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La familia Caballero Hernández. Apuntes.

Agustín Caballero Balaguer

Torre Caballero. Los Montesinos. Archivo Adolfo Cartagena Sevilla.

Agustín Caballero Balaguer nació en Orihuela el 18 de octubre de 1846 y fue bautizado en la Catedral con el nombre de Agustín Felipe Lucas Pablo.

Fueron sus padrinos Pablo Lozano, administrador de loterías y Josefa Turón.

Era hijo del oriolano Agustín Caballero Dols; y de Salvadora Balaguer Ayo, natural de Valencia.

Nieto de Agustín Caballero y Carmen Dols por parte de padre; y de José Manuel Balaguer y Salvadora Ayo por parte materna.

Sabemos que tuvo al menos dos hermanos: Carlos, nacido en 1948 , colegial del Seminario a los veinte años; y Renato, nacido en 1850 que falleció en la infancia.

En una nota a petición de su madre, al margen de la partida de bautismo se informa que, por decreto del Obispo de 29 de mayo de 1868, se añadieron las palabras don y doña para los padres del Agustín.

Cadete en el Colegio de Infantería, en julio de 1866 había terminado su formación militar con el grado de subteniente en el Regimiento de Burgos. Dos años después era teniente de Caballería.

Ya como capitán de Caballería, se casó el 23 de abril de 1873 en la Catedral de Orihuela con Juana Hernández Herrero.

Juana, natural de Molins, era hija de Juan Hernández Vilella, vecino de Benejúzar; y de María Josefa Herrero Guilabert, de Almoradí.

Este matrimonio tuvo al menos tres hijos.  

La primogénita, de nombre Juana Caballero Hernández, nació y fue bautizada en 1874, pero debió fallecer muy pronto, pues no tengo más datos.

Creo que el segundo hijo fue Agustín Caballero Hernández, pero tampoco estoy del todo seguro. De ser así habría nacido entre 1875 y 1878.  

Uno de sus hijos trató de seguir la carrera de su padre (creo que fue Agustín); pero los dos acabaron licenciados en Derecho.

El Thader. 23 de julio de 1895: Ha salido para Toledo acompañado de su Sr. hijo, que va a comenzar los estudios de la carrera militar, nuestro querido amigo D. Agustín Caballero.

Agustín, abogado de profesión, se afilió al Partido Liberal, fue presidente del Círculo Mercantil Orcelitano, teniente alcalde del Ayuntamiento de Orihuela y propietario de una finca llamada «Armengol» en el campo de la Matanza.

De Cruz María Caballero Hernández, nacido en torno a 1879, hablaré posteriormente. Volvamos al patriarca familiar.

En diciembre de 1883 Don Agustín fue ascendido a comandante; y dos años después lo destinaron al Regimiento de Caballería Cazadores de Mallorca.

En 1886 fue trasladado a Villafranca del Penedés y consiguió que nombraran a la Virgen de Monserrate, patrona del regimiento. 

Pasó a la reserva en enero de 1888 y dos meses después se instaló en Orihuela con su esposa e hijos.

Orihuela a finales del siglo XIX. Colección Javier Sánchez Portas.

Socio número trece de la Unión Agrícola Orcelitana, por esas fechas compró una hacienda en «Lo Montesinos» llamada «Torre Caballero» y se dedicó a producir vino.

Un año después mandó unas cajas a la Exposición Universal de Barcelona y obtuvo una medalla de bronce.

El 11 de septiembre de 1888 falleció su primera esposa, Juana Hernández Herrero.

La crónica. 16 septiembre 1888: El martes último falleció la virtuosa y distinguida señora Dª Juana Hernández, esposa de nuestro respetable amigo D. Agustín Caballero.

El dos de diciembre de 1889 un párroco castrense lo volvió a casar con Joaquina Muñoz Hernández, hija de Luis Muñoz Lapuente y prima de la fallecida.

El Diario de Orihuela. 3 de diciembre de 1889: A las 3 de la tarde de ayer se unieron en el indisoluble lazo de Himeneo, el Sr. D. Agustín Caballero y la Srta. Dª Joaquina Muñoz, saliendo en el tren correo de Alicante para Madrid. Deseamos a tan distinguida pareja una eterna luna de miel.

Presidente de la «Junta Vinícola y Agrícola de la Vega Baja del Segura», durante el año 1892 se celebraron múltiples reuniones los principales vinicultores de la región en su casa de la calle Santa Lucía.

Calle de Santa Lucía y casa de los Caballero Hernández. Archivo Mariano Pedrera.

En julio marchaba toda la familia a veranear a Torrevieja; y en septiembre se trasladaban a la hacienda de Los Montesinos para hacer la vendimia.

En 1893 el ayuntamiento lo nombró comandante de la Brigada Municipal de Zapadores Bomberos de Orihuela.

En 1899 fue elegido por unanimidad presidente del Sindicato de Labradores.

A principios del siglo XX ascendió a teniente coronel en la reserva.

Hermano Mayor y tesorero de la Cofradía de Monserrate hasta su muerte, era también presidente de la Cofradía de nuestra Sra. del Pilar.

El labrador. 11 de marzo 1902: Las procesiones. No decae el entusiasmo en los preparativos que para la celebración de estas vienen haciéndose. El dignísimo presidente de la cofradía de Ntra. Sra. del Pilar, señor D. Agustín Caballero, nos consta hace todo lo que puede porque la procesión del miércoles por la noche resulte todo lo lucida posible, si bien hemos de hacer notar que, solamente el señor Caballero tiene a su cargo dos o tres pasos.

El Eco de Orihuela. 8 de abril 1913: Pensión de Cruz. En el diario oficial del Ministerio de la Guerra, le ha sido concedida la pensión de 687 pesetas anuales, anexa a la Placa de la Real y Militar orden de San Hermenegildo, a nuestro querido amigo el Teniente Coronel de Caballería retirado don Agustín Caballero Balaguer…

Agustín Caballero Balaguer falleció en la nochebuena de 1918 con 72 años de edad.

El Conquistador. 28 de diciembre de 1918: El pasado miércoles 24 del actual, dejó de existir en esta población a los 72 años de edad, el ilustrísimo Sr. D. Agustín Caballero y Balaguer, Teniente Coronel del Arma de Caballería y Tesorero de la Muy Ilustré Cofradía de Ntra. Sra. de Monserrate.

La inesperada muerte de este buen oriolano que, por sus nobilísimas prendas de carácter, y de caballerosidad gozaba de generales y merecidas simpatías entre sus convecinos, ha producido gran sentimiento en toda Orihuela en donde siempre se recordará con elogio y aplauso el celo e interés sin límites del finado llorado por el culto de la Patrona y esplendor de su cofradía que pierde un fervoroso propagador.

El Sr. Caballero en su última voluntad, ha legado todas sus insignias y cruces militares a la Virgen de Monserrate para que sean prendidas en su manto. La conducción del cadáver a la última morada constituyó una grandiosa manifestación de duelo formando la fúnebre comitiva distinguidas personalidades de todo cuanto de notable encierra esta localidad.

De todas veras nos asociamos al sentimiento de su atribulada esposa Dª Joaquina Muñoz e hijos D. Cruz María y D. Agustín y rogamos a nuestros lectores una oración por el alma del que durante su vida supo ser ferviente católico y perfecto modelo de caballeros nobles y honrados, cuya pérdida nunca será bastante llorada. En paz descanse.

Colección Javier Sánchez Portas.

Cruz María Caballero Hernández.

Cruz María Caballero Hernández.

Cruz María nació en torno a 1879 y cursó sus estudios primarios con los Jesuitas en Santo Domingo de Orihuela.

En 1900 se licenció en Derecho Civil, Canónico y Administrativo.

Marchó a Valencia, donde fue nombrado juez municipal suplente entre los años 1903-1906.

Estudió y aprobó varias oposiciones a la administración y, en 1912, era oficial de la sala de audiencias de Toledo.

En ese mismo año y en 1913 aprobó dos oposiciones a la judicatura.

En 1915, como aspirante a juez, solicitó desempeñar interinamente registros de la propiedad y fue declarado apto.

En 1916 era juez de primera instancia de Cifuentes.

En 1920 juez de primera instancia de Monóvar.

En 1926 juez de primera instancia de Játiva. En abril 1927 fue trasladado por ascenso a San Roque (Cádiz).

En diciembre de ese mismo año fue nombrado juez de instrucción del distrito de San Juan de Murcia.

En diciembre de 1930, a petición suya, fue trasladado a Santander.

En mayo de 1931 fue ascendido a magistrado de la audiencia provincial de Badajoz. Y en junio de ese mismo año pasó a la de Murcia.

En 1934 fue ascendido a presidente de la sala segunda de la audiencia de Murcia con un sueldo anual de 7.250 pesetas.

En 1935 seguía en Murcia como presidente de la agrupación de jurados mixtos.

En el trágico verano de 1936 seguía en Murcia. Creo que fue detenido, pues en 1940 solicitó el ingreso en la «Hermandad de cautivos por España».

En octubre de 1939 fue testigo en una boda en Espinardo y en 1940 Caballero Cubierto en la Semana Santa de Orihuela (el primero después de la Guerra).

En 1943 era presidente de la junta provincial de Murcia del servicio de libertad vigilada.

En 1945 era presidente de la sección segunda de la audiencia provincial de Murcia.

En 1950 se jubiló por cumplir la edad reglamentaria.

Casó con Nieves Alonso. Supongo que era viuda; pues siempre reconoció como hija a María de las Nieves Martí Alonso.

Con Nieves tuvo otra hija, Concepción Caballero Alonso.

La casa familiar en Orihuela tenía fachada a la calle Santa Lucía y salida a la de Bellot. Fue demolida en la polémica construcción del Palacio de Justicia. 

Guardaba en su interior un precioso patio neo mudéjar y un oratorio privado.

Derribo de la casa familiar en la Calle de Santa Lucía.

Fernando Sanmartín, vecino de la calle, me habló de una casa hermosa y señorial; con una gran escalera y amplias cuadras en cuyos bebederos se bañaba la chiquillada del barrio.

Javier Sánchez recordaba un mirador que le colocaron en 1908.

La Iberia 7 de enero de 1908: Se da cuenta de una solicitud de D. Agustín Caballero para colocar un mirador en la casa de su propiedad situada en la calle de Santa Lucía, concediéndole el permiso.

Cruz María también heredó la hacienda de su padre, la citada «Torre Caballero», en Los Montesinos.

Torre Caballero. Los Montesinos. Archivo Adolfo Cartagena Sevilla.

Jubilado en 1950 presidió la asociación de antiguos alumnos de Santo Domingo.

Y decidió dejar su impronta en tres iglesias de tres localidades con las que estaba directamente relacionado.

En Murcia, donde desarrolló su carrera, costeó una imagen de San Vicente Ferrer, obra de Sánchez Lozano en la iglesia de San Nicolas de Bari en 1952.

En su artículo: «La primera fase de la reconstrucción de la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari de Murcia tras la Guerra Civil (1952-1958). Nuevas aportaciones», dice Miguel López Alcázar que el autor se inspiró seguramente en la talla homónima de Sal­zillo del templo de Santiago Apóstol de Orihuela.

Retablo principal de la iglesia de San Nicolás de Bari. Murcia. A la izquierda, arriba, la imagen señalada, obra de Sánchez Lozano. Debajo el San Vicente Ferrer de Salzillo en Orihuela.

En el Evangelio que porta Vicente Ferrer, Sánchez Lozano dejó escrito: «Me mandó esculpir doña Nieves Martí y Cruz Caballero para el retablo mayor de San Nicolás de Murcia. Año 1952».

Por esas mismas fechas, Cruz María financió en Los Montesinos, donde tenía su finca, la capilla de San José de la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar.

Por último, en Orihuela, donde tenía la casa familiar, financió un altar de madera tallada con todos sus accesorios dedicado al Corazón de Jesús, obra del escultor valenciano Antonio Rodilla.

El viernes 4 de marzo de 1960 Cruz María, hijo del Hermano Mayor de la Cofradía de Monserrate, y su nieta Nieves, asistieron a su inauguración en el santuario de la patrona de Orihuela.

Falleció en Orihuela el 15 de abril de 1963.

Diario Línea. Murcia. 12 de mayo de 1963.

Su hija Concepción casó con Mariano Carlos Sevilla Hernández. Fueron padres de María de las Nieves Sevilla Caballero, que casó con Adolfo Cartagena Bueno.

El primogénito de este último matrimonio es Adolfo Cartagena Sevilla, actual propietario de la «Torre Caballero».

Antonio José Mazón Albarracín. Ajomalba.

Mi agradecimiento a José Manuel Dayas.

Biografías apuntadas. Ramón Sijé.

José Marín Gutiérrez.

José Marín Gutiérrez (1913-1935).

Antecedentes.

Hijo del matrimonio formado por José Marín Garrigós y Presentación Gutiérrez Fenoll.

El Eco de Orihuela. 22 de marzo 1912: Esta mañana ha tenido lugar en la parroquia del Salvador, los desposorios de la elegante señorita Presentación Gutiérrez y el comerciante de tejidos D. José Marín Garrigós. Les deseamos muchas felicidades en su nuevo estado.

José Marín Garrigós era comerciante de tejidos; y desde 1909/1910 regentaba un establecimiento en la calle Mayor llamado «La Alhambra».

La iberia. 24 de septiembre 1909: Con objeto de verificar compras para el establecimiento de tejidos que en breve abrirá en un espacioso local de la calle Mayor, ha marchado a Valencia y Barcelona nuestro querido amigo D. José Marín Garrigós.

El Eco de Orihuela. 25 de junio 1910: Ha fallecido el padre de nuestro particular amigo D. José Marín, dueño del establecimiento de tejidos «La Alhambra».

El Eco de Orihuela. 10 de mayo 1911: Ha marchado a Barcelona a hacer compras para su establecimiento de tejidos «La Alhambra» nuestro querido amigo D. José Marín Garrigós.

El diario. Campaña 1911-1912.

Marín Garrigós fue también concejal del Ayuntamiento de Orihuela. Se presentó y fue elegido en las elecciones municipales de noviembre de 1912, adscrito al proyecto de «regeneración democrática» de Canalejas.

«El Diario». Noviembre de 1911.

El Liberal. 5 de noviembre de 1911: ORIHUELA. En las próximas elecciones municipales, lucharán los siguientes candidatos, que mañana solicitarán su proclamación ante la Junta municipal del censo:

Los señores don José Ferrer Lafuente, don José Calvet Más, don Evaristo Cárceles, don Abelardo Teruel García, don José Alonso Ruiz, don Adolfo Wandosell Calvache, don Francisco Román Miralles, don José Marín Garrigós. — Demócratas...

El Eco de Orihuela. 25 de noviembre 1912: En el escaparate de «La Alhambra» hay expuesta una ampliación del Sr. Canalejas hecha por el afamado fotógrafo Sr. Belda, que le está valiendo numerosas felicitaciones.

El diario. Campaña 1913-1914.

1913-1930.

José Marín Gutiérrez nació en Orihuela el 16 de noviembre de 1913.

El diario. 18 de noviembre 1913: Con toda felicidad ha dado a luz un precioso niño la joven esposa de nuestro muy querido amigo el acreditado comerciante y concejal, Don José Marín Garrigós, a cuyos felices padres felicitamos sinceramente por el natalicio de su primogénito.

Primogénito de la familia, José Marín fue bautizado por Ramón Plaza Blanco, el obispo de Orihuela consagrado ese mismo año.

Ramón Plaza Blanco. Fotografía publicada, precisamente, en noviembre de 1913.

El diario. 27 de noviembre 1913: ECOS DE SOCIEDAD. A las 11 y media de la mañana de ayer y en la capilla del Palacio Episcopal, recibió las regeneradoras aguas del Jordán, el primogénito de nuestro distinguido amigo el concejal de este Ayuntamiento don José Marín Garrigós.

Fue ministro del Sacramento el Ilmo. Sr. Obispo de la Diócesis Dr. D. Ramón Plaza y Blanco; asistido del clero parroquial del Salvador. El recién nacido recibió los nombres de José, Ramón, Rufino, Justino y Antonio.

Fueron padrinos en la ceremonia nuestro distinguido amigo el acreditado comerciante D. J. Ramón Garrigós y su elegante esposa doña Carmen Marín.

J. RAMÓN GARRIGÓS. Calle Mayor, núm. 30. Padrino de Ramón Sijé.

Realizó brillantes estudios con los jesuitas en el colegio Santo Domingo de Orihuela.

José Ramón Marín Gutiérrez. Ca. 1925. Fundación Miguel Hernández.

El pueblo. 14 de junio 1926: Exámenes. Terminados los exámenes en el Instituto General y Técnico de Murcia, podemos comunicar a nuestros lectores la lista de los aventajados alumnos del Colegio de Sto. Domingo de esta ciudad, que con brillantes calificaciones han dado validez académica a sus respectivos cursos. Primer año. D. José Marín Gutiérrez.

Colegio Santo Domingo de Orihuela.

El pueblo. 24 de junio 1930: Con calificación de Sobresaliente, ha terminado el Bachillerato Universitario, mereciendo el premio Extraordinario, nuestro querido amigo y distinguido compañero don José Marín Gutiérrez, al que enviamos nuestra más efusiva felicitación.

«Ramón Sijé».

1930-1935.

La Verdad de Murcia.

La Verdad de Murcia. 10 de julio 1932: UNA GRATA VISITA El otro día estuvo en nuestra Redacción el Poeta Oriolano Miguel Hernández. Es muy joven; los años de su niñez los pasó cuidando cabras; hace muy bellos versos quiere ser marino «para cantar al mar».

Le acompañó en su silencio de breñal el culto escritor Ramón Sijé, también oriolano y joven, que nos contó la vida interesante del poeta y nos dio un recital de sus versos. Una visita de grato recuerdo.

Para hablar de Ramón Sijé nadie mejor que su buen amigo José María Ballesteros Meseguer.

En las ilustraciones os dejo las portadas de algunas publicaciones en las que escribió nuestro biografiado.

Diario de Alicante. Periódico Republicano.Cabeceras 1931-1933.

Diario de Alicante. 14 de julio 1932: Escritores Levantinos. RAMÓN SIJÉ. «Somos muy tardos en reconocer en la fisonomía particular de un escritor, ese modelo que en nuestro museo de ideas generales lleva el letrero de «mucho talento».

Precisamente porque esa fisonomía nos es nueva, no la encontramos parecida con lo que llamamos talento. Preferimos hablar de originalidad, gracia, delicadeza, fuerza, hasta que llega un día en que nos damos cuenta de que lodo eso es cabalmente el talento». MARCEL PROUST.

Corto de talla, delgado de cuerpo, su cara casi un carbón. Ojos grandes, brillantes y negros, manifiestan los destellos de una inteligencia clara y sumamente viva.

«Destellos» Orihuela. 1930-1931.

Bengala le llaman; pero no por ser luz ligera y momentánea, sino por el brillo y resplandor de la luz de su intelecto. Edad, diez y siete años. Su profesión: estudiante de Derecho y escritor.

La iniciación de Ramón Sijé en el campo de las letras, fue en revistas semanales. Todos empezamos así; y siempre se recuerda con gusto, el día dichoso en que apareció en letras de molde nuestra firma por vez primera.

Alegría de la juventud que empieza a vivir llena de ilusiones, entusiasmos y esperanzas, en el mañana lejano, mucho más lejano de lo que ella se cree, pero que el deseo de llegar, de ser algo, de ser una primera figura entre los escritores, entre el nutrido grupo de hombres que tomando como instrumento la palabra hacen de ella un arte bello, le parece tan cercano, como si el triunfo estuviera ahí mismo, junto a ella, cuando el pago de los éxitos y la plena satisfacción del triunfo, no se recogen en la juventud, por el contrario, en la vejez o a la muerte.

Literatura, arte de escribir. Profesión de literato, ingrata y pobre, si se ejercita con pureza de ideas, sin hacer traición a la honradez de la conciencia.

Difícil resulta en la actualidad, tal y como se encuentra la penosa situación del escritor, queco tantas ocasiones no llega a tener ni el vestido con que cubrir su cuerpo, ni el pan con que fortalecerlo, el no claudicar de sus ideales sanos, cayendo vencido ante innobles ofertas que mercantilizan la pluma llevándola por senderos tortuosos y encenegados impropios por todos conceptos de lo que debe ser la digna profesión de escritor.

«Actualidad». Orihuela. 1928-1931.

Este es el cuadro borroso que se le presenta siempre delante al escritor en el difícil momento de su evolución literaria. Cuadro lleno de negruras al tener que luchar con la falta de dinero, con la incomprensión de los lectores y con el egoísmo de las empresas dedicadas al negocio de libros. Traicionarse así mismo, escribiendo al dictado de lo que el público gusta y quiere, ¡para qué!

El que tal cosa haga, tal vez como mejor, disfruto de recreos y comodidades poco duraderos; pero no podrá dejar nunca una obra que merezca el día de mañana el favor del recuerdo, porque lo que escribió no fue la inspiración de un cerebro ni el sentir de un corazón.

Ramón Sijé, puede salvar fácilmente el crítico momento de su evolución literaria. Talento del escritor; consagración del escritor: etapa póstuma de la vida literaria de un hombre.

Infinidad de circunstancias concurren e influyen en el reconocimiento del valor literario del escritor; circunstancias, que lo mismo roban prestigios merecidísimos, como los regalan.

Envidias humanas; revelaciones que en un principio parecen extravagancias: un artículo que hirió este u el otro principio, base de la doctrina por la que se guía un determinado sector de la sociedad: favoritismos.

Y el talento, ese conjunto de dotes intelectuales que resplandecen en el hombre, porque Dios quiso que así resplandecieran, no recibe normalmente el premio de su trabajo, ya sea en dinero ya sea en honores. ¡Triste vida y triste porvenir la del escritor en España!

«Voluntad». Orihuela. 1930.

No reconocemos nunca o lo reconocemos tardíamente, el talento del escritor no emparentado con la suerte. Y cuando llega la hora de las alabanzas, hora fatal generalmente, porque el interesado solo percibirá su vago eco desde las discutidas sombras «del más allá», preferimos hablar, como dice Marcel Proust, de originalidad, gracia, delicadeza, fuerza, llegando pollina comprender que todo eso no es más ni menos que el talento.

La hora de la consagración de Ramón Sijé como escritor, no necesitará como condición precisa la de asaltar la valla de su vida corporal.

El despejo de su inteligencia, su voluntad y su buena estrella, serán acicates que harán pueda saborear, aunque no tan pronto como él quisiera las halagadoras caricias del triunfo.

Yo, como su buen amigo y compañero, y sobre todo, como escritor levantino que llevo en el alma la fe y el amor en todas las empresas en esta vida terreña, pensando siempre en el placer que deben producirlos encantos de otra vida superior, más elevada y espiritual, así se lo profetizo. José M. BALLESTEROS.

«Voluntad». Orihuela. 1930.

Homenaje a Gabriel Miró en la Glorieta de Orihuela.

Domingo 2 de octubre de 1932. Descubrimiento busto Gabriel Miró. Obra del escultor murciano José Seiquer Zanón. Colección Javier Sánchez Portas.

El Luchador. 30 de septiembre 1932: Homenaje de «Oleza» a la memoria de Gabriel Miró. Los admiradores de Gabriel Miró en Orihuela no descansan en la preparación de los actos que ha de celebrarse el domingo al inaugurar el busto del gran escritor alicantino que se alzará en la Glorieta, hoy «Jardín Gabriel Miró» como homenaje a este escritor genial que supo elevar a Orihuela a la categoría de ciudad literaria convirtiéndola en la «Oleza» para su admirable «Obispo leproso».

Será un homenaje rendido a la memoria del excelso prosista y el motivo final de la «Semana Gabriel Miró» que ha organizado la Universidad popular cartagenera, y que culminará con este acto celebrado en Orihuela y con la conferencia que el periodista «Ramón Sijé» dará acerca de la obra literaria de Miró…

El Luchador. 3 de octubre 1932.

El Luchador. 3 de octubre 1932: INAUGURACION DEL BUSTO DE GABRIEL MIRO. …En los hermosos Jardines que llevan el nombre de Gabriel Miró, y al pie de una palmera, rodeado de bellas plantas, se ha erigido el busto con que Oleza, rinde tributo a su cantor Gabriel Miró.

… Suena el Himno Nacional y es descubierto el busto que se hallaba tapado con la bandera tricolor. Don José María Ballesteros, en nombre de la Comisión organizadora del homenaje a Gabriel Miró, ofrece la estatua al pueblo de Orihuela en la persona de su Alcalde.

El escritor don Ramón Sijé, pronuncia unas palabras dedicando un sentido recuerdo a Gabriel Miró, y seguidamente el señor Jiménez Caballero, pronuncia un discurso ensalzando la obra de Gabriel Miró…

Abril de 1933. José María Ballesteros, flanqueado por Álvaro Botella y Ramón Sijé, recoge el premio Luca de Tena por su trabajo «Orihuela y Gabriel Miró».

El Día. Alicante. 18 de abril 1933: EN LA ASOCIACION DE LA PRENSA. Velada en honor de Luca de Tena. En la Asociación de la Prensa tuvo lugar el pasado sábado, a las siete de la tarde, el acto de hacer entrega al escritor orcelitano José María Ballesteros, el premio Luca de Tena correspondiente a este año, por su trabajo «Orihuela y Gabriel Miró», publicado en un periódico de la ciudad orcelitana.

Al acto acudieron numerosos periodistas. Abrió la sesión el presidente de la Asociación y director general de industria don Álvaro Botella, que pronunció unas sencillas palabras sobre la significación del acto. …

«Ramón Sijé» pronunció un bello discurso, exaltando la figura de Ballesteros, y abogando por una labor intensa de cultura.

…Después del acto que hemos reseñado, «Ramón Sijé», a petición nuestra, nos entregó la siguiente cuartilla, en la que condensa su comentario abstro, aunque de resonancias concretas: «Tesis: Urgente defensa de la cultura»…

Cabecera «El Luchador». Alicante.

El Luchador. Diario republicano. 26/28 de abril 1933: Fiesta Literaria. Dos jóvenes comprovincianos nuestros, los escritores orcelitanos Ramón Sijé y Miguel Hernández ofrecerán el próximo sábado a las siete de la tarde una fiesta literaria a los del Ateneo.

La personalidad nueva y bien destacada de los dos jóvenes literatos es ya segura prenda del interés que el acto ha de revestir …

… La valía y orientación de estos jóvenes artistas, el segundo de los cuales acaba de publicar un bello libro de versos, «Perito en lunas», son prometedoras de que el acto tendrá un tono de modernidad al que siempre el Ateneo ha dedicado preferente atención.

En 1934 dirigió la revista literario-católica «El Gallo Crisis».

La Verdad de Murcia. 15 de febrero 1934: De Orihuela, nos llega una carta de Ramón Sijé, con el anuncio de una nueva resista en proyecto. «Revista—dice—que querrá ser expresión exacta del humano—y humanista—, español—y españolista— conceptismo católico».

La Verdad de Murcia. 28 de junio 1934: REVISTAS. Y aquí está ya «El Gallo Crisis», hecho revista, por gracia de un grupo de oriolanos que han dado un paso notable en ese fenómeno gradual de descentralización de la intelectualidad hispana.

Al frente de ellos Ramón Sijé, profundo, nervioso, abundante, como el barroquismo humanista en que cristaliza esta concepción literaria, filosófica, tal vez teológica, y de sustancia española.

Con él, Miguel Hernández Giner, Jesús Alda, Fray Buenaventura de Puzol integran las páginas del primer número de la revista. Incorporados a ella, están los nombres de Chesterton, Quevedo, Maeztu y Unamuno en una original encuesta sobre la idea del Infierno.

Y el de Miró y el de Lope de Vega. Presentes, unidos en la actualidad del pensamiento. …

La colección fue adquirida por la Biblioteca Nacional y podéis acceder a ella pinchando sobre la imagen.

El Gallo Crisis. Orihuela. 1934-1935. Enlace a Hemeroteca Digital.

De «El Gallo Crisis» se hizo eco hasta José María Pemán.

El Día de Palencia. 27 de julio 1934: …Todas estas divagaciones se me han despertado en la mente, al ver, sobre mi mesa, unas cuantas revistas, de la cosecha de estos últimos años. Una, por ejemplo, se llama, nada menos que «El gallo crisis», esta editada en Orihuela.

Habla de Chesterton, de Guardini. Trae una oda social y profética sobre la reforma agraria, en la que se encara con el campesino y le dice: A tu manera faltas sosegado a tu amor y destino; veterana asistencia de los prados.

Y luego: Pides la expropiación de la sonrisa y todavía: Dejas manca en los árboles la brisa. No hay que reírse de nada de esto. Yo no me rio de ninguna poesía, honradamente atrevida.

Pero me rio menos cuando, a su lado, como en «El gallo crisis», veo con letras grandes esta terrible sentencia de San Mateo: «Serpientes, generación de víboras, ¿cómo evitaréis el juicio del infierno?».

Porque esto es lo más interesante de todo; «El gallo crisis» es, como «Cruz y Raya», una revista católica…

¿No caláis toda la profunda significación renovadora del síntoma? ¿Concebís hace cinco o seis años una revista editada en Orihuela que además de llamarse «El gallo crisis» y hablar de «la expropiación de la sonrisa» hablara del infierno?

Hace cinco o seis años, del infierno no hablaban en España más que unas hojitas humildes y unas revistas ramplonas…

…Ha sido preciso tres años de persecución para que el Catolicismo español se decida a quitarle al Decálogo estos caprichosos suplementos, y a maridarse con todo lo moderno y lo universal.

No es que yo apruebe punto por punto cuanto ese movimiento renovador trae consigo. Todo no me satisface. Pero todo me regocija por lo que tiene de sintomático y de prometedor. José María PEMÁN.

Ramón Sijé murió muy joven. El 24 de diciembre de 1935, una hora antes de la «misa de gallo», José Marín Gutiérrez fallecía en su domicilio con tan sólo 22 años.

Diario de Almería. 27 de diciembre 1935: FALLECIMIENTO DE UN PERIODISTA ALICANTINO. Orihuela. Ha fallecido, víctima de rápida enfermedad, el joven periodista, que fue colaborador de «El Sol», don José Marín Gutiérrez, que usaba el seudónimo «Ramón Sijé». En la actualidad era director de la revista literaria «Gallo Crisis». Su muerte ha sido sentidísima.  

Artículo de José María Ballesteros. No incluye la parte que reproduce fragmentos del otro artículo, publicado en 1932. Lo he transcrito completo anteriormente.

La Verdad de Murcia. 28 de diciembre 1935: Ha muerto Ramón Sijé. En la Noche Buena del año mil novecientos treinta y cinco, Pepito Marín Gutiérrez, conocido en el mundo de las letras por Ramon Sijé, ha muerto.

Si yo intentara escribir unas cuartillas acerca de lo que Ramon Sijé representa, seguramente fracasaría. El peso de la impresión recibida al oír sus últimas palabras y al ver su última mirada suplicante, desvanece mis ideas y aturde mi inteligencia.

Uníanme a él lazos tan estrechos, que ya no era esa amistad nacida al calor del continuo trato, ni ese cariño obligado e innato de la familia, sino el elevado y sublime parentesco espiritual, de mutua connivencia cultural y espontanea compenetración, de atractiva simpatía e igualdad en los sentimientos afectivos.

Escribir para Ramon Sijé, muerto en plenitud de sus facultades intelectuales; cuando comenzaban a perfumar las flores de sus ilusiones; cuando se iban a cumplir esperanzas tan deseadas; cuando el amor le sonreía, cuando el éxito le acompañaba.

Escribir sobre la Noche Buena de Ramon Sijé, sobre su última noche, la del tránsito, la única…

Ramon Sijé, triunfó como escritor. Y también como hombre, pues dejó tras de sí una estela brillante de ejemplaridad. Sirva el recuerdo de su figura como espejo en donde se miren las juventudes venideras.

Las campanas de todas las iglesias tocan a Misa Mayor. El Niño Dios va a nacer. Pepito Marín Gutiérrez ha sido artista hasta para conseguir que la Muerte eligiera su hora crítica: su Noche Buena. José María Ballesteros.

Artículo de la poeta murciana María Cegarra Salcedo.

Levante Agrario. 25 de enero 1936: RAMON SIJÉ. La Muerte, esta vez, ha sentido el regusto de la elección. En la Noche Buena del 35, nieves de fuera del mundo helaron la vida de Ramón Sijé, transplantándolo, tenue y transido, desde su adorada Oleza, a una «literaria ciudad amanecida» toda de gloria y eternidad.

Muere Ramón Sijé a los 22 años, habiéndose destacado como escritor notabilísimo, de amplía cultura y original estilo. Fundó y dirigía en Orihuela la revista «Gallo Crisis», donde su espíritu inquieto y privilegiado defendía briosos ideales.

Un acabado trabajo literario sobre «Oleza, pasional natividad estética de Gabriel Miró», reveló en sus 19 años una precocidad crítica, en lenguaje razonado, impropio de edad tan temprana. Para él que amaba lo hondo, desaparecer es penetrar en la mayor existencia, en la mejor verdad, vida sin carne, ingrávida, inmortal, ascendida de fervores.

Las ocho felicidades de los bienaventurados habrán descubierto sus paralelas puertas de espejo para que elija su primavera ahíta de conceptos, vitaminada de concepciones sublimes, incienso de las frentes profundas de la idea en pira ardorosa de fe.

Cuando en el cerebro anida el genio y en el corazón el amor y en la sangre la juventud, se forma, por predilección divina, la trilogía sin ámbito en la tierra. Al expirar el calor creador enciende una nueva estrella—fuego fatuo del alma—, en el firmamento.

Son las que nos miran estremecidas de compasión por nosotros. Siempre, la debilidad corporal, acumula grandes energías; espirituales. Así Ramón Sijé, endeble y pálido, llevaba en los ojos calientes y «morenos» luces blancas de inspiración y fiebres de prisa e impaciencia.

En la Noche Buena del 35, entre cánticos de resurrección a un mundo mejor—campanas y paisajes místicos de Orihuela agitada de despedida—, en intercambio con la Natividad cristiana—tenía que sucederle así a Ramón Sijé—, huyó por el camino de los elegidos.

Purificado de sus palabras, aéreo de imágenes, sublimado de sus verdades, ardido de literatura y humanidad, habrá cruzado el umbral último y desconocido como estampa de un Greco pintor de adolescentes. Ya en lo exacto y firme, será llama en alburas perennes.

En el lugar vacío de Ramón Sijé, junto a las lágrimas, quemamos el aroma de un rezo. María Cegarra Salcedo.

Ramón Sijé (1913-1935).
Esquela.

Por esas fechas, Miguel preparaba la edición de «El rayo que no cesa». La noticia de la muerte de su amigo le llevó a componer «Elegía», obra maestra de la literatura que comienza así:

En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería….

Se puede leer completa con información adicional pinchando la siguiente imagen.

Miguel Hernández. El rayo que no cesa. Madrid, 1936. Enlace a Elegía.

Para saber más del personaje os dejo también una biografía de la Fundación Cultural Miguel Hernández a la que se accede pinchando la siguiente imagen.

Enlace a Biografía.

Termino con otro enlace al trabajo de mi buen amigo Julio Calvet Botella, titulado «Semblanza». Se accede a él pinchando sobre la siguiente imagen.

Enlace a «Ramón Sijé. Semblanza» de Julio Calvet.

Pepito Marín para los amigos. Ramón Sijé para la eternidad.

Crónica de un homenaje. 1936-2016

El 12 de marzo de 1936, en el Ayuntamiento de Orihuela, el concejal Luis Carrió presentó una moción con el objeto de restituir la rotulación de calles alteradas durante el bienio conservador.

Además, interpretando los «senti­mientos justicieros y oriolanos de esta corporación, honrando los valores de nuestra patria chica», quiso recordar a un oriolano «muerto en plena juventud y cuando tanto esperaban las le­tras españolas de su inteligencia y laboriosidad».

Propuso que la Plaza de la Pía, reti­tulada como de Pinohermoso por la Ges­tora del bienio conservador, en lo sucesivo se denominase de Ramón Sijé, nombre del ilustre oriolano José Marín Gutiérrez.

La rotulación se aplazó hasta el 14 de abril, aniversario de la República. Y Miguel Hernández llegó de Madrid para intervenir con su palabra en la inauguración de la Plaza.

14 de abril de 1936. Colección Javier Sánchez Portas.

Su lectura quedó inmortalizada en la fotografía de Miguel, leyendo bajo el nuevo rótulo, tras picar el de «Plaza de la Pía»:

Quisiera que esta piedra y esta plaza llevaran para siempre el nombre que les ha sido impuesto: Ramón Sijé. Bajo el sonido de este nombre se me ha ido un compañero del alma, y Orihuela ha perdido su más hondo escritor y su más despejado y varonil hombre.

Su vida ha sido precipitada, tormentosa y luminosa, como la del rayo, y, como la del rayo, ha buscado precipitadamente la tierra. Orihuela se ha dado cuenta a su muerte, ya que siempre es a la muerte cuando nos damos cuenta del valor de ciertas vidas, de la grandeza del hijo que había criado casi sin advertirlo.

He sabido con emoción que en su entierro se disputa el pueblo el peso de su cuerpo en el ataúd y sé que él lloraría de emoción en la intimidad de las tablas a que todos estamos destinados, como sólo saben llorar los muertos: sin necesidad de lágrimas, voz, ni ojos.

Sé que su alma anda desde hoy, con la precipitación con que solían andar su corazón y su cuerpo, anda y recorre esta plaza y le complace su soledad cotidiana, que acrecientan las siestas, las lluvias y las casas cerradas.

Hemos perdido con Ramón Sijé un genial escritor, si aún temprano de sazón, ya tardío de humanidad. Con una luz sobrenatural en el corazón y en el entendimiento, lo veía todo, lo sentía todo, lo sufría, lo angustiaba y lo hacía vivir muriendo todo: desde el sentimiento del amor hasta el pensamiento de la muerte.

Fue un héroe, y resistió mientras pudo a pie firme las violentas tempestades que se organizaron y chocaron de continuo entre su corazón y su cerebro. Pocos hombres han vivido una vida interior tan intensa y sangrientamente volcánica como Ramón Sijé.

Veintidós años contó sobre la tierra y se ha llevado la experiencia de cien bajo ella. Cayó agotado por la tremenda pelea inacabable de sus pensamientos y sus sentimientos, sus trabajos y sus fatigas.

Un día escribiré las memorias de su vida, que a cada paso y recuerdo adquiere en mí más caracteres de tragedia. Pueblo donde ha nacido y agonizado esta gran criatura; todos los homenajes que le hagamos se los merece.

Procuremos que éstos resulten lo más duraderos y de verdad y lo menos teatrales y de relumbrón posibles.

Yo sé que él aceptará los mejores y rechazará los otros: que, aunque parece que a los muertos todo les da lo mismo, no es así. Y si algunos del cementerio darían las gracias si pudieran por verse entre mármoles y hojarasca, otros se indignarían.

Ramón Sijé verá desde la tierra que ocupe lo que hagamos por él, y juzgará desde su sombra, y no hablará, porque ya su oficio es callar como el de un muerto.

14 de abril de 1936. Miguel Hernández.

Acabada la Guerra Civil, el 29 de abril de 1939, a propuesta de Juan Villaescusa Ballester, la Comisión Gestora franquista le devolvió el nombre de Plaza del Duque de Pinohermoso, incumpliendo la orden de retomar los nombres anteriores a abril de 1931; en este caso «Plaza de la Pía».

Esta resolución no debió surtir efecto. En los años cincuenta la seguían llamando de Ramón Sijé. El cambio de plaza por calle llegó en la sesión del 12 de marzo de 1958, dentro de un paquete de titulaciones:

Que en adelante, la actual Plaza de Ramón Sijé se titule Plaza del Marqués de Rafal, en memoria del Excmo. Sr. Don Alfonso Pardo y Manuel de Villena, Marqués de Rafal, ilustre prócer e Hijo Adoptivo de Orihuela.

Descubrimiento de la placa al marqués de Rafal. Colección J. Ezcurra Alonso AMO.

Que la nueva calle que, paralela a la de Adolfo Clavarana partirá del «Callejón de Reales» hasta la carretera de Alicante, se denomine «Calle de Ramón Sijé».

Foto Ajomalba.

El sábado 14 de abril de 1984, con motivo del 48 aniversario, se celebró un acto simbólico de restitución de la placa dedicada a Ramón Sijé con una placa obra de Pepe Aledo.

De esta forma, el Colectivo Cultural Oriolano reivindicaba su titulación.

Canfali Vega Baja. 18 de abril 1984: Aunque simbólicamente, se restituyó el nombre de la Plaza Ramón Sijé. La pasada semana, con motivo del cuarenta y ocho aniversario de la denominación de la plaza de «La Pía» como de Ramón Sijé, que fue llamada posteriormente del Marqués de Rafal, un grupo de oriolanos organizaron un acto simbólico de restitución del nombre de esta plaza.

En el acto intervinieron, por parte de la organización, José Alberto Pardines y el profesor Ruiz Funes, quien leyó las palabras que hacía cuarenta y ocho años leyera el poeta Miguel Hernández con motivo de la denominación de esta plaza como de Ramón Sijé.

Párrafos extraídos del texto que leyó José Alberto Pardines el 14 de abril de 1984:

Esa paz democrática en la que vivimos es nuestra esperanza, pese a todos sus defectos. Este nuevo campo óptico permite plantearnos que las cosas se pueden ver de otra manera.

Y así, podemos y debemos efectuar un acercamiento sincero y sin perjuicios a las figuras de Miguel Hernández y Ramón Sijé, y comprobar que no se trata de simples muestras pueblerinas, sino que son dos personalidades literarias de una talla excepcional a los que se les han negado sus derechos, talla demostrada en sus escritos y truncadas sus vidas en plena juventud.

Canfali Vega Baja. Miércoles 18 de abril de 1984.

Es entonces cuando percibimos la trascendencia histórica de un instante, hace hoy cuarenta y ocho años, fijado en una fotografía, en el que la fuerza de la amistad traspasó las barreras del espacio y del tiempo, y en el que el buen sentido ciudadano se materializó en un reconocimiento público a Ramón Sijé, asignando su nombre a esta plaza.

Mucho queda por recorrer a Orihuela para restituir los agravios perennes -por acallados bajo la losa negra de la ignorancia y la patanería hacia las figuras de Ramón Sijé y Miguel Hernández. Sin embargo, ese largo trecho de poner las cosas en su sitio podría efectuarse en poco tiempo si se realiza una gestión inteligente.

1984. Colectivo Cultural Oriolano. Archivo José Antonio Muñoz Grau.

En este sentido la restitución real y no simbólica de la Plaza de Ramón Sijé, será para Orihuela, un peldaño muy importante en la devolución de sí misma y un ejemplo tangible de que nuestro pueblo también supera la triste y secular división de las dos Españas.

Retitulación de la Plaza Ramón Sijé. 14 abril de 2016. © Gaspar Poveda Grau.

Otro 14 de abril, el de 2016, justo ochenta años después que Miguel se subiese a la escalera para inaugurarla, la plaza recuperó el nombre de Ramón Sijé.

Retitulación de la Plaza Ramón Sijé. 14 abril de 2016. © Gaspar Poveda Grau.
Retitulación de la Plaza Ramón Sijé. 14 abril de 2016. © Gaspar Poveda Grau.
Ramón Sijé. En el centro, su plaza. Diseño y montaje propio.

Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba)

Para saber más sobre la plaza que en la actualidad lleva su nombre, pinchad la siguiente imagen.

Enlace a la Plaza de la Pía.

El marqués de las Hormazas y el duque de Tamames.

Introducción.

La familia de Carlos IV. Francisco de Goya. 1800. Museo del Prado. Madrid.

18 de noviembre de 1800: Carlos IV, por la Gracia de Dios Rey de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Menorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias Occidentales y Orientales, de la tierra firme al mar océano, Archiduque de Austria, Duque de Borgoña, de Bramante y de Milán, Conde de Flandes, de Tirol, de Barcelona, Señor de Vizcaya, de Molina, etc.

Autoriza a la Excma. Señora Marquesa de Rafal, Doña Antonia María Fernández de Heredia Rocamora Bazán Cascante Rosell Ruiz de Vesprat, Marquesa de Rafal y viuda de Villescas, Condesa de la Granja, Baronesa de la Puebla de Rocamora, Señora de los lugares Benferri, La Granja y Rafal, Grande de España y Dama de la Reina.

Concede a la Marquesa, real licencia y facultad para ceder, cambiar y permutar cuatro tahúllas, siete octavas y veintiocho brazas de tierra huerta de la pertenencia del mayorazgo que posee y que están en el término de la ciudad de Orihuela, tasadas en 1495 libras, seis sueldos y tres dineros, con cincuenta libras de renta, sin que pueda esperar mayor aumento, por ser tierra blanca natural.

Por otras cuatro tahúllas, una octava y dieciséis brazas, pobladas de árboles jóvenes, naranjos chinos, olivos y limoneros, y una barraca que goza y posee libremente el Sr. Marqués (de las Hormazas) otorgante, en la huerta de la Villa de Callosa de Segura, valorada en 1495 libras, doce sueldos y seis dineros y que renta anualmente ochenta libras, con futuro aumento de renta, por ser nuevo arbolado.

A ello se agrega la comodidad y conveniencia publica de la ciudad, con la anexión de su heredad vinculada a la lindante del Marqués, por pensar éste cerrarla y en lugar del tránsito angosto que atraviesa los huertos del sitio de San Gregorio, propios de él, ejecutar un camino espacioso para que al paso sirva de paseo y le proporcione la extensión y comunicación más agradable al paseo principal.

Informado de todo ello por D. Juan de la Carte, corregidor de la expresada ciudad de Orihuela y su partido.

Palacio de la marquesa de Rafal. Hoy de la Granja. Francisco Luis Galiano.

El 10 de diciembre de 1800, ante el notario de Orihuela Trinitario Martínez, comparecieron Josef Galindo y Pedro Martín de Migueltorena; ambos vecinos de Orihuela.

Exhibían copia auténtica de los poderes otorgados desde Madrid por la marquesa de Rafal y por el marqués de las Hormazas para permutar unas tierras en Callosa de Segura por otras situadas en Orihuela.

La parcela oriolana lindaba por levante con el camino llamado de San Gregorio; de poniente y mediodía con tierras del mencionado marqués de las Hormazas; y por el norte con el azarbe de las Lavanderas.

Con esta permuta entre los marquesados de Rafal y de las Hormazas se estaba trazando la alameda y futura calle de San Gregorio; y marcando los límites de la que, casi un siglo después, sería la Glorieta de Orihuela.

¿Quién era ese marqués de las Hormazas y qué tenía que ver con Orihuela?

El marqués viudo de las Hormazas.

Autógrafo del marqués de las Hormazas.

Nicolás Ambrosio Garro Arizcun había nacido en Madrid, el 7 de julio de 1747.

Hijo de Ambrosio Garro Micheltorena, prestigioso y adinerado comerciante proveedor de la Armada y tesorero de Luis Antonio de Borbón el «infante cardenal» hijo de Felipe V.

Y de Josefa María Arizcun, hija del II marqués de Iturbieta.

El 29 de octubre de 1767 se casó en Madrid con María Joaquina de Robles y Cogorani, la III marquesa de las Hormazas.

Nicolás ingresó muy joven en la administración pública. Caballero de la Orden de Santiago y marqués consorte, este personaje con fama de buen administrador, no sólo continuó los negocios de su padre; fue consejero real, consejero de Hacienda, accionista de varias compañías y del Banco de San Carlos.

En 1797 pasó a desempeñar, siendo ya ministro del Consejo de Hacienda y tesorero general del rey, el cargo en propiedad de secretario de Estado y del Despacho de la Real Hacienda.

1 de julio de 1797. Godoy «Príncipe de la Paz», comunica el nombramiento como Secretario de la Real Hacienda al Marqués de las Hormazas.

En las postrimerías del siglo XVIII era dueño de numerosas propiedades inmobiliarias en Madrid.

No sé cómo llegó a la Vega Baja del Segura este noble madrileño; pero lo más lógico es que, aprovechándose de su cargo, adquiriese sus propiedades en Orihuela gracias a la primera desamortización, ejecutada en 1798 para hacer frente al endeudamiento de Carlos IV producido por las guerras con Francia y Gran Bretaña.

A través de su apoderado en Orihuela el marqués compró tierras en Catral, Callosa de Segura, Rojales, Almoradí, Torremendo, Elche, Guardamar, Crevillente, Redován y Murcia, cientos de tahúllas sobre todo de olivar y tierra blanca, que inmediatamente puso en arriendo.

Como ya he dicho, su apoderado era Pedro Martín de Migueltorena, comisario de Guerra y contador titular de propios de la ciudad de Orihuela.

Compró también una parcela cerca del Arrabal de San Agustín. Y levantó una casa palacio entre las calles de San Agustín y el Rodeo de la que hablaremos después.

Tanto él como su hijo fueron «Hermanos Mayores» y destacados miembros de la junta de dirección y gobierno de los hospitales de Madrid.

Diario Balear. 23 de febrero de 1815: Copia de un oficio pasado por el Ministerio Universal de Indias al de la Guerra. Excmo. Sr.: Enterado el Rey de una exposición que ha hecho el señor marqués de las Hormazas como hermano mayor de la comisión encargada de la administración de los hospitales Generales de esta corte en solicitud de que se facilitasen para los mismos algunas sábanas y mantas de las existentes en los almacenes de Pasajes.

Deseando S. M. contribuir con cuanto esté de su parte a que los militares enfermos disfrutan del alivio que exige la humanidad, y multiplicar las pruebas de lo mucho que anhela proteger tan loables establecimientos, se ha dignado resolver se entreguen a disposición del citado señor marqués de las Hormazas con aquel objeto 1500 camas compuestas de 1500 jergones, otros tantos cabezales, igual número de cubrecamas de lana, y de sábanas.

El cronista Montesinos mencionó en su compendio oriolano su faceta como benefactor del Hospital de la Caridad.

MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 7. Manuscrito. Caja Rural Central. Orihuela.

Marqués viudo desde febrero de 1802, el cambio de siglo frenó su carrera pólitica. Y todavía más la llegada de Napoleón.

Aunque en principio aceptó la «carta de Bayona» otorgada en el verano de 1808, supo apartarse a tiempo de los «afrancesados».

Es probable que, durante la guerra, pasase temporadas en Orihuela junto a su hijo, que sí lo tengo documentado.

Disuelta la Junta Central, el de las Hormazas fue reclamado por la Regencia para hacerse cargo del Ministerio de Hacienda.

A primeros de 1810 se hallaba ya en Cádiz, en la Isla de León, desempeñando interinamente el cargo de primer secretario de Estado.

En 1811, entre los donativos hechos en Cádiz para financiar la división del brigadier Juan Martín «el empecinado», figuran dos mil reales de vellón del marqués viudo de las Hormazas.

Juan Martín Díez, llamado «el Empecinado».

De su actuación en estas fechas he encontrado un interesante párrafo en el artículo titulado «Los emisarios de Napoleón», publicado en «La Lealtad» por Abelardo Ahumada.  

…Disuelta la Junta Suprema Central, y que, habiéndose quedado tres o cuatro días en crisis por falta de un gobierno, asumió el mando una Regencia integrada por varios elementos, cuya cabeza visible era un tal Marqués de las Hormazas, quien, ante la ausencia del rey, fungía en su representación y actuaba como «Secretario de Estado y del Despacho Universal de Hacienda».

Este singular individuo, cuyo nombre de pila era Juan de Mata de Garro y Robles, empezó a trabajar de inmediato y como carecía de suficientes recursos para seguir actuando en la Península, urdió el modo de obtenerlos de los territorios ultramarinos y, en el caso concreto de la Nueva España…

Por este caso el marqués de las Hormazas fue arrestado y sometido a un proceso judicial del que logró salir airoso.

El conciso. Martes 2 de junio de 1812. Año V de la gloriosa lucha del pueblo español contra la tiranía: Día 1º. En Conformidad a la orden de S. M. fecha 14 de octubre de 1811, se dio cuenta de la sentencia pronunciada por los jueces comisionados para entender en el asunto de la orden que se imprimió relativa al libre comercio de las Américas; la qual absuelve al marqués de las Hormazas…

El regreso de Fernando VII le devolvió buena parte de su protagonismo político y social.

En 1815 pasó a formar parte del Consejo de Estado y cuatro años después le concedieron la Orden de Carlos III.

Su proximidad con el rey queda de manifiesto en la siguiente noticia.

Diario mercantil de Cádiz. 11 de septiembre de 1821. Comandancia General de Castilla la Nueva. SS.MM. que continúan en la Granja, salieron ayer sin escolta alguna a una hacienda del marqués de las Hormazas, distante dos leguas y media de aquel Real sitio.

Falleció en Madrid en abril de 1825.

El IV marqués de las Hormazas.

Anotaciones propias sobre fragmento plano de 1748, obra de Fray Antonio Villanueva.

Juan de Mata Garro y Robles, IV Marqués de las Hormazas, fue bautizado en Madrid el 9 de febrero de 1771.

Coronel de los Reales Ejércitos, ministro del Real Tribunal de la Contaduría Mayor de Cuentas, miembro del Consejo de Su Majestad, alcalde de Madrid y Hermano Mayor Perpetuo del Gobierno de los Hospitales Generales de Madrid.

Hace veinte años, en uno de mis primeros artículos titulado «El marqués de las Hormazas y la Glorieta de Gabriel Miró», incluí este curioso párrafo que podéis encontrar en algunas páginas de genealogía.  

Era ministro del Tribunal de Contaduría Mayor el 7 Nov 1800, en esa fecha estaba enfermo ya que «la frecuencia con que le insulta un cólico convulsivo y de propiedad reversiva, que a las veces degenera en ictericia y de muy mala calidad», se retiró con su padre a vivir a Orihuela.

Enfermedades aparte, me inclino a pensar que su estancia en Orihuela tuvo mucho que ver con la Guerra de Independencia.

Si analizamos su carrera política, fue ministro entre los años 1804-1808 y entre 1812-1813. Alcalde de Madrid entre los años 1814-1816; y de nuevo ministro entre 1815-1823.

En esta relación solo queda hueco entre 1808-1812, los años del conflicto armado. Puedo demostrar que, en el invierno de 1810, estaba en su casa de Orihuela.

Trascribo unos párrafos del capítulo XIX de las memorias de Joaquín Lorenzo Villanueva.

Vida literaria de Don Joaquín Lorenzo Villanueva. Memoria de sus escritos y de sus opiniones eclesiásticas y políticas, y de algunos sucesos notables de su tiempo (1825).

Mansión en Orihuela: Con dificultad pude yo escapar de Sevilla en compañía de mi hermano Jayme el día 24 de enero de 1810, en que se alborotó el populacho de aquella ciudad al saber que habían atravesado los enemigos la Sierra Morena.

Por entre sustos y trabajos llegamos a Marbella el día 1 de febrero. De donde dimos la vela para Cartagena el día 5.

Detúvonos al paso en Orihuela quince días mi buen amigo don Juan de Mata Garro, hijo del marqués de las Hormazas, a quien debí siempre cordial afecto desde que servimos ambos a los pobres enfermos del hospital de Madrid, él como hermano mayor, y yo como rector.

Mercedes Muñoz Portau, en su artículo «Aproximación a la Guerra de la Independencia en Orihuela y su obispado», menciona dos veces al marqués de las Hormazas.

En la gobernación oriolana, el mando de la guerrilla fue confiado al marqués de las Hormazas, con nombramiento de mayor general de guerrillas y subinspector de los demás cuerpos urbanos.

En los comienzos de 1811, desde el Cuartel General de Murviedro, se ordenará al marqués de las Hormazas la reunión en Orihuela de todas las partidas de guerrilla de su gobernación.

El cuarto marqués de las Hormazas falleció en Madrid poco después que su padre, el 27 de julio de 1827.

Y lo hizo sin descendencia conocida. Por lo que su título de marqués pasó a la familia Elío.

Pero sus propiedades oriolanas, al menos la casa y la parcela del arrabal de San Agustín, quedaron en manos de su primo hermano, José Messía del Barco y Garro, el II duque de Tamames.

Dicha parcela, situada entre los conventos de San Gregorio y San Sebastián, pasó a la historia oriolana como «el Huerto del Marqués de las Hormazas» al figurar así en el plano de Coello, confeccionado a mediados del XIX.

«Atlas de España y de sus posesiones de ultramar» de Francisco Coello. Plano de Orihuela. 1859.

El duque de Tamames.




El IV duque de Tamames con el teniente coronel López Pozas en 1913. Archivo ABC.

El citado heredero, José Messía del Barco y Garro, fue el II Duque de Tamames. Nacido en Madrid en el año 1786.

Era hijo de Antonio Messía del Barco, el primer duque de Tamames, y de una hermana del III marqués (consorte) de las Hormazas, de nombre María Alfonsa, del Pilar o de la Paz , y de apellidos Garro y Arizcun.

Por lo tanto, como hemos dicho antes, el II duque era primo hermano del IV marqués de las Hormazas y su heredero directo al fallecer éste sin descendencia.

No voy a extenderme en la biografía de los duques de Tamames, de la que ya existe suficiente bibliografía.

Lo que nos interesa es la herencia que recibió: la famosa parcela de tierra que hoy ocupa la Glorieta, y la casa palacio en la calle de San Agustín, con cuadras y cocheras en la parte posterior, hacia la calle del Rodeo.

Esta hermosa vivienda fue mencionada por Pascual Madoz en su diccionario de 1848, entre las casas aristocráticas de Orihuela.

Hay varias casas, que por su capacidad y arquitectura bien pueden llamarse palacios, y son la del marqués de Rafal, en la plaza de su nombre; la del conde de Pinohermoso, también en la plaza de su denominación o de la Pía; la del marqués de Arneva, frente a Sta. Justa; la del marqués de Campo-Salinas, en la calle Mayor; la del conde de Tamames, en la de San Agustín ; la de D. Francisco Sandoval y Togores, en la del Río; la de D. Juan Roca de Togores, en la de Hostalets; la de D. Luis Pizana, fronteriza a la anterior; y la de D. Matías Zorzano, en la de la Feria…

El mencionado título de conde de Tamames fue un error de Madoz. Carlos IV había concedido a Antonio Mesía la Grandeza de España asociada al señorío de Tamames y el título de primer duque de Tamames en 1802.

El tercer duque, hijo del anterior, fue José Mesía del Barco y Pando. Nacido en Madrid en 1819 y fallecido en 1868.

Boletín de Segovia. 9 de enero 1854: Diputación de la Grandeza. Excmo. Sr. D. José Mesía y Pando, Duque de Tamames, Marqués de Campollano, gran cruz de Carlos III, Grande de España y Gentil-hombre de Cámara de S. M. con ejercicio.

El IV duque de Tamames, hijo del anterior que accedió al título en 1869, es el personaje que nos interesa.

José Messía y Gayoso de los Cobos vendió la parcela que daría lugar a la Glorieta de Orihuela y la casa de la calle San Agustín.

El que había sido «Huerto del marqués de las Hormazas» se interponía entre la ciudad y el ansiado ferrocarril que acababa de llegar a Orihuela.

Las tres tahúllas y media conocidas entonces como «huerto de San Gregorio» o «Huerto de Tamames» fueron adquiridas en Madrid por el ex diputado a Cortes, Salvador Lacy Pascual de Bonanza, comisionado por el Ayuntamiento de Orihuela en 1883.

Sesión municipal. Orihuela, 23 de mayo 1883: Se Manifestó que dada la necesidad de construir una vía que ponga en comunicación la localidad con la estación de Ferro Carril, cuyas obras se están realizando.

Se hace indispensable para un servicio de tanta utilidad, la adquisición de los terrenos que ha de atravesar dicha vía, las propiedades de los Sres. Duque de Tamames y Marqués de las Serdañolas, hoy de Boil y al efecto habíanse practicado varias gestiones por conducto de sus respectivos apoderados en esta ciudad.

Mas como quiera que en la actualidad se haya accidentalmente en Madrid Don Salvador Laci Pascual de Bonanza, persona de toda confianza y garantía para el municipio y que además de sus conocimientos prácticos reúne el noble deseo de prestar un apoyo y cooperación para la prosperidad y engrandecimiento de este país…

La casa de la calle San Agustín se puso en venta pocos años después, concretamente en el verano de 1889.

Durante el mes de julio apareció publicado el siguiente anuncio.

El diario de Orihuela. 10 de julio de 1889: VENTA. A voluntad de su dueño se vende una casa de habitación situada en la calle de San Agustín de esta ciudad, marcada con el número 16 de policía, con puerta también a la calle del Rodeo, mide una superficie de 576 metros y se compone de tres pisos, conteniendo en la planta baja, cochera, cuadras, patios, tinajero para aceite y otros varios departamentos.

Se halla libre de todo censo o gravamen. D. Francisco Moreno, apoderado del Excmo. Sr. Duque de Tamames, dueño de esta casa, dará cuantas noticias, respecto a precio y demás que sean necesarias y recibirá proposiciones hasta el día 31 del presente mes de Julio.

No sé cómo terminó aquella venta. Lo cierto es que el edificio fue totalmente modificado y dividido en el siglo XX; y es difícil encontrar en él algún vestigio exterior de su pasado.

Sus bajos fueron la sede de las famosas «Bodegas Payá». Hoy albergan otros negocios y, como recuerdo, conservan la preciosa viguería de antaño.

José Mesía y Galloso de los Cobos, IV duque de Tamames. Bodegas Payá. Archivo Manuel Rogel Payá.

En octubre de 1955, a buena parte de la Alameda Vieja de la Estación se le concedió el nombre de Calle Duque de Tamames, último propietario de los terrenos sobre los que se emplazó la Glorieta y el primer tramo de los Andenes.

Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba).

Apuntes biográficos: Juan Maura y Gelabert.

Juan Maura Gelabert

Juan Maura y Gelabert.

Nacido en la ciudad de Palma de Mallorca el 12 de mayo de 1841, era hijo de Gabriel Maura Gelabert y Catalina Gelabert Samsol.

Huérfano en edad muy temprana, sus tíos Bartolomé Maura Gelabert y Margarita Montaner, padres de diez hijos, se encargaron de su educación.

Bartolomé regentaba una fábrica de curtidos heredada de su padre, Gabriel Maura Sancho, el abuelo de nuestro biografiado.

En los bajos del edificio tenía los obradores donde se curtían y trabajaban las pieles; y en el piso superior vivía con su numerosa familia.

Juan se crio entre sus primos; en un ambiente de amor por las letras y la cultura en general.

Los cinco varones de la familia Maura Montaner destacaron en diversas facetas: Gabriel, escritor y poeta; Miguel, Rector del Seminario de San Pedro de Palma de Mallorca; Bartolomé, pintor, grabador y medallista; Antonio, famoso político presidente del Gobierno; y Francisco, pintor y dibujante.

Retrato autógrafo de Juan Maura y Gelabert, Madrid, 1887. Grabado realizado por su primo Bartolomé Maura.

Como su primo Miguel, nuestro biografiado optó por la religión ingresando en el Seminario de San Pedro de Mallorca.

En calidad de alumno externo cursó los estudios de Humanidades, Filosofía, Teología y Derecho Canónico.

Ordenado presbítero el 10 de junio de 1865, su primer destino fue la humilde parroquia de Biniamar, una aldea del municipio mallorquín de Selva.

Licenciado en Sagrada Teología en el Seminario Central de Valencia, alternó sus ocupaciones con la predicación en Palma, dándose a conocer como destacado orador de verbo florido y rico lenguaje.

En 1868, por acuerdo de la Diputación Provincial de Baleares, fue nombrado director del Hospital Civil de la Provincia y prior de la iglesia de dicho establecimiento.

Durante la Revolución de 1868 conocida como «La Gloriosa» fue castigado por las autoridades al negarse a jurar la Constitución de 1869.

La Crónica. Junio de 1886: Notas Biográficas: Fue nombrado por la Excma. Diputación Provincial, Director del Hospital civil de las Baleares; pero el que había sabido conquistarse el cariño de los sencillos habitantes de Biniamar, que aun hoy le llaman su Vicario, no supo conquistarse la buena voluntad de los ilustrados patricios que por aquellos días gobernaban la cosa pública.

El Sr. Maura fue una víctima de la intransigencia revolucionaria; se le puso en la alternativa de jurar la Constitución del 69 o de perder el cargo que era su único medio de subsistencia; el sabio sacerdote optó por la miseria y no juró: de nada le valieron los servicios prestados, ni los méritos que le adornaban, ni las protestas de la opinión pública: la Diputación Provincial le declaró cesante.

Justa reparación de esta arbitraria medida, tan justa como aplaudida, fue su nombramiento para regentar la cátedra de Teología Moral en el Seminario conciliar de S. Pedro …

En 1871 pasó a ocupar una cátedra de Teología Moral y en 1876 obtuvo la canonjía lectoral de la Iglesia de Mallorca, simultaneando su anterior cátedra con la de Instituciones Bíblicas hasta que fue designado profesor de Teología Dogmática.

Destacado orador y escritor, antes de entrar en el cabildo, se encargó de la predicación cuaresmal obteniendo mucho éxito; por lo que sus discursos fueron publicados.

La Crónica. Junio de 1886: Notas Biográficas: Bastan para inmortalizar su nombre las Conferencias predicadas en la Santa Iglesia Catedral de Palma durante la cuaresma de 1874, que son un acabado, modelo de buen decir y de elocuencia cristiana.

Y el opúsculo titulado «Santa Teresa de Jesús y la crítica racionalista», obra premiada en el certamen celebrado en Salamanca el 15 de octubre de 1882 con motivo del tercer centenario de la muerte de la Seráfica Doctora, y que ha valido a su autor los sinceros plácemes de ingenios tan sobresalientes como el P. Miguel Mir S. J., y el insigne Menéndez Pelayo, orgullo de la ciencia española.

Santa Teresa de Jesús y la crítica racionalista. 1883. Maura y Gelabert, Juan. Obra premiada en el Certamen celebrado en Salamanca en 15 de octubre de 1882 con motivo del Tercer Centenario de la muerte de la Santa.

La Crónica. Junio de 1886: Notas Biográficas: Los mismos incrédulos y racionalistas que no dejan de acudir siempre y en gran número a los sermones del Sr. Maura, al oír rebatir desde el pulpito, con frase limpia y correcta, con poderosa y contundente lógica, los errores del filosofismo moderno, han tenido que confesarse vencidos por la irresistible fuerza de la argumentación que en manos del sabio y elocuente orador sagrado, destruye, y pulveriza los aparatosos sofismas de la impiedad, y no le deja ni siquiera un débil reducto en que guarecerse.

Y no ha sido el pulpito el único campo de los triunfos del Sr. Maura; la prensa católica lo cuenta como uno de sus más entendidos y valientes campeones.

Propagandista católico y autor de una gran obra intelectual colaboró también en algunas revistas como «La Unidad Católica».

Más filósofo que teólogo y dotado de una amplia cultura, en sus escritos trató de armonizar Ciencia y Religión.

En 1882 recibió el doctorado en Sagrada Teología y la licenciatura en Derecho Canónico en el Seminario Central de Toledo.

Fallecido el Obispo de Mallorca, en febrero de 1886 fue elegido Vicario Capitular de la Diócesis en Sede Vacante.

Tres meses después se rumoreaba su presentación para la sede de oriolana.

El Oriolano. 18 de mayo 1886: Ayer mañana marchó a Roma el señor Obispo de la Diócesis acompañado del señor secretario de Cámara del Obispado y del Ilmo. señor Marqués de Lacy.

La noticia de su traslado al arzobispado de Santiago, si bien no confirmada todavía de un modo oficial, se acentúa cada día más, indicándose para sucederle el señor Maura, canónigo lectoral de Palma de Mallorca (Baleares).

Las noticias particulares que se tienen de este señor convienen en que es persona de mucha ilustración autor de algunas obras filosóficas y de grandes dotes y merecimientos para el gobierno de una diócesis.

El Oriolano. 29 de mayo 1886: La Gaceta ha publicado el día 26 el nombramiento del señor D. Juan Maura Gilabert, canónigo lectoral de Palma de Mallorca (Baleares), para la silla episcopal de Orihuela.

El nuevo prelado es muy digno por sus virtudes y talentos de la alta dignidad de que ha sido investido, será preconizado tal vez en el próximo mes de junio y hasta el siguiente es probable que no se posesione de su diócesis.

El Oriolano. 1 de junio 1886: El nuevo prelado de Orihuela, señor don Juan Maura, ha dirigido un telegrama a los directores de los periódicos locales agradeciéndoles con expresivas frases la cariñosa felicitación de que fue objeto por parte de la prensa local.

La Crónica. 3 de junio 1886: El nuevo Obispo. Los periódicos de Madrid recibidos aquí el viernes último, nos dieron la noticia del nombramiento del señor D. Juan Maura Gelaber, canónigo lectoral de la Catedral de Mallorca, para ocupar la silla episcopal de esta Diócesis; nombramiento que será probablemente confirmado por Su Santidad en el próximo consistorio.

El Sr. Alcalde en nombre del excelentísimo ayuntamiento, dirigió un telegrama de felicitación al electo Obispo de Orihuela; y otro tanto hicieron los directores de los periódicos locales, recibiendo todos cumplida e inmediata contestación en los términos más afectuosos y corteses.

Preconizado en junio de 1886, fue consagrado en Madrid el 21 de septiembre.

El Oriolano. 11 de septiembre 1886: Ha salido de Mallorca con dirección a Madrid donde ha de ser consagrado del 15 al 20 del actual el señor Maura Gelabert, Obispo de esta diócesis. El señor Maura hará su entrada solemne en Orihuela a mediados de octubre próximo.

En el tren correo de hoy llega a Madrid el Obispo de esta diócesis señor Maura, a quien esperará en la estación el diputado por este distrito señor Capdepón.

La Crónica. 23 de septiembre 1886: Anteanoche se recibió aquí por telégrafo la noticia de haber sido consagrado el Obispo de esta Diócesis D. Juan Maura Gelabert, y ayer por la mañana se anunció al vecindario tan grata nueva con un repique general de campanas.

La Crónica. 30 de septiembre 1886: Como ya saben nuestros lectores, el martes 2 1 del actual se verificó en Madrid la consagración del limo. Sr. Obispo de Orihuela, D. Juan Maura y Gelabert.

La ceremonia se celebró en la iglesia de la Presentación con la solemnidad acostumbrada y con gran esplendidez y magnificencia ante una numerosa y escogida concurrencia, compuesta en su mayor parte de mallorquines y oriolanos.

Los puestos de distinción estaban ocupados por el Excmo. señor Ministro de Ultramar, padrino del señor Obispo; el Excmo. señor Subsecretario de Gracia y Justicia, Excmo. señor D. Antonio Maura, vicepresidente del Congreso, el señor Diputado a Cortes por Palma y los comisionados que de aquí fueron en representación del limo. Cabildo Catedral y del Excmo. Ayuntamiento.

Fue prelado consagrante el Nuncio de S.S. y asistentes los señores Obispos de Madrid y de Sigüenza.

Tomó posesión del obispado el 2 de octubre, en la persona del Deán de la catedral de Orihuela, Antonio Begué y Diego, haciendo su entrada en la diócesis el 17 de octubre.

El Diario de Orihuela. 18 de octubre 1886: Para hacer una pintura fiel y exacta del recibimiento dispensado ayer por Orihuela al Ilmo. Sr. D. Juan Maura y Gelabert, nuevo y dignísimo obispo de la diócesis, preciso fuera tomar tintas a la aurora, matices a las flores, luces al día y como claro oscuro del imposible cuadro, transformar en psíquicas condensaciones de apropiados colores los afectos del corazón y las emociones del alma.

Es más que las estruendosas aclamaciones de un pueblo y los vítores de la muchedumbre; algo más que el agitar del pañuelo de la linajuda dama y el sencillo saludo del rudo campesino que descubre la honrada cabeza, y algo más aún que las aparatosas fórmulas de las demostraciones del júbilo oficial y el bullicio de la populosa ciudad que se atavía y se engalana en sus grandes festivales.

En el apeadero. El público ansiaba ver a nuestro dignísimo Prelado y una hora antes que el tren especial llegara, ya una nube de gente bullía en los alrededores, en cuyo sitio por primera vez el Obispo de Orihuela iba a pisar el suelo de la Diócesis.

Una comisión de Callosa, compuesta por el Ayuntamiento y el Sr. Cura, otra de Redován también con el Ayuntamiento y Ecónomo, y dos individuos en nombre del ayuntamiento de Orihuela esperaban la llegada de S. I. A las 11 y 20 minutos llegó el tren especial que conducía a nuestro Ilmo.

Prelado y demás personas que le acompañaban; al apearse del coche, la muchedumbre prorrumpió en vítores y aclamaciones que se iban aumentando al paso qué el coche que lo conducía a la Mallorquina hallaba más nutridas y numerosas muchedumbres.

Orihuela, 17 de octubre de 1886. La calle de los Hostales engalanada para recibir al obispo Maura. Colección Antonio Luis Galiano Pérez.

En la Mallorquina. Galantemente invitados por el señor García Cubero, pudimos ver la belleza y gusto con que estaba adornada la deliciosa quinta que posee dicho señor, pues allí era el sitio designado donde debía ser recibido por el Ayuntamiento de Orihuela y demás corporaciones y comisiones, el dignó Prelado.

Además de los señores de la casa, tuvimos el gusto de ver a las señoras y señoritas de Javaloy, Germán, señora de Moreno (D. José) e hijas, Turón (D. Antonio) e hija, señora de D. Matías García y primas, señora y sobrina de D. Vicente López, señoritas de Lafuente, señora de D. Federico Torres, señoritas de Garriga, (D. José) y otras muchas que involuntariamente omitimos por no recordar.

A las once y media por el movimiento de la concurrencia y los acordes de la música se comprendía que la comitiva se acercaba, los vivas y las aclamaciones hasta el delirio, hasta el momento de aparecer el Sr. Obispo.

Después de dar a besar el anillo a las comisiones, subió a la tribuna en donde escuchó el discurso del Sr. Javaloy, síndico del ayuntamiento, el cual no lo podemos reproducir por no disponer de espacio suficiente; a dicho discurso contestó S. I. con elocuente y fácil palabra, pero altamente emocionado demostrando lo agradecido que estaba al pueblo orcelitano, del recibimiento que se le hacía, y que procuraría correspondemos con cariñosa gratitud.

Terminado dicho discurso, se dieron innumerables vivas al Obispo de Orihuela, y al señor Capdepón, y en aquel momento la comitiva se puso en marcha para la ermita de San Antón, donde debía comer y esperar el momento de la entrada el Prelado.

En el coche de S. I. tomaron también asiento el diputado á cortes por este distrito, señor Capdepón, el gobernador de Murcia y el señor Ballesteros, detrás seguían multitud de coches donde iban los concejales y comisiones, y un sin número de particulares; alrededor del coche en donde iba el señor Obispo le seguían unos cien jinetes aproximadamente; durante el trayecto a San Antón, hubo multitud de vivas y aclamaciones.

Orihuela, 17 de octubre de 1886. El Paseo y la calle del Colegio preparados preparado para recibir al obispo Maura.
Colección Antonio Luis Galiano Pérez.

En San Antón. Esperaban al señor Obispo una comisión del Cabildo Eclesiástico, la banda municipal, y un gentío inmenso; llegó la comitiva y una vez que se hubo apeado del coche el Prelado, entraron a la Ermita, y luego a la habitación del señor de San Antón saliendo al balcón a dar la bendición al pueblo, donde fue recibido con grandes muestras de júbilo y alegría; acto seguido el alcalde señor Ballesteros, presentó a los individuos del Ayuntamiento y demás comisiones, retirándose después estas, quedando solo las comisiones del Ayuntamiento y del Cabildo, invitadas a comer con el Sr. Obispo.

La entrada. Era imposible dar un paso por las calles de la carrera; cuanto dijéramos sobre la inmensa multitud que en revuelta confusión se extendía desde la Puerta del Colegio hasta la Catedral seria pálido; jamás Orihuela presenció festival tan grandioso, júbilo tan inmenso, entusiasmo tan indescriptible.

Terrados, ventanas, improvisados tablados árboles, verjas, todo estaba cubierto de gente; la guardia civil difícilmente abría paso echando los caballos sobre la muchedumbre.

De cuando en cuando, la multitud se inquietaba simulando en sus movimientos impetuosas oleadas a las que seguían gritos de angustia y la alegre algazara producida por los dichos picarescos de los chuscos.

A las tres y cuarenta y cinco, apareció la cabalgata concejil en busca del Prelado, regresando de San Antón a las cuatro y quince en el orden siguiente: guardia civil, guardia municipal vestida al uso de la época de Carlos IV, maceros del ayuntamiento, el Prelado en una bien enjaezada mula conducida del diestro por el pertiguero vestido con los usuales hábitos y el Alcalde y demás individuos de la corporación municipal.

Al presentarle la mula a S. I. en San Antón, manifestó que no era buen jinete pero que procuraría sostenerse.

Todas las casas desde la ermita y el camino hasta llegar al molino del Sr. Belda estaban llenas de gente; en la carretera los muchachos encaramados en los árboles y subidos sobre las almenas del fuerte, aclamaban a S. I. sin cesar agitando al aire las gorras y los sombreros.

Conforme iba caminándola comitiva seguíanle los que atrás quedaban, formando un mar de humanos seres de donde surgían sin interrupción entusiastas vivas.

El júbilo iba aumentando por momentos, siendo ya imposible a nuestra pluma trazar el cuadro que nos proponíamos, desde el momento de entrar en la calle del Colegio.

Orihuela, 17 de octubre de 1886. El obispo Maura haciendo su entrada por la calle del Colegio. Colección Antonio Luis Galiano Pérez.

Desde esta calle el rumor producido por las aclamaciones aumenta progresivamente; no hay ya un alma que no esté agitada de férvido entusiasmo, una lengua que permanezca en calma, una mano que asiendo el vario sombrero o el blanco pañuelo, no se agite al aire saludando al nuevo Pastor.

Al mediar la calle se abre una caprichosa y áurea granada y da libertad a innumerables pájaros y palomas. En el arco final seis niñas primorosamente engalanadas arrojan á S. I. flores y poesías. Ya en el paseo resuena un viva y millares de almas lo repiten llenas de júbilo.

Se apea el Sr. Obispo y los concejales, siendo recibidos primeramente por el Sr. Capdepón, Gobernador civil de Murcia, Presidente y Fiscal de la Audiencia de dicha ciudad y por el Sr. Esquer, Presidente de la de Cartagena.

En el paseo se eleva un magnífico altar; todas las corporaciones están allí representadas; comunidades de religiosos, superiores y alumnos del Colegio de Santo Domingo y Seminario, clero catedral y parroquial, espera a S. I. quién vivamente emocionado por las pruebas de amor del pueblo oriolano se declara vencido ante el gozo inefable que inunda su paternal corazón y deja escapar de sus ojos el mal reprimido llanto.

Bendito una y mil veces el que sabiendo llorar vierte ante la faz de un pueblo raudales de agradecidas lágrimas. Imposible nos es continuar la relación emprendida; la emoción ahoga también nuestro espíritu y de nuestros ojos pugnan por escaparlas lágrimas.

Aun haciendo grandes esfuerzos de voluntad para reprimir el júbilo que rebosa en el corazón, apenas si podremos agregar algunos ligeros detalles.

En el arco levantado por La Sociedad Cooperativa, doce niñas lujosamente vestidas, arrojaron poesías, flores, palomas y pájaros, entrando inmediatamente después la comitiva en la Catedral donde se cantó un solemne Tedeum terminando el acto en el Palacio episcopal donde se despidieron del Sr. Obispo de Orihuela, Ilmo. Sr. D. Juan Maura, las comisiones y corporaciones, saliendo después el Prelado al balcón, otorgando su bendición al pueblo que prorrumpió en nuevas aclamaciones.

Lo que anteriormente dejamos trazado, da una idea pálida y deficiente de la brillantísima recepción dispensada por Orihuela al nuevo Obispo.

El 10 de noviembre de ese mismo año dirigió a sus nuevos feligreses la primera Carta Pastoral. Pinchando en la siguiente imagen se accede a una de sus últimas pastorales, publicada en 1909.

Carta pastoral de D. Juan Maura y Gelabert Obispo de Orihuela al clero de su diócesis y alumnos de su seminario sobre el Modernismo. Orihuela, 15 de diciembre de 1909. Enlace a documento.

En la legislatura 1893-1894 fue elegido senador del reino por el Arzobispado de Valencia.

Falleció en Orihuela el 24 de enero de 1910.

El Eco de Orihuela. 27 de enero de 1910: El Entierro del Obispo de Orihuela: Grandiosa e imponente por todos conceptos ha sido la manifestación de duelo que el pueblo de Orihuela ha realizado hoy en sus calles y plazas, ante el cadáver de su ilustre prelado D. Juan Maura y Gelabert.

Desde las nueve de la mañana cerró sus establecimientos todo el comercio de la localidad, ofreciendo nuestra ciudad, a causa del inmenso gentío que transitaba por sus calles, el mismo aspecto de las grandes solemnidades de la Semana Santa.

27 de enero de 1910. Entierro del Obispo Juan Maura. Calle Alfonso XIII. Colección Javier Sánchez Portas.

De Murcia, Alicante y de todos los pueblos de la vega ha acudido hoy un concurse numerosísimo de personas de todas las clases de la sociedad, haciéndose en muchos sitios imposible el tránsito a consecuencia de la aglomeración.

A las diez y media en punto, comenzó al acto del entierro, teniendo lugar el imponente desfile para la conducción del cadáver al sitio de su enterramiento y sufragios por su alma.

Abrían la marcha los niños acogidos en la Casa de Beneficencia, siguiéndoles los ancianos de las Hermanitas de los pobres, llevando cirios encendidos. A continuación, iban los alumnos internos del colegio de Sto. Domingo con el profesorado y los de San José.

Después las comunidades religiosas de PP. Capuchinos y Franciscanos, cleros parroquiales con cruces alzadas. Seminario de San Miguel, señores Beneficiades, comisión del cabildo colegial de Alicante y cabildo Catedral.

El cadáver era llevado en hombros por varios sacerdotes, discípulos del finado; vestidos de dalmáticas violadas, los cuales se iban relevando durante la carrera, que ha sido la misma de la procesión del Corpus. Todos los balcones los ocupaban bellas señoritas y distinguidas damas.

Detrás del féretro iban los obispos de Murcia y Ávila y a continuación el arzobispo de Valencia que oficiaba de pontifical, asistiendo de todo el personal que exigen para estos casos las rúbricas de la Iglesia. Iban presidiendo el duelo, el ex- presidente del Consejo de ministros D. Antonio Maura, su señor hermano D. Francisco, el beneficiado, D. Rómulo Hevia Maura, el diputado a Cortes por este distrito señor Marqués de Rafal y el reverendo padre guardián de Capuchinos, confesor del finado.

A continuación, iba el Ayuntamiento bajo mazas, presidido por el alcalde D. José Ferrer Lafuente. Detrás de la corporación popular, seguía un acompañamiento numerosísimo, en el que iban todas las autoridades civiles, militares y judiciales, representaciones de todas las sociedades y centros de la población, colegio de abogados, procuradores y periodistas, el comercio en masa y todo cuanto de notable encierra y contiene esta ciudad…

27 de enero de 1910. Entierro del Obispo Juan Maura. Calle del Ángel. Archivo ABC.

La Actualidad. Barcelona. 1 de febrero de 1910: La muerte se muestra estos días implacablemente devoradora. Ha fallecido en Orihuela el prelado de aquella diócesis, Ilmo. D. Juan Maura Gelabert, primo hermano del ex presidente del Consejo de Ministros y varón de claro talento y esclarecidas virtudes.

La Actualidad. Barcelona. 1 de febrero de 1910.