
Joaquín Agrasot y Juan. IV
Año 1883.
En febrero de 1883 «La Unión Democrática» de Alicante decía tomar un suelto de los periódicos de Hamburgo.
28 de febrero. La Unión Democrática: En el salón artístico de Aettenheim (sic) se ha hecho en estos últimos días una adquisición importantísima de un pintor no conocido todavía en Hamburgo, el Sr. Agrasot , que ha presentado un cuadro para su exhibición, el cual representa a una labradora de una de las provincias españolas, (León).
(…) También otro cuadro del mismo autor nos presenta: El descanso en la marcha, el cual es importantísimo y muy rico en figuras y grupos hábilmente combinados de soldados del siglo XVII, que se encuentran descansando en una taberna.
30 de abril. La Ilustración Española y Americana: Nuestros lectores están familiarizados con el nombre del señor Agrasot; hemos publicado, en efecto, en este periódico varias producciones artísticas del distinguido pintor valenciano, todas notabilísimas por su bien estudiada composición, su correcto dibujo, su finura de color y sus detalles, concienzudamente marcados.
Recordamos, entre otras, las tituladas un Prestidigitador en 1800, La feria de Orihuela, Antes de la corrida de toros y Salida de una procesión.
El nuevo cuadro del Sr. Agrasot, denominado Costumbres valencianas. Después de la merienda, que reproducimos en el grabado de la pág. 264 (exposición Bosch), es una bellísima composición de género sentida con exquisita delicadeza, una escena de costumbres de huertanos de Valencia, que tiene toda la verdad, todo el movimiento y la vida que el asunto reclama, en las figuras, en las actitudes, en el lugar, en los accesorios.
Es en una posada extramuros de Valencia; alrededor de mesa de pino, cubierta de mantel blanquísimo, sobre el cual se ven todavía los restos de frugal merienda, están sentadas, en toscas sillas de anea, tres parejas de ricos labradores de la huerta, escuchando atentamente el aire popular que uno de ellos puntea en la guitarra.
Hay una silla desocupada, que corresponde al que se ha acercado al mostrador de la posadera para abonar la cuenta, y faltan dos para los nuevos huertanos que acaban de llegar, a fin de emprender todos juntos el viaje de regreso a su pueblo.
Los tipos son característicamente locales, enriquecidos con la exuberancia de detalles que brotan del pincel de Agrasot, cuando este artista fotografía, digámoslo así, las costumbres pintorescas de su patria; el fondo y los accesorios no dejan nada que desear al crítico más exigente: vense marcadas en el enarenado patio hasta las huellas de las palomas y gallinas, que se acercan a beber en el vidriado lebrillo, y el leve surco que traza la hoja del árbol empujada por el viento.

En junio de 1883 la Exposición Bosch mostraba cuatro cuadros de Agrasot: «Ramilletera valenciana», valorado en 12.000 reales; «Antes de la corrida», en 16.000; «Hilanderas leonesas», en 5.000; y «Recuerdos de Valencia», en 1.500.

El Mundo Ilustrado. 1881-1883. Barcelona: CAMPESINAS DE LA PROVINCIA DE LEÓN. CUADRO DE JOAQUÍN AGRASOT. En la factura de este hermoso cuadro, que figuró en la Exposición Bosch, de Madrid, y del que es nuestro grabado una concienzuda reproducción, échase de ver la mano segura de un maestro, el gusto exquisito de un artista que sabe elegir bien y sobre todo que presta a los asuntos que trata el sello de su poderosa genialidad.
Ese pobre rincón de corral en el que se destacan con tanto relieve las figuras de algunas hilanderas, encierra la verdadera poesía de la vida de los campos, y se ofrece a la vista con tal grado de verdad, que fácilmente se forja la mente aquellas aldeas de la histórica tierra leonesa cuyas costumbres conservan un sello patriarcal, el más a propósito para cautivar la imaginación de un viajero artista.
¡Qué hermosa figura la que el pintor ha reproducido en primer término! ¡qué magistralmente entendido el efecto de luz! ¡cuánto realismo y cuánta poesía en esas paredes ennegrecidas, en esos pobres enseres domésticos!
Joaquín Agrasot, que firma esta composición, es uno de los artistas más conocidos en España por sus cuadros de costumbres así españolas como italianas, pues en Italia ha pasado buena parte de su vida y precisamente en la época de Fortuny, de quien fue inseparable compañero.
En sus cuadros se revela como un artista amante de la Naturaleza y de la verdad, de concienzudo estudio y de talento observador.
Pintados con gran holgura y valentía adunan el dominio del color, con la corrección del dibujo, siendo su factura, en alto grado vigorosa y brillante.
Nuestro Museo del Prado cuenta dos lienzos de este distinguido pintor, titulados respectivamente Las lavanderas y Las dos amigas.

En agosto, la prensa se deshacía en elogios a las artes valencianas; y presentaba una crónica sobre la Exposición Regional; concretamente sobre el pabellón de Bellas Artes:
3 de agosto. El Constitucional. Valencia: Un gitano y dos cabezas muy bien ejecutadas presenta en este brillante certamen de pintura el afortunado pintor Sr. Agrasot; todos le conocen, por tanto basta con que digamos que el mencionado artista ha hecho una cosa digna de él, y lo fuera más si el típico gitano estuviera más concluido en algunos detalles.
Año 1884.
En primavera, la prensa de la capital anunciaba que el mundo artístico de la corte no se ocupaba de otra cosa que de la exposición oficial de Bellas Artes. Y que los pintores valencianos, entre ellos nuestro biografiado, estaban trabajando afanosamente.
26 de marzo. El Coliseo. Madrid: D. Joaquín Agrasot, pintor distinguidísimo, pero que siempre se ha limitado a cuadros de caballete, está pintando un gran lienzo, su primera obra de carácter histórico, es la Muerte del General Marqués del Duero…

El 19 de abril, «El Graduador», periódico alicantino, daba cuenta de la terminación de dos magníficos lienzos que iban a enviar al certamen pictórico de la Exposición Nacional de Bellas Artes, en Madrid. Los asuntos tratados en sus lienzos eran la presentación del primer nieto, en fiesta de familia, a principios de siglo; y la muerte del General Marqués del Duero, en el campo de batalla, hecho sangriento que recordaba una epopeya de gloria en nuestra guerra civil.
Ya que reproduce una página, si sangrienta, gloriosa, escrita en la Historia patria por un noble soldado de la Libertad.
Y pedían al Gobierno que lo adquiriese para el Senado,
30 de abril. El Día. Madrid: El reputado pintor valenciano, D. Joaquín Agrasot, exhibirá un cuadro en la próxima exposición de pinturas, el cual hemos oído elogiar mucho.
El lienzo, que tiene unos cinco metros, representa la muerte del general marqués del Duero, en la memorable batalla de Monte-Muro.
Aseguran los inteligentes que han tenido ocasión de verla, que la última obra del Sr. Agrasot es digna de la reputación de su autor.

El dos de mayo, «El Serpis», periódico alcoyano, daba cuenta de la reunión en el Círculo de Bellas Artes, de los expositores en el certamen nacional, con el objeto de elegir a parte del jurado, presidido por el Director General de Obras Públicas.
Al hablar de la representación valenciana, se extendía con el mismo cuadro, la muerte del general Concha en la batalla de Monte Muro.
Terminaba alabando el talento del amigo y compañero de Fortuny; de Madrazo; de Villegas. El viaje a Monte Muro y los diez meses que había empleado en pintarlo con afán.
El 28 de mayo, en el mismo periódico, el corresponsal en Madrid redactó una crónica con fecha 26, hablando de la Exposición Nacional. Un cuadro de colosal tamaño, era de los que más habían llamado la atención.
El tamaño del lienzo era muy importante, teniendo en cuenta que las pinturas se exponían unas encima de otras, ocupando completamente las paredes de la sala.
Se trataba del mismo cuadro de Agrasot, la muerte del General. En otra sala, tenía colocado otro con el título de «El Abuelo».
El maestro valenciano tan conocido en Europa, había vuelto a sorprender este año con el realismo y colorido de «una fotografía».
21 de junio. El Imparcial. Madrid: EXPOSICIÓN DE BELLAS ARTES. Sala E: (…) El número 7, de D. Joaquín Agrasot y Juan, «El primer nieto», es más un boceto que un cuadro; tiene 54 centímetros por 77. Las figuritas están bien dibujadas, pero en la manera de usar el color no estamos conformes con el Sr. Agrasot; su lienzo está más cerca del cromo que del óleo, en apariencia: tiene demasiada frescura en los tonos.

El 20 de diciembre, «El Graduador» de Alicante, daba cuenta de la última obra vendida por Agrasot. Se trataba de un retrato al óleo de D. Alejandro A. García, expresidente del Casino. Felicitaron a dicha asociación recreativa por la adquisición.
Año 1885.
En abril, un semanario oriolano se hacía eco del alicantino «El Constitucional Dinástico».
16 de abril. El Martes. Orihuela: EN VALENCIA. Nuestro paisano, el inteligente y notable pintor Sr. Agrasot, acaba de exponer en Valencia, en los escaparates del Bazar Giner, dos cuadros que con justicia están llamando la atención de los transeúntes.
Representa uno de ellos una hermosa pradera en la que una rolliza pastora apacienta un ganado cabrío.
Representa el otro una falda de montaña, entre cuyas breñas aparecen dos o tres cazadores con sus lebreles, esperando arma al brazo en la alborada, el vuelo de las perdices o salida de las liebres.
El 18 de octubre, «El Constitucional Dinástico» anunció la exposición de otra obra en la calle de Zaragoza de Valencia. Se trataba de un «cuadrito» que representaba con maestría a unos cuantos soldados de los tercios españoles, bebiendo y cantando en un patio.
El 12 de noviembre «El Oriolano» anunciaba, en el mismo establecimiento de la calle de Zaragoza de Valencia, la exposición de dos bellísimas acuarelas del paisano Sr. Agrasot.
Una reproducía a su famosa florista valenciana, pintada anteriormente al óleo; la otra representaba a una campesina leonesa hilando con la rueca.
Con esta interesante pareja demuestra la perfección en este agradable y difícil género de pintura.
Año 1886.

El 3 de enero, «El Oriolano» informa de otro bello cuadrito que Agrasot había expuesto en los escaparates del Sr. Nicolás.
Dos personas y cuatro cuadrúpedos; los primeros, gitanos, los segundos, pollinos. Una escena vulgarísima que ha reproducido muchas veces. Y como su arte todo lo embellece, esquiladores y esquilados resultan interesantes y hasta bonitos.
El 11 de marzo, era «La Crónica» quien anunciaba la exposición de un nuevo cuadrito en la papelería del Sr. Carratalá, en Alicante. Representaba a un soldado de los tercios de Flandes tocando el laúd en un rincón de húmeda hostería.
«La Dinastía», de Barcelona; los madrileños: «La Correspondencia de España», «El Día», «El Liberal» y »La Unión». Entre los días 8 y 10 de abril, la prensa de toda España publicó la misma noticia:
El cuadro del distinguido pintor don Joaquín Agrasot, representando la muerte del general Concha en Monte-Jurra, que figuró en la última Exposición Nacional de Bellas Artes, ha sido adquirido para el palacio del Senado, por la suma de 10.000 pesetas.
El Senado ha adquirido en 2.000 duros el cuadro del pintor orcelitano D. Joaquín Agrasot, representando la muerte del Marqués del Duero en Monte Jurra.
El 30 de julio, según decía «El Diario de Orihuela», Agrasot fue elegido vocal del jurado que había de adjudicar la pensión de pintura de la Diputación Provincial de Valencia.
La noticia de la venta al Senado llegó a Orihuela el 9 de agosto, publicada también en «El Diario de Orihuela». Le daban la enhorabuena y se felicitaban por que un artista oriolano fuese objeto de «tan honrosa como justa distinción».
El 28 de agosto, con el encabezado «Obra maestra», «El Graduador» anunciaba la venta de uno de sus últimos cuadros; «acaso el mejor».
Representaba una procesión que regresaba a la iglesia atropelladamente por la lluvia.
Lo había adquirido el gran tenor Massini por 6.000 pesetas; quedando muy satisfecho con la compra.

El 2 de octubre, gracias al «Diario de Orihuela», sabemos que había otro cuadro expuesto en la papelería del Sr. Carratalá, en Alicante. Su última producción representaba, en un paisaje, los alrededores de Elche.
El martes 19 de octubre, el mismo diario relató la entrada del Obispo Juan Maura.
Siguiendo la costumbre, el Ayuntamiento le había regalado un hermosísimo ramillete que honraba altamente al obrador de la confitería del Sr. Agrasot. Constaba de tres cuerpos, el primero de estilo gótico, sostenido por ocho columnas; el segundo, un caprichoso sostenimiento de variados dibujos; y el tercero formado por diez columnas aplanadas, parecía recordar al templo de la gloria.

Nota: En los anuarios del comercio y la industria de 1879 y 1881, figuran dos Agrasot confiteros: Ramón Agrasot Juan, el hermano de Joaquín, domiciliado en los Hostales, 23; y Mariano Agrasot Serrauta, en la plaza de Cubero.
Mariano pertenecía a otra familia de Xátiva, como ya he comentado al principio. Ambos formaron parte del Ayuntamiento oriolano y no sé cuál hizo la ofrenda al obispo.
Desde 1899 a 1901, la confitería figura como: «Agrasot (Viuda de Ramón), Hostales».
Fallecido Ramón, su viuda traspasó la confitería a Mariano Ros García, quien en 1902 aparecía ya como propietario.

El 19 de noviembre, el mismo diario felicitó al querido amigo y paisano, el reputado pintor Sr. Agrasot, por la visita a su estudio de un título italiano que ha viajado a Valencia con el único objeto de comprar alguno de sus cuadros.
También quería encargarle otros para llevarlos a su país,
Donde son justamente admirados los que concluyó por encargo de la Scalchi Lolly y Masini.
Año 1887.
Este año lo monopolizó un solo cuadro. Las primeras notas son de «El Diario de Orihuela». El 7 de enero hablaba de los elogios que estaba despertando la última obra de Agrasot.
Representaba la entrada de Carlos V en el monasterio de Yuste. En opinión de los inteligentes, prometía ser de las más notables del hábil pintor. Y, como veremos, acertaron.
1 de abril. Boletín del Centro Artístico. Granada: Para finalizar por hoy, diré algo de los estudios que he visitado, empezando por el del Sr. Agrasot.
Este artista está terminando una tela que mide 4’20 metros por 3’30, con destino a la futura Exposición nacional, y que representa la entrada de Carlos V en el monasterio de Yuste.
La impresión que produce esta obra en el ánimo del espectador, es buena, y le predispone para que se fije con detenimiento en la composición, que es bastante acertada, en su dibujo, que nada deja que desear, y en lodos los demás accesorios.
Paréceme que su autor ha ganado mucho, y que logrará dejar bien sentada su reputación en el certamen a que me refiero. Entre las demás cosas que tuve el gusto de ver en su estudio, figuran dos cabezas, muy bien pintadas; un boceto de una mujer desnuda, hecho en Roma, y que es un portento de color y ejecución; y coleccionados en un álbum, varios dibujos de Fortuny, haciendo contraste con algunos autógrafos.
En el testero principal del cuarto que habita tiene una preciosísima acuarela, retrato de su señora, penúltima obra de este genio de la pintura moderna.
Todo cuanto diga de ella resultaría pálido relativamente a su mérito, y hago punto final, manifestando antes mi profundo agradecimiento por las deferencias de este señor.
El 23 de mayo, en la sección «sueltos y noticias», daban cuenta de la inauguración de la Exposición de Bellas Artes por la reina regente en Madrid; donde el cuadro de Carlos V, obra de Agrasot, estaba acaparando elogios de todo el mundo.
El 11 de junio informaba de que el jurado lo consideraba digno de ser adquirido por el Estado.
23 de junio. «El Día» y «La Época». Madrid: LOS PREMIOS DE LA EXPOSICIÓN DE BELLAS ARTES. La Gaceta publica hoy una real orden cuya parte dispositiva, aprueba la propuesta de medallas que hizo el jurado.
En el apartado de certificados de honor, concedidos por el ministro de Fomento a las obras que el Jurado estima de mérito suficiente para el honor de segundas medallas, figuran: con el número 100, «Muerte de D. Alfonso XII», por don Juan Antonio Benlliure; con el 9, «Entrada de Carlos V en el Monasterio de Yuste», por D. Joaquín Agrasot; con el 785, «Entierro de Cristo», por D. Joaquín Sorolla…

En julio, desde Barcelona, Fernando Martínez Pedrosa se expresaba en los siguientes términos.
10 de julio. La Ilustración: Los que se detienen delante del lienzo Entrada de Carlos V en Yuste, de Joaquín Agrasot, comprenden que debe ser juzgado con la serenidad que está hecho. Su autor razona sometiendo el arte a principios fijos, lejos de divagar o de rebuscar el efecto.
Se preocupa de lo intrínseco; no juega con el pincel; se acuerda de que el pincel a veces debe ser lápiz. Es un modo de ver concreto el suyo, pero que produce belleza; pues entre otras cualidades, sabe distribuir la luz.
La escena es reposada y elocuente; la agrupación natural y agradable. Tanto en la comitiva del Emperador, como en el clero que le recibe, hay figuras vigorosas e interesantes.
Las del celebrante, diácono y subdiácono, y el terno verde y suntuario que visten, están pintados de mano maestra; y otro tanto puedo decir de la atildada figura del duque de Gandía, cuya cabeza parece algo enfática.
Al monarca le denuncian nobleza, dignidad y humildad; su traje está ajustado a la tradición, pero el concienzudo artista convendrá conmigo en que no basta para abultar estas grandes figuras, observar bien la naturaleza, sino que hay que dar algo al parecido.
No diré copiar la cabeza con que Ticiano hizo a Carlos segunda vez inmortal, pero siquiera imprimir en aquel rostro carácter.
De lo expuesto se deduce que si como obra humana la obra de Agrasot adolece de defectos, las bellezas que la avaloran son grandes y bastantes por sí para hacer olvidar aquellos, y que es muy justo y merecido el certificado de honor con que ha sido premiado.
Ya en octubre, la prensa alicantina hablaba de otra obra.
25 de octubre. El Liberal: Con objeto de entregar una preciosa Purísima Concepción, pintada al óleo, que se ha de instalar en la capilla del nicho de la propiedad de D. Francisco Ribelles, ha llegado a esta capital, el laureado pintor nuestro comprovinciano y estimado amigo D. Joaquín Agrasot.
1888. Obtiene una segunda medalla en la Exposición Internacional de Barcelona, presentando los lienzos Antes de la corrida y En la feria.
1871, 1881 y 1892. Miembro del Jurado de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de España.
Año 1888.
Batería de noticias en «El Diario de Orihuela». Comenzamos el viernes 13 de abril:
Nuestro querido amigo y paisano Sr. Agrasot enviará a la Exposición Universal de Barcelona, un precioso cuadro representando una feria de Murcia.
La Exposición Universal de Barcelona tuvo lugar entre el 8 de abril y el 9 de diciembre.

El 12 de mayo, haciéndose eco de un colega de Valencia, informaba de la exposición en el Bazar Valenciano de un cuadrito, una miniatura.
Representa el asunto una posada. En primer término se ven dos soldados de los tercios españoles que han hecho el alto para tomar un refresco que les sirve una moza con traje leonés.
A la izquierda del espectador, y en segundo término, tres soldados sentados alrededor de una mesa están bebiendo, y uno de ellos sostiene conversación con otro de los recién llegados; en el fondo está el mostrador, sobre el cual apoya sus codos otra moza.
El jueves 2 de agosto, precediendo a un suelto sobre las nuevas casas en la calle de la Unión Agrícola, encontramos lo siguiente.
Se han remitido a nuestro distinguido paisano el pintor Sr. Agrasot, dos fotografías del Sr. Capdepón, para que proceda a hacer por encargo del Ayuntamiento, un retrato de nuestro ilustre paisano el señor ministro de Ultramar.

El martes, 4 de septiembre, ya habían tenido el gusto de ver el retrato del Sr. Capdepón. Desde «El Diario de Orihuela» se deshicieron en elogios alabando hasta el marco.
Según nuestras noticias, tanto este, que se expondrá al público en uno de los escaparates de la calle Mayor, como el del Sr. Santacruz, serán colgados en el salón de sesiones de la Casa-Ayuntamiento.
El retrato de Santacruz, era obra de Antonio Ruidavets.
7 de septiembre. El Diario de Orihuela: Ayuntamiento. Léese después una carta de nuestro esclarecido paisano, el pintor Sr. Agrasot, en la que con levantadas y patrióticas frases ofrece gratuitamente a Orihuela, el magnífico retrato del Sr. Capdepón. La Corporación municipal declara haber oído con satisfacción la lectura de la carta del ilustre artista orcelitano, y acuerda por unanimidad concederle un voto de gracias.
El viernes 7 de diciembre, con permiso de «La Crónica», tomaron de un colega valenciano la noticia de que estaba expuesto otro cuadro de Agrasot en el escaparate del Sr. Nicolás.
Representa el asunto una escena familiar entre labradores. Están colocados formando un círculo con trazas de empezar un baile. Un emparrado les sirve de cobertizo.
En medio destacan dos figuras que son la pareja de baile. Ella con castañuelas. Un labrador ya entrado en años lleva en la mano izquierda la guitarra mientras con la otra coje una silla. En primer término un labrador está sentado dando la espalda al espectador.
Año 1889.
8 de febrero. La Iberia. Madrid: ESPAÑA EN LA EXPOSICIÓN DE PARÍS. Decididamente los artistas españoles tendrán representación digna y numerosa en la próxima Exposición Universal de París.
El Sr. Palmaroli desde Roma, y D. Enrique de Mélida desde París, han escrito al presidente del Comité ejecutivo en Madrid, manifestándole que en ambos importantes centros artísticos nuestros paisanos tienen los mejores deseos y los más bellos propósitos, disponiéndose todos a concurrir al gran certamen internacional.
Hasta hoy el Comité ha recibido de nuestros artistas 54 peticiones de sitio. Entre ellas se encuentra (…) Joaquín Agrasot con «Una pastora leonesa»…

El 20 de marzo, «el Diario de Orihuela» dio cuenta del nuevo cuadrito expuesto en el escaparate del establecimiento de la calle de Zaragoza, en Valencia. Se trata de una merienda de galanes de casaca y labradoras murcianas; obra muy elogiada por el público.
22 de agosto. La Ilustración española y americana: Joaquín Agrasot nos presenta una pastora de la provincia de León, cuyas manos nos parece que han sido deformadas por las labores del campo, hasta el punto de que carecen totalmente de dibujo.
Pero si las manos son vulgares, el traje no lo es, y hasta diríase que el pintor ha temido arrugar el vestido de una pastora tan bien puesta para guardar su rebaño. Esto es lo que nos permitiremos calificar de pintura «honrada», pero sin personalidad y sin brillo.
El cinco de octubre, «El Atlántico» de Santander, publicó una carta de su corresponsal en París, redactada tres días antes. Contenía la lista de expositores españoles premiados.
En el grupo uno, titulado «obras de arte»; en el apartado de menciones honoríficas, el primero era Joaquín Agrasot.

Año 1890.
En mayo se celebró la Exposición Nacional de Bellas Artes.
16 de mayo. La Monarquía: Exposición Nacional de Bellas Artes.(…) Agrasot, el artista valenciano que tantos éxitos ha obtenido, presenta un cuadrito que representa un obrador de modistas en que éstas discuten acaloradamente, y que titula Historias de taller.
Cosas de mucho más mérito ha pintado el autor; mas así y todo, es una obra grata a la vista y con el color de que siempre ha hecho el Sr. Agrasot prodigioso alarde. Hay además mucha luz y la composición es original. ANTONIO CÁNOVAS.
18 de mayo. La Iberia: EXPOSICIÓN DE BELLAS ARTES. Madrid, 16 de mayo (…) Historias de taller, de Joaquín Agrasot. Cuadro lleno de luz y de vida, pero que peca de convencionalismo en las carnes y en los paños.
Su Montañesa de León es superior, en mi concepto. Mejor dibujada, más sentida, tiene más armonía de color y un sello de verdad de que carece el cuadro anterior.
5 de junio. Gaceta de Instrucción Pública: LA EXPOSICIÓN NACIONAL DE BELLAS ARTES. LOS PREMIOS. El VOTO DE LOS TRECE. Este es el nombre con que se titula por todos, el fallo del Jurado que ha concedido las recompensas cuya relación precede, y que viene siendo objeto de las mayores censuras y protestas.
Reconocemos, con la unánime opinión de la prensa y del público en general, la injusticia notoria que en el famoso reparto de premios se ha cometido; pero no podemos menos de confesar que siendo fruto de la libre elección de los artistas el Tribunal que con ellos tan mal se ha portado, no tienen derecho a quejarse.
A pesar de que la prensa lo consideraba un artista inteligente y laboriosísimo, «Historia de taller» y «Montañesa de León», lienzos de Joaquín Agrasot, se quedaron sin premio.
Los expositores, entre ellos nuestro biografiado, se quejaron.
5 de junio. La República. Madrid: EXPOSICIÓN DE BELLAS ARTES. LA PROTESTA DE LOS ARTISTAS. Ayer quedó presentada al ministro de Fomento la protesta que la mayor parte de los pintores que han expuesto trabajos en el palacio de Bellas Artes se oponen a los acuerdos del Jurado.
He aquí el nombre de los firmantes: (…) Joaquín Agrasot, premiado con la medalla de arte en la Exposición Universal de Filadelfia, de segunda clase en la Exposición Universal de Barcelona, y de tercera y segunda en las Nacionales de 1864 y 1867.
En otoño exponía en Valencia.
6 de noviembre. El Heraldo de Madrid: Nos escriben de Valencia, que entre las obras expuestas durante la pasada semana en la Exposición permanente de Bellas Artes de aquella capital, figura un cuadro de pequeñas dimensiones que es una perla por lo bien acabado debido al pincel del Sr. Agrasot.
En suntuoso palacio se ve a un personaje que con mucho sigilo, al pasar por delante de una puerta, separa con tiento un cortinón en actitud de espiar. Hasta el más insignificante detalle tiene el sabor de época que el artista ha querido representar.
Dibujo y colorido es correctísimo. El Sr. Agrasot es un artista que ha sido premiado en varias Exposiciones nacionales de Bellas Artes celebradas en Madrid.
Año 1891.

7 de abril. El Diario de Orihuela: Nuestro paisano y amigo Sr. Agrasot, ha expuesto en el Salón de Bellas Artes de la calle Caballeros de Valencia, dos cuadros que han de remitirse a Barcelona para tomar parte en el concurso que en breve va a verificarse en aquella capital.
Se hacían eco de la descripción publicada por un colega en el «Correo de Valencia». Se trataba de dos cuadros de diferentes tamaños.
El más grande mostraba una habitación con ventana a la calle, iluminando a dos costureras junto a la máquina de coser. El segundo era un bautizo de labradores que salía de la iglesia y una tartana les esperaba en la calle.

9 de abril. La Época: Entre los pintores valencianos que enviaran cuadros a la Exposición de Bellas Artes de Barcelona se cuenta el señor Agrasot, que remite dos cuadros; uno que representa una habitación con vistas a la calle, y otro un bautizo.
11 de mayo. Diario de Avisos. Madrid: Exposición de Bellas Artes. La que hoy ha de inaugurarse en el palacio de cristal del Buen Retiro ofrecerá al público una numerosa colección de cuadros de caballete de todos los géneros de la pintura, garantidos y recomendados por firmas acreditadas.
La hábil dirección de este certamen no ha podido reunir cuadros de importancia, y ha presentado las mejores firmas españolas en ejercicio, porque no todas las primeras concurren asiduamente a estas fiestas periódicas.
Y era imposible, dada la proximidad de la última exposición oficial y el hecho actual de la de Barcelona, que pensara nadie en reunir cuadros de importancia, este año al menos, en el Palacio del Retiro.
Todas las paredes del gran salón están cubiertas de cuadros. Se aproxima el total a 500. (…) Sorolla ofrece muchas cosas buenas. La procesión en la catedral, los celos del valenciano, la figura de mujer y un soberbio retrato del ex ministro republicano D. Rafael Cervera. El viejo, de Fortuny, concienzudo y de gran color. El retrato de Agrasot, bueno.
13 de mayo. La Libertad. Madrid: La Exposición del Círculo de Bellas Artes. Agrasot (Joaquín): En Visita. La media figura de mujer que ha pintado el Sr. Agrasot, lo mismo puede estar de visita que de espera, que de cualquier otra cosa. Y observo con pena el amaneramiento en que va cayendo este distinguido autor.

24 de julio. El Diario de Orihuela: En la instalación de cuadros en la exposición permanente de la calle Caballeros de Valencia, ha colocado varias obras nuestro estimado amigo y paisano Sr. Agrasot, a propósito de las cuales, dice un colega de Valencia: El primero es una odalisca de tamaño natural recostada sobre artísticos almohadones.
Los otros dos son dos tablas de pequeño tamaño: una feria de ganado a las afueras de una población, confuso tropel de huertanos y gitanos concertando tratos; el otro un mosquetero en el cuerpo de guardia, fumando una pipa.

Año 1892.

El 4 de Julio, «La Ilustración Artística» le dedicó un especial con varias reproducciones de sus obras. Y una especie de biografía en vida, redactada por el crítico de arte Antonio García Llansó.
El camino estaba ya trazado cuando Goya produjo sus inimitables obras, genuinamente españolas, y la escuela se halla bien determinada, cuando entre sus entusiastas e inteligentes adeptos figuran nombres tan distinguidos como los de Bécquer, Ruy-Pérez, Fortuny, Zamacois, Rico, Jiménez, Ribera, Galofre, Más, Llimona, Ramos y otros más que, desechando la morralla flamenca, han producido obras de encomio por su espíritu, por su belleza y la verdad de la forma.
A este grupo pertenece Joaquín Agrasot. Y este género de pintura es el que ha cultivado desde que dio sus primeros pasos en el camino del arte. A sus bellísimas composiciones, a sus sencillas notas de color que tan visible sello tienen de modernismo, debe la justa reputación de que goza entre los inteligentes y «amateurs».
Aun en Roma, en donde permaneció algunos años, precisamente los mismos que Fortuny, de quien fue predilecto y cariñoso amigo, supo evitar el contagio del amaneramiento y emprendió la forma agradable y simpática que marca el carácter de esta época, y que otros pintores distinguidos en Francia, Bélgica, etc. han cultivado después con tanto aprovechamiento.
(…) La mayor parte de los que constituían entonces la colonia artística romana, reñidos con la verdadera pintura histórica y con el verdadero misticismo religioso, y no presintiendo la laboriosa evolución que había de producir el modernismo y con él la pintura de género, derrochaban lastimosamente su ingenio y malograban sus aptitudes pintando flamencas y toreros estudiados en «modelos», convertidos en desgarbadas comparsas por su teatral atrezo y falta de carácter.
Ya hemos dicho que Agrasot supo sustraerse de tan pernicioso contagio, y después de haber recogido en Roma las enseñanzas que podían prestarle, en el ocaso de su vida, los que fueron astros de primera magnitud en el mundo del arte, trasladóse a París en donde pudo impregnar su espíritu del puro ambiente de los modernos conceptos del arte que presentía y anhelaba manifestar.

Aunque suponemos en Agrasot, ya desde sus primeros años, especiales condiciones para el arte, creemos justo consignar que estas se han solidado por efecto del continuo estudio.
Exigente consigo mismo, no ha permitido la exposición de una de sus obras sin haber vencido todas las dificultades que le hayan opuesto la línea o el colorido.
La mayoría de sus cuadros representan luchas, investigaciones; porque aparte de la concepción y desarrollo del asunto, plácese, ajustándose a las reglas artísticas de la estética y el arte, en vencer los escollos que a los tonos, al combinarlos, pueden ofrecerle.
Agréguese a esta que pudiéramos llamar cualidad, la de observar en todas, absolutamente todas sus composiciones, la mayor corrección en el dibujo; circunstancia que no poseen la mayoría de los pintores, aun los que se distinguen como coloristas, y se comprenderá el buen concepto del que goza, y la estima en que se tienen sus cuadros.
Si Agrasot no se hubiera ya dado a conocer en Roma como artista modernísimo y cultivador de la pintura de género, podríamos decir que es un alicantino extranjerizado.
Pero el pintor nos pertenece, es español, aun en los cuadros en que representa escenas y tipos no vulgarizados todavía en nuestra patria, porque sobre las filigranas del color y la elegancia de la factura, que armoniza con la fidelidad de la reproducción, se destaca la viveza, el calor, el sentimiento que solo se halla en la tierra española, en donde el cielo brilla más, el sol ilumina con más fuerza y la naturaleza toda sonríe.
Discípulo de la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, en la que ingresó en 1857, dióse pronto a conocer, siendo pensionado en Roma por la Diputación de Alicante, su provincia.
En la ciudad eterna pintó la «Lavandera Napolitana» y la «Escuela de aldea», que fueron premiados en la exposición de 1864, y adquiridos por el Estado, figurando el primero en el Museo del Prado y el segundo en la Academia de Bellas Artes de Barcelona.
A este triunfo siguió el que obtuvo en el concurso de 1867 por su bellísimo lienzo, titulado «Las dos amigas», adquirido así mismo por el Estado. De esta época datan los cuadros de caballete y las bonitas acuarelas que figuran en las colecciones de París, Berlín, Londres y Nueva York.
El fallecimiento de su cariñoso amigo Fortuny determinó su regreso a España, en donde debía recoger nuevos lauros por su cuadro «Muerte del marqués del Duero», premiado en la exposición de 1884 y adquirido por el Senado.
Otra recompensa alcanzó por su «Entrada del Emperador Carlos V en Yuste», que también fue adquirido para el Museo Nacional.
«Historia de taller», «Montañesa de León» y «El bautizo», son sus últimas producciones, premiadas en las Exposiciones Nacional y en la de Bellas Artes de Barcelona.

Tal es este campeón del arte moderno español, y tales las manifestaciones de su ingenio. Si logra hallar imitadores, podrá caberle la gloria, a pesar de su modestia, de haber ejercido un influjo en el arte pictórico español y marcado segura senda por donde enderezar sus pasos a los que no pueden todavía orientarse.
Mas sea cual fuere el resultado de sus laudables esfuerzos, el nombre de Joaquín Agrasot figurará siempre entre el de los artistas distinguidos, honra de las artes patrias.
9 de noviembre. La España Artística. Madrid: LA EXPOSICIÓN INTERNACIONAL. SECCIÓN DE PINTURAS. D. Joaquín Agrasot y Juan, natural de Orihuela (Alicante), discípulo de la Escuela de Bellas Artes de Valencia y de D. Francisco Martínez, con premios de la Exposición Universal de Filadelfia, de la de Barcelona y de las Nacionales de 1864 y 1866.
Ha presentado cuatro cuadros, y es el mejor, a no dudar, el señalado con el lema «A la salud de la novia», de 86 centímetros de alto por 1,47 metros de ancho.
La composición es movida y alegre: bajo el emparrado de una granja valenciana celebran la comida de boda, y uno de los comensales, vistiendo el clásico traje del país, brinda, copa en mano, a la salud de la novia.
El conjunto resulta precioso, bien dibujadas todas las figuras, y el colorido tonante y emplastecido.

19 de noviembre. La Ilustración ibérica: BELLAS ARTES EXPOSICIÓN INTERNACIONAL DE 1892. CUADROS DE COSTUMBRES. Joaquín Agrasot expone una sentida composición: Las hermanas de la caridad.

La perspectiva de la sala inundada de luz está sabiamente dispuesta, y muy tierno el grupo que rodea la camita de la niña asilada. Hilandera leonesa es un buen estudio del natural, y El bautizo y A la salud de la novia, escenas populares de Valencia muy bien observadas.
Año 1893.
1893. Fundador, propulsor y Presidente del Círculo de Bellas Artes de Valencia.

21 de julio. La Justicia. Madrid: Uno de los atractivos de la feria de Valencia consiste en la Exposición de Bellas Artes, instalada en la Lonja. Los artistas valencianos han respondido dignamente al llamamiento de la Junta, asegurando el éxito del certamen.
Sólo en la sección de pintura, el número de cuadros asciende a 400, y los hay de todos tamaños, desde seis metros cuadrados hasta la pequeña tablita de estudio, abundando más los de regulares dimensiones; viéndose la firma de Agrasot…
14 de agosto. La Época: Se inauguró ayer, en el Liceo, las Exposiciones de Bellas Artes, flores, productos industriales, plantas y labores de mujeres.
La de pinturas es la más completa, figurando las siguientes obras: (…) Sorolla, un «Apunte»; Morris, una «cabeza de gitano», y otra Agrasot. Hay además un «Fortuny» de los primeros tiempos del maestro.
La Exposición Mundial Colombina, llamada oficialmente Feria Mundial o Feria del Mundo, se organizó en Chicago para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento de América.

El domingo 3 de septiembre varios diarios de la capital dieron cuenta del fracaso español en Chicago. Entre los artistas derrotados figuraba Joaquín Agrasot.
Corresponsal de La Época: LA FERIA DEL MUNDO Chicago, 18 de agosto de 1893. Cuando escribí mi carta anterior, el fallo del Jurado de Bellas Artes era un secreto, y no pude, por lo tanto, hacer más que adelantar algunos nombres de artistas agraciados.
Hoy debería continuar el secreto, pero como los periódicos de Chicago han publicado esta mañana las listan generales de los premios concedidos, no tengo por qué callar lo que afecta a España, y puedo hacer públicas mis opiniones, como ofrecí en la citada carta, y decir que el fallo del jurado ha sido una completa derrota para los artistas españoles.

25 de diciembre. La ilustración artística: Un trovador valenciano. Aldeana leonesa, cuadros de Joaquín Agrasot.
Ventajosamente conocido de nuestros lectores el nombre del distinguido pintor valenciano Joaquín Agrasot, algunas de cuyas composiciones nos ha cabido la honra de publicar, nos abstenemos de repetir el concepto que nos merece como artista, con mayor motivo cuando sus méritos colócanle entre los que sostienen a gran altura el buen nombre de la escuela española.
Llamamos, pues, únicamente la atención hacia los dos notables cuadros que publicamos, trasunto fiel de dos tipos de opuestas regiones peninsulares; la garrida aldeana leonesa, compañera de aquella que alcanzó para Agrasot un premio en la penúltima exposición Nacional, y el trovador valenciano, copia de uno de esos huertanos, en cuyas venas circula todavía la ardiente sangre morisca que no han modificado ni los cruzamientos de la raza conquistadora ni el poderoso alambique de los siglos.
Año 1894.
24 de marzo. La Dinastía: Pasan ya de 150 los artistas que se han inscrito para enviar obras a la Exposición general de Bellas Artes, figurando entre ellos 18 españoles, 34 italianos, 41 por conducto de Sus Altezas Reales los Príncipes de Baviera, en su mayoría de Munich, 15 franceses, 18 austríacos, 14 belgas, 8 alemanes, 4 holandeses y los demás de Hungría, de Baden, de Wurttemberg, de Suiza y de Inglaterra. Además otros artistas nacionales y extranjeros han ofrecido tomar parte en la Exposición.
Más adelante, en el mismo número: Recomendamos a nuestros lectores el número once de La Semana Cómica, que por lo artístico de sus grabados y lo selecto de la lectura, merece que se adquiera.
La nota taurina es original y de un gusto exquisito; lo mismo que los originales de Agrasot y Llovera que publica.
El 3 de junio, en el semanario oriolano «El Orden», el columnista se quejaba amargamente de la indolencia de Orihuela; que no había sido capaz de enviar una representación digna a la Exposición de Bellas Artes celebrada en Alicante.
A pesar de los esfuerzos del director de la publicación, nombrado comisario especial de la exposición por la sociedad «Amigos del País», organizadora del evento, «solo nuestro paisano, el laureado pintor Sr. Agrasot, concurrirá a aquella fiesta del Arte».
22 de junio. La Dinastía: Revista de Madrid. Cuarta Exposición Bienal del Círculo de Bellas Artes. «Sala Velázquez». Así se la denomina porque todas las obras en ella expuestas destínanse a la tómbola, organizada en pro de la estatua del gran pintor de nuestro siglo de oro.
Murillo, aunque humilde, tenía ya su estatua en Madrid. Rivera poseía la suya en Valencia. Solamente el inmenso Velázquez, el parejo de Cervantes en la historia de nuestra cultura nacional, el inmenso naturalista no disfrutaba de ese tributo que las generaciones posteriores rinden a sus figuras inmortales. Más debiera hacerse; ninguna manera mejor de perpetuar la memoria del artista sin rival, que reunir bajo un solo techo todo lo producido por un pincel.
(…) Todos cuantos manchan no ya en la coronada villa, sino en provincias, han acudido a la súplica del Círculo de Bellas Artes. El éxito de lo reunido ha superado a las esperanzas concebidas, hasta el punto de que la sala de la rifa es por sí sola de tanta importancia como las demás y no tiene el catálogo con haberlas muy buenas, firmas como las que figuran en los cuadros que el manubrio de la tómbola se está encargando de repartir.
En aquella ocasión, Agrasot aportó un cuadro de fina factura, una cabeza de odalisca.
22 de junio. La Correspondencia de España: Pocas veces pensamiento tan hermoso como el de levantar un monumento a Velázquez ha tenido comienzo tan feliz como la tómbola organizada por el círculo de Bellas Artes para iniciar la suscripción proyectada.
El Madrid elegante, siguiendo elevadísimos ejemplos, parece haber patrocinado la rifa. Pasan de 80 ya los cuadros adjudicados a personas distinguidísimas, a cuyo frente figuran S. M. la reina y S. A. la infanta doña Isabel, quien en su última visita obtuvo un precioso paisaje del insigne Haes.
Al conde de Cabra le otorgó la suerte el Trovador valenciano, de Sorolla; (…) al conde de Valencia una cabeza, de Agrasot…
El monumento a Diego Velázquez, que preside el Museo del Prado, fue inaugurado en 1899 conmemorando el III centenario de su nacimiento.
En la parte posterior se puede leer: «Los artistas españoles, por iniciativa del Círculo de Bellas Artes».
El martes 31 de julio, en el «Heraldo de Madrid», figuraba como jurado en la «Batalla de Flores» que daba fin a la Feria de Valencia.

Año 1895.
27 de abril. La Unión Católica. Madrid: El «REINA REGENTE». Donativos. Comunican de Sevilla que bajo la presidencia de la Infanta Doña María Luisa Fernanda se ha constituido la Junta de Damas, para tratar del modo de allegar recursos a las familias de los tripulantes del Reina Regente.
Con igual fin se ha organizado una función extraordinaria en el teatro de San Fernando. En Valencia están ya terminados los detalles de organización de la función que ha de celebrarse en el teatro Principal a beneficio de las familias pobres de los náufragos del Reina Regente.
Se rifarán los objetos de arte (cuadros, bustos, etc.), regalados por los ilustres artistas Mariano y José Benlliure, Agrasot, Pinazo y otros. Los precios de las localidades serán muy subidos, y los productos íntegros de la función se destinarán en la siguiente forma: El 75 por 100 para las familias de los náufragos hijos de la provincia de Valencia, y el restante 25 por 100 para ingresarlo en la suscripción nacional encabezada por S. M. la Reina.
29 de abril. La Época. Fiesta benéfica. En el Teatro Principal de Valencia se celebró ayer la función organizada por Benlliure, Agrasot y otros artistas para auxiliar a las familias de los tripulantes del crucero.
29 de abril. El Liberal: Los Benlliures, Agrasot y demás celebrados artistas multiplicaban allí esta tarde su actividad y su ingenio, para dejar el local convertido en una especie de gruta formada por plantas y flores.
19 de mayo. Heraldo de Madrid: A las cuatro y media de la tarde, inaugurará S. M. la Reina Regente la Exposición de Bellas Artes, en el Palacio consagrado al efecto.
Al evento, realzado por tan augusta presidencia, se proponía asistir todo el Madrid culto y elegante «afanoso ya en la búsqueda de invitaciones». En el listado de obras expuestas, en la sala 7, encontramos la de Agrasot «Flores de Valencia».
9 de junio. La Dinastía: REVISTA ARTÍSTICA. Exposición general de Bellas Artes de 1895 en Madrid. Pintura. Sala 5ª. Yo llamarla a esta Exposición la de los cuadros chicos.
A la primera ojeada resulta endeble por la falta de grandes obras; examinada despacio se ve que es rica, que no está privada ni mucho menos la pintura de buenos cultivadores.
El actual certamen carece de la hermosura que se impone, v. g.; de la arquitectónica de una catedral; pero posee con creces el interés de una capilla de reliquias abundante en restos y orfebrerías.
Continuando la exploración me encuentro en esta sala con Agrasot y Juan (don Joaquín). Flores de Valencia. Es un cuadro gráficamente bautizado, de una luz espléndida.
La figura de la vendedora, de fino dibujo, tiene mucha vida. El natural está sorprendido y trasladado al lienzo con absoluta fidelidad. Es el autor, además, un colorista, cosas todas sabidas hace mucho tiempo.
El 25 de junio, «El Liberal Navarro» de Pamplona, hablaba de la «Exposición Rovira», animando a visitarla por San Fermín. Entre otras obras, destacaba
Un cuadro del Sr. Agrasot, una chula que llama justamente la atención. El cuadro es bueno, como todos los que llevan al pie esa acreditada firma.
El 26 de junio, el «Diario de Murcia» recordaba como, el pintor Gil Montejano, se quejó de una venta al Casino de Murcia. A él y a otros pintores murcianos les habían pagado quinientas pesetas por sus cuadros; a Agrasot, mil.

29 de julio. Los lunes de El Imparcial: Joaquín Agrasot: Una de las personalidades más salientes de nuestro arte moderno, es Joaquín Agrasot, cuyo retrato, acompañado de uno de sus bellísimos cuadros, reproducimos en estas columnas.
Agrasot pertenece al grupo de los pintores valencianos que, con Domingo, Casanova, Muñoz Degrain, Martínez Cubils, Amérigo, Pinazo, Cortina y otros, estudiaron el arte en la Academia de Valencia, y sin pasar por las enseñanzas oficiales de la de Madrid ampliaron sus estudios en Roma. Forma parte por tanto de la brillante legión de pintores levantinos.
Fue Agrasot el amigo íntimo, el hermano del alma de Fortuny (…) de aquellos tiempos de bohemia data la fama de insigne artista que tiene Agrasot.
Ha cultivado con gran lucimiento los géneros todos, pero el que ha llevado su nombre a todas las galerías extranjeras durante los últimos veinte años es el de costumbres, y más singularmente de costumbres de su bello y pintoresco país, como el titulado «En la venta», cuya reproducción acompaña estos renglones.
Las ferias de Valencia y su comarca, las posadas y ventas, la vida de los labradores, han sido como la inagotable mina de donde ha sacado por miles los asuntos de sus bellísimos cuadros, animados siempre con los esplendorosos colores de los trajes de la región, con la luz, la alegría y la hermosura de su país, donde la especie humana compendia como en ningún otro todos los de la creación.
Es un colorista insigne, pero posee un mérito superior al del genio, el de su bondad sin límites. Es difícil estrechar mano más honrada y leal que la suya.
En agosto, media docena de periódicos, a nivel nacional, publicaron la misma noticia desde Cádiz.
12 de agosto. El Correo Español: Se ha verificado en Cádiz la inauguración de la Exposición de Bellas Artes. Concurren a ella, con notables cuadros, los no menos notables artistas Sres. Villegas, Agrasot, Cutanda, Pastorino, Bilbao (D. Gonzalo), García Ramos, Pérez y otros. Las obras expuestas pasan de 250, y son admiradas por muchísimos amateurs.
Año 1896:


“La Unión Católica” Madrid, 14 de julio: “Se espera que la próxima Exposición de Bellas Artes, que aquí se celebre, resulte un verdadero acontecimiento. Por orden alfabético publicamos los nombres de los artistas cuyas obras figurarán en esta Exposición: Sres. Agrasot…”
Miércoles 11 de noviembre, “La Época”: “SALÓN MURILLO. El resultado que dio la venta de los cuadros y objetos de arte de la antigua e histórica casa de Osuna, la afluencia de aficionados a las subastas que se vericaron en el Palacio de la Industria y de las Artes, y el afán con que los particulares y los comisionados de Gobiernos y Museos extranjeros se disputaban las obras en porfiada puja, fueron otros tantos motivos para sugerir a un activo e inteligente industrial la idea de establecer un centro de venta de cuadros de los pintores modernos cuyas firmas alcanzan mayores cotizaciones en el mercado pictórico. El Salón Murillo ha venido a realizar los deseos de artistas y compradores, que tienen en él un lugar de contratación o, mejor dicho, un verdadero Museo de arte contemporáneo. Después de admirar tanta belleza artística, asiste el público a la subasta, en la que los amateurs adquieren, tras de porfiada lucha, cuadros dignos de figurar en las más renombradas galerías. (…) Entre los cuadros que hay actualmente allí, algunos son verdaderamente notables. Un labrador valenciano, de Agrasot, bastaría para dar fama a tan distinguido artista, si ya no la tuviera tan grande y con tan justos títulos…”
El 2 de diciembre, en “La Época” de Madrid se anuncia la exposición/venta que ya citamos en 1895 en Pamplona: «EXPOSICIÓN ROBIRA. Con este título acaba de inaugurarse en el local que ocupaba la Academia de billar en la calle de Carretas, un certamen de venta de cuadros y objetos artísticos del Japón. Predomina en los lienzos de este pequeño concurso la nota impresionista y el llamado modernismo; pero hay también otros muchos cuadros de diferentes pintores, estilos y escuelas. La Exposición se ve con verdadero gusto, pues hay allí coloraciones muy agradables y manchas de verdaderos artistas. Basta que citemos los nombres de Agrasot…»
Año 1897:
«El Liberal». Madrid, 14 de enero: «Hoy a las cinco en punto de la tarde, empezará la gran subasta de cuadros al óleo en la Exposición Robira de la calle de Carretas. Entre los aficionados está clasificada esta subasta de “monstruo”, y como tal puede considerarse, dada la importancia de las obras que se presentarán. He aquí el título de algunos cuadros y sus firmas:» En la lista figura “Valenciana” de J. Agrasot. “Todos ellos se presentarán sin tasación y se cederán al mejor postor. Lo advertimos para que los concurrentes lo sepan. Dicha subasta ha despertado gran interés, pues será la primera verificada en Madrid de autores contemporáneos de tanta importancia.” Durante semanas se anuncia la subasta «monstruo». En realidad son varias subastas. Comienzan el 14 de abril y se mantienen hasta mediados de mayo.
Sábado 30 de enero “La Época”: “Exposición Pares en Barcelona. Se ha inaugurado en Barcelona la decimacuarta Exposición extraordinaria en el Salón Pares. En ella figuran en su mayoría cuadros de firmas catalanas, como las de Masriera, Urgell, Brull, Miralles, Cusí, Graner, Borrell, Mas y Fondevila, Agrasot, Váncell, Baixeras y muchos otros. Los inteligentes han notado que en la Exposición Pares predominan los cuadros que se pudieran llamar sensatos, abandonando sus autores las corrientes impresionistas por las que de vez en cuando se han dejado arrastrar. En la referida Exposición, según las noticias que tenemos, hay expuestos cuadros que podrían figurar en los mejores certámenes.”
El 10 de febrero “El Imparcial”: “LOS SOLDADOS Y EL CÍRCULO DE BELLAS ARTES. Desde hace meses viene preparando el Círculo de Bellas Artes una publicación, cuyos productos íntegros se destinen a aumentar la suscripción de EL IMPARCIAL para los soldados de Cuba y Filipinas (…) La publicación constará de cinco cuadernos, que aparecerán en cinco miércoles sucesivos.” Joaquín colabora en todo acto benéfico. Aquí, en el tercer cuaderno figura “Estudio” de J. Agrasot.
El 22 de agosto, «El Imparcial»: «Mañana se inaugurará la Exposición de Bellas Artes. Entre otros varios de nuestros más distinguidos pintores…» Uno de ellos es J. Agrasot.



Año 1898.

1898. Fue nombrado miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia.
7 de marzo. Las Provincias. Valencia: La academia de Bellas artes se reunió ayer bajo la presidencia del Sr. Atard. Entre otros asuntos se acordó aprobar el programa para las oposiciones a la clase de colorido y composición.
Y nombrar académico de número para la sección de Pintura, a D. Joaquín Agrasot, cubriendo la vacante del difunto Sr. Asenjo.

8 de junio. Las Provincias: Bajo la presidencia del Sr. Atard, se constituyó ayer tarde en la Academia de Bellas Artes, el tribunal que ha de juzgar los ejercicios de oposición a la clase de Colorido y Composición, vacante en aquel centro.
Fue designado para el cargo de secretario D. Joaquín Agrasot; y se acordó igualmente que los ejercicios comiencen el día 13, a las once de la mañana.

Año 1899.

1899. Inicio del curso 1899-1900, leyó su preceptivo Discurso de Ingreso bajo el título «Enseñanza del Arte» en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, de la que fue profesor interino.

30 de enero. El Globo: ESPAÑA EN AMÉRICA. La Escuela de Bellas Artes de Méjico está celebrando actualmente su XIII Exposición Internacional de Pintura y Escultura.
La Exposición de este año representa un cariñoso recuerdo para la que en otro tiempo fue metrópoli de la mayor parte del continente americano, recuerdo más de agradecer hoy, que ya no ondea sobre el suelo de América nuestra bandera.
El Gobierno mejicano ha tenido un hermoso rasgo para España acordando que se costee con fondos de aquel Estado el transporte de las obras de arte que nuestros artistas envíen a la Exposición anunciada.
Llegaron a México ochenta y nueve obras pictóricas y de escultura, remitidas por artistas de todas las regiones españolas entre los que figuraba, cómo no, Joaquín Agrasot.

9 de octubre. Las Provincias: APERTURA DE CURSO. Academia de Bellas Artes. En la sala de retratos del Museo de Pintura se celebró ayer mañana la apertura del Curso en la Academia de San Carlos, y la distribución de premios a los alumnos de los estudios superiores de Bellas Artes.
(…) A las doce se abrieron las puertas del Museo y comenzó el acto, presidiéndolo el consiliario D. Joaquín Agrasot (…) Luego ocupó la tribuna el distinguido artista y académico, D. Joaquín Agrasot, leyendo el discurso inaugural.
Conocíamos los trabajos pictóricos del maestro, pero ignorábamos lo fuera también en el arte literario. En forma llana y correcta expuso profundas observaciones sobre la Enseñanza en el arte.
El Señor Agrasot habló con la autoridad del maestro (…) el numeroso concurso oyó con religioso silencio al Sr. Agrasot; y al terminar la lectura resonó en la sala nutrida salva de aplausos…
Terminó la ceremonia declarando el presidente en nombre de S. M. el rey, abierto en curso académico 1899 a 1900. La banda de música de la Casa de Beneficencia amenizó los intermedios.

31 de julio. La ilustración artística: Un huertano, cuadro de Joaquín Agrasot. Si Agrasot no fuera ventajosamente conocido en el mundo del arte, si a su nombre no estuviera unido el concepto de maestría, bastaría el lienzo que reproducimos para demostrar sus estimables cualidades.
Artista de corazón y entusiasta por su región, ofrece al país que le vio nacer las galas de su ingenio y el resultado de su habilidad.
Pocos como él han logrado representar con tanta fidelidad los brillantes cuadros de costumbres y esos tipos, que cual el del huertano, recuerdan los del pueblo morisco, que legó su savia a la tierra valenciana, convirtiéndola en continuado jardín.
El tipo al que nos referimos es sin duda uno de tantos que abundan en la huerta, y aunque real, descúbrese en el cuadro la experta mano del pintor y el esfuerzo del artista.

Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba).
Mi agradecimiento a José Manuel Dayas.