Justo García Soriano. 14. 1910-1912.

¡Me casé…! Y harto de remar sin esperanza de puerto seguro, pensé seriamente en mi porvenir y en el de los míos. Justo García Soriano. «Noticia crítica y autobiográfica».

Sin artículos de prensa y con escasas cartas para transcribir de los años 1910, 1911 y 1912, he fusionado el trienio en un solo capítulo. Buena parte del mismo se nutre de los bocetos biográficos y autobiográficos de Justo García Morales, el hijo mayor de nuestro protagonista.

Son esbozos sobre sus antepasados y él mismo; proyectos inacabados titulados: «Justo García Soriano y Orihuela», «Tiempo desvanecido» y  «Memorias de un Bibliotecario».

Un conjunto de fichas y folios sueltos —manuscritos y mecanografiados— que se conservan en su propio legado depositado también en el archivo municipal de Orihuela.   

Puerta del Sol en 1910. Fotos antiguas de Madrid.

1910

Con el paso de los años, García Soriano se había convertido en un ciudadano de la capital. Si algo le gustaba especialmente de aquella añeja corte en tránsito hacia la modernidad era su rico y variado ambiente cultural.

El añejo café de Fornos en el año 1908.

La producción musical y dramática se representaba en los cafés y en las dos docenas de teatros que funcionaban en el centro. Ya hemos citado su predilección por el famoso café de Fornos. Ubicado en un chaflán entre la calle de Alcalá y la de Peligros desde el año 1870, alternaba las tertulias políticas con los números artísticos interpretados con piano y violín o por pequeñas orquestas.

Estos cafés musicales contribuyeron a la popularización de la zarzuela, un género que gustaba mucho a nuestro biografiado. En ellos entabló amistad con dramaturgos y libretistas como Antonio Paso o Joaquín Abati.

AMO. LJGS.

En cambio, para doña Ramona Soriano, Madrid era poco menos que una jungla. Fallecido su marido, y muy a su pesar, se trasladó a vivir con su hijo y su sobrina a la corte. Cuenta su nieto que, relativamente joven, decidida y trabajadora, probó fortuna regentando una pensión en la calle del Prado. Parece ser que el proyecto fue muy breve por culpa de las frecuentes discusiones que Justo mantenía con los huéspedes. Nada puedo aportar a esta información.

Mayo de 1910. Inscripción de sus alumnos en el Instituto Cardenal Cisneros para los exámenes. AMO. LJGS.

García Morales menciona tres mudanzas efectuadas durante los primeros años de matrimonio de sus padres. Disponemos de los tres contratos de alquiler donde se demuestra que dos fueron anteriores a la boda.

La primera, en diciembre de 1910, fue a un cuarto piso en la calle Preciados número 52 con una renta anual de seiscientas pesetas pagaderas por meses anticipados. No sabemos siquiera si ya se conocían.

Justo García Morales sitúa el primer encuentro entre sus progenitores a finales de 1910 o más bien a principios de 1911 (también afirma que el noviazgo duró sólo seis meses).

9 de diciembre de 1910. Contrato de alquiler calle Preciados. AMO. LJGS.
Calle de Preciados.

La prima Eugenia fue el elemento indispensable que propició el romance entre Justo y Eloísa. A veces, García Soriano pasaba a buscarla por los domicilios particulares en los que prestaba sus servicios; entre ellos, un amplio y señorial piso en la calle del Desengaño, famoso en todo Madrid por el gran paraguas rojo que servía de reclamo a una tienda ubicada en la planta baja.

En él vivía doña Tomasa Doblado Arquero, viuda de Tomás Morales Díaz, magistrado toledano que antes había sido notario. Fallecido en 1902 cuando desempeñaba su labor en la audiencia de Cádiz, había dejado buenas rentas a su familia.

Calle del Desengaño. Madrid.

Doña Tomasa era una señorial mujerona guapa, de cutis muy blanco, pelo oscuro partido por una raya en medio, con trajes de seda tornasolados que le llegaban a los pies, mantillas o sombreros emplumados en la cabeza y un abanico de puntillas pendiente de una cadena…

En aquel piso conoció a Prudencia Eloísa Morales Doblado y se enamoró de ella perdidamente. Nacida el 28 de abril de 1880 en Villasequilla de Yepes, provincia de Toledo; era, por lo tanto, cuatro años mayor que Justo. Tenía gustos muy refinados: hablaba inglés, pintaba paisajes, tocaba el piano…

Creo que ya me he referido a mi madre, alta y esbelta, de pelo castaño claro y ojos verdiazulados, pero sobre todo bien educada y culta en una época que hasta las más encopetadas damas se distinguían por su ignorancia.

Con la transcripción de la siguiente carta termino el año. Es la única que he encontrado y está redactada en las postrimerías de 1910. En ella Trinitario Ruiz Valarino le enviaba confirmación de una recomendación solicitada para su colega de Instrucción Pública. En esos momentos el hijo de Capdepón era ministro de Gracia y Justicia.

AMO. LJGS.

El Ministro de Gracia y Justicia. 29 de diciembre de 1910. Sr. D. Justo García Soriano. Muy Sr. Mío: Con mucho gusto hago la recomendación que desea al Ministro de Instrucción Pública referente a que se prorrogue el plazo concedido por dicho Centro para verificar exámenes extraordinarios a quienes le faltaran una o dos asignaturas para poder completar sus estudios, y excuso decirle lo que celebraría pudiera V. quedar complacido. De V. atento s. s. que estrecha su mano. Trino Ruiz Valarino. Rubricado.

Trinitario Ruiz Valarino. Retrato de Joaquín Agrasot para el Ayuntamiento de Orihuela.

1911

Ya iniciado el romance con Eloísa, en el primer trimestre de 1911 nuestro enamorado sufría de fiebres y de graves molestias intestinales. Fueron tiempos en los que el ejercicio de la docencia absorbía todo su tiempo. El siguiente borrador de carta sin fecha pertenece a esa época.

Adorada Eloisa: Si el pesar de no verte no fuera para mí la mayor de las contrariedades, lo sería el hallarme indispuesto para cumplir con mis obligaciones en estos días críticos de exámenes. Mi enfermedad no tiene importancia; pero es lo bastante para impedirme que dé la última mano a mi labor de nueve meses. Figúrate mi disgusto.

El domingo me desperté con un poco de destemplanza producida por el enfriamiento que ya hacía dos días me molestaba. Pero al pensar que tú me estarías esperando, vida mía, lo arrostré todo y me levanté, me lavé y me afeité. Apenas terminé esto último, me sentí tan mal que tuve que volver a acostarme. Sin embargo, quería ir por la tarde, al menos; pero la fiebre subió y comprendí que era una grave imprudencia. Me sometí a mi desgracia de no poder verte.

Ayer mañana, temprano, me puse el termómetro y vi que estaba sin calentura. Entonces proyecté levantarme para ir a la Ciudad Lineal; y luego tener el placer de verte. Así se lo dijo mi madre a tu criada. Mas al poco rato, observamos que me hallaba otra vez febril, y quise evitar el riesgo de un mal mayor. No me levanté hasta la una.

Por la tarde me disponía a salir, para enterarme en el instituto, de la marcha de los exámenes, y luego ir a visitarte; pero comenzó a llover entonces, y me abstuve de hacerlo. Lo que tengo es, como siempre, un enfriamiento cogido estas noches en que me he retirado tarde y he ido sin gabán. Tengo también algo sucio el estómago.

Anoche vino el médico y me mandó unos papeles de antipirina. Esta mañana he amanecido con poca fiebre. Estoy desesperado de pensar que esta tarde se examinan los hijos del médico; y me parece que no voy a poder ir al instituto.  Estoy por hacer una valentía, aunque la pague luego cara; y salir a la calle, más que nada porque no me es posible pasar un día más sin contemplarte.

Eloísa de mi alma, todas las contrariedades las sufro con resignación pensando en que tú me quieres. Teniendo la seguridad de tu cariño, me siento el más feliz de los mortales tu futuro y cada vez más apasionado, Justo.   

De carácter aprensivo, con un peso de poco más de sesenta kilos, y aspecto muy demacrado, Justo llegó a pensar que padecía tuberculosis. Plantado frente a un espejo, examinaba la blancura de su lengua buscando síntomas de la mortífera enfermedad.

El 9 de marzo su flamante novia consiguió que visitase a uno de los mejores especialistas estomacales de Madrid. El doctor Yagüe, que así se llamaba, pasaba consulta en la Plaza de Bilbao y le diagnosticó un grave desequilibrio nervioso, enterocolitis aguda y anemia.

Además de la correspondiente medicación, le prescribió «duchas escocesas» (aguas minerales a presión alternando temperaturas calientes y frías); fricciones de alcohol de romero aplicado con franela de la nuca a la rabadilla; un severo régimen alimenticio y algunas infusiones.

El tratamiento debió de hacer efecto; pues a principios de abril visitó el estudio de fotografía de la calle del Sol y le envió un retrato a su amada.

AMO. LJGS.

Mi adorada Eloísa: A ti, ángel de mis ilusiones, dedico esta insignificante muestra de amor. Es bien poca cosa dar mi retrato, la imagen de nuestro cuerpo, a quien ya se tiene dada por completo el alma y consagrados el pensamiento y la vida para siempre.

Cuando pases por él tus ojos, a la luz de tus hermosas pupilas, mi faz se animará irradiando la felicidad que me proporciona tu presencia. Sea esta fotografía, idolatrada Eloísa, prenda garante y firme, eterno testimonio del inmenso cariño que te profesa tu apasionado. Justo. Madrid, 2 de abril de 1911. Amador, Puerta del Sol, 13.

AMO. LJGS.

El fotógrafo Amador Cuesta Barrientos se había instalado en 1898 en el número 13 de la Puerta del Sol de Madrid; y Justo acudió acompañado de su madre y de su prima Eugenia. La vivienda estudio, que aún se conserva, era un ático con terraza emplazado en un quinto piso; y no es casualidad.

Los fotógrafos de la época montaban sus estudios en los áticos buscando la luz natural; en edificios que disponían de un ascensor que formaba parte del reclamo comercial. Me imagino a doña Ramona Soriano subiendo en aquel revolucionario artefacto. Al día de hoy, una placa en la puerta del edificio recuerda que Amador fotografió a los más destacados personajes de su época.

Puerta del Sol y Calle Preciados. Madrid. El edificio de la derecha es el del fotógrafo Amador.

El 18 de mayo de 1911 entregó la llaves de su anterior piso y el casero le devolvió veinte pesetas por los doce días restantes. Eso quiere decir que tres meses antes de la boda, Justo se trasladó al piso principal derecha de la Calle de la Madera número 33; con una renta anual de novecientas pesetas, pagadera por meses adelantados.

8 de mayo de 1911. Contrato de alquiler. AMO. LJGS.

El 26 de agosto de 1911, tras apenas seis meses de noviazgo, se casaron en la Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena de Villasequilla de Yepes (Toledo), con todo el boato que doña Tomasa pudo desplegar. Ofició la ceremonia Isidoro Caballero Martínez, cura propio de dicha parroquia. Justo tenía 27 años y Eloísa 31.

Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena de Villasequilla de Yepes. Diputación de Toledo.
Boda de Justo y Eloísa. AMO. LJGS.

El Eco de Orihuela. Número 539 – 6 de septiembre de 1911: En Madrid ha contraído matrimonio con una elegante señorita nuestro paisano D. Justo García Soriano. Que sea enhorabuena.

Como se puede comprobar en el párrafo anterior, la noticia de su casamiento llegó a Orihuela tarde y mal ubicada. Dos meses después, su amigo Sansano estaba preparando el lanzamiento de un nuevo periódico y le escribía para hacerle un encargo. Su carta es el último documento localizado en 1911.

AMO. LJGS.

Sr. D. Justo García Soriano. Madrid. Muy queridísimo Sr. Mío: Manolo Gimeno me saludó en nombre de V. hace tiempo, me dio la dirección y le escribí felicitándole cuando recibí la grata nueva de su casamiento. ¡Cuánto me alegro de que el amor no le haya sembrado de espinas el camino de su vida! Salud pues, y a vivir.

Póngame a los pies de su señora, respetuosamente, devotísimamente. Le hice a V. un encargo en mi anterior —que estoy segurísimo de que no habrá recibido—pues me dio la dirección Gimeno verbalmente, y en mi memoria los números me martirizan ¡Qué calabacín más prodigioso!

Recibí hace tiempo una circular de una casa grabadora que se dedica a suministrar a los periódicos semanales que lo desean, grabados en simografía sobre asuntos de actualidad, por 10 ptas. mensuales.  Yo he de hacer en casa este mes que viene, el periódico Torrevieja, y forzosamente ha de llevar sus grabados, pues el contrato lo exige.

Se me perdió la circular e ignoro la dirección de la agencia gráfica, a V. no le sería difícil proporcionármela, preguntando por dicha agencia en cualquier casa grabadora. Si así lo hace, ¡cuán agradecido quedaré! ¡Pero ha de ser pronto!

A primeros del próximo tendré en casa una buena máquina; entonces terminaré mi libro para después publicar otro de poesías huertanas. Ya se enteraría V. de lo que hice con los pérfidos jesuitas. Di una lección a tiempo al P. Vigo y otra lección al amigo Ezcurra, que por más que le lanzo retos, se esconde cobardemente. ¡En buen lugar ha quedado el infeliz! ¡Bien se lo merecía!

Le adjunto una de las muestras que la agencia ya indicada me remitió, por si le es útil para las indagaciones. Perdone que le moleste; y en espera de sus gratas noticias le abraza muy afectuosamente su verdadero amigo  q. b. s. m. JUAN SANSANO. (Matasellada el 17 de octubre de 1911).

1912

Puerta del Sol. Madrid. Postal circulada en 1912.

El primer documento de 1912 se lo debemos también a Juan Sansano; quien lanzó un nuevo semanario en Orihuela el día 9 de abril. Confeccionado en su imprenta de la calle de San Pascual, en su cuarto número (aguantó seis) utilizó un cliché que conservaba de cuando García Soriano le prologó un libro de poemas, para publicar la noticia de su casamiento (en Madrid) con nueve meses de retraso.

El clarín. Número 1 – 9 de abril de 1912: Un periódico más. La prensa de información, el gran rotativo moderno, empresa mercantil sin otro objetivo que el lucro y la ganancia ha hecho creer a las gentes que el periódico, la prensa, no tiene otra misión que reseñar la última corrida de toros o el crimen del día. Craso error. La prensa tiene también otra misión que no es la puramente informadora, sino a la par crítica, fiscalizadora, sanificante en todo cuanto represente morbosidad social …

El Clarín. Número 4 – 4 de mayo de 1912.

Todo esto nos da idea de lo alejado que estaba nuestro biografiado de Sansano, de Rogel, de la prensa local y de Orihuela en general. Fallecido su padre y desplazadas su madre y su hermana, había perdido el contacto con su «patria chica».

En junio de 1912 el matrimonio dejó la calle de la Madera y se mudó al segundo derecha de la calle de la Luna número 15; un piso con balcones a la calle de la Estrella muy cercano a la casa de su suegra. El nuevo contrato de alquiler (en el que decía seguir siendo soltero, estudiante y tener 26 años de edad) lo firmó por tiempo ilimitado y ochocientas cuarenta pesetas de renta anual.

Enero de 1912. Recibo de alquiler. AMO. LJGS.
10 de junio de 1912. Contrato de alquiler. AMO. LJGS.

Allí vivían el flamante matrimonio, doña Ramona y una sirvienta llamada Petra, natural de El Barco (Ávila); uniformada con el típico vestido negro y el delantal blanco rizado. García Morales hizo una concienzuda relación del mobiliario que trasladaron a la nueva vivienda; la misma en la que él nacería año y medio después:

El dormitorio, de estilo inglés: cama muy baja de madera, con algunas incrustaciones metálicas; mesillas, igual que todo, muy angulosas; amplio lavabo con espejo, cajones y puertas, que guardaban de la vista los cubos y los grandes jarros de auténtica y quebradiza porcelana; el despacho, las estanterías torneadas y de pino sangrado y blanco; una parte del comedor, compuesto por un enorme y complicado aparador y por el trinchero, llenos los dos de galerías con boliches, cabezas de guerreros, espejos y excelentes mármoles rojizos de Novelda; sillas con asientos y respaldos de cartón piedra y, en las paredes, dos cuadros o naturalezas muertas de piezas de caza.

Para mí, lo más chocante era el salón de estilo inglés, como todo entonces, incluso nuestra reina Victoria, con muebles incrustados en hilo metálico; las butaquitas, lo mismo que lo demás, de madera de cerezo, tapizadas en terciopelo verde mar acanalado, muy incómodas por su inestabilidad y cerrada forma curvilínea; en particular el alto sofá de forma de jirafa, pues en la parte superior tenía un armarito con puerta de espejos tallados en los que brillaba el sol y se descomponían sus rayos en múltiples arcos iris.

Así mismo había otras piezas menos de moda, del estilo pobre isabelino del siglo XIX, chapadas de castaño y con asientos de enea procedentes de parte de la vivienda de mis abuelos paternos; incluso un sofá y hasta una mesita de rara y muy dura madera de olivo.

Se destacaba, como ornamento, una escultura de pequeño tamaño hecha por un viejo miembro de mi familia paterna, fray Miguel Moreno, que vivió en los últimos años del siglo XVIII y se entretenía en ejecutar lo que en tierras de Orihuela llaman «santirulicos»: imágenes devotas de un arte popular y casi folclórico. Representaba en este caso un niño Jesús sedente apoyado en una calavera; y ésta en una columna…

Agosto de 1912. Recibo de alquiler. AMO. LJGS.

En sus escritos, García Morales hace hincapié en la bondad como principal cualidad de su madre. La resignación y paciencia que demostró siempre con su marido, soportando sus breves y repentinos enfados con infinita humildad; y también sus achaques.

Ya hablamos del carácter aprensivo de Justo; propenso a imaginar enfermedades. Cuando Eloísa le sorprendía mirándose la lengua ante el espejo, lo hacía ella también ridiculizando sus muecas hasta que conseguía provocarle una carcajada.

En el verano de 1912, aquejado de reuma, visitó los baños de Mula; muy cerca de Pliego, localidad murciana donde estaba destinado su cuñado, el maestro nacional Pepe Linares, marido de Milagros. El jueves 25 de julio, Justo, su esposa embarazada y su madre llegaron al balneario. Cinco días después escribió a sus alumnos favoritos describiendo la experiencia.

Baños de Mula, martes 30 de julio del año de gracia 1912. Mis queridos amigos y discípulos Pedro y Antonio: Desde la tarde del pasado jueves, día 25, me encuentro en este poético balneario, a donde arribé en compañía de Eloísa y mi madre con toda felicidad. Me llevo dados ya cinco baños y, hasta ahora, aunque es prematuro, me parece que me sientan bien, pues me han despertado de tal modo el apetito que me las apostaría a engullir con los más voraces gastrónomos, aunque estos fuesen los Heliogábalos, los Gargantúas y Pantagrueles o el mismísimo sorbechuletas, tragafiletes y deglutejamones de Pedro Sainz Rodríguez.

Este balneario es un verdadero pueblo con calles, plazas y hasta iglesia. Además de los baños generales y de la fonda, hay quince o veinte pabellones con todo género de comodidades y esmerado servicio. En el que nosotros estamos instalados, hay quince cuartos repartidos en tres pisos y ocupamos el que tiene el número 13 (¡fatalidad!).

Tengo al lado del dormitorio el cuarto de baños, independiente; de modo que a las siete de la mañana, cuando me despierto, de traje de Adán, de la cama me meto en el baño, que consiste en una balsita de unos tres metros de larga, dos de ancha y otros dos de profundidad, por donde corre un raudal cristalino de una deliciosa agua a 38º. Me doy los baños de cuarto de hora, y luego vuelvo a la cama, donde me abrigo, tomo una buena taza de leche, transpiro y a veces duermo un rato.

Balneario de Mula. Postal coloreada.

Además del cuarto de baño tenemos tres habitaciones muy hermosas, dormitorio, comedor, cocina, retrete y despensa con vistas a un río muy pintoresco y a una alegre y espumosa cascada entre rocas y cañaverales. Todo el balneario está situado como en una hondonada o vallezuelo, entre lomas y colinas de aluvión y parece el resultado de un primitivo cataclismo geológico, siendo de admirar que en estos terrenos blandos, areniscos y cretosos, se vean esparcidos como por la mano de un cíclope o de un gigante enormes rocas de cuarzo y de piedra negra.

En torno de las casas del balneario hay huertos frondosísimos de naranjos, limoneros, granados y multitud varia de árboles y arbustos con no pocos jardines de bellas y olorosas flores. Hay un gran desnivel en todo, con una maraña de vericuetos y sendas que van de un punto a otro, con muchas casitas perdidas entre la espesura, que hacen parecer a este rincón el país pintoresco de un nacimiento. El agua corre por todas partes, y en los remansos se ven saltar las ranas y chapotear de los ánades y gansos…

Es imposible describir bien esto. Hay que verlo. Yo me acuerdo mucho de vosotros y me gustaría que estuvierais aquí conmigo. Ayer tarde hice una excursión por estos alrededores con mi cuñado y vimos sitios bellísimos, sobre todo una gruta con mil petrificaciones que me traían a la memoria mil recuerdos del mundo pagano. ¡Esto es naturaleza, poesía y vida a torrentes! Yo no sé si estas aguas llegarán a probarme; pero lo que ya es un hecho, estos aires puros han tonificado ya mucho mis nervios y me encuentro ágil y fuerte como nunca estoy en Madrid.

Publicidad de 1914.

El hospedaje, incluyendo el baño, nos cuesta quince reales diarios y comemos por nuestra cuenta, que nos resulta más barato que en Madrid pues el pan cuesta 0,15 el medio kilo; la carne 1,20 el kilo; los huevos, grandes y frescos, a 1,10 la docena; un par de conejos, seis reales y medio; dos pollos tres pesetas y la leche, muy rica, de cabras, vista ordeñar, a 30 céntimos el litro. Aquí hay varias tiendas que suministran de todo.

A pesar de que ahora no es la temporada oficial, no falta alguna animación y la concurrencia de bañistas. En el patio de este pabellón, que es amplísimo, todo embaldosado, con una farola en medio y galerías corridas, o en la puerta de la calle, también pavimentada, pasamos algunos bañistas largas sesiones. La gente joven canta, baila y se divierte y no faltan conciertos gramofónicos.

Yo he hecho amistad con un señor de Mula, llamado D. Diego de Molina Sánchez de Llamas. Tiene grandes conocimientos históricos, que aprovecha con verdadera monomanía en demostrar que proviene de la familia de los Laras y, por lo tanto en línea directa del rey García Ramírez de Navarra (1134-1150). Ha hecho muchas investigaciones en el Archivo Histórico Nacional de Madrid, y viene sosteniendo un pleito para entrar en posesión del título nobiliario de sus ascendientes y de cuantiosos millones.

A la vista tengo un árbol genealógico que ha hecho con treinta y tantas generaciones y varias ramas laterales. Es un señor solterón, que ha llevado una vida aventurera novelesca y tiene una conversación amenísima, rebosante de anécdotas y erudición. Es un tipo curioso. Paso buenos ratos con él y he llegado a interesarle para que investigue el nacimiento, vida y muerte de Ginés Pérez de Hita, de quien dice tener muchos datos y documentos biográficos, que me facilitará. Un tesoro.

Yo leo aquí, los ratos perdidos, Nuestra Señora de París, monografías de historia literaria, preceptiva y hago papeletas; sobre todo me solazo leyendo un curioso y raro libro titulado “Resumen histórico de la revolución de España año de 1808 por el P. Maestro Salmón, del orden de San Agustín. Cádiz, Imprenta Real: año de MDCCCXII” ¿El P. Salmón figura en los episodios de Galdós? También tomo algunos apuntes de paisajes. Muchos cariñosos recuerdos de Eloísa, mi mamá, hermana y cuñado para vuestros papás y vosotros, y juntos con los míos el testimonio del cariño que os tiene vuestro fraternal amigo, Justo García Soriano.  

El famoso periodista murciano, José Martínez Tornel, afirmaba por esas fechas que, a pesar de tener menos prestigio que los de Archena o los de Fortuna, los baños de Mula eran la delicia de la gente pobre de los campos y la huerta de Murcia; que los murcianos tenían más fe en ellos que en todas las medicinas del mundo. Y que aunque éstos eran los menos, también acudía gente acomodada por el lujo de unas habitaciones que disponían de inmensos baños privados.

Cartilla Infantil Ángeles. AMO. LJGS.

El 11 de septiembre nacieron sus primogénitas; dos niñas gemelas a las que llamó María Eloísa y María de los Ángeles García Morales.

En esas fechas Madrid contaba con dos institutos de segunda enseñanza y decenas de colegios incorporados a ellos donde se cursaba el Bachillerato. Estos centros privados ejercían un control más exhaustivo sobre el alumnado; preparándolos principalmente para superar los exámenes y obteniendo así mejores resultados que los propios institutos.

Por entonces fundó, en la Costanilla de los Ángeles nº (espacio), en compañía del sacerdote D. (espacio) un Colegio – Academia con alumnos internos y externos, aunque sin dejar más que en parte sus clases particulares y aún en otro centro de Leganés, dirigido por un farmacéutico de aquel entonces tan lejano pueblo.

AMO. LJGS.

Gracias al documento anterior, a lo dicho por su hijo sólo puedo añadir que el colegio-academia se llamaba del Cardenal Cisneros, y que estaba incorporado al instituto del mismo nombre. Dicho documento nos permite conocer también el nombre que García Morales dejó en blanco: Miguel Rodríguez Cobo, presbítero.

Buscando publicidad del centro en la prensa de la época he encontrado muchos otros con variopintos nombres religiosos: Colegio Teresiano, de San José, de San Miguel, Juana de Arco, Nuestra Señora de las Nieves, de Fernando el Santo…

Montaje con varios anuncios entre los años 1912 y 1914.

He localizado uno que funcionaba simultáneamente y tenía el mismo nombre: Colegio del Cardenal Cisneros; pero estaba incorporado al otro instituto; al de San Isidro. Y otro, el de San Ignacio, ubicado también en la Costanilla de los Ángeles e incorporado al Cardenal Cisneros. Pero del colegio dirigido por Justo, nada.

Y con esto termino por el momento este capítulo.

Enlace al siguiente capítulo.

Antonio José Mazón Albarracín (Ajomalba).

Mi agradecimiento a Jesús García Molina y a José Manuel Dayas.