recibió, según varios testigos, numerosas afrentas.

Le hicieron muchos ultrajes, señalando las puertas de su casa con flores de lis y los miqueletes enemigos saquearon sus bienes y de dichos sustos se le murió un hijo de once años.

Archivo Catedral de Orihuela.

Derrotada la sublevación oriolana, en atención a sus méritos recuperó el cargo de regidor. Y el mariscal de campo, Pedro Ronquillo, le nombró capitán de una compañía de milicias.

En los padrones del XVIII aparece domiciliado en el inicio de la calle de la Feria, hacia donde supuse que daba la puerta principal de su casa. Pero no; el Reparto Equivalente de 1731 lo sitúa concretamente en el callejón de Timor.

Archivo Municipal de Orihuela.

Felipe falleció en 1736. Con todos estos datos puedo afirmar que la titulación se debe a su hijo Francisco Bruno Mirón Gascón, diácono y racionero de la Catedral nacido en octubre de 1708.

Partida de nacimiento de Francisco Mirón. Archivo Catedral Orihuela.

No se si el padre llegó a vivir en esta traviesa; pero sí sus herederos. Aunque Francisco no aparezca en los padrones fiscales por estar los clérigos exentos de pago, en el listado figuran los «Herederos seglares de Phpe. Mirón».

Archivo Municipal de Orihuela.

También sabemos por Gisbert que Francisco Mirón, racionero entero de la Catedral, colocó un lienzo de San Pascual Bailón en la calle de la Feria, en 1730. Imagino que sería en la puerta de su casa. Francisco falleció en diciembre de 1767 y la titulación del callejón desapareció con él.

Apuntes sobre un plano del siglo XVIII. Archivo Catedral de Orihuela.

Para comprender la importancia de esta modesta callejuela hay que recordar que hasta finales del XIX no existía conexión con la calle Mayor, desde la Plaza de la Fruta, situada junto a Santa Justa, hasta la Catedral.

Por poner un ejemplo: durante todo el siglo XIX el callejón formó parte del trayecto de la procesión del Corpus; y no recibió la autorización del Obispo para variar su itinerario hasta 1894; cuando se desvió a la nueva calle de Colón.

El independiente. 3 de junio 1893: Algunos vecinos de las calles Mayor y de la Feria, nos ruegan supliquemos al M. I. Cabildo Catedral que se sirva acordar que la procesión de octava de Corpus que el jueves próximo debe celebrarse, pase por la nueva calle de Colón en vez de por la del Capitán Grifol, con lo que resalta mayor recorrido para la procesión citada sin salir del término de la Catedral. Confiamos en que el M. I. Cabildo Catedral tomará en consideración el ruego que por nuestro conducto le dirigen los antedichos vecinos.

En septiembre de 1886 decidieron adoquinar la calle Mayor; y proyectaron hacer lo mismo con el callejón «sin nombre» llamado vulgarmente «de Cuartero».

El diario de Orihuela. 1 de septiembre 1886: Tiene pensamiento la corporación municipal de adoquinar el callejón sin nombre que pone en comunicación a la calle Mayor y de la Feria, con el adoquín levantado en la calle de Hostales.

El diario de Orihuela. 2 de septiembre 1886: El llamado vulgarmente callejón de Cuartero, que es el que dijimos ayer que se trata de adoquinar, está convertido en vertedero de aguas sucias y depósito de basura e inmundicias.

Calle Capitán Grifol. Pedro Díaz Molíns.

El diario de Orihuela. 9 de diciembre 1886: Ayuntamiento. Sesión del día 9 de Diciembre de 1886. Se acordó empedrar la plaza de la Fruta, cuya mejora será realizada con la mayor brevedad posible sin ocasionar gasto alguno extraordinario, así como también adoquinar con el adoquín sobrante de otras calles el callejón llamado de Cuartero o de Illa.

En pocos días, el «callejón sin nombre» tenía ya dos: Illa y Cuartero. Estas titulaciones del siglo XIX no las he podido documentar; debieron ser breves y de ámbito popular. El propio Ernesto Gisbert, coetáneo, obvió mencionarlas en su trabajo sobre las calles.

El diario de Orihuela. 18 de enero 1887: Por un documento antiguo se sabe que el callejón de Cuartero y de Illa fue también en otro tiempo denominado de Miró. Bueno sería que se le diera un nombre definitivo para saber a qué atenernos y evitar confusiones.

Como ya he dicho, se referían al plano del siglo XVIII depositado en la Catedral. Pero el apellido era Mirón.

El diario de Orihuela. 6 de septiembre 1887: Parece que la calle que hoy indistintamente se la llama de Cuartero o Illa se denominará «Calle del Capitán Grifol». Según nuestros informes en una de las próximas sesiones del Ayuntamiento tendrá confirmación esta noticia.

En la sesión municipal del 19 de septiembre el consistorio otorgó el nombre del Capitán Grifol a la calle llamada hasta entonces de Illa. Recordando a Domingo Grifol.

Ilustre hijo de esta ciudad muerto en el campo del honor por defender la integridad de la Patria en la última guerra que España sostuvo con el imperio Agareno.

El diario de Orihuela. 19 de septiembre 1887: El nombre del capitán Grifol, grabado con caracteres indelebles en los gloriosos anales del ejército español, traerá eternamente a la memoria que Orihuela envió también sus hijos a la gloriosa guerra de África, en la cual, el capitán Grifol, con valerosa bizarría, contribuyó muriendo en el campo de batalla a lavar con su sangre generosa la ofensa inferida al pabellón nacional.

Lápida de mármol blanco de Macael. Fotografía Ajomalba.

Orihuela. 6 octubre 1887: Ya están terminados los rótulos de las calles del Cardenal Loaces, Capitán Grifol y Santacruz. Los títulos en caracteres negros están grabados en tableros de mármol blanco de Macael.

Pinchando sobre su retrato podéis acceder a un artículo sobre Grifol y la Guerra de África.

Retrato de Domingo Grifol. Antonio Ruidavets Lledó (1861). Enlace a artículo.
Archivo Municipal de Orihuela.
Archivo Rafael Almira.

La siguiente traviesa a la izquierda es la calle de la Rosa, un callejón escalonado que coincide con el que llamaban «escalera estrecha», «escalera vieja», «escalera de San Miguel» o «Traviesa de San Miguel», el acceso principal al barrio homónimo que ya mencioné en la anterior entrega.

El diario de Orihuela. 29 septiembre 1887: Hoy celebran los vecinos de la calle llamada Escalera de San Miguel la fiesta con que todos los años obsequian a su celestial Patrono.

Archivo Municipal de Orihuela.

La noticia diaria. 17 de diciembre 1894: Escenas domésticas. Es triste, y acusa de poco culta a nuestra ciudad, el mal género de castigo que ciertos maridos han adoptado para atormentar a sus infelices esposas.

Anoche daba lástima transitar por la calle de la Feria, desde donde se escuchaban los lamentos que daba una recién casada, habitante en la escalera de San Miguel la cual, según nos han manifestado, es víctima cada día de los más graves insultos y palizas. Ponemos estos hechos en conocimiento de quien corresponda, para que, si es posible, se eviten estos abusos tan generalizados en la localidad.

Archivo Municipal de Orihuela.

En cuanto a su moderna titulación, del siglo XX, no tengo ni idea. Agradecería cualquier dato sobre el motivo por el que la llamaron «calle de la Rosa».

Fotografía Ajomalba.
Archivo Municipal de Orihuela.
Archivo Mariano Pedrera.

A la derecha, tenemos la plaza del Salvador, que toma el nombre de la Santa Iglesia Catedral del Salvador y Santa María de Orihuela,  que tiene en ella su acceso principal.

Hasta mediados del siglo XIX no era más que un estrecho callejón conocido popularmente como traviesa de la Torre o callejón del Obispo.

José María Pérez Basanta.

En marzo de 1844 el Síndico denunció el estado ruinoso de una casa en la calle de la Feria propiedad de José Tornera, cura Párroco de Santiago. Sobre todo de la pared que lindaba por levante con la traviesa que se dirigía al Palacio Episcopal.

Recomendaba al Consistorio la demolición y posterior reconstrucción de la citada pared y de todo cuanto se observase ruinoso en el expresado edificio.

Un mes después, ya iniciado el derribo, se decidió expropiar la casa trasera para conseguir «el correspondiente y debido desahogo», formando una plazuela frente al Palacio y la Catedral.

Fotografía Ajomalba.

Demolido el segundo edificio y formada la plaza, el propietario de la casa esquina con la calle Mayor solicitó permiso en marzo de 1851 para abrir una puerta a levante, a la que ya se llamaba Plaza del Salvador para evitar que se orinase y ensuciase tan cerca de la Catedral.

Dicho permiso le fue concedido el 15 de mayo «por contribuir al ornato público del sitio mas importante de esta ciudad».

Fotografía Ajomalba.

En 1879, para celebrar la visita real, motivada por la Riada de Santa Teresa, se tituló Plaza de Alfonso XII.

Alfonso XII.

En las reformas efectuadas en 1943 bajo el proyecto de Serrano Peral se modificaron las rasantes cortando el acceso de vehículos con un muro de mampostería y escalones de piedra de La Romana.

Archivo Municipal de Orihuela.
Archivo Municipal de Orihuela.

Para completar la obra se ornamentó, pavimentándola con un hermoso mosaico del escudo de Orihuela realizado en canto rodado, «para convertirla en un sitio de reposo, artística alfombra puesta a los pies de la Catedral y a la puerta de Palacio».

El proyecto inicial se completó casi medio siglo después con una barandilla de hierro forjado.

José María Pérez Basanta.
Francisco Luis Galiano Moreno

Al costado de la Catedral, en su puerta Norte o de los Perdones, se encuentra la llamada Plaza de la Anunciación, cuyo nombre actual deriva de dicho misterio mariano representado magistralmente sobre el arco de su portada renacentista. Es obra de Juan Anglés, a finales del siglo XVI.

Fotografía Ajomalba.

La plazuela que entonces se llamaba de los Maza fue retranqueada en la primera mitad del siglo XVII por Martín Maza. A finales del XVIII Marcelo Miravete cuenta que aun se veían restos de los cimientos de las antiguas casas que delimitaban la estrecha calle, que algunos notarios llamaban «de la puerta de los Perdones».

Ministerio de Cultura.

Al coincidir aproximadamente en el tiempo con la consagración de la Catedral del flamante obispado año 1598,  en algunos documentos Capitulares también se cita como puerta de la Consagración.

Diccionarios Históricos de Acuerdos Capitulares. Marcelo Miravete (1783). A.C.O.
José María Pérez Basanta.

Martín Maza emprendió un pleito con el Cabildo ante su negativa de permitirle abrir puerta en su casa de mayorazgo.

Diccionarios Históricos de Acuerdos Capitulares. Marcelo Miravete (1783). A.C.O.

A mediados del XVIII figuraba concretamente la casa de Pedro Maza de Lisana, y según los lindes, estaba situada junto a la calle de los Clérigos a la que daban sus traseras. En la actualidad solo un callejón junto a la Plaza Nueva recuerda los Maza.

Archivo Municipal de Orihuela.

Y es que el espacio a la izquierda de la plaza, ocupado actualmente por la entrada a un edificio, formaba parte de la calle o callejón de los Clérigos, «que estaba frente a la sacristía de la catedral y subía de la calle principal a la de la peña».

Archivo Municipal de Orihuela.

En algunos listados, aparece como «de los Capellanes».

Archivo Municipal de Orihuela.

En ella vivía por ejemplo el Canónigo José Maestre. Ya hemos dicho que el clero y, especialmente los miembros del Cabildo, intentaban residir lo más cerca posible de su lugar de trabajo, evitando así ensuciarse las ropas y zapatos transitando por calles cubiertas de polvo o barro.

Manuel Rodríguez.

A finales del siglo XIX se construyeron frente a la Catedral dos casas de nueva planta que pertenecieron a la familia Zechini y a Eusebio Escolano, médico y presidente de la vecina Federación Agrícola.

Derribadas en el último cuarto del siglo XX sin las preceptivas excavaciones arqueológicas, se levantó un solo edificio que permanece en la actualidad.

José María Pérez Basanta.

En la última remodelación de la plazuela, incluyeron una estatua en recuerdo de Antonio Roda López, fallecido en marzo de 1984.

Archivo Municipal de Orihuela.
José María Pérez Basanta.
Apuntes sobre un plano del siglo XVIII. Archivo Catedral de Orihuela.

La titulación calle de Timor, del Dr. Timor, de Juan Timor o del Canónigo Timor (de todas estas formas aparece en protocolos del siglo XVIII), recuerda a Juan Timor de Cabrero y Martínez Martel, Canónigo de la Catedral, Familiar y Comisario del Santo Oficio de la Inquisición de la ciudad de Murcia.

José María Pérez Basanta. Archivo Municipal de Orihuela.

Devoto del Arcángel San Miguel, costeó la reparación de su antigua ermita de la peña. En su testamento, redactado en 1740, estableció un vínculo que legó a su sobrino Joaquín Timor. Falleció el 3 de noviembre de 1748.

Archivo Catedral de Orihuela.

Con el tiempo, su sobrino Joaquín se convirtió en regidor y noble. Muerto este y sus descendientes, dicho legado debía pasar a la ermita de San Miguel, o al Seminario que se estaba construyendo «en el caso de haber erigida alguna fundación de seminario de clérigos misionistas como hay en Madrid y en otras partes, sirva la renta para mayor aumento de dicho seminario».

José María Pérez Basanta.

En el siglo XVII este callejón hacia la peña se llamó calle de Don Pablo, en referencia a Pablo Rocamora Togores, hijo de Francisco Rocamora Rosell, personaje de finales del XVI que casó con una Togores.

Archivo Municipal de Orihuela.

También la llamaron del Capitán Limiñana.  En la siguiente imagen podemos comprobar que ambos vivían en la misma calle.

Archivo Municipal de Orihuela.

La que fue casa de Juan Timor pasó a formar parte del palacio de Portillo. Los corrales, que salían a la calle de Comedias, se convirtieron en patio y jardín del mismo. Su lugar lo ocupa en la actualidad el almacén trasero de la Caja Rural Central.

José María Pérez Basanta.

Otro famoso vecino de la calle fue Marcelo Miravete.  En 1846, uno de sus herederos, el Medio Racionero Pedro Miravete, costeó el traslado de la Virgen de las Mercedes que había permanecido más de ocho años en su casa, hasta la restaurada iglesia de la Merced. Para ello alfombró el suelo de su callizo con enramada de murta al estilo valenciano.

Al describir la ceremonia, Alburquerque certifica que «la casa de Miravete está situada en el estrecho callizo llamado de Timor, que sale a la plazuela que hay frente a la puerta de la catedral titulada de los Perdones».

Palacio de Portillo.

La Federación de Sindicatos Agrícolas Católicos, nacida en 1919 y transformada en Caja Rural Central, es la propietaria del edificio que ocupa la fachada entre las calles de Timor y Comedias.

En origen eran dos casas: la primera,  conocida como de Portillo, sustituye a otra del Mayorazgo de Benejúzar y fue construida a finales del siglo XVIII.

En 1847 albergaba al Gobernador Eclesiástico Tomás Pastor Sánchez, doctor en Teología y cura de la Parroquia del Salvador de Elche.

También se hospedó el Obispo Félix Herrero Valverde a la vuelta de su destierro, ya que sus aposentos del Palacio Episcopal habían sido demolidos tras la riada de 1834 para utilizar los materiales en el nuevo Ayuntamiento.

Félix Herrero Valverde

Así lo cuenta Juan Alfonso de Alburquerque en sus memorias:

Terminado el acto, el Sr. Obispo salió de la Catedral por la puerta de los perdones y en el mismo coche que había entrado fue a hospedarse por aquella noche en la casa inmediata del gobernador Ecco. D. Tomás Pastor, que es propia de D. Joaquín Portillo.

Lo cierto es que en el último tercio del siglo XIX las casas número 51 de la calle de la Feria y la número 1 de la Plaza de Comedias la de Timor, formaban el llamado Palacio de Portillo con una superficie de más de mil metros cuadrados.

Ministerio de Cultura.

Pertenecían a Joaquín del Portillo y Chacón.  De este personaje, hemos encontrado información en las páginas del Ayuntamiento de Villanueva del Río Segura:

Uno de los principales propietarios de la huerta, que durante la construcción de la iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, se dirigió al Alcalde y al cura, solicitando costear el retablo del altar Mayor y adquirir una imagen de la titular del templo, con tabernáculo, sagrario, mesa del altar, candelabros y sacras en 1881.

Encargó la labra a Felipe Farinós, de Valencia.  El Ayuntamiento de dicha localidad, agradecido, pagó una lápida en su memoria, colocada en la Sacristía. En 1888, legó las casas a su hijo Pedro Portillo y Ortega viudo de Luisa Rovira y Rovira. La única hija de este matrimonio, María de las Virtudes Portillo y Rovira, las heredó en 1896.

El 14 de mayo de 1920 su marido, Antonio Lamo de Espinosa y de la Cárcel futuro Conde de Noroñalas vendió a la Federación de Sindicatos Agrícolas Católicos por 26.750 pesetas. Diez años después la Federación adquirió a Francisco Lucas Lucas la número 49, fusionándola con la de Portillo.

Esta casa pertenecía en la primera mitad del siglo XVIII a Francisco Guillem de Matarredonda, presbítero, Racionero y Prevendado de la Catedral (en el plano aparece como del cura Guillem). Natural de Ibi, testó ante Luís Limiñana en 1755.

Como su hermano Carlos, Canónigo Magistral, había fallecido en 1735, la casa pasó a su sobrino Tomás Guillén de Matarredonda, vecino de Elche, doctor en Leyes y capitán de milicias;  y de éste a su hija Francisca.

Alberto Navarro Carretero

El edificio resultante posee una fachada de líneas muy sencillas. Al ampliarse, siguió rigurosamente la estética del resto del edificio, decorando la esquina con un balcón corrido de hierro.

La entrada se hace por una amplia portada adintelada que conserva sus puertas de madera originales. A través de la misma se accede a un zaguán, cubierto al igual que otros palacios coetáneos con vigas de madera.

Carlos Carrillo Cerezuela

Destaca el gran arco de piedra de medio punto que da paso a la escalera noble, con peldaños de piedra y baranda de hierro forjado y madera. 

Como detalle curioso citar el pequeño león tallado finamente en mármol sobre el pedestal del arranque de la escalera. Restaurado a mediados del siglo XX, este bello edificio necesita una profunda actuación.

Miguel Ángel Navarro Zoroa

A partir de aquí encontramos un palacio reedificado y una gran plaza. Pero antes subiremos por la Calle Comedias, situada entre estos dos palacios que la comprimen en su principio para desembocar en una especie de plazuela.

José María Pérez Basanta.

En el plano del proyecto para la construcción de la nueva Catedral en 1750 aparece dividida en dos partes: la parte estrecha llamada de Sans y el ensanche de la Pedrera. Gisbert le dedica un buen párrafo en su «Historia de Orihuela»; pero sólo menciona dos titulaciones.

La de Comedias concluye por ensancharse constituyendo la plazuela de su nombre. Llamóse antes de la Fábrica Mayor de San Salvador por radicar en ella este edificio o de la Pedrera de Matías, en razón a un gran corte que se hizo en la peña para sacar piedra destinada a edificaciones por un tal Matías a quien la ciudad se lo concedió y en donde en 1761 se descubrió una fuente: así lo dice Montesinos al relatar la colocación de un lienzo de Ntra. Sra. De las Angustias, en la fachada de la casa de D. Joaquín Rodríguez de Munera, hoy de la familia Carrió.    

El granero de la Catedral lo trataremos en la Plaza de la Pía; de «Mathías Alonso», el de la pedrera, hablaremos en breve.

La «pedrera de Matías» sin la casa. Jorge Belmonte Bas.

El Padre Agustín Nieto recoge un documento que detalla la intención de compra por parte del Cabildo de una casa a ser posible en la calle de la Feria. Se la compran a Rita Alvadalejo «en la calle llamada de Rosell, luego de las Brujas y ahora de Sans o Matías».

Esta calle como otras muchas fue adoptando en cada momento el nombre de sus moradores. El título de Rosell utilizado a comienzos del siglo XVII, tiene su explicación en las casas que flanquean el acceso, pues ambas pertenecían al Mayorazgo de Benejúzar, y la casa de Rosell ostentaba el título de dicho señorío, no en vano su escudo fue adoptado por dicha localidad.

Archivo Municipal de Orihuela.

El de Sans, es de la segunda mitad de dicha centuria y se debe a Joseph Sans, Capellán del Patronato Real de la Catedral fallecido en 1672.

Archivo Catedral de Orihuela. Archivo Municipal de Orihuela.

El de las Brujas, es una mala interpretación del título que aparece en los padrones del XVII «carrer de les Bruxes» es decir de los Bruges, como bien cita Ojeda Nieto. Se refiere a un apellido cuyo propietario no puedo concretar por el momento.

Archivo Municipal de Orihuela.
Archivo Municipal de Orihuela.

Tampoco he conseguido documentar el de Comedias a pesar de su reciente titulación. Parece ser que a comienzos del XIX, época en la que adquirió ese nombre, se utilizó como corral de comedias.

Fotografía Ajomalba.

A espaldas de la casa de Portillo, encontramos la que fue casa de Timor, con puerta a las dos calles. La siguiente es un solar que tan sólo conservaba  un valioso arco gótico rectificado en el XVIII.

Fotografía Ajomalba.

En la primera mitad del XIX, albergó a Tomás de Vea, Chantre de la catedral. Fallecido este pasó al notario Ramón Amat Sempere, en copropiedad con sus hermanos Justo y Caralampio. En la actualidad las tres fincas pertenecen a la Caja Rural Central.

A la derecha, rebasada la trasera del palacio de Pinohermoso, figuraban dos casas que en la primera mitad del XIX pertenecían a Matías Sorzano. La que linda con el callejón fue reedificada a comienzos del siglo XX.

La otra se convirtió en un moderno edificio de oficinas, propiedad de la misma entidad oriolana. A fondo a la izquierda, junto a la peña, existía una callejuela actualmente cegada. Nombrada como Pedrera de Viol, daba paso a la calle de Timor.

Fotografía Ajomalba.
Archivo Municipal de Orihuela.

Aquí vivió Matías Alonso, el de la «Pedrera de Matías«. La imagen anterior es de un reparto de 1731.

Casa Carrió.

En el hueco del corte que propició dicha pedrera, se edificó una casa. En 1763, Joaquín Rodríguez Múnera, contador de la ciudad, cedió la casa recién construida a la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad con opción de compra, para que instalasen en ella un hospital.

Archivo Municipal de Orihuela.

Segregado del de San Juan de Dios, su estancia fue breve. Al no llegar a un acuerdo económico se trasladaron al Barrio Nuevo y allí se emplazó el llamado Hospital de la Caridad.

A partir del siglo XIX, la casa de Rodríguez Múnera pasó a ser conocida como casa Carrió, por ser sus propietarios el médico Juan Carrió Grifoll y sus descendientes.

Archivo Municipal de Orihuela.
Coque Celdrán Sánchez.
Jorge Belmonte Bas.

Por caprichos del destino,  la reedificaron en 2007 para que dos siglos y medio después albergase de nuevo la llamada «Casa de la Caridad».

La hornacina que conserva, nos recuerda que el citado Rodríguez Múnera, colocó en ella un lienzo de Nuestra Señora de las Angustias.

Ajomalba. Jorge Belmonte Bas.

A la derecha tenemos la travesía y calle de Masquefa. En marzo de 1861, la comisión nombrada para el arreglo del nomenclátor, numeración de casas y rotulación de calles, encontró tres calles que carecía de nombre; y creyó muy oportuno dárselo para que en lo sucesivo se les designase con nombre propio en documentos públicos y estadísticos.

La que había en el cuartel del centro, en lo que se llama espaldas de la calle Comedias, que se le denominase Calle de Masquefa «por ser nombre muy reputable y antiguo en la población».

Fotografía Ajomalba.

Hasta el siglo XVIII, la calle que recordaba a este poderoso linaje cuyo máximo exponente fue Jaume Masquefa, señor de La Daya, era como ya citamos en su momento la actual calle Meca; junto a Santa Justa. La nueva ubicación, pegada a la sierra, era algo más problemática.

En mayo de 1917, la prensa integrista calificaba como «lupanar al aire libre» el callejoncito que unía la calle de Masquefa con la de Comedias, al lado de la Caja de Socorros de Nuestra Señora de Monserrate; «un retrete al descubierto».

José María Pérez Basanta.

Y así terminamos con la calle de la Feria y sus numerosas traviesas.

Fin de la Calle de la Feria.

Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba).

Mi agradecimiento a Jorge Belmonte. Publicado en 2006. Ampliado en 2008. Ampliado en 2018. Adaptado en 2022.

Callejeando 20. La calle de la Feria y traviesas 1.

Archivo Rafael Almira.

La calle de la Feria.

En el siglo XIII las ferias anuales con Privilegio Real eran un eficaz medio de promoción en los nuevos territorios conquistados. La seguridad de la llamada «paz de la feria» y, sobre todo, la exención de impuestos, atraían a un gran número de comerciantes foráneos.

La feria oriolana, anormalmente corta, comenzó en el año 1.272 gracias a un Privilegio del entonces rey de Castilla, Alfonso X el Sabio.

Alfonso X «El Sabio».

Inicialmente se celebraba en los tres días posteriores a Santa María de Agosto, emplazada en la calle de la Feria, «carrer de la Fira» o «carrer damunt apellat de la Fira».

Dos años después, ante la falta de mercaderes, el Sabio autorizó al Concejo para variar la fecha al día de Todos los Santos intentando recoger a los comerciantes de la feria murciana, celebrada por San Miguel. A finales de la centuria se supeditó totalmente a la de Murcia como cita el Privilegio de Fernando IV fechado en 1295:

Por fazer bien e merced al concejo de Orihuela e porque me lo enbiaron pedir por merced, tengo por bien que la feria que les el rey don Alfonso mio auelo otorgo que fiziessen en su villa cada año por la fecha de Todos los Santos, que la fagan cada año quando salieren de la feria de Murcia, ques a quinze dias después de Sant Miguel.

Luego se modificó la de Lorca, facilitando así un itinerario mercantil que aseguraba la concurrencia a las tres ferias.

Francisco Luis Galiano Moreno.

Muchos años después, consolidada la Feria oriolana, regresó a su fecha inicial, en el mes de agosto.

En los primeros siglos de la repoblación cristiana, el entorno de la iglesia de las Santas Justa y Rufina era el barrio más poblado, donde se mantuvo la zona de abastecimiento musulmana: carnicerías, pescaderías, venta de hortalizas y leña, lonja de contratación, etc.

La feria se instaló en la calle que nacía allí, en la plaza Mayor o de la Fruta y la Verdura;  y llegaba hasta el entorno del Salvador, revalorizando la zona.

Calles Mayor y de la Feria.

José Ojeda Nieto, en su obra «Orihuela imaginada» nos ofrece esta descripción entre los siglos XVI y XVII:

En la calle de la Feria se celebra -obviamente- la feria.  Mercaderes y comerciantes de productos exquisitos, raros y, sobre todo, de la seda llegan buscando establecimientos o simples casas donde poder guardar las mercancías y negociarlas. 

Los propietarios de las casas ven el negocio del arriendo. Quienes llegan con sus fardos no son gente cualquiera, sino foráneos con la bolsa repleta que piden comodidad y seguridad en la vivienda y limpieza y facilidades de comunicación en la calle. Y hay que proporcionárselo.

José María Pérez Basanta.

La feria acabó desplazada al Arrabal de San Agustín con gran pesar de los vecinos de la calle;  y con satisfacción por parte del Cabildo, que se quejaba repetidamente por el alboroto que perturbaba la celebración de sus actos religiosos.

Titulación.

Archivo Municipal de Orihuela.

«La Fira» es una de las titulaciones más añejas de Orihuela. Se mantuvo en los padrones durante siglos. Y permanece en la memoria de los oriolanos que siguen llamándola «de la Feria».

Su titulación actual se gestó entre los años 1913 y 1914; como homenaje a la memoria del doctor José María Sarget y Lillo, fallecido en 1909.

Ajomalba

El Eco de Orihuela. 4 de abril 1913: Ecos Municipales. Rindiendo justo homenaje a la memoria de Don José María Sarget, médico eminente, literato culto y orador brillante; el Ayuntamiento de Orihuela se honrará grandemente dando el nombre del «Dr. Sarget» a la calle de Unión Agrícola cuyo nombre no significa nada en la historia de Orihuela.

El Diario. 5 de abril 1913: Sesión supletoria del día 5 de abril. Se da cuenta de la moción del Sr. Román pidiendo se dé el nombre del Dr. Sarget a la calle de Unión Agrícola. El Sr. García Murphy se adhiere a la proposición del Sr. Román lamentando que éste no se encuentre en la sesión, para demostrarle que el nombre de Unión Agrícola tiene importante significación en el progreso de Orihuela…

… Propone que se dé el nombre del Dr. Sarget a la calle de San Juan, donde el malogrado, doctor tuvo su farmacia y su clínica; y si esto pudiera suponer molestia para los sentimientos religiosos de los oriolanos, dice que se dé aquel nombre a la calle de la feria.

Tras descartar las calles de Unión Agrícola, la de Sagasta, en la que vivía, y la de San Juan, por devoción de sus vecinos, se acordó que fuese la de la Feria la que portase el nombre del Doctor Sarget.

El Eco de Orihuela. 5 de abril 1913: En la sesión celebrada por el Ayuntamiento, después de discutirse la proposición del concejal Sr. Román (D. Francisco), se ha acordado dar el nombre del Doctor Sarget a la calle da la Feria.

El Eco de Orihuela. 4 de septiembre 1913: Una mano negra. El Doctor Sarget. Desde hace tiempo anhela la opinión pública que se rotule una calle con el nombre del esclarecido oriolano D. José María Sarget.

El Diario. 5 de junio 1914: Ayuntamiento. Sesión ordinaria del 4 de junio. El señor Román Miralles, pide al Ayuntamiento, que se dé a las calles de la Feria y del Colegió los nombres de los señores Sarget y Clavarana; estos dos, según acuerdos adoptados por los anteriores ayuntamientos. Se aprueba la proposición del señor Román, por unanimidad.

Por si os interesa saber más del personaje, os dejo un enlace a su biografía pinchando la fotografía.

Pinchad aquí para acceder a la biografía del doctor Sarget.

Caminaremos en línea recta por la calle de la Feria, itinerario obligado en el Camino Real de Valencia a Murcia, cuyo nombre original permanece indeleble en la tradición oriolana.

Colección Javier Sánchez Portas.

Traviesas de la Calle de la Feria.

Archivo Municipal de Orihuela.

Su primera traviesa a la izquierda es la calle llamada de la Paja, conocida hasta la segunda mitad del siglo XVIII como calle de la Morera. Tomó su nombre actual de un antiguo y peligroso almacén de paja que daba servicio al cuartel de Caballería y que fue trasladado en torno a 1780, instalándose el granero de Santa Justa en 1792.

Fotografía Ajomalba.

En escritura fechada en 1736, el canónigo Provisor y Vicario del obispo Joseph Flores Osorio, vendió una casa al platero Pedro Pacheco como parte de una obra pía.  En ella se citan tres calles:

Sitio de casa que está en esta ciudad, en la parroquia de Santa Justa, en la calle llamada de la Morera contiguo con un callejoncito estrecho que traviesa a la calle del canónigo Angulo.

Archivo Municipal de Orihuela.

La de la Morera ya ha quedado explicada, el callejoncito estrecho se corresponde con la traviesa dedicada a Santa Brígida, situada al final de la calle de la Paja.

Fotografía Ajomalba.

La última es la actual calle de Flores, que se nombró durante los siglos XVII Y XVIII como de Angulo.

Archivo Municipal de Orihuela.

Basándome en la cita anterior, atribuí su titulación al canónigo Jaime Angulo. Pero cual fue mi sorpresa al descubrir que el maestro Ojeda Nieto la citaba como calle «del notari Angulo», en clara referencia al escribano Luís Angulo.

Archivo Municipal de Orihuela.

Repasando los padrones del siglo XVII confirmé que se nombraba como «del Canonge Angulo». Todo quedó aclarado al comprobar que el citado Jaime Angulo era hijo del notario Luis Angulo y de Juana Boyer.

Archivo Municipal de Orihuela.

Así pues, padre e hijo fueron titulares de este callejón que también se nombró a principios del XVIII como del Vicario y que en los padrones de principios del XIX aparece ya como callejón de Flores, sin que haya encontrado ningún morador con ese apellido.

Archivo Municipal de Orihuela.

Me parece demasiada casualidad que en una venta aparezca el Vicario del obispo Flores, y que se nombre la calle como del Vicario y luego callejón de Flores, pero es algo que no he podido relacionar.

Archivo Municipal de Orihuela.

Volvemos a girar a la izquierda para atravesar la que quizás sea la calle más estrecha de Orihuela, la del Horno de San Miguel que nos llevará a la plaza de Caturla cuyo nombre recuerda a Pascual Caturla Maseres.

José María Pérez Basanta.

De plaza solo le queda el nombre; con la rampa de subida al seminario, construida en 1937 para acceder al «penal de San Miguel», quedó transformada prácticamente en dos callejuelas.

En el siglo XVIII, se titulaba plazuela del Maestre-escuela en honor a Francisco Maseres de Timor, personaje que ostentaba esa dignidad en la Catedral oriolana. Era hijo de Pedro Monserrate Maseres Martínez de la Maza y de Gerónima Timor de Cabrero, hermana del también canónigo Juan Timor que,  como veremos muy cerca, también tituló una calle.

El canónigo Maseres de Timor, morador de esta plaza, poseía el horno que quedo inmortalizado en la calleja que hemos utilizado para llegar aquí.

En su testamento, redactado en 1775, fueron llamadas por inmediatas sucesoras a la muerte de sus hermanas, sus sobrinas Agustina y Bárbara Maseres de Cabanes. Para ello fundó dos vínculos a los que sus hermanas fueron agregando sus propiedades conforme fallecían.

Agustina Maseres de Cabanes se casó con Luis Maseres de Seva y en 1795 eran propietarios de dos casas, la que ocupaba el lugar de la que hoy muestra una moderna hornacina de la Virgen de Monserrate y la contigua que arrendaron en dicho año.

La casa de los Mejías. Antonio Ballester Vidal.

En el solar de la segunda, a mediados del siglo XIX, se edificaría la llamada casa de los Mejías, que perteneció a Francisco de Paula Mejías Cartagena, según el censo electoral de 1889. Tras una minuciosa restauración ha sido recuperada por la empresa Acuagest que tiene en ella sus oficinas.

La casa de los Mejías. José María Pérez Basanta.

Bárbara, que fue mejorada en la herencia porque «la habían criado y educado en su casa desde tierna edad debiéndole los respetos y amor de hija» contrajo matrimonio con Josef Caturla Jordán, abogado de los Reales Consejos, Corregidor perpetuo de Alicante, Alcalde Mayor de Orihuela, familiar y número del tribunal de la Santa Inquisición de Murcia, juez privativo de aguas y presidente de la Real Junta de caminos del obispado.

La casa de los Mejías. Francisco Luis Galiano Moreno.

Josef era hijo de Thomas Caturla, importante personaje alicantino. En su testamento, fechado en 1768, incluía entre varias propiedades su casa palacio, situada en la calle Labradores. Restaurada en 1990, hoy alberga el archivo municipal de Alicante.

Se había casado en primeras nupcias con María Rosa Miravete; y estableció un vínculo para cada uno de sus primogénitos.  De su matrimonio con Bárbara nacieron al menos seis hijos.

Retrato de Huerta Caturla by E. Julià (bnf.fr).

A nosotros nos interesan dos: el citado Pascual Caturla, y su hermana Francisca; quien trajo al mundo a Trinidad Huerta Caturla, famoso guitarrista y compositor nacido en Orihuela a principios del siglo XIX y fallecido en París en 1874 al que algunos estudiosos atribuyen el «Himno de Riego».

Caricature of the guitarist Trinidad Francisco Huerta y Caturla (1800-1874), illustration by Gillor from the Journal pour rire, Journal Amusant, No 258, December 8, 1860.

Pascual Caturla se casó con Mercedes Maseres Chocano y murió sin hijos el 3 de mayo de 1836 en Madrid. Capitán y Regidor perpetuo de Orihuela, fue Pascual y no su sobrino, como algunos argumentan, el causante de que la plaza adoptara el nombre que todavía conserva: Plaza de Caturla.

Archivo Municipal de Orihuela.

Un siglo después de su muerte, concretamente en octubre de 1933, el Consistorio republicano recordaría a Pascual Caturla cuando decidió que esta Plaza se denominase en lo sucesivo del General Bazán, «en atención a que dicho general fue fusilado por sus ideas liberales, siendo regidor de Orihuela el citado Caturla».

Fotografía Ajomalba.

Se referían al desastroso desembarco acaecido en enero de 1826 en Guardamar, que protagonizaron los hermanos Juan y Antonio Bazán, cuando Pascual Caturla era regidor.

Frente a la Plaza de Caturla, tenemos la calle de Colón, que conserva dicho nombre desde su inauguración, en octubre de 1892.

Colección Javier Sánchez Portas.

Como iremos comprobando en nuestro recorrido, las dos últimas décadas del siglo XIX, fueron decisivas en la nueva proyección urbanística de nuestra ciudad. Hasta esa fecha, sólo el callejón de la Guardia, el del Capitán Grifol y la Plaza del Salvador,  comunicaban la calle de la Feria con la Mayor.

Archivo Rafael Almira.

Resultaba imprescindible crear un acceso que permitiese el tránsito de carruajes hacia el arrabal de San Agustín, evitando así los numerosos accidentes producidos por la pronunciada pendiente del puente y el violento giro hacia la calle del Ángel. Y así nació la calle de Colón.

Colección Jesús Rodríguez Tejuelo.
Calle de Colón esquina con Ramón y Cajal en 1926.

Pinchando la siguiente imagen enlaza con un breve artículo en el que cuento las chocantes circunstancias de la apertura de la Calle de Colón.

Enlace al artículo sobre la calle de Colón.

De nuevo en la Plaza de Caturla, subimos por la «escalera nueva», adosada a la rampa. Aunque ya tiene varios siglos, se llamaba así en contraposición a la «escalera vieja»; el otro acceso desde la Feria que encontraremos cerca de la Catedral. Por ella llegaremos a la calle de San Miguel, que según Montesinos era conocida como la Alta, hasta la construcción del seminario.

La Calle Alta hoy modernamente dicha de San Miguel, cuyo nombre o segundo apellido tomó desde cuando sobre la eminencia de este Monte Meridiano refundó la soberana y basta fábrica del Colegio de San Miguel.

Colección Javier Sánchez Portas.

Varias calles oriolanas compartieron el calificativo de «calle alta» o «calle de arriba». Pero lo cierto es que en los padrones comenzó a figurar a mediados del siglo XVIII y lo hizo con el nombre de «San Miguel».

En los padrones del último tercio del siglo XVIII, época cercana a la que escribía Montesinos, esta calle contaba con más de 40 contribuyentes, lo que significa que vivían en ella más de 150 personas.

Archivo Municipal de Orihuela.

En parte del solar que ocupa el nuevo Colegio Diocesano Oratorio Festivo de San Miguel, levantaron una ermita dedicada a dicho arcángel.

Procesión de María Auxiliadora. Plaza de Caturla. Archivo Oratorio Festivo.

Si os apetece podéis leer también un poco de la historia del Oratorio pinchando la siguiente imagen.

Enlace al artículo del Oratorio Festivo.

Para terminar esta entrega, y hablando del Barrio de San Miguel, quiero incluir una curiosa descripción de la zona, supongo bastante exagerada, que encontré en la revista «El Oratorio de San Miguel» y que se refiere a esta zona a principios del siglo XX:

El barrio está edificado en las primeras estribaciones del monte, formado por casuchas bajas, sin ventilación, ennegrecidas las paredes por dentro a causa de las hogueras que encienden sus habitantes en los días fríos de invierno. Las callejuelas son muy estrechas, cubiertas materialmente y en su totalidad de todo genero de inmundicias y desperdicios que hacen difícil atravesarlas.

En el extremo del barrio hay una pequeña ermita dedicada al príncipe San Miguel. Los hombres pasan la mayor parte del día tendidos al sol en invierno y a la sombra en verano. Las mujeres sucias, sin peinar, con vestidos indefinibles de color, se pasan las horas libres de escandalosas peleas y en la caza mutua de parásitos. De noche sus callejas oscuras son cruzadas por bandadas de mocetones semi-beodos que frecuentan tristemente madrigueras de gatonas de las que el barrio está plagado.

Archivo Municipal de Orihuela.

En la próxima entrega volveremos a la calle de la Feria para continuar nuestro recorrido hablando de sus traviesas; pero, si os apetece, podéis subir al Seminario por el sendero lateral que parte del Oratorio. En cada curva podréis disfrutar de perspectivas diferentes, muy útiles para comprender la estructura urbana de Orihuela.

En la explanada de la peña, además de unas incomparables vistas de la ciudad, encontraréis el Seminario Diocesano. Os dejo dos enlaces a sendos artículos sobre este interesante edificio construido en el siglo XVIII sobre la antiquísima ermita de San Miguel. El segundo habla del «Penal de San Miguel». 

Enlace a artículo sobre el Seminario Diocesano.
Enlace al artículo sobre el «Campo de Trabajo de San Miguel».

Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba)

Textos publicados en 2006 con la colaboración de Jorge Belmonte. Agrupados y corregidos en 2008 en el artículo «La Feria, sus traviesas y la Pedrera de Matías». Corregido y adaptado con añadidos en 2018. Reformado en 2022.