En lo que todos están de acuerdo es en considerar el siglo XIII como la época en que la seda empieza a tener importancia, pues ya la documentación alumbra «gestos» relacionados con la seda o las moreras. Incluso empiezan a aparecer, de un modo u otro, notas en las ordenanzas municipales. Sin embargo, será el siglo XV ―desde mediados― cuando las fuentes comienzan a ser más explícitas y aporten datos más fiables, dando cuenta de sederías, comercialización de la seda, ventas de hoja y plantaciones de moreras. Tanto es así que hay autores que califican esta centuria como la del «renacimiento de las sederías», tras el parón que había sufrido con la Reconquista. Y ya, en las centurias siguientes, sobre todo siglos XVI-XVIII, se descubrirá tanto el esplendor como las crisis de la sericicultura…
José Ojeda Nieto. «La seda de Orihuela en la época foral».
El proceso de la elaboración de la seda fue siempre algo más que una simple industria; una herencia cultural, una señal de identidad transmitida de padres a hijos como eslabones de una larga cadena que se remontaba a la Edad Media, cuando agricultores y artesanos musulmanes la implantaron en Uryula.
La morera se mantuvo durante siglos como uno de los principales cultivos en Orihuela por la necesidad de recolectar su hoja para alimentar a los artífices del «precioso fruto de la seda».
Los auténticos bosques de siglos anteriores, dieron paso a terrenos de labranza flanqueados por hileras de moreras; pasando a ser un cultivo complementario que proporcionaba ingresos extraordinarios a los agricultores.
En la segunda mitad del siglo XIX, la falta de formación del huertano, la constante caída de precios agravados por la especulación y las enfermedades endémicas del gusano, pusieron en peligro la continuidad de esta secular fuente de ingresos...
La seda en Orihuela. Noticias del siglo XIX.
El diario de Orihuela, 28 de mayo de 1887: Cierto que ha habido una regular cosecha de seda; pero los cosecheros no han ganado nada. El precio de la hoja, por su misma escasez, ha sido tan subido, tantos los gastos hechos, y tan bajos los valores que han dado a la seda los que se aprovechan de las circunstancias para comerciar con el sudor de la huerta que sigue como antes de comenzar la incubación de los gusanos.
Ya se ve; el capullo de la seda aguanta poco, una vez formado: los compradores lo conocen así, y como ya no quedan aquí aparatos para ahogar, ni hay quien quiera proteger a los desvalidos huertanos, éstos no tienen más remedio que sucumbir y entregarse a discreción para que las casas valencianas y francesas hagan de ellos lo que les dé su santa gana.
Así se ve que una de las pocas esperanzas que en la huerta existían se ha desvanecido por completo. Y como la huerta es nuestra principal y casi única fuente de vida, y está agotada ¿qué ha de suceder en la población? Esto es triste por demás.
El diario de Orihuela, 8 de junio de 1887: El movimiento mercantil iniciado ha sido únicamente por el impulso de vida recibido con la venta del capullo, el cual ha dado una cosecha pocas veces vista y se ha vendido a cuarenta y cinco pesetas arroba que es un buen precio.
Para que puedan comprender nuestros lectores la importancia que tiene para esta comarca la cría del gusano de la seda, básteles saber que entre los varios comisionados para la compra de capullo que hay en esta ciudad, uno solo lleva compradas unas 1780 arrobas, que importan más de 16.000 duros, calculándose que unida a esta cantidad la invertida en compras por los demás comisionados, habrá quedado repartido entre nuestros huertanos más de un millón de reales producto exclusivo de una sola industria agrícola cuyos resultados aún no pueden fijarse por ser todavía bastante la cantidad de capullo que no se ha llevado a la venta.
El independiente. 10 de mayo de 1894: La campaña sericícola. La cosecha de la seda, que está en el último periodo, marcha bien; las simientes dadas por las fábricas que tienen tanto interés en que haya seda, son excelentes y confirman una vez más que puede aumentarse esta riqueza con garantía de que no se pierden los gusanos.
Sin embargo, los cosecheros han incurrido en el mismo error de otros años; en criar más semilla de la que permite la hoja de morera de que disponen. Por esta causa, la hoja se ha cotizado hoy a veinte y a veinticuatro duros la onza (ocho cargas) y a este precio no trae cuenta la cría de la seda, aunque paguen muy caros los capullos. Lo más sensible es que ni a veinticuatro duros la onza, se encuentra la hoja que hace falta.
Hay gusanos que están ya dos días sin comer por falta de hoja; algunos cosecheros se encuentran muy angustiados. Estos hechos confirman lo que venimos diciendo mucho tiempo: que es conveniente la plantación de moreras, puesto que en este país se produce la hoja con tanta facilidad. Con hoja abundante y barata, cosa sencilla en esta zona, la cría de la seda es un excelente negocio.
Lo estaremos repitiendo hasta conseguir que propietarios y colonos realicen un vasto plan de repoblación de morerales, como ha sucedido en Italia, cuyo país produce sedas 40 veces más que nosotros, con la hoja abundante y barata.
El siglo XX.
La comarca. 29 de mayo de 1903: LA COSECHA DE LA SEDA. En el Raiguero de Bonanza se cotizó ayer tarde la arroba del capullo de la seda a 54 pesetas, arroba de 12 y medio kilos. Anoche se nos dijo que en otros sitios de esta vega se llegó a pagar la arroba de tan preciado artículo hasta 60 pesetas.
Se hace preciso mirando por los intereses de nuestros pobres colonos, que las autoridades locales para evitar abusos, dicten las medidas que el caso requiere, obligando a los compradores fijen en los sitios donde tienen establecidas las romanas, el precio que rija en el día.
De este modo se evitará que a cada dos horas haya variación en los precios del capullo de la seda. Lo que decimos lo consignamos a ruego de varias personas que lamentan que los huertanos sean objeto de burla y explotación por parte de los forasteros…
El diario orcelitano. 21 de mayo de 1904: Si no la principal producción de nuestra vega, es una de las más importantes y a la que los huertanos dedican parte de su atención preferente, la cría del gusano de seda.
De esta producción, sacaban los que a ella se dedicaban en años anteriores pingües beneficios que en parte compensaban los solícitos cuidados, los desvelos y sacrificios que tan delicados animalitos exigen en las distintas fases de su vida; pero ya hace unos cuantos, que los malas condiciones en que realizan este negocio sus productores, ha dejado sentir su acción funesta en los precios que la rica mercancía alcanza.
Hace algunos años, no tantos que no haya quien lo recuerde, había en Orihuela desde la última decena del mes de mayo, hasta los últimos días de junio, un verdadero mercado de capullo de seda, al que los productores sacaban su mercancía e imponían los precios de la misma, cosa la más racional; y a ese mercado concurrían los acaparadores que se proveían de la cantidad que necesitaban, al precio corriente, que oscilaba en alza o baja, según la menor o mayor cantidad de mercancía que en el día se ponía a la venta.
Pero desde algún tiempo, sin que podamos averiguar la causa, se perdió aquella costumbre que tanto bien proporcionaba a los huertanos y a la población, con la mayor animación de aquel rico mercado, estableciéndose la que existe en la actualidad de esperar que los agentes de tal o cual acaparador se presenten en el domicilio del cosechero y le impongan el precio a lo que no produjo, a llevar el capullo a la casa tal o cual, en donde se hace el negocio en condiciones idénticas a las que lo hacen los agentes de que hablamos anteriormente.
Tal vez la verdadera causa de la depreciación de la producción del capillo de seda en esta vega, sea debido al gran aumento que de la misma se hace en otros países como Italia; pero es indudable también que las condiciones en que se haga la oferta y la demanda del artículo, han de influir buena parte en su valor.
Es muy triste pensar los trabajos que pasan nuestros pobres huertanos para conseguir, robándole al cuerpo horas de reposo y haciendo gastos pecuniarios superiores a sus alcances, adquiriendo deudas para satisfacerlas con creces cuando se vende el capullo, que al llegar la época en que pudiera recoger el fruto de tanto desvelo y sacrificio, unos cuantos egoístas comerciantes impongan unos precios que son sin duda la ruina de los pobres.
El problema de la seda, debería de ser estudiado detenidamente por las personas que pueden por su talento o su autoridad resolverla en bien de nuestros huertanos, porque es una de las fuentes de riqueza de nuestra agricultura que vemos en peligro de agotarse.
El Eco de Orihuela. 5 de septiembre de 1912: Los fabricantes de Murcia, han tomado el acuerdo de no repartir este año la simiente del gusano de la seda hasta después del 25 de Noviembre próximo. Por esta vega no dará resultado dicho acuerdo, todavía que por ella hace días se está repartiendo simiente procedente de Valencia de un tal D. Higinio Gómez.
El diario. 30 de mayo de 1913: Intereses locales. Otra producción muy importante de nuestra vega es el capullo de seda que actualmente se está recolectando. Antiguamente, pero no mucho, la cosecha del capullo de seda rendía más producto, por el precio que alcanzaba sin duda, debido a que en esta ciudad, había ahogaderos del gusano y florecía la industria de la hilatura de la seda.
Pero muerta esta industria y desaparecidos aquellos ahogaderos, los productores tuvieron que sucumbir a los especuladores que cada año, bajo pretextos análogos, fueron mermando el precio de la producción llegándose en los últimos pasados, a cotizarse la arroba del capullo a treinta pesetas; precio nada remunerador que de haber prevalecido, habría dado como resultado último, la anulación total de la cosecha; pues si bien a ésta se dedican en su mayor parte las mujeres de la huerta, y no se tiene como principal producción o base de producción, sino como ayuda, como auxiliar, precio tan bajo, no remuneraba ni siquiera los múltiples y delicados cuidados que exige esa rica producción.
Tiene importancia en Orihuela la cosecha de la seda y merecería que se estudiara con detenimiento, pues podría llegar a ser una verdadera riqueza local si se trabajara en las condiciones científicas que exige con lo cual, y quitando en lo posible los intermediarios especuladores, la producción aumentaría, y el rendimiento en precio sería el conveniente a los intereses de los cosecheros.
Sabemos, que en este sentido, se intenta algo para el año próximo, lo cual será, establecer ahogaderos, para poder exportar el capullo directamente; y esto como vía de ensayo; que si diera resultado, como es de desear, el año venidero después de la prueba, se establecería la industria del hilado de la seda, para enviarla así a los centros consumidores; y esto daría como resultado práctico, el aumento de precio en la compra del capullo, con lo que se favorecería el desarrollo de la producción y el mejoramiento de la misma.
El pueblo. 4 de mayo de 1925: Sericultura. Una de las fuentes de riqueza que podría ser para nuestra huerta, y también para nuestros campos, trasformados por los recientes canales de secanos en regadíos es el cultivo del gusano de seda, de ese precioso bombícido originario de la China e introducido ya algunos siglos y aclimatado felizmente en España, sobre todo en Andalucía, Valencia y de alto en bajo en toda la vega del Segura.
Y digo que podría ser fuente de riqueza dicho cultivo, porque si bien en otro tiempo parece que lo fue, hoy día ciertamente ya no lo es, y poco a poco va desapareciendo; y hasta juzgo que con el tiempo, si las cosas no cambian, se perderá en nuestra huerta por completo.
Pues por una parte, la cría del gusano de seda lleva consigo grandes trabajos y no pequeñas molestias, ya que la labradora y también el labrador (al final toda la familia) durante los dos meses que se necesitan para el desarrollo de aquellos, tienen que estar de continuo al cuidado de los mismos y luego cederles la casa o barraca, con frecuencia tan reducida, amén de tener que aspirar el olor nada agradable y no creo que higiénico, que constantemente exhalan.
Y por otra parte después de tanto trabajo ¿qué le ocurre al cosechero? Que sobre no darle con frecuencia la onza de simiente los kilos de capullo que esperaba, se ve obligado a vender éste al precio irrisorio que cuatro fábricas, si llega, se lo quieran comprar; pues como no hay competencia y el producto no puede ser almacenado, los pobres huertanos tienen que entregar su cosecha al precio que los señores acaparadores les place comprarlo.
Es cierto que el precio en que se vende hoy la seda es superior al que tenía 15 años atrás; pero también entonces en la huerta una mujer ganaba cuando lo había, un jornal que nunca pasaba de 0,75 a 1 peseta; mientras que hoy, trabajando menos horas, gana desde 2’50 hasta 5 pesetas y en esta proporción está igualmente el salario del hombre y aún en mucho mayor el coste de casi todos los artículos de primera necesidad.
Consecuencia de esa mala venta del capullo es que mientras antes se veían los bancales de la huerta cruzados en todas direcciones por filas de moreras, en el día se van arrancando como algo inútil y sustituyéndolas por el naranjo y otros plantías que dan más alto rendimiento. Pues bien, en vista de todo lo dicho pregunto yo para terminar
¿Es qué los poderes públicos que saben tasar al agricultor el precio máximum del trigo y de las patatas, no podrían fijar a los fabricantes el precio mínimum de la arroba de la seda en unas 125 pesetas?
El pueblo. 7 de febrero de 1927: Del cultivo de la seda. El Sr. Ingeniero Director de la Estación de Sericultura de Murcia nuestro amigo D. Felipe González Marín nos ha hecho días pasados una visita, la que como todas las anteriores ha sido fecunda en resultados prácticos en pro del cultivo de la seda y de la morera.
La escogida concurrencia de agricultores que escucharon la autorizada palabra y sabias enseñanzas del Sr. González, sobre todo los propietarios de los campos de los nuevos riegos, quedaron encantados y decididos a implantar con toda intensidad el cultivo de la morera, para preparar con esto la producción del gusano de seda.
Mostró los nuevos procedimientos para la cría del gusano, presentando ante los agricultores los modelos de andanas y de incubadoras. Habló de las esperanzas de aumentar considerablemente la producción nacional elevando la actual cifra de kilos de seda a seis u ocho millones, y si se pudiese, a la que antiguamente se producía en España de doce millones. El Sr. González fue muy felicitado.
El ahogadero de capullo y la fábrica de la seda.
El pueblo. 11 de abril de 1927: Acontecimiento agrícola trascendental. El ahogadero de capullo de seda funcionará el día 26. El Gobierno, accediendo a las constantes demandas de nuestra primera autoridad local y a las gestiones de nuestra Federación de S. A. C. ha concedido las 14.000 ptas. necesarias para ultimar las obras del ahogadero del capullo de seda, sito en el barrio de San Antón, obra que tan grandes beneficios ha de reportar a nuestros agricultores en la cría de la seda.
Nuestro ahogadero se abrirá al público el día 26 del corriente mes, habiendo sido nombrado para la dirección técnica del mismo, el competente Ingeniero Agrónomo D. Joaquín Cruz y Brú, el que en su afán de favorecer al agricultor, no escatimará ningún género de sacrificio y estará, día y noche, dispuesto a atender a nuestros sederos.
El precio del ahogo, será el de 10 céntimos por kilo entregándose al agricultor, antes de dicha operación, un recibo de los kilos en vivo que presente para el cobro del premio de 0,50 por kilo, que concede el Estado. Esté recibo se hará efectivo, por el Estado, cuando acuerde el libramiento o se descontará en el Banco de España o en nuestra Federación de Sindicatos Agrícolas Católicos.
Además, en las mismas oficinas del Ahogadero se librará un vale para que el cosechero de seda cobre 25 céntimos por kilo de seda que se elabore del capullo por él presentado. Estos veinte y cinco céntimos deberá reclamarlos a la persona o entidad que adquieren el capullo ahogado.
Dado el bajo precio iniciado en las compras de capullo, y la diferencia enorme de precio que en la vecina ciudad de Murcia se ha notado todos los años del capullo ahogado, creemos que la inauguración de nuestro ahogadero ha venido a salvar a nuestra vega en el momento más crítico, y a librar a nuestros agricultores del monopolio que las casas compradoras ejercían sobre esta producción. Agricultores, ahogad y así defenderéis vuestros intereses.
Actualidad. 23 de febrero de 1928: La Comisaría de la Seda, por medio de la sub-delegación regional de Murcia, ha proporcionado a los agricultores tanto de la huerta como de los nuevos riegos en secano más de 14.000 plantones de moreras gratuitamente, incluso los portes, que previamente los pidieron.
También va a prestar a los sederos que lo soliciten incubadoras para la vivificación de la simiente del gusano. Con este procedimiento no solo se aviva un porcentaje mucho mayor que con los procedimiento rudimentarios en uso, sino que la simiente así avivada nace con más robustez y por consiguiente se mejora la calidad y sanidad del gusano, lo que se traduce en mayor cosecha.
Con respeto a las distintas operaciones técnicas respectivas de la cría del gusano, nos permitimos pedir, recogiendo la opinión y el deseo de los sederos y las conveniencias del servicio, que esta zona pase a formar parte de la Estación sericícola de Murcia, desglosándola de la Sección agronómica de Alicante.
Se da el caso de que muchos cosecheros de este término presentan las cajas en Murcia a nombre de cosecheros de aquella provincia. Esperamos que por quien corresponda y a instancia persistente de nuestro alcalde D. Francisco Díe, del Sud-Comisario regional D. Emilio Díez de Revenga, y de los ingenieros de la Estación sericícola de Murcia, nos resolverán favorablemente las observaciones y peticiones formuladas, por encajar dentro de la mejor organización para conseguir el fomento de la crianza del gusano de la Seda, a lo que contribuirá en gran parte la fábrica que rápidamente se está levantando junto al convento de San Francisco, en la puerta de Murcia, para hilados de Seda.
La citada fábrica de la seda de Orihuela, inaugurada en 1928, pertenecía al industrial catalán Alberto Noguera Casabosch; quien pocos meses después concedió una entrevista al diario «El Pueblo». El nombre correcto del ingeniero director, mencionado dos veces en el artículo, es Giuseppe Sironi Bianchi.
El pueblo. 28 de mayo de 1928: La industria de la seda en Orihuela. Visita a la fábrica del Sr. Noguera. Nuestro interés por todo cuando sea progreso adelanto y engrandecimiento de Orihuela, nos llevó en la tarde de ayer a visitar la fábrica de la seda recientemente inaugurada, de la cual es propietario el rico industrial Barcelonés D. Alberto Noguera.
Al llegar al edificio, fuimos recibidos por el Ingeniero Director del establecimiento Sr. Yironi Josí, hombre altamente ilustrado, el cual con suma amabilidad nos fue explicando y enseñando el funcionamiento de la nueva y perfecta maquinaria por él instalada.
En las amplias naves de la fábrica notamos el buen gusto de quienes la dirigen, aunque no se puede admirar el conjunto por estarse ampliando o completando el local donde se ha de colocar nuevas máquinas. En el salón de máquinas depuradoras de la rica fibra, saludamos al Sr. Noguera, con quien entablamos conversación sobre la cría, clase y producción del gusano de seda.
Es D. Alberto Noguera, afable y comunicativo, en él se aprecia al industrial culto y conocedor del negocio a que se dedica. La cría del gusano de la seda carece en esta huerta de aquellos requisitos científicos que hoy día son necesarios para el mejoramiento de la seda y el rendimiento en Kilos de la preciada cosecha.
Sucede que por los procedimientos antiguos y rutinarios que emplean los cosecheros de la seda, el gusano en los primeros días de su existencia ya empiezan a padecer, puesto que por la mala incubación de la semilla nacen en diferentes tiempos, eso da lugar a que unos vengan a la vida con dos o más días de retraso que otros, y como es consiguiente y con el fin de igualarlos a los primeros que nacieron, se les somete a un régimen de ayuno altamente perjudicial para su salud y desarrollo.
Para remediar esta falta, están las incubadoras modernas, que dado su calor graduado, hacen que la semilla germine por igual, naciendo los gusanos a un mismo tiempo y en condiciones de comer, todos por igual.
Yo me comprometo a remediar este primordial defecto instalando en Orihuela ¡en esta misma fábrica! una incubadora capaz de incubar 1000 onzas de simiente que se entregaría a los cosecheros cuando el gusano estuviese en condiciones de recibir los primeros cebos, de esta forma, el cosechero, tendría garantías que hoy no las tiene, puesto que la semilla sería, de buena procedencia y especial calidad. La parte técnica hace mucho en estos trabajos.
Un cosechero que ha seguido nuestras instrucciones le ha pesado a una onza de semilla 60 kilos de seda. La calidad de la seda criada en esta huerta no es ni mejor ni peor que las de otras regiones, y en efecto, nos enseña la extraída de diferentes capullos, criados fuera de nuestra huerta y la recolectada por nuestros paisanos y no se nota la más mínima diferencia.
Son inicuas las competencias de los compradores que muchas veces redunda en perjuicio del cosechero, puesto que se recurre a malos medios para pagar unos céntimos más por kilo de capullo; pero esto no es para mí motivo de preocupación, yo estoy en guardia y no dejaré que nadie se aproveche ni medre a salud del productor.
Tenemos capullo comprado para todo el año ¡unos miles de kilos! lo bastante para que no paren nuestros operarios. ¡Unas 107 mujeres! Y al año que viene, cuando las obras e instalaciones estén terminadas, ocuparemos a unas 250 aproximadamente.
Nos despedimos del Sr. Noguera y del ingeniero director Sr. Josí altamente agradecidos, deseándoles gran acierto y prosperidad industrial; ya que ello será motivo de engrandecimiento para nuestra patria chica.
Según reza en el libro de caja de 1929, en aquella primavera se celebró una ceremonia de bendición de la fábrica efectuada por sus vecinos de Santa Ana. En los apuntes quedó reflejado un banquete servido por el Hotel Palace de Orihuela y el regalo a los franciscanos que participaron en la celebración religiosa.
En septiembre de ese mismo año de 1929, buena parte de las mujeres que trabajaban en la fábrica de Alberto Noguera se declararon en huelga reivindicando la jornada de ocho horas establecida por ley desde hacía diez años.
Actualidad. 5 de septiembre de 1929: Cuestiones Sociales. Sobre lo acaecido en la fábrica de la seda. Uno de los deberes primordiales de la prensa, sea ésta del matiz que fuere, es el de tener informada a la opinión de cuanto de transcendencia ocurra.
Porque así lo creo, y ya que Actualidad me ha demostrado no tenerle vedado a nadie el camino para la manifestación de opiniones e ideas, voy a permitirme unas consideraciones, no para enturbiar la cuestión —que a estas horas puede aunque aparentemente haber terminado— sino para razonar lo acaecido en la Fábrica de Hilaturas de Alberto Noguera.
Sin haber vivido el fondo de la cuestión, no ignoro algunos pormenores de la conducta seguida por aquella empresa para con sus obreras desde que vino a la actividad local, y como que este asunto dimana del incumplimiento allí de la jornada legal de 8 horas, es suficiente el argumento para tachar a aquella empresa de responsable. Responsable, repito, de que ayer miércoles y quién sabe si más días, holgaran las obreras de los diversos talleres, es a mi juicio la empresa en cuestión.
El lunes 15 de diciembre de ese mismo año, un grupo de obreros se dirigió a la fábrica de la seda. El alcalde intentó apaciguarlos y retrasarlos para facilitar la llegada de la Guardia Civil, pero dicha fábrica resultó apedreada. Después llegó la República; y la Guerra Civil…
Terminada la contienda, la seda se benefició de los planes proteccionistas del nuevo régimen, que fomentó especialmente la producción del capullo de seda.
En diciembre de 1939, la Federación Católica-Agraria (futura Caja Rural Central) adquirió la Fábrica de Hilados y Torcidos de Seda de Orihuela a los Herederos de Alberto Noguera por 750.000 pesetas.
Incentivado el cultivo de la morera, se produjo una notable recuperación temporal; pero muy lejos de los objetivos previstos. En 1941 se creaba el Servicio de Sericicultura, un organismo específico dependiente del Instituto de Fomento de la Producción de Fibras Textiles.
La fábrica alcanzó su zenit en los años cincuenta, época en la que Antonio Ballester decidió inmortalizarla con este completo reportaje fotográfico.
En las fotografías de Ballester que acompañan este artículo aparece como director de la fábrica el hijo del fundador, Ramón Noguera Romaní (1909-1971), casado con la oriolana Carmen Germán Botella.
También José Godoy Robles, encargado del peso; Giuseppe Sironi Bianchi, el ingeniero; y Lolita Martínez Cartagena, escribiendo a máquina. Justa Sabater Pamies, con las bobinas de seda y el contable, José Calvo Esquiva, apodado «el nano» por razones evidentes.
En febrero de 1954 se constituyó la mercantil «Sedas Orihuela», que se hizo cargo de las propiedades que hasta entonces habían sido de la Federación. La nueva mercantil que gestionó la fábrica de la seda estuvo presidida por personajes oriolanos como Antonio Balaguer Ruiz, Eusebio Escolano Gonzalvo o José Balaguer Balaguer.
El 19 de febrero de 1965, el entonces príncipe y aspirante al trono, Juan Carlos de Borbón, visitó la fábrica de Orihuela y fue recibido por los directivos de la Federación y por el alcalde Luis Cartagena Soriano.
Despedida y cierre.
Quiero terminar este artículo con una historia que me contó mi buen amigo José Antonio Muñoz Grau, relacionada con la fábrica de la seda y con su familia. La mujer que figura sentada en primer plano en la siguiente fotografía se llamaba Dolores Grau Sabater; y antes de trabajar en la fábrica había sido monja, al igual que sus dos hermanas. Como «hermanita de los ancianos desamparados» había profesado en la congregación de Caravaca.
Amadeo Muñoz Moñino fue uno de los primero empleados de la fábrica de la seda y allí conoció a Ana Grau Marín, sobrina de la religiosa exclaustrada mencionada anteriormente.
La pareja se casó y se instalaron en una vivienda frente a la fábrica. Amadeo tenía el turno de noche, de ocho de la tarde a seis de la mañana. Su hijo aún recuerda como le llevaba la cena todos los días a eso de las nueve…
Cuando Sedas Orihuela cerró sus puertas en 1977 después de medio siglo de funcionamiento, el padre de José Antonio Muñoz Grau fue el encargado de desmantelar la maquinaria para ser vendida como chatarra.
La vecina iglesia conventual de los franciscanos de Santa Ana dejó de bendecir la simiente del gusano antes de proceder a su reparto, como hacía cada primavera; y Amadeo Muñoz terminó su vida laboral como conserje en la Caja Rural Central.
Entre los años 2011 y 2017, el antiguo ahogadero secante de gusanos de seda de San Antón, fue cedido por la Generalitat Valenciana al Ayuntamiento de Orihuela.
Antonio José Mazón Albarracín. Ajomalba.
Ilustrado principalmente con fotografías de Antonio Ballester Vidal, más el archivo de José Antonio Muñoz Grau.