Introducción.
Una modesta traviesa que une el Paseo con la Calle de San Juan ostenta una enigmática fecha como titulación: Cinco de Marzo.
Este callejón, fruto de la canalización de una acequia, se abrió en 1881 y fue bautizado como calle de Sarmiento en agradecimiento a la actuación del gobernador civil en la riada que sufrió Orihuela aquel año.
El eco de la provincia. 20 de septiembre 1881: Por Real decreto de 13 del actual, ha sido trasladado al Gobierno civil de Murcia el Sr. D. Francisco Banquells, que desempeñaba el cargo de Gobernador civil de nuestra provincia, y por otro decreto de la misma fecha, se nombra para esta vacante al Sr. D. Francisco Javier Sarmiento.
El Constitucional. 8 de octubre 1881: Anoche se recibieron en el Gobierno Civil graves noticias por telegrama. El alcalde de Orihuela telegrafía diciendo que la inundación del Río Segura es inminente.
Las pérdidas de la huerta son de grandísima consideración; la vega estaba toda inundada, y por consecuencia, el pánico se había apoderado de aquella desdichada ciudad víctima de estos estragos. Nuestro Gobernador, el Sr. Sarmiento, es muy posible que salga para los pueblos inundados a dictar disposiciones y a animar con su presencia a aquellos habitantes.
El Graduador. 14 de octubre 1881: Procedente de Orihuela llegó anteanoche a esta capital, el Gobernador de esta provincia, Sr. Sarmiento. Tenemos a la vista varias cartas de Orihuela, en la que se nos manifiesta los resultados prácticos que ha tenido para esta castigada población, la oportuna llegada de dicho señor.
Suprimimos todos los elogios que hacen de esta autoridad por no lastimar su exquisita modestia; pero séanos permitido a nosotros, nada acostumbrados a derramar incienso, hacer verdadera justicia, manifestar nuestra satisfacción al ver que las familias de esos pueblos, que más han sufrido en el último desbordamiento del Segura, se muestran agradecidos al celo, actividad e inteligencia con que la nueva autoridad de esta provincia ha acudido a los puestos de mayor riesgo y donde eran, por consiguiente, más necesarios toda clase de auxilios, tanto para evitar mayores daños, como para socorrer a los pobres que por efecto de las circunstancias lo habían perdido todo o podían perecer de hambre por falta de trabajo y hasta de artículos comer.
Consignamos las anteriores noticias, según se nos comunican, para honra del Sr. Sarmiento y satisfacción de la provincia.
Ayuntamiento de Orihuela. Sesión Municipal del 17 de noviembre de 1881: Se acuerda como prueba de grato recuerdo y consideración a la persona del Sr. Gobernador Civil de esta provincia, se ponga el nombre de Calle de Sarmiento a la nuevamente abierta próxima al paseo, que pone en comunicación la Puerta Nueva con la calle de San Juan, fijándose el correspondiente azulejo que lo determine.
Comprobado que el gobernador de Alicante por aquellas fechas se llamaba Francisco Javier Sarmiento y que el callejón conservó su nombre hasta 1914, año en el que se le llamó «Cinco de marzo», sólo se me planteaba una duda.
¿Qué ocurrió el cinco de marzo de 1914 en la calle Sarmiento?
Antecedentes
El asesinato de Canalejas en noviembre de 1912 puso fin al sistema de turnos de Gobierno establecido entre liberales y conservadores.
Ambos partidos se fueron fragmentando en diversos grupúsculos: Reformistas, Socialistas, Anarquistas, Nacionalistas, Republicanos, Integristas, Tradicionalistas, Jaimistas, Católicos, etc.
En el ámbito local, Alfonso Pardo y Manuel de Villena, marqués de Rafal, aspiraba de nuevo a la representación parlamentaria de este distrito como jefe del Partido Conservador oriolano.
Las elecciones del 8 de marzo de 1914 en Orihuela se presentaban muy reñidas. Su oponente Manuel Ruiz Valarino, jefe del Partido Liberal, había movido bien sus fichas pactando alianzas electorales con los antiguos partidarios del marqués.
El hijo de Ruiz Capdepón gozaba de gran influencia política en toda la provincia; pero el marqués de Rafal manejaba hábilmente los hilos del poder que en ese momento disfrutaba.
Ambos partidos disponían de un periódico local que utilizaban como órgano de propaganda y látigo de la oposición: «El Eco de Orihuela» por parte del Partido Conservador y «El Diario» por parte de los liberales.
Por supuesto, las versiones que cada periódico ofreció del suceso al que nos vamos a referir inclinaron el peso de la noticia hacia sus propios intereses.
Las disputas entre «rafalistas» y «valarinistas» fueron subiendo de tono. Como muestra de la tensión política local, desde la víspera de los hechos, el director de «el Diario» José M. Teruel, permanecía detenido en el retén municipal. Estaba acusado de abofetear a un macero municipal.
Los hechos.
Vamos a comenzar con la versión liberal.
El 6 de marzo de 1914, en primera plana y a toda pagina, el citado periódico denunció la existencia de una partida de matones a las ordenes del marqués a la que bautizaron como «partida de la porra»
EL Diario. 6 de marzo 1914: Provocación. Ciudadanos atropellados y apaleados. Desacatos a una autoridad militar. Tiros a la multitud indefensa. Indignación popular. Más detenciones a personas dignas. Poco después de las siete, salió a patrullar por las calles de la tranquila Orihuela, una «Partida de la Porra», formada por sujetos de mala catadura y peor aspecto, reclutados seguramente entre el hampa de la sociedad orcelitana, armados de sendas varas de fresno, los cuales se distribuyeron en grupos por las calles de la ciudad, convertida en ese momento en algo peor que una kábila rifeña.
Don Manuel y Don Vicente Ruiz Valarino, acompañados del exmagistrado del tribunal supremo Don Álvaro Landeira, acababan de cenar en el Hotel España y marchaban a su domicilio, acompañados como siempre de un grupo de amigos y correligionarios.
Al llegar a la calle Sagasta, los partidarios de la porra apaleaban salvajemente a un joven de unos 16 años. Protestaron de forma pacífica y ordenada ante el brutal espectáculo, pero los guardias municipales que allí estaban, les acometieron sable en mano, desacatando y atentando contra el capitán de Corbeta, D. Manuel Ruiz Valarino que, aun después de mostrar el carnet militar, fue maltratado y rodeado por una chusma de porristas.
Entre tanto, otros guardias sable en mano, penetraron en la farmacia de nuestro correligionario Carlos Román a viva fuerza, porque en ella se habían refugiado algunos perseguidos, mientras que personas respetables eran atropelladas indignamente por los de la porra y otros guardias.
De pronto, entre aquella confusión sonó un disparo y luego otro, y un tercero. Según testigos presenciales del suceso y entre ellos uno de mayor excepción cuyo nombre reservamos para darlo a quien corresponde, los disparos partieron de los guardias municipales.
Fueron detenidos y conducidos al retén, arbitrariamente, perfectos caballeros, honra de la moralidad, el decoro y la decencia. Un espectáculo repugnante, asqueroso.
Según esta primera versión, cuando el candidato Ruiz Valarino se dirigía a su casa después de cenar en el Hotel España acompañado de su hermano y de un grupo de amigos y seguidores, presenciaron como en la calle Sarmiento, los «de la porra» apaleaban salvajemente a un adolescente en connivencia con los guardias municipales.
Las «partidas de la porra» se hicieron famosas en la segunda mitad del siglo XIX. No eran más que grupos de matones contratados para apalear a opositores y atacar las redacciones de periódicos contrarios.
Al recriminarles por tal abuso, los citados caballeros fueron agredidos por los matones y acometidos por los guardias. Sable en mano les obligaron a buscar refugio en la farmacia del conocido liberal Carlos Román Miralles, yerno de Francisco Díe Pescetto.
De allí les sacaron por la fuerza, organizándose una trifulca que acabó con tres tiros; disparos que, según los «valarinistas», partieron de las armas de los guardias. Varios liberales, «gente decente y honrada», fueron detenidos y conducidos al retén municipal.
Ese mismo día «el Eco de Orihuela» ofrecía otro punto de vista en la última columna de la segunda página.
El Eco de Orihuela. 6 de marzo 1914: El sangriento suceso de anoche. Anoche entre dos luces se notó un cambio que hacía presagiar desagradables acontecimientos. Los agentes de la autoridad extremaron sus precauciones, ejecutando con toda escrupulosidad y tacto las ordenes de cacheo recibidas.
Se vigilaba de un modo especial a determinados individuos altamente sospechosos. Tenía confidencias la policía de que un individuo apellidado Mateo, que goza de fama de duro, «guardia de corps» de ciertos elementos que bullen estos días en las hasta ayer incruentas luchas políticas.
Alrededor de las nueve de la noche de ayer, la pareja compuesta por los guardias municipales Juan Pedro Fernández y Tomas Pérez, advirtió la presencia en el Boulevard de Sagasta del referido Mateo, al que trataron de cachear.
La resistencia descompasada del aludido, y la concurrencia de algunos sujetos que acudieron a todo correr desde la parte norte del paseo, promovió un altercado en el que terciaron algunos transeúntes que se dispusieron a auxiliar a la autoridad.
Entonces un grupo situado en la esquina de la farmacia del Sr. Román, con voces y actitudes desacompasadas provocó la aproximación de los agentes, ocurriendo entonces según afirman testigos presenciales, que desde el interior de algunas viviendas y en el arroyo se hizo armas contra los agentes.
Entre los nombres que se barajan, solo queremos dar uno a la estampa, el del guardia Juan Pedro Fernández, que resultó herido por arma de fuego, con alojamiento del proyectil que esta mañana le ha sido extraído del costado izquierdo. Fue herido por la espalda y en dirección de arriba abajo.
Según la versión conservadora, la autoridad había sido informada de que individuos altamente sospechosos merodeaban por la ciudad.
Alrededor de las nueve de la noche, la pareja de guardias municipales formada por Juan Pedro Fernández y Tomás Pérez, trataron de cachear a un tipo con fama de duro llamado Mateo, cuando un numeroso grupo de sujetos acudió corriendo de la parte norte del paseo, entonces llamado de Sagasta, promoviendo un altercado con los agentes.
Argumentaba también que unos ciudadanos acudieron en apoyo de la autoridad y que desde la farmacia comenzaron a provocar a los agentes; al acudir estos a sofocar el alboroto, fueron tiroteados desde un balcón hiriendo al guardia Juan Pedro Fernández, con alojamiento de proyectil en el costado izquierdo.
El sábado día 7, víspera de la jornada electoral, «el Eco de Orihuela» ampliaba, en defensa de su versión, que los tiros sólo podían proceder de un portal elevado por la trayectoria de la bala; que ésta era del nueve y no del doce, calibre que usaban los guardias; y que los testigos hablaban de un tipo vestido de señorito que al parecer huyó por los tejados.
Ese mismo día, la noticia llegó a Madrid. En el mismo diario, de tendencia liberal, figuraban cuatro apartados.
Primeramente la versión gubernamental.
La Mañana (Madrid). 7 de marzo 1914: ESCÁNDALOS ELECTORALES. EL DISTRITO DE ORIHUELA. Referencias oficiales. El gobernador de Alicante dice que, según le comunica el alcalde de Orihuela, algunas personas significadas de la política del Sr. Ruiz Valarino han alterado el orden y herido de gravedad a un guardia del Municipio.
Con este motivo han sido detenidas varias personas, entre ellas D. Pedro María García Murphy, ex concejal y ex teniente alcalde, afiliado a la política de Ruiz Valarino, y D. Rafael Blasco, oficial de la Delegación de Hacienda de Alicante.
También está detenido el portero del señor Ruiz Valarino, como presunto autor de la herida del guardia. Se asegura que el promotor de los sucesos fue el diputado provincial Sr. Ballesteros.
El punto de vista del periódico, defendiendo a Ruiz Valarino.
Aclaraciones y comentarios. Hasta aquí las referencias oficiales que recogimos en nuestro deber de informadores; pero conviene hacer constar que el suceso de que se hace mérito, y cuantos ocurran ahora en aquel distrito, tienen origen muy distinto al que se le quiere atribuir por los delegados del Gobierno.
Nuestro respetable amigo el ex ministro Sr. Ruiz Valarino, que tan merecidamente disfruta fama de prudente y que reúne cualidades por nadie superadas de sensatez y civismo, viene siendo objeto de una persecución sin freno en los distritos de Orihuela y Dolores.
Como la mayoría de aquellos electores, decididos adeptos del Sr. Ruiz Valarino, no pueden olvidar cuánto deben a su celo infatigable; es necesario apelar a las mayores violencias para el logro del atropello que el Gobierno se propone.
Bien parco nuestro amigo en la publicidad de los desmanes que contra él se cometen, se ha limitado hasta ahora a dirigir al presidente del Consejo denuncias de algunas felonías y avisos de justificados temores.
Las prudentes advertencias del Sr. Ruiz Valarino no han sido atendidas y ha ocurrido algo de lo que tenía que suceder por falta de previsión y exceso de arbitrariedad.
Responsable de lo acontecido y de cuanto en este orden desagradable pueda suceder en aquella región es el Gobierno que desatentadamente persiste en una actitud condenable, puesto que ya debía estar convencido de que ni aun con sus mayores violencias conseguirá arrebatar las actas que tan bien conquistadas tienen allí nuestros amigos.
Un telegrama de los electores oriolanos al presidente del Consejo firmado por Amancio Meseguer.
ORIHUELA. — Al presidente Consejo de ministros decimos: Lamentable espectáculo que ofrecen atropellos y coacciones de todo género que se cometen a diario por amparadores de la candidatura ministerial, llegado al colmo con la amenaza personal realizada en plena calle al hijo adoptivo de Orihuela Sr. Ruiz Valarino, y desacatos a ilustres personalidades, hiere de tal modo la dignidad de los oriolanos que determina un acto de solidaridad que reviste por sí solo los caracteres de la más enérgica protesta.
A este fin, los diversos partidos: integrista, carlista, maurista, liberal y republicano, hacen pública su coalición en defensa de la candidatura de nuestro paisano Sr. Ruiz Valarino, a la par que declinan en el señor marqués de Rafal y sus patrocinadores la responsabilidad de los sucesos que puedan sobrevenir ya que no es tolerable que al amparo de la protección oficial se convierta en sangrienta burla las garantías que la Constitución otorga y se haga irritante menosprecio de las leyes, con agravio de la cultura de una población que en nuestras luchas políticas ha sido siempre modelo de sensatez y cordura. Por la Asamblea electoral. Amancio Meseguer.
Y una nota de Trinitario Ruiz Valarino, hermano del candidato liberal.
ORIHUELA, 6. No es ya el atropello, es el atentado personal organizado oficialmente el que se dirige contra mí. El mismo individuo que me amenazó hace unos días recorrió anoche algunas calles dando mueras a mi hermano, candidato por este distrito, y a mí en presencia de varios guardias municipales.
Más tarde, al salir mi hermano de casa, un guardia del Ayuntamiento intentó detenerle violentamente poniendo las manos sobre su persona, no obstante haberlo exhibido documentos que acreditan su personalidad como capitán de corbeta.
El alcalde nombró ayer setenta individuos que funcionan como partida de garrote. La indiferencia con que se reciben mis denuncias produce los naturales resultados. Ruiz Valarino.
Conclusión y rotulación de la calle.
Lo cierto es que el altercado ocurrido aquella noche fue el motivo de la nueva titulación de la calle Sarmiento.
El 28 de abril Alfonso Pardo Manuel de Villena, marqués de Rafal, en carta a «el Eco de Orihuela», anunciaba su retirada de la política tras la victoria de Ruiz Valarino.
Madrid 28 de abril de 1914. Señor Don Tomás Brotons. Orihuela. Mi distinguido amigo: Cuando a insistentes requerimientos de los amigos de ese distrito me decidí a presentar mi candidatura para Diputado, ya hice saber que lo que consideraba un sacrificio lo haría muy gustoso por corresponder al afecto y trabajos que durante la oposición se me había demostrado por aquellos.
Llevando esa mira podrá Vd. conjeturar cuán grande es mi sentimiento actual por el desenlace que han tenido los acontecimientos que han sido coronados por la proclamación en el Congreso, del Señor Ruiz Valarino…
No puedo por menos de reconocer fracasada la ilusión que un día me hice con respecto a ese distrito, y ese fracaso alcanza a mi persona política en lo que respecta a Orihuela, desde el momento que no he logrado ser en ella el candidato de muchos elementos de las derechas, con cuyo apoyo esperaba contar; y cuando partidos como el carlista e integrista no han dudado en dar sus votos al candidato demócrata no apoyando mi candidatura ni siquiera como «mal menor» …
Por unas u otras razones creo que ha llegado el momento en que me despida de los amigos para que ellos, recobrada su libertad de acción vean qué rumbos deben tomar o designen persona que pueda llevar a cabo con más éxito que yo la labor que bajo mi dirección ha resultado infructuosa…
Tanto Vd. como todos los amigos saben que pueden contar siempre con la buena amistad de su afmo. amigo s. s. q. s. m. b. El Marqués de Rafal.
Sin la financiación del marqués y sin partido, el diario conservador «cerró la persiana».
El Eco de Orihuela. 4 de junio 1914: EL PARTIDO CONSERVADOR SUCUMBE A LA INJUSTICIA. La dignidad y la vergüenza nos obligan a desaparecer. «El Eco de Orihuela», órgano del partido conservador de este distrito, cierra con este número la serie de su publicación, de la misma manera que la agrupación política de que ha sido voz pone, con el acuerdo que vamos a hacer público en las presentes líneas, final a su pública actuación.
Ese mismo 4 de junio, en sesión ordinaria, el concejal Román Miralles pidió al Ayuntamiento que la calle de Sarmiento se denominase calle del Cinco de Marzo en recuerdo y memoria de los mártires de la libertad y de los amigos del Sr. Ruiz Valarino, que fueron atropellados y tiroteados en aquella calle esa memorable noche.
Y que a la plaza que hasta entonces se llamaba del Marqués de Rafal, se la denominase en adelante «Plaza de la Porra», para recordar siempre a los oriolanos esa indigna partida que fue vergüenza de un pueblo honrado y culto.
El alcalde propuso también que se destruyese el retén municipal; puesto que en él no habían penetrado detenidas más que personas decentes; y que ese edificio, mazmorra para «valarinistas», no debía ser deshonrado con la estancia en él de algún criminal.
El Diario. 5 de junio 1914: LA DEMOLICIÓN DEL RETÉN MUNICIPAL. Terminada la sesión del Ayuntamiento, una brigada de albañiles esperaban la orden de comenzar a demoler lo que fue cárcel de las personas decentes de Orihuela, durante los últimos seis meses de barbarie y vejaciones porque hemos atravesado; y los primeros golpes de pico que sonaron, para derribar aquella mazmorra inmunda y antihigiénica, la multitud considerable que había en las plazas de la Constitución y de Cubero, prorrumpió en vivas a la libertad, al pueblo libre, a D. Manuel Ruiz Valarino y aplaudió entusiásticamente a los operarios que demolían aquellas prisiones.
Quedó acordado por unanimidad y el 16 de junio, el propio Ruiz Valarino en solemne acto, descubrió la placa.
El Diario, 17 de junio de 1914. La llegada de Don Manuel Ruiz Valarino. Al llegar la manifestación a la calle Sagasta, se detuvo para que nuestro ilustre diputado, descubriera la lápida colocada en la calle de Sarmiento, a la cual se le ha dado el nombre de calle del «Cinco de Marzo de 1914».
El acto resultó solemne, disparándose en este momento, cuatro bombas, las cuales despidieron infinidad de versos alusivos de los sucesos acaecidos en Orihuela en estos días pasados.
En las cuentas aprobadas por el Ayuntamiento el 20 de junio de 1914 figura el pago de 17 pesetas, importe de una lápida para la calle Sarmiento.
No he encontrado el correspondiente pago por la de la «Plaza de la Porra»; por lo que sospecho que nunca llegó a ostentar la Plaza de Rafal , hoy Condesa de Vía Manuel, tan ignominioso título.
Epílogo
Esta humilde y castigada calleja tiene un significado especial para mí. Nací en el «Paseo de Calvo Sotelo» y mis abuelos maternos vivían en la «Calle de San Juan», entonces «de Antonio Piniés»; su tránsito era el cordón umbilical entre mi madre y mi abuela.
Además, fue quizá mi primer descubrimiento en el tema callejero. Nadie me supo decir por qué la llamaron cinco de marzo y lo tuve que averiguar.
Era un callejoncito modesto entre dos casonas. El espacio de una acequia cubierta y sus «brazas», sin puertas ni vecinos; por lo que fue maltratada desde el mismo momento en que la abrieron.
El Día. 23 de junio 1887: La calle de Sarmiento de esta ciudad está de pésame, a las muchas desdichas que sobre ella pesan, ya en forma de escombros que obstruyen su tránsito, ya por su poco aseo, etc. etc. hay que añadir unas ligeras reparaciones que se han hecho en una casa, propiedad de D. Francisco Ballesteros Villanueva, en la cual han dejado en su fachada y en la parte superior de ella tres canales, sistema antiguo, sin duda con el objeto de que por ellas llore sus desgracias la repetida calle…
Ciento veinticinco años después de la nota anterior, la casa de Ballesteros sigue amenazándola en forma de ruina. Y la bella rejería que ostentaba le fue extirpada de raíz.
Ahora sólo alberga urinarios y contenedores de basura…
Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba).
Publicado en 2006. Reformado y ampliado en 2022.