José García Goldáraz.
Nacido en Hernani (Gipuzkoa) el 24 de octubre de 1893. Estudió en la Pontificia Universidad de Comillas obteniendo doctorados de Teología, Derecho y Filosofía.
Como nota curiosa, en su juventud cultivó la poesía en euskera, colaborando en la revista Euskal-Esnalea.
Secretario particular del obispo de Ciudad Real, su paisano y mentor Francisco Javier Irastorza, cuando la Nunciatura lo trasladó a Orihuela en 1922 marchó con él.
Tres años después era canónigo de la Catedral oriolana.
En 1928 el nuncio en Madrid le llamó para el Tribunal de la Rota; y cuatro años más tarde lo nombraron arcipreste de la Catedral de Madrid; actuando además como asesor jurídico de la Nunciatura.
Terminada la Guerra Civil y gracias al convenio firmado con la Santa Sede, el régimen franquista asumió el privilegio de presentar a los obispos.
Fallecido el prelado Irastorza en diciembre de 1943, llamaron a Goldáraz para suceder a su mentor.
Mientras, el administrador apostólico Luis Almarcha actuó como obispo en funciones durante poco más de un año.
Y así, en el verano de 1944, otro prelado vasco alcanzaba el Obispado de Orihuela.
Consagrado en la Catedral de Madrid el domingo 26 de noviembre, disponemos de las noticias de los días 25 y 28:
ABC. 25 de noviembre de 1944: Consagración del Obispo de Orihuela. A las diez horas de la mañana del domingo se celebrará en la Santa Iglesia Catedral el solemne acto de la consagración del nuevo obispo de Orihuela, Dr. D. José García Goldaraz.
ABC. 28 de noviembre de 1944: Consagración del nuevo Obispo de Orihuela. Fue apadrinado por él ministro del Aire y su esposa. La solemne ceremonia de la consagración del nuevo obispo de Orihuela, Dr. D. José García de Goldáraz, se ha celebrado, a las diez de la mañana del domingo, en la Santa Iglesia Catedral de Madrid. Ofició el nuncio de Su Santidad, monseñor Cayetano Cicognani, asistido de los obispos de Madrid-Alcalá, Dr. D. Leopoldo Eijo Garai y de León, Dr. D. Luis de Almarcha.
Asistieron a la ceremonia los obispos de Sigüenza, doctor Muñoyerro; de Vitoria, padre Carmelo Ballester, y auxiliar de Madrid-Alcalá, doctor D. Casimiro Morcillo.El nuncio apostólico entró bajo palio y fue recibido por todos los prelados que asistieron a la ceremonia. En lugar preferente, frente al altar se situaron los padrinos del consagrado, ministro del Aire, teniente general D. Juan Vigón y su señora, doña Esther Sánchez Partierra de Vigón.
Después de la adoración del Santísimo Sacramento, comienza la ceremonia. El nuncio apostólico ocupa un lugar al lado del Evangelio y el obispo electo, otro al lado de la Epístola, donde se halla instalado un altar profusamente adornado, de flores blancas, en el que celebra la primera parte de la misa.
A la ceremonia han asistido, además del ministro y la señora de Vigón, el gobernador civil y jefe provincial de Alicante comandante D. José María Paternina; el presidente de la Diputación de Alicante, don José A. Verdejos, y una representación de la Corporación.
El abad de la colegiata de Alicante, una representación del Ayuntamiento madrileño, integrada por los tenientes de alcalde conde de Casal y Sr. Alonso de Celis; los alcaldes de Orihuela, San Sebastián y Alicante con nutrida representación de las Corporaciones municipales respectivas.
El juez de Primera Instancia de Orihuela, una representación del Cabildo de la Catedral de Orihuela; los seminaristas de Orihuela; una representación de la Cámara de Comercio de Orihuela; la marquesa de Lendinez, el marqués de la Vega de Anzó; una representación de la Acción Católica de Elche, y otra de la Junta Nacional del Misterio, numerosas representaciones de Valencia, Alicante, Murcia y, en general, de la región levantina.
De la diócesis del nuevo prelado solamente, han llegado más de 300 fieles en un tren especial, representaciones de Acción Católica de Madrid y de otras Corporaciones. El acto se celebró con el ceremonial acostumbrado y, al final, el nuevo prelado dio la bendición a los fieles.
Poco después, el obispo de Orihuela ofreció, una recepción en su residencia a sus padrinos, autoridades y jerarquías que asistieron a la ceremonia.
Actuará de consagrante el nuncio de Su Santidad asistido por los obispos de Madrid-Alcalá y de León. Serán sus padrinos el teniente general D. Juan Vigón ministro del Aire, y la señora doña María Esther Sánchez Pertierra De Vigón.
Goldáraz tomó posesión de la mitra el 4 de febrero de 1945. En carta enviada al Cabildo notificó «su entrada oficial en la Diócesis (D.m.) el Domingo de la Quinquagésima, día 11 de Febrero próximo».
Para describir la tradicional ceremonia oriolana disponemos de la crónica del Boletín Oficial del Obispado, incluida en la tesis doctoral de Mª del Carmen Portugal Bueno, «Las celebraciones oficiales tradicionales cívico-religiosas de los municipios de España en el siglo XXI. La entrada episcopal en la Diócesis de Orihuela-Alicante».
Según dicha crónica, el obispo llegó a Cox a las doce de la mañana y fue recibido por el párroco Juan Manuel Carbajo y el alcalde Clemente Sáez. Les acompañaba el Ayuntamiento en pleno, las autoridades locales y el pueblo en masa, llevando por delante a unos niños que portaban ramos de flores.
Goldáraz entró a la iglesia parroquial, rezó unos momentos y bendijo al pueblo congregado. De allí pasó al Ayuntamiento, donde le esperaba una larga recepción de autoridades, organismos diocesanos y provinciales.
Tras dicha recepción visitaron el convento del Carmen y volvieron al ayuntamiento para ser agasajado por la Corporación Municipal.
Llegó a San Antón a las cinco de la tarde. Allí le esperaban la banda de música Orcelitana, autoridades locales y otras personalidades de la ciudad para darle la bienvenida.
Una vez dentro de la ermita lo recibió una comisión del Cabildo. En su nombre, el síndico Arturo Esquiva, saludó al prelado con un breve discurso de bienvenida que fue contestado con palabras impregnadas de cariño. Seguidamente se retiró a descansar.
Después comenzó la visita de las autoridades oriolanas. En nombre de la Corporación Municipal, el síndico Manuel Cañizares ofreció un cordial discurso de bienvenida.
Seguidamente fue saludado por la Corporación en pleno, con su alcalde y jefe local del Movimiento, Rafael García Pertusa, a la cabeza.
Tras ellos llegó el turno al resto de las autoridades civiles y militares. A continuación prepararon la comitiva que, saliendo de la ermita de San Antón, llegaría hasta la catedral.
Abrían la marcha los maceros municipales. Tras ellos el Prelado montado en su mula. El alcalde Rafael García a la derecha; el primer teniente de alcalde, Baldomero Giménez, a la izquierda; ambos montando briosos y espléndidos caballos.
Al llegar a la puerta de Olma la encontró cerrada. Tenía la llave para que «desde su mulilla torda, que recordaba la que montó el Señor en su triunfal entrada en Jerusalén, la abriera para entrar en su Ciudad, la Sede de su Diócesis, como Señor espiritual de ella».
Tras cruzar el umbral de la puerta de Callosa, la comitiva siguió su camino para llegar a un altar instalado entre las populares calles de la Carretería y el Paseo. Allí rezó ante la imagen de la Patrona, la Virgen de Monserrate, alzada graciosamente en un altar.
Posteriormente el obispo se revistió con los ornamentos pontificales y comenzó la procesión con dirección a la catedral.
Estaba formada por miembros de Acción Católica, enarbolando sus estandartes; por los seminaristas con sus blancos roquetes; por las comunidades religiosas de franciscanos, capuchinos y Jesuitas, todos en largas filas; por las parroquias de la ciudad con sus cruces alzadas; y por los dos cabildos eclesiásticos: el de la colegiata de Alicante y el de la catedral de Orihuela.
El prelado caminaba despacio, provisto de mitra y báculo. Iba bajo palio cuyas varas portaban los médicos y abogados de la ciudad seguidos por un cortejo de autoridades regionales, provinciales y locales. Cerrando la procesión marchaba la Banda de Música «Lírica Orcelitana».
Pasaron por Sagasta, Ballesteros, Alfonso XIII, Teniente Linares y Ramón y Cajal, hasta llegar a la Plaza del Salvador donde el obispo entró a la catedral por la puerta principal, la de Las Cadenas. Dentro recorrió procesionalmente las naves del templo y subió al presbítero, sentándose en la cátedra.
Tras el «Te Deum» y la oración correspondiente, el flamante obispo bendijo a los asistentes desde el altar mayor. Y finalmente, bajando del púlpito, dio a besar su anillo a todos, empezando por el clero y las autoridades.
Conocedor del funcionamiento de su diócesis (no olvidemos que ya había trabajado con su antecesor en la mitra), continuó la labor de reconstrucción.
Para animar la fe de su feligresía organizó ocho Congresos Eucarísticos Diocesanos.
Entre los meses de noviembre de 1949 y agosto de 1950 actuó como administrador apostólico de la vecina diócesis de Cartagena-Murcia.
En 1952 asistió, junto a obispos del mundo entero, al XXXV Congreso Eucarístico Internacional, celebrado en Barcelona.
Su carrera culminó en noviembre de 1953, cuando fue nombrado arzobispo de Valladolid.
La mitra oriolana pasó a Pablo Barrachina Estevan en 1954.
Orihuela lo nombró «hijo adoptivo» y le otorgó la medalla de oro de la ciudad. Y en Alicante recibió la medalla de oro provincial.
Boletín Oficial del Obispado. 17 de julio de 1954. Imposición de la Medalla de Oro de Orihuela al arzobispo de Valladolid. En la mañana del día 17 de Julio, con motivo de cumplirse el 712 aniversario de la reconquista de Orihuela, se han celebrado solemnes actos conmemorativos.
Y ha sido fecha tan señalada la escogida para imponer la medalla de oro de la ciudad al Excmo. y Rvdmo. Sr. Dr. D. José García Goldáraz, Arzobispo de Valladolid y Administrador Apostólico de esta Diócesis.
Al terminar — doce y cuarto de la mañana— la misa solemne celebrada en la parroquia de Santa Justa y Rufina con motivo de la festividad del día, la Corporación municipal y autoridades asistentes a dicho acto se dirigieron a la Santa Iglesia Catedral, dando escolta a la gloriosa enseña del Oriol, para recoger al doctor García Goldáraz y acompañarlo al Ayuntamiento.
El Rvdmo. Prelado, el Excmo. Sr. Gobernador civil y jefe provincial del Movimiento, D. Jesús Aramburu Olarán; el ilustrísimo presidente de la Diputación provincial, don Artemio Payá— que se habían desplazado expresamente desde Alicante para asistir a la Imposición de la medalla —, y las autoridades locales, se trasladaron a! edificio del Ayuntamiento, en cuyo balcón principal y a los acordes del Himno Nacional, fue izada la enseña oriolana.
Una gran multitud, que llenaba por completo la plaza del Caudillo, acogió con clamorosos aplausos la presencia del Dr. García Goldáraz y de las autoridades que le acompañaban.
Una vez en el salón de actos, Su Excia. Rvdma. ocupó el escaño central; teniendo a su derecha al Excmo. Sr. Gobernador y al Ilmo. Sr. presidente, de la Diputación, y a su izquierda, al Sr. Alcalde de Orihuela, D. José Balaguer Balaguer, y otras jerarquías eclesiásticas, militares y civiles.
El salón, engalanado con los ornamentos de las grandes solemnidades, se hallaba ocupado por representaciones de todas las entidades, corporaciones y centros.
El secretario de la Corporación municipal dio lectura al acuerdo por el que fue concedida la medalla de la ciudad en su categoría máxima al Rvmo. Prelado.
Dicho acuerdo, tomado en 17 de mayo de 1952, no había sido cumplimentado hasta ahora por voluntad expresa del Sr. Arzobispo.
Así lo confirmó, en el discurso que pronunció seguidamente, el Sr. Alcalde de Orihuela, quien hizo brevemente historia de la primera estancia del Dr. García Goldáraz en la ciudad, con anterioridad a su elevación a esta Sede.
El Sr. Balaguer enumeró los méritos que justifican el acuerdo municipal, pidiendo al Administrador Apostólico de nuestra Diócesis que lleve siempre junto a su corazón la medalla que va a serle impuesta, como perpetuo recuerdo del amor que le profesan los oriolanos.
Seguidamente, hizo referencia a la gratitud que la ciudad le debe y a la que de manera especial sienten hacia él las gentes humildes, a las que tantos desvelos ha dedicado.
En medio de la emoción de tocios los presentes, el Sr. Balaguer procede a la imposición de la medalla. Su Excia. Rvdma., visiblemente conmovido, expresó el agradecimiento que suscitaba en él tan alta distinción, que no merecía— dijo—, puesto que no había hecho otra cosa que amar a los oriolanos y vivir emocionadamente los casi diez años que ha pasado entre ellos.
Aludió a su primera estancia en la ciudad, de la que guardaba un hondo y grato recuerdo; tan hondo y tan grato como el que ahora se lleva.
Una prolongada salva de aplausos acogió el discurso del Dr. García Goldáraz, dándose por terminado el acto.
En el verano de 1970 renunció al Arzobispado y estableció su domicilio en Valladolid, donde pasó el resto de su jubilación.
Tres años después falleció en el hospital de la Cruz Roja de dicha localidad, concretamente el 10 de junio de 1973. La Corporación oriolana con su alcalde a la cabeza asistió al entierro en la catedral vallisoletana.
José García Goldáraz tiene calles dedicadas en Hernani, Valladolid, Alicante y Orihuela.
La de Orihuela está situada en el popular «Barrio de las Monserratinas» y se llama «calle Arzobispo».
En una de sus esquinas, achaflanada, luce un hermoso busto obra de José Sánchez Lozano. Es gemelo de otro ubicado en uno de los patios del Seminario.
Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba).