La familia de Carlos IV. Francisco de Goya. 1800. Museo del Prado. Madrid.
18 de noviembre de 1800: Carlos IV, por la Gracia de Dios Rey de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Menorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias Occidentales y Orientales, de la tierra firme al mar océano, Archiduque de Austria, Duque de Borgoña, de Bramante y de Milán, Conde de Flandes, de Tirol, de Barcelona, Señor de Vizcaya, de Molina, etc.
Autoriza a la Excma. Señora Marquesa de Rafal, Doña Antonia María Fernández de Heredia Rocamora Bazán Cascante Rosell Ruiz de Vesprat, Marquesa de Rafal y viuda de Villescas, Condesa de la Granja, Baronesa de la Puebla de Rocamora, Señora de los lugares Benferri, La Granja y Rafal, Grande de España y Dama de la Reina.
Concede a la Marquesa, real licencia y facultad para ceder, cambiar y permutar cuatro tahúllas, siete octavas y veintiocho brazas de tierra huerta de la pertenencia del mayorazgo que posee y que están en el término de la ciudad de Orihuela, tasadas en 1495 libras, seis sueldos y tres dineros, con cincuenta libras de renta, sin que pueda esperar mayor aumento, por ser tierra blanca natural.
Por otras cuatro tahúllas, una octava y dieciséis brazas, pobladas de árboles jóvenes, naranjos chinos, olivos y limoneros, y una barraca que goza y posee libremente el Sr. Marqués (de las Hormazas) otorgante, en la huerta de la Villa de Callosa de Segura, valorada en 1495 libras, doce sueldos y seis dineros y que renta anualmente ochenta libras, con futuro aumento de renta, por ser nuevo arbolado.
A ello se agrega la comodidad y conveniencia publica de la ciudad, con la anexión de su heredad vinculada a la lindante del Marqués, por pensar éste cerrarla y en lugar del tránsito angosto que atraviesa los huertos del sitio de San Gregorio, propios de él, ejecutar un camino espacioso para que al paso sirva de paseo y le proporcione la extensión y comunicación más agradable al paseo principal.
Informado de todo ello por D. Juan de la Carte, corregidor de la expresada ciudad de Orihuela y su partido.
Palacio de la marquesa de Rafal. Hoy de la Granja. Francisco Luis Galiano.
El 10 de diciembre de 1800, ante el notario de Orihuela Trinitario Martínez, comparecieron Josef Galindo y Pedro Martín de Migueltorena; ambos vecinos de Orihuela.
Exhibían copia auténtica de los poderes otorgados desde Madrid por la marquesa de Rafal y por el marqués de las Hormazas para permutar unas tierras en Callosa de Segura por otras situadas en Orihuela.
La parcela oriolana lindaba por levante con el camino llamado de San Gregorio; de poniente y mediodía con tierras del mencionado marqués de las Hormazas; y por el norte con el azarbe de las Lavanderas.
Con esta permuta entre los marquesados de Rafal y de las Hormazas se estaba trazando la alameda y futura calle de San Gregorio; y marcando los límites de la que, casi un siglo después, sería la Glorieta de Orihuela.
¿Quién era ese marqués de las Hormazas y qué tenía que ver con Orihuela?
El marqués viudo de las Hormazas.
Autógrafo del marqués de las Hormazas.
Nicolás Ambrosio Garro Arizcun había nacido en Madrid, el 7 de julio de 1747.
Hijo de Ambrosio Garro Micheltorena, prestigioso y adinerado comerciante proveedor de la Armada y tesorero de Luis Antonio de Borbón el «infante cardenal» hijo de Felipe V.
Y de Josefa María Arizcun, hija del II marqués de Iturbieta.
El 29 de octubre de 1767 se casó en Madrid con María Joaquina de Robles y Cogorani, la III marquesa de las Hormazas.
Nicolás ingresó muy joven en la administración pública.Caballero de la Orden de Santiago y marqués consorte, este personaje con fama de buen administrador, no sólo continuó los negocios de su padre; fue consejero real, consejero de Hacienda, accionista de varias compañías y del Banco de San Carlos.
En 1797 pasó a desempeñar, siendo ya ministro del Consejo de Hacienda y tesorero general del rey, el cargo en propiedad de secretario de Estado y del Despacho de la Real Hacienda.
1 de julio de 1797. Godoy «Príncipe de la Paz», comunica el nombramiento como Secretario de la Real Hacienda al Marqués de las Hormazas.
En las postrimerías del siglo XVIII era dueño de numerosas propiedades inmobiliarias en Madrid.
No sé cómo llegó a la Vega Baja del Segura este noble madrileño; pero lo más lógico es que, aprovechándose de su cargo, adquiriese sus propiedades en Orihuela gracias a la primera desamortización, ejecutada en 1798 para hacer frente al endeudamiento de Carlos IV producido por las guerras con Francia y Gran Bretaña.
A través de su apoderado en Orihuela el marqués compró tierras en Catral, Callosa de Segura, Rojales, Almoradí, Torremendo, Elche, Guardamar, Crevillente, Redován y Murcia, cientos de tahúllas sobre todo de olivar y tierra blanca, que inmediatamente puso en arriendo.
Como ya he dicho, su apoderado era Pedro Martín de Migueltorena, comisario de Guerra y contador titular de propios de la ciudad de Orihuela.
Compró también una parcela cerca del Arrabal de San Agustín. Y levantó una casa palacio entre las calles de San Agustín y el Rodeo de la que hablaremos después.
Tanto él como su hijo fueron «Hermanos Mayores» y destacados miembros de la junta de dirección y gobierno de los hospitales de Madrid.
Diario Balear. 23 de febrero de 1815: Copia de un oficio pasado por el Ministerio Universal de Indias al de la Guerra. Excmo. Sr.: Enterado el Rey de una exposición que ha hecho el señor marqués de las Hormazas como hermano mayor de la comisión encargada de la administración de los hospitales Generales de esta corte en solicitud de que se facilitasen para los mismos algunas sábanas y mantas de las existentes en los almacenes de Pasajes.
Deseando S. M. contribuir con cuanto esté de su parte a que los militares enfermos disfrutan del alivio que exige la humanidad, y multiplicar las pruebas de lo mucho que anhela proteger tan loables establecimientos, se ha dignado resolver se entreguen a disposición del citado señor marqués de las Hormazas con aquel objeto 1500 camas compuestas de 1500 jergones, otros tantos cabezales, igual número de cubrecamas de lana, y de sábanas.
El cronista Montesinos mencionó en su compendio oriolano su faceta como benefactor del Hospital de la Caridad.
Marqués viudo desde febrero de 1802, el cambio de siglo frenó su carrera pólitica. Y todavía más la llegada de Napoleón.
Aunque en principio aceptó la «carta de Bayona» otorgada en el verano de 1808, supo apartarse a tiempo de los «afrancesados».
Es probable que, durante la guerra, pasase temporadas en Orihuela junto a su hijo, que sí lo tengo documentado.
Disuelta la Junta Central, el de las Hormazas fue reclamado por la Regencia para hacerse cargo del Ministerio de Hacienda.
A primeros de 1810 se hallaba ya en Cádiz, en la Isla de León, desempeñando interinamente el cargo de primer secretario de Estado.
En 1811, entre los donativos hechos en Cádiz para financiar la división del brigadier Juan Martín «el empecinado», figuran dos mil reales de vellón del marqués viudo de las Hormazas.
Juan Martín Díez, llamado «el Empecinado».
De su actuación en estas fechas he encontrado un interesante párrafo en el artículo titulado «Los emisarios de Napoleón», publicado en «La Lealtad» por Abelardo Ahumada.
…Disuelta la Junta Suprema Central, y que, habiéndose quedado tres o cuatro días en crisis por falta de un gobierno, asumió el mando una Regencia integrada por varios elementos, cuya cabeza visible era un tal Marqués de las Hormazas, quien, ante la ausencia del rey, fungía en su representación y actuaba como «Secretario de Estado y del Despacho Universal de Hacienda».
Este singular individuo, cuyo nombre de pila era Juan de Mata de Garro y Robles, empezó a trabajar de inmediato y como carecía de suficientes recursos para seguir actuando en la Península, urdió el modo de obtenerlos de los territorios ultramarinos y, en el caso concreto de la Nueva España…
Por este caso el marqués de las Hormazas fue arrestado y sometido a un proceso judicial del que logró salir airoso.
El conciso. Martes 2 de junio de 1812. Año V de la gloriosa lucha del pueblo español contra la tiranía: Día 1º. En Conformidad a la orden de S. M. fecha 14 de octubre de 1811, se dio cuenta de la sentencia pronunciada por los jueces comisionados para entender en el asunto de la orden que se imprimió relativa al libre comercio de las Américas; la qual absuelve al marqués de las Hormazas…
El regreso de Fernando VII le devolvió buena parte de su protagonismo político y social.
En 1815 pasó a formar parte del Consejo de Estado y cuatro años después le concedieron la Orden de Carlos III.
Su proximidad con el rey queda de manifiesto en la siguiente noticia.
Diario mercantil de Cádiz. 11 de septiembre de 1821. Comandancia General de Castilla la Nueva. SS.MM. que continúan en la Granja, salieron ayer sin escolta alguna a una hacienda del marqués de las Hormazas, distante dos leguas y media de aquel Real sitio.
Falleció en Madrid en abril de 1825.
El IV marqués de las Hormazas.
Anotaciones propias sobre fragmento plano de 1748, obra de Fray Antonio Villanueva.
Juan de Mata Garro y Robles, IV Marqués de las Hormazas, fue bautizado en Madrid el 9 de febrero de 1771.
Coronel de los Reales Ejércitos, ministro del Real Tribunal de la Contaduría Mayor de Cuentas, miembro del Consejo de Su Majestad, alcalde de Madrid y Hermano Mayor Perpetuo del Gobierno de los Hospitales Generales de Madrid.
Hace veinte años, en uno de mis primeros artículos titulado «El marqués de las Hormazas y la Glorieta de Gabriel Miró», incluí este curioso párrafo que podéis encontrar en algunas páginas de genealogía.
Era ministro del Tribunal de Contaduría Mayor el 7 Nov 1800, en esa fecha estaba enfermo ya que «la frecuencia con que le insulta un cólico convulsivo y de propiedad reversiva, que a las veces degenera en ictericia y de muy mala calidad», se retiró con su padre a vivir a Orihuela.
Enfermedades aparte, me inclino a pensar que su estancia en Orihuela tuvo mucho que ver con la Guerra de Independencia.
Si analizamos su carrera política, fue ministro entre los años 1804-1808 y entre 1812-1813. Alcalde de Madrid entre los años 1814-1816; y de nuevo ministro entre 1815-1823.
En esta relación solo queda hueco entre 1808-1812, los años del conflicto armado. Puedo demostrar que, en el invierno de 1810, estaba en su casa de Orihuela.
Trascribo unos párrafos del capítulo XIX de las memorias de Joaquín Lorenzo Villanueva.
Vida literaria de Don Joaquín Lorenzo Villanueva. Memoria de sus escritos y de sus opiniones eclesiásticas y políticas, y de algunos sucesos notables de su tiempo (1825).
Mansión en Orihuela:Con dificultad pude yo escapar de Sevilla en compañía de mi hermano Jayme el día 24 de enero de 1810, en que se alborotó el populacho de aquella ciudad al saber que habían atravesado los enemigos la Sierra Morena.
Por entre sustos y trabajos llegamos a Marbella el día 1 de febrero. De donde dimos la vela para Cartagena el día 5.
Detúvonos al paso en Orihuela quince días mi buen amigo don Juan de Mata Garro, hijo del marqués de las Hormazas, a quien debí siempre cordial afecto desde que servimos ambos a los pobres enfermos del hospital de Madrid, él como hermano mayor, y yo como rector.
Mercedes Muñoz Portau, en su artículo «Aproximación a la Guerra de la Independencia en Orihuela y su obispado», menciona dos veces al marqués de las Hormazas.
En la gobernación oriolana, el mando de la guerrilla fue confiado al marqués de las Hormazas, con nombramiento de mayor general de guerrillas y subinspector de los demás cuerpos urbanos.
En los comienzos de 1811, desde el Cuartel General de Murviedro, se ordenará al marqués de las Hormazas la reunión en Orihuela de todas las partidas de guerrilla de su gobernación.
El cuarto marqués de las Hormazas falleció en Madrid poco después que su padre, el 27 de julio de 1827.
Y lo hizo sin descendencia conocida. Por lo que su título de marqués pasó a la familia Elío.
Pero sus propiedades oriolanas, al menos la casa y la parcela del arrabal de San Agustín, quedaron en manos de su primo hermano, José Messía del Barco y Garro, el II duque de Tamames.
Dicha parcela, situada entre los conventos de San Gregorio y San Sebastián, pasó a la historia oriolana como «el Huerto del Marqués de las Hormazas» al figurar así en el plano de Coello, confeccionado a mediados del XIX.
«Atlas de España y de sus posesiones de ultramar» de Francisco Coello. Plano de Orihuela. 1859.
El duque de Tamames.
El IV duque de Tamames con el teniente coronel López Pozas en 1913. Archivo ABC.
El citado heredero, José Messía del Barco y Garro, fue el II Duque de Tamames. Nacido en Madrid en el año 1786.
Era hijo de Antonio Messía del Barco, el primer duque de Tamames, y de una hermana del III marqués (consorte) de las Hormazas, de nombre María Alfonsa, del Pilar o de la Paz , y de apellidos Garro y Arizcun.
Por lo tanto, como hemos dicho antes, el II duque era primo hermano del IV marqués de las Hormazas y su heredero directo al fallecer éste sin descendencia.
No voy a extenderme en la biografía de los duques de Tamames, de la que ya existe suficiente bibliografía.
Lo que nos interesa es la herencia que recibió: la famosa parcela de tierra que hoy ocupa la Glorieta, y la casa palacio en la calle de San Agustín, con cuadras y cocheras en la parte posterior, hacia la calle del Rodeo.
Esta hermosa vivienda fue mencionada por Pascual Madoz en su diccionario de 1848, entre las casas aristocráticas de Orihuela.
Hay varias casas, que por su capacidad y arquitectura bien pueden llamarse palacios, y son la del marqués de Rafal, en la plaza de su nombre; la del conde de Pinohermoso, también en la plaza de su denominación o de la Pía; la del marqués de Arneva, frente a Sta. Justa; la del marqués de Campo-Salinas, en la calle Mayor; la del conde de Tamames, en la de San Agustín ; la de D. Francisco Sandoval y Togores, en la del Río; la de D. Juan Roca de Togores, en la de Hostalets; la de D. Luis Pizana, fronteriza a la anterior; y la de D. Matías Zorzano, en la de la Feria…
El mencionado título de conde de Tamames fue un error de Madoz. Carlos IV había concedido a Antonio Mesía la Grandeza de España asociada al señorío de Tamames y el título de primer duque de Tamames en 1802.
El tercer duque, hijo del anterior, fue José Mesía del Barco y Pando. Nacido en Madrid en 1819 y fallecido en 1868.
Boletín de Segovia. 9 de enero 1854: Diputación de la Grandeza. Excmo. Sr. D. José Mesía y Pando, Duque de Tamames, Marqués de Campollano, gran cruz de Carlos III, Grande de España y Gentil-hombre de Cámara de S. M. con ejercicio.
El IV duque de Tamames, hijo del anterior que accedió al título en 1869, es el personaje que nos interesa.
José Messía y Gayoso de los Cobos vendió la parcela que daría lugar a la Glorieta de Orihuela y la casa de la calle San Agustín.
El que había sido «Huerto del marqués de las Hormazas» se interponía entre la ciudad y el ansiado ferrocarril que acababa de llegar a Orihuela.
Las tres tahúllas y media conocidas entonces como «huerto de San Gregorio» o «Huerto de Tamames» fueron adquiridas en Madrid por el ex diputado a Cortes, Salvador Lacy Pascual de Bonanza, comisionado por el Ayuntamiento de Orihuela en 1883.
Sesión municipal. Orihuela, 23 de mayo 1883: Se Manifestó que dada la necesidad de construir una vía que ponga en comunicación la localidad con la estación de Ferro Carril, cuyas obras se están realizando.
Se hace indispensable para un servicio de tanta utilidad, la adquisición de los terrenos que ha de atravesar dicha vía, las propiedades de los Sres. Duque de Tamames y Marqués de las Serdañolas, hoy de Boil y al efecto habíanse practicado varias gestiones por conducto de sus respectivos apoderados en esta ciudad.
Mas como quiera que en la actualidad se haya accidentalmente en Madrid Don Salvador Laci Pascual de Bonanza, persona de toda confianza y garantía para el municipio y que además de sus conocimientos prácticos reúne el noble deseo de prestar un apoyo y cooperación para la prosperidad y engrandecimiento de este país…
La casa de la calle San Agustín se puso en venta pocos años después, concretamente en el verano de 1889.
Durante el mes de julio apareció publicado el siguiente anuncio.
El diario de Orihuela. 10 de julio de 1889: VENTA. A voluntad de su dueño se vende una casa de habitación situada en la calle de San Agustín de esta ciudad, marcada con el número 16 de policía, con puerta también a la calle del Rodeo, mide una superficie de 576 metros y se compone de tres pisos, conteniendo en la planta baja, cochera, cuadras, patios, tinajero para aceite y otros varios departamentos.
Se halla libre de todo censo o gravamen. D. Francisco Moreno, apoderado del Excmo. Sr. Duque de Tamames, dueño de esta casa, dará cuantas noticias, respecto a precio y demás que sean necesarias y recibirá proposiciones hasta el día 31 del presente mes de Julio.
No sé cómo terminó aquella venta. Lo cierto es que el edificio fue totalmente modificado y dividido en el siglo XX; y es difícil encontrar en él algún vestigio exterior de su pasado.
Sus bajos fueron la sede de las famosas «Bodegas Payá». Hoy albergan otros negocios y, como recuerdo, conservan la preciosa viguería de antaño.
José Mesía y Galloso de los Cobos, IV duque de Tamames. Bodegas Payá. Archivo Manuel Rogel Payá.
En octubre de 1955, a buena parte de la Alameda Vieja de la Estación se le concedió el nombre de Calle Duque de Tamames, último propietario de los terrenos sobre los que se emplazó la Glorieta y el primer tramo de los Andenes.
Caballería del Perdón frente a la iglesia de San Gregorio despues de la guerra. Antonio Ballester Vidal.
Voluntad. 15 abril 1930. Núm. 3: Por doquier se ven carteles anunciadores de fiestas de Semana Santa, en estos días que preceden a la conmemoración de los Divinos Misterios. Carteles de Cartagena, de Murcia, de Lorca… pero ninguno de Orihuela.
¡Es muy lamentable nuestra apatía! Hoy día, las procesiones de Orihuela no desmerecen en nada a las de las más famosas que se celebran en algunas poblaciones.
… Urge propagar y divulgar nuestras procesiones en años sucesivos; hace falta una propaganda intensa y bien orientada por medio de anuncios y folletos ilustrados. Tomás Martínez Canales.
Apuntes de la Semana Santa oriolana en los turbulentos años treinta.
Mayordomía de Nuestra Señora de los Dolores despues de la guerra. Antonio Ballester Vidal.
En la segunda mitad de los años veinte las celebraciones de la Semana Santa en España vivieron una época gloriosa con un notorio resurgimiento de las procesiones.
Al abrigo de la Dictadura de Primo de Rivera se reorganizaron antiguas cofradías y nacieron otras nuevas; se ampliaron los recursos económicos que destinaban los ayuntamientos y se incrementó el número de participantes.
El Descendimiento antes de la guerra.Fotografía mejorada por Javier Andreu.
Hasta la Semana Santa oriolana de 1930 continuaron las mejoras como las del paso de «El Descendimiento», que se presentó con una artística iluminación eléctrica y un derroche de flores naturales.
También se estrenaron tapices cubrecarrozas bordados por las mayordomas de la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores. Y la nueva Cofradía del Perdón volvió a despertar la admiración con su paso llamado «La Caída», dotado de un magnífico trono de plata.
«La Caída» en la capilla de la VOT de San Gregorio. Talla del escultor murciano Francisco Salzillo. El grupo escultórico fue ampliamente intervenido por José Sánchez Lozano en 1928, a petición de la Cofradía del Perdón. Fotografías de Alfonso Bernad. Colección Javier Sánchez Portas.
La V.O.T. y la Cofradía del Pilar exhibieron el arreglo de sus pasos; destacando el nuevo trono de Nuestro Padre Jesús, auténtica joya de orfebrería fabricada en el taller de Francisco López en Madrid.
El Lavatorio, en manos de un grupo entusiasta de jóvenes, montó un bonito juego de luces; y al igual que El Prendimiento, exhibió una cuidada ornamentación a base de flores naturales.
El Lavatorio en la Plaza Nueva despues de la guerra. Antonio Ballester Vidal.
La procesión de El Santo Entierro, con «el Cristo Yacente en el sepulcro» y «La Diablesa», brilló bajo el patronazgo del Ayuntamiento.
Aunque no todo fue a mejor; la prensa se quejó amargamente de que la comisión organizadora de la Centuria Romana, capitaneada por Juan Capote Campanario, había prescindido de la Sección de Caballería cuyos costosos uniformes habían adquirido el año anterior.
Como colofón se publicó un número especial de la nueva revista llamada Voluntad; publicación fundada por José Marín «Ramón Sijé» que contaba con las colaboraciones de Miguel Hernández, Julio López Maymón, Luis Almarcha y Abelardo L. Teruel entre otros escritores oriolanos.
Aquel año el único impedimento fue de carácter meteorológico: una tormenta obligó a aplazar la procesión del Domingo de Ramos. Se celebró el lunes a pesar del fuerte viento y de la amenaza de lluvia.
Voluntad. 15 abril 1930. Núm. 3
La llegada de la Segunda República representó una violenta sacudida en la mayoría de las tradiciones oriolanas, siempre muy cercanas a la Iglesia.
La Constitución de 1931 limitó las manifestaciones públicas de culto y suprimió las ayudas económicas a las organizaciones religiosas.
La firme actitud revisionista de los nuevos dirigentes colisionó frontalmente con el sentimiento de la mayoría de la población de la añeja ciudad del Segura. Su laicismo declarado provocó el inmediato y violento rechazo del clero y de los partidos tradicionalistas.
Como respuesta, cualquier manifestación religiosa fue considerada poco menos que un acto subversivo.
Plaza de la República. Orihuela 1931. Colección Javier Sánchez Portas.
La Semana Santa de 1931 tuvo lugar pocos días antes de la proclamación republicana, de ahí que en Orihuela no sufriera alteraciones.
No fue así en Alicante, donde el rumor de que elementos antirreligiosos estaban dispuestos a boicotear los actos, atemorizó a los participantes en la procesión del Santo Entierro.
En un momento dado, el pánico se desató en la capital y la multitud huyó en estampida derribando la imagen del Nazareno que sufrió algunos desperfectos.
En Orihuela, el Domingo de Ramos se suspendieron las obras de restauración de la Catedral para efectuar los oficios tradicionales que comenzaban con la bendición de las palmas.
Domingo de Ramos. Calle mayor de Orihuela despues de la guerra. Antonio Ballester Vidal.
Con tiempo primaveral se celebraron las procesiones, destacando la afluencia a la del Santo Entierro, costeada por el Ayuntamiento y presidida por las autoridades municipales junto al obispo.
También llamó la atención la espléndida decoración del paso de «El Lavatorio», a cargo del florista Ramón Santiago.
Para intentar comprender el conflicto planteado entre católicos y laicos, hay que tener en cuenta la importancia que tenía la extensa red de organizaciones vinculadas a la Iglesia en la estructura de los partidos conservadores.
Cuando el magistral de la Catedral, José Sanfeliú Giner, comparó la religiosidad oriolana tan sólo con la de algunas regiones del norte, también podría haber aplicado la misma vara de medir a aspectos políticos como el carlismo, con gran implantación local.
Sus seguidores formaron parte de la Real Archicofradía y Mayordomía de Ntra. Sra. del Pilar.
Hay que recordar que en esas fechas el catolicismo era uno de los componentes principales de la Comunión Tradicionalista, fusión entre el Partido Católico Nacional o Integrista y el Partido Católico Tradicionalista realizada en 1932.
En ese año las Juventudes Tradicionalistas fundaron la Real Cofradía de el Lavatorio. Y Juan Villaescusa, jefe de los tradicionalistas oriolanos y candidato monárquico a las elecciones de 1931, fue el primer presidente.
La casa de Juan Villaescusa en los años treinta.
Su sede no podía ser otra que la iglesia de las Salesas, edificio que fundaron los infantes Carlos María Isidro de Borbón (hermano de Fernando VII, cuyo nombre daría lugar al término carlista) y su esposa, la portuguesa Teresa de Braganza.
No es de extrañar pues, que los sectores más extremistas del Ayuntamiento demostrasen su rechazo por cualquier manifestación pública de carácter religioso.
Es el caso del socialista Martínez Jacobo, que aconsejó suspender las procesiones por su carácter político y por los problemas que causaban al tráfico.
Si no se suspendían, al menos exigía que enarenasen las calles para evitar las caídas de las caballerías que resbalaban sobre la cera derramada.
El alcalde Lucas Parra, conciliador, le aseguró que su propósito era autorizar únicamente aquellas que tuviesen carácter tradicional. Y prometió que en lo sucesivo llevaría a las sesiones las solicitudes que se presentasen.
La corporación municipal republicana el 17 de Julio de 1932.
Por su parte Sánchez Moya recomendó enviar un delegado a los actos que se celebrasen en las iglesias para controlar la forma en que se conducían los predicadores.
El 21 de abril de 1932 el concejal Martínez Jacobo rogó al alcalde que impidiera
Los escándalos que repetidos días vienen sucediéndose en la iglesia de Santa Justa, donde se dan vivas al Rey y mueras a la República y donde se inculca a los chicos el desprecio a la autoridad constituida, con lo que se evitará que los socialistas y republicanos tengan que impedir los ataques que se les dirigen.
El alcalde prometió abrir un expediente recabando información; a lo que Martínez Jacobo respondió sugiriendo meter en la cárcel al cura para evitar mayores males.
En este clima beligerante las procesiones de Semana Santa quedaron suspendidas en 1932 y 1933; y si se celebró algún acto fue de carácter claustral.
La victoria de la CEDA en las elecciones de 1933 cambió el panorama político; y con él el ambiente municipal.
Pío XI, había declarado 1934 como año jubilar concediendo una amplia indulgencia en «momentos tan azarosos para la Iglesia».
El Obispo Javier Irastorza. Colección Javier Sánchez Portas.
Quince días antes de la Semana Santa el prelado Javier Irastorza y Loinaz organizó una auténtica demostración de fe con un solemne Vía Crucis en el que desfilaron centenares de tradicionalistas concentrados en la Plaza de Caturla.
Una espectacular marcha que terminó en San Francisco, cuya explanada quedó colapsada por los miles de asistentes. Fue un acto conmemorativo calificado como la más grande manifestación religiosa registrada en la católica Orihuela.
En marzo llegó la Semana Santa; y Orihuela, celosa de sus tradiciones, se dispuso a prepararla con más entusiasmo que nunca tras dos años de prohibición.
La comisión organizadora nombró capitán de la Centuria Romana a Baldomero Galindo y Caballero Cubierto al hijo de la marquesa de Rubalcava, Eduardo Almunia y Roca de Togores.
Ensayo general de la Centuria Romana a principios de siglo en la Glorieta. Archivo Enrique Luna Agulló.
El domingo día 5 finalizaba la novena en honor al Patrón. Por la mañana, en Santa Justa, se ofició una misa de comunión general a cargo del obispo repartiendo miles de comuniones y la bendición papal.
Por la tarde se devolvió al Patrono de la ciudad en una multitudinaria procesión que desbordó todas las previsiones de la organización.
Procesión de Nuestro Padre Jesús antes de la guerra. Archivo Emilio Bregante.
Los oriolanos estaban listos para ofrecer una grandiosa puesta en escena; la Centuria Romana estaba preparada y las Juventudes Tradicionalistas se entrenaban para llevar marcialmente «El Lavatorio» con un centenar de alumbrantes.
Los dieciséis pasos fueron decorados sin escatimar gastos.
Cuando por fin llegó el Domingo de Ramos, la procesión quedó aplazada por culpa de un inoportuno diluvio.
El lunes, acompañadas por la banda de música de Benejúzar, se lucieron las mantillas de la Cofradía de la Virgen de los Dolores gozando de buen tiempo. Pero sólo fue un respiro; a pesar del esfuerzo invertido la lluvia arruinó el resto de las procesiones.
El Ayuntamiento, enfrascado en la preparación de las fallas, se desmarcó del «Santo Entierro», que se celebraba viernes a las 5 de la tarde, haciéndose cargo de su organización la nueva Cofradía del Santo Sepulcro formada por los más destacados elementos de derechas.
Cuando llegaron a la Beneficencia en busca de la Cruz de los Labradores, singular grupo escultórico de Nicolás de Bussy alojado tradicionalmente en el Loreto, observaron con asombro que las figuras conocidas como «la muerte y la diablesa», habían sufrido graves daños.
Cruz de los labradores. «La Diablesa». Fotografía de Alfonso Bernad 1927-1929. Colección Javier Sánchez Portas.
El día 14 de abril de 1935, cuarto aniversario de la República, coincidió con el Domingo de Ramos.
La izquierda estaba indignada por las dificultades que tenía para reunirse, mientras los clericales cantaban «La Pasión» todas las noches «con la libertad y desenvoltura de huestes victoriosas en país conquistado».
Y es que las nuevas autoridades emanadas de las elecciones de 1933 permitieron celebrar de nuevo la Semana Santa con toda libertad.
Cartel Semana Santa de Orihuela 1935.
Transcribo parte del discurso del gobernador Vázquez Limón en los micrófonos de Radio Elche.
Estos festejos religiosos, de tan rancia tradición en nuestra patria, tienen para mí, sino la emoción de los que son creyentes, si en cambio, el profundo respeto que a cuantos nos preciamos de liberales, deben merecer las creencias ajenas.
No creo que nadie pueda sentirse perjudicado en sus principios, ni en sus intereses, ni en ningún orden de cosas: porque hayan unas personas que quieran exteriorizar sus sentimientos mediante las procesiones que estos días se celebran.
Por eso, sería absurdo cohibir esas manifestaciones ingenuas de una religión, para provocar una reacción sentimental de quienes se sentirían entonces injustamente agraviados. Aprendamos todos a ser transigentes y demos el ejemplo los republicanos de buena fe.
Los pasos de Semana Santa 1927/1929. Fotografías de Alfonso Bernad. Colección Javier Sánchez Portas.
Aquella tarde un grupo de republicanos alicantinos que regresaba de presenciar el partido de fútbol Murcia-Celta, al llegar a Orihuela, encontraron el tráfico interrumpido por la procesión que ocupaba las calles de paso obligado; vías que formaban parte de la carretera nacional.
Cuando la caravana superó los cincuenta vehículos y la media hora de espera comenzaron a sonar las bocinas.
Acudió la Guardia Urbana increpando a los conductores, pidiendo la documentación y formulando denuncias. Amenazaban con detener a los más airados que no comprendían que eso pudiera pasar en un país laico y democrático justo en el día de la República.
Pero la mayoría de los oriolanos estaban muy ocupados con la Semana Santa para acordarse de ningún otro aniversario.
La Centuria Romana y todas las cofradías se afanaron en los preparativos. El Perdón y El Lavatorio, adornaron sus pasos con suntuosa iluminación eléctrica. Y la sección de las Juventudes Tradicionalistas estrenó portacirios, artefactos eléctricos fabricados en Valencia que incluían la flor de lis y una artística cruz de Santiago.
El Perdón en la Plaza Nuevade Orihuela despues de la guerra. Antonio Ballester Vidal.
En este uso político de las fiestas la Semana Santa se convirtió en el marco idóneo para demostrar al pueblo el cambio sufrido en el Ayuntamiento.
La estrecha unión que los tradicionalistas consideraban entre religión y política acabó empapando las fiestas de contenido ideológico.
Cofradías, políticos conservadores y clero mantuvieron una relación estrecha haciendo de la Semana Santa un magnífico escaparate de su nueva lucha en defensa de las costumbres que habían puesto en peligro los gobernantes de izquierda.
La Semana Santa vivió un complicado periodo durante la Segunda República.
Para los conservadores las procesiones eran un elemento fundamental que reforzaba su ideología indiscutiblemente católica. Para los partidos de izquierda, la Semana Santa era cosa de las derechas.
Lo cierto es que los elementos más derechistas eran quienes protagonizaban estas celebraciones. La mayor parte de las cofradías, estaban encabezadas por personajes acomodados de la sociedad oriolana y las procesiones constituyeron un magnífico escenario para que las nuevas autoridades se exhibieran.
Al frente de la Cofradía del Pilar estaban los tradicionalistas Alejandro Roca de Togores y Juan Villaescusa Ballester.
La de El Santo Sepulcro la componían: Eusebio Escolano, Luis Almarcha, Emilio Salar Ruiz, Indalecio Cassinello y Antonio Balaguer.
Caballero Cubierto Ángel García Rogel despues de la guerra. Antonio Ballester Vidal.
Hasta los Caballeros Portaestandarte fueron claros elementos de la derecha: en 1930, Eusebio Escolano Gonzalvo, médico; en 1931, Alfonso Pardo y Manuel de Villena, marqués de Rafal; en 1934, Eduardo Almunia y Roca de Togores; en 1935, José María Quiles y Sanz, notario.
El tenso clima sociopolítico de 1936 impidió llevar a cabo la Semana Santa en Orihuela.
Pese a las adversas circunstancias, las cofradías habían pedido la preceptiva autorización al ministro de Gobernación para celebrar las procesiones.
La respuesta a esta solicitud se produjo en un comunicado del gobernador fechado el 12 de marzo, donde el ministro autorizaba la celebración, si bien no aseguraba el mantenimiento del orden público durante el transcurso de la misma.
No hubo procesiones en la Semana Santa oriolana de 1936. Manuel Penalva Fons, hermano ministro de la V.O.T., envió la correspondiente solicitud para «sacar las tradicionales procesiones del miércoles santo en la tarde y el viernes santo en la madrugada, a las horas y por los itinerarios de costumbre».
Los pasos de Semana Santa 1927/1929. Fotografías de Alfonso Bernad. Colección Javier Sánchez Portas.
La Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores solicitó también la autorización.
Sabemos que la Cofradía del Perdón pidió permiso para celebrar una junta directiva el Miércoles Santo en la iglesia de San Gregorio.
Todo fue inútil. En aquellas complicadas fechas estaba prohibida todo tipo de manifestación pública y el Ayuntamiento no se molestó en nombrar Caballero Cubierto Portaestandarte; ni tampoco la recién nacida Cofradía del Santo Sepulcro.
Sirvan estas notas para reflejar el clima de hostilidad en el que se desarrolló la Semana Santa durante la Segunda República. Los años treinta fueron convulsos para las cofradías.
El ambiente hostil y las tensiones políticas convirtieron las procesiones en un símbolo contra el anticlericalismo; y por extensión contra las nuevas corrientes políticas que la Iglesia había repudiado.
Caballería del Perdón frente a la iglesia de San Gregorio despues de la guerra. Antonio Ballester Vidal.
Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba). Publicado en la revista Oleza. 2011.
Iglesia Monasterio de San Sebastián. Colección Javier Sánchez Portas.
Las agustinas de «Sent Sebastia».
Diversas Religiosas Agustinas. MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 6. Manuscrito. Caja Rural Central. Orihuela.
Una ermita en el Raval Mayor
Eras de San Sebastián. Fragmento plano de 1748, obra de Fray Antonio Villanueva.
Más allá del «raval del Pont», cuando Oriola terminaba en la «porta de Sent Agosti», existía extramuros un eremitorio bajo la advocación de «Sent Sebastia» cuya fundación data Joseph Montesinos en los albores del siglo XIV.
«… Sabemos q. la antigua Hermita de S. Sebastian Martir, y de Sn. Roque Confesor (hoy día grave combento de Venerables Señoras Religiosas Agustinas) se fundó por los años de 1315 de la Natividad de JesuChristo, por Dn. Jayme Besantes, Presbitero Nobilisimo caballero Oriolano de Conquista…»
En el capítulo «Que refiere la Fundación de la Ilte. Cofradía de Sn. Sebastián Martir de esta Ciud. de Orihª» dice que fue por los años de 1511, siendo Rey de las Españas Carlos I de Castilla. Y que al cesar la peste lo recibieron como patrono y abogado.
Dicha ermita, dedicada también a San Roque (ambos eran abogados contra la peste), se utilizaba como ayuda de parroquia de la Iglesia del Salvador.
… Se componía de un Vicario, Sacerdote, Confesor para bautizar y casar a todos los de dho. partido; con el que estaban dos Hermitaños seculares para el cuidado de recoger las Limosnas de los Campos, y Huertas, y Ciudad, para ayuda de mantener el Culto de la anunciada Hermita, en cuyo Estado se mantuvo hasta 1591.
El puente era muy frágil y, con demasiada frecuencia, los vecinos de esa orilla del Segura quedaban incomunicados sin posibilidad de asistir a los oficios religiosos. Así lo explica Bellot.
…Como el puente era de madera, muchas veces o lo desbarataba el río o lo cubría, y mientras se adobaba, no siempre se podía pasar, y los vecinos del Rabal no tenían donde oír misa antes que se edificara San Agustín, y así pusieron pila en San Sebastián.
Por ello contaba con pila bautismal y un cura teniente que vivía continuamente en el arrabal. El propio cronista Mosén Pedro Bellot afirma haber bautizado allí alguna vez cuando era beneficiado de la Catedral (recordemos que Bellot escribe sus «Anales» en el primer cuarto del siglo XVII).
San Sebastián solía ser eremitorio o capilla de la Catedral, con pila de bautizar. (…) Los curas hacían un teniente que viviese en el Rabal, como lo ha sido en nuestros tiempos mosén Burillo y mosén Domenech, y el autor de esto ha bautizado allí dos o tres veces siendo beneficiario de la Catedral.
Erigido el convento y la iglesia de San Agustín en el siglo XV, dicha función quedó obsoletayla pila bautismal acabó en el Loreto.
Y en el año 591 hizo donación el Cabildo y Ciudad al Provincial de los agustinos para edificar convento de monjas y se trajo la pila a Lorito, donde ahora está.
En 1591 el Cabildo y el Consell donaron el edificio al provincial de los agustinos ante el notario Antonio Tari cuyos protocolos, redactados entre los años 1581 y 1600, se conservan el Archivo Histórico de Orihuela.
El objetivo era fundar un convento de agustinas calzadas; un establecimiento religioso femenino donde «posar enclausura a dones honestes y religioses».
Montesinos dedicó muchas páginas al convento, especialmente en el tomo sexto del compendio. De ellas he extraído algunas notas literales que aparecen a lo largo del artículo resaltadas en rojo. El resto lo he resumido.
Fundación del convento.
Imágenes de San Sebastián, de San Roque y del Convento.MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 6. Manuscrito. Caja Rural Central. Orihuela.
«Capítulo 1. Donde se refiere la Ilte. Fundación del Muy Exemplar convento de Sn. Sebastián Mártir de Religiosas Agustinas calzadas de esta Ciud. de Orihª».
Governando se hallaba la Sta. Universal Iglª. Por los años de 1591 el Beatísimo Padre Gregorio XIV…
…Gobernaba las Españas Dn. Felipe II de Austria; y era dignísimo Obispo de esta Ciud. y Diócesis de Orihª. El Ilmo. y Revmo. Sr. Dn. Josef Estevan.
La transformación de la antigua ermita de San Sebastián en monasterio de agustinas contó con el apoyo de la Ciudad, que les cedió terreno junto a la acequia del Chorro. Permitidme hacer un inciso para hablar de urbanismo.
Un cuarto de siglo antes, el Consell oriolano había parcelado la zona extramuros; solares de un cuarto de tahúllaque fueron vendidos para poblar la zona.
Ya he hablado en otros trabajos del prestigio que un convento aportaba a la formación de un barrio.
Esta subasta de tierras, iniciada en el verano de 1567, la detalla magistralmente José Ojeda Nieto en su «Orihuela Imaginada».
El Consell, aprovechando la demanda de suelo en la zona, al llegar 1567, dio el salto extramuros y puso en venta, una vez parceladas, las eras de San Sebastián…
La actuación municipal fue todo un ejemplo de lo que se podía conseguir con un suelo potencialmente edificable: se hicieron 10 parcelas, próximas a los 300 metros cuadrados, y se subastaron, ingresando así las arcas municipales -siempre muy necesitadas- unas 300 libras, pues las parcelas se pagaron a 25 la más barata y a 32 libras las más caras.
Mas con la subasta no se agotó el terreno próximo a la, todavía, ermita de San Sebastián, quedaba mucho suelo aún.
Cuando se inicie el convento, en la década de los noventa del siglo XVI, el Consell ayudará con terrenos próximos y aún así seguirá habiendo eras, además de una zona de recreo.
Volviendo a Montesinos y a la fundación del monasterio, esta fue impulsada principalmente por Francisco Despuig y Pérez, canónigo de la Catedral de Orihuela.
Sabida cosa es, según consta de las Historias y Narracion de varias Escrituras, como fuera de los muros de esta Ciud. de Orihª. en el Arrabal de San Agustín, fundó la Ilte. Provincia de Sn. Agustín de Aragon, a petición del Muy Ilte. Magnifico Concejo y Cabildo de esta Ciud. y del Ve. Y Sapientimo. Sr. Dr. Dn. Francisco Despuig y Perez, presbro. nobilísimo Caballero Oriolano, Canónigo y Dignidad de Sacriste de esta Sta. Cathedral Iglª un Monasterio de Religiosas Agustinas Calzadas Observantes en una mediana antigua hermita dedicada a Sn. Sebastián Martir y a Sn. Roque.
Fray Gaspar de Saona y Sánchez, provincial de la orden en Aragón, envió a tres religiosas del convento de los Dolores de Bocairent: Magdalena Molina como priora, Gerónima Francés como superiora y Catalina Saona para el cargo de tornera.
El Revdo. Pde. Provincial Fray Gaspar de Sahona, saco del Combto. de Ntra. Sra. de los Dolores de la Villa de Bocayrente, Reyno de Valencia, tres exemplares religiosas, q. lo fueron, la Ve. Me. Soror Dña. Magdalena Molina, Priora; la Ve. Me. Soror Dña. Gerónima Francés, Superiora; y la Ve. Me. Soror Dña. Catalina Sahona, Tornera.
Según nuestro cronista llegaron el 5 de octubre de 1591 acompañadas de varios agustinos y algunos vecinos de Orihuela, donde fueron recibidas con mucho aplauso y universal regocijo.
Salieron las Fundadoras de su combento de Bocayrente, acompañadas de algunos graves Religiosos del Orden de Sn. Agustín, y de algunos Iltes. Ciudadanos de Oriha. a la que llegaron el día 5 de Octubre del año 1591.
Se apearon en la iglesia de San Agustín y de allí pasaron a la ermita de San Sebastián. Rezaron ante el mártir y entraron en la clausura tomando posesión del que sería su convento; que conservó la misma titulación.
Emblema del Monasterio y retrato de Francisco Despuig, fundador del convento. MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 6. Manuscrito. Caja Rural Central. Orihuela.
Aunque no todo fueron facilidades para el monasterio; algunos vecinos de la zona denunciaron apropiación indebida de sus solares y del terreno público; destacando especialmente el pleito sostenido con Berenguer Manresa.
Pero la nueva fundación contó con el apoyo del mismísimo Felipe II, quien escribió al Consell para ordenar su intervención ante la actitud hostil de Manresa, propietario de una era situada junto al convento.
Este Combento, en el tiempo de su fundación, tubo algunos disturbios y contratiempos, pero todo se allanó por medio de una Carta del Sr. Dn. Felipe II Rey de las Españas …
Mientras vivió, don Francisco Despuig pagó la obra del convento de su dinero y rentas; y como fundador pidió y le fue concedido, ser enterrado en «esa Santa Casa de las Esposas de Jesús Christo». La primera oriolana que ingresó fue su sobrina, llamada Eugenia Josefa Pérez.
Colocadas las Religiosas en su nuevo Monasterio comenzaron a esparcir tantos rayos de virtudes y tan suave olor de santidad, que con la fragancia de su exemplo atrajeron a muchas nobles Doncellas de esta Ciud., que bolando como abejas iban a aquel nuevo y sagrado jardín a vestir en Abito del Gran P. Sn. Agustín y vivir entre las flores de tan admirables Religiosas.
De manera que muy en breve se pobló este huerto cerrado, de purísimas Virginales Doncellas…
Sobre los restos de la vieja ermita gótica construyeron una iglesia barroca de nave única con capillas laterales, cubierta con bóvedas.
Una nota de Pepe Ojeda, fechada el 16 de noviembre de 1609, nos informa de las obras que estaban transformando la angosta ermita en iglesia; y también de como había crecido la comunidad hasta casi dos docenas de monjas.
Según reza en dicha nota, Jerónimo Cantó, provincial de los agustinos desde 1608 a 1611, ante el capítulo formado por veintitrés religiosas, ordenó hacer el coro donde antes estaba el antiguo altar mayor, cambiando totalmente su orientación.
Fragmento Plano de Orihuela. Francisco Coello (1859).Atlas de España y sus posesiones de Ultramar.
La llegada del convento cambió notablemente el aspecto de la zona. A finales del siglo XVI se reformó la Puerta de San Agustín.
Poco después se acondicionó la alameda situada a espaldas del convento que, siguiendo el trazado de la acequia del Chorro hacia la izquierda, unía San Sebastián con San Gregorio, fundado a principios del XVII.
Dotada de bancos, dicha alameda conocida como la nueva, de San Sebastián o del Chorro, era la principal zona de paseo para los oriolanos.
Se corresponde aproximadamente con la actual calle del Duque de Tamames.; y girando a la derecha, se iniciaba el Camino de Cartagena.
La acequia contaba en su recorrido con varios puentes para dar acceso al llamado Partido de Hurchillo; y dio nombre oficioso a la alameda, a la puerta, e incluso a las religiosas agustinas conocidas popularmente como «las monjas del Chorro».
En el Archivo Histórico de Orihuela localicé una reparación del puente que la vadeaba junto al convento; un apunte de 1869 en el que un carpintero llamado Leandro Sifuentes sustituyó seis palos del puente de San Agustín a la Alameda.
Imagen de San Roque conservada en el claustro de la Catedral. Y Acequia del Chorro junto a la Glorieta.
Los dulces y la fiesta de San Sebastián.
Pellas de las Agustinas de Orihuela. En saboresdeviena.blogspot.com.
La elaboración de dulces era más que una fuente de ingresos para el convento; las monjas los elaboraban para obsequiar a obispos y a benefactores.
Especiales cosas que se fabrican en este convento: Las Revdas. Madres Religiosas de este Monasterio, después de cumplir con los deberes de sus obligaciones y Horas Canónicas, cuyo oficio divino se celebra en él con mucha pausa, gravedad y decoro, se entretienen en fabricar varios dulces, como son Pellas, Tortadas, Pasteles y Sopadas.
Hasta la corte de Madrid llegaban sus productos; o al menos eso asegura Montesinos.
Pero lo más especial que sale de esta Comunidad, para la Corte de Madrid, Valencia y otras ciudades de España, son las Meladas y Barquillos, todo construido de la carne o maza de los membrillos, cogidos sazonados en los meses de Octubre y Noviembre.
El obrador de las agustinas endulzaba también la celebración de la antaño concurrida romería o porrate de San Sebastián.
Día 20 de Enero, propio de San Sebastián Mártir, Solemne fiesta con primeras y segundas Vísperas; Maytines, Misa Mayor, Sermón; a la tarde Descubierto, Siesta, Música y Villancicos; la tarde anterior se lleva el Santo a la Sta. Iglesia Cathedral; de donde a las ocho y media de la mañana, se lleva procesionalmente con el Muy Ilte. Cabildo Eclesiástico, Parroquias, Cofradía del Santo y Muy Ilte. Ciud.
Y se celebra Porrate General en su Plazuela, en donde se venden todas especies de frutas del tiempo, y muchos dulces; es regular acudir a esta función sobre dos mil personas.
Como podemos comprobar, la romería se ha mantenido durante siglos y en la actualidad se sigue celebrando.
El diario de Orihuela. 21 de enero 1887: Una novedad ha tenido este año la antigua fiesta de San Sebastián; y consiste en que no se ha rifado el borrego como desde tiempo inmemorial se ha venido haciendo.
Sentimos la omisión porque además de quitar carácter a la romería pudiera quedarse en costumbre y somos partidarios de que no desaparezcan los usos de nuestros antepasados siempre que no impidan el desarrollo y desenvolvimiento de nuestros intereses.
El diario de Orihuela. 20 de enero 1889: CRÓNICA. Pasó todo, y apenas si se escucha el eco lejano del balido lanzado al viento por el borrego rifado ayer en San Sebastián. La fiesta de este santo mártir con la de San Antón, han sido los dos sucesos que más han movido a gente en la presente semana…
… hemos notado en el presente año gran animación en ambas romerías donde, a decir verdad, los labradores hacen el negocio de los confiteros y demás vendedores, dando un mentís con su derroche de pesadas a los angustiosos lamentos de los oradores de la Liga Agraria.
La imagen de Santa Rita que se rifó en San Sebastián correspondió al número 1108 y el borrego a D. Antonio Brotóns Guillén de la calle Mayor.
Fiesta en las Eras de San Sebastián a principios del siglo XX.
Las «díscolas» agustinas de San Sebastián.
Diversas Religiosas Agustinas. MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 6. Manuscrito. Caja Rural Central. Orihuela.
La primera vez que escribí sobre las agustinas de Oriola, hace ya bastantes años, di por cierta la versión ofrecida por Juan Bautista Vilar, que hablaba del convento de San Sebastián como un refugio para jóvenes acomodadas.
Una comunidad poco dada al trabajo y a la disciplina con rentas insuficientes que las obligaba a mantenerse con ayuda exterior en contra de su regla.
Las crónicas de Montesinos tampoco las ponía en buen lugar haciendo hincapié en la bondad de los obispos que lidiaban con ellas permanentemente y cargando siempre contra las «díscolas» agustinas.
Hace poco cayó en mis manos un artículo titulado «Las agustinas oriolanas de San Sebastián: duelo con el obispo Gómez de Terán y protección real», un interesante trabajo de Inmaculada Fernández Arillaga que aporta un enfoque muy diferente.
Antes de hablar de dicho trabajo, voy a resumir la versión de los hechos que, por dos veces, cuenta Montesinos.
Primero en el tomo tercero segunda parte, dentro del capítulo de «las vidas, hechos y muertes de los obispos modernos que ha tenido la Catedral de Orihuela».
En la biografía de Juan Elías Gómez de Terán (1738-1758), Montesinos dedica veinticinco páginas al «Pleito con la comunidad de monjas religiosas calzadas del Monasterio de San Sebastián de Orihuela».
El último de los trabajos q. más acrisolaron la virtud y paciencia del Iltmo. Sr. de Teran, fue el ruidoso caso de la extracción (pro Bono Pacis) de las dos monjas Religiosas Agustinas Calzadas del Monasterio de Sn. Sebastián, extramuros de la Ciud. de Orihuela que pasó en la forma q. pasa a describir la pluma.
Armas y retrato de Juan Elías Gómez de Terán. MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 3 II. Manuscrito. Caja Rural Central. Orihuela.
Continúa en el tomo sexto que ya he citado anteriormente; en el capítulo titulado «Donde se refiere la Ilte. Fundación del Muy Exemplar convento de Sn. Sebastián Mártir de Religiosas Agustinas calzadas de esta Ciud. de Orihª».
Antes de centrarse en el pleito dejó este avance de un largo apartado que tituló: «Motivos por que este Monasterio dexo de estar sugeto a la Orden; y se sugeto al Ilte. Revdº. Ordinario de Orihª».
El Revmo. Pa. Mro. General de la Orden Fray Fulgencio Travalloni por justas causas (que insinuaré mas arriba) las dexó y renunció el combento en manos de su Santidad el Pontífice Alexandro VIII.
En él cuenta como las religiosas de San Sebastián de Orihuela, que habían permanecido sujetas «a la orden y obediencia» de San Agustín hasta finales del siglo XVII, pasaron a depender del obispo de turno.
Por justa y santa que sea una fundación, siempre tiene sus quiebras, disensiones, y a veces escándalos, como sucedió en este monasterio desde que se abrieron sus primeras sanjas para exercicio de tantas buenas Religiosas como en él florecieron.
En 1690 Fulgencio Travalloni, general de los agustinos, las «dexo y renunció el combento» en manos del Papa Alejandro VIII para que este lo traspasase al Obispado, «a la jurisdicción del ordinario».
El cronista transcribe una carta fechada en abril de ese mismo año en la que Fray Fulgencio solicitó al Papa Alexandro VIII la transferencia de la jurisdicción del convento al Obispado de Orihuela.
En dicha carta, utilizada como antecedente de lo que sucedería después, se acusaba a las monjas de desórdenes y escándalos a los que los agustinos no habían conseguido poner remedio.
Situado en el campo, fuera de los muros de la Ciudad, y sujeto a diversos desórdenes y escándalos, como se han seguido muchas veces, por el concurso de jóvenes Estudiantes y de gente ociosa como conta en los procesos.
Considerando no tener fuerza para obviarlo, especialmente por el sitio; no habiendo sido suficientes los remedios que muchas veces han usado los superiores del dicho Orden, de los cuales se han seguido controversias y pleitos…
Con estos argumentos, el «General de todo el Orden de Heremitas de San Agustín» solicitó al pontífice que acogiese bajo su potestad el monasterio de San Sebastián de Orihuela, con treinta religiosas, al que libre y espontáneamente renunciaba.
Y este lo traspasó al Obispado.El prelado oriolano Antonio Sánchez del Castellar, tomó posesión del convento el 14 de septiembre de 1690.
En vista de esta súplica, admitió el Papa Alexandro VIII la renuncia del General, y mandó por su Breve de 6 de Mayo de 1690 sugetar las Monjas inmediatamente al Ordinario Dn. Antonio Sánchez del Castellar, entoves Obispo de Oriha.
De las treinta, cinco religiosas se negaron a abandonar la obediencia de San Agustín y el obispo las trasladó a dos conventos valencianos de la orden. El resto conservó tan solo la regla y el hábito de las agustinas.
Montesinos se esfuerza en convencernos de que, ni Sánchez de Castellar (1679-1700), ni sus cuatro sucesores: José de la Torre Orumbela (1701-1712), José Espejo Cisneros (1714-1717), Salvador Rodríguez de Castelblanco (1717-1727) y José Flores Osorio (1727-1738) pudieron someter a las agustinas de Orihuela.
Siempre que los que mediaron (aquí cita a los cuatro obispos) quisieron proveer en lo q. se necesitaba de remedio, se siguieron y suscitaron los mismos ruidos, q. obligaron repetidísimas veces a impartir los Sres. Obispos el Real Auxilio, con destierros; el Rey de Caballeros y seglares; y el Obispo de Eclesiásticos.
Cuenta que dichos prelados trataron de trasladar a las más problemáticas; que probaron a entregar los cargos de responsabilidad a otras religiosas llegadas de Valencia; pero afirma que a los pocos días, éstas pidieron el regreso temiendo por su vida.
Y en dichos casos no hallaron otros medios q. el de sacar (a instancias de las Buenas) de la Clausura de este Combento a otros, las Monjas inquietas…
… de Valencia se trajeron quatro Religiosas para Priora, Superiora, Maestra de Novicias y demás principales empleos por reducir este Monasterio a la Regular Observancia, y a pocos días de estar en él, clamaron porque las restituyeran a Valencia, como así se hizo, diciendo estas no habían juzgado salir vivas.
Juan Elías Gómez de Terán. Obispo de Orihuela.
Y así llegamos a Gómez de Terán (1738-1758)en un apartado titulado «Motivos mas ruidosos en este combento, por los q. el Iltmº. Sr. Dn. Juan Elias Gomez de Teran, Obispo de esta Ciud. se vio precisado a sacar de él dos Religiosas por conservar la Paz».
Voy a tratar de resumir lo sucedido utilizando los textos de Montesinos y el informe que presentó el obispo, impreso en el Colegio Seminario de la Purissima Concepcion por Joseph Vicente Alagarda y Eísarch en 1753, titulado:
«Informacion de todos los testigos presenciales y los unicos que concurrieron, y vieron en el acto de la amocion de las dos Monjas, llamadas Sor Rosa, y Sor Josepha Guerra, del Convento de S. Sebastian de Orihuela, de Agustinas calzadas, interiname[n]te, á el de Santa Clara de la Villa de Elche: Y los mas domesticos sirvientes … Contra las muchas falsedades, que se han esparcido en desdoro del santo zelo pastoral, y del recto modo de proceder del … Obispo de esta Diocesis, su Prelado, y Ministros de su Curia».
El desencadenante del caso fue la decisión de Juan Elías Gómez de Terán de inmiscuirse en el funcionamiento del convento imponiendo a las agustinas una priora que no cumplía las normas de su regla al no haber cumplido los treinta años.
Con dispensa papal el obispo eligió a María Thomasa Martínez, por entonces maestra de novicias, para comenzar su mandato en enero de 1752.
En virtud de carta Orden del Beatísimo Padre Benedicto XIV, comunicada por su Secretario de Estado el Eminentmº. Sr. Cardenal Valenti, de 25 de Noviembre de 1751, el Iltmº. Sr. Dn. Juan Elias Gomez de Teran, eligio en Priora de este combento a la Revdª. Mdre. Dñª. Maria Thomasa Martinez, Maestra de Novicias, en 2 de Enero, de 1752 dispensando Su Santidad, no ser anciana de 30 años cumplidos.
Diversas Religiosas Agustinas. MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 6. Manuscrito. Caja Rural Central. Orihuela.
Pero las monjas se negaron a acatar dicha elección que iba contra su regla. Expresaron su aflicción y pidieron al obispo que les liberara del mandato.
Oydo por la Comunidad, respondieron las Monjas, no querían obedecer al Papa, al Sr. Obispo, ni al Provisor, por ser contra sus leyes y practica de no hacer alguna hasta los 30 años de su Edad.
Reafirmándose en su decisión, Juan Elías envió al provisor para que «fuera a poner en posesión a la electa». Pero estas lo desairaron entregándole un papel con protestas; a lo que el prelado respondió con otra carta.
Repitio S. S. Iltma. otra Carta a la Comunidad en el día 13 para q. no escandalizasen mas el mundo con su inobediencia; q. el medio era Obedecer con reserva de sus derechos y suplicar a su Santidad…
Días después admitieron la elección a regañadientes; obligando al provisor a aceptar sus protestas por escrito y pidiendo el certificado de Roma.
Y las Monjas la dieron su obediencia expresando algunas quando la abrazaban (a la electa) que lo hacían debaxo de protestas...
Una semana después, sin contar con la flamante priora, eligieron internamente a Josefa Llor y dieron poderes en Roma y Madrid para ir contra la elección. Solo reconocían a Tomasa de cara al exterior.
Montesinos menciona a una religiosa anónima que escribió al obispo pidiéndole una visita para poner remedio. Cuando se pasó por el convento, Rosa Guerra se erigió en portavoz de las agustinas, enfrentándose a Gómez de Terán.
La cuerda se fue tensando y en abril, dentro de la «Visita Eclesiástica» del convento, convocadas las religiosas por el prelado a una «Plática Espiritual», solo acudieron tres alegando el resto encontrarse enfermas.
No voy extenderme mucho más. Ni las religiosas ni el obispo dieron su brazo a torcer y las agustinas se mantuvieron en abierta rebeldía durante meses.
En julio, la anónima infiltrada (real o inventada) volvió a las andadas.
En 9 de julio del mismo año 1752 escribio una Religiosa al Provisor avisandole del nuevo escandalo q. habia en el Combento; y q. faltaba el Sufrimiento, q. viera el medio q. de habia de tomar antes q. perdieran sus almas y cuerpos.
Desde Roma pidieron explicaciones al obispo.
Monseñor Nuncio pidió informe a S. S. Iltma. con motivo del memorial presentado por las Monjas a su Santidad agraviandose de la Elección, suponiendo en el haber negado la Obediencia a la Electa, y que por las amenazas de S. S. Iltma. fueron violentadas y denunciaron el recurso a su Nuncio.
Las agustinas no querían, mientras durase el litigio, seguir sujetas al obispo de Orihuela. Preferían la jusrisdicción de Roma, del Arzobispado de Valencia, del Obispo de Cartagena o del Provincial de su orden.
Juan Elías Gómez de Terán. Obispo de Orihuela.
En diciembre, utilizando la regla de la orden para las religiosas que «se confederan y agavillan», el obispo privó de voz activa y pasiva a tres religiosas: a Josefa Llor y a las hermanas Rosa y Josefa Guerra; conminándolas a todas y a cada una en particular, con censuras.
Roma pedía al obispo que rebajase la tensión y tratase a las monjas con «amor y blandura» si quería tranquizarlas.
Por ese tiempo recibio el Sr. Obispo Carta del Eminetmo. Sr. Cardenal Valenti con fecha 9 de Noviembre de 1752 manifestandole de parte de su Santidad q. tratase a las Religiosas con amor y blandura para aquietarlas y reducirlas a la Obediencia…
Pero en febrero de 1753 les dio un ultimatum.
Pero viendo S. S. Iltma. el desprecio de tan suaves medios y que las Monjas continuaban en su contumacia con el exceso de no quererse confesar, publicando que S. S. Iltma. tenia Orden de Su Santidad para admitir la Renuncia de la Priora, tomando de esto motivo para vivir mas inobedientes, escribio en 1 de Febrero de 1753 una Carta Pastoral desengañándolas de no ser así, exhortandolas a la Paz y a la Obediencia, de todo lo qual protervas abusaron…
Desoyendo los consejos que llegaban de Roma, el prelado optó por capturar y neutralizar a las hermanas Guerra.Y lo hizo por las bravas, descerrajando puertas, violentando el monasterio y la clausura.
…Para sosegar discordias, mandó la extracción de las dos Religiosas Sr. Dñª. Rosa y Sr. Dñª. Josefa Guerra al Combento de Sta. Clara de la Villa de Elche, cuya extracción se hizo en 8 de Marzo…
«Informacion de todos los testigos presenciales y los unicos que concurrieron, y vieron en el acto de la amocion de las dos Monjas…». Imprenta del Seminario de la Purissima Concepcion, Joseph Vicente Alagarda, 1753.
En la versión de Montesinos, calcada del informe que el obispo mandó imprimir, todo empezó el 8 de marzo a las siete de la mañana.
Cumpliendo instrucciones secretas de Su Ilustrísima, comisario, síndico, capellán y dos notarios se presentaron en el torno de la puerta regular del convento. Y habiendo dicho a la tornera que avisase a la superiora, estuvieron hora y media solicitando entrar con buenos medios sin resultado.
Posteriormente la comitiva pasó a la iglesia y, tras apercibirlas con buenas palabras y amenazarlas con entrar por la fuerza, las monjas respondieron con expresiones indecorosas.
Para cumplir las órdenes del obispo trajeron a un cerrajero que reventó la puerta pequeña del Presbiterio. Al poco tiempo bajó la superiora con las hermanas Guerra y las demás quedaron «de montón en la escalera, oyendo y acechando».
Cuando trataron de sacar a las Guerra, salieron ocho o diez religiosas de las «ayradas» y olvidando su condición, se despacharon con golpes e injurias de palabra y obra, oyéndose muchas «malas voces de las monjas».
Aquellos hombres sufrieron con paciencia los insultos, los golpes, araños y tirones de cabello hasta que se entregaron las hermanas Guerra; y una vez metidas en la testera del coche de cámara del obispo, salieron por fuera de la ciudad; es decir, por la alameda hasta el convento de San Gregorio.
En San Antón descansaron y bebieron agua. Y según afirma el cronista, continuaron viaje muy contentas y dieron gracias por verse fuera de «aquel infierno de convento».
Al llegar a Elche quedaron depositadas en el convento de Santa Clara, donde las recibieron y trataron con mucho honor y explendor.
Montesinos cuenta también la versión de las agustinas; pero acusándolas de desfigurar la verdad de lo ocurrido con expresiones muy indecorosas contra su Prelado.
Las monjas declararon que, previamente, el obispo había mandado cercar el convento con gente armada negando la entrada de alimentos y médicos a las religiosas.
Que el comisario llegó a las nueve de la mañana con una turba de ministros y auxiliares que se metieron en el convento tirando al suelo a unas, maltratando a golpes, bofetadas y heridas a otras. A una le quebraron el brazo; a cuatro ancianas se les administró el Santo Viático.
A las hermanas Guerra las arrastraron violentamente para meterlas en el coche del obispo, llevándolas con ignominia sin permitirles comunicación.
Fueron puestas, no en la testera, sino en el vidrio (la testera es el asiento en que se va de frente; en el vidrio, de espaldas) y las portillas de dicho coche se cerraron con clavos.
Por la ciudad circularon muchos rumores y el gobernador pidió al obispo un informe sobre lo sucedido. Como he dicho, dicho informe fue confeccionado por la imprenta del seminario.
En él testificaron contra la versión de las monjas el maestro cerrajero, el capellán del convento, el procurador, un maestro zapatero testigo de los hechos, el mandadero del convento, el sacristán y dos médicos.
«Informacion de todos los testigos presenciales y los unicos que concurrieron, y vieron en el acto de la amocion de las dos Monjas…». Imprenta del Seminario de la Purissima Concepcion, Joseph Vicente Alagarda, 1753.
A pesar de todo el prelado no pudo con las agustinas. Las religiosas, a través de las salesas de Madrid, pidieron protección a la reina (con engaños y fingidas lágrimas a decir del cronista) y Fernando VI impuso a Gómez de Terán una especie de orden de alejamiento en forma de destierro a cuatro leguas de Orihuela.
Las Monjas viéndose perdidas acudieron con un memorial por medio de las Revdas. Religiosas del Real Monasterio de Sn. Francisco de Sales de Madrid, q. pudieron ganar con engaños y fingidas lagrimas, a la Reyna Nra. Sra. Dña. María Bárbara de Portugal, Esposa del Sr. Fernando VI de Borbón, la q. tomo tan apechos las injurias (a su parecer hechas) a las Religiosas, q. irrito el pacifico natural animo del Rey, su esposo, quien mando al consejo tomase las mas serias providencias sobre lo sucedido.
La superiora fue relevada, las hermanas Guerra volvieron al convento, las agustinas quedaron sujetas al Arzobispado de Valencia y no volvieron al Obispado de Orihuela hasta 1760, ya fallecido Gómez de Terán.
Por ordenes prontas fue depuesta la Priora, eligida otra en su lugar, el Iltmo. Sr. Obispo desterrado de su Ciud. quatro leguas.
En el trabajo que he mencionado anteriormente, titulado «Las agustinas oriolanas de San Sebastián: duelo con el obispo Gómez de Terán y protección real», Inmaculada Fernández Arillaga ha estudiado un largo expediente conservado en el Archivo Histórico Nacional; una investigación que ocupó más de cincuenta hojas manuscritas sobre el pleito.
También ha consultado las saneadas cuentas de las agustinas oriolanas y, comparadas con otros conventos locales como el de las clarisas, no ha encontrado grandes diferencias en su administración.
Con todos los documentos recopilados la autora aporta un interesante punto de vista que considera a nuestras protagonistas mujeres insumisas tratando de defender sus intereses ante los deudores y su independencia ante el abuso de autoridad de los prelados.
Relaciona los presuntos desordenes y escándalos por los que el superior de los agustinos se las había quitado de en medio en 1690, con varios pleitos suscitados por impago de rentas.
Y en las acusaciones del autoritario Gómez de Terán, obcecado en imponerles a Tomasa, ve un interesado e injusto propósito de mostrar a las agustinas como relajadas en su moralidad y privacidad, recogiendo acusaciones del obispo tan ofensivas que ni siquiera Montesinos se atrevió a reproducir.
Para resaltar algunos párrafos literales del artículo de Inmaculada me ha parecido oportuno el color violeta teniendo en cuenta que, casualmente, los sucesos que motivaron el pleito ocurrieron un 8 de marzo.
Otra de las argumentaciones del obispo, para demostrar la continuada desobediencia de estas religiosas, era que en 1747 habían entrado tres novicias al convento a cargo de una maestra muy mayor y tan delicada de salud que no cuidaba de las jóvenes con el debido celo.
Por lo que «todas las noches, sugeridas [las novicias] del diablo, corrían desnudas por el convento cuando se hallaba recogida la comunidad y con mucha libertad echaban papeles de media noche abajo a los que las galanteaban, recibiendo de los mismos otros por medio de una cuerda u ovillo de hilo, de lo cual había resultado que al explorarlas la voluntad todas dijeron querían casarse y con efecto dejaron el santo hábito.
El cronista oriolano, empeñado en cargar contra las monjas, tampoco mencionó que la ciudad apoyó a las monjas; y que, hasta la propia Tomasa impuesta por el obispo, estaba en contra de la decisión; por lo que este llegó a amenazarla.
Si no tomaba las llaves del empleo la sacaría de la cama y haría que entre dos la llevasen arrastrando a la silla y que, si alguna religiosa resistiese a su mandato, la encarcelaría en grillo.
Inmaculada Fernández termina su estupendo trabajo con la siguiente conclusión que transcribo literalmente para cerrar este capítulo a la vez que recomiendo la lectura del artículo completo.
Una importantísima victoria para las agustinas quienes no solo evidenciaron la actitud despótica del obispo, sino que, defendiendo su regla y costumbres supieron ganarse a pulso su cuestionada y siempre frágil independencia.
Lo sorprendente es que, diversos estudios históricos de este pleito muestran a estas agustinas como religiosas de cuestionable moralidad, como si el hecho de haber sabido defender sus intereses las alejara de ese papel sumiso y obediente que exigía el arbitrario obispo tendiendo a creer la versión del prelado contra la que ellas exponen y el Consejo defiende.
El resultado es una imagen deteriorada en la que el primer plano lo ocupan las «conflictivas» monjas mientras se velan las repetidas arbitrariedades y las abusivas exigencias de Gómez de Terán, sin enfocarse tampoco las llamadas de atención del propio monarca a este prelado, ni la orden de alejamiento que se le impuso.
Una especie de foto trucada que ayuda poco a comprender la realidad de la religiosidad femenina manifestada en la Orihuela de la Modernidad.
Arrabal de San Agustín. Al fondo, San Sebastián.
Siglo XVIII. Nuevo convento e iglesia.
Iglesia Monasterio de San Sebastián.Colección Javier Sánchez Portas
Antes del ruidoso proceso anteriormente narrado, el obispo Juan Elías Gómez de Terán reconstruyó la iglesia de San Sebastián.
La Iglesia primitiva era muy pequeña, y de tapias con fea disposición, la que duró hasta los años de 1737 que por amenazar ruina se huvo que demoler y hechar a tierra; y entre tanto que se construía la nueva, se formó un mediano Oratorio que sirvió hasta el 1743, que se vio concluida la presente arcada, curiosa y mediana Iglesia que hoy admiramos.
El 30 de abril de 1743 el prelado bendijo la nueva Iglesia acompañado de Ayuntamiento, Cabildo Catedralicio, Parroquias y Comunidades Religiosas.
Fuegos artificiales y las campanas de toda la Ciudad acompañaron a la procesión que transitó por las Calles de San Agustín, Rodeo, Mancebería, bajada del Puente Viejo, Plaza Nueva, San Isidro y Eras de San Sebastián.
En una carta dada en Caudete, en julio de 1749, exponiendo las obras que había hecho en beneficio de Orihuela, afirmó que la iglesia de San Sebastián no merecía el nombre de iglesia; y que con 100 pesos que la ciudad le dio y 20 el Cabildo la había dejado digna.
Retrato y escudo de Juan Elías Gómez de Terán. Colección José Manuel Dayas.
Nuestro cronista emplea una docena de folios en la descripción del templo, capillas, alhajas y enterramientos. Voy a transcribir tan solo dos párrafos.
Esta moderna Iglesia de Sn. Sebastián está situada al principio de la Alhameda llamada del Chorro, mirando acia Poniente; aunq. no es muy grande es mas que mediana, bastante capaz, alta, ancha, muy ¿?, con buenas pinturas, Tribunas de hierro y curiosos miradores.
La Capilla Mayor es algo onda, muy sumptuosa, y de superior hermosura; su Retablo se compone de unos liensos pintados por el Célebre Rev. Pe. Fray Antonio Villanueva, Francisco Observante, natural de esta Ciud. de Oriha., trabajados en el año de 1751. En ellos se ven sabiamente dibujadas preciosas Historias de la Religión Agustiniana…
El siguiente prelado, Pedro Albornoz y Tapia (1761-1767), manifestó gran predilección por las agustinas de Orihuela dotando la fundación con nuevas rentas que permitieron el derribo y la reconstrucción del convento.
Montesinos, nacido en 1745 y fallecido en 1828, fue coetáneo de la obra. Y describe así el nuevo edificio:
Está a los quatro ayres y goza del precioso medio día, es grande hermoso y muy aseado; con buenas comodidades, Oficinas, comedor, Refectorio, Cocina De profundis, Claustro, Dormitorios, Celdas, Miradores, Despensas que regularmente están bien proveídas…
Su Portería es decente; su buen torno, Aposento de Visitas, Rexas y Locutorios. La Abitación del Capellán y Sacristan están separadas, junto a la iglesia…
Tiene su grande Huerto y Jardín a medio día, con varios Árboles frutales, verzas y todo género de flores. La Obra moderna, que está al medio día, junto a la Acequia llamada del Chorro, que riega con abundancia dicho Jardín, se hizo en el año de 1768, con seis mil quinientas Libras de moneda que dexó a este Monasterio el Iltmo. Sr. Dn. Pedro Albornoz y Tapies, Obispo de esta Ciud.
A finales del siglo XVIII vivían en el edificio una veintena de monjas.En el «Actual estado que tiene la Ciudad de Orihuela en el 31 de Diciembre de 1799», apartado «Convento de San Sebastián Mártir, extramuros, de Religiosas Agustinas Calzadas», nuestro cronista nos las presenta incluidas en el siguiente listado.
Priora, Antonia Rita Pastor; Sub Priora, Margarita Pérez; Margarita Maestre, Maestra de novicias; Nicolasa Martínez, Sacristana Mayor; María Theresa Quadrado, Procuradora; Águeda Pastor, Depositaria; Sebastiana Quesada, Sacristana Menor; María Riquelme.
Vicenta Ibáñez; Josefa Ruiz Melgarejo; Joaquina Monfort; Margarita Ximenez, Vicenta Ximenez, María Brotuli; Rosa Valdivieso; Manuela Puchol y Olmo, Organista.
Religiosas Legas: Antonia Moñino, Lucía Ortiz, María Mas, Marcela Sánchez.
Capellán Director y Confesor, Francisco Martínez; Sacristán, Josef Sol; Mandadero, Silvestre Sol; y Síndico Apostólico, Francisco Serrato.
Siglos XIX-XX.
Iglesia Monasterio de San Sebastián. La Portada muestra en relieve el martirio del titular.
En 1835, con exclaustración de los carmelitas y la desamortización de todas sus propiedades, los muebles, imágenes, ornamentos y elementos sagrados del convento del Carmen fueron desalojados y distribuidos.
La sillería del coro de los carmelitas, atribuida a Juan Bautista Borja al igual que la de la catedral, fue adaptada al convento de las agustinas, donde en la actualidad permanece.
El Coro, aunque no es grande, es primoroso; con tres ventanas que caen a la Plazuela; tiene su hermosa Sillería de nogal, que se hizo por los años de 1738, con 30 asientos altos y bajos, con muchos buriles, y Santos de la Orden, todo de superior mérito; y con San Elías, San Eliseo, San Dionisio, San Alberto Patriarca…
Si Montesinos no nos engaña, originalmente estaba formada por treinta asientos, de los que sólo se conservan veintitrés. Están tallados en nogal con escenas y personajes vinculados a la orden.
El citado cronista describe en 1792 una veintena de santos y santas carmelitas comenzando por San Elías.
San Elías. Detalle del antiguo coro del convento de San Pablo. Actualmente en el de las agustinas de San Sebastián. Obra de Juan Bautista Borja siglo XVIII. Fotografía Agulló.
El monasterio y su iglesia han sufrido varias intervenciones. Tenemos constancia de una a finales del XIX, concretamante en 1988 bajo la dirección del arquitecto provincial José Ramón Más Font.
El diario de Orihuela 4 de julio 1887: Por el M. I. Sr. Gobernador Eclesiástico de la Diócesis se ha remitido a la Alcaldía una instancia de la Rvda. Madre Superiora del Monasterio de San Sebastián para que con arreglo a las disposiciones vigentes sobre reparación de templos se emita el correspondiente informe acerca del estado del indicado monasterio.
El diario de Orihuela 7 de julio 1887: Por el Ayuntamiento se ha emitido informe aprobando el expediente de reparación del monasterio de San Sebastián.
El diario de Orihuela 24 de marzo 1888: Se ha remitido al señor gobernador civil de la provincia el proyecto de reparación del monasterio de San Sebastián ya terminado por el arquitecto provincial D. Ramon Más.
El diario de Orihuela 30 de julio 1888:Por el ministro de Gracia y Justicia se han concedido 10.000 pesetas para reparaciones en el monasterio de San Sebastián…
En 1969 se procedió a otra profunda restauración del convento bajo la dirección del arquitecto Antonio Orts Orts, obras que se alargaron casi una década, de las que se conservan algunas fotografías.
Iglesia Monasterio de San Sebastián.Colección Javier Sánchez Portas.
Iglesia Monasterio de San Sebastián.Colección Javier Sánchez Portas.
Iglesia Monasterio de San Sebastián.Colección Javier Sánchez Portas.
En los ochenta se hicieron reformas para intentar controlar las grietas que aparecían en la iglesia y se modificó el aspecto de la fachada conventual. Pero las grietas volvieron a abrirse.
Iglesia Monasterio de San Sebastián.Archivo Mariano Pedrera.
Iglesia Monasterio de San Sebastián.Archivo Histórico de Orihuela. Legado Jerónimo García Servet.
La última restauración integral de la iglesia se efectuó en 2008. Dicha obra y sus autores, Miguel Louis Cereceda y Yolanda Spairani, fueron premiados por la fundación de la Comunidad Valenciana «Patronato histórico artístico de la ciudad de Orihuela».
El monasterio y la iglesia de San Sebastián están declarados Bien de Relevancia Local por la ley de Patrimonio Cultural Valenciano.
Fragmento plano de 1748, obra de Fray Antonio Villanueva: 1. Plaza del Puente. 2. Calle de San Agustín. 3. Calle de la Mancebería. 4. Plaza Nueva. 5. Calle del Molino Grande. 6. Calle de San Pascual. 7. Puerta de Magastre. 8. Calle del Bao. 9. Calle de la Acequia. 10. Calle de María de Pau. 11. Plazuela de San Agustín. 12. Convento de San Agustín. 13. Huerto de San Agustín. 14. Rodeo. 15. Alameda. 16. Camino de Hurchillo. 17. Camino de Cartagena desde la Puerta del Burdel. 18. Alameda. 19. Huertos. 20. Puerta del Burdel.
Arrabal deSan Agustín II. La Plaza Nueva.
Misa de Campaña en la Plaza de la Constitución a principios del siglo XX. Vista desde el ayuntamiento. A la izquierda la calle de San Pascual.
Lo más parecido a una plaza mayor que ha tenido Orihuela se merecía un capítulo monográfico; cuatrocientos años no han conseguido envejecer a la que siempre ha sido la plaza nueva.
Escenario para todo tipo de funciones, fue plaza del mercado, real de la feria y coso taurino; por nombrar usos añejos. En cada momento se improvisó un decorado que adaptaba su fisonomía y espacio al menester requerido.
Pero, para comenzar, me parece oportuno dar un repaso a la historia del edificio que la propició, en los albores del siglo XVII.
Plaza Nueva 1. El Pósito.
Restitución ideal del edificio del Pósito dibujado por Mario Gómez.
El diccionario de la Real Academia define pósito como una institución de carácter municipal, de muy antiguo origen, dedicada a hacer acopio de cereales, principalmente de trigo, y prestarlos en condiciones módicas a labradores y vecinos durante los meses de escasez.
También se refiere al lugar destinado a guardar el grano de dicho pósito; el edificio donde el municipio almacenaba sus reservas de trigo.
A pesar de ser una de las zonas con más riesgo de inundación, a principios del siglo XVII la falta de espacio en el casco obligó a sacar esta dependencia municipal al arrabal de San Agustín.
La controvertida decisión de trasladar el granero del trigo desde la plaza de Santa Justa al Arrabal Mayor y el derribo de varias casas para ganar espacio y ventilación, tuvo como consecuencia la creación de la Plaza Nueva.
Fragmento plano de 1748, obra de Fray Antonio Villanueva.
El proceso se desarrolló durante el primer tercio del siglo XVII y está magistralmente explicado por José Ojeda Nieto en su obra «Orihuela Imaginada», a la que corresponden los siguientes párrafos.
En 1607, impulsado quizá por la desastrosa situación alimenticia vivida por la ciudad en el interludio del cambio de siglo, el Consell terminó de edificar un pósito en el arrabal Mayor, para almacenar el trigo con el que hacer frente a los años críticos…
Se eligió como lugar «lo Rabal prop lo pes de la farina», antigua casa que la ciudad había comprado en 1567 para «fer lo pes», a la bajada del puente, entre las calles San Agustín y María de Pau.
Colindante con ella, se adquirieron unas casas que fueron acondicionadas para «posar lo forme[n]t del dit posit e cambra»…
El edificio, de construcción sencilla, limitaría al sur con la casa del «pesso o contraste», al norte, con la plazuela del Puente, al levante, con la calle María de Pau, a la que se le irán derribando casas para hacer la futura Plaza Nueva…
Terminado de edificar en 1607 el edificio del Pósito fue renovado siglo y medio después.
Obras del pósito. Octubre de 1755. Archivo Municipal de Orihuela.
En el Archivo Municipal se conservan los Capítulos y Condiciones por las que Joseph Vicente Alcayde, Alcalde Mayor y Teniente de Corregidor de Orihuela dio en arrendamiento la construcción de la obra del nuevo pósito que había de fabricarse reedificándolo en el mismo sitio, a 18 de octubre de 1755.
Lo hacía en virtud de superior orden del Ilmo. Sr. Marqués del Campo de Villar, consejero de Su Majestad, en quien residía la jurisdicción y conocimiento de la conservación y aumento de los Pósitos de España, sus reparaciones y obras.
Cada detalle de su construcción quedó reflejado en los catorce folios que componen el documento acompañado de planos a color.
Especificando hasta las «redes de hilo de yerro» en las ventanas para evitar que los pájaros se comieran el trigo.
Plano del pósito en octubre de 1755. Archivo Municipal de Orihuela.Explicación de esta planta: Núm. 1. Porches en la puerta del Pósito para vender granos al común. Núm. 2. Puerta del Pósito. Núm. 3. La escalera para subir al segundo piso. Núm. 4. Las vigas. Núm. 5. Las ventanas. Núm. 6. El callejón que se halla a la parte del Poniente para la ventilación de aires. Núm. 7. La Tramontana. Núm. 8. El Levante. Núm. 9. El conducto para arrojar las aguas del callejón, que saldrán por bajo la escalera. Núm. 10. Pilares.
La persona en quien quedase celebrado el remate tenía que derribar todas la bóvedas y arcos del antiguo pósito hasta el piso de las ventanas que estaban desplomadas, quedando las ruinas de la antigua fábrica a beneficio del arrendador.
También debía hacerse cargo de poner piedra, madera, yeso y todos los demás materiales de buena calidad; y la arena para la mezcla del mortero con cal, de rambla corrida, para evitar la tierra.
MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 1. Manuscrito. Caja Rural Central. Orihuela. Autorretrato y primera página.
Así describió el Pósito Joseph Montesinos en el primer libro de su Compendio Histórico a finales del XVIII, cuatro décadas después de ser reedificado.
Real Pósito de Granos: El Real Pósito de granos q. tiene esta orcelitana Ciudad es en lo material y formal, uno de los mas principales y hermosos q. tiene este Reyno de Valencia.
Su fachada es la mayor parte de piedra blanca (la q. siguiendo el orden por el medio-dia) de la Plaza Nueva, le sirve a esta de primor y hermosura.
La hacen muy vistosa sobre su Puerta unica principal los grandes, y primorosos escudos de luciente piedra negra javalina, en los q. con la mejor sutileza del Arte, estan de perfecta escultura las Armas de España, y las de esta Ciud. de Orihª.
Conjunto heráldico realizado en piedra jabalina en 1607. Procede de la fachada Norte del antiguo Pósito situado en la Plaza Nueva. Posteriormente ayuntamiento. Y cuando este fue derribado se trasladó al Palacio de Arneva. En el centro el escudo de Aragón, Nápoles y Sicilia; flanqueado por dos orioles.Fotografía Francisco Luis Galiano Moreno.
Al lado derecho se ve la Justicia en forma de una generosa doncella de hermosa pintura con una espada desnuda y un rotulo latín q. dice: IVSTITIA. Al izquierdo esta en la misma forma la Razon, con una Balanza o peso, y la presente inscripcion Latina: RATIO.
Baxo de todo lo expuesto, y sobre la puerta se halla una piedra negra cuadrada, que en su centro con bellas letras de oro se lee la presente Inscripcion Castellana, q. fielmte. copiada dice asi: Real Obra del Posito de Granos De esta Ciudad de Orihuela, q. se debe Al piadoso zelo del Ilustre Señor Marques del Campo del Villar Superintendente General de los Positos de España; A Direccion e Instancia del Doctor Dn. Josef Vicente Alcayde, su Alcalde Mayor. Año De M. DCC. LVII…
No voy a extendermer más con el tema. Pinchando sobre la siguiente imágen podéis descargar un completo artículo publicado por mi buena amiga Sara Gómez Duréndez con el título «Arquitectura civil en Orihuela en el siglo XVIII: El pósito y el contraste». A él pertenecen los dos dibujos de Mario Gómez.
Enlace al artículo de Sara Gómez.Pósito y Contraste de Orihuela en su entorno. Orihuela. 1755. Dibujo de Mario Gómez.
Plaza Nueva 2. La Casa Consistorial.
El ayuntamiento un 17 de julio de principios del siglo XX. Celebrando las fiestas de la Reconquista. Colección Javier Sánchez Portas.
A mediados del siglo XIX el añejo edificio de la Plaza Nueva cambió su función para albergar, nada menos, que la Casa Consistorial.
El 15 de octubre de 1834 una tremenda riada se llevó el Puente de Poniente. Tres días después la primitiva Casa Consistorial, desprovista de apoyo, corrió su misma suerte.
Esto ya lo conté en una entrega anterior a la que podéis acceder pinchando sobre la siguiente imagen.
La antigua Sala del Consell o Casa Consistorial en el Puente de Poniente. Dibujo de Pepe Sarabia. Enlace a artículo.
Todo lo que quedó en pie hubo de ser demolido y se confeccionó un «Expediente sobre reparación o reedificación de la Casa antigua Consistorial de esta ciudad».
Pero la obra fue desechada por falta de capital para sufragarla y tuvieron que improvisar.
Casa Consistorial de Orihuela. Colección Javier Sánchez Portas.
Las circunstancias del traslado del ayuntamiento a la Plaza Nueva quedaron detalladas en las Memorias de Orihuela del Canónigo Juan Alfonso de Alburquerque (1829-1854), de las que he extraído algunos párrafos.
… Se arruinó la antigua casa consistorial de esta Ciudad el día 18 de octubre de 1834. Desde entonces tuvo alquilada alguna casa particular el Ayuntamiento para su sesión. Oficinas y demás.
Pero después de varias proyectó para construir una propia al efecto. Determinó hacerla tomando la mayor parte del espacioso Pósito de granos, situado en un ángulo de la Plaza Nueva.
Se ejecutó el plan bajo la dirección de D. Alberto Herreros, arquitecto establecido en esta Ciudad, aunque no con toda la extensión que él lo delineó, por falta de caudales.
La riada antes citada afectó también al Palacio Episcopal. Con el obispo expatriado derribaron un tercio del edificio, la parte que daba al río.
Y sus maderas, ventanas, balcones, pavimento y cantería se utilizaron en la reforma y adaptación del pósito.También se reutilizaron las gradas de los presbiterios de la Trinidad y del Carmen. Y la puerta del antiguo ayuntamiento.
El Ayuntamiento a principios del siglo XX. Colección Javier Sánchez Portas.
Resultó un edificio de unos 300 metros cuadrados que, aprovechando el cumpleaños de la reina Isabel, se inauguró con pomposa ceremonia.
Concluida la nueva Casa Consistorial, determinó el Ayuntamiento hacer a ella su traslación solemne el día 10 del mes de octubre de este año 1843, en celebridad de ser el cumpleaños de nuestra Augusta Reina Dª Isabel II…
El Ayuntamiento en los años treinta del siglo XX.
En 1967 el añejo edificio fue declarado en ruina y las dependencias municipales se trasladaron al palacio del Marqués de Arneva.
Tras una cesión de ida y vuelta al Estado, el edificio fue permutado por el palacio de Ruvalcaba, entonces propiedad de la Caja de Ahorros Provincial de Alicante.
En un principio había quedado en manos del Ministerio de Cultura para ser rehabilitado. Pero al no ejecutarse el proyecto, el inmueble volvió a manos del Ayuntamiento oriolano en el verano de 1976.
Permaneció un tiempo cerrado y abandonado; con valiosos documentos en su interior que fueron milagrosamente recuperados y hoy forman parte del Archivo Municipal.
En 1981 fue desmontado y demolido.
Casa Consistorial en los años cuarenta. Archivo Celia Senén. Y a principios de los ochenta, preparando el criminal derribo del edificio. Archivo Carmelo Illescas.
Desde 1901 el edificio contaba con un reloj municipal adquirido por 2.300 pesetas, aparato que despojó de dicho título al reloj de Santa Justa.
El Oriol 8 de septiembre 1900: En la última y extraordinaria sesión celebrada por nuestro Ayuntamiento, el sábado 1° de los corrientes, se acordó la adquisición de un reloj de torre, para colocarlo en la Casa Consistorial.
Reloj Municipal a principios del siglo XX. Detalle de una fotografía de la Colección Javier Sánchez Portas.
El oriol. 15 de marzo 1901: El pasado martes se comenzaron en la casa ayuntamiento los trabajos para la colocación del reloj. Ahora resulta que el tan esperado cronómetro municipal no es de veinticuatro horas como exige la hora oficial y el progreso de los tiempos, sino de doce horas, como los antiguos relojes del siglo XIX.
Dicho reloj funcionó hasta el año 1978 y se recuperó en 1999 para ser de nuevo abandonado.
Plaza de la Centuria Romana. Fotografías de Francisco Luis Galiano y Gaspar Poveda.
Lo que queda de él, restaurado en 2014, permanece en la plaza de la Centuria Romana.
Plaza Nueva 3. Siglos XVII-XVIII.
Plaza de la Constitución y Casas Consistoriales a principios del siglo XX. Colección Jesús R. Tejuelo.
Como ya he citado en el punto anterior, la construcción del Pósito a principios del siglo XVII y el posterior derribo de las casas situadas frente a él impulsaron la creación de la Plaza Nueva.
Fragmento plano de 1748, obra de Fray Antonio Villanueva.
Para conseguir el terreno y la ventilación necesaria fueron demoliendo casas y acortando la calle María de Pau (actualmente San Isidro) que, desde la Plazuela de San Agustín, atravesaba el arrabal hasta la calle del Molino.
Este proceso de derribos terminó en 1630.Antes de finalizar la centuria, la Plaza Nueva había desplazado a la Mayor y a la del Puente.
En el nuevo espacio se celebraban los alardes, las fiestas, las corridas de toros, etc.
Plaza de la Constitución a principios del siglo XX. Colección Javier Sánchez Portas.
Montesinos le dedicó algunos párrafos en el primer libro del «Compendio histórico geográfico de la fundación de la ciudad de Orihuela».
Plazas Principales de Orihuela. 1. La Plaza nueva, situada en el Arrabal de Sn. Agustín; es grande, hermosa, magnífica y aseada, con primorosas casas, muchos Balcones de hierro y miradores; en ella se hacen los Toros de muerte, Reales y corridos; la Feria; y el Mercado en los Meses de Mayo, Junio, Julio, Agosto, Septiembre y Octubre.
En ella se practica la Real Jura y Proclamación de Nros. Soberanos Augustos Monarcas de España; se hacen los Sorteos de Quintas; las funebres Catastrofes de Tablada y Patibulo para los q. mueren ahorcados, degollados o con garrote; y finalmte. qualquiera otro acto propio de la Policia.
En ella se hace el diario comercio de Maderas, Cal, Yeso, Carbon y Carrizos, de q. se abastece la Ciudad.
Plaza Nueva 4. Siglo XIX.
El antiguo edificio del Pósito adaptado como Casa Consistorial.Principios del siglo XX.
Durante el siglo XIX acogió todo tipo de actos públicos. Estos párrafos forman parte de un arrendamiento de corridas de toros en el primer tercio de dicha centuria, cuando la llamaban Plaza Real y seguía conservando el edificio del Pósitoy el Contraste.
La plaza se construirá en la denominada Real por sitio más acomodado y equitativo, siendo obligación del arrendador quitar los asientos que hay en ella depositándolos donde se le designe, y terraplenar el sitio con toda perfección, cerrar con madera las puertas o boquetes de las calles para abocar a la misma….
Sobre la puerta del contraste formará un tablado muy capaz vestido y adornado por el arrendador para la colocación del Ilustre Ayuntamiento y sus dependientes, y desde este hasta la esquina del Pósito construirá palcos más pequeños.
Asiento habitual de la feria de agosto, en 1886 el Consistorio decidió experimentar trasladándola a la flamante glorieta y adelantándola al mes de julio.
El nuevo emplazamiento, de nuevo en agosto, se mantuvo durante los años 1887 y 1888.
En 1889, por deseo de los feriantes, el «real de la feria» volvió a la Plaza Nueva y así se mantuvo cuatro décadas más a pesar de la prensa local que, periódicamente, insistía en su traslado.
El Thader. 24 de julio 1895: Se nos asegura que la próxima feria se instalará en la Plaza de la Constitución, siguiendo la costumbre de nuestros antepasados. ¿Por qué no se hace el emplazamiento de las casetas en el trozo de carretera de la estación que linda con la glorieta? Aquello resultaría más elegante, más fresco, más poético y menos anticuado…
Durante el siglo XIX fue asiento también de circos, castillos de fuegos artificiales, teatros y todo tipo de espectáculos ambulantes.
El martes. 21 de mayo 1885: Los espectáculos a voluntad del público que vienen sucediéndose en la Plaza Nueva, donde una compañía de gimnastas nos recuerda los antiguos tiempos en que la dicha plaza era el lugar de las corridas de toros y de los muertos torneos…
El día. 23 de junio 1887: Se ha establecido en la Plaza Nueva un Tío Vivo con coches y caballitos que es el punto de reunión y solaz de los muchachos desde la puesta de sol hasta las 10 o las 11 de la noche.
El día. 25 de diciembre 1887: Hoy se inaugurará el magnífico museo de figuras de cera establecido en la Plaza Nueva. Según informes de personas que han visitado dicho museo durante su instalación, la colección de figuras es escogida y numerosa, contando con variados grupos que representan las escenas más notables de nuestras guerras contemporáneas, copias de algunos cuadros notables y un gabinete reservado para caballeros.
Las dos últimas décadas del XIX la plaza tuvo un ilustre inquilino. En un pedestal rodeado por una verja se homenajeó al filántropo José María Muñoz.
El Diario de Orihuela. Del 2 al 28 de julio 1886: Vista la instancia dirigida a este ministerio con fecha 26 de Mayo, por una comisión creada al efecto se ha puesto a disposición de la municipalidad de Orihuela una estatua de bronce para perpetuar la memoria del Excmo. Sr. D. José María Muñoz, que tanto contribuyó con su donativo a aliviar la situación de los perjudicados en la inundación del 15 de octubre de 1879.
Recibida en la Alcaldía la Real Orden autorizando al Ayuntamiento para colocar en la Plaza de la Constitución la estatua del Excmo. Sr. Muñoz. La comisión, ha acordado sacar a pública subasta el 29 de los ctes. de 10 a 10 y media de la mañana, las obras de cantería que han de formar el pedestal sobre que descanse la estatua de dicho señor, con arreglo al pliego de condiciones expuesto en la Alcaldía. Será por pliegos cerrados bajo el tipo de 1.150 ptas.
La Junta que tiene a su cargo la ejecución de las obras para la colocación en la Plaza Nueva de la estatua del Excmo. Sr. D. José María Muñoz, publicará en unos días el pliego de condiciones para dichas obras (…) Tan pronto como empiecen las obras de colocación de la estatua de Muñoz, se trasladará la farola que hoy existe en la plaza de la Constitución a la Plaza de Monserrate…
No voy a extenderme más con este asunto que ya traté en su biografía. Para más información, pinchad sobre la siguiente imagen.
José María Muñoz. 1879. «La Ilustración española y americana». Enlace a su biografía.
La inauguración de la estatua de Muñoz obligó a adecentar un poco la Plaza: acarreo de escombros, grava prensada, bancos de Piedra, nuevos jardincillos…
Tambien se trató, con escaso éxito, de reubicar los carros de transporte público.
El diario de Orihuela. 7 de marzo 1887: Por la Alcaldía se ha dispuesto que los carritos de trasporte que antes se estacionaban en la plaza de la Constitución lo hagan en lo sucesivo en la plaza del Carmen.
El día. 22 enero 1888: Siempre ha sido costumbre que los carruajes de menor cuantía dedicados exclusivamente para verificar transportes se situaran en la Plaza Nueva, punto céntrico de la población con anchura suficiente para no molestar el tránsito de los demás carruajes.
En las postrimerías del siglo XIX arreciaron las quejas por el mal estado de la plaza y por los costosos e inútiles parches que el ayuntamiento improvisaba.
Periódicamente se convertía en «lodazal indecente», «barrizal inmundo» o «laguna solo apta para barcas».
El independiente. 29 de marzo 1892: Las calles de nuestra ciudad, han vuelto a ponerse intransitables con la lluvia de ayer. La plaza de la Constitución a la que se han echado hace pocos días unos cuantos capazos de graba en los baches, única operación a la que hoy se reduce el arreglo de nuestras calles, está en estado deplorable.
«El pueblo». 28 de noviembre 1892. Aspecto de la plaza Nueva después de haber llovido.
El pueblo. 28 de noviembre 1892: INSTANTANEAS. Nuestras calles. Aspecto de la plaza Nueva después de haber llovido. Esto quiere decir que urge derribar casas para tener ruina que echar en dicha plaza y así poder levantar el piso de la misma hasta que no se le vea a D. José Mª Muñoz sino sus figurados…. pel…. cabellos.
La Margarita. 20 julio 1893: ¿Por qué en esta pobre ciudad, cuando se emprende cualquier reforma no se ven sus ventajas y perjuicios a fin de no deshacer hoy lo que ayer se hizo? ¿Por qué no miran nuestras autoridades que el dinero municipal no debe de gastarse inútilmente?
Nos referimos a la Plaza Nueva, en la que hace poco tiempo se elevó el piso de parte de ella, para ahora (según parece) quitarlo, para dejarlo en el mismo estado que estaba antes. Y el dinero que costó para hacer el lomo y el gastado para después quitarlo, se ha tirado en balde. No tejerían y destejerían tanto nuestros alcaldes si de su bolsillo salieran los tejidos.
El Thader. 1 de octubre 1895: ¡Orihuela puerto de mar! pensé mirando momentos después del diluvio el comienzo de la Plaza Nueva y fin de la calle de San Pascual. Se podía instalar un balneario si no para ahora, para el año próximo. Los aficionados a la natación estarían de enhorabuena; para nadar se necesita agua; y allí, no se hace pie.
Plaza de la Constitución. Semana Santa 1902. Colección Javier Sánchez Portas.
Plaza Nueva 5. Pimer cuarto del siglo XX.
Plaza de la Constitución a principios del siglo XX. Colección Javier Sánchez Portas.
En el otoño de 1900 el Ayuntamiento cambió al señor Muñoz por una fuente pública que fue bendecida, en enero del año siguiente, por un canónigo en representación del obispo.
El ilustre filántropo fue trasladado a la Plaza de Monserrate.
José María Muñoz en la Plaza de Monserrate.
Además de circos, tómbolas, verbenas, misas de campaña, museos de cera, casas de fieras, castillos pirotécnicos y globos aerostáticos, como novedad, en los primeros años del siglo XX se instalaron pabellones temporales para la exhibición del cinematógrafo con gran éxito de público.
La voz de la comarca. 29 de octubre 1902: El cinematógrafo instalado en la plaza de la Constitución se ve todas las noches concurridísimo contando a llenos por secciones. Este lleva cuadros verdaderamente notables y que causan la admiración del público, pudiendo citar entre ellos Erupción de Monte-pelado, Llegada de un tren a París, El templo de la magia, La cenicienta, Barba azul y otros que irán estrenándose.
Unión republicana. 12 de noviembre 1903: El cinematógrafo instalado en la Plaza Nueva es como pocos se han visto en Orihuela. La variación de cuadros, así como la falta de oscilaciones que en nada molestan la vista, hacen pasar un rato delicioso. Anoche y anteanoche se vio en extremo concurrido.
La Comarca. 14 de noviembre 1903: Cada noche es más numeroso el público que asiste a las ficciones del Cinematógrafo que los hermanos Carreño, de Cartagena, han instalado en la Plaza de la Constitución. La concurrencia sale todas las noches del salón satisfecha de este bonito espectáculo de gran entretenimiento y buen gusto. Los hermanos Carreño están presentando hermosas películas de última novedad y de gran sensación.
Tengo constancia de diversos barracones como el de la fotografía siguiente, instalados concretamente entre los años 1902 y 1906.
Cinematógrafo instalado en la Plaza de la Constitución.
Posteriormente organizaron, sobre todo durante la feria, sesiones veraniegas de cinematógrafo al aire libre.
Pero la plaza se seguía inundándose cada dos por tres arrasando cualquier intento de mejorarla.
La comarca. 22 de enero 1903: Con motivo de las actuales lluvias se han quedado las calles de nuestra población en un estado imposible de transitar por ellas. Suponemos que nuestro ayuntamiento no celebrará ya sesiones hasta el verano.
Y decimos esto porque, a la casa del pueblo, se hace imposible el acceso, como no sea con barcas; tal es el estado de la plaza de la Constitución. Y si naufragase una lancha y sucediera una desgracia a alguno de nuestros ediles ¡qué pérdida para la patria! …
El conquistador. 23 de diciembre 1916: Después de la inundación del 30 del pasado noviembre en las calles se ha apartado el fango; sin duda para que se solidifique y se pulverice. A esto tan antihigiénico hay que añadir también algo antiestético: y ese algo es la Plaza de la Constitución.
En esa Plaza — y nada nuevo decimos porque todos lo sabemos — al bajar el agua, se apartó el fango hacia el frente comprendido entre las Calles de Santa Cecilia y San Isidro, al paso que se rellenó de grava el frente del Ayuntamiento y una faja hasta la desembocadura de la Calle de S. Pascual, resultando de ello intransitables los demás tramos de la Plaza, que gozan gracias al Sr. Alcalde, de un palmo de fango…
Fracasado el intento de llevarla de nuevo a la Glorieta y los andenes en 1907, durante las dos primeras décadas del siglo XX las casetas y atracciones de la feria de agosto se siguieron instalando en la Plaza Nueva.
La Huerta. 31 de julio 1907: La feria se instalará, como otros años en la plaza Nueva. Así lo han solicitado los feriantes, de nuestra Excelentísima Corporación municipal. Esta ha concedido enseguida lo que pedían aquellos sin detenerse en nimiedades ni aferrarse en una opinión.
Ha hecho bien. Cuando esos mismos comerciantes que muchos años han venido concurriendo con sus géneros a nuestra feria piden que las casetas se pongan en la plaza Nueva, tienen sus razones. El paseo de la Glorieta y el paseo de la estación son sitios muy húmedos y se distancian algún tanto del Centro de la ciudad.
Precisamente en ese año 1907 abrió sus puertas toda una institución oriolana: el Café Colón.
La Huerta, Número 98 – 1907 agosto 2: CAFÉ COLÓN Nuestro estimado amigo el popular Juan Rogel abrió anoche un nuevo y espacioso centro de recreo en la plaza de la Constitución número 15, con el título de Café Colón. El salón-café que, como hemos dicho, es muy amplio y excelentemente ventilado luce una decoración a la «dernier» en la que no se han escatimado ni los sacrificios ni los gastos.
Para más información pinchad sobre la imagen.
Juan Rogel Botá en el Café Colón. Colección José María Piñeiro.Enlace a Biografía.
La vega. 20 de agosto 1916: Cosas de la feria. En la Plaza Nueva, unos focos de luz potente arrojan su claridad sobre la adornada plaza de la Constitución en donde una chillería ensordecedora de pitos, bocinas, organillos y reclamos de los vendedores, que anuncian sus mercancías como únicas por lo buenas, bonitas y baratas, atruenan nuestros oídos…
Plaza de la Constitución. Semana Santa 1902. Colección Javier Sánchez Portas.
Plaza Nueva 6. El jardín elevado.
El aspecto actual de la Plaza Nueva con su elevado jardín modernista es fruto de las obras emprendidas por el prolífico alcalde Francisco Díe Losada; el famoso «Paco Díe».
Francisco Díe Losada. Enlace a su biografía.
Durante la Dictadura de Primo de Rivera la Plaza Nueva sufrió dos remodelaciones. La primera, en 1925, no sé si tuvo que ver con las inundaciones sufridas en 1924.
Así quedó registrada en el semanario «El Pueblo», revisado por la censura militar.
El pueblo. 23 de febrero 1925: Tenemos entendido que en la Plaza Nueva se colocará en breve una fuente fantástica que hermoseará notablemente dicha gran vía. Dicen que se construye de piedra blanca de las canteras de Hurchillo, material de gran duración y de gran efecto. Nuestra cordial felicitación a los dichosos vecinos de la referida plaza.
El pueblo. 2 de marzo 1925:¿Qué es eso que están haciendo en la Plaza Nueva; Pepe? —Pues una fuente fantástica. —¿Y para qué sirve eso? —Eso sirve de adorne, que en Orihuela no hay ninguna y en todas partes las hay, muy artísticas y muy bonitas…
Plaza de la Constitución en 1925/26. Recién remodelada con la nueva fuente. Colección Javier Sánchez Portas.
En la Sesión del Pleno del Ayuntamiento celebrada el 11 de mayo de 1926, dentro del plan de mejoras generales, se aprobó una partida de 5.072 pesetas para la instalación de un jardín con obras de fábrica y adorno en la Plaza de la Constitución.
La segunda y definitiva remodelación, a prueba de inundaciones, comenzó a finales de 1927.
Las obras de embellecimiento de la Plaza Nueva, a cargo de la Comisión de Paseos y Arbolados Jardines, continuaron a buen paso durante el primer trimestre de 1928.
Tras una pausa por las fiestas de Semana Santa, la prensa nos ofreció una pequeña descripción del proyecto.
Actualidad 12 de abril 1928: Pasadas las fiestas de estos días han vuelto a trabajarse, con mayor ahínco si cabe, en la plausible reforma que se está llevando a cabo en la Plaza de la Constitución.
No solamente por embellecimiento de la Ciudad sino para prevenir punto tan céntrico contra las inundaciones inevitables; es esta una mejora aplaudida sin reservas.
Levantado en más de un metro el suelo, circundan la fuente jardines de moderna traza que se veránhermoseados con la terminación de los artísticos vanos ya emplazados, de factura igual a los existentes en el Parque de María Luisa y Viveros de Sevilla y Valencia.
Parece que no tenían un proyecto cerrado y le fueron añadiendo elementos durante los dos años que duraron las obras.
Por ejempo, cambiaron los bancos de piedra por otros de azulejo; y la fuente de las ranas, que habían instalado hacía tres años, fue trasladada a la Glorieta.
Actualidad. 12 de abril 1928: Que en la plaza de la constitución no pueden dormir los vecinos… …Que esto es debido al cantar de las ranas… …Que este canto es mucho más intenso durante la noche… porque como sale la luna… : …Que debían desaparecer las ranas… …Que el mejor remedio sería que desapareciese también la fuente por dos razones: porque muerto el perro se acabó la rana… y porque es de muy mal gusto… …Que dentro del carácter humorista de esta sección este «se dice» va en serio…
En su lugar colocaron la espectacular farola central que al día de hoy se mantiene.
El pueblo. 23 de abril 1928: Nos han dicho que la fuente de la plaza de la Constitución se va a trasladar al jardín de la Glorieta y que en lugar de aquella se colocarán unos faroles artísticos, a cuya base se adosará un banco circular, amplio y artístico.
Todo el conjunto estaba inspirado en el modernismo catalán, corriente artística que expandió su influencia a principios del siglo XX.
La flamante Plaza Nueva al iniciarse la Segunda República. Colección Esteban Sanmartín.
Desde su muerte, acaecida en 1919, se habló de un monumento en honor a Agrasot en la Plaza Nueva.
Actualidad. 3 de mayo de 1928: Con lentitud que denota meticulosidad administrativa, vemos ir adelantando las obras del jardín de la plaza de la Constitución.
Estas obras atraviesan hoy por el envidiable período de su existencia, en que, siendo ya una realidad bellamente innegable, son susceptibles todavía de reformas en su planta y de modificaciones en su futura perspectiva, es decir, que estando ya en ejecución las bases de su proyecto admite en la determinación de sus detalles cuantas iniciativas sean dignas de llevarse a cabo.
Se nos ocurre lanzar una idea, ha tiempo concebida que, si es acogida con la solicitud que su naturaleza merece, coadyuvará eficazmente a hermosear el resto de la obra y dará un rotundo mentís a la creencia, bastante extendida por desgracia, de que Orihuela carece de sensibilidad artística y aun patriótica……
Nuestro excelso Agrasot, que con su pincel mágico supo elevar a gran altura el arte español en general, supo también aumentar la sonoridad que artísticamente pudiera tener el nombre de Orihuela…
… Esos jardines, hoy en la primera etapa de su génesis, son a nuestro juicio el lugar más adecuado para servir de escenario a ese acto de desagravio a la memoria del gran maestro y de reivindicación de nuestra sensibilidad colectiva…
Pero Joaquín Agrasot tuvo que esperar casi un siglo. En marzo de 2019 quedó inaugurado un busto dedicado al ilustre pintor oriolano en la Plaza Nueva de Orihuela.
Agrasot en la Plaza Nueva de Orihuela. Fotografía JM Dayas. Enlace al último capítulo de su biografía.
El pueblo. 23 de julio 1928: Se encuentran bastante adelantadas las obras del jardín de la Plaza de la Constitución, siendo de la admiración de todos los elegantes bancos de azulejos y otros detalles que han de adornar dicho jardín mereciendo por ello nuestra primera autoridad a una vez más, nuestro sincero aplauso.
En 1929 la plaza estaba completamente urbanizada y ajardinada.
En junio, el semanario «Actualidad» publicó un poema del jovencísimo panadero de la calle Arriba, Carlos Fenoll Felices. Se titulaba «Canto al nuevo jardín oriolano».
Jardín bello y fragante, lleno de luz y poesía, tu aroma penetrante ilumina, a cada instante, las musas del alma mía. Sentado tranquilamente en un banco de azulejos, oigo cantar en tu fuente al agua, que dulcemente eleva al cielo sus dejos. De mil colores vestido como el árabe galante; y de amores mil, surtido estas tú, gracioso nido de la dama y el amante….
Como perlas y diamantes tus flores brillan graciosas; y en la tarde agonizante siéntense a muy distante sus fragancias olorosas. La tarde, lenta agoniza… Crepúsculo, calma, flores… el perfume de la brisa atrae a bella y castiza gente: Juventud, amores… ¡Bello jardín oriolano lleno de luz y poesía, tu estilo tan sevillano hácete más soberano ¡en la santa tierra mía! C. FENOLL. Orihuela, 3-IV-29.
La Plaza Nueva durante la Segunda República.
En mayo de 1929 el mercado de los martes volvió a la Plaza Nueva y calles adyacentes.
Renacer. 28 de noviembre 1929: Aunque a «paso de tortuga» cierto es que el jardincito de la Plaza de la Constitución está casi terminado hasta en sus detalles. Admirando sus bellezas días pasados recordamos la mansión de los muertos, porque en verdad hay allí unos barómetros o termómetros con sus columnas y pilares que asustarían de noche al Tenorio de Zorrilla. Pero cada artista «tié» sus gustos y cada ciudadano los propios.
Bancos de la Plaza Nueva en 1929. Colección JM Dayas. Y farola en el siglo XXI. Victor Sarabia.
Como nota curiosa los elementos situados frente a la farola fueron calificados por la prensa como «observatorio meteorológico».
Actualidad. 19 de diciembre 1929: Máxima y Mínima. Indudablemente ha sido un gran acierto la instalación, en el jardín de la plaza de la Constitución, de la formidable batería de aparatos registradores del tiempo y sus incidencias con que se ha dotado a la más céntrica y más engalanada de nuestras plazas.
La temperatura, la presión barométrica, etc. quedan de este modo patentizadas y expuestas a la pública curiosidad… Nos parece de perlas nuestro flamante, rudimentario y público «observatorio meteorológico»…
La Plaza Nueva en el siglo XXI. Manuel Francisco Rodríguez.
La Plaza Nueva 7. Rotulación.
Padrón de Sal y Muro 1629. Archivo Municipal de Orihuela.
En el asunto de la rotulación Ernesto Gisbert en su «Historia de Orihuela» sólo aportatres nombres.
La plaza de la Constitución, en un corto tiempo de la República Federal y ordinariamente llamada Nueva.
Pero tuvo algunos más: durante el siglo XVII esta plaza fue citada como Plaça del Raval, Nova del Mercat o del Pósito, quedando asentado el topónimo Placa Nova.
Padrones de Sal y Muro y de Vecinos. 1636-1660. Archivo Municipal de Orihuela.
Padrones de Sal y Muro y de Vecinos. 1636-1660. Archivo Municipal de Orihuela.
En los repartos del siglo XVIII, ya en castellano, figura siempre como Plaza/Plasa Nueva/Nueba.
Repartos del Real Equivalente de 1714 y 1719. Archivo Municipal de Orihuela.
A partir del siglo XIX sus nombres quedaron supeditados a los cambios políticos y los ha compartido con otras muchas plazas mayores de España.
Plaza Real en los repartos de 1824 y 1829; Plaza de Isabel II Constitucional en el de 1837; Plaza de la Constitución entre 1842 y 1873 y Plaza de la República Federal en 1873.
De nuevo Plaza de la Constitución en referencia a la promulgada el 30 de junio de 1876, al iniciarse el reinado de Alfonso XII y la «restauración borbónica». Este nombre se mantuvo desde 1876 hasta 1931.
Plaza de la Constitución a principios del siglo XX. Colección Javier Sánchez Portas.
Plaza de la República de 1931 a 1939.
La Plaza de la República. Colección Javier Sánchez Portas.
La Plaza de la República en 1931.
Plaza de España en 1939. Y Plaza del Generalísimo Franco desde 1940 hasta la llegada de la Democracia en que quedó fijado el de Plaza Nueva.
A pesar de tanto nombre, los oriolanos a través del tiempo la han seguido llamando Plaza Nueva; y así ha quedado rotulada definitivamente.
Los tradicionalistas oriolanos, contrarios a la Constitución, reflejaron este hecho en algunos artículos publicados a finales del XIX. Sirvan como final a este capítulo.
La Margarita. Semanario tradicionalista. 17 de agosto 1893: … La Plaza de la Constitución sin embargo de la grande lápida negra en que se lee su nombre, casi ningún oriolano lo usa; todos la entienden por Plaza Nueva, y con extrañeza se la apellida de la Constitución.
El cambio del indicado nombre no se ha podido infiltrar en el pueblo de Orihuela sin embargo de contar ya diez y siete años…
…Pero aun cuando tal lápida existe, en la citada plaza y tal nombre se dé en el plano y padrón oficial, para el pueblo de Orihuela la plaza de la Constitución siempre ha sido, es y será la Plaza Nueva.
La Margarita. Semanario tradicionalista. 24 de agosto 1893: Dice El Independiente: «La Margarita poco menos que propone en su número anterior variar el nombre de la plaza de la Constitución…
…Vamos a ver, como dijimos en el número anterior, casi nadie en Orihuela apellida a dicha plaza, de la Constitución; todo el mundo la llama Plaza Nueva. Luego desde el momento que queremos lo que el pueblo quiere, pedimos lo que él pide.
Plaza del Generalísimo. Ediciones Arribas. Zaragoza. 18 de septiembre de 1960. Colección Jesús R. Tejuelo.
Aprobada la Constitución Española en 1931, Manuel Azaña proclamó la famosa frase «España ha dejado de ser católica».
En el nuevo estado aconfesional, la educación pública, laica, mixta y obligatoria pretendía ser uno de los pilares de la reforma republicana.
El Colegio de Santo Domingo fue incautado y la Compañía de Jesús quedó oficialmente disuelta.Ya traté este tema en el capítulo cuarto de mi libro sobre la II República en Orihuela.
Pero la burguesía oriolana no estaba dispuesta a renunciar a la educación elitista y confesional de sus hijos.
Alumnado de Santo Domingo con el Jesuita Andrés Carrió Bertrán.
II República. Primer bienio 1931-1933.
17 de Julio de 1932. La corporación municipal republicana.
En septiembre de 1931 tenemos constancia de que se trató de abrir una academia denominada Colegio Loaces, «sin perjuicio de las instituciones oficiales».
En la sesión del consistorio republicano oriolano celebrada un mes después, el concejal Antonio Cubí solicitó información sobre la concesión a una nueva academia de carácter laico instalada en el local del antiguo juzgado.
Sesión Supletoria. 12 de noviembre de 1931: El Sr. Cubí, recordando que se acordó desalojar el local del Juzgado, ocupado por una academia; y al saber que hoy se ha instalado una nueva, aunque le parece bien por ser laica, pide conocer la forma en que se ha hecho la concesión.
A lo que el señor Presidente contesta que, aun cuando el convenio no se ha ultimado, desde luego que ha de ser a base de que conceda una beca por cada curso de bachillerato, para que el Ayuntamiento pueda concederlas a estudiantes pobres.
Archivo Municipal de Orihuela. Legado Justo García Soriano.
Podría ser la academia llamada «Colegio Loaces»; pero me surgen varias dudas: ¿se podía consider laica anunciando como director y prefecto de estudios a dos sacerdotes?
Isidro Albert Berenguer, licenciado en Ciencias Históricas, era profesor del seminario y capellán de las agustinas de Alicante; y José Andreu Rubio era un catedrático del Seminario que había dirigido con gran éxito una academia privada en la calle de San Cayetano.
Actualidad. 4 de octubre de 1928.
En la sesión supletoria del 7 de enero de 1932, de nuevo a pregunta del señor Cubí, el presidente informó de las becas ofrecidas por la academia cuando estuviese en funcionamiento.
Sesión Supletoria. 7 de enero de 1932: Significando así mismo, a preguntas de dicho señor (Cubí), que las becas ofrecidas por la Academia que se piensa instalar en el antiguo edificio del Juzgado, deben ser seis, cuya designación puede estudiarse aun cuando no haya empezado a funcionar.
En opinión de citado concejal, el número de becas debía corresponderse con el valor del alquiler del local cedido; y una semana después se quejaba de que el Ayuntamiento estuviese supeditado a intereses particulares.
Sesión Supletoria. 14 de enero de 1932: El señor Cubí pide se fije un plazo para que comience a funcionar la Academia cuya instalación se autorizó en el antiguo local del Juzgado…
Cubí pedía una fecha concreta para la puesta en marcha o que se utilizase el local del juzgado para una escuela municipal, ahorrándose así el dinero que estaban pagando de alquiler.
Aquí me surge otra duda ¿Hablaban del Juzgado Municipal o del Juzgado Privativo de Aguas?
Desde 1892 hasta 1922 tengo localizada la sede del Juzgado de Aguas en el Edificio de la Caridad; celebrando sus reuniones en el «Salón de Aguas».
En enero de 1917 el Ayuntamiento nombró una comisión para hacer gestiones con el Juzgado Privativo de Aguas, con el fin de conseguir que pagase alquiler por el edificio de «La Caridad» o que vieran la manera de desalojarlos.
En 1922 el Juzgado Privativo de Aguas se trasladó a la Calle de Ruiz Capdepón número 5.
II República. Calle de Fermín Galán. Colección Javier Sánchez Portas.
Otra de las razones que alimentan esta duda es que, durante la Guerra Civil, en el antiguo edificio del Juzgado de Aguas se intentó ubicar una escuela graduada. Al menos eso dice la siguiente nota fechada en 1938 que lo sitúa en Fermín Galán, la actual Alfonso XIII, la misma calle en la que, como veremos, estaba la academia en 1934.
15 de febrero de 1938. Al maestro de obras Román Sánchez, para pago de jornales en las obras del grupo escolar, en el antiguo edificio del Juzgado de Aguas, en la calle de Fermín Galán, 201 pesetas. Archivo Municipal de Orihuela.
Expuestos todos estos datos para que cada uno saque sus propias conclusiones, paso a hablar de la Sociedad Anónima L. O. A. C. E. S.
II República. Segundo bienio 1933-1936.
Ayuntamiento y Plaza de la República. Colección Javier Sánchez Portas.
En septiembre de 1933, como respuesta a la prohibición de enseñanza a las órdenes religiosas se constituyó en Orihuela una sociedad cuyo propósito era dar continuidad a los estudios que, hasta entonces habían patrocinado los jesuitas.
La Ley de Congregaciones, aprobada en junio de ese mismo año, había dinamitado los cimientos del sistema educativo católico.
Escritura de constitución de la Sociedad Anónima LOACES. 1933. Archivo Celia Senén.
El 19 de septiembre de 1933, ante el notario Luis Maseres López, se creó la Sociedad Anónima llamada «La Oriolana Asociación Cultural Elemental Superior» (L. O. A. C. E. S.) nombre del fundador del Colegio de Santo Domingo de Orihuela.
La formaban: Indalecio Casinello López, abogado. Antonio Balaguer Ruiz. Abogado. Sebastián Penalva Fons. Farmacéutico. Eusebio Escolano Gonzalvo. Médico. José María Penalva Fons. Comerciante. Manuel Penalva Fons. Abogado.
Quedó constituida con un capital inicial de veinticinco mil pesetas, divididas en quinientas acciones preferentes al portador de veinticinco pesetas cada una, y ciento veinticinco ordinarias nominativas de cien pesetas.
La sociedad tenía su domicilio social en la calle de José María Sarget número cincuenta y tres. Y quedaría disuelta automáticamente en el transcurso de diez años salvo prórroga, acuerdo de la Junta General o quiebra.
Su objeto era crear, sostener, explotar y dirigir por cuenta propia o ajena establecimientos, obras o empresas de carácter docente y cultural, singularmente escuelas, colegios, internados, residencias de estudiantes, laboratorios, centros de aprendizaje o instituciones sociales y profesionales relacionadas con la enseñanza o de carácter post-escolar en cualquiera de sus grados sin excepción.
El Consejo de Administración, designado por los firmantes, quedó compuesto por Amancio Meseguer Manresa, José María Bofill Garriga y Carlos Díe Zechini.
La Asociación de Antiguos Alumnos de Santo Domingo y la Academia LOACES.
Antiguos alumnos de Santo Domingo en 1904.
Confiscada la sede social de la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio Santo Domingo, radicada en dicho colegio, y perdidos todos los documentos que guardaban en ella, sus miembros se reunieron en la academia Loaces y estrenaron un nuevo libro legalizado en 1934.
Libro de actas de la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio Santo Domingo de Orihuela. Donado por José María Penalva a la Biblioteca Pública Fernando de Loazes y Arcchivo Histórico.
He podido afirmar que la academia estaba en la calle Alfonso XIII (entonces Fermín Galán) por esta primera acta de la asociación donde aparece claramente mencionado.
Acta de la asamblea general celebrada en julio de 1934. Asociación de Antiguos Alumnos de Santo Domingo.
Asamblea general del 17 de julio de 1934. En la ciudad de Orihuela y en el local que ocupa actualmente la academia de «L.O.A.C.E.S.» sito donde estuvo la antigua «fonda España», previamente citados todos los señores que componen la Asociación de Antiguos Alumnos del colegio de Sto. Domingo se reunieron los que al margen se expresan.
Calle Alfonso XIII. A la derecha, la fonda o Gran Hotel España. Colección Javier Sánchez Portas
De esta asamblea general y de su localización en el «local de los Colegios Loaces» quedó constancia también en la prensa alicantina.
El Día. Diario de Alicante y su provincia. 19 de junio de 1934: ORIHUELA. Asamblea de los antiguos alumnos del colegio de Santo Domingo. El domingo último celebraron la Asamblea anual los ex-alumnos del Colegio de Santo Domingo.
La Asamblea estuvo concurridísima. Los actos dieron comienzo con una misa de Comunión que se celebró a las ocho de la mañana. Seguidamente en el local de los Colegios Loaces, tuvieron lugar las deliberaciones de la Asamblea.
Estas entrañaron un gran interés, pues se trató del proyecto de fomentar en cuanto sea posible la fundación del Obispo Loaces, dando a aquella escuela la misma orientación e implantando en ella el mismo régimen de enseñanza que tuvo el antiguo Colegio de Santo Domingo.
A este efecto se reformaron Estatutos y Reglamentos, dedicándose a la institución en proyecto todas las becas subvencionadas con los fondos de aquel Colegio.
Además, se fijará una cuota mixta de cinco pesetas obligatorias y otras cinco voluntarias para atenciones de la enseñanza. A todos estos fines se constituirá una Sociedad por todos los antiguos alumnos del Colegio de Orihuela. Cerró el acto un magnífico discurso del P. Isla, S. J., en el que explicó el espíritu y organización de la Compañía de Jesús…
El último punto de capital importancia de que la Asamblea se había de ocupar, era estudiar la manera de cooperar moral y materialmente al sostenimiento del Centro docente «L.O.A.C.E.S.», fundado por una Sociedad anónima cuyos miembros son casi todos antiguos alumnos del Colegio Sto. Domingo y que se propusieron al fundarlo conservar la sólida enseñanza y cristiana educación que daban los Padres en el Colegio.
Siendo todos antiguos alumnos de Santo Domingo, la asamblea acogió con entusiasmo la proposición de apoyo al nuevo centro y determinó que el vicepresidente de la asociación de antiguos alumnos formase parte del consejo de administración de la sociedad anónima y el presidente de dicha sociedad se integrase en la junta directiva de la asociación.
En la siguiente reunión, celebrada en agosto de 1934, la junta directiva aprobó subvencionar el curso con mil pesetas; y acordó enviar una circular a todos los antiguos alumnos que tenían localizados para invitarles a inscribirse en la asociación y a comprar acciones de la sociedad, centro de cultura que intentaba ser «continuadora de nuestro querido Colegio Santo Domingo».
En otra reunión celebrada el 15 octubre del mismo año se aprobaron diversas ayudas para hijos de antiguos alumnos.
Eran becas para el «centro docente L.O.A.C.E.S.» y otras ayudas como la destinada al hijo de Amelia Ferrer, viuda de Luis Bueno, para libros y matrículas de su hijo Luis; que comenzaba sus estudios universitarios.
Esta subvención fue retirada al año siguiente por no haber aprobado el curso. Luis Bueno Ferrer fue un destacado falangista que falleció después de la guerra en la «División Azul».
En esa misma sesión se presentó la idea de que el centro tomase la denominación «Colegio Santo Domingo de Loaces»; y designaron al Jesuita Andrés Carrió Bertrán (asesinado en 1936), a Antonio Balaguer y a Sebastián Penalva para que realizasen gestiones acerca de la junta directiva de la sociedad anónima.
Reunidos de nuevo el 31 de marzo de 1935, acordaron dar a conocer los acuerdos de la junta en la tablilla de avisos del Colegio LOACES.
En la reunión del 7 de junio se preparó la fiesta anual conocida como «Día del Colegio». El programa incluía misa en la Trinidad, desayuno en el local de la Academia Loaces y comida en el Hotel Palace.
Palace Hotel Orihuela. Colección Javier Sánchez Portas.
La vinculación entre la academia y la asociación de antiguos alumnos de Santo Domingo se mantuvo hasta su clausura.
LOACES impartió estudios de primera y segunda enseñanza bajo la atenta vigilancia de los jesuitas durante el bienio conservador; o lo que es lo mismo, durante los cursos 1933/34 y 1934/35.
Presentadas las cuentas 1934/1935 la asociación había invertido casi dos mil pesetas en donativos y becas para LOACES.
En la última reunión antes de la guerra, celebrada en septiembre de 1935, se concedieron más becas para el nuevo curso.
La Junta Directiva hizo un detenido estudio de todas las solicitudes y acordó conceder para primeras letras pensión en la academia «Loaces» a los siguientes señores: D. Sabas García, D. Manuel Aguilera, D. Fco. Javier Soto, D. Jesús Soto, D. José Bueno y D. Joaquín Carrió. Para segunda enseñanza también pensión a los señores D. José Mª. García, D. José Martínez Ros, D. Rafael Martínez Ros, D. Manuel Bueno y D. José García López a quien también costeará la asociación los libros.
En 1936, utilizando sus propias palabras, «la insurrección marxista» les obligó a cerrar. De la incautación del local quedó constancia en la prensa alicantina.
El Día. Diario de Alicante y su provincia. 13 de agosto de 1936: Ha quedado constituida en esta capital bajo la Presidencia de señor Alcalde don Lorenzo Carbonell Santacruz, como Delegado del Excmo. Sr. Gobernador Civil, la Junta Provincial que establece el decreto de 27 de Julio próximo pasado, para emitir informe sobre la capacidad, condiciones y uso a que por estar dedicados a la enseñanza en 14 de Abril de 1931 y los que aún no dedicados a ella, se encontraban desocupados en la actualidad.
En la primera sección celebrada por dicha Junta, se dio cuenta de los edificios procedentes de Congregaciones religiosas y abandonados, que han sido incautados conforme al decreto citado, cuya relación en Orihuela es la siguiente: Colegio de la Congregación de Jesús y María.— Edificio de la Academia Loaces S. A.— Edificio del Patronato de la Joven Cristiana—Colegio Menor Eclesiástico de San Miguel— Seminario de San Miguel.
La Junta provincial después de un detenido estudio de los oportunos expedientes procede a emitir el correspondiente informe proponiendo que destinen para fines de enseñanza y de instituciones culturales a que hayan de dedicarse los edificios ocupados.
Colegio de la Congregación de Jesús y María de Orihuela.Incautado también. Colección Javier Sánchez Portas.
Inicios del franquismo 1939-1940.
Petición de reconocimiento oficial. Academia LOACES. 1940. Archivo Celia Senén.
Finalizada la contienda y restituido el Colegio de Santo Domingo, la asociación de antiguos alumnos volvió a su domicilio habitual y se desvinculó del proyecto LOACES.
La última vez que se menciona en el libro de actas es en la reunión del 4 de junio de 1939, para justificar los gastos de 1935. Tan solo un apunte de 1324 pesetas empleadas en «pensiones a L.O.A.C.E.S».
La academia trató de subsistir; no solo por el deseo desinteresado de los que la fundaron sin ánimo de lucro; también por la generosa aportación económica que ofrecía la Caja de Ahorros y Socorros de Nuestra Señora de Monserrate para su funcionamiento.
Para ser aprobados por el nuevo régimen, en mayo de 1940 se confeccionó un detallado expediente que incluía treinta y seis documentos.
1.—Instancia del farmacéutico Sebastián Penalva Fons, presidente de la sociedad LOACES, solicitando la aplicación de la Base XV de la ley de septiembre de 1938. Por la que se permitía a toda persona individual o colectiva de nacionalidad española, crear Establecimientos Privados de Segunda Enseñanza.
Pinchando la imagen acceso a ley completa.
2.— Instancia de los organismos y autoridades locales al Ministro de Educación Nacional.
Caja de Ahorros y Socorro de Ntra. Sra. de Monserrate, Federación Católico Agraria, Alcaldía de Orihuela y Colegio Santo Domingo de la Compañía de Jesús.
Contaban con el apoyo de las autoridades y organizaciones locales: Ayuntamiento, Federación Católico Agraria de Cajas de Ahorro, Colegio de los padres jesuitas de Santo Domingo, Sindicato Español Universitario…
3.— Instancia de la Jefatura Local del Sindicato Español Universitario apoyando las anteriores.
4.— Estatutos de la S. A. LOACES.
Estatutos de la Sociedad Anónima LOACES. Archivo Celia Senén.
5.— Reglamento de régimen interior de LOACES.
6.— Certificado del aparejador de obras y planos del edificio. Emitido por Ignacio Sánchez Ballesta, el 20 de mayo de 1940, no consta la dirección.
La sociedad disponía de un edificio de tres plantas cuya dirección exacta no aparece en ningún documento.
Planos Academia LOACES. Archivo Celia Senén.
Ignacio Sánchez Ballesta, Aparejador Titular de Obras por la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid. CERTIFICO: que por disposición del Sr. Director de la Academia LOACES de esta ciudad, he procedido al reconocimiento y levantamiento de planos del edificio donde se encuentra instalada.
En el reconocimiento practicado he observado que los departamentos destinados a aulas, son capaces para el fin que se les destina, con buena altura de techos y ventilación. Dispone de un gran patio para recreos.Todo ello se encuentra en buenas condiciones de solidez y seguridad.
Situada de forma inconcreta en el Paseo, me surgieron dudas con la nueva ubicación. Por la singularidad de su planta, Javier Sánchez Portas la situó al final de la Carretería, en la Calle de Ruiz Capdepón. En la que fue la casa de Rufino Gea y la redacción de su periódico a finales del XIX.
Calle de Ruiz Capdepón. Colección Javier Sánchez Portas.
7.—Certificado Sanitario.
El certificado médico, emitido por Joaquín Santonja Silvestre, Subdelegado de Medicina del Distrito y Doctor en Medicina, solo menciona que estaba situada en el Paseo.
Certifico: Que reconocido el edificio destinado a ACADEMIA LOACES, para segunda enseñanza en esta población situada en el paseo, reúne las debidas condiciones higiénicas de cubicación, ventilación e iluminación para el fin a que se destina…
8.—Relación de libros de texto.
Libros de texto aprobados por el Ministerio de Educación Nacional.
Lengua Española y Literatura. José Rogerio Sánchez = Lengua Española y Literatura. Narciso Alonso Cortés. = Gramática Histórica. Jaime Oliver Asín. = Latín. V. García de Diego. = Lengua Francesa. Tarsicio Seco y Marcos. = Gramática de la Lengua Inglesa. Ignacio González Cobos.
Geología.R. Ibarra y A. Cabetas. = Geografía e Historia. Antonio Bermejo de la Rica.
Matemáticas. Benigno Baratech Montes. = Nociones de Análisis Infinitesimal y Geometría Analítica. José Oñate Guillén. = Los Números Reales. Trigonometría y Números Complejos. José Oñate Guillén.
Física y Química. E. Romero Alcañiz. = Física y Química. P. Román y F. Lomana S. J. = Ciencias Físico Naturales. R. Ibarra y A. Cabetas. =Historia Natural. Salustio Alvarado. = Historia Natural. R. Ibarra y A. Cabetas.
Principios de Técnica Agrícola. R. Ibarra y A. Cabetas. = Principios de Técnica Agrícola. Soroa y Silván.
Psicología, Lógica y Ética. Calixto Terrés Garrido.
Historia de la Iglesia y Liturgia. Fray Justo Pérez de Urbel, O. S. B. y Ángeles Labrador Barrio. = Cultura Religiosa I. El Dogma, Cultura Religiosa II. La Moral, Cultura Religiosa III. La Vida Sobrenatural, y Apologética Elemental, todos del Padre jesuita Valentín Incio García.
9.—Relación de material de enseñanza.
Geografía: Quince mapas físicos, siete políticos, una colección de mapas de todas las provincias españolas, y un mapa mural de España de tres por seis metros.
Historia: una docena de mapas de prehistoria, historia antigua y moderna. Diez grabados y varias colecciones de historia del arte y dos mapas del sistema métrico.
Física: decenas de aparatos de medición (microscopios, esferómetros, dinamómetros, higrómetro, barógrafo, barómetros, termómetros…), pilas, tubos, balanzas, tornos, poleas, alambiques, estufas, tornillos, cintas métricas, reglas, escuadras, cartabones, etc.
Química: Probetas, campanas de cristal, mecheros bunsen, varillas, morteros, embudos, tubos de ensayo, cristalizadores, decantadores, frascos y diversos accesorios. Además de medio centenar de productos químicos reactivos.
Útiles de laboratorio en los años treinta del siglo pasado.
Ciencias Naturales: láminas murales del cuerpo humano, el hombre elástico, un esqueleto; y modelos para explicar el oído, el ojo, el corazón y el cerebro.
Zoología: Vitrinas con aves, mamíferos, peces y reptiles; frascos con peces y réptiles en alcohol; esqueletos de mamíferos, cajas de Entomología, esponjas, pólipos, corales, madréporas; una colección de moluscos procedentes de Filipinas y láminas de microbios.
Botánica: Láminas murales para explicar la morfología y biología de las plantas, colección de Citología y colección para explicar la floración y el fruto.
Agricultura: arados, trilladoras, prensas, frascos con semillas, colección de distitas clases de maderas y láminas para explicar terrenos, cultivos, etc.
Geología: Dos colecciones de cristalografía en madera y en alambre. Láminas de Geología y Paleontología. Una colección de minerales en vitrinas. Varias colecciones para explicar el sistema métrico decimal, para medidas de longitud y capacidad.
Para completar el material pedagógico, ciento cincuenta mesitas individuales, sillas, instalación eléctrica y servicios higiénicos y sanitarios.
10.—Cuadro de profesores y distribución del tiempo.
Horario de clases.Archivo Celia Senén.
11.—Certificado de que dichos profesores no estuvieran inhabilitados.
12.—Cuadro de profesores.
Ángel García Rogel, médico, que impartiría seis horas de Educación Física y premilitar, de ocho a nueve de la mañana.
Sebastián Penalva, farmacéutico, seis horas de Física y Química.
Eusebio Escolano, médico, seis horas de Fisiología y Ciencias Naturales.
José María Payá Tomás, farmacéutico, doce horas de Física y Química y Ciencias Naturales.
Mariano Cremades Olmos, abogado, tres horas semanales de Geografía.
Jorge Rubio González, abogado, doce horas de Historia Universal y de España.
Tomás Sánchez Pastor, licenciado en Ciencias, nueve horas de Matemáticas.
Manuel Mira Pastor, licenciado en Ciencias, nueve horas de Matemáticas.
Ignacio Sánchez Ballesta, teniente de intendencia retirado y aparejador, seis horas de Matemáticas.
Fernando Fenoll Giménez, pintor y escultor, tres horas de Dibujo y Modelado.
Vicente Segarra Roca, jesuita, doce horas de Religión.
Ramón Garriga Amat, presbítero, nueve horas de Latín.
Anatolio Rapado Trillo, tres horas de Latín.
Inocenta González Palencia, Licenciada en Filosofía y Letras y del Cuerpo de Archiveros y Bibliotecarios, nueve horas de Lengua y Literatura Española.
Severiano Balaguer Ruiz, abogado, doce horas semanales de Lengua y Literatura Española.
Y José Rodríguez de Vera, profesor de Inglés y Francés, doce horas de Idiomas.
13.— Nombramiento del profesor de Religión.
14 a 29.— Declaraciones juradas de todos los profesores.
30.—Designación y aceptación del cargo de Director técnico.
31 a 36.— Títulos de licenciados y certificados de depuración sin sanción de doña Inocenta González Palencia, Tomás Sánchez Pastor y Manuel Mira Pastor.
El proceso de selección o depuración de los enseñantes fue exhaustivo.El franquismo culpó a los maestros por haber inoculado a sus alumnos el marxismo y las ideas republicanas.
Dejo aquí esta investigación sobre la desconocida Academia Loaces. No he conseguido saber cuánto tiempo estuvo abierta. Cualquier novedad que encuentre será inmeditamente incluida.
Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba).
Mi agradecimiento a Celia Senén, Javier Sánchez Portas, Jesús García Molina y José María Penalva.
Antonio José Mazón Albarracín (Ajomalba), historias de Orihuela, fotos, postcast y vídeos.