Natural y vecino de Orihuela (La Murada). Militar (cabo), nacido el 28-IV-1917. Ingresó en la cárcel preventiva de Orihuela el 30-IX-1939 desde el Reformatorio de Alicante, quedando a disposición del Juez Militar de la localidad. Enviado a Alicante a Consejo de guerra, el 16-II-1940 fue internado en San Miguel.
(Fuente: AHPA. Legajos 12531 y 12581).
GARCÍA ROCAMORA, Pedro:
Natural y vecino de Orihuela (La Matanza). Pastor, de 56 años. Afiliado a UGT, posteriormente a CNT, y miembro de la Colectividad Agrícola.
Un Consejo de guerra celebrado en Alicante el 9-V-1942 le condenó a 8 años de prisión menor por auxilio a la rebelión: según la sentencia, se afilió a CNT durante la guerra e intervino en la tala de árboles de una finca incautada a su propietario. Al llegar las tropas franquistas tenía las llaves y objetos sagrados de la Iglesia requisada por la CNT.
(Fuente: AHPA. Legajo 9060 – A. Mazón).
GARCÍA SEBASTIÁN, Antonio:
Vecino de Orihuela. Agricultor, de 28 años.
Un Consejo de guerra le condenó a la pena de muerte por adhesión a la rebelión y fue fusilado el 26-XI-1940.
(Fuente: Miguel Ors).
GARCÍA SEGURA, Monserrate, (a) Genaro:
Natural y vecino de Orihuela (Arneva). Agricultor y guardia de Seguridad, de 32 años. Ingresó en la cárcel de Orihuela el 28-IV-1939. Enviado al Reformatorio de Alicante el 12-XII.
Archivo Municipal de Orihuela
Volvió a la cárcel de Orihuela el 11-IX-1940 y al Reformatorio de Alicante el 9-I-1941 para comparecer ante un Consejo de guerra. Pasó a la prisión de Elche el 25-VI.
(Fuente: AHPA. Legajos 9277 y 12593).
GARCÍA SEGURA, Manuel:
Vecino de Orihuela (Arneva). En septiembre de 1939 la Guardia Civil le detuvo tras la denuncia de un convecino. Le acusaba de pertenecer al Comité rojo que en 1936 ordenó un asesinato, de haber tomado parte en requisas de fincas y de la destrucción e incendio de imágenes sagradas y objetos de culto.
(Fuente: AHPA. Legajo 916).
GARCÍA SORIA, Manuel:
Natural y vecino de Orihuela (La Murada). Propietario / jornalero, de 67 años. Afiliado a UGT u alcalde pedáneo en 1936. Acusado de mofarse de la religión católica disfrazado con ornamentos sagrados.
Ingresó en el Reformatorio de Alicante desde comisaría el 28-IV-1939, saliendo en libertad provisional el 15-X. Volvió al Reformatorio de Alicante el 22-I-1940, donde un Consejo de guerra le condenó a 14 años y 8 meses de prisión menor por auxilio a la rebelión: según la sentencia, era desde antiguo de ideología izquierdista y representaba esa política en la pedanía de La Murada; ya había sido procesado y absuelto por un jurado en 1917 de la muerte de un convecino.
Durante la guerra dejó la alcaldía de la pedanía a su hijo, del que fue consejero; participó en la destrucción de imágenes y se revistió de ornamentos sagrados, denunció a un falangista y fue un exaltado marxista. Quedó en prisión atenuada el 26-II-1941. El TRP le sancionó con una multa de 5.000 pesetas, que la Audiencia notificó al Gobierno Civil el 6-XI-1945.
(Fuente: AHPA. Legajos 1221, 9051 y 9189 – BOPA, 19-IX-1940 – A. Mazón).
GARCÍES GONZÁLEZ, José:
Natural de Palmar (Madrid) y vecino de Orihuela. Ferroviario, de 37 años. Ingresó en la cárcel de Orihuela el 17-XII-1939 y el 11-II-1940 fue enviado a Consejo de guerra en Alicante.
(Fuente: AHPA. Legajo 12581).
GARRI GARCÍA, Joaquín:
Natural de Benejúzar, vecino de Orihuela. Ferroviario, de 33 años. Afiliado a la CNT. Ingresó en la prisión de Orihuela el 9-XII-1939 y el 8-II-1940 fue enviado a Consejo de guerra en Alicante.
(Fuente: AHPA. Legajo 12581 – A. Mazón).
GASCÓN PEDRÓS, Amelia:
Natural de Alicante y vecina de Orihuela. Maestra, nacida en 1918. Acusada de propagandista y pertenecía a la FUE, al SRI y a Mujeres Antifascistas. Sin embargo se le permitió seguir sus estudios.
(Fuente: Isabel Domenech).
GEA LÓPEZ, José:
Natural y vecino de Orihuela:
Cañicero, de 28 años. El 17-V-1941 ingresó en la cárcel de San Miguel desde Alicante. Antes había estado preso en Monóvar. Salió en libertad condicional el 29-V.
(Fuente: AHPA. Legajo 12532).
GEA NAVARRO, José:
Natural y vecino de Orihuela. Jornalero, de 42 años. Detenido por la Guardia Civil el 5-VII-1939, ingresó en la cárcel de Orihuela quedando a disposición del Juzgado Militar de la localidad por manifestaciones contra la Causa Nacional.
Dijo a los miembros de la banda de cornetas de Falange que «cuando salieran los presos que había en la Prisión de San Miguel, tocarían con más gana y alegría, y que pronto llegaría ese día». El 8-XII-1939 salió en libertad.
(Fuente: AHPA. Legajos 910).
GEA SEANO, José:
Natural y vecino de Orihuela. Jornalero, de 50 años. Afiliado a UGT y PSOE, concejal del Frente Popular, directivo de la Casa del Pueblo y apoderado en las elecciones de 1936.
Ingresó en la cárcel de Orihuela el 10-V-1939, saliendo en libertad condicional el 7-II-1941. En Consejo de guerra celebrado en Alicante en mayo de 1941 fue condenado a 1 año de prisión.
(Fuente: AHPA. Legajo 12532 – A. Mazón – Fundación Pablo Iglesias).
GERMÁN PESCETTO, María.
Vecina de Orihuela. El TRP le condenó a 2 años de inhabilitación por propagandista. Estaba en el extranjero.
(Fuente: AHPA. Legajo 794 – M. Ors – BOPA, 21-VI-1940 y 20-VI-1941).
GIERA VIECO, José:
Natural y vecino de Orihuela. Panadero, de 37 años. Afiliado a UGT y a CNT. Secretario del Comité de Panaderos. Apresado el 2-IV-1939, ingresó en la cárcel de Orihuela tres días después.
El 25-VI-1941 pasó a la prisión de Elche, conceptuado como peligroso, acusado de haber pertenecido a UGT, a CNT-FAI, por hacer denuncias y por actuar como testigo de cargos en los Tribunales Populares contra personas de derechas.
El 23-V-1942 fue trasladado al Reformatorio de Alicante, donde un Consejo de guerra celebrado en Alicante el 16-X, le condenó a 15 años de reclusión menor por auxilio a la rebelión: según la sentencia, era de significación izquierdista, formó parte del Control de la industria panadera, llevando a cabo incautaciones y requisas, practicó un registro domiciliario, se expresaba a favor del régimen rojo y en contra de personas de derechas, aunque no se había podido comprobar si lo hizo contra un vecino que fue condenado a muerte.
Llevaba preso 3 años, 7 meses y 21 días. Obtuvo la libertad condicional el 10-VI-1943 desterrado en Valencia, destierro que se levantó el 10-VIII, volviendo a Alicante. El 7-XI-1945 se le autorizó a residir en Orihuela. Indultado el 16-VI-1947. Se le aplicó la LRP.
(Fuente: AHPA. Legajos 9092, 9146 y 9277 – A. Mazón).
Los falangistas de la Vega Baja. «La Invasión de Alicante».
Desde que en 1935 estableciera su delegación provincial y primer núcleo alicantino en Callosa de Segura, la relación de la Vega Baja con Falange Española fue muy especial.
Al acto de fundación, en el Cine Imperial, asistió el propio José Antonio Primo de Rivera arropando al jefe provincial José María Maciá Rives «el Pollo», conocido industrial callosino del ramo del cáñamo.
Pronto, el partido se fue extendiendo por toda la Vega, con sedes en Orihuela, Rafal, Bigastro, Redován, Almoradí, Cox, Rojales, San Fulgencio, Torrevieja, etc.
Falange Orihuela. Archivo Municipal de Orihuela.
La junta local oriolana estaba liderada por Juan Bellod Salmerón y Antonio Piniés Roca de Togores, Barón de la Linde, quién alcanzó la jefatura.
Estos grupos locales celebraban reuniones periódicas donde recibían doctrina y entrenamiento físico para la futura lucha armada.
A pesar de su escasa repercusión y de no obtener ni un diputado en la provincia de Alicante, los falangistas se hicieron notar a base de parafernalia, fervoroso discurso y sobre todo, de acciones violentas perpetradas antes del alzamiento militar.
En las ciudades, la victoria del Frente Popular espoleó a numerosos militantes de «Acción Popular» y de la Derecha Regional y Agraria para enfundarse la camisa azul y lanzarse a hostigar a socialistas, comunistas y anarquistas en una estrategia provocadora claramente planificada.
Pero la mayoría de los falangistas reclutados en las partidas rurales, al menos los de la Vega Baja, se enrolaron con otras motivaciones.
Durante la campaña de febrero de 1936, la derecha convenció a su electorado de que la victoria frentepopulista traería la revolución y el comunismo, destruyendo la familia y la religión católica, fundamentos básicos de la sociedad rural.
Perdidas las elecciones, Falange Española fue la reacción al fracaso de los políticos conservadores y a la amenaza del movimiento obrero; atrayendo a jóvenes arrendatarios seducidos por las promesas de los terratenientes y dispuestos a defender la propiedad de la tierra que cultivaban, aunque no fuese suya.
Archivo Municipal de Orihuela.
En 1933, José Antonio Primo de Rivera, había conseguido un acta de diputado por Cádiz, a través de una candidatura monárquica, denominada Unión Agraria y Ciudadana.
Al no revalidar su escaño en las elecciones de 1936, perdió la inmunidad parlamentaria y fue detenido el 14 de marzo.
José Antonio Primo de Rivera.
El 5 junio, llegó de Madrid a la prisión de Alicante. Con él permanecían recluidos su hermano y varios dirigentes de Falange, entre ellos, el citado jefe provincial José María Maciá.
El traslado de Primo de Rivera, probablemente alargó su vida unos meses; de otro modo habría muerto casi con seguridad en una de las sacas efectuadas en la capital.
Sin ir más lejos, su abogado defensor, el famoso político Melquíades Álvarez, fue asesinado el 23 de agosto en el asalto que las milicias efectuaron a la Cárcel Modelo.
Durante la primavera de 1936, el Gobierno clausuró las sedes de Falange Española; cerró sus periódicos y detuvo a sus dirigentes pasando el partido a la clandestinidad.
Pero eso no fue obstáculo para que cientos de jóvenes de la Vega Baja abrazaran la causa de Primo de Rivera.
Teniendo en cuenta la conservadora mentalidad rural basada en la propiedad y en los conceptos de religión y orden inoculados por los sindicatos católico-agrarios, no es de extrañar que la comarca del Segura fuese presa fácil de la grandilocuente oratoria patriótica que ofrecía el movimiento nacional-sindicalista.
En Orihuela, dos falangistas destacaron notablemente en los meses que precedieron al conflicto y ambos lo pagaron muy caro. Domingo Serna Pamies era un tipo violento, mecánico de profesión.
La primera noticia que encontramos en prensa data de 1935, cuando en un partido de fútbol celebrado en Torrevieja se involucró en una pelea mordiendo al acomodador del campo.
Su camarada Carlos Senén Valera, era funcionario del Ayuntamiento, fugaz miembro de la Gestora Radical y cuñado de José Mazón Torrecillas.
Ambos fueron detenidos por primera vez el 4 de mayo de 1936, circulando en automóvil por la Corredera en dirección prohibida mientras vitoreaban a Falange Española; partido ya por entonces ilegalizado.
El 1 de junio Serna fue de nuevo apresado y acusado de fascista por promover un altercado, de madrugada, en la calle de la Feria.
Cinco días después, ambos camaradas se encontraban en el Bar Zara y Serna sostuvo una sonora discusión con el socialista Manuel Moya por motivos políticos. Citados en el callejón del Molino de Cox pelearon; llevando Moya la peor parte.
Serna y Senén volvieron tranquilamente a dicho establecimiento y, avisados por Moya, pronto llegó un grupo de jóvenes izquierdistas que organizaron un fuerte escándalo en el que Luis Pedrera casi le parte la cabeza a Serna con una silla.
Para evitar males mayores el inspector detuvo de nuevo a la pareja de falangistas.
Multa a Serna. Archivo Municipal de Orihuela.
El 8 de junio, Serna recibió una multa de 206 pesetas, impuesta por el Gobierno Civil, por infracción del orden público.
Cuando comenzó el alzamiento militar, los dirigentes falangistas alicantinos Antonio Maciá Rives -hermano de José María-, José Ibáñez Musso -jefe local en Alicante- y Carlos Galiana, llevaban semanas tramando la liberación del líder y del resto de sus camaradas presos.
En las reuniones celebradas en el Hotel Victoria ofrecieron a un centenar de hombres de la Vega Baja dispuestos a empuñar las armas contra la República.
La insurrección militar precipitó sus planes y el mismo 18 de julio, Antonio Maciá se entrevistó con José Antonio Primo de Rivera en la prisión.
José Antonio Primo de Rivera en la prisión de Alicante.
La Jefatura de Alicante había recibido la orden de concentrar a las milicias en los puntos estratégicos de cada localidad.
Según las memorias de José Mallol, dirigente falangista de Muchamiel, la señal convenida sería una palmera de fuegos artificiales lanzada desde el Castillo de Santa Bárbara; y la contraseña de identificación, la palabra «rambla».
A las diez de la noche, los grupos estaban concentrados esperando órdenes, situándose los de Orihuela en el Palmeral. Allí esperaron durante horas, hasta que se ordenó la desmovilización.
En el Archivo Municipal oriolano encontré este curioso aval de posguerra que lo certifica.
Archivo Municipal de Orihuela.
El camarada Manuel García García, de 22 años de edad, soltero, natural de Benferri y vecino de Orihuela con domicilio en la calle de Santiago nº 29, es persona de magnífica conducta y antecedentes, que con anterioridad al G.A.N. pertenecía a la F.E. y de las J.O.N.S.
Y al estallar este, junto a los demás elementos de su escuadra, se concentró en el paraje denominado «el Palmeral» donde permaneció hasta que recibieron orden de retirarse, por haber fracasado el Movimiento en la provincia, marcándose entonces a su domicilio donde permaneció semioculto hasta que fue movilizada su quinta por el ejército rojo (…)
Al ser destinado al frente desertó, permaneciendo oculto hasta la total liberación de España, tomando parte activa en la liberación de esta Ciudad, en la que desempeñó el cargo de agente de policía, a las órdenes del Comandante Militar de la Plaza.
Hay quien dice que a pesar de ser advertidos continuaron con el plan.
Lo cierto es que a las cuatro y media de la tarde más de sesenta falangistas partieron hacia Alicante con material sanitario y escaso armamento (media docena de escopetas de caza, algunas pistolas y un hacha), dispuestos a liberar a sus jefes y someter la capital de la provincia a las órdenes de los militares sublevados en el Cuartel de Benalúa.
En las cercanías de Santa Pola se averió la camioneta; los que pudieron se apretaron en el camión dejando a seis o siete pasajeros con la promesa de volver a por ellos; circunstancia que nunca ocurrió y que a la postre les salvó la vida.
Los demás continuaron; pero las penurias no habían hecho más que empezar.
A cuatro kilómetros de Alicante el camión se quedó sin gasolina y tuvieron que conseguir cinco litros a costa de un autobús que circulaba hacia Cartagena.
Mientras solucionaban la situación, el automóvil de Maciá se adelantó dirigiéndose de nuevo a la prisión para ultimar instrucciones ordenando que se detuvieran a dos kilómetros de Alicante y buscasen combustible para recoger a los que habían quedado en Santa Pola.
El pelotón se apeó cerca de Babel, en el paraje conocido como «los doce puentes».
Falange Mudamiento. Archivo Municipal de Orihuela.
Algunos supervivientes cuentan que los cánticos, los brazaletes rojinegros y las camisas azules, alertaron a la población antifascista que rápidamente puso en aviso a las autoridades.
Otros hablan de que, antes de salir de Callosa, ya les habían delatado con una llamada al Gobierno Civil.
Lo cierto es que informados de sus intenciones, en Alicante les esperaba un nutrido contingente armado formado por guardias de asalto, guardias civiles, carabineros y miembros de los sindicatos obreros.
Tras un breve tiroteo en el que resultaron heridos dos falangistas y un guardia de asalto, sesenta y un integrantes del comando fueron detenidos y trasladados al Reformatorio de Adultos de Alicante.
El resto, entre ellos Antonio Maciá, Galiana y casi todos los cabecillas consiguieron escapar.
La sublevación militar había fracasado en la capital de la provincia y los militares leales del Cuartel de Benalúa habían abierto sus puertas y repartido armamento entre los milicianos antifascistas.
Nuestros jóvenes reclutas, algunos menores de edad, simples agricultores y la mayoría analfabetos, sólo fueron carne de cañón llena de idealismo y utilizada torpemente por sus dirigentes.
Falangistas supervivientes de Callosa de Segura. Archivo Juan Manuel Cepeda.
Según Vicente Ramos, algunos falangistas oriolanos que habían salido para Alicante, bajo las órdenes de Antonio Piniés, pudieron regresar tras sufrir diversas vicisitudes.
Piniés fue detenido en Villena y sus camaradas de Orihuela fueron cayendo poco a poco gracias a los listados de militancia confiscados en su domicilio.
Domicilio de Antonio Piniés. Colección Javier Sánchez Portas.
El día 7 de septiembre, en el Cuartel de Benalúa, comenzó el juicio estrella contra los que la prensa calificó como «los 61 sublevados de Callosa de Segura, que quisieron conquistar Alicante».
El desfile de procesados de los llamados «sucesos de Agua Amarga» se prolongó durante cinco jornadas hasta que la tarde del 11 de septiembre se dictó sentencia.
Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.
Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.
Era el estreno del Tribunal Popular; en un acto ejemplarizante sólo absolvió a nueve menores de edad y al chófer, que como ya hemos citado, actuó secuestrado y «colaboró por miedo insuperable».
Los cincuenta y dos restantes fueron fusilados en la madrugada del día 12 de septiembre al grito de «nos han engañado».
Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.
Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.
En mi modesta opinión se aprovecharon de unos campesinos analfabetos, la mayoría vecinos de Callosa, Rafal y de la partida oriolana del Mudamiento.
Un grupo de pobres desgraciados a los que enrolaron en una ingenua empresa en el peor momento; una trágica aventura que acabó costándoles la vida.
Cruz situada en la Torreta (Rafal) en memoria de los caídos en estos hechos. Ajomalba.
Monumento de Aguamarga (Alicante) a los Caídos de la Vega Baja construido entre 1941 y 1944 por el arquitecto alicantino Miguel López y por el escultor Daniel Bañuls. Se levantó con el objetivo de conmemorar la «hazaña» de los «héroes rebeldes» con la República, en el lugar donde fueron abatidos.
Antonio José Mazón Albarracín.Ajomalba, 2010.
Extracto de la obra «La II República y la Guerra Civil en Orihuela, vistas desde el Puente de Rusia».
– ¿Es Orihuela una ciudad importante? – ¿Qué si lo es?, bajo todos conceptos.
En religión; en nobleza; en historia; en población; en riqueza; en arte; y hasta en belleza. – ¿Qué es un pueblo religioso, dice usted? – En general me atrevo a decir que más que Valencia.
En este punto sólo algunas regiones del norte de España le podrán igualar. Igualar…; que aventajarle… ¡ lo dudo¡.
En la huerta de Orihuela las costumbres son aún patriarcales. ¡Que hormigueo de hombres de la huerta a las iglesias de la Ciudad Episcopal en los domingos de Cuaresma ¡
¡Y que comuniones tan nutridas en la mayor parte de los templos¡… Y cuente usted que Orihuela tiene muchos templos. Entre iglesias, ermitas y capillas pasan de veinticinco..
José Sanfeliú, Magistral de Orihuela. Actualidad. Núm. 22, 17 de julio de 1928.
La política oriolana entre las elecciones de 1931 y la victoria del Frente Popular en 1936.
Miguel Hernández con 14/15 años (1924/5).
Con sus principios y valores en proceso de cambio, la pasión por la literatura y el sentido del compromiso empujaron al Miguel Hernández a impregnarse de las nuevas corrientes; comenzando a mudar de la mística a la política activa.
Éste era un concepto prácticamente nuevo; pero también el inicio de una singladura arriesgada para quien como él, procedía de un sector social modesto y de unas generaciones que habían pasado la adolescencia bajo la Dictadura de Primo de Rivera.
El general Primo de Rivera y su gabinete.
Ahora, en una ciudad de provincias, comenzaba a moverse en una desconocida política democrática de masas.A Miguel, la mocedad le llegó en 1931, un año fundamental para la historia de España. La fortuna le deparó una excedencia de cupo en lo militar y una primera etiqueta política en su militancia.
Consecuente con su tiempo, el joven poeta de Orihuela se dejó influir por otras compañías alejándose, de momento, del catolicismo activo para explorar nuevos campos.
Y en aquel primer verano republicano, influido por su amigo Augusto Pescador Sarget, fue nombrado presidente fundador de las Juventudes Socialistas locales.
Miguel Hernández. Colección Paco Escudero Galante. Coloreada por Rafael Navarrete, en su página «La Historia a color».
La proclamación de la República.
Según el censo confeccionado el año anterior, Orihuela contaba en 1931 con una población de 38.500 personas; de las que más de 23.000 estaban domiciliadas en sus diferentes partidas rurales.
Con una economía basada en la agricultura en la que estaban fuertemente arraigadas las figuras del arrendatario y el pequeño propietario rural, sin apenas conflictos sindicales, la actividad política se había mantenido muy alejada de las corrientes obreras reivindicativas imperantes a nivel nacional, adormecida en manos de un puñado de terratenientes que además de las tierras, controlaban los sindicatos católicos.
Barraca en la huerta de Orihuela. Ministerio de Cultura.
Creados nominalmente a finales del siglo XIX para paliar la vergonzosa situación de explotación y miseria de las clases trabajadoras y prevenir la posible protesta social, habían experimentado un fuerte crecimiento sólo en los años veinte gracias a la coyuntura excepcional creada durante la Dictadura de Primo de Rivera.
Semanario «El Pueblo» órgano de prensa de los Sindicatos Católicos.
Con una eficaz amalgama de religión y conservadurismo antiliberal, intentaron mantener a raya la expansión de las ideas marxistas que, como un reguero de pólvora, prendían entre los jornaleros.
El progresivo crecimiento de los sindicatos aconfesionales fue desplazando a estás organizaciones católico-agrarias, que con la llegada de la República, pasaron a identificarse plenamente con los sectores políticos más reaccionarios y ultraconservadores, sirviendo posteriormente de base para la formación de la CEDA.
En los distintos comicios celebrados en los años 30, el perfil del votante oriolano, de bajo nivel cultural en la mayoría de los casos, se decantó siempre por los partidos de la derecha contraria al liberalismo político, liderados generalmente por adinerados personajes de prestigio y terratenientes locales.
Con estas premisas, el movimiento republicano a nivel local, tuvo en sus inicios un escaso poder de penetración social en la inmovilista ciudad del Segura.
Calderón de la Barca. Colección Javier Sánchez Portas.
En Orihuela, los candidatos monárquicos, seguros de su aplastante victoria, apenas se molestaron en desplegar una campaña electoral en condiciones.
Llegado el 12 de abril de 1931, aunque los resultados fueron favorables a la Monarquía, el triunfo de los republicanos en la mayoría de las capitales de provincia, fue interpretado como un rechazo frontal a la institución.
A pesar de la predecible y contundente derrota local de la conjunción republicano-socialista oriolana en las elecciones municipales, la abdicación de Alfonso XIII y la proclamación de la República el día 14, alteraron todas las reglas del juego.
Ese día, las sorprendentes noticias que llegaban de Murcia, congregaron a gran número de simpatizantes republicanos en los alrededores de la «Casa del Pueblo».
Calderón de la Barca. A la derecha, la «Casa del Pueblo». Colección Javier Sánchez Portas.
A media tarde, desde sus balcones, Ricardo García, José Ortiz, José María Sarabia y José Escudero Bernicola pronunciaron enaltecidos discursos interrumpidos por ovaciones y vivas a la Republica.
A las 7 de la tarde, una emotiva manifestación encabezada por una bandera tricolor comprada esa misma mañana en Murcia, a los acordes de La Marsellesa, certificó el incruento cambio de régimen.
Inmediatamente quedó suspendida la constitución del Ayuntamiento monárquico, y un comité escogido de entre los miembros de la conjunción republicano-socialista se posesionó interinamente del Consistorio.
Aquella misma noche, la Comisión Revolucionaria cedió la presidencia al republicano de más edad, para luego entregar la vara provisionalmente a Ricardo García López.
El 23 de abril de 1931 se formó oficialmente la Gestora que, a instancias del Gobierno Civil de la provincia, quedó compuesta por los miembros más destacados de las formaciones aliadas.
La Alcaldía se mantuvo en manos de Ricardo García López (Presidente del Partido Republicano Radical); los síndicos fueron Fernando Plaza Gómez y Eladio Turón Sánchez (del Partido Republicano Radical Socialista): y los tenientes de alcalde, uno por cada distrito, José María Lucas Parra, Pedro Muñoz Méndez y José María Pescetto Román (de los diversos partidos republicanos) y Antonio Cubí Tomé, José Ortiz Juan, Daniel Cases García y Andrés Martínez Jacobo (del Partido Socialista).
En Orihuela, como en otros muchos Ayuntamientos, se repitieron las elecciones del 12 de abril por manifiestas irregularidades denunciadas ante el Gobierno Civil.
El sorprendente desenlace de las elecciones había descolocado a los dos bandos. Los monárquicos no podían creer que, a pesar de su amplia victoria en las urnas (31 concejales electos, justamente los que presentaron), habían perdido todo el poder.
A los republicanos les sucedía lo contrario; ni en sus más optimistas previsiones habían soñado hacerse con el control absoluto del Ayuntamiento.
Ayuntamiento en 1931. Ministerio de Cultura.
El sistema escogido para nombrar las gestoras provisionales, tanto en las Diputaciones Provinciales, como en aquellos Ayuntamientos cuyas elecciones se repitieron por presunto fraude, propició que las irregularidades empleadas por los monárquicos en abril, se repitieran en mayo protagonizadas por los nuevos regidores.
Formado el Consistorio exclusivamente por socialistas y republicanos, debía encargarse tan sólo de cuestiones administrativas urgentes.
En la práctica, sin embargo, controlaron en su favor todo el poder municipal organizando actos de propaganda y cambiando los nombres de las calles por significados personajes republicanos, ante la aparente desaparición de los elementos conservadores.
Celebrados los comicios sin la concurrencia de los monárquicos, la Comisión Provisional se reunió el 6 de Junio de 1931 a la 7,30 de la tarde, para constituir el Ayuntamiento compuesto por 33 concejales escogidos equitativamente entre socialistas, republicanos de izquierda y republicanos conservadores.
Durante casi un bienio, un grupo de profesionales liberales y trabajadores cualificados (abogados, impresores, tipógrafos), junto a otros miembros de la clase media, se hicieron con el poder e intentaron acometer un ambicioso proyecto reformista que encontró un fuerte rechazo entre las élites dominantes.
Pero más allá de los problemas externos, los desencuentros entre las diferentes minorías, fueron minando la credibilidad del Consistorio.
Tras deshacerse de los radicales, los socialistas recordaron constantemente al resto de los republicanos que sus votos daban y quitaban la Alcaldía y, en una de estas disputas iniciada entre Antonio Cubí y el alcalde Lucas Parra, salieron a la luz acusaciones de coacciones y apaños en los colegios electorales durante la repetición de los comicios municipales de abril, circunstancia que aprovechó el despechado Ricardo García para convertir la indiscreción en un escándalo a nivel nacional.
Esta polémica, que llegó a los juzgados, se mantuvo de actualidad durante todo el bienio.
Plaza Nueva y Calle Luis Barcala, 1931. Ministerio de Cultura.
Los partidos políticos oriolanos.
Tras años de vacío político impuesto por el directorio militar, a partir de 1930 emergieron multitud de partidos que sufrieron múltiples escisiones y fusiones con periodos de fragmentación y de nuevos reagrupamientos.
Se pueden utilizar diversos criterios para etiquetarlos, siendo el más habitual dividirlos en derechas e izquierdas. Pero no podemos olvidar otros criterios tan importantes como el tipo de régimen político que propugnaban, que permitiría clasificarlos en republicanos y monárquicos.
Entre los partidos que aceptaban la República figuraban los de base obrera y los llamados burgueses. Los monárquicos se dividían a su vez en tradicionalistas y alfonsinos.
Pero no todo era blanco o negro, los dos grandes partidos de masas (la Derecha Regional Valenciana de Luis Lucia, integrada en la CEDA, y el PSOE), se declararon accidentalistas, sin ocultar su voluntad de modificar las reglas del juego cuando llegasen al poder.
Partiendo de los dos bloques que se enfrentaron en las municipales de 1931, el complicado proceso de descomposición y realineamiento, culminó en un solo lustro, en una nueva y total bipolarización en los comicios de 1936.
Los experimentos conservadores habían comenzado en la primavera de 1930, cuando se creó la Unión Monárquica Nacional, partido presidido por un ex-ministro de la Dictadura. Defendía la Monarquía y la obra de Miguel Primo de Rivera mientras criticaban la permisividad de una transición que estaba favoreciendo la multiplicación de organizaciones revolucionarias.
Las «Fuerzas Vivas» de Orihuela en torno a Alfonso XIII: el Obispo Irastorza, Paco Díe, Almarcha, Escolano, Balaguer….
Representado en Orihuela por Eusebio Escolano, estaba integrado por dirigentes primorriveristas y miembros de Unión Patriótica. Al disolverse, la mayoría de sus componentes pasaron a Renovación Española y a otros partidos de extrema derecha como el Partido Nacionalista Español, del doctor Albiñana.
Con la irrenunciable propiedad de la tierra y el discurso religioso como cemento aglutinador, la derecha se presentó ante la católica Orihuela como garante de los antiguos valores pisoteados por el nuevo régimen.
Durante la Segunda República permaneció extremadamente dividida, con una amalgama de partidos con intereses y discursos diferentes. Podemos clasificarlos en tres grupos: derecha republicana, derecha accidentalista y la declaradamente monárquica, dentro de la cual pugnaban, como ya hemos dicho, tradicionalistas y alfonsinos.
Colección Javier Sánchez Portas.
Inicialmente, el espacio que representaban estos partidos estaba ocupado en Orihuela por la Comunión Tradicionalista, formación extremista que aglutinaba al Partido Católico Nacional (más conocido como Integrista) y al Partido Católico Tradicionalista, con especial implantación local, que tuvo sus más destacados representantes en Juan Villaescusa y en el médico Ángel García Rogel.
Esta organización fue siempre la más activa y movilizada, con continuos «mítines monstruo», multitudinarias misas y pomposas actividades en las que exhibían a su vistosa milicia denominada requeté.
Colección Javier Sánchez Portas.
En 1932 las derechas despertaron de un año sabático. El populista Gil Robles recorrió la provincia abarrotando locales en un paseo triunfal.Los asistentes a sus mítines escuchaban esperanzados los discursos a favor de la Iglesia y en contra de la Reforma Agraria y de los sindicatos.
Colección Javier Sánchez Portas.
La Derecha Regional aglutinó a los sectores conservadores de la burguesía agraria valenciana con un claro mensaje católico-social y de regionalismo valenciano.
Curiosamente, a pesar de su escasa implantación en la provincia de Alicante, Orihuela contó con una de sus primeras asociaciones locales, dirigidas por Antonio Balaguer Ruiz y Eusebio Escolano Gonzalvo.
Antonio Balaguer Ruiz.
Éste último, a través del partido Acción Nacional (rebautizado como Acción Popular), llegó a ser diputado de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), poderosa organización de carácter interclasista, con ramificaciones en los ámbitos económico, sindical y religioso.
Archivo Municipal de Orihuela.
La Derecha Liberal Republicana, partido de antiguos dirigentes monárquicos como Alcalá Zamora, intentó también captar el favor de las clases conservadoras temerosas del efecto revolucionario aceptando el régimen republicano.
Archivo Municipal de Orihuela.
En Orihuela estaba representada entre otros, por Federico Linares Pescetto, Francisco Germán Pescetto y Eduardo Almunia Roca de Togores. Toda esta actividad política conservadora quedó paralizada temporalmente por el pronunciamiento militar del general Sanjurjo en agosto de 1932; primer intento serio de frenar las aspiraciones de la joven República.
Pero la ingenua y alocada conspiración conocida como «la Sanjurjada» fue bien resuelta por Azaña, y sólo consiguió reforzar la posición del Gobierno, avivando el adormecido entusiasmo republicano.
El general José Sanjurjo Sacanell y Joaquín Chapaprieta Torregrosa.
Posteriormente se crearon nuevas formaciones: El Partido Republicano Conservador, representado por el incombustible político José Martínez Arenas; Renovación Española, representada en Orihuela por Indalecio Casinello; Partido Agrario Español, representado por Manuel Bonafós.
A regañadientes, se forjaron débiles alianzas de mínimos entre los partidos monárquicos, a los que se acabaron uniendo los radicales de Ricardo García y el republicano independiente Joaquín Chapaprieta, veterano político torrevejense que tuvo su momento de gloria intentando la unión circunstancial de las derechas comarcales.
Estas negociaciones escandalizaron a la derecha católica oriolana que, habiendo vencido claramente en su circunscripción, se resistía a pactar con republicanos masones.
La victoria del bloque antimarxista acalló temporalmente las críticas. Haciendo de tripas corazón para retirar a los candidatos más extremistas e incluyendo a los republicanos, habían logrado derrotar a la izquierda en las urnas.
Pero las maniobras efectuadas por el Partido Radical no fueron asumidas por todos sus militantes, y su organización quedó muy fracturada. A la difícil cohabitación de radicales y cedistas se fue sumando la actitud combativa de socialistas y republicanos de izquierda.
Francisco Ros Alifa. Archivo Salvador Ros.
Más allá de la doctrina de cada partido, en el fondo de la rivalidad subyacía un afán de simpatías y odios personales. Resulta curioso revisar las Actas Municipales y estudiar la actitud de algunos dirigentes oriolanos, aliados o competidores, que se zancadilleaban sin pudor, en especial las disputas con Ricardo García en su afán por conseguir la vara de alcalde en el primer bienio y la pugna con Francisco Ros Alifa en el segundo, personalizada en Mazón Torrecillas, radical-socialista expulsado de su partido, con el que tuvo enfrentamientos verbales y físicos.
A partir de 1935 comenzó una nueva tendencia en las filas derechistas de la comarca. Hasta entonces, la Comunión Tradicionalista había monopolizado el espacio ultraderechista y antirrepublicano aglutinando en sus filas a tradicionalistas, integristas, upetistas y alfonsinos conversos.
El requeté era sin duda la milicia más atractiva por cantidad y preparación. Pero apareció Falange Española, partido liderado por el hijo del Dictador al que se fusionaron las Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas, y comenzó a recibir un goteo de afiliados que buscaban un partido moderno, con una doctrina cercana a los triunfantes dictadores europeos y muy alejada del añejo carlismo.
José Antonio Primo de Rivera.Inicios de Falange Española.
El 22 de julio, protegido por la Guardia Civil y por las Fuerzas de Asalto, José Antonio Primo de Rivera celebró un mitin en el cine Imperial de Callosa de Segura.
Su semilla cayó en tierra fértil y numerosos jóvenes de las zonas rurales de la Vega Baja decidieron enfundarse la camisa azul bajo el liderazgo local asumido por Antonio Piniés, barón de La Linde.
Casa de Antonio Piniés Roca de Togores. Colección Javier Sánchez Portas.
En el caso de las izquierdas, aunque todos los grupos que apoyaban la República compartían valores irrenunciables como democracia parlamentaria, laicismo y reforma de la educación como herramienta de mejora social, las diversas sensibilidades hicieron imposible articular un programa consensuado.
Así pues, alcanzado su objetivo primordial, derribar a Alfonso XIII, el Frente Antimonárquico se fue diluyendo, reforzando el compromiso entre socialistas, radicales socialistas y Acción Republicana, mientras desplazaban a los radicales de Ricardo García, que llegó a calificar al Ayuntamiento oriolano de «faccioso».
Este añejo republicano abandonó el Consistorio dedicándose a reorganizar su partido, a través del cual editaría el semanario «El Radical», en el que a imagen y semejanza de su idolatrado líder nacional fustigó por igual a monárquicos, revolucionarios y nacionalistas periféricos de izquierda, a los que tildaba de separatistas.
Alejandro Lerroux, que al proclamarse la República formó parte del Gobierno provisional, pasó a la oposición antes de finalizar el año 1931. La estrategia centrista de los radicales, con bandazos a izquierda y derecha a la caza del voto moderado, le procuró un gran resultado en los comicios generales de 1933, pero a costa de forzados guiños a la derecha de Gil Robles.
Estos pactos devolvieron a don Ricardo a la Alcaldía de Orihuela y llevaron a don Alejandro a la Presidencia del Gobierno. Y es que, a pesar de referirnos a la política en el ámbito local, las alianzas, escisiones y rupturas en los partidos oriolanos, son extrapolables en la mayoría de los casos al resto de España, ya que las organizaciones y partidos locales seguían directrices de carácter nacional.
La izquierda republicana estuvo muy fraccionada en el primer bienio. El grupo que más destacó fue el Partido Radical Socialista, liderado en Orihuela por José Escudero Bernicola. Fruto de una escisión de los radicales, postulaba la unión entre socialismo y república con un programa liberal muy avanzado, válido para intelectuales y obreros.
José Escudero Bernicola. Abogado y político.
Además de Escudero, nombrado gobernador en 1931, componían el Comité Local: José Ortiz Juan, Pedro Muñoz Méndez, Eladio Turón Sánchez, Francisco Oltra Pérez, Luis Carrió Pastor y David Galindo Martínez.
Los militantes de Acción Republicana, el partido de Manuel Azaña, procedían principalmente de las clases medias, experimentando un crecimiento lento y constante en todo el territorio nacional.
En 1934, con la fundación de Izquierda Republicana, esta formación acabó por reunir a todo el sector progresista del republicanismo. En Orihuela, estaba representado por el abogado José María Lucas Parra, que gracias a los acuerdos con los socialistas, arrebató la Alcaldía a Ricardo García en el verano de 1931.
Los republicanos de izquierda comenzaban a reagruparse tras un complicado proceso de escisiones.
También en 1934, David Galindo Martínez pasó a liderar otra nueva formación llamada Unión Republicana, en la que confluyeron los más progresistas de Partido Republicano Radical y los más conservadores del Partido Republicano Radical Socialista.
Galindo alcanzó la Alcaldía en junio de 1931, siempre con el apoyo del grupo socialista que también seguía la estrategia del partido a nivel nacional, cediendo la representación del poder a los partidos republicanos.
Augusto Pescador y otros miembros del Partido Socialista en 1935. AMO. Sección «Archivo Gráfico». Colección Joaquín Ezcurra Alonso.
Los socialistas eran la formación más sólida al caer la Dictadura. Bajo este régimen, el PSOE y la UGT fueron tolerados y fortalecidos, consolidando su estructura al margen de las demás fuerzas políticas que llegaron a acusarles de colaboracionismo con Primo de Rivera.
Mientras que para el resto de los grupos opositores, la caída del directorio militar fue el pistoletazo de salida para reagruparse y definirse, el Partido Socialista estaba muy consolidado en todo el territorio nacional, de ahí su resistencia inicial a aliarse con los republicanos burgueses.
La «Casa del Pueblo» oriolana, instalada durante la Dictadura, se convirtió en el centro neurálgico de política local desplazando a la añeja Casa de la Democracia, presidida por el republicano radical Ricardo García en 1924.
La «Casa del Pueblo». Colección Javier Sánchez Portas.
El grupo socialista oriolano, junto al sindicato Unión General de Trabajadores, contaba en sus filas con Daniel Cases García (Presidente), Rafael Gas, Vicente Ibáñez, Antonio Cubí Tomé, Isidoro Sánchez Mora, Antonio Esquiva, Pedro Martínez Vegara, Manuel Bas y José Alonso Egio.
El resto de las formaciones de izquierda no estuvieron representadas en Orihuela durante la Segunda República. Grupos como el Partido Comunista o la CNT, no aparecieron hasta 1936.
Evolución política
17 de Julio de 1932. La corporación republicana en la puerta del ayuntamiento presidida por Alberto Escudero Bernícola.
La Vega Baja fue, durante la Segunda República, un hervidero político condicionado por la permanente confrontación entre ricos propietarios y una masa obrera que dependía del «jornal de la huerta».
Las promesas de la República provocaron una gran politización de estas clases trabajadoras rurales, multiplicando su afiliación a los partidos y sindicatos obreros, especialmente a la hegemónica UGT y a sus Casas del Pueblo.
Frente al sistema agrario establecido, con una estructura de propiedad que condenaba a la miseria al numeroso colectivo de jornaleros agrícolas, apareció la promesa del sindicalismo reivindicativo y de una auténtica Ley de Reforma Agraria, a cuyas directrices se resistía la patronal.
La burocracia empantanó cualquier proyecto y los rumores o falsos mitos se extendieron rápidamente entre los pequeños propietarios y muchos arrendatarios, quienes a veces no estaban muy alejados de las circunstancias de los jornaleros, pero temblaban al oír hablar de expropiación de tierras.
La izquierda obrerista, como en otras zonas del regadío valenciano, tropezó aquí con la oposición de un complejo bloque social.
En el primer bienio, con un Ayuntamiento de izquierdas, se plantearon grandes proyectos sin llegar nunca a consumarse, proyectos de transformación económica y social que habían causado muchas ilusiones entre los obreros del campo. Suspendido el Ayuntamiento progresista, le llegó el turno a Ricardo García; y su gestora radical-cedista poco pudo deshacer.
Huerta de Orihuela. Ministerio de Cultura.
En la huerta, el salto hacia atrás no fue sencillo. Los jornaleros se aferraron al sistema de turno riguroso de empleo, controlado desde las Casas del Pueblo, mientras los propietarios volvían a contratar a los que siempre habían trabajado en sus fincas, rechazando a todo el que se hubiese relacionado con sindicatos obreros.
Este forcejeo derivó en situaciones de fuerza y grupos de falangistas comenzaron a reunirse clandestinamente para perpetrar acciones violentas, a veces de carácter defensivo, otras de pura provocación y amedrentamiento.
La ideología combativa y revolucionaria que había separado a los partidos obreros de los burgueses acabó superándose cuando, bajo la amenaza que procedía de la Alemania de Hitler, su colaboración se hizo necesaria en las elecciones generales de 1936.
El éxito en la provincia fue tal, que no hizo falta ni segunda vuelta, la victoria del Frente Popular fue aplastante y la candidatura fue elegida en su totalidad.
Archivo Municipal de Orihuela.
La lista total quedó compuesta por cuatro diputados socialistas, tres de Izquierda Republicana, uno de Unión Republicana, dos de la CEDA (entre ellos Eusebio Escolano) y un centrista independiente. Inmediatamente, el gobernador civil repuso al Ayuntamiento suspendido.
Para republicanos y socialistas, los comicios de febrero de 1936 supusieron una especie de reválida que les permitió retomar con orgullo la labor emprendida en el primer Bienio, achacando su destitución a «manejos caciquiles».
En las manifestaciones de los portavoces municipales quedó reflejada la disposición de los tres grupos mayoritarios ante la nueva etapa que comenzaba.
David Galindo recomendó a sus compañeros alegría, cordura y sensatez en sus conductas. José María Lucas recomendó a los suyos cordura y serenidad; pero Antonio Cubí dijo sentirse con más autoridad que nunca y en nombre de su minoría, condicionó la colaboración leal con los republicanos al cumplimiento del pacto acordado.
Colección Javier Sánchez Portas.
Mientras Izquierda Republicana y Unión Republicana pedían mesura y contención, los socialistas se mostraron dispuestos a cumplir escrupulosamente los postulados del Frente Popular.
En sesión extraordinaria celebrada el día 21 de marzo de 1936, el sastre Francisco Oltra Pérez, miembro de Izquierda Republicana, se hizo con la Alcaldía según lo pactado, por 22 votos a favor y dos papeletas en blanco.
Oltra tomó posesión inmediatamente y se procedió a escoger las dos Tenencias de Alcaldía que estaban vacantes, recayendo por unanimidad en el ex alcalde David Galindo, de Unión Republicana y en el socialista Amado Granell.
Amado Granell Mesado en 1936.
Al igual que en el Gobierno de la Nación, la representación del poder quedaba en manos de los republicanos y los socialistas se mantenían en segundo plano, recordando al flamante alcalde que debía su cargo a la minoría socialista que había secundado la iniciativa del Frente Popular con la disciplina que les caracterizaba, pero a cambio le exigían «dar vigor a la República».
La victoria del Frente Popular y el aumento del desempleo rural motivado por la crisis agrícola hizo aflorar toda la conflictividad latente, reactivando espectacularmente la afiliación obrera en la huerta en una nueva etapa de gran dinamismo político.
Orihuela en 1935. Archivo Cánovas Seiquer.
Cualquier decisión que adoptase el Gobierno en materia de reforma agraria era recibida como una amenaza por los propietarios y tachada de insuficiente por las organizaciones obreras.
Sin otro medio de información que la recibida a través de su agrupación política, sus dirigentes difundían y magnificaban a la medida de sus intereses las medidas gubernamentales y sobre todo, los sucesos de orden público, exacerbando a una población inculta y fácilmente manipulable.
Archivo Municipal de Orihuela.
En esta tesitura, el discurso violento y la confrontación física en defensa de las ideas fueron utilizados de manera general.
Los derechistas tenían que parar a toda costa lo que veían como una revolución y, poco a poco, el miedo se fue apoderando de la huerta tejiendo un bucle sangriento de represalias y contrarrepresalias.
Los partidos moderados en ambos bandos habían fracasado. Todo quedó en manos de tradicionalistas, falangistas y el ala más radical del socialismo, liderada por Largo Caballero, a la que se unieron comunistas y anarquistas, grupos dotados de milicias armadas y entrenadas para la confrontación física.
La conspiración militar estaba en marcha y la Guerra Civil se esbozaba como una posibilidad creciente…..
Antonio José Mazón Albarracín (Ajomalba).
Publicado en el catálogo de la exposición «La Orihuela de Miguel Hernández. 1910-1942» .
Natural y vecino de Orihuela (San Bartolomé). Agricultor, de 44 años. Afiliado al PCE. Voluntario al frente. Acusado del asesinato de unos sacerdotes y de la destrucción de la Iglesia de la pedanía.
Un Consejo de guerra celebrado en Orihuela el 21-VI-1939 le condenó a 12 años y 1 día de reclusión menor por auxilio a la rebelión: según la sentencia, pertenecía al PCE, practicó detenciones por orden del Comité, intervino, como miliciano armado a las ordenes del Comité, en el asalto a un domicilio particular, e hizo gala de haber bebido en una copa donde estaba, conservada en alcohol, la oreja de un sacerdote asesinado en Benferri.
Ingresó en el Reformatorio de Alicante desde Orihuela el 9-VI-1941 y fue enviado al penal de Formentera el 15-VI. El 30-IV-1945 reingresó en el Reformatorio de Alicante incomunicado, a disposición del Gobernador Civil. El 22-V pasó a la jurisdicción militar especial acusado de liderar una célula comunista y el 28-VI salió en libertad. El TRP le condenó a 5 años de inhabilitación por asesinatos.
(Fuente: AHPA. Legajos 901, 9066 y 9082 – BOPA, 6-X-1944 – A. Mazón).
GARCÍA MARTÍNEZ, José:
Vecino de Orihuela. Agricultor, de 41 años. Un Consejo de guerra le condenó a la pena de muerte por adhesión a la rebelión y fue fusilado el 19-XI-1940.
(Fuente: Miguel Ors).
GARCÍA MARTÍNEZ, Mercedes:
Natural de Murcia y vecina de Orihuela. Maestra propietaria en la Aparecida desde 1930, trabajó también en Orihuela y Benissa durante la guerra. Casada con el también maestro Estanislao Mezquida Vaquero.
Acusada de pertenecer al PCE antes de la guerra y luego al SRI, de hacer propaganda roja dentro y fuera de la escuela antes del alzamiento militar y durante la guerra, de mala conducta moral y religiosa, de mala labor docente y de marxismo.
La Comisión depuradora de la Enseñanza la sancionó con traslado forzoso dentro de la provincia sin poder pedir vacante durante cinco años. Trasladada a Tormos en septiembre de 1940, según la Guardia Civil, hacía «vida muy retraída y de familia, sin exteriorizar ninguna clase de ideas».
Natural y vecino de Orihuela. Jornalero, nacido el 10-IV-1896. Ingresado en la cárcel de Orihuela el 1-IV-1939, el 25-VI-1941 pasó a la de Elche considerado como peligroso.
El 23-V-1942 fue trasladado al Reformatorio de Alicante, donde un Consejo de guerra celebrado el 5-VI le condenó a 30 años de reclusión mayor por adhesión a la rebelión: según la sentencia, pertenecía a UGT desde 1932, alcalde pedáneo de Rebate, tomó parte en la incautación de la finca «La Torena», requisó armas a vecinos de derechas, entregó la llave de la iglesia para que unos milicianos la saquearan, vivió en el domicilio de una persona que había sido asesinada y no hizo nada por salvar a otro, a pesar de las súplicas de sus familiares. Se le aplicó la LRP.
(Fuente: M. Ors – AHPA. Legajos 9084 y 9277).
GARCÍA MATEO, Rafael:
Natural y vecino de Orihuela. Camarero / jornalero, de 24 años. Fue apresado el 7-V-1939 ingresando en la cárcel de Elche el 25-VI-1941 desde la de Orihuela.
Pasó al Reformatorio de Alicante el 10-II-1942, donde un Consejo de guerra celebrado el 24-II le condenó a 20 años de prisión menor por auxilio a la rebelión: según la sentencia, estaba afiliado a UGT antes de la guerra, y al iniciarse ésta destruyó el fichero de afiliados a la CEDA, evitándoles así persecuciones, ingresó voluntario en el ejército rojo alcanzado la graduación de sargento de Infantería de Marina, estuvo en varios frentes.
Apresado en junio de 1938, ingresó en un campo de concentración de donde salió para enrolarse en las tropas nacionales. Poco después, en agosto, desertó y facilitó información a las tropas rojas que pudieron desencadenar un ataque por ello. Llevaba preso 2 años, 10 meses y 25 días. Obtuvo la libertad condicional el 5-V-1943 y el indulto el 21-VII-1947. Se le aplicó la LRP.
(Fuente: M. Ors – AHPA. Legajos 9091 y 9277).
GARCÍA MONTÓN, Antonio:
Natural y vecino de Orihuela (San Bartolomé). Agricultor, de 42 años. Ingresó en el Reformatorio de Alicante el 2-VI-1939 asistiendo a Consejo de guerra el 15-VI. Cinco días después fue enviado a la cárcel de Orihuela.
(Fuente: AHPA. Legajo 19590).
GARCÍA PARDINES, Jesús (a) Pavite.
Natural y vecino de Orihuela (ctra. de Beniel). Según informe de 1940, era destacadísimo elemento de izquierda. Militante de UGT, miliciano con funciones de control y vigilancia de presos. Tomó parte en la detención de Joaquín Berná y cacheó a Francisco Correas llevándose dos escopetas.
(Fuente Antonio Mazón)
GARCÍA PARDINES, José, (a) Pavite:
Natural y vecino de Orihuela en la Vereda Buenavida (Desamparados). Jornalero, de 41 años. Afiliado al PSOE y presidente de la Casa del Pueblo de la pedanía desde 1931.
Ingresó en la prisión de Orihuela el 13-IV-1939. El 25-X asistió a un Consejo de guerra que le condenó a muerte por adhesión a la rebelión. El 2-XII fue trasladado al Reformatorio de Alicante. Fue ejecutado el 19-XI-1940 en una siniestra conmemoración de la muerte del fundador de Falange.
(Fuente: AHPA. Legajos 12592 y 19535 – A. Mazón).
GARCÍA PARDO, Juan, (a) Din-Din:
Natural y vecino de Orihuela en la calle Capillas. Albañil, de 41 años. Afiliado al PSOE. El 10-X-1939 ingresó en la cárcel de Orihuela. Pasó a la de Elche el 25-VI-1940 y el 20-II-1941 fue trasladado al Reformatorio de Alicante para comparecer ante un Consejo de guerra. Recluido en la prisión provincial de Lleida salió en libertad condicional en diciembre de 1942. Se le aplicó la LRP.
(Fuente: M. Ors – A. Mazón – AHPA. Legajo 9277).
GARCÍA PAREDES, Antonio:
Vecino de Orihuela. Fue procesado por la Justicia Militar en 1939. Se le aplicó la LRP.
(Fuente: M. Ors).
GARCÍA PAREDES, Juan:
Natural de Torre Pacheco (Murcia) y vecino de Orihuela (Pilar de la Horadada). Jornalero, nacido el 12-X-1902. Ingresó en la cárcel de Orihuela el 1-IV-1930 y fue puesto en libertad el 12-III-1940.
(Fuente: AHPA. Legajo 12581).
GARCÍA PÉREZ, Francisco:
Natural y vecino de Orihuela (Desamparados / Camino de Beniel). Jornalero, de 23 años. Afiliado a CNT-FAI. Voluntario en el Ejército Popular. Ingresó en la cárcel de Orihuela el 13-IV-1939. Pasó a la de Elche el 25-VI-1941 y el 12-VIII fue enviado al Reformatorio de Alicante para comparecer ante un Consejo de guerra.
(Fuente: A. Mazón – AHPA. Legajo 9270).
GARCÍA PERTUSA, Antonio:
Natural de Almoradí y vecino de Orihuela. Jornalero, de 25 años. El 10-XI-1940 ingresó en el Reformatorio de Alicante desde Valencia, en tránsito hacia Orihuela. Salió hacia allí el 5-XII-1940.
(Fuente: AHPA. Legajo 9052).
GARCÍA RICO, Joaquín:
Natural de Benijófar, vecino de Orihuela (San Bartolomé). Capataz / peón caminero, de 49 años. Encarcelado en Orihuela el 12-IX-1939, ingresó en el Reformatorio de Alicante el 21-IV-1940, para asistir a un primer Consejo de guerra tres días después.
En otro Consejo de guerra celebrado en Alicante el 22-III-1941 se le condenó a 12 años y 1 día de prisión menor por auxilio a la rebelión: según la sentencia, pertenecía al PSOE antes de la guerra, durante la misma fue presidente de dicho partido y del SRI, asesor de los dirigentes de la localidad, tomó parte en el incendio y destrucción de imágenes.
El 21-X-1941 pasó del Reformatorio de Alicante a Dos Hermanas. El 19-III-1943 obtuvo la libertad condicional con destierro a Valencia.
El 31-VII se le levantó el destierro, obteniendo la definitiva por indulto el 18-X-1946. Se le aplicó la LRP.
Natural y vecino de Orihuela (La Murada). Campesino, de 21 años. Voluntario en el Ejército Popular, fue hecho prisionero, pero logró evadirse. Ingresó en la cárcel de Orihuela el 29-IV-1939 por desertor y el 12-VI-1939 fue enviado a Zamora.
En 1944 estaba preso y fue calificado de “mala conducta y antecedentes político-sociales”. El 14-IX salió en libertad condicional de la cárcel de Sigüenza (Guadalajara).
(Fuente: AHPA. Legajos 1036 y 12583 – A. Mazón).
GARCÍA ESPINOSA, Francisco:
Vecino de Orihuela. Secretario de la UGT y voluntario al Ejército Popular. Procesado por la Justicia Militar en 1940 y 1941.
(Fuente: Antonio Mazón).
GARCÍA GODOY, Antonio (a) Orejillas:
Natural y vecino de Orihuela (Torremendo). Jornalero, de 19 años. Militante y presidente de UGT y de la Colectividad Agrícola. Acusado de requisar fincas como la de “Lo Regil”, donde cortaron 1500 olivos. También por la detención de un religioso escondido en dicha finca.
Ingresó en la cárcel de Orihuela el 3-V-1939. Enviado al Reformatorio de Alicante el 12-XII-1939. Un Consejo de guerra celebrado en Alicante el 13-XII-1939 le condenó a 3 años y 1 día de prisión menor por auxilio a la rebelión. El 27-V-1940 fue trasladado a Belchite, saliendo en libertad el 9-VI.
(Fuente: AHPA. Legajos 9051 y 12593- Antonio Mazón).
GARCÍA GÓMEZ, Antonio:
Natural y vecino de Orihuela (La Campaneta). Agricultor, de 54 años. Detenido en Orihuela el 11-IV-1939 y encarcelado el 22-VI.
Un Consejo de guerra celebrado el 6-IX en dicha localidad le condenó a 12 años y 1 día de reclusión menor por auxilio a la rebelión: según la sentencia, fue tesorero de la Colectividad de Obreros Agrícolas y en octubre de 1936 dirigió la incautación de la finca de los hermanos Lizón Zaragoza, asesinados la noche anterior.
Además era “de filiación comunista” y había participado en varias requisas. El 3-VI-1941 fue trasladado al Reformatorio de Alicante; el 18-IX obtuvo la libertad condicional. La definitiva no llegó hasta el 16-VI-1947. El TRP le condenó a 2 años de inhabilitación por requisas.
(Fuente: AHPA. Legajos 807, 9091 y 9133 – M. Ors – BOPA, 4-XI-1944).
GARCÍA GÓMEZ, Francisco:
Natural de San Javier, vecino de Orihuela (Pilar de la Horadada). Jornalero, nacido el 13-I-1896. Ingresó en la cárcel de Orihuela el 1-IV-1939. El 25-VI-941 pasó a la cárcel de Elche a disposición del Auditor de Guerra de Málaga.
Al parecer se habían equivocado y buscaban a otra persona con los mismos nombres y apellidos. El 8-VII-1941 elevó una instancia en la que recordó que estaba detenido desde abril de 1939; más de veintisiete meses sin prestar declaración y sin saber de qué se le acusaba. En otra instancia aseguró que jamás había estado en Málaga. Quedó en libertad el 7-XI-1941.
(Fuente: AHPA. Legajo 9270).
GARCÍA GRAU, Carlos, (a) Carletes el alicantino:
Natural de Alicante y vecino de Orihuela. Ebanista, de 45 años. Afiliado al PCE. Ingresó en la cárcel de San Miguel el 5-IV-1939 y fue enviado a la preventiva de Orihuela,
El 29-III-1941 lo trasladaron al Reformatorio de Alicante para comparecer ante un Consejo de guerra que le condenó a 30 años de reclusión mayor por adhesión a la rebelión. En 1944 seguía preso. Salió en libertad condicional de la cárcel de Talavera el 28-VI-1946. El TRP le condenó a 2 años de inhabilitación por haber sido testigo de cargo.
(Fuente: AHPA. Legajos 805, 1134 y 12532 – BOPA, 11-X-1944 – A. Mazón).
GARCÍA HURTADO, Manuel:
Natural de Rafal y vecino de Orihuela. Campesino, de 34 años. Procesado por la Justicia Militar en 1939, ingresó en el Reformatorio de Alicante el 19-IX, quedando libre el 30-IX por carecer de otras responsabilidades.
(Fuente: AHPA. Legajo 19590).
GARCÍA LIDÓN, Agustín, (a) El Espardiñero:
Natural y vecino de Orihuela (Desamparados). Labrador, de 61 años. Afiliado a UGT. Fue apresado en Orihuela el 2-IV-1939. Ingresó en la cárcel de Elche desde Orihuela en 1941.
Archivo Municipal de Orihuela.
Condenado por un Consejo de guerra celebrado en Alicante el 5-I-1942 a 6 años y 1 día de prisión mayor por auxilio a la rebelión: según la sentencia, era de ideología izquierdista, durante el dominio rojo se expresó a favor de aquel Régimen y participó en incautaciones.
Llevaba preso 2 años, 10 meses y 5 días. Pasó a prisión atenuada, obtuvo la libertad condicional el 25-V-1942 y la definitiva el 28-III-1945.
(Fuente: A Mazón – AHPA. Legajo 9066).
GARCÍA LIDÓN, Francisco:
Natural y vecino de Orihuela (Desamparados). Agricultor, de 21 años. Afiliado a las Juventudes Socialistas. Hijo de Trinitario García López, con quien estuvo encarcelado. Fue apresado el 2-IV-1939, ingresó en la cárcel de Elche desde Orihuela el 25-VI-1941.
Pasó al Reformatorio de Alicante el 3-III-1942 y el 13-III un Consejo de guerra le condenó a 20 años de prisión menor por auxilio a la rebelión: según la sentencia, pertenecía a UGT desde 1931, fue miliciano armado, hizo guardias en cárceles y carreteras, participó en requisas, en el incendio de la Iglesia y en detenciones, con el agravante de que uno de los detenidos fue asesinado posteriormente, marchó voluntario al frente. Llevaba preso 3 años, 1 mes y 5 días. Obtuvo la condicional el 5-V-1943 y el indulto el 22-V-1947. Se le aplicó la LRP.
(Fuente: M. Ors – A. Mazón –AHPA. Legajos 9091 y 9277).
GARCÍA LIDÓN, Trinitario:
Natural y vecino de Orihuela. Agricultor, nacido el 27-III-1906. Afiliado a las Juventudes Socialistas. Hijo de Trinitario García López. Ingresó en la cárcel de Orihuela el 2-IV-1939.
Pasó a la de Elche el 25-VI-1941 y fue enviado al Reformatorio de Alicante el 3-III-1942. Un Consejo de guerra celebrado en Alicante el 13-III le condenó a 20 años de prisión menor por auxilio a la rebelión: según la sentencia, pertenecía a UGT antes de la guerra, fue miliciano, intervino en la destrucción de imágenes, amenazaba a personas de orden, una de las cuales fue asesinada después, marchó voluntario al frente. Se le aplicó la LRP.
(Fuente: M. Ors – A. Mazón – AHPA. Legajos 9091 y 9277).
GARCÍA LÓPEZ, Trinitario, (a) El tío Tano:
Natural y vecino de Orihuela (Desamparados). Jornalero, de 62 años. Afiliado a la UGT. Ingresó en la cárcel de Orihuela el 2-IV-1939. Pasó a la de Elche el 25-VI-1941 y al Reformatorio de Alicante el 3-III-1942. Un Consejo de guerra celebrado en Alicante el 13-III le condenó a la pena de muerte por adhesión a la rebelión: según la sentencia, era de significación marxista antes de la guerra, fue miliciano armado, intervino en requisas, detenciones y en la muerte de José Lidón, al que disparó con su escopeta. Fue fusilado en Alicante el 29-IV-1942 y enterrado en su cementerio. Se le aplicó la LRP.
(Fuente: Miguel Ors – A. Mazón – AHPA. Legajos 9091, 9277 y 19549).
GARCÍA MAESTRE, Benjamín:
Natural y vecino de Orihuela (La Murada). Jornalero, nacido el 11-XII-1911. Apresado el 8-IV-1939, ingresó en la cárcel de Orihuela el 2-XII, desde el Castillo de Santa Bárbara.
El 14-IV-1940 pasó al Reformatorio de Alicante, donde un Consejo de guerra celebrado dos días después le condenó a 20 años de reclusión menor por auxilio a la rebelión: según la sentencia, pertenecía a UGT antes de la guerra, fue miliciano, hizo guardias, intervino en la destrucción de la Iglesia, obligando a personas de orden a tomar parte en ella y marchó voluntario a las filas rojas.
Fue trasladado a la cárcel de Aranjuez el 24-VII-1941. El 6-IX pasó a la 4ª Colonia Penitenciaria y estuvo en Añover del Tajo. Consiguió la libertad condicional el 31-V-1943 y el indulto el 20-IX-1958.
(Fuente: AHPA. Legajos 9204 y 12582).
GARCÍA MAESTRE, J. Manuel:
Natural y vecino de Orihuela (La Murada). Comerciante / agricultor, de 29 años. Afiliado al PCE. El Juzgado Militar de Orihuela le citó para ingresar en prisión en mayo de 1941.
El TRP le condenó una multa de 12.500 pesetas, confinamiento en Teruel e inhabilitación durante quince años. Satisfecha la multa recobró la libre disposición de sus bienes.
(Fuente: M. Ors – BOPA, 21-VI y 19-IX-1940, 15-II, 26-V y 31-VII-1941).
GARCÍA MAESTRE, Manuel:
Vecino de Orihuela (La Murada), de 44 años. Afiliado a UGT. Alcalde pedáneo, presidente de la Casa del Pueblo, secretario del SRI y delegado de Trabajo. Procesado por la Justicia Militar en 1940, en 1942 se encontraba en el extranjero.
(Fuente: Antonio Mazón).
Antonio José Mazón Albarracín (Ajomalba), historias de Orihuela, fotos, postcast y vídeos.