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Aportaciones para el estudio de los conventos de La Merced, San Agustín y San Gregorio.

San Gregorio, San Agustín y la Merced. Colección Javier Sánchez Portas.

Aportaciones para el estudio de los conventos de La Merced, San Agustín y San Gregorio. Introducción

El presente trabajo pretende, tal y como refleja su título, aportar información al poco estudiado tema de los edificios religiosos desamortizados en Orihuela.

Las memorias del Canónigo Alburquerque relatan como el convento de la Religiosa y Militar Orden de Nuestra Señora de las Mercedes y su iglesia consagrada en el siglo XV, en cuyo solar se encuentra actualmente el museo de la Semana Santa, pasaron a poder del Gobierno entre los llamados Bienes Nacionales, y fueron adquiridos por un rico capitalista de Barcelona llamado Juan Vilaregut, quien pretendía convertirlos en almacén y posada.

Iglesia de la Merced. Colección Javier Sánchez Portas.

Existía en ella (Orihuela), entre otros (conventos), el de la Rl. Y Militar Orden de Nuestra Señora de las Mercedes, cuya iglesia fue consagrada en el siglo XV, y de ella eran patronos la antigua e ilustre familia de los Rocas de Togores, que tiene su sepulcro en el lado del Evangelio bajo de la media naranja.

Suprimido el Convento, cerrada y despojada la iglesia de todos sus altares excepto el mayor, del órgano y demás adornos, pasó al Gobierno entre los llamados bienes nacionales, y bajo tal concepto fue vendida en unión del convento a un rico capitalista de Barcelona, nombrado D. Juan Vilaregut; la iglesia fue convertida en almacén de maderas, y aplicada a otros usos semejantes, y a principios de este año (1846), pensó su nuevo poseedor construir en ella una posada…  

Y como la iglesia fue comprada y devuelta al culto por Juan Roca de Togores y Alburquerque en 1846.

El Sr. D. Mariano Roca de Togores y Carrasco abrazó el proyecto (de compra y rehabilitación) con entusiasmo, y comunicado a su padre político Sr. D. Juan Roca de Togores y Alburquerque, este se decidió a comprar por sí solo la iglesia y habilitarla a sus expensas.

Se efectuó la compra por escritura en Madrid, su fecha, 11 de mayo de este año ante el escribano de aquella Villa D. Manuel María de Paz, comprendiéndose la iglesia con la sacristía y un pedazo de descubierto contiguo a ésta, en cantidad de doce mil rs.

Diez años después Juan Vilaregut había muerto y Bibiana González Deghamante, su viuda, en un viaje accidental efectuado el 2 de enero de 1856, aprovechó su estancia en Orihuela apoderando a Julián Espinosa ante el notario Manuel Bosca, para que se encargase de gestionar los múltiples arriendos de tres edificios. (1)

Gracias a esta escritura descubrimos que Vilaregut, además del ya citado convento de la Merced, poseía otros dos: él de San Agustín y el de San Gregorio, edificios que tras sufrir drásticas reformas se habían convertido en casas de alquiler, almacenes, tiendas y posada.

Además, como es sabido, él de los Agustinos se adaptó para albergar una plaza de toros.

Pero las propiedades del fallecido Vilaregut acabaron en una junta de acreedores. Los tres ex-conventos fueron adquiridos por dos oriolanas de origen riojano a las que hemos investigado exhaustivamente a través de numerosos protocolos notariales.

Para comenzar, vamos a remontarnos un poco en el tiempo contando el origen de estas señoras.

Iglesia de la Merced. Colección Javier Sánchez Portas.

La Familia Adalid-Vilar

Retrato de Matías Sorzano Nájera. Óleo sobre lienzo. Vicente López. Museo de Bellas Artes de Bilbao.

El 31 de julio de 1812 , ante el notario Julián Fernández, compareció el caballero de estado noble Matías Sorzano, junto a dos testigos, para proceder a la partición de bienes de José Adalid. (2)

Este próspero comerciante había hecho testamento el 5 de septiembre de 1811 «en el crítico estado de la signosa enfermedad epidémica que afligió a los habitantes de esta población, sus huertas y campos», eufemismos usados para no nombrar a la fiebre amarilla, de la que falleció poco después.

José Adalid de Iñigo era originario de La Rioja, concretamente de Nestares de Cameros, localidad inmediata a Torrecilla en Cameros, pueblo natal del Matías Sorzano con cuya esposa estaba emparentado.

De los beneficiarios, a la citada partición sólo acudió el cuñado del finado, Manuel Pablo.

Sus padres, Domingo Adalid y María de Iñigo, y su esposa, Josefa Antonia Adalid, herederos naturales «se ausentaron de la población por la probia causa del contagio que sufría, a el paraje titulado Senda Molina, donde los padres fallecieron».

Charles Clifford. Vista general de la ciudad de Orihuela en 1862. Colección Javier Sánchez Portas.

La misma «febre groga» o fiebre amarilla acabó también con su hermano Domingo, «soltero y desmemoriado». De esta forma, María Adalid de Iñigo, residente en Nestares de Cameros, se convirtió en hija única y heredera universal de los bienes de toda la familia.

Un suculento legado que incluía varias propiedades en Nestares, una casa en la Mancebería, catorce tahúllas en la Senda Molina, 43.000 reales en efectivo, géneros variados de comercio y, sobre todo, préstamos. (3)

Tras descontar el quinto y la dote de su viuda, con la que sólo llevaba un año casado, se adjudicaron al matrimonio formado por los citados María Adalid y Manuel Pablo 377.000 reales, toda una fortuna de la época.

En aquellas fechas la pareja tenía cinco hijos: Leandro, Julián, Josefa, María y Manuela. Las pequeñas, Feliciana y Braulia, llegaron en 1821 y 1825 según consta en el censo oriolano de 1876.

Del matrimonio formado por la hija mayor, Josefa Pablo, y el político liberal oriolano, Antonio Vilar, nacieron nuestras protagonistas, Antonia y Petra Vilar Pablo; y al menos una tercera hermana llamada Rosario.

A pesar de que en el citado censo aparecen nacidas en Orihuela, sus tías Braulia y Feliciana eran oriundas de Nestares de Cameros y permanecieron solteras regentando un comercio textil en la calle Mayor.

Al igual que las sobrinas, gran parte de sus rentas procedían de otro oficio: el de prestamistas.

La Compra.

El claustro de la Merced en su emplazamiento original. Trasladado a la Catedral.

A la muerte de su padre, Antonia y Petra Vilar Pablo reunieron sus caudales acordando en privado establecer una sociedad mercantil con el objeto de emplearlos en la compra de géneros textiles, fincas rústicas y urbanas.

Y, por supuesto, en préstamos a ser posible con hipoteca, el mejor modo de enriquecerse.

Durante la década de 1866 a 1876, en los protocolos de Ramón Roca, encontramos múltiples escrituras de obligación, poderes, compras y ventas de fincas protagonizadas por estas señoras.

Concretamente en 1868, las hermanas Vilar Pablo realizaban la operación que nos interesa acudiendo al concurso de acreedores del fallecido Juan Vilaregut y comprando a su viuda los tres conventos citados por 48.000 escudos (120.000 pesetas). 

Entregaron 20.000 a cuenta firmando la escritura ante el notario de Barcelona Miguel Martí Saguita, el 28 de julio de 1869.

¿Cómo conocían a Vilaregut?  No podemos asegurarlo.

Lo cierto es que su padre, Antonio Vilar, regidor liberal del Ayuntamiento oriolano durante la primera Guerra Carlista, fue el autor de la primera solicitud para instalar una plaza de toros en el convento de San Agustín; inicialmente con fines benéficos.

Ex convento de frailes de S. Agustín. Hoy Ayuda de Parroquia y plaza de Toros. Plano de Francisco Coello. 1859.

Las dos hermanas continuaron juntas en los negocios hasta que, el 25 de Junio de 1870, ante el notario Ramón Roca, Antonia y Petra Vilar decidieron poner fin a la próspera sociedad llamada «Antonia Vilar y hermana». (4)

Antonia estaba a punto de contraer matrimonio con un sombrerero alicantino llamado Vicente López Durana y pensaba marcharse a vivir a Alicante.

Formados los inventarios, resultó un capital a repartir de 40.000 escudos  (100.000 pesetas) que pertenecían a ambas por mitad. (5)

Como ya hemos dicho, Antonia pensaba ausentarse de la ciudad. Así pues, la sociedad quedó en manos de Petra con las siguientes condiciones:

Antonia quedaba libre de toda responsabilidad desde ese mismo día,  ante la ley y el código de comercio, asumiendo Petra todo el poder y obligándose a pagar los 28.000 escudos que faltaban por entregar del precio de los tres conventos.

La parte de Antonia, 20.000 escudos, quedaba consignada en los tres edificios, por los que recibiría un 5% anual desde el día de su boda.

Pudimos comprobar que la actividad mercantil de las hermanas Vilar relacionada con los ex-conventos se mantuvo con normalidad. 

El 31 de marzo, tres meses antes de la disolución, arrendaron por cinco años a Francisco García Lucas un almacén, «el cual era parte del edificio que fue convento de San Gregorio», a razón de 200 escudos por año. (6)

Situado a las afueras de la Barrera del Matadero, en la alameda de su nombre, linda a levante con huerto propio, a poniente con camino a Hurchillo, mediodía con portería del convento y norte con la capilla de la tercera orden de San Francisco, con callizo en medio. Tiene 6 ventanas con reja y una sin ella, puerta principal y 3 interiores, todas con cerrojo, llave y picaporte.

Y una accesoria marcada con el número uno, perteneciente al edificio que fue convento de agustinos, por 140 escudos al año.

Este local tenía un piso superior en el que pensaban criar capullos de seda; y una puerta por la que se accedía a la plaza de toros. Por ese motivo, el contrato incluía la obligación de entregar las llaves los días de corrida o función. (7)

Fotografía de J. Laurent, desde la puerta de Murcia en 1870. Colección Sánchez Portas.

Primera Partición.

Antonia se casó en julio de 1870, empadronándose en la ciudad de Alicante. 

Ese mismo año Petra, sospechamos que por falta de liquidez para hacer frente a los 28.000 escudos que debían, se asoció también de manera privada con sus tías Braulia y Feliciana; y formaron la mercantil «Petra Vilar y tías», cuya finalidad era la compraventa de géneros del país y extranjero, lencería, sedería y otros.

El 13 de mayo de 1875 Petra contrajo también matrimonio. Se casó con Ramón Pastor Crespo, factor de comercio y vecino de Orihuela.

Portada de la Merced antes del derribo.

Tres meses después, el 10 de agosto, Antonia y Petra decidieron dividir sus propiedades ya descritas anteriormente. Cada una había de recibir 50.000 pesetas (10.000 escudos de 1870), a las que añadieron 5.555,50, mitad del importe de las obras realizadas en el acondicionamiento del que fue convento de mercedarios. (8)

Antonia, se quedó con el de San Gregorio, valorado en 12.812 pesetas:

En la alameda del mismo nombre, que linda a poniente o frente con dicha alameda, mediodía o izquierda con tierra huerta propia, Oriente o espaldas con tierras del marqués de Boil, y norte o derecha con la capilla de la hermandad titulada 3ª orden de San Francisco.

Haciendo constar que en el edificio y a la parte de la alameda, hay construidas 6 casitas de planta baja o accesorias, señaladas con los números 34, 35, 36, 37, 38 y 39, que forman parte del edificio y van comprendidas en sus lindes.

Restos del convento de San Gregorio. Colección Javier Sánchez Portas.

Más un trozo segregado del edificio más valioso, el de la Merced.

Situado en la calle de Los Hostales, que mide 52,30 m. de longitud y 50,80 m. de latitud, formando una superficie de 2.653 m2 con 74 cm., cuyo frente que es la parte de mediodía, linda con la ya referida calle.

Por la derecha o poniente con casa de los herederos de Rufino Cascales, por la izquierda o levante con la calle del Ballet; y por detrás o norte con la iglesia del expresado convento, en cuyo edificio existen nueve accesorias o casas de piso bajo y principal, que dan a la calle de Los Hostales, señaladas con los números de policía: 7, 9, 11, 13, 15, 17, 19, 21 y 23.

Y siete accesorias o casas también de piso bajo y principal que dan a la calle Ballet, marcadas con los números: 1, 3, 5, 7, 9, 11 y 13, que forman parte o dependencias del convento, incluidas en el área consignada.

El Vallet, actualmente Ballesteros Villanueva. Colección Javier Sánchez Portas.

Para ejecutar tan complicada partición no se anduvieron con aficionados. Antonia contrató como perito a José Guardiola Picó, arquitecto municipal de Alicante y miembro de la Academia de Nobles Artes de San Fernando; y Petra a Jerónimo Ros Jiménez, de la misma academia y arquitecto municipal de Murcia.

Ambas convinieron ante notario aceptar el veredicto de los citados peritos. Así pues, el 1 de octubre del mismo año llevaron el acuerdo a escritura. (9)

Antonia, aceptó la siguiente fracción del edificio:

A partir del alfeizar derecho de la puerta principal en Los Hostales, las casas números 17, 19, 21 y 23 y doblando la esquina y comprendiéndola, siguiendo por el Ballet, las casas 1, 3 y 5 hasta la pared divisoria, que a esta última casa divide en dos. 

La longitud total de la fachada es de 48,79 m., 22,38 a Hostales, 23,75 a Ballet y el resto chaflán.

Las paredes divisorias, corren desde el alfeizar derecho de la puerta principal, entrando, siguiendo el muro hasta la esquina de la casa de la portería, desde donde toma la dirección a levante por el muro del patio y comprendiendo la cuadra de los civiles, propiedad de Antonia, hasta buscar la señal roja impuesta en la fachada de la casa nº 5 de la calle Ballet, total 527,18 m.

Los gastos de medianía van por cuenta de las dos, y el muro deberá tener el grueso suficiente, todos los huecos que se encuentren en las paredes divisorias, serán tapiados y no podrán abrirse sin el consentimiento de ambas. 

Las aguas pluviales verterán en la propiedad de cada una, no existiendo servidumbres de ninguna especie, entre ambas propiedades.

Fragmento de Antonia sobre plano Google.

Este fragmento corresponde en la actualidad, a la esquina entre Alfonso XIII y Ballesteros Villanueva. Comprende desde la derecha de la entrada de carruajes hasta la peluquería.

El resto, que luego detallaremos, quedó en propiedad de Petra, además del convento de San Agustín, una finca en la localidad de Fortuna y los préstamos.

Convento convertido en parte en plaza de toros, que linda del oriente o frente con la Plaza de San Agustín, derecha o mediodía con el azarbe de las Lavanderas, poniente o espaldas con tierra huerta de Joaquín Posada Morcoso y por el norte o izquierda con la iglesia. Tiene aproximadamente 43 m. de longitud por 41 m. de latitud. Superficie 2.623 m2.

Traseras de Jesús María. Colección Javier Sánchez Portas.

Ya hemos dicho que, tras separarse de su hermana, Petra se asoció con sus tías, casándose en mayo de 1875. La tía Braulia, utilizando el matrimonio de su sobrina como argumento, consideró disuelta la mercantil «Petra Vilar y tías».

Nos consta que las particiones enemistaron a Petra con su hermana y con su tía. El 1 de agosto Braulia testó ante notario, dejando como heredera a su sobrina Antonia. (10)

El 14 de agosto, tan sólo cuatro días después de la disolución de la sociedad «Antonia Vilar y hermana», Braulia otorgó plenos poderes a Antonia sobre todas sus propiedades.

Textualmente quería que la representase en la sociedad que amistosa y familiarmente, estableció con su sobrina Petra y su hermana Feliciana.

El 7 de febrero de 1876 Antonia arrendó el almacén de su ya propio ex-convento de San Gregorio a José Martí de Veles, vecino de Alcira, por cuatro años a razón de 500 pesetas cada uno. (11)

El 6 de marzo establecieron por fin el convenio de disolución de «Petra Vilar y Tías». 

Braulia dijo verse obligada por la imposibilidad de permanecer al frente del establecimiento a causa de su edad y achaques. (12)

Al fondo, los restos del convento de San Gregorio. Colección Javier Sánchez Portas.

Segunda Partición

Valorado el capital en más de 250.000 pesetas, Petra pidió deducir 5.000 del valor asignado al inmueble de San Agustín, por haber sufrido un incendio «el día uno de los corrientes».

No tenemos prensa oriolana de aquellas fechas; pero hemos conseguido la noticia del incendio en «El Constitucional», diario alicantino.

El Constitucional, diario liberal de Alicante. 5 de marzo de 1876. Gracias, Mateo Marco.

El Constitucional. 5 de marzo 1876: Incendio. En la noche del día primero del actual ocurrió un voraz incendio en el edificio del ex-convento de San Agustín de la ciudad de Orihuela.

Las llamas han causado daños de bastante consideración, pues han devorado cerca de mil zarzos destinados a la colocación de los gusanos de seda; algunas barchillas de habas secas, cajones vacíos y varios quintales de cáñamo.

Las autoridades y la guardia civil acudieron al lugar del siniestro, consiguiendo extinguir el incendio después de ocho horas de supremos esfuerzos.

Como ya hemos dicho, la separación no fue nada amistosa. A Braulia la representó el abogado oriolano Vicente Moreno Tovilla. A su sobrina Petra, Teodoro López Aracil, de Aspe.

El maestro de obras de Alicante, Francisco Arques, fue el encargado de efectuar la nueva partición del edificio de la Merced. 

El 12 de mayo, se reunieron ante notario y presentaron inventario con un capital a repartir a razón de casi 80.000 pesetas por cabeza.

A la izquierda, el edificio de los mercedarios. Archivo Alberto Zerón.

Lo que quedaba del edificio de la Merced quedó valorado en 76.410 pesetas. El perito encargado de la nueva división encontró muchas dificultades para repartirlo en igualdad por su figura irregular y anómala.

Hizo dos partes: una valorada en 43.174 adjudicada a Petra; y otra de 33.235 que correspondía a Braulia y Feliciana por mitad. 

Braulia, se hizo cargo de la hipoteca de la Calle Mayor, donde vivían y tenían el comercio, recibiendo a cambio el resto de los créditos escriturados. (13)

Guía comercial 1886.

Ante la desconfianza de Petra, sus tías Braulia y Feliciana hubieron de comprometerse a resarcir lo que pudiese faltar del inventario, pues había pasado el tiempo y sus tías seguían al frente de la tienda vendiendo y comprando géneros inventariados.

El 27 de julio Antonia hizo testamento y tampoco mencionó a su hermana Petra. Se declaró hija de Antonio y Josefa, natural de Orihuela y vecina de Alicante, casada y sin hijos, expresando su deseo de ser enterrada en Orihuela, en el panteón familiar. (14)

A la derecha, el edificio de los mercedarios. Colección Javier Sánchez Portas.

Legó a su hermana Rosario 2.500 pesetas; otras 2.500 a cada una de sus sobrinas; 20.000 pesetas a su marido y el resto a sus tías Braulia y Feliciana, a las que nombró albaceas.

Pero volvamos al edificio de la Merced.

A la izquierda, el edificio de los mercedarios. Colección Javier Sánchez Portas.

Ya hemos citado la parte de Antonia. El resto quedó distribuido de la siguiente forma.

A Petra le correspondió:

Desde la casa de los herederos de Rufino Cascales, hasta el alfeizar izquierdo de la puerta principal, entrando, siguiendo el muro de este lado hasta el que divide al norte el edificio de la iglesia, en el cual se comprenden las casas números 9, 11, 13 y 15, las habitaciones interiores números 10, 12, 13 y 14, la entrada a establecimiento de instrucción primaria, la cochera de Francisco Almodóvar, las habitaciones llamadas Archatas y Tribunal, mitad de los 94, 490 m2 de la entrada, mitad de los 230, 360 m2 de corredores y patio, mitad del pozo y la habitación sobre la entrada, que es parte de la fonda.

Lo adjudicado a la izquierda de la entrada, forma un triángulo y linda a levante con patio y entrada de sus tías, a poniente con casa Rufino Cascales, mediodía calle Hostales y norte con la Merced.

Esta parte es el fragmento de fachada que aunque muy deteriorada, se mantiene en la actualidad; exceptuando el trozo en el que se construyó una casa a finales del XIX.

Fragmento de Petra sobre plano Google.

Y por último, para las tías:

Las casitas que dan a la calle Ballet, desde la pared divisoria de la casa nº 5, dividida en dos, la 7, 9, 11 con su cochera, la 13, la cochera con salida a la plazuela de la Merced, las habitaciones interiores con entrada por la puerta principal de la calle Hostales números 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 20, y la que se conoce con el nombre de Carbonera, mitad de la entrada y mitad de corredores, patio y pozo.

Fragmento de Braulia y Feliciana sobre plano Google.

En la actualidad, desde la casa anexa a la peluquería de la calle Ballesteros Villanueva, hasta el museo de Semana Santa. 

Es fácil distinguir los tres fragmentos, porque están claramente diferenciados en aspecto y altura.

Iglesia de la Merced. Colección Javier Sánchez Portas.

San Gregorio y San Agustín.

A partir de aquí no tenemos sino datos sueltos extraídos de aquí y de allá.

Antonia y su marido, Vicente López Durana se instalaron en Orihuela dedicados plenamente al negocio inmobiliario. 

En septiembre de 1885 Vicente solicitaba permiso, que le fue denegado, para edificar en los terrenos de San Gregorio.

Tras obligarle a presentar los títulos de propiedad, la Comisión de Ornato le acusó de apropiarse de la Alameda que era del común y de destruir la columna y base de su cruz de término. (15)

En 1887 vendía una casa de tres pisos en la calle del colegio; y tras un fallido intento de adquirir el de Alicante, su ciudad natal, compró el «Teatro de la Corredera» en 1896. (16)

Plano fachada Teatro de la Corredera. AMO.

El último documento relativo a esta pareja que hemos encontrado, es la solicitud de obras menores a realizar en el edificio de la Merced, en septiembre de 1902, con el plano adjunto. (17)

Plano fachada del edificio de la Merced. AMO.

A Petra y Ramón no les debieron marchar bien los negocios. El 10 de octubre de 1879 enajenaron San Agustín con pacto de retroventa a cinco años a Mateo Sáenz Ibarra, vecino de Orihuela;  por la cantidad de 10.000 pesetas en oro y plata. (18)

43 m de longitud, 61 m. de latitud, 2.623 m2 de superficie, incluyendo plaza de toros. Oriente o frente: Plaza San Agustín, derecha o mediodía: azarbe lavanderas, poniente o espalda: huerto de Joaquín Posada, y norte o izquierda la iglesia.   

Pero el 14 de noviembre de 1885 hicieron uso de la oferta de retro y recuperaron el edificio por el mismo precio, sin gravámenes ni deudas. (19)

Guía comercial 1886.

En los protocolos de Ramón Amat de la década de 1890  figuran decenas de letras protestadas a nombre de este matrimonio.

Tan sólo en el primer semestre del año 1897, José Balaguer Murcia les protestó  treinta y cinco, aceptadas por la sociedad «Petra Vilar y Ramón Pastor» y endosadas generalmente por empresas de Barcelona. Pero también por acreedores de Madrid, Valencia, Tarrasa, Onteniente, Alicante y Elche.

Colección Javier Sánchez Portas.

La definitiva venta del exconvento de los agustinos, tuvo lugar ante el notario Ramón Amat, el 14 de noviembre de 1887. (20)

El diario de Orihuela. 14 de noviembre 1887: Aunque aún no se ha otorgado la escritura de venta de la vieja Plaza de Toros, puede considerarse como vendida toda vez que el sábado en la noche se dieron cuatro mil reales de señal y se firmó un documento de compromiso de venta.

Según de público se decía ayer, el antiguo exconvento de agustinos ha pasado a ser propiedad de los padres jesuitas por 58.500 reales y con el objeto de construir un edificio para instalar en él el colegio de Jesús y María establecido en la casa-palacio del Sr. Marqués de Lacy.

El periodista acertaba en casi todo. Ese mismo día 14 de noviembre, ante el notario Ramón Amat, tuvo lugar la venta del exconvento de los agustinos convertido en plaza de toros. Pero lo de los jesuitas como propietarios eran falsos rumores.

Ramón Belló Martínez, natural de Novelda y vecino de Orihuela, presbítero con dignidad de Arcipreste de la Catedral, lo adquirió por 14.625 ptas. Había entregado mediante cautela privada 1.000 ptas. pagando el resto en billetes de banco. (21)

Ramón Belló era además Vicario General del obispado y Presidente de la junta diocesana de reparación de templos.

Compró también gran parte del ex-convento de los trinitarios; y presidió la subasta y adjudicación de las obras de restauración de Santa Justa y las Salesas.

Pero esta compra aún reservaba otra sorpresa. En el testamento del religioso, redactado el 19 de enero de 1892, dos días antes de su muerte, aparecía una cláusula que revelaba:

Que el edificio que fue antes convento de San Agustín convertido hoy en colegio de Jesús María, aunque la escritura de dominio aparece a mi favor, no es de mi propiedad sino de la pertenencia de las Señoras Superioras actuales encargadas de esta clase de colegios en España, en cuyo edificio hicieron dichas señoras algunas mejoras por su cuenta y a cuyo favor otorgará la correspondiente escritura de traslación de dominio mi hermano Don Francisco Belló y Martínez, sino lo hubiese yo verificado antes de ocurrir mi defunción, siendo cuenta de dichas señoras el pago de toda clase de deudas que aparezcan contra dicho edificio, y de que yo salí fiador por estar dicho edificio a mi nombre. (22)

Suponemos que el miedo a nuevas desamortizaciones, o quizás las hipotecas establecidas sobre el edificio llevaron a las religiosas a camuflar su compra.

En la cesión de la finca por parte de Francisco Belló y Martínez a favor de Sor María de San Hermenegildo, conocida como Teresa Font y Barberá, Superiora del Colegio de Orihuela, y otras, aparecen reseñadas dos hipotecas por 40.000 pesetas, mucho más que el importe pagado por el propio edificio.

Traseras Colegio de Jesús y María.

Las otras eran Josefa Cors de Manresa, superiora del colegio de San Andrés del Palomar; Teresa Santrés Sala, superiora de Barcelona; Carmen Castel Clemente, superiora de Valencia; y Joaquina Sitjá y Campañá, superiora de Tarragona.

El hecho de que tan sólo diez días después, formalizasen un contrato de venta a favor de Doña Concepción Morell e Iseru y otras señoras, vecinas de San Andrés del Palomar, localidad donde establecieron su primer colegio, refuerza nuestra teoría del temor a aparecer como propietarias del edificio. (23)

Las religiosas, comenzaron su labor docente en el Palacio del marqués de Lacy, en la calle San Juan, el mismo año que Ramón Belló compraba el convento.

Entrada al palacio del marqués de Lacy, al inicio de la calle de San Juan. Colección Javier Sánchez Portas.

Dos años después, en abril de 1889, el arquitecto de la diócesis de Cartagena, Justo Millán, solicitaba desde Murcia permiso para emprender las obras de restauración, y no lo citó como convento de San Agustín, sino ya como Colegio de Jesús y María.

El Diario de Orihuela. 12 de abril 1889: Se leyó una exposición de D. Justo Millán, arquitecto, director de las obras del colegio denominado de Jesús y María, acompañando el plano de la fachada del citado edificio; y el Ayuntamiento acordó aprobarlo y que así se ponga en conocimiento del interesado.

AMO. Sig. D 129 nº 60.

Justo Millán Espinosa. Nacido y muerto en Hellín (1843-1928), era uno de los arquitectos más prestigiosos de la región murciana.

Obtenido el título en la Escuela de Arquitectura de Madrid, ostentó los cargos de Arquitecto Municipal en Hellín; Arquitecto Provincial en Albacete; Académico de Mérito por la Academia de San Fernando; Arquitecto de la Diócesis de Cartagena y Arquitecto Provincial de Murcia.

Entre sus obras está la reconstrucción del Teatro Romea, arrasado por un incendio. También muchos edificios públicos como el Asilo de Ancianos, el Manicomio Provincial, la Cárcel, el Hospital, el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza, la Plaza de Toros de Murcia; en su momento la más grande de España.….

Justo Millán Espinosa (1843-1928). Partida de NacimientoMi agradecimiento a JM Dayas.

Nos pareció extraño que tan prestigioso arquitecto, cuyas obras se circunscriben a Murcia y Albacete, aceptase este trabajo en Orihuela. 

Justo Millán estaba ya entrando en su última etapa, donde aceptó numerosos trabajos de particulares. Debió ser para él un reto transformar una plaza de toros en colegio.

El enlace pudo ser Francisco Belló, hermano mayor de Ramón y su heredero universal. Francisco era canónigo magistral de la Catedral de Murcia y rector del seminario.

Colegio de Jesús María. Colección Javier Sánchez Portas.

Antonio José Mazón Albarracín (Ajomalba) y Jorge Belmonte Bas.

Artículo publicado en 2006. Corregido, adaptado, ampliado e ilustrado.

Notas:

1 Archivo Municipal de Orihuela, (en adelante AMO) Prot. 2065 escritura 1.

2 AMO. Prot. 1874 f. 833.

3 Una casa y tierras en Nestares; una casa en la Mancebería, catorce tahullas en la Senda Molina, géneros variados de comercio: Hilos, sedas, alfileres, almendras, pimienta, azafrán, clavillo, chocolate, canela fina, cacao, azúcar, papel de fumar, plumas, etc…; 43.000 rls. en efectivo; y sobre todo préstamos. La herencia importaba 407.000 rls., de los que se descontó la dote de su esposa 30.000 rls. más el quinto, que ascendió a 75.413 rls. El resto, o sea 377.000 rls. se adjudicó al matrimonio.

4 AMO. Prot. 2223 f. 834.

5 Compuesto por: trece tahúllas de huerta en San Fulgencio valoradas en 1.331 esc.; cuatrocientas veinticinco tahúllas de huerto con casa, parador, noria, pozo y aljibe, en la villa de Fortuna, valoradas en 9.000 esc.; la entrega a cuenta de los tres conventos, 20.000 esc.; 2.824,867 esc. que les adeudaba Fernando López Martínez, vecino de Almoradí; era el resto del precio por el que le enajenaron tres casas de habitación y otra que era posada con su huerto, todo lo cual componía el antiguo convento de Mínimos de Almoradí, cuyos lindes eran las calles Herrero, Camino de Torrevieja y Larramendi, a la que daba la posada; 3.000 esc. que les adeuda otro posadero, Francisco Ferrer Rubio, cuya  posada estaba emplazada en el edificio del convento de la Merced de Orihuela, con una hipoteca de 20 tahúllas; y 3.844,133 escudos en géneros y pequeños créditos.

6 AMO. Prot. 2223 f. 143.

7 Sus lindes eran: Levante San Agustín, poniente plaza de toros, mediodía azarbe Lavanderas y norte la Iglesia. La accesoria tenía dos puertas y ventanas, el piso principal sin ventanas.

8  AMO. Prot. 2228 f. 657.

9 AMO. Prot. 2228 f. 814.

10 AMO. Prot. 2228 f. 639.

11 AMO. Prot. 2229 f. 47. Lindes: P/ Alameda, MD/ Huerto propio de la testamentaría de Glaces, L/ Tierras del marqués de Boil, N/ Capilla 3ª Orden.

12 AMO. Prot. 2229 f. 157.

13 AMO. Prot. 2229 f. 339.

El 12 de mayo, se reunieron ante notario presentando el siguiente inventario: géneros de comercio 87.737.98; fincas Rusticas 23.375; fincas urbanas 98.060.50; obras en C/ Mayor 4.705.25; créditos escriturados 15.576,50; créditos dudosos 12.993.04; créditos costosos 6.312; en metálico 4.450.

Si a esto, le deducimos una hipoteca de 16.764,80 constituida sobre las casas de la Calle Mayor, donde tenían el comercio, quedaba un líquido a repartir de 238.445 pesetas, a razón de 79.481.42 por cabeza. Lo que quedaba del edificio de la Merced se valoró en 76.410,50 pesetas.

El perito encargado de la nueva división, el Sr. Arques, encontró muchas dificultades para repartirlo en igualdad, por su figura irregular y anómala, así que hizo dos partes: una valorada en 43.174, 36, adjudicada a Petra; y otra de 33.235, 64 que correspondía a Braulia y Feliciana por mitad.

El reparto total de los bienes, fue el siguiente: Para Petra: Edificio de San Agustín 9.320 ptas.; parte de la Merced 43.174.36; géneros de comercio 20.542,46; créditos Dudosos 4.331.01; créditos costosos 2.104.

Para Braulia: casas en calle Mayor más obra 14.955.28; parte del edificio de la Merced 16.618.07; tierras en Hurchillo 3.375; casa en Callosa 320; géneros de comercio 33.597,69; créditos escriturados 811,80; créditos dudosos 4.331.01; créditos costosos 2.104; en metálico 3.369.

Para Feliciana: parte del Edificio de la Merced 16.618.07; hacienda en La Matanza 20.000; casa en San Miguel 1.750; géneros de comercio 33.597.79; créditos dudosos 4.331.01; créditos costosos 2.104; en metálico 1.080, 97.

Además, Braulia se hizo cargo de la hipoteca de la calle Mayor, recibiendo a cambio el resto de los créditos escriturados. Petra insistió en descontar las 5000 pesetas que había gastado por el incendio de San Agustín. Sus tías, que habían continuado al frente de la tienda vendiendo y comprando con lo inventariado se comprometieron a resarcir a Petra de lo que pudiese faltar.

14  AMO. Prot. 2229 f. 607.

15  NIETO FERNÁNDEZ, Agustín, Orihuela en sus documentos III, Los Franciscanos en Orihuela y su comarca, siglos XIV-XX, Publicaciones del Instituto Teológico Franciscano, Murcia, 1992, pp. 249-250.

16 GALIANO PÉREZ, Antonio Luis. El Teatro de la Corredera. En «La Lucerna».

17 AMO. Sig. F2 nº 7.

18 AMO. Prot. 2232 f. 858. En los protocolos de Ramón Amat de los años 90, figuran decenas de letras protestadas. Tan solo en el primer semestre del año 1897, José Balaguer Murcia protestó treinta y cinco, aceptadas por la sociedad «Petra Vilar y Ramón Pastor» y endosadas generalmente por empresas de Barcelona; pero también tienen acreedores de Madrid, Valencia, Tarrasa, Onteniente, Alicante y Elche.

19 AMO. Prot. 2321 f. 620.

20  AMO. Prot. 2315 f. 1196. Los lindes son los mismos, salvo que Joaquín Posada aparece como marqués de Sotoaltos.

21 AHO. Prot. 2315 fs. 630, 640, 726 y 896.

22  AMO. Prot. 2355 f. 73.

23 AMO. Prot. 2355 f. 302.

San Gregorio y los descalzos alcantarinos.

MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 6. Manuscrito. Caja Rural Central. Orihuela.

San Gregorio y los descalzos alcantarinos.

La calle de San Gregorio toma su nombre de un desaparecido convento franciscano en el que los descalzos alcantarinos pervivieron poco más de dos siglos.

En concreto desde 1600, año de la fundación, hasta 1835, momento en el que abandonaron convento e iglesia en aplicación del proceso desamortizador emprendido por el Gobierno de la Nación.

Para la nostalgia quedó la capilla de la Venerable Orden Tercera, que ya solo podemos contemplar a través de añejas fotografías desde que fue demolida para erigir en su solar la moderna iglesia de San Vicente Ferrer.

Era el último recuerdo de aquel cenobio erigido bajo la advocación de San Gregorio Taumaturgo.

Los franciscanos descalzos o alcantarinos

La trayectoria de la orden franciscana está marcada por continuas renovaciones en el intento de aproximarse al ideal evangélico dictado por Francisco de Asís.

A través de los años fueron surgiendo hermanos dispuestos a intensificar sus ideales de austeridad, pobreza y soledad.

En el clima de reforma religiosa impulsada por la política de los Reyes Católicos y ejecutada por el también franciscano cardenal Cisneros, durante el siglo XVI despuntaron varios religiosos españoles; personajes como Ignacio de Loyola o Teresa de Jesús; y también un franciscano llamado Pedro de Alcántara.

Pedro de Alcántara.

Nacido en 1499, Juan de Garavito procedía de una de las familias más nobles y ricas de Alcántara (Cáceres).

En 1515, tras abandonar los estudios de leyes en Salamanca, tomó los hábitos, adoptando el nombre de Pedro.

En las filas de los conventuales reformados, fundó el convento de El Palancar, famoso por sus reducidas dimensiones.

Pronto comenzaron a sumársele nuevos hermanos, por lo que necesitó abrir casas para alojarlos.

Como hicieron sus predecesores, marchó a Roma donde su proyecto fue bien recibido, volviendo como Comisario General. Brillante orador, amigo de Santa Teresa de Jesús y consejero de reyes, su carismática personalidad arrastró a muchos franciscanos a vivir su proyecto.

La reforma de los descalzos, conocidos a partir de entonces como alcantarinos, se fue propagando por España, Portugal, Italia y los territorios de ultramar.

La fundación en Oriola 

Para abordar el estudio histórico de esta fundación disponemos de los documentos conservados en los archivos oriolanos y también de los trabajos de cronistas anteriores.

Dibujo de Joseph Montesinos en 1794. Archivo Caja Rural Central. Copia digital en el Archivo Histórico de Orihuela. (En adelante CRC/AHO)

En primer lugar repasaremos el «Cathalogo de los conventos del obispado de Orihuela», manuscrito confeccionado a mediados del siglo XVIII que se conserva en el Archivo Histórico Nacional, reproducido por Juan Bautista Vilar:

San Gregorio: En el día 22 de Abril del año 1600 se tomó posesión de este Convento de Padres descalzos de la Provincia de S. Juan Bautista, con la advocación de S. Gregorio Taumaturgo, con todas las licencias necesarias.

Siendo Obispo de esta Ciudad el Iltmo Señor D. Joseph Estevan; Governador de ella D. Alvaro Vique; justicia criminal Nicolao Viudes, Jurados Enrrique Marquefa, Diego Fernández de Mesa y Bartholomé Viudes, cuia posessión tomó el Rd. Padre Fray Gaspar Valera Predicador con Comissión del Rdo. Padre Fray Antonio Sobrino que era Comisario Prov, de dta. Provincia, por ausencia del Rdo. Padre Provincial Fray Antonio Alvaro, que se hallava en Roma. (1)

Medio siglo después, Montesinos se refiere a la «fundación del exemplar comvento de San Gregorio Thaumaturgo, extramuros de esta Ciudad de Orihuela»:

MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 6, capítulo 7, fols. 117-118. Manuscrito. Caja Rural Central. Orihuela.

Gobernando estaba en paz la nave de San Pedro por los años de 1600 el Papa Clemente VIII […] gobernaba las Españas, el gran Rey Felipe III de Austria.

Por estos felices tiempos, se hallaba predicando el Reverendo Padre Fray Gaspar Valera, Religioso Franciscano Descalzo de la Provincia de San Juan Bautista, en esta Ciudad de Orihuela; hízolo con tan buen espíritu, exemplo y eficacia, y la movió a tan singular Devoción del Seráfico Instituto, que luego comenzó a tratar de que fundasen los suyos en ella y tomassen posessión del Convento.

Y habiendo venido la noticia del Sapientísimo y Reverendo Padre Antonio Sobrino, que por entonces se hallaba decorado con el Oficio de Comisario Provincial, diole parte de ello al Ilmo. Sr. D. Josef Estevan, IV Obispo de Orihuela el qual, aunque al principio lo dificultó por cuantos inconvenientes ocasionados de la maldita envidia, cuando las continuas insistencias con que la Ciudad, Justicia y Jurados lo pedían, dio licencia para que los referidos Padres tomassen posesión. (2)

Las notas recopiladas por Ernesto Gisbert a finales del XIX (3) aportan poco; más bien parecen tomadas de los anteriormente citados.

El primer cronista que aborda el tema con rigor documental es José Rufino Gea, publicando su trabajo en un semanario local a modo de fascículos entre los años 1917 y 1918. (4)

Frailes alcantarinos imaginados por Montesinos. CRC/AHO.

Con lo recopilado por todos ellos y utilizando las actas municipales del año 1600, que se conservan en el Archivo Municipal de Orihuela, analizaremos los acontecimientos que rodearon a dicha fundación cotejándolos con la situación histórica de la ciudad.

Quiero empezar diciendo que los descalzos llegaron a Oriola tarde y en mal momento; pero que lo hicieron bien recomendados.

En marzo del año 1600 quedó registrada la carta de Joan Alfonso Pimentel de Herrera, conde de Benavente y virrey de Valencia en el período 1598-1602, en la que aconsejó al Consell oriolano la conveniencia de fundar un convento de franciscanos descalzos en la ciudad.

Archivo Municipal de Orihuela. Actas municipales año 1600. Sig. A-95. Fol. 192.

Los Padres descalços de S. Francisco me han dicho como tratan de fundar un Conbento de su Orden en esa ciudad subjeto a la Provincia de Valencia, que aunque yo se que por ser esta obra tan buena y de que ha de rredundar tanto bien, estoy cierto acudiran a esto con mucho cuidado, pero por la debocion particular que tengo a esta Religion he querido rrecomendarlo a Vs.ms. a quienes Ntro. Señor guarde. En Valencia 17 marco 1600. (5)

En aquellas fechas Oriola andaba muy preocupada por las noticias recibidas desde Valencia y Cartagena, cartas que anunciaban que las ciudades de Xátiva y Alcoy estaban apestadas.

También se quejaban amargamente ante el secretario del rey de que, cumpliendo el mandato de Su Majestad, en 1592 habían reconstruido totalmente la «torre de la foradada» y la habían dotado de artillería, aljibe, guardias y atajadores pero los murcianos no habían hecho lo propio con la del cabo del Pinatar, y se estaban colando los moros apresando muchos cautivos entre pastores y labradores.

Por otro lado, atraídos por su riqueza y, al abrigo del reciente obispado, la ciudad se había saturado de órdenes religiosas.

Oriola albergaba ya a los añejos mercedarios, a los franciscanos observantes con sus hermanas clarisas, a los agustinos y agustinas, a los carmelitas, a los trinitarios y a los dominicos, cuyo rector, hijo de Loazes, gestionaba el traslado de media docena de dominicas del monasterio de las Magdalenas de Valencia para instalarlas en el beaterío de Santa Lucía. (6)

Convento de Santa Lucía. Colección Javier Sánchez Portas.

Aunque la orden franciscana estaba implantada en Oriola desde el siglo XV, a lo largo de la centuria siguiente habían florecido en ella diversas reformas, sinceros intentos de restablecer el espíritu de su fundador, como las de los descalzos y la de los capuchinos, que no tardaron mucho en llegar a la ciudad episcopal.

Demasiadas bocas ociosas para alimentar.

El principal valedor de la fundación era el padre Gaspar Valera, franciscano alcantarino del convento de Callosa de Segura, fundado en 1585.

Frailes alcantarinos imaginados por Montesinos. CRC/AHO.

Quizás para no desairar al virrey, la ciudad concedió su autorización provisional solicitando del obispo Joseph Esteve la oportuna licencia que, teniendo en cuenta el precario estado en el que se encontraban algunos conventos, contravendría las recomendaciones de Trento.

Dejaban así en manos del prelado la polémica decisión de autorizar otra fundación cuando las que ya estaban instaladas apenas podían subsistir.

El obispo, lavándose las manos, respondió con carta fechada en 14 de abril, y les dijo que calculasen ellos si la ciudad contaba con recursos suficientes para fabricar una casa franciscana sustentándola dignamente, y que si así era, él concedería la licencia.

AMO. Actas municipales año 1600. Sig. A-95. Fol. 210

Me advierten Vs. ms. que yo de primero licencia a dichos frayles y que después Vs. ms. ajuntaran consejo y procuraran que se determine lo que mas conbiniere al servicio de Ntro. Señor.

A lo cual respondo que Vs. ms. miren si la ciudad puede sustentar tantos monasterios y si hay fuerças para todo lo que es menester para fabricalles una casa y lo anexo a ella, que determinado primero esto y pareziendoles a Vs. ms. que esto conbiene havisandome y resolucion acudiré luego con la licencia y servire a Vs. ms. y a essa ciudad como devo, advirtiendo a Vs. ms. la necesidad que padezen los demas monasterios. (7)

En apoyo del proyecto, acudió el comisario provincial Antonio Sobrino enviando una carta desde el convento callosino.

En ella opinaba que una ciudad tan principal y devota, podría fabricar y mantener una casa para doce franciscanos.

AMO. Actas municipales año 1600. Sig. A-95. Fol. 209.

A mi paresceme que en ciudad tan principal y devota dificultar si podra sustentar doze pobres siervos de Dios hijos de St. Francisco y hazerles casa, es punto fácil de resolver. (8)

Sobrino supo tentar a un Consell orgulloso con su estatus de cabeza de gobernación política y religiosa; una ciudad que estaba creciendo y acometiendo todo tipo de mejoras en búsqueda del «ornato» que permitiese demostrar el momento de su máximo esplendor.

Para acabar de convencerles, Gaspar Varela, quien a la postre sería el primer prior del convento oriolano, recordó los deseos del virrey para la principal ciudad del reino después de Valencia, haciendo hincapié en que el nuevo convento pertenecería a la provincia de San Juan Bautista de Valencia, no así el de recoletos de Santa Ana que era castellanos.

AMO. Actas municipales año 1600. Sig. A-95. Fol. 211

Tuviesen por bien que se edificase convento de descalzos, no obstante que había un convento recoleto de San Francisco, que es de la provincia de Castilla, y el que ellos quieren edificar es de la provincia de Valencia, y que la ciudad es de muchos vecinos y la mas principal del reino después de la de Valencia. (9)

En contra de la fundación levantaron la voz los observantes de Santa Ana, que protestaron por escrito ante el Consell al ver en peligro gran parte de sus ingresos en concepto de limosnas.

Apelando al Concilio de Trento, les recordaron la prohibición de fundar conventos en ciudades que no pudiesen mantenerlos cómodamente.

Estos padres ya dicho, en tiempo atrás tomaron el convento que ahora tienen en Callosa, por donde nos an ynpidido limosnas que della y de los demas lugares solia este nuestro convento tener, por donde si en algun particular somos molestos y cargosos a esta ciudad es porque la necesidad nos aze andar muy a menudo enfadando.

El manda que no se funden conventos donde comodamente por la via ordinaria, sin pedir milagros, no se puedan sustentar. (10)

Ante tales argumentos el Consell se reunió el lunes 17 de abril para tratar y resolver ese negocio; y a pesar de que «habían hecho mucha fuerza» las razones del prelado, todos los presentes «unánimes y conformes en voto y parecer, teniendo por cierto que Dios había inspirado sus corazones para que los de esta ciudad les favoreciesen y ayudasen el asunto», aceptaron la fundación dando cuenta al obispo por carta para que concediese la suya.

Licencia del Consell para fundar el convento. Abril de 1600. AMO.

Conseguidas todas las licencias se cometió a Marco Sáez para dar morada a los descalzos y Oriola anunció orgullosa al virrey que, a pesar de tener otra casa de San Francisco, de haber acogido recientemente los conventos del Remedio y del Carmen, ambos muy necesitados, aceptaban a los alcantarinos dejando su subsistencia en manos de la divina providencia.

El 22 de abril tomaron posesión de tres casas situadas en el arrabal de San Agustín, junto a la barrera de Hurchillo donde se acomodaron temporalmente.

El sitio donde tomaron posessión fue el dicho Arrabal de San Agustín, en un pequeño callejón que se atajó con tablas, y algunos días estuvieron en él los Religiosos, con bastante estrechez y trabajo, hasta que enfrente de él tomaron tres casas pequeñas, de las cuales una servía de Santa Iglesia; la otra de portería; y la tercera de morada de los Religiosos, y en este paraje estuvieron hasta poder pasarse al combento, el cual se empezó a fabricar en 1601.

Sentose la primera piedra con muy grande primor y solemnidad, Domingo de la Septuagésima, asistiendo a este lucidísimo acto toda la clerecía, Señores Canónigos, Justicia, Jurados, en forma de Ciudadanos Nobles, Plebeyos y los más graves Religiosos de las demás comunidades.

Y para más solemnizar la fiesta, que de cuyo ya era grande, fue la Música de la Santa Iglesia Cathedral, y cantaron con regular melodía, en honor y gloria del Santo Obispo Gregorio, Patrono del nuevo combento. (11)

MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 6, capítulo 7, fols. 118-119. Manuscrito. Caja Rural Central. Orihuela.

El apoyo municipal a la nueva fundación no solo incordió a los observantes de Santa Ana; mercedarios, agustinos, trinitarios y carmelitas pleitearon durante años contra los alcantarinos de San Gregorio.

Pero la decisión estaba ya tomada y las obras del nuevo convento franciscano y su iglesia se acometieron con premura gracias a las ayudas y limosnas del Consell.

Frailes alcantarinos imaginados por Montesinos. CRC/AHO.

El 20 de mayo concedieron licencia para sacar piedra de la «Peña del Castillo», sobre la casa antigua de Baltasar Pedrós y el 3 de junio, acordaron una limosna mensual de 3 libras sobre las rentas de la ciudad.

Con este respaldo y con donativos particulares continuaron las obras, instalándose en el nuevo edificio aun sin acabar a finales de 1603.

Rápidamente ampliaron y mejoraron su cenobio. En 1618 se hicieron con dos tahullas anexas para ampliar el huerto. En 1627 construyeron establos y pajar. En 1626 instalaron una barraca para criar seda…

El carácter reformista de los descalzos, con un comportamiento acorde a los postulados de su prédica, les hizo acreedores del cariño y respeto de los oriolanos; especialmente en las epidemias de 1648 y 1678; en este último año, la ciudad se dirigió al Provincial de la Orden, para agradecerle los desvelos de los descalzos:

Sucedió en esta ciudad de Orihuela el contagio de la peste, que duró en ella desde el mes de abril hasta los primeros de Agosto. Se sacrificaron víctimas de la caridad, y del consuelo público de la ciudad diez Religiosos de este Convento, saliendo de él a servir y consolar a los apestados del Hospital, y murieron de los diez cinco. (12)

Frailes alcantarinos imaginados por Montesinos. CRC/AHO.

A finales de la centuria comenzaron las reformas en la iglesia conventual. En 1698 compraron al ladrillero Tomás Pérez, 5.200 ladrillos para reformar la cubierta. (13)

Durante el siglo XVIII, las riadas estuvieron a punto de echar por tierra el edificio, quedando parcialmente dañado, por lo que se emprendieron obras imprescindibles, reforzando además arcos y paredes de la iglesia.

En su máximo apogeo, alcanzado en el siglo XVIII, el convento alojaba en sus muros a 50 religiosos y 8 pretendientes.

Su huerto, de casi cinco tahullas, contaba en fechas de la desamortización con 13 limoneros, 16 naranjos dulces y 2 agrios, 13 palmeras, 3 laureles, 1 peral, 3 higueras, 1 saúco, 14 parras, 2 pruneros, 1 albaricoquero y 22 granados. (14)

Frailes alcantarinos imaginados por Montesinos. CRC/AHO.

Con ayuda municipal urbanizaron toscamente el paseo de la alameda cubriendo los hondos con carretas de «ruinas y casquijo» para evitar que quedara impracticable por las lluvias.

Se compuso de cantería el puente sobre la acequia y se adornó con una cruz de término fabricada en 1735, que incluía las armas de la ciudad.

Gracias a la permuta efectuada por el Marqués de las Hormazas con la casa de Rafal a principios del siglo XIX, se ejecutó un camino para sustituir el «transito angosto que atravesaba los huertos del sitio de San Gregorio», completando así el precursor trazado de la actual calle de San Gregorio.

Frailes alcantarinos imaginados por Montesinos. CRC/AHO.
San Gregorio Thaumaturgo y la Virgen de Monserrate.

El Consell decidió que adoptase la advocación de San Gregorio Taumaturgo, abogado contra terremotos e inundaciones, por la devoción que la ciudad tenía a ese «santo bienaventurado», votado como intercesor ante las continuas avenidas del río que causaban tanto daño; en palabras de Montesinos:

Consultado por entreambos Cabildos, Eclesiástico y secular, que vocación y título se le daría al combento, convinieron todos en que fuese el de San Gregorio Thaumaturgo, obispo y confesor; y que se edificasse cerca de las orillas o márgenes del Río Segura, fuera del Arrabal de San Agustín, para que fuese amparo y defensa contra las grandes y terribles inundaciones que solían padecer de ordinario; y allí tomaron la deseada posessión, el día 22 de Abril del referido Año 1600, con grande contento y aplauso de toda la Ciudad. (15)

MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 6, capítulo 7, fol. 118. Manuscrito. Caja Rural Central. Orihuela.

Así pues, cuando llovía más de la cuenta y el Segura comenzaba a desbordarse, sacaban al santo en rogativas «a fin de aplacar la ira de Dios».

Y eran estas tan frecuentes, que el padre guardián se quejaba al Consell de que la imagen de San Gregorio, además de pequeña, estaba indecente por las muchas veces que se había metido en el río, aconsejando hacer otra mayor y dejar la vieja para mojarla cuando hubiese necesidad.

Pero poco le quedaba al taumaturgo como intercesor meteorológico. El año 1672 comenzó diluviando y casi todo el mes de enero se pasó en perpetua rogativa.

Ya había sacado el Consell a San Gregorio en procesión al río, precedido como de costumbre de seis nobles caballeros con antorchas blancas, y sucedió que las lluvias continuaron, el Segura creció, rompió los frágiles costones que aprisionaban sus turbias aguas y, por espacio de varios días, esparció en la ciudad y en la vega la desolación y la muerte, arrasándolo todo con empuje tan extraordinario, que hasta el propio convento de San Gregorio amenazaba con derrumbarse sobre sus cimientos. (16)

San Gregorio imaginado por Montesinos. CRC/AHO.

No se había recuperado el pueblo de tanta desgracia cuando, dos meses después, el Segura comenzó a crecer de nuevo.

El pósito estaba vacío, el pueblo aterrorizado no podía contar con San Gregorio pues el acceso era imposible y sus frailes se habían refugiado en otros conventos.

Así pues echaron mano de la imagen más cercana. Nuestra Señora de Gracia fue sacada de San Agustín y colocada en un improvisado altar sobre el puente. Pero el río seguía creciendo.

El 7 de Marzo se reunió el Consell y acordó sacar en procesión hasta la iglesia catedral a la Virgen María de Montserrat.

Al llegar al puente de Poniente, el ramo de la patrona cayó al río e inmediatamente, las aguas comenzaron a descender. Con esta ya famosa ceremonia terminó la función intercesora contra las inundaciones de San Gregorio.

El milagro del ramo. Grabado siglo XIX.
Exclaustración y desamortización

El siglo XIX fue particularmente duro con los descalzos. Durante la Guerra de Independencia, al quedar extramuros, el convento fue fortificado para seguir el plan de defensa de la ciudad. En el primer plano confeccionado, aparece como Batería de San Gregorio. (17)

Acabada la guerra, la subsistencia posterior del convento no fue nada fácil. Como la de las demás congregaciones masculinas, su historia terminó con la desamortización eclesiástica.

El domingo 23 de Agosto de 1835 los religiosos fueron expulsados; era el final del convento.

El amplio edificio, fue subastado y adquirido por Juan Vilaregut, quien lo convirtió en locales y casas de inquilinos; y tres años después, el Ayuntamiento trasladó a sus cuadras el matadero municipal.

Croquis borrador de Orihuela. Año 1811. Ministerio de Defensa.

Al igual que la Merced y San Agustín, en 1868 el edificio fue adquirido por las hermanas Antonia y Petra Vilar, quedando en manos de la primera en 1875. (18)

Si os apetece, pinchando la siguiente imagen podéis acceder a un artículo que, junto a Jorge Belmonte, escribí sobre el tema.

Enlace al artículo.

La escritura hacía constar que fue convento de San Gregorio, en la alameda del mismo nombre, que lindaba al frente con la alameda, a la izquierda con huerta propia, a espaldas con tierras del marqués de Boil y a la derecha con la capilla de la Tercera Orden de San Francisco.

Lindando también con la alameda, habían construidas seis casas de planta baja, que formaban parte del edificio. La iglesia conventual, situada entre el convento y la capilla de la Orden Tercera, desapareció transformada en almacén. (19)

En septiembre de 1885 Vicente López Durana, esposo de Antonia Vilar, pretendió edificar en los terrenos de San Gregorio. El Ayuntamiento, tras el informe de Ornato, acordó pedir a Durana los títulos de propiedad.

Calle de San Gregorio a comienzos del siglo XX. Colección Javier Sánchez Portas.

Tres meses después, presentados a nombre de Antonia, le acusaron de apropiarse de parte de la Alameda que era del común. También de destruir la columna y base de la cruz de término, por lo que le negaron la solicitud.

Arrabal de San Agustín. Planos de población (1810)
Aunque la calidad es pésima, esta fotografía muestra la capilla de la VOT y la iglesia conventual de San Gregorio, convertida en almacén; ya con el campanario construido en el callizo que las separaba.
La Venerable Orden Tercera y la Cofradía del Perdón

Al igual que los franciscanos de Santa Ana, los alcantarinos de San Gregorio contaron con una Venerable Orden Tercera cuya capilla, separada de la iglesia por un callizo, fue el único edificio que se salvó gracias a su carácter seglar.

Capilla de la Tercera Orden de San Francisco. Es ya la Iglesia de San Gregorio que conocimos en el siglo XX. La torre fue eliminada después. Colección Javier Sánchez Portas

Fundada a mediados del siglo XVIII, esta institución costeó varias imágenes; entre ellas la de Nuestro Padre Jesús de la Caída obra de Salzillo y, desde mediados del XIX, organizó el traslado de dicha imagen el Martes Santo para formar parte de la procesión general del Viernes Santo.

Desaparecida la iglesia conventual la capilla se destinó al culto. Pero a principios del siglo XX, ante el mal estado que presentaba, fue clausurada temporalmente.

La restauración, a cargo del maestro Francisco Sánchez y de un carpintero llamado Sanz, fue financiada por suscripción popular; comenzó en 1905 y en febrero de 1906 quedaba reinaugurada.

Capilla de la VOT convertida en ermita, ya sin la torre. (Archivo García- Molina)

Las obras de restauración comenzadas en el templo de San Gregorio, tocan a su término. La suscripción abierta con tal objeto, y cuya lista de señores donantes hemos ido publicando, ha dado los más lisonjeros resultados. La iglesia de San Gregorio abrirá pronto sus puertas al culto.

Un esfuerzo más y se coronará la obra, pues para ello falta bien poco. Merecen un aplauso sincero el maestro de obras Sr. Sánchez (D. Francisco) y el Sr. Sanz (carpintero) encargados de la restauración. En ella han derrochado buen gusto e inteligencia. Sobre todo el pintor Sr. Sánchez, que gratuitamente esta haciendo allí una verdadera obra de arte. (20)

Capilla de la VOT de San Gregorio, ya adaptada y sin la torre.
En esta fotografía podemos comprobar la distribución del convento de San Gregorio, con la capilla de la VOT, la torre e Iglesia de los Alcantarinos y restos de lo que fue el edificio conventual. Al fondo el chalet de los Gálvez. Colección Javier Sánchez Portas
Aspecto de los edificios en los años 40-50 (Colección Javier Sánchez Portas). Sobre la fotografía anterior, ampliada, el dibujo de Montesinos (CRC/AHO).
Caballería del Perdón frente a la iglesia de San Gregorio © Antonio Ballester Vidal.

En 1927 se fundó la Cofradía del Perdón como heredera natural de la VOT. Durante la Guerra Civil se clausuró de nuevo la iglesia, trasladando algunas de sus imágenes al museo creado por Justo García Soriano en el antiguo palacio de la casa de Rafal.

Caballería del Perdón frente a la iglesia de San Gregorio © Antonio Ballester Vidal.

Terminada la contienda en abril de 1939, los cofrades del Perdón descubrieron que gran parte del piso de mármol había sido arrancado, y que cavado en el suelo de tierra, había un foso para asistencia del camión del cuerpo de bomberos que utilizaba el edificio como garaje.

También encontraron la cama del conductor instalada en el camarín de Nuestro Padre Jesús.

Nuestro Padre Jesús de la caída. San Gregorio © Antonio Ballester Vidal.

Con ayuda de los vecinos,  la vieja capilla reconvertida en iglesia fue de nuevo acondicionada acabándose las obras en el año 1943.

Erigida la nueva parroquia de San Vicente Ferrer en 1968 con feligreses procedentes de la Catedral y de Santa Justa, en octubre de 1971 desapareció el único vestigio del convento alcantarino.

Bendición de la nueva iglesia parroquial de San Vicente Ferrer, erigida en los terrenos de la capilla de la VOT de San Gregorio, exconvento de franciscanos descalzos alcantarinos. Colección Javier Sánchez Portas.
Bendición de la nueva iglesia parroquial de San Vicente Ferrer. Colección Javier Sánchez Portas.
Bendición de la nueva iglesia parroquial de San Vicente Ferrer. Colección Javier Sánchez Portas
Bendición de la nueva iglesia parroquial de San Vicente Ferrer. Colección Javier Sánchez Portas
Bendición de la nueva iglesia parroquial de San Vicente Ferrer. Colección Javier Sánchez Portas

La entrañable ermita fue derruida y sustituida por un moderno edificio parroquial que, a pesar de su nueva titulación, para los oriolanos será siempre San Gregorio.

Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba).

Publicado en la revista de Moros y Cristianos de Orihuela en 2013. Mi más sincero agradecimiento a Consol Payá Amat y a Gloria Doménech Giner.

Notas: 

(1) Cathalogo de los conventos del obispado de Orihuela…. AHN, Estado, leg. 2945. (ms, mediados del XVIII). En: VILAR, Juan Bautista en Orihuela, una ciudad valenciana en la España moderna, vol. III, pág. 907. Orihuela.1981.

(2) MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 6, capítulo 7, fols. 117-118. Manuscrito. 1792. Caja Rural Central. Orihuela. Los corchetes sustituyen un fragmento en el que Montesinos se extiende con una interminable lista de reyes que gobernaban Europa.

(3) GISBERT Y BALLESTEROS, Ernesto; Historia de Orihuela, vol. III, Orihuela.1901.

(4) GEA MARTÍNEZ, J. Rufino. «Páginas sueltas, documentadas de la Historia de Orihuela». En: El Conquistador, núms.178-179 (9-16 feb. 1918).

(5) Archivo Municipal de Orihuela. Actas municipales año 1600. Sig. A-95. Fol. 192.

(6) SÁNCHEZ PORTAS, Javier. El Patriarca Loazes y el Colegio Santo Domingo de Orihuela, pág. 30. Orihuela. 2003.

(7) AMO. Actas municipales año 1600. Sig. A-95. Fol. 210

(8) AMO. Actas municipales año 1600. Sig. A-95. Fol. 209

(9) ibíd.

(10) AMO. Actas municipales año 1600. Sig. A-95. Fol. 211

(11) MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 6, capítulo 7, fols. 118-119. Manuscrito. 1792. Caja Rural Central. Orihuela.

(12) Cathalogo de los conventos del obispado de Orihuela…. AHN, Estado, leg.2945. (ms, mediados del XVIII). En: VILAR, Juan Bautista en Orihuela, una ciudad valenciana en la España moderna, vol. III, pág. 908. Orihuela.1981.

(13) NIETO FERNÁNDEZ, Agustín. ORIHUELA EN SUS DOCUMENTOS III: Los Franciscanos en Orihuela y su Comarca S. XIV-XX, pág. 205. Murcia. 1992.

(14) ibíd. Págs. 218-219.

(15) MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 6, capítulo 7, fol. 118. Manuscrito. 1792. Caja Rural Central. Orihuela.

(16) GEA MARTÍNEZ, J. Rufino. “Páginas sueltas, documentadas de la Historia de Orihuela”. En: El Conquistador, núm.179 (16 feb. 1918).

(17) MUÑOZ PORTAU, Mercedes. «Aproximación a la Guerra de Independencia en Orihuela y su obispado: problemática castrense en un sector de retaguardia». Anales de Historia Contemporánea (Murcia) Vol. 1 (1982) p. 19-45.

(18) MAZÓN ALBARRACÍN, Antonio J/BELMONTE BAS, Jorge. «Aportaciones para el estudio de los conventos de La Merced, San Agustín y San Gregorio». Revista deorihuela, núm.9 (2007).

(19) Es parte del edificio que fue convento de San Gregorio, situado a las afueras de la Barrera del Matadero, en la alameda de su nombre, linda a levante con huerto propio, a poniente con camino a Hurchillo, mediodía con portería del convento y norte con la capilla de la tercera orden de S. Francisco, con callizo en medio. Tiene 6 ventanas con reja y una sin ella, puerta principal y 3 interiores, todas con cerrojo, llave y picaporte. (AHO. Protocolos Notariales).

(20) El Diario, núm. 243, (16 ene.1906).

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