El cuartel de Infantería y Caballería.

A lo largo del siglo XVIII se consideró conveniente la construcción de cuarteles militares para facilitar las condiciones de vida y reforzar la disciplina de las tropas; liberando a los pueblos de la carga económica y de las molestias que suponía alojar a los soldados en mesones y casas particulares. Fue durante el reinado de Felipe V, el primer Borbón, cuando se crearon los ejércitos permanentes…

Tropas de Felipe V.

El Cuartel de Caballería de Orihuela. Siglo XVIII:

En 1718 se redactó el reglamento para establecer los cuarteles en edificios de nueva planta o en antiguas construcciones adaptadas al nuevo uso. Paradójicamente, para liberar a las ciudades de la carga que implicaba alojar a las tropas, cada población tuvo que costear posteriormente el costoso mantenimiento.

Juan Elías Gómez de Terán. Obispo de Orihuela. (1738-1758)

A mediados de la centuria comenzaron a proliferar edificios militares por toda la geografía española. En el caso de Orihuela fue el obispo Juan Elías Gómez de Terán quien impulsó la construcción de un cuartel de Infantería y Caballería en 1740.

Planos del Cuartel de Orihuela. Archivo de Simancas. Ministerio de Cultura.

Situado extramuros en un huerto de palmeras propiedad de la marquesa de Rafal, a cien pasos de la ciudad entre el convento de Capuchinos y la Ermita del Sepulcro, Josef Montesinos le dedicó unas líneas en su compendio histórico.

MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 1. Manuscrito. 1791. Caja Rural Central. Orihuela.

Cuartel de Caballería y Dragones. El suntuoso y capacísimo Cuartel de Caballería tiene su situación extramuros de esta Ciudad de Orihuela, mirando al mediodía, entre la ermita del Sepulcro y el Convento de los Capuchinos, en un terraplén espacioso que sirve para hacer los soldados sus evoluciones militares; es capaz (sin que estén incómodos) de tener un Regimiento entero, como sucede muy de ordinario.

Su disposición es famosa, sus habitaciones arrogantes, y su exterior fachada, primorosa; Se construyó por cuenta de la Real Hacienda en el año 1749, por orden del Rey D. Fernando VI de Borbón, cuyas armas están en lo más elevado de su puerta principal, siendo su director, nuestro Ilmo. Prelado el Sr. D. Juan Elías Gómez de Terán, quien expendió igualmente sumas considerables de dinero en su fábrica por obsequio a su Católica Real Majestad.

El trabajo documental publicado por José Mª Penalva y Manuel Sierras en la obra «Patrimonio Municipal oriolano en el siglo XVIII. Inventario de Bienes muebles e inmuebles» demuestra que en su ubicación, diseño y construcción intervinieron grandes profesionales escogidos por el prelado.

Planos del Cuartel de Orihuela. Archivo de Simancas. Ministerio de Cultura.

Hablamos de personajes de la talla de Sebastián Feringán Cortés, uno de los más prestigiosos ingenieros militares de la época, autor de numerosos edificios navales y militares en Cartagena. En Murcia colaboró en la nueva fachada de la catedral y tiene dedicada una calle.

También de Nicolás Bodín, experto en fortificaciones. Y de Marcos Evangelio, arquitecto academicista que trabajó significativamente en la iglesia de Santa María de Elche.

Planos del Cuartel de Orihuela. Archivo de Simancas. Ministerio de Cultura.

Montesinos afirma que se construyó en 1749 por orden del rey Fernando VI; pero el proyecto y los primeros planos son de 1741, cuando todavía reinaba todavía su padre, Felipe V. Dos años después, con el primer Borbón español todavía en el trono, las obras estaban ya en marcha.

Se interrumpieron (quizá por la muerte del rey); y al reanudarse en 1747, se decidió reforzar el grosor de los muros y ampliar el tamaño del recinto para que pudiera albergar a un regimiento completo de Dragones.

Dragón, arcabucero a caballo. Regimiento Lusitania.

En 1749 las obras estaban prácticamente finalizadas; y el obispo, en una carta enviada a la ciudad, se mostraba orgulloso del resultado.

Apliqué mis oficios en la Corte, y Dios hizo el beneficio a V.S. para evitar muchas culpas, y el alivio en los aloxamientos, de el Cuartel magnifico que se está concluiendo, que la haze a V.S. tan famosa, como possehedora de una tan superior alhaxa, que a su todo para mil y quinientos hombres con la espaciosa explanada, y cavallerizas, no llega el Cuartel de Guardias de Madrid, ni le ai en España, ni en Francia, y solo se halla en Orihuela.

Planos del Cuartel de Orihuela. Archivo de Simancas. Ministerio de Cultura.

En 1751 el Ayuntamiento de Orihuela se dirigió a Fernando VI para ofrecerle el nuevo edificio. Por desgracia para ellos, el esfuerzo económico no había hecho más que empezar; la manutención y el costoso mantenimiento valorado en mil pesos anuales correrían de su cuenta a partir de ese momento.

En la descripción de Montesinos de la pajera y de los abrevaderos anexos al cuartel, fechada en 1791, nos informa también de que, en ese preciso momento, lo ocupaban los Dragones de Almansa, cuerpo de arcabuceros a caballo que en el XIX pasó a llamarse Caballería ligera.

En este año de 1791 lo ocupa el Regimiento de Dragones de Almansa. Cercana al Cuartel, como a unos 24 pasos, está la pajera, que es grande y muy capaz, con las armas oriolanas sobre su puerta, construida a expensas de los propios de esta ciudad en el año 1782.

Abajo, junto al camino principal, al lado de la huerta, formando esquina con la calle del Carril, entre deliciosos álamos, olmos y chopos, está la noria y pilones de piedra negra bruñida en los que beben los caballos del Rey. Esta obra la hizo la Muy Ilustre Ciudad, de sus propios, en el año de 1775, como consta en la presente inscripción que se lee en su pared principal, bajo las armas oriolanas que dice así:

MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 1. Manuscrito. 1791. Caja Rural Central. Orihuela.

Siglo XIX.

Gracias al folletín «Orihuela durante la Guerra de la Independencia», reseña histórica de 1908 escrita por Justo García Soriano y Rafael Rogel para «La Huerta» con motivo del centenario de la Guerra de Independencia, sabemos que el cuartel fue reparado a principios del siglo XIX.

En el Cuartel de Caballería se acababan de realizar algunas reparaciones, obras que encargó el ilustre Cuerpo al peritísimo maestro D. Mariano Sánchez. Este, terminado su cometido, presentó la cuenta de los gastos realizados, que se elevaban a ciento diez y seis reales, doce ms. Vellón.

De este modo quedaba dispuesto el cuartel para prestar a las tropas cómodo alojamiento. Más adelante veremos que prestó ese edificio utilísimos servicios tanto a la patria chica como a la patria grande. Para las necesidades de aquella época era excelente; poseía espaciosos dormitorios aireados por numerosas ventanas al exterior, a los que daban acceso anchurosas escaleras.

En el interior lucía un gran patio, donde existía, y aún creemos que existe hoy, un pozo magnífico con agua abundante. El brocal de este pozo estaba construido con una sola piedra. Las cocinas estaban sobre el suelo, a la espalda del edificio. Ante el cuartel se extendía un llano donde la caballería hizo frecuentes evoluciones adiestrándose en el arte de la guerra.

Acabada la guerra con el francés quedó de nuevo en manos municipales sin partida específica para los cuantiosos gastos de mantenimiento. Las obras de conservación se suspendieron por lo que se fue deteriorando con el paso de los años. En 1832 el Ayuntamiento se quitó la responsabilidad cediéndolo a la Corona; y ese fue el golpe de gracia.

Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar (1846-1850) – Madoz, Pascual, 1806-1870  

A la salida de la población para Murcia, a la derecha del camino real, hay otro cuartel vasto y hermoso con una grande explanada para los ejercicios de infantería y caballería: caben en él 4.500 hombres de ambas armas, con sus pabellones para jefes y oficiales.

Se principió a proyectar en 1740 por el obispo Terán, quien solicitó y obtuvo permiso para la obra, habiendo concluido en 1771, en cuyo año se hizo entrega al ayuntamiento, quien lo cedió y donó en 1832 a la corona. Su planta es magnífica y de mucho gusto, siendo lástima que un edificio tan hermoso se encuentre bastante deteriorado y en un estado de verdadero abandono.

La descripción anterior es de Pascual Madoz, en su diccionario de 1849. A pesar de su estado, el famoso escritor Hans Christian Andersen también se fijó en él a su paso por Orihuela, en 1862.

La próxima parada sería en Orihuela… Admito haber visto los monumentales edificios de la villa, su grandioso Cuartel de Caballería, el Palacio del Arzobispo (sic) y la Catedral; mas no guardo el menor recuerdo de todo ello. En cambio la taberna donde comimos aquel día no la olvidaré jamás. El patio, las habitaciones, la cocina, la gente, todo era tan típicamente español como hubiéramos podido desear...

Deshabitado y abandonado, el progresivo deterioro continuó hasta acabar convertido en guarida de mendigos y delincuentes. En las postrimerías del siglo XIX estaba completamente arruinado.

El diario de Orihuela, 7 de julio de 1888: Teniendo noticias la autoridad de que anoche acamparon en «El Cuartel» algunos mendigos entre los cuales se hallaba uno tocado de viruela, ha dado las órdenes más enérgicas a fin de que abandonen la población.

El independiente, 11 de noviembre de 1892: En la mañana de ayer, y en el sitio denominado el cuartel, extramuros de la población se desarrolló una escena verdaderamente triste y desconsoladora. Una familia de pobres mendigantes forasteros, compuesta de matrimonio y una niña de unos cuatro años, había allí acampado al abrigo de las ruinas porque la niña estaba acometida de una fiebre altísima…

… El Sr. Madaria, acompañado del teniente alcalde del distrito Sr. Bueno, se personó en el lugar donde aquellos infelices acampaban, siendo inútiles ya los auxilios de la ciencia porque a la niña se le habían presentado unas borrosas viruelas que concluyeron al poco tiempo con su vida.

Se quemó el jergón y almohadas en que la niña yacía, se enterró ésta por cuenta del municipio, y se obligó a los padres a alejarse de la ciudad atravesando el cerro del «Oriolet» dejando aquí aún caliente el cadáver de su pequeña hija.

El Eco del Segura, 16 de febrero de 1898: El domingo anterior, a eso de las dos de la tarde, de desprendió casi toda la pared de Levante del Cuartel de San Francisco, situado en la carretera de Murcia, habiendo ocasionando perjuicios de consideración en la casa de José Ruiz, distante unos 20 metros de dicho cuartel. No ha ocasionado desgracias personales.

Siglo XX.

A comienzos del siglo XX, la antaño «superior alhaja» seguía albergando mendigos, enfermos y pobres transeúntes con la permanente amenaza de derrumbamiento.

La comarca, 29 de enero de 1904: Por orden de nuestra primera autoridad local, han sido expulsados de esta población, los mendigos de fuera que estaban acampados en el plano del Cuartel de San Francisco. Aplaudimos esta determinación del Sr. Alcalde que evitará las molestias consiguientes a este vecindario.

El diario, 7 de diciembre de 1906: … siendo de absoluta necesidad la habilitación de un edificio que sirva de albergue a los pobres transeúntes que diariamente pernoctan en esta población; no contando hoy con la antigua «Pajera», ocupada ya por su dueño, ni con el «Cuartel», todo él derruido y sin techumbres…

En febrero de 1908, la comisión de Policía Urbana buscaba un sitio para el nuevo Matadero Municipal. De acuerdo con el arquitecto municipal, entendieron que el sitio más apropiado para estas instalaciones municipales era el terreno que ocupaban las ruinas del Cuartel de San Francisco.

Se pidió autorización para comenzar las gestiones de compra con los dueños de dicho terreno; pero el proyecto no llegó a buen puerto y las condiciones del edificio siguieron empeorando.

Lo compró el empresario Evaristo Cánovas, administrador subalterno de bienes y derechos del Estado, agente recaudador del partido de Orihuela, exitoso comerciante, destacado promotor de la Plaza de Toros y propietario de la fábrica de gaseosas y jarabes «El Oriol», en la calle de San Agustín. Y la prensa le pedía que lo demoliese de una vez.

El Diario, 1 de agosto de 1911. Llamamos la atención del Sr. Alcalde sobre el estado ruinoso y de verdadero peligro en que se encuentra el cuartel que hay en las inmediaciones de San Francisco y que está  sirviendo de albergue a algunos desgraciados y tal vez a gente maleante como ya dijimos en pasados números; los cuales son candidatos más que probables a morir aplastados entre las ruinas de aquella mole que se sostiene en pie por un verdadero milagro de equilibrio.

Por humanidad y por higiene, pues aquello es un foco de infección, esperamos que el alcalde, Sr. Ferrer, ordene el derribo del edificio denunciando a su nuevo propietario, D. Evaristo Cánovas; o disponga que se derribe por cuenta del mismo, porque el peligro es inminente y sería una responsabilidad moral para el dueño y para las autoridades que ocurriera un accidente desgraciado después de esta denuncia.

El Eco de Orihuela, 2 de agosto de 1911: EN NOMBRE DE LA  HIGIENE. Nuestro colega «El Diario» encarece ayer la necesidad de impedir que el casi derruido cuartel de San Francisco, sirva de albergue a todos los pobres forasteros. Es verdaderamente indispensable atender a esa urgente necesidad. No participamos nosotros de los radicalismos del colega y por tanto no suscribimos su petición de que se obligue al dueño del mencionado edificio (llamémosle de alguna manera) a que lo derribe.

Podría obligarse a ello, si aquel, por voluntad expresa de su dueño, estuviese destinado a albergue o, por estar enclavado dentro de la población, su derrumbamiento pudiese producir desgracias. Ni en uno ni en otro caso se encuentra el cuartel de S. Francisco.

Lo que sí debe impedirse, es que un destartalado edificio, situado a las puertas de la población, sirva de albergue a todo el que llega a Orihuela a demandar una limosna o a ejercer la lucrativa industria de apoderarse de lo ajeno contra la voluntad de su dueño.

Esas familias que allí se albergan y que proceden de tan distintos puntos, llevan marcado un instintivo horror a todo cuanto sea limpieza. ¿Quién nos dice que ellas, no pueden ser el vehículo de cualquier epidemia?

Además, el hacinamiento bajo las derruidas paredes de dicho edificio, de personas y animales (ténganse en cuenta que hay muchos gitanos inquilinos de aquel palacio) cuyas deyecciones se mezclan en pestilente amalgama ¿no constituye un serio peligro para la salud pública?

No pedimos nosotros que se derriben las cuatro paredes que aún quedan en pie de dicho cuartel; eso podría lastimar los legítimos y sacratísimos intereses de su dueño, pero lo que sí pedimos en nombre de la higiene, es que nuestras autoridades no consientan que siga siendo el cuartel de San Francisco, hotel de gitanos y mendigos.

En el otoño de 1911 cayó por fin el vetusto edificio. En un principio pensé que sería para trasladar allí la fábrica de gaseosas de Cánovas; pero no. Evaristo tenía un plan de promoción inmobiliaria que comenzó con la construcción de una especie de «chalet piloto» como parte de un ambicioso proyecto que la prensa tituló «el Barrio de Cánovas».  

El diario, 21 de octubre de 1911: Se ha dado comienzo al derribo del viejo cuartel de Caballería que existe a la salida de nuestra ciudad, a la derecha de la carretera de Murcia.

El Eco de Orihuela, 30 de noviembre de 1911: Están muy adelantados los trabajos de demolición del antiguo cuartel de Caballería, sito en el plano de San Francisco.

El diario, 22 de julio de 1912: Ayer se inauguró con un banquete el nuevo chalet que sobre las ruinas del antiguo cuartel de caballería ha edificado nuestro querido amigo particular D. Evaristo Cánovas.

El Eco de Orihuela, 18 de octubre de 1912: EL BARRIO DE CÁNOVAS. El infatigable, el emprendedor D. Evaristo Cánovas, aferrado a su proyecto de dotar a Orihuela de un nuevo barrio de que tan necesitada se halla, ha comenzado la construcción de cinco casas en los terrenos que tiene adquiridos en el antiguo cuartel de caballería.

Hemos tenido ocasión de ver los planos de dichas casas, las que resultarán suficientemente espaciosas para habitar una familia, aunque sea numerosa, y las que tendrán todos los compartimentos necesarios, con el correspondiente patio y también una terraza; a cada lado de la puerta de entrada habrá una reja.

Algunas de estas casas las tiene ya vendidas; las otras es probable que las rife, pues el señor Cánovas no piensa conservar la propiedad de ellas. Después acometerá la edificación de otras, hasta dejar convertidos aquellos extensos solares en un barrio hermoso, que servirá de refugio a muchas familias que hoy residen en viviendas carísimas y antihigiénicas.

Es de aplaudir esta empresa del Sr. Cánovas, que por lo pronto está dando trabajo a bastantes obreros. ¡Lástima que no tenga imitadores! Con media docena de hombres —que los hay con capital sobrado—como D. Evaristo Cánovas, se podían hacer, muchas mejoras, ¡pero les producen más los préstamos usurarios! Reciba el Sr. Cánovas nuestra felicitación por tamaña empresa, y cuente con la simpatía de todo este pueblo.

El proyecto inmobiliario de Evaristo quedó también aparcado; como también se deshechó tres años después el del Juez del Partido, D. Luis de Laserna, quien pretendía construir allí un establecimiento penitenciario.

El diario, 30 de marzo de 1915: El sábado recibió un telegrama del Presidente de la Audiencia, en el que le preguntaba si en esta ciudad habría algún edificio capaz y en condiciones para establecer en él el Penal que actualmente existe en Cartagena, y diciéndole que averiguase si su dueño, estaría dispuesto a ceder al Estado dicho edificio…

… Había uno que fue en tiempos cuartel de caballería y que ahora es de la pertenencia de  D. Evaristo Cánovas, en el cual, pudiera instalarse el Penal, y describe el edificio, su capacidad, sus inmediaciones y su proximidad a la población. Creemos sinceramente que el Sr. Laserna ha estado inspirado al pensar en dicho local, pues suponemos que tendrá la capacidad necesaria; que las obras que en él hayan de hacerse, no serían tan grandes como en cualquiera otro, y que además, tiene especiales condiciones de aislamiento sin estar alejado de la ciudad.

Fue la Dictadura de Primo de Rivera quien dio al solar otra utilidad. Dentro de su «Nueva Orihuela» financiada a través de empréstitos, el alcalde Francisco Díe, incluyó la construcción de un Cuartel de Sementales. En el presupuesto extraordinario calculado en 700.000 pesetas, 125.000 estaban destinadas al proyecto.

Proyecto anunciado en «El Pueblo», en 1926, Y resultado final. Colección Javier Sánchez Portas.

La construcción del Cuartel para caballos sementales se inició en 1927, cuando la corporación municipal adquirió el solar por 76.650 pesetas. Esta obra pretendía ser el inicio de un proyecto más ambicioso: la transformación y urbanización de la llamada barriada de San Francisco.

Colección Javier Sánchez Portas.

Las obras marcharon rápido. El martes 19 de junio de 1928, a las 12 de la mañana, tuvo lugar el acto oficial de entrega al Estado. Y simultáneamente, se colocó la primera piedra de las casas baratas que la Caja de Ahorros y Socorros de Nuestra Señora de Monserrate comenzaba a edificar en la explanada situada frente al renovado edificio.

Colección Esteban Sanmartín.

A la pomposa ceremonia acudieron multitud de autoridades civiles, militares y religiosas, que fueron recibidos por «Don Paco Díe» a pie de tren, y conducidos hasta el Rabaloche en lujosos automóviles de la época.

Actualidad, núm. 18,  21 de Junio de 1928: Ha constituido la nota saliente de la actualidad local, la entrega oficial por el Municipio al Estado del edificio construido para Cuartel de sementales. Este acto ha constituido indudablemente, el punto de partida de la transformación y mejoramiento de la barriada denominada de San Francisco.

Con la entrega oficial del Cuartel, ha coincidido la colocación de la primera piedra del grupo de casas baratas que va a edificar la Caja de Ahorros y Socorros de Nuestra Señora de Monserrate, con destino a las clases de tropa.

Todo ello, unido a la venta de las parcelas del terreno sobrante, con la obligación para los compradores de edificar en plazo breve, ha de dar como consecuencia la conversión de un pintoresco paraje en un importante y populoso barrio de modernas y bellas edificaciones; con lo que empieza a ser una realidad el ensanche de nuestra ciudad, ensanche llevado a cabo no caprichosamente, ni por afán desmedido de hacer reformas sin pensar en su utilidad, sino tomando como base para el mismo la instalación y funcionamiento de un organismo oficial, con las múltiples ventajas que de naturaleza varia representa esto para nuestro pueblo.

Plácemes, indiscutidos, merece la Corporación municipal por esta tan acertada actuación, pero de un modo especial el señor Alcalde-Presidente D. Francisco Díe, a quien por su gestión personal en este asunto, tan activa y brillantemente coronada, puede considerarse como el autor de la mejora que tan a la ligera comentamos. La entrega tuvo lugar el martes 19 a las doce su mañana. El Cuartel construido con arreglo a las modernas normas, resulta muy ventilado y espacioso.

Para tomar posesión del mismo llegó de Madrid el Excmo. Sr. Don Pablo Rodríguez García, General Jefe de la Sección de Caballería del Ministerio de la Guerra, acompañado del Comandante de Ingenieros de la Comandancia de Obras para Cría Caballar, Sr. Escudero. De Valencia llegó el Teniente Coronel D. Manuel Cervera Castro, Jefe del depósito de sementales de aquella población.

Colección Javier Sánchez Portas.

En la estación fueron recibidos por el Alcalde D. Francisco Díe y los Concejales Sres. Villaescusa, Torres y Bellido en representación del Ayuntamiento; Teniente Coronel D. Rafael Colorado, Comandante militar de esta plaza; Teniente de la Guardia Civil como Comandante de este puesto; Comandante de caballería D. Manuel Espiau, jefe de esta Sección de sementales; Teniente de Intendencia D. Juan Sanz Henz, en representación del Jefe Administrativo de la provincia y el Comisario de Guerra Comandante D. Arturo Sequera Serrano, trasladándose seguidamente todos al Cuartel, donde esperaban D. Pedro Mª García Murphy, Secretario del Ayuntamiento; Teniente Sr. Manglano de esta Sección de Sementales; D. Luis Vicente Ripoll y D. Manuel Bonafós, Comandantes, y demás Jefes y oficiales con destino en esta plaza; R. P. Rector del Colegio de Santo Domingo; D. Tomás Latorre y D. Francisco Germán, Presidente de la Junta de Gobierno y Gerente respectivamente de la Caja de Socorros y Ahorros de Nuestra Señora de Monserrate; D. José Díe, Gerente de la Caja de Socorros y Ahorros; D. Eugenio López Poveda, Capitán Auxiliar del Somatén y D. Francisco Sánchez, contratista de las obras del Cuartel.

Una vez firmada el acta de posesión, se obsequió a todos los asistentes con un espléndido refresco y unos cigarros, procediéndose a continuación y previa bendición por el P. Rector del Colegio de Santo Domingo, a la colocación de la primera piedra de la casas que la Caja de Ntra. Sra. de Monserrate, va a construir en las inmediaciones del Cuartel para vivienda de las clases de tropa. Por la tarde regresaron a Madrid los señores que han ostentado la representación del Estado.

El servicio de Cría Caballar y Remonta, dependiente del Ministerio de Guerra, estaba gestionado por el arma de Caballería. Su función era criar y seleccionar los mejores ejemplares equinos para los depósitos de Sementales del Estado, poniendo además a disposición de los ganaderos, caballos de raza para inseminar a sus yeguas.

El pueblo, 24 de septiembre de 1928: Depósito de Sementales de la 3ª Zona Pecuaria Sección de Orihuela. Necesitando adquirir esta Sección veinticinco quintales métricos de cebada, trece de avena y sesenta y siete de paja, para el suministro del ganado de la misma durante el mes de Octubre, se hace público para los que deseen hacer proposiciones puedan hacerlo en sobre cerrado y presentar muestras hasta el día 29 del actual a las 12 de su mañana. Los artículos serán de buena calidad y puestos en el Cuartel. La paja de avena, cebada o trigo.

El proyecto de urbanización de la zona, parecido al que intentó Evaristo, siguió adelante promovido por el Sindicato y la Caja de Ahorros.

Orihuela 21 de Septiembre 1928. Manuel Espiau. El Pueblo, 30 diciembre de 1929: Para que nunca falle el trabajo a los socios se ha quedado el Sindicato con la contrata de la edificación de siete casas baratas en el plano del Cuartel, obra que lleva a cabo la benemérita Caja de Ntra. Sra. de Monserrate, cuyas casas se destinarán a ellos, a los obreros del Sindicato; y después, en cuanto haya nuevos terrenos, la Caja los adquirirá y seguirá haciendo casas baratas hasta que todos los obreros de Orihuela, con predilección por los de este Sindicato, tengan su casita, tengan su propiedad.

Colección Javier Sánchez Portas.

Durante la II República, el servicio de Cría Caballar y Remonta pasó al Ministerio de Fomento;  circunstancia que aprovechó el consistorio oriolano en el verano de 1931, para solicitar al Estado la devolución del Cuartel de Sementales a instancias del concejal Antonio Cubí.

En Abril de 1932 el alcalde accidental, David Galindo, comunicó dicha devolución por parte del Ministerio de Hacienda; y comenzaron a barajar proyectos para el edificio. El despechado Ricardo García López, primer alcalde republicano, expulsado del Ayuntamiento, insinuó la posibilidad de destinarlo a la Guardia Civil a través de su semanario «El Radical».

El radical, 3 de julio de 1932: Se habla mucho estos días de que hay Concejales en el Ayuntamiento que han propuesto quitar los Sementales para que ocupe dicho cuartel, Guardia Civil de Caballería. Y es que estos socialistas de vía estrecha son muy originales, y comprenden que hace más falta la Benemérita, que el progreso de la raza caballar, o cualquier otro progreso, menos el del sable.

Don Ricardo utilizó también su semanario para criticar duramente a Juan Castro, el capitán veterinario retirado que vivía en el cuartel con su familia, al mando de los siete empleados que cuidaban cerca de 40 caballos.

El radical, 10 de julio de 1932: En el Cuartel de Sementales. El edificio que el Ayuntamiento de la Dictadura, regaló al Estado, (regalo condicional), ha sido devuelto al Ayuntamiento de la República precisamente por haber pasado Cría Caballar, de Guerra a Fomento.

En la actualidad, y habiéndose hecho cargo el Ayuntamiento de dicho Cuartel, a él le corresponden los gastos que lleva consigo el sostenimiento de estos edificios, reparaciones, impuestos, contribución y otros que juntamente todos, sumarán seguramente un buen puñado de pesetas al año.

Pero es el caso, que hoy está ocupado el referido cuartel provisto de una espaciosa cuadra capaz para cincuenta caballos, un patio central enormemente grande, rodeado de varios departamentos, cocheras, guardarnés, pajera, retretes, enfermería, botiquín, herradero, por una sección de sementales que claro está, se halla ocupando las cuadras.

También consta el edificio de una nave anterior provista de planta baja, y un piso con espaciosas terrazas y de una capacidad todo ello suficiente para albergarse toda una familia Real, con el rango de nutrida servidumbre.

Y esto lo está ocupando un señor, con su señora y un niño, el cual al frente de la sección y rodeado de un aspecto Borbónico, ejerce el difícil cargo de administrador de los sementales; compra la cebada al precio que le cobran, así mismo la paja y otros alimentos que reparte entre los pacientes animalitos, sin la menor protesta de estos cuadrúpedos.

Por estos servicios, dicho señor ocupante del edificio tiene un sueldo que lo mismo puede ser de 500, que 600 o más pesetas aparte de otra cantidad mensual parecida por gastos de materiales, más aparte posee su bonito sueldo íntegro de Capitán veterinario.

En resumen que D. Juan Castro, o el sucesor de Borbón, habita el edificio más hermoso que tiene Orihuela, propiedad del Ayuntamiento, sin pagar un céntimo de alquiler, a lo mejor ni reparto, y seguramente de ninguna clase de impuestos, y sí cobrando sueldos por un lado, sueldos por otro, treinta y cinco o cuarenta caballos, para sus paseos diarios en sus respetuosos coches, por esta su corte.

Y en fin, dando algunos espectáculos bochornosos en este pueblo, como el hecho repetidas veces, de que cuando algún hijo de Orihuela se ha permitido aproximarse a ese edificio, para contemplar sus hermosuras, a la vez que meditar cuánto le habrá correspondido pagar para su construcción, ha salido repentina y rápidamente, algún esclavo de los siete atemorizados a sus órdenes, y en forma violenta ha sido despedido de las inmediaciones de su real aposento.

Aun cuando he dicho o he calificado de esclavos atemorizados, a los siete empleados que posee el «Borbón» improvisado, prometo no haber exagerado la nota, por cuanto estos muchachos, desesperados ya por el mal trato que reciben de su Jefe, tuvieron que marchar a Murcia a recurrir al anterior Jefe, D. Julián Pardo, prestigioso Veterinario y hombre todo bondad, de refinados sentimientos.

Tanto es así, que en el poco tiempo que duró su estancia en Orihuela, se hizo de infinidad de amistades de todas las clases sociales, y tales fueron sus simpatías, que al ser trasladado de ésta, se le despidió con un banquete; pues bien, este señor, ha tenido que intervenir, con el actual Jefe, para que deponga de su actitud absolutista y borbónica, que tanto llevaba de cabeza a los atortolados muchachos, al servicio del Depósito, y no el de la familia real, que actualmente ocupa el Cuartel. CENTAURO.

En noviembre de 1934, durante el bienio conservador, el propio Ricardo García López encabezaba la Comisión Gestora que controlaba el Ayuntamiento. Su cuñado, Vicente Bellido, presentó la moción para construir una casa cuartel de la Guardia Civil. Con ello pretendía ahorrar al municipio las 1.200 pesetas que pagaban por el alquiler de la Casa del Paso, propiedad del ex alcalde, Antonio Balaguer.

Don Ricardo García, quedó comisionado para buscar un terreno en el Paseo de la Estación; pero acabó ofreciendo el cuartel de Sementales al Ministerio de la Gobernación «por el excelente efecto que había producido a las autoridades provinciales dicho edificio, tanto por su emplazamiento como por su amplitud y solidez para instalar el cuartel de la benemérita».

Colección Esteban Sanmartín.

La respuesta llegó a mediados de diciembre: el Ministerio aceptaba el ofrecimiento quedando a su cargo las obras de adecuación necesarias con el compromiso de devolverlo si alguna vez dejara de destinarse a dicho servicio.

Transferido el edificio, cuando en octubre de 1935 el teniente coronel del Depósito Central de Remonta les comunicó su intención de destacar de nuevo en Orihuela una de sus secciones, se le transmitió la imposibilidad de aceptar la oferta por haber cedido el cuartel.

En junio de 1936 a punto de comenzar la contienda los concejales del Frente Popular recibieron un oficio de la Dirección General de la Guardia Civil considerando imposible la instalación de un cuartel en Orihuela. Si bien tomaban nota del ofrecimiento para el día en que pudieran hacerlo.

Durante la Guerra Civil tenemos pocas noticias. A finales de 1936 se desestimó una solicitud de Francisco Cecilia Sevilla para instalar una cantina en el cuartel. En enero de 1937 la Sección de Sementales del Estado ofreció de nuevo al Ayuntamiento la posibilidad de instalar una parada de sementales, y esta vez aceptaron la oferta. Ese mismo mes, a propuesta del teniente jefe del Batallón Orihuela, se permutó el nombre de Cuartel de la Remonta por Cuartel Azaña.

Cooperativa General de Productores de Cáñamo. Antonio Ballester Vidal.

Después de la Guerra albergó a la Cooperativa de Productores del Cáñamo, creada en 1942. El 30 de mayo de 1950, el viejo proyecto de instalar en él a la Benemérita acabó cumpliéndose; el Ayuntamiento cedió el edificio ante el notario Aurelio Rodríguez-Molina, y el cuartel de la Remonta fue trasladado a la carretera de Molins.

La nueva casa cuartel de la Guardia Civil quedó inaugurada en 1960. En un principio llegaron el capitán José García Aranze, un cabo y dos guardias civiles. El 3 de marzo de 1969 se fundó el destacamento de Tráfico de Orihuela con sede en el mismo cuartel. A las órdenes del sargento José Guirao López, quedaron un cabo primero y siete guardias civiles. 

Inauguración Cuartel de la Guardia Civil. Colección Javier Sánchez Portas.
Inauguración Cuartel de la Guardia Civil. Colección Javier Sánchez Portas.
Inauguración Cuartel de la Guardia Civil. Colección Javier Sánchez Portas.
Inauguración Cuartel de la Guardia Civil. Colección Javier Sánchez Portas.

Para terminar os dejo un vídeo montaje para ver el cambio de la zona de los años veinte a la actualidad. También unos enlaces para ver o escuchar un programa de radio cuyo contenido está absolutamente superado en este artículo. Entre otros datos e imágenes nuevas, tras una nueva investigación, he modificado totalmente el uso que Evaristo Cánovas dio al edificio.

Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba).

Vídeo montaje Ajomalba.
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Pinchad aquí. Programa de Radio.