Archivo de la categoría: Callejeando con Ajomalba

Callejeando 36. S. Agustín 2. Plaza Nueva.

Fragmento plano de 1748, obra de Fray Antonio Villanueva: 1. Plaza del Puente. 2. Calle de San Agustín. 3. Calle de la Mancebería. 4. Plaza Nueva. 5. Calle del Molino Grande. 6. Calle de San Pascual.  7. Puerta de Magastre. 8. Calle del Bao. 9. Calle de la Acequia. 10. Calle de María de Pau. 11. Plazuela de San Agustín. 12. Convento de San Agustín. 13. Huerto de San Agustín. 14. Rodeo. 15. Alameda. 16. Camino de Hurchillo. 17. Camino de Cartagena desde la Puerta del Burdel. 18. Alameda. 19. Huertos. 20. Puerta del Burdel.

Arrabal de San Agustín II. La Plaza Nueva.

Misa de Campaña en la Plaza de la Constitución a principios del siglo XX. Vista desde el ayuntamiento. A la izquierda la calle de San Pascual.

Lo más parecido a una plaza mayor que ha tenido Orihuela se merecía un capítulo monográfico; cuatrocientos años no han conseguido envejecer a la que siempre ha sido la plaza nueva.

Escenario para todo tipo de funciones, fue plaza del mercado, real de la feria y coso taurino; por nombrar usos añejos. En cada momento se improvisó un decorado que adaptaba su fisonomía y espacio al menester requerido.

Pero, para comenzar, me parece oportuno dar un repaso a la historia del edificio que la propició, en los albores del siglo XVII.

Plaza Nueva 1. El Pósito.

Restitución ideal del edificio del Pósito dibujado por Mario Gómez.

El diccionario de la Real Academia define pósito como una institución de carácter municipal, de muy antiguo origen, dedicada a hacer acopio de cereales, principalmente de trigo, y prestarlos en condiciones módicas a labradores y vecinos durante los meses de escasez.

También se refiere al lugar destinado a guardar el grano de dicho pósito; el edificio donde el municipio almacenaba sus reservas de trigo.

A pesar de ser una de las zonas con más riesgo de inundación, a principios del siglo XVII la falta de espacio en el casco obligó a sacar esta dependencia municipal al arrabal de San Agustín.

La controvertida decisión de trasladar el granero del trigo desde la plaza de Santa Justa al Arrabal Mayor y el derribo de varias casas para ganar espacio y ventilación, tuvo como consecuencia la creación de la Plaza Nueva.

Fragmento plano de 1748, obra de Fray Antonio Villanueva.

El proceso se desarrolló durante el primer tercio del siglo XVII y está magistralmente explicado por José Ojeda Nieto en su obra «Orihuela Imaginada», a la que corresponden los siguientes párrafos.

En 1607, impulsado quizá por la desastrosa situación alimenticia vivida por la ciudad en el interludio del cambio de siglo, el Consell terminó de edificar un pósito en el arrabal Mayor, para almacenar el trigo con el que hacer frente a los años críticos…

Se eligió como lugar «lo Rabal prop lo pes de la farina», antigua casa que la ciudad había comprado en 1567 para «fer lo pes», a la bajada del puente, entre las calles San Agustín y María de Pau.

Colindante con ella, se adquirieron unas casas que fueron acondicionadas para «posar lo forme[n]t del dit posit e cambra»…

El edificio, de construcción sencilla, limitaría al sur con la casa del «pesso o contraste», al norte, con la plazuela del Puente, al levante, con la calle María de Pau, a la que se le irán derribando casas para hacer la futura Plaza Nueva…

Terminado de edificar en 1607 el edificio del Pósito fue renovado siglo y medio después.

Obras del pósito. Octubre de 1755. Archivo Municipal de Orihuela.

En el Archivo Municipal se conservan los Capítulos y Condiciones por las que Joseph Vicente Alcayde, Alcalde Mayor y Teniente de Corregidor de Orihuela dio en arrendamiento la construcción de la obra del nuevo pósito que había de fabricarse reedificándolo en el mismo sitio, a 18 de octubre de 1755.

Lo hacía en virtud de superior orden del Ilmo. Sr. Marqués del Campo de Villar, consejero de Su Majestad, en quien residía la jurisdicción y conocimiento de la conservación y aumento de los Pósitos de España, sus reparaciones y obras.

Cada detalle de su construcción quedó reflejado en los catorce folios que componen el documento acompañado de planos a color.

Especificando hasta las «redes de hilo de yerro» en las ventanas para evitar que los pájaros se comieran el trigo.

Plano del pósito en octubre de 1755. Archivo Municipal de Orihuela. Explicación de esta planta: Núm. 1. Porches en la puerta del Pósito para vender granos al común. Núm. 2. Puerta del Pósito. Núm. 3. La escalera para subir al segundo piso. Núm. 4. Las vigas. Núm. 5. Las ventanas. Núm. 6. El callejón que se halla a la parte del Poniente para la ventilación de aires. Núm. 7. La Tramontana. Núm. 8. El Levante. Núm. 9. El conducto para arrojar las aguas del callejón, que saldrán por bajo la escalera. Núm. 10. Pilares.

La persona en quien quedase celebrado el remate tenía que derribar todas la bóvedas y arcos del antiguo pósito hasta el piso de las ventanas que estaban desplomadas, quedando las ruinas de la antigua fábrica a beneficio del arrendador.

También debía hacerse cargo de poner piedra, madera, yeso y todos los demás materiales de buena calidad; y la arena para la mezcla del mortero con cal, de rambla corrida, para evitar la tierra.

MONTESINOS PÉREZ DE ORUMBELLA, Joseph; Compendio Histórico Oriolano. Tomo 1. Manuscrito. Caja Rural Central. Orihuela. Autorretrato y primera página.

Así describió el Pósito Joseph Montesinos en el primer libro de su Compendio Histórico a finales del XVIII, cuatro décadas después de ser reedificado.

Real Pósito de Granos: El Real Pósito de granos q. tiene esta orcelitana Ciudad es en lo material y formal, uno de los mas principales y hermosos q. tiene este Reyno de Valencia.

Su fachada es la mayor parte de piedra blanca (la q. siguiendo el orden por el medio-dia) de la Plaza Nueva, le sirve a esta de primor y hermosura.

La hacen muy vistosa sobre su Puerta unica principal los grandes, y primorosos escudos de luciente piedra negra javalina, en los q. con la mejor sutileza del Arte, estan de perfecta escultura las Armas de España, y las de esta Ciud. de Orihª.

Conjunto heráldico realizado en piedra jabalina en 1607. Procede de la fachada Norte del antiguo Pósito situado en la Plaza Nueva. Posteriormente ayuntamiento. Y cuando este fue derribado se trasladó al Palacio de Arneva. En el centro el escudo de Aragón, Nápoles y Sicilia; flanqueado por dos orioles. Fotografía Francisco Luis Galiano Moreno.

Al lado derecho se ve la Justicia en forma de una generosa doncella de hermosa pintura con una espada desnuda y un rotulo latín q. dice: IVSTITIA. Al izquierdo esta en la misma forma la Razon, con una Balanza o peso, y la presente inscripcion Latina: RATIO.

Baxo de todo lo expuesto, y sobre la puerta se halla una piedra negra cuadrada, que en su centro con bellas letras de oro se lee la presente Inscripcion Castellana, q. fielmte. copiada dice asi: Real Obra del Posito de Granos De esta Ciudad de Orihuela, q. se debe Al piadoso zelo del Ilustre Señor Marques del Campo del Villar Superintendente General de los Positos de España; A Direccion e Instancia del Doctor Dn. Josef Vicente Alcayde, su Alcalde Mayor. Año De M. DCC. LVII…  

No voy a extendermer más con el tema. Pinchando sobre la siguiente imágen podéis descargar un completo artículo publicado por mi buena amiga Sara Gómez Duréndez con el título «Arquitectura civil en Orihuela en el siglo XVIII: El pósito y el contraste». A él pertenecen los dos dibujos de Mario Gómez.

Enlace al artículo de Sara Gómez. Pósito y Contraste de Orihuela en su entorno. Orihuela. 1755. Dibujo de Mario Gómez.

Plaza Nueva 2. La Casa Consistorial.

El ayuntamiento un 17 de julio de principios del siglo XX. Celebrando las fiestas de la Reconquista. Colección Javier Sánchez Portas.

A mediados del siglo XIX el añejo edificio de la Plaza Nueva cambió su función para albergar, nada menos, que la Casa Consistorial.

El 15 de octubre de 1834 una tremenda riada se llevó el Puente de Poniente. Tres días después la primitiva Casa Consistorial, desprovista de apoyo, corrió su misma suerte.

Esto ya lo conté en una entrega anterior a la que podéis acceder pinchando sobre la siguiente imagen.

La antigua Sala del Consell o Casa Consistorial en el Puente de Poniente. Dibujo de Pepe Sarabia. Enlace a artículo.

Todo lo que quedó en pie hubo de ser demolido y se confeccionó un «Expediente sobre reparación o reedificación de la Casa antigua Consistorial de esta ciudad».

Pero la obra fue desechada por falta de capital para sufragarla y tuvieron que improvisar.

Casa Consistorial de Orihuela. Colección Javier Sánchez Portas.

Las circunstancias del traslado del ayuntamiento a la Plaza Nueva quedaron detalladas en las Memorias de Orihuela del Canónigo Juan Alfonso de Alburquerque (1829-1854), de las que he extraído algunos párrafos.

… Se arruinó la antigua casa consistorial de esta Ciudad el día 18 de octubre de 1834. Desde entonces tuvo alquilada alguna casa particular el Ayuntamiento para su sesión. Oficinas y demás.

Pero después de varias proyectó para construir una propia al efecto. Determinó hacerla tomando la mayor parte del espacioso Pósito de granos, situado en un ángulo de la Plaza Nueva.

Se ejecutó el plan bajo la dirección de D. Alberto Herreros, arquitecto establecido en esta Ciudad, aunque no con toda la extensión que él lo delineó, por falta de caudales.

La riada antes citada afectó también al Palacio Episcopal. Con el obispo expatriado derribaron un tercio del edificio, la parte que daba al río.

Y sus maderas, ventanas, balcones, pavimento y cantería se utilizaron en la reforma y adaptación del pósito. También se reutilizaron las gradas de los presbiterios de la Trinidad y del Carmen. Y la puerta del antiguo ayuntamiento.

El Ayuntamiento a principios del siglo XX. Colección Javier Sánchez Portas.

Resultó un edificio de unos 300 metros cuadrados que, aprovechando el cumpleaños de la reina Isabel, se inauguró con pomposa ceremonia.

Concluida la nueva Casa Consistorial, determinó el Ayuntamiento hacer a ella su traslación solemne el día 10 del mes de octubre de este año 1843, en celebridad de ser el cumpleaños de nuestra Augusta Reina Dª Isabel II…

El Ayuntamiento en los años treinta del siglo XX.

En 1967 el añejo edificio fue declarado en ruina y las dependencias municipales se trasladaron al palacio del Marqués de Arneva.

Tras una cesión de ida y vuelta al Estado, el edificio fue permutado por el palacio de Ruvalcaba, entonces propiedad de la Caja de Ahorros Provincial de Alicante.

En un principio había quedado en manos del Ministerio de Cultura para ser rehabilitado. Pero al no ejecutarse el proyecto, el inmueble volvió a manos del Ayuntamiento oriolano en el verano de 1976.

Permaneció un tiempo cerrado y abandonado; con valiosos documentos en su interior que fueron milagrosamente recuperados y hoy forman parte del Archivo Municipal.

En 1981 fue desmontado y demolido.

Casa Consistorial en los años cuarenta. Archivo Celia Senén. Y a principios de los ochenta, preparando el criminal derribo del edificio. Archivo Carmelo Illescas.

Desde 1901 el edificio contaba con un reloj municipal adquirido por 2.300 pesetas, aparato que despojó de dicho título al reloj de Santa Justa.

El Oriol 8 de septiembre 1900: En la última y extraordinaria sesión celebrada por nuestro Ayuntamiento, el sábado 1° de los corrientes, se acordó la adquisición de un reloj de torre, para colocarlo en la Casa Consistorial.

Reloj Municipal a principios del siglo XX. Detalle de una fotografía de la Colección Javier Sánchez Portas.

El oriol. 15 de marzo 1901: El pasado martes se comenzaron en la casa ayuntamiento los trabajos para la colocación del reloj. Ahora resulta que el tan esperado cronómetro municipal no es de veinticuatro horas como exige la hora oficial y el progreso de los tiempos, sino de doce horas, como los antiguos relojes del siglo XIX.

Dicho reloj funcionó hasta el año 1978 y se recuperó en 1999 para ser de nuevo abandonado.

Plaza de la Centuria Romana. Fotografías de Francisco Luis Galiano y Gaspar Poveda.

Lo que queda de él, restaurado en 2014, permanece en la plaza de la Centuria Romana.

Plaza Nueva 3. Siglos XVII-XVIII.

Plaza de la Constitución y Casas Consistoriales a principios del siglo XX. Colección Jesús R. Tejuelo.

Como ya he citado en el punto anterior, la construcción del Pósito a principios del siglo XVII y el posterior derribo de las casas situadas frente a él impulsaron la creación de la Plaza Nueva.

Fragmento plano de 1748, obra de Fray Antonio Villanueva.

Para conseguir el terreno y la ventilación necesaria fueron demoliendo casas y acortando la calle María de Pau (actualmente San Isidro) que, desde la Plazuela de San Agustín, atravesaba el arrabal hasta la calle del Molino.

Este proceso de derribos terminó en 1630. Antes de finalizar la centuria, la Plaza Nueva había desplazado a la Mayor y a la del Puente.

En el nuevo espacio se celebraban los alardes, las fiestas, las corridas de toros, etc.

Plaza de la Constitución a principios del siglo XX. Colección Javier Sánchez Portas.

Montesinos le dedicó algunos párrafos en el primer libro del «Compendio histórico geográfico de la fundación de la ciudad de Orihuela».

Plazas Principales de Orihuela. 1. La Plaza nueva, situada en el Arrabal de Sn. Agustín; es grande, hermosa, magnífica y aseada, con primorosas casas, muchos Balcones de hierro y miradores; en ella se hacen los Toros de muerte, Reales y corridos; la Feria; y el Mercado en los Meses de Mayo, Junio, Julio, Agosto, Septiembre y Octubre.

En ella se practica la Real Jura y Proclamación de Nros. Soberanos Augustos Monarcas de España; se hacen los Sorteos de Quintas; las funebres Catastrofes de Tablada y Patibulo para los q. mueren ahorcados, degollados o con garrote; y finalmte. qualquiera otro acto propio de la Policia.

En ella se hace el diario comercio de Maderas, Cal, Yeso, Carbon y Carrizos, de q. se abastece la Ciudad.

Plaza Nueva 4. Siglo XIX.

El antiguo edificio del Pósito adaptado como Casa Consistorial. Principios del siglo XX.

Durante el siglo XIX acogió todo tipo de actos públicos. Estos párrafos forman parte de un arrendamiento de corridas de toros en el primer tercio de dicha centuria, cuando la llamaban Plaza Real y seguía conservando el edificio del Pósito y el Contraste.

La plaza se construirá en la denominada Real por sitio más acomodado y equitativo, siendo obligación del arrendador quitar los asientos que hay en ella depositándolos donde se le designe, y terraplenar el sitio con toda perfección, cerrar con madera las puertas o boquetes de las calles para abocar a la misma….

Sobre la puerta del contraste formará un tablado muy capaz vestido y adornado por el arrendador para la colocación del Ilustre Ayuntamiento y sus dependientes, y desde este hasta la esquina del Pósito construirá palcos más pequeños.

Asiento habitual de la feria de agosto, en 1886 el Consistorio decidió experimentar trasladándola a la flamante glorieta y adelantándola al mes de julio.

El nuevo emplazamiento, de nuevo en agosto, se mantuvo durante los años 1887 y 1888.

En 1889, por deseo de los feriantes, el «real de la feria» volvió a la Plaza Nueva y así se mantuvo cuatro décadas más a pesar de la prensa local que, periódicamente, insistía en su traslado.

El Thader. 24 de julio 1895: Se nos asegura que la próxima feria se instalará en la Plaza de la Constitución, siguiendo la costumbre de nuestros antepasados. ¿Por qué no se hace el emplazamiento de las casetas en el trozo de carretera de la estación que linda con la glorieta? Aquello resultaría más elegante, más fresco, más poético y menos anticuado…

Durante el siglo XIX fue asiento también de circos, castillos de fuegos artificiales, teatros y todo tipo de espectáculos ambulantes.

El martes. 21 de mayo 1885: Los espectáculos a voluntad del público que vienen sucediéndose en la Plaza Nueva, donde una compañía de gimnastas nos recuerda los antiguos tiempos en que la dicha plaza era el lugar de las corridas de toros y de los muertos torneos…

El día. 23 de junio 1887: Se ha establecido en la Plaza Nueva un Tío Vivo con coches y caballitos que es el punto de reunión y solaz de los muchachos desde la puesta de sol hasta las 10 o las 11 de la noche.

El día. 25 de diciembre 1887: Hoy se inaugurará el magnífico museo de figuras de cera establecido en la Plaza Nueva. Según informes de personas que han visitado dicho museo durante su instalación, la colección de figuras es escogida y numerosa, contando con variados grupos que representan las escenas más notables de nuestras guerras contemporáneas, copias de algunos cuadros notables y un gabinete reservado para caballeros.

Las dos últimas décadas del XIX la plaza tuvo un ilustre inquilino. En un pedestal rodeado por una verja se homenajeó al filántropo José María Muñoz.

El Diario de Orihuela. Del 2 al 28 de julio 1886: Vista la instancia dirigida a este ministerio con fecha 26 de Mayo, por una comisión creada al efecto se ha puesto a disposición de la municipalidad de Orihuela una estatua de bronce para perpetuar la memoria del Excmo. Sr. D. José María Muñoz, que tanto contribuyó con su donativo a aliviar la situación de los perjudicados en la inundación del 15 de octubre de 1879.

Recibida en la Alcaldía la Real Orden autorizando al Ayuntamiento para colocar en la Plaza de la Constitución la estatua del Excmo. Sr. Muñoz. La comisión, ha acordado sacar a pública subasta el 29 de los ctes. de 10 a 10 y media de la mañana, las obras de cantería que han de formar el pedestal sobre que descanse la estatua de dicho señor, con arreglo al pliego de condiciones expuesto en la Alcaldía. Será por pliegos cerrados bajo el tipo de 1.150 ptas.

La Junta que tiene a su cargo la ejecución de las obras para la colocación en la Plaza Nueva de la estatua del Excmo. Sr. D. José María Muñoz, publicará en unos días el pliego de condiciones para dichas obras (…) Tan pronto como empiecen las obras de colocación de la estatua de Muñoz, se trasladará la farola que hoy existe en la plaza de la Constitución a la Plaza de Monserrate…

No voy a extenderme más con este asunto que ya traté en su biografía. Para más información, pinchad sobre la siguiente imagen.

José María Muñoz. 1879. «La Ilustración española y americana». Enlace a su biografía.

La inauguración de la estatua de Muñoz obligó a adecentar un poco la Plaza: acarreo de escombros, grava prensada, bancos de Piedra, nuevos jardincillos…

Tambien se trató, con escaso éxito, de reubicar los carros de transporte público.

El diario de Orihuela. 7 de marzo 1887: Por la Alcaldía se ha dispuesto que los carritos de trasporte que antes se estacionaban en la plaza de la Constitución lo hagan en lo sucesivo en la plaza del Carmen.

Plaza de la Constitución. Postal coloreada. © Colección Jesús R. Tejuelo.

El día. 22 enero 1888: Siempre ha sido costumbre que los carruajes de menor cuantía dedicados exclusivamente para verificar transportes se situaran en la Plaza Nueva, punto céntrico de la población con anchura suficiente para no molestar el tránsito de los demás carruajes.

En las postrimerías del siglo XIX arreciaron las quejas por el mal estado de la plaza y por los costosos e inútiles parches que el ayuntamiento improvisaba.

Periódicamente se convertía en «lodazal indecente», «barrizal inmundo» o «laguna solo apta para barcas».

El independiente. 29 de marzo 1892: Las calles de nuestra ciudad, han vuelto a ponerse intransitables con la lluvia de ayer. La plaza de la Constitución a la que se han echado hace pocos días unos cuantos capazos de graba en los baches, única operación a la que hoy se reduce el arreglo de nuestras calles, está en estado deplorable.

«El pueblo». 28 de noviembre 1892. Aspecto de la plaza Nueva después de haber llovido.

El pueblo. 28 de noviembre 1892: INSTANTANEAS. Nuestras calles. Aspecto de la plaza Nueva después de haber llovido. Esto quiere decir que urge derribar casas para tener ruina que echar en dicha plaza y así poder levantar el piso de la misma hasta que no se le vea a D. José Mª Muñoz sino sus figurados…. pel…. cabellos.

La Margarita. 20 julio 1893: ¿Por qué en esta pobre ciudad, cuando se emprende cualquier reforma no se ven sus ventajas y perjuicios a fin de no deshacer hoy lo que ayer se hizo? ¿Por qué no miran nuestras autoridades que el dinero municipal no debe de gastarse inútilmente?

Nos referimos a la Plaza Nueva, en la que hace poco tiempo se elevó el piso de parte de ella, para ahora (según parece) quitarlo, para dejarlo en el mismo estado que estaba antes. Y el dinero que costó para hacer el lomo y el gastado para después quitarlo, se ha tirado en balde. No tejerían y destejerían tanto nuestros alcaldes si de su bolsillo salieran los tejidos.

El Thader. 1 de octubre 1895: ¡Orihuela puerto de mar! pensé mirando momentos después del diluvio el comienzo de la Plaza Nueva y fin de la calle de San Pascual. Se podía instalar un balneario si no para ahora, para el año próximo. Los aficionados a la natación estarían de enhorabuena; para nadar se necesita agua; y allí, no se hace pie.

Plaza de la Constitución. Semana Santa 1902. Colección Javier Sánchez Portas.

Plaza Nueva 5. Pimer cuarto del siglo XX.

Plaza de la Constitución a principios del siglo XX. Colección Javier Sánchez Portas.

En el otoño de 1900 el Ayuntamiento cambió al señor Muñoz por una fuente pública que fue bendecida, en enero del año siguiente, por un canónigo en representación del obispo.

El ilustre filántropo fue trasladado a la Plaza de Monserrate.

José María Muñoz en la Plaza de Monserrate.

Además de circos, tómbolas, verbenas, misas de campaña, museos de cera, casas de fieras, castillos pirotécnicos y globos aerostáticos, como novedad, en los primeros años del siglo XX se instalaron pabellones temporales para la exhibición del cinematógrafo con gran éxito de público.

La voz de la comarca. 29 de octubre 1902: El cinematógrafo instalado en la plaza de la Constitución se ve todas las noches concurridísimo contando a llenos por secciones. Este lleva cuadros verdaderamente notables y que causan la admiración del público, pudiendo citar entre ellos Erupción de Monte-pelado, Llegada de un tren a París, El templo de la magia, La cenicienta, Barba azul y otros que irán estrenándose.

Unión republicana. 12 de noviembre 1903: El cinematógrafo instalado en la Plaza Nueva es como pocos se han visto en Orihuela. La variación de cuadros, así como la falta de oscilaciones que en nada molestan la vista, hacen pasar un rato delicioso. Anoche y anteanoche se vio en extremo concurrido.

La Comarca. 14 de noviembre 1903: Cada noche es más numeroso el público que asiste a las ficciones del Cinematógrafo que los hermanos Carreño, de Cartagena, han instalado en la Plaza de la Constitución. La concurrencia sale todas las noches del salón satisfecha de este bonito espectáculo de gran entretenimiento y buen gusto. Los hermanos Carreño están presentando hermosas películas de última novedad y de gran sensación.

Tengo constancia de diversos barracones como el de la fotografía siguiente, instalados concretamente entre los años 1902 y 1906.

Cinematógrafo instalado en la Plaza de la Constitución.

Posteriormente organizaron, sobre todo durante la feria, sesiones veraniegas de cinematógrafo al aire libre.

Pero la plaza se seguía inundándose cada dos por tres arrasando cualquier intento de mejorarla.

La comarca. 22 de enero 1903: Con motivo de las actuales lluvias se han quedado las calles de nuestra población en un estado imposible de transitar por ellas. Suponemos que nuestro ayuntamiento no celebrará ya sesiones hasta el verano.

Y decimos esto porque, a la casa del pueblo, se hace imposible el acceso, como no sea con barcas; tal es el estado de la plaza de la Constitución. Y si naufragase una lancha y sucediera una desgracia a alguno de nuestros ediles ¡qué pérdida para la patria! …

El conquistador. 23 de diciembre 1916: Después de la inundación del 30 del pasado noviembre en las calles se ha apartado el fango; sin duda para que se solidifique y se pulverice. A esto tan antihigiénico hay que añadir también algo antiestético: y ese algo es la Plaza de la Constitución.

En esa Plaza — y nada nuevo decimos porque todos lo sabemos — al bajar el agua, se apartó el fango hacia el frente comprendido entre las Calles de Santa Cecilia y San Isidro, al paso que se rellenó de grava el frente del Ayuntamiento y una faja hasta la desembocadura de la Calle de S. Pascual, resultando de ello intransitables los demás tramos de la Plaza, que gozan gracias al Sr. Alcalde, de un palmo de fango…

Fracasado el intento de llevarla de nuevo a la Glorieta y los andenes en 1907, durante las dos primeras décadas del siglo XX las casetas y atracciones de la feria de agosto se siguieron instalando en la Plaza Nueva.

La Huerta. 31 de julio 1907: La feria se instalará, como otros años en la plaza Nueva. Así lo han solicitado los feriantes, de nuestra Excelentísima Corporación municipal. Esta ha concedido enseguida lo que pedían aquellos sin detenerse en nimiedades ni aferrarse en una opinión.

Ha hecho bien. Cuando esos mismos comerciantes que muchos años han venido concurriendo con sus géneros a nuestra feria piden que las casetas se pongan en la plaza Nueva, tienen sus razones. El paseo de la Glorieta y el paseo de la estación son sitios muy húmedos y se distancian algún tanto del Centro de la ciudad.

Precisamente en ese año 1907 abrió sus puertas toda una institución oriolana: el Café Colón.

La Huerta, Número 98 – 1907 agosto 2: CAFÉ COLÓN Nuestro estimado amigo el popular Juan Rogel abrió anoche un nuevo y espacioso centro de recreo en la plaza de la Constitución número 15, con el título de Café Colón. El salón-café que, como hemos dicho, es muy amplio y excelentemente ventilado luce una decoración a  la «dernier» en la que no se han escatimado ni los sacrificios ni los gastos.

Para más información pinchad sobre la imagen.

Juan Rogel Botá en el Café Colón. Colección José María Piñeiro. Enlace a Biografía.

La vega. 20 de agosto 1916: Cosas de la feria. En la Plaza Nueva, unos focos de luz potente arrojan su claridad sobre la adornada plaza de la Constitución en donde una chillería ensordecedora de pitos, bocinas, organillos y reclamos de los vendedores, que anuncian sus mercancías como únicas por lo buenas, bonitas y baratas, atruenan nuestros oídos…

Plaza de la Constitución. Semana Santa 1902. Colección Javier Sánchez Portas.

Plaza Nueva 6. El jardín elevado.

El aspecto actual de la Plaza Nueva con su elevado jardín modernista es fruto de las obras emprendidas por el prolífico alcalde Francisco Díe Losada; el famoso «Paco Díe».

Francisco Díe Losada. Enlace a su biografía.

Durante la Dictadura de Primo de Rivera la Plaza Nueva sufrió dos remodelaciones. La primera, en 1925, no sé si tuvo que ver con las inundaciones sufridas en 1924.

Así quedó registrada en el semanario «El Pueblo», revisado por la censura militar.

El pueblo. 23 de febrero 1925: Tenemos entendido que en la Plaza Nueva se colocará en breve una fuente fantástica que hermoseará notablemente dicha gran vía. Dicen que se construye de piedra blanca de las canteras de Hurchillo, material de gran duración y de gran efecto. Nuestra cordial felicitación a los dichosos vecinos de la referida plaza.

El pueblo. 2 de marzo 1925: ¿Qué es eso que están haciendo en la Plaza Nueva; Pepe? —Pues una fuente fantástica.  ¿Y para qué sirve eso? —Eso sirve de adorne, que en Orihuela no hay ninguna y en todas partes las hay, muy artísticas y muy bonitas…

Plaza de la Constitución en 1925/26. Recién remodelada con la nueva fuente. Colección Javier Sánchez Portas.

En la Sesión del Pleno del Ayuntamiento celebrada el 11 de mayo de 1926, dentro del plan de mejoras generales, se aprobó una partida de 5.072 pesetas para la instalación de un jardín con obras de fábrica y adorno en la Plaza de la Constitución.

La segunda y definitiva remodelación, a prueba de inundaciones, comenzó a finales de 1927.

Las obras de embellecimiento de la Plaza Nueva, a cargo de la Comisión de Paseos y Arbolados Jardines, continuaron a buen paso durante el primer trimestre de 1928.

Tras una pausa por las fiestas de Semana Santa, la prensa nos ofreció una pequeña descripción del proyecto.

Actualidad 12 de abril 1928: Pasadas las fiestas de estos días han vuelto a trabajarse, con mayor ahínco si cabe, en la plausible reforma que se está llevando a cabo en la Plaza de la Constitución.

No solamente por embellecimiento de la Ciudad sino para prevenir punto tan céntrico contra las inundaciones inevitables; es esta una mejora aplaudida sin reservas.

Levantado en más de un metro el suelo, circundan la fuente jardines de moderna traza que se verán hermoseados con la terminación de los artísticos vanos ya emplazados, de factura igual a los existentes en el Parque de María Luisa y Viveros de Sevilla y Valencia.

Parece que no tenían un proyecto cerrado y le fueron añadiendo elementos durante los dos años que duraron las obras.

Por ejempo, cambiaron los bancos de piedra por otros de azulejo; y la fuente de las ranas, que habían instalado hacía tres años, fue trasladada a la Glorieta.

Actualidad. 12 de abril 1928: Que en la plaza de la constitución no pueden dormir los vecinos… …Que esto es debido al cantar de las ranas… …Que este canto es mucho más intenso durante la noche… porque como sale la luna… : …Que debían desaparecer las ranas… …Que el mejor remedio sería que desapareciese también la fuente por dos razones: porque muerto el perro se acabó la rana… y porque es de muy mal gusto… …Que dentro del carácter humorista de esta sección este «se dice» va en serio…

En su lugar colocaron la espectacular farola central que al día de hoy se mantiene.

El pueblo. 23 de abril 1928: Nos han dicho que la fuente de la plaza de la Constitución se va a trasladar al jardín de la Glorieta y que en lugar de aquella se colocarán unos faroles artísticos, a cuya base se adosará un banco circular, amplio y artístico.

Todo el conjunto estaba inspirado en el modernismo catalán, corriente artística que expandió su influencia a principios del siglo XX.

La flamante Plaza Nueva al iniciarse la Segunda República. Colección Esteban Sanmartín.

Desde su muerte, acaecida en 1919, se habló de un monumento en honor a Agrasot en la Plaza Nueva.

Actualidad. 3 de mayo de 1928: Con lentitud que denota meticulosidad administrativa, vemos ir adelantando las obras del jardín de la plaza de la Constitución.

Estas obras atraviesan hoy por el envidiable período de su existencia, en que, siendo ya una realidad bellamente innegable, son susceptibles todavía de reformas en su planta y de modificaciones en su futura perspectiva, es decir, que estando ya en ejecución las bases de su proyecto admite en la determinación de sus detalles cuantas iniciativas sean dignas de llevarse a cabo.

Se nos ocurre lanzar una idea, ha tiempo concebida que, si es acogida con la solicitud que su naturaleza merece, coadyuvará eficazmente a hermosear el resto de la obra y dará un rotundo mentís a la creencia, bastante extendida por desgracia, de que Orihuela carece de sensibilidad artística y aun patriótica……

Nuestro excelso Agrasot, que con su pincel mágico supo elevar a gran altura el arte español en general, supo también aumentar la sonoridad que artísticamente pudiera tener el nombre de Orihuela…

… Esos jardines, hoy en la primera etapa de su génesis, son a nuestro juicio el lugar más adecuado para servir de escenario a ese acto de desagravio a la memoria del gran maestro y de reivindicación de nuestra sensibilidad colectiva…

Pero Joaquín Agrasot tuvo que esperar casi un siglo. En marzo de 2019 quedó inaugurado un busto dedicado al ilustre pintor oriolano en la Plaza Nueva de Orihuela.

Agrasot en la Plaza Nueva de Orihuela. Fotografía JM Dayas. Enlace al último capítulo de su biografía.

El pueblo. 23 de julio 1928: Se encuentran bastante adelantadas las obras del jardín de la Plaza de la Constitución, siendo de la admiración de todos los elegantes bancos de azulejos y otros detalles que han de adornar dicho jardín mereciendo por ello nuestra primera autoridad a una vez más, nuestro sincero aplauso.

En 1929 la plaza estaba completamente urbanizada y ajardinada.

En junio, el semanario «Actualidad» publicó un poema del jovencísimo panadero de la calle Arriba, Carlos Fenoll Felices. Se titulaba «Canto al nuevo jardín oriolano».

Jardín bello y fragante, lleno de luz y poesía, tu aroma penetrante ilumina, a cada instante, las musas del alma mía. Sentado tranquilamente en un banco de azulejos, oigo cantar en tu fuente al agua, que dulcemente eleva al cielo sus dejos. De mil colores vestido como el árabe galante; y de amores mil, surtido estas tú, gracioso nido de la dama y el amante….

Como perlas y diamantes tus flores brillan graciosas; y en la tarde agonizante siéntense a muy distante sus fragancias olorosas. La tarde, lenta agoniza… Crepúsculo, calma, flores… el perfume de la brisa atrae a bella y castiza gente: Juventud, amores… ¡Bello jardín oriolano lleno de luz y poesía, tu estilo tan sevillano hácete más soberano ¡en la santa tierra mía! C. FENOLL. Orihuela, 3-IV-29.

La Plaza Nueva durante la Segunda República.

En mayo de 1929 el mercado de los martes volvió a la Plaza Nueva y calles adyacentes.

Renacer. 28 de noviembre 1929: Aunque a «paso de tortuga» cierto es que el jardincito de la Plaza de la Constitución está casi terminado hasta en sus detalles. Admirando sus bellezas días pasados recordamos la mansión de los muertos, porque en verdad hay allí unos barómetros o termómetros con sus columnas y pilares que asustarían de noche al Tenorio de Zorrilla. Pero cada artista «tié» sus gustos y cada ciudadano los propios.

Bancos de la Plaza Nueva en 1929. Colección JM Dayas. Y farola en el siglo XXI. Victor Sarabia.

Como nota curiosa los elementos situados frente a la farola fueron calificados por la prensa como «observatorio meteorológico».

Actualidad. 19 de diciembre 1929: Máxima y Mínima. Indudablemente ha sido un gran acierto la instalación, en el jardín de la plaza de la Constitución, de la formidable batería de aparatos registradores del tiempo y sus incidencias con que se ha dotado a la más céntrica y más engalanada de nuestras plazas.

La temperatura, la presión barométrica, etc. quedan de este modo patentizadas y expuestas a la pública curiosidad… Nos parece de perlas nuestro flamante, rudimentario y público «observatorio meteorológico»…

La Plaza Nueva en el siglo XXI. Manuel Francisco Rodríguez.

La Plaza Nueva 7. Rotulación.

Padrón de Sal y Muro 1629. Archivo Municipal de Orihuela.

En el asunto de la rotulación Ernesto Gisbert en su «Historia de Orihuela» sólo aporta tres nombres.

La plaza de la Constitución, en un corto tiempo de la República Federal y ordinariamente llamada Nueva.

Pero tuvo algunos más: durante el siglo XVII esta plaza fue citada como Plaça del Raval, Nova del Mercat o del Pósito, quedando asentado el topónimo Placa Nova.

Padrones de Sal y Muro y de Vecinos. 1636-1660. Archivo Municipal de Orihuela.
Padrones de Sal y Muro y de Vecinos. 1636-1660. Archivo Municipal de Orihuela.

En los repartos del siglo XVIII, ya en castellano, figura siempre como Plaza/Plasa Nueva/Nueba.

Repartos del Real Equivalente de 1714 y 1719. Archivo Municipal de Orihuela.

A partir del siglo XIX sus nombres quedaron supeditados a los cambios políticos y los ha compartido con otras muchas plazas mayores de España.

Plaza Real en los repartos de 1824 y 1829; Plaza de Isabel II Constitucional en el de 1837; Plaza de la Constitución entre 1842 y 1873 y Plaza de la República Federal en 1873.

De nuevo Plaza de la Constitución en referencia a la promulgada el 30 de junio de 1876, al iniciarse el reinado de Alfonso XII y la «restauración borbónica». Este nombre se mantuvo desde 1876 hasta 1931.

Plaza de la Constitución a principios del siglo XX. Colección Javier Sánchez Portas.

Plaza de la República de 1931 a 1939.

La Plaza de la República. Colección Javier Sánchez Portas.
La Plaza de la República en 1931.

Plaza de España en 1939. Y Plaza del Generalísimo Franco desde 1940 hasta la llegada de la Democracia en que quedó fijado el de Plaza Nueva.

Plaza del Generalísimo. Ediciones Artísticas. 11 de julio de 1955. © Colección Jesús R. Tejuelo.
Plaza del Generalísimo. Postal fotográfica. © Colección Jesús R. Tejuelo.

Plaza Nueva 8. Epílogo.

A pesar de tanto nombre, los oriolanos a través del tiempo la han seguido llamando Plaza Nueva; y así ha quedado rotulada definitivamente.

Los tradicionalistas oriolanos, contrarios a la Constitución, reflejaron este hecho en algunos artículos publicados a finales del XIX. Sirvan como final a este capítulo.

La Margarita. Semanario tradicionalista. 17 de agosto 1893: … La Plaza de la Constitución sin embargo de la grande lápida negra en que se lee su nombre, casi ningún oriolano lo usa; todos la entienden por Plaza Nueva, y con extrañeza se la apellida de la Constitución.

El cambio del indicado nombre no se ha podido infiltrar en el pueblo de Orihuela sin embargo de contar ya diez y siete años…

Pero aun cuando tal lápida existe, en la citada plaza y tal nombre se dé en el plano y padrón oficial, para el pueblo de Orihuela la plaza de la Constitución siempre ha sido, es y será la Plaza Nueva.

Plaza del Generalísimo. Postal fotográfica. © Colección Jesús R. Tejuelo.

La Margarita. Semanario tradicionalista. 24 de agosto 1893: Dice El Independiente: «La Margarita poco menos que propone en su número anterior variar el nombre de la plaza de la Constitución…

Vamos a ver, como dijimos en el número anterior, casi nadie en Orihuela apellida a dicha plaza, de la Constitución; todo el mundo la llama Plaza Nueva. Luego desde el momento que queremos lo que el pueblo quiere, pedimos lo que él pide.

Plaza del Generalísimo. Ediciones Arribas. Zaragoza. 18 de septiembre de 1960. Colección Jesús R. Tejuelo.

Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba).

Callejeando 35. Arrabal de San Agustín 1.

Fragmento plano de 1748, obra de Fray Antonio Villanueva: 1. Plaza del Puente. 2. Calle de San Agustín. 3. Calle de la Mancebería. 4. Plaza Nueva. 5. Calle del Molino Grande. 6. Calle de San Pascual.  7. Puerta de Magastre. 8. Calle del Bao. 9. Calle de la Acequia. 10. Calle de María de Pau. 11. Plazuela de San Agustín. 12. Convento de San Agustín. 13. Huerto de San Agustín. 14. Rodeo. 15. Alameda. 16. Camino de Hurchillo. 17. Camino de Cartagena desde la Puerta del Burdel. 18. Alameda. 19. Huertos. 20. Puerta del Burdel.

Arrabal de San Agustín, primera parte: introducción, Plaza del Puente, Mancebería y Camino de Beniel.

Por la estrecha franja entre el Monte de San Miguel y el Río Segura circulaba el camino principal entre Valencia y Murcia.

Atravesando el frágil puente de barcas de la Uryula musulmana, sus habitantes se plantaban en un cruce de caminos: al sur el de Cartagena; a Levante el de la Costa; y a Poniente un itinerario alternativo para llegar a Murcia por la otra orilla del río.

Esos tres caminos, una vez urbanizados, se convirtieron en las calles de San Agustín, San Pascual y Mancebería, con nuevas puertas en cada uno de sus extremos: la de San Agustín, la de Magastre y la del Burdel.

El Arrabal de San Agustín, Mayor, del Puente o Cuartel Sur. Introducción.

Lo Raval del Pont 1540-1549. Archivo Municipal de Orihuela.

En el siglo XII, bajo dominio almohade y en el apogeo del famoso «rey lobo» de Murcia, la ciudad fue reforzada con nuevas murallas y torres.

Cercana a la corte y con mucha tierra fértil regada por el Segura, en Uryula se instalaron oligarcas murcianos y multitud de nuevos colonos.

La población del casco amurallado se multiplicó notablemente y propició un primer intento de poblar el otro lado del río; sobre todo a base de pequeñas alquerías con explotaciones agrícolas. Se estaba formado un arrabal al inicio del camino de Cartagena.

Imagen idealizada del arrabal. Acrílico de José Domingo Sarabia Simón.

Pero hubo que esperar hasta la segunda mitad del siglo XIII; cuando expulsados los musulmanes del casco, se instalaron masivamente formando la primera morería de Orihuela.

Y cuando ellos (los cristianos) se la quitaron a los moros (la ciudad) les dejaron poblar en parte del rabal, que antes de que se fundase el convento de San Agustín, se decía mayor.

La cita anterior pertenece a Mosén Pedro Bellot. En sus «Anales de Orihuela» dejó clara la fecha de amurallamiento del arrabal Mayor: en la segunda mitad del siglo XIV, coincidiendo con el inicio de la Guerra de los dos Pedros.

1357. El rabal mayor (se decía a San Agustín y contorno) no tenía muralla ni defensa alguna y estaba a peligro de poder ser saqueado una noche, lo cual refirieron en consejo Martín Rocamora y Juan de Oteo, los cuales encarecieron tanto el peligro, que de continente mandaron hacer muralla y barreras y puertas, y todo fue acabado en diez días.

Montesinos se extendió un poco más hablando de sus orígenes. Os dejo algunos párrafos del primer libro del «Compendio histórico geográfico de la fundación de la ciudad de Orihuela».

El segundo arrabal es el que llaman de San Agustín, el que se fundó después de que los Christianos ganaron a los Moros Orihuela; en cuyo sitio mandó después situar el mismo infante Don Alonso a los Moros que quisieron quedarse en Orihuela…

Los moros en este arrabal edificaron muchos jardines, granjas y casas para su habitación; y viéndose maltratados de los Christianos cuando la Sacra Augusta Majestad del Señor Emperador y Rey de España Don Carlos V de Austria y I de Castilla mandó bautizar a todos los Moros de sus españoles dominios, se pasaron a los Lugares de Redován, Cox, Albatera, Catral, Callosa, Abanilla, Fortuna, Almoradí y Crevillente, donde permanecieron hasta el año de 1609…

Después, los Christianos oriolanos, ampliaron y hermosearon este Arrabal, con fundar en él más de 600 casas habitadas por Christianos viejos nada sospechosos y por ricos labradores honrados.

Lo Raval de Sant Agusti. Siglo XVI. Archivo Municipal de Orihuela.

Por último transcribo a Ernesto Gisbert en su «Historia de Orihuela»:

Arrabal del S. o de San Agustín. Según Bellot se llamó en un principio del Puente, después de la Morería desde 1272 hasta 1431.

Más adelante tomó la denominación de Mayor debido únicamente a su mucha extensión comparado con los demás arrabales de la población, y por fin ha quedado con el nombre de San Agustín.

Linda por tres vientos con la huerta, estando por el N. separado de la ciudad por sólo el río.

La morería oriolana se despobló durante la Guerra de los dos Pedros «sujeta al ímpetu del enemigo». Y terminada la contienda, los vecinos cristianos se hicieron con el codiciado terreno.

Aunque intentaron instalar a los musulmanes cerca de la puerta de Callosa, éstos optaron por repartirse entre los lugares de la comarca y vivir más discretamente.

Como ya he dicho, a partir de la segunda mitad del siglo XIV, el arrabal dispuso de su propio muro protector y de un convento cristiano que acabó dándole nombre.

Así lo cita Bellot.

El segundo convento en antigüedad es el de San Agustín. En el año 1400 estaba ya fundado con «malas tapias y peores fundamentos», «a peligro de caer y matar a mucha gente».

Acudieron al Consell en busca de ayuda y éste les dio cincuenta florines y permiso para pedir limosna.

No es disparatado aventurar que, antes del convento de San Agustín, hubiese algún establecimiento religioso para ofrecer asistencia espiritual a los musulmanes.

No voy a extenderme hablando del convento. Pinchando sobre el plano reflejado en la siguiente imagen, se accede a un artículo monográfico sobre los agustinos y Jesús María, colegio que ocupa su lugar en la actualidad.

Convento de San Agustín. Fragmento plano de 1748, obra de Fray Antonio Villanueva. Enlace a artículo.

Volvemos al primer libro del «Compendio histórico geográfico de la fundación de la ciudad de Orihuela»

El Arrabal de Sn. Agustin, llamado antes de Sn. Jayme; y despues de Sn. Agustin, por haber fundado en él su combento dichos Padres, es grande, rico y hermoso; de la Ciudad se pasa a él por dos magníficos Puentes, llamados Viejo y Nuevo, sobre el Rio Segura.

En él estan comprehendidas las Sigtes. Iglesias; y comunidades: Combento de los Padres Agustinos Calzados; Monasterio de Religiosas Agustinas con el titulo de Sn. Sebastian; Combento de Religiosos Franciscos Menores Descalzos de la Regular y mas estrecha Observancia; El Real Contraste de Sedas, Peso de Arina, y Romana de Carbon; el Publico Matadero de la Ciud. q. fuera mejor estuviera bien extra Muros; con las Sigtes. Calles:      

Montesinos cita también las calles que consideraba más importantes a finales del siglo XVIII.

Plaza Nueva que es magnífica, grande y cuadrada, como diré más adelante; Mancebería; de los Gitanos; de Pamies; del Rodeo; de San Agustín; Plazuela del mismo; del Puente Viejo; de San Isidro; de María Pau; de la Acequia; del Bao; del Sol; del Pilar; del Matadero; de Molins; del Puente Nuevo; Barrio Nuevo de la Marquesa; de San Pascual; del Molino; y de los/las Chruces.

En los primeros capítulos vamos a estudiar el núcleo original del arrabal; el terreno que aparece en la siguiente imagen, comprendido entre las tres puertas anteriormente citadas.

Cuartel Sud, del Sur o Arrabal de San Agustín. Plano de Orihuela. Francisco Coello (1859). Atlas de España y sus posesiones de Ultramar. 

Posteriormente trataremos la espectacular ampliación que propició la construcción de la estación del ferrocarril.

La Plaza del Pont Vell.

El amplio y estratégico espacio entre la puerta de la ciudad y el inicio de la morería dio paso a la plasa del Pont Vell; de donde salieron al sur lo Carrer de Sent Augusti, a Levante lo Carrer del moli y la Plasa Nova; y a Poniente lo Carrer del Partit o del Bordell.

Raval de Sent Agosti y plaça del pont vell. Siglo XVII. Archivo Municipal de Orihuela.

Para hablar de la Plaza del Puente, vamos a comenzar con algunos párrafos extraídos de la «Orihuela imaginada, la Ciudad en los Siglos XVI y XVII» de José Ojeda Nieto.

A principios del Quinientos, la Plaza del Puente era el centro neurálgico del arrabal. Su importancia la viene arrastrando desde las centurias anteriores, desde épocas medievales, cuando se formó el barrio.

Es evidente que siendo la Puerta del Puente la más importante de la ciudad, a su vera, extramuros, se adosaran obradores.

El arrabal surgiría (explican los medievalistas) como espacio adonde fueron alojados los mudéjares tras la reconquista de Orihuela en 1264-5, y no parece razonable que se les dejase asentar lindando con la misma muralla.

La Plaza, pues, tiene un origen estratégico (controlar el puente) y una función comercial. Con el tiempo, pasado el peligro, la primera misión se pierde, revalorizándose la segunda, por lo que terminó por convertirse en lugar económico-social del arrabal.

Durante el Cuatrocientos acentuaría esta importancia, manteniéndola y aun fortaleciéndola hasta el último tercio del siglo.

Colección Javier Sánchez Portas.

Considerando las estrecheces que sufrían en el casco, sin posibilidad de poder disfrutar siquiera de una Plaza Mayor en condiciones, el espacio «a la baxada del Pont Vell», frente a la puerta de la ciudad y la Casa Consistorial, tuvo múltiples utilidades: militares, religiosas, civiles, festivas…

Podemos destacar la ceremonia de elección de cargos y dignidades municipales. Que se desplegaba «a la entrada del barrio de San Agustín, frente a la casa de la ciudad».

Los candidatos se presentaban armados y a caballo, vistiendo sus mejores galas. Formaban tres grupos separados, el brazo mayor o militar, los caballeros o brazo menor y los ciudadanos.

El escribano del Consejo, en presencia del Justicia y de los Jurados salientes, introducía en tres sacos, uno para cada clase, los nombres de los candidatos en trozos de pergamino.

Allí se celebraban también las fiestas de la reconquista, desde principios del siglo XV. El día 17 de julio, a la salida del sol, en el plano del puente viejo se conmemoraba la toma de la ciudad con un simulacro de batalla.

Los moros, oriolanos disfrazados al igual que ahora, esperaban la acometida de los cristianos. Y entrando por el portal de San Agustín llevaban a los vencidos hasta la Catedral.

Desarmados y maniatados eran conducidos en procesión hasta la iglesia de Santa Justa. Allí se daban gracias a Dios y a las Santas patronas por la victoria.

La plaza de Cubero en la fiesta de la Reconquista.

En 1492 el rey Fernando escribió a Orihuela anunciando su victoria contra el rey de los moros de Granada. Y entre otros actos festivos, el Consejo oriolano mando celebrarlo con un espectáculo taurino en el arrabal del Puente.

Que el domingo después de comer sean azotados toros en el rabal del Puente, y que nadie tire garrocha a pena de 60 sueldos y de estar tres días preso; y azotados los toros, que todos los hombres de honor que tengan cabalgaduras acompañen a los oficiales a caballo…  

Plaza de Cubero. Puente Poniente. Coronación canónica de la Virgen de Monserrate. Mayo de 1920. Colección Javier Sánchez Portas.

Otro uso menos festivo era el de las ejecuciones públicas. Gracias a un protocolo del escribano José Bruña, redactado en febrero 1732, sabemos que un labrador que vivía en la bajada del puente, junto al Pósito de la ciudad, autorizó a los Mayordomos de la cofradía de Nuestra Señora de los Desamparados a colocar, bien visible, una imagen mariana en su fachada para consolar a los condenados a la pena capital, cuyo suplicio se ejecutaba frente a su casa.

En la Ciudad de Orihuela a cattorze días de el mes de febrero de mil setecientos treinta y dos años. Ante mí el escribano público testigos, pareció Roque García Contival labrador vecino de ella y dixo: es dueño posehedor de una casa de habitación y morada, en la población de esta dicha Ciudad, Raval de San Agustín, en la bajada del Puente viexo, con quien alinda por parte de Tramontana, por la de levante con el Real Pósito de esta dicha Ciudad …

… Y que en la referida su casa de su echo, consentimiento y autoridad propia, havía consentido a los Mayordomos de nuestra señora de los Desamparados, colocar en visible nicho esta Santa imagen para extender esta devoción y consolar a los condenados a pena capital cuyo suplicio se ejecuta a su frente, en la misma bajada de el nominado Puente viejo.

Dos imágenes de la hornacina de la Virgen de los Desamparados en la bajada del puente. Fotografías del primer cuarto del siglo XX. Colección Javier Sánchez Portas.

En marzo de 1869 varios concejales denunciaron a José Tolmos, dueño por aquel entonces de la casa en cuya frontera se hallaba colocada la efigie de Nuestra Señora de los Desamparados. Había reformado sin permiso la puertecita del camarín, haciendo desaparecer un rótulo que declaraba las indulgencias concedidas por Obispos.

El Ayuntamiento le anunció una visita de la comisión de Ornato y le obligó a restituir el rótulo, dejando a la virgen y su camarín en el estado en que los encontró al comprar la casa; ya que dicho camarín era propiedad municipal.

Perdida la situación estratégica y con sus funciones trasladadas a la Plaza Nueva, la edificación de su entorno la fue reduciendo hasta quedar en una «plaseta». Aún así, los concejales oriolanos la catalogaron como plaza de primera clase y se la dedicaron al obispo que gobernaba la diócesis en aquel momento.

En marzo de 1861 la comisión para el arreglo del nomenclátor decidió mostrar su gratitud a Pedro María Cubero y López de Padilla, vigésimo séptimo obispo de Orihuela,

El sitio llamado bajada del Puente viejo, uno de los más concurridos y mejor situados en este arrabal, puede titularse Plaza de Cubero, así el Ayuntamiento tributará un homenaje de respeto, amor y gratitud al actual dignísimo Prelado de esta Diócesis. 1ª Clase.

Fotografía Ajomalba.
El diario de Orihuela. Campaña 1886-1887.

Si os interesa saber más de este obispo, pinchando la siguiente imagen se accede a un artículo.

Pedro María Cubero y López de Padilla, Obispo de Orihuela. Enlace.

La crónica. 1 de abril 1886: El otro día, según costumbre antiquísima de la localidad, vinieron algunos jornaleros y se situaron en la Plaza de Cubero, donde como siempre esperan que los labradores les busquen para ir a trabajar a la huerta, y en aquel día, según se nos dijo, no encontraron quien les diera ocupación y se volvieron, llenos de pena, a sus casas.

Herrería en la Mancebería. Al fondo la Plaza de Cubero y la Calle del Molino. Antonio Ballester Vidal.

La Mancebería.

Contribución Equivalente año 1717. Archivo Municipal de Orihuela. Raval de San Agustín. Manseveria y Rodeo.

La prostitución siempre fue tolerada como un mal necesario; pero llegó un momento en el que las autoridades pasaron a considerarla como un auténtico servicio público que institucionalizaron y fiscalizaron, limitando su actuación a espacios acotados dentro del recinto urbano.

De nuevo recurro a la «Orihuela imaginada, la Ciudad en los Siglos XVI y XVII» de José Ojeda Nieto.

Muy próxima, tan próximo que hacen esquina, se halla la calle del «Bordell», sometida al influjo fabril de los alfareros y al comercial de la Plaza del Puente.

Su nombre, en todo caso, lo debe a la casa de las meretrices. A mediados del siglo XVI, los dueños (o sea, casa y negocio) eran los Rocafull, que la arrendaban a un «pare de les putes».

Dos calles que de por sí generaban ya movimiento: nos referimos, por un lado, a la Cantarería y, por el otro, a la calle «La Nau olim Mancevería o Bordell, Partit o Putería», que con todos estos nombres es conocida documentalmente.

La Mancebería a principios de siglo.

Para evitar escándalos, los burdeles municipales se circunscribían a determinadas calles situadas en las afueras. Estos lugares eran llamados mancebías, burdeles o calles del Partido.

A pesar de la voluntad de relegarlo a una zona alejada del núcleo, con la progresiva expansión del arrabal de San Agustín, acabó muy próximo al nuevo centro de la ciudad.

La mancebía protegía el orden público y evitaba el adulterio, canalizando las bajas pasiones masculinas. Este es el origen del nombre de la calle de la Mancebería.

Patro del mur y sal any 1636. Archivo Municipal de Orihuela. Raval de St. Agostí. Carrer de la nau y Canterería.

Mancebería es un eufemismo de Mancebía. He localizado también: La Nau, del Partit y Mansevía. Pepe Ojeda añade también del Publich; y en referencias documentales del Bordell o Putería.

El nombré caló hasta el punto que la puerta que tenía en su final no era la de Beniel; sino la «Porta del Bordell».

Calle que da salida a la ciudad hacia Beniel y que cuenta con una de las puertas de la ciudad: la «Puerta del Partit o del Bordell».

Archivo Municipal de Orihuela. 1636-1660. Carrer Manceberia y Carrer de la mansevia.

José Rufino Gea Martínez lo describe así en su «Historia de los oriolanos».

El antiguo burdel estaba situado en la antigua calle que se llamó de la Mancebía o Mancebería y hoy de Muñoz, esquina al callejón del Rodeo.

Las pecadoras tenían obligación de usar prendas de vestir que las distinguieran de las mujeres honradas, y no podían concurrir a las iglesias con manto, sino con mantilla precisamente de tres palmos; estaban sujetas a reglamento, y a la que faltaba a sus disposiciones o escandalizaba públicamente, era emplumada en la plaza mayor o se le daba una carrera de azotes.

Las dejaban en pelota, las embadurnaban la piel de engrudo o cola y las echaban a un largo cajón lleno de plumas, en donde las revolcaban para que les cubriesen todo el cuerpo, obligándolas después a recorrer la plaza y calles, con gran regocijo de la multitud que alborotada las seguía

Herrería en la Mancebería. Al Fondo el coche de línea que realizaba el trayecto de Orihuela a Murcia por Beniel y la Calle del Molino. Antonio Ballester Vidal.

En marzo de 1880, se rotuló la Mancebería como «calle de Muñoz» por la generosa contribución en la riada de Santa Teresa de José María Muñoz y Bajo de Mengíbar, nombrado hijo adoptivo de Orihuela en octubre de 1879.  

El Constitucional. 25 de marzo 1880: … Después de la ceremonia, irá la comitiva a la calle de Mancebería, una de las principales y más perjudicadas por la inundación, para descubrir los rótulos de su nuevo nombre, calle de Muñoz, y bendecirla; y estará adornada con colgaduras, como toda la ciudad, con ramos, flores y arcos, iluminación y fuegos artificiales…

No me extiendo mucho. Pinchando la siguiente imagen, se accede a su biografía en esta misma web.

José María Muñoz y Bajo. Colección Javier Sánchez Portas. Enlace a su biografía.

La Correspondencia de España. 31 de marzo 1880: Se ha solemnizado con gran pompa el acto de coronar al Sr. Muñoz, asistiendo el gobernador civil de la provincia, el obispo de la diócesis, las autoridades, corporaciones y un gentío inmenso.

Seguidamente, con entusiasmo indescriptible, descubriose la lápida de la calle de «Muñoz», cuyos vecinos pobres fueron socorridos con dinero contratando la reconstrucción de seis casas, arruinadas por la inundación en dicha calle, nombrando una junta para las obras y dejando fondos para ellas.

Anoche hubo sorprendentes fuegos artificiales y otros festejos en honor del ilustre filántropo Sr. Muñoz, que sale mañana para Murcia siguiendo su cuarta expedición caritativa.

Fotografía Ajomalba.

La penúltima titulación de la Mancebería recayó sobre Luis de Rojas García, nacido en Valencia el 9 de abril de 1903. Segundo hijo del Marques de Algorfa, estudió Derecho en Deusto.

El conquistador. 16 de septiembre 1916: Procedente de Algorfa, hemos tenido el gusto de saludar al Sr. D. Luis de Rojas, hijo de nuestro ilustre correligionario el Excmo. Sr. Marqués de Algorfa.

En sus estancias en Algorfa, conoció a Mercedes Brotons Fraile, hija de un próspero comerciante oriolano, que veraneaba en Montesinos.

El pueblo. 11 de abril 1927:  Por el Excmo. Sr. Marqués de Algorfa y para su hijo, D. Luis de Rojas, abogado, ha sido pedida la mano de la bellísima y gentil señorita Mercedes Brotons Fraile, hija de nuestro respetable amigo D. Antonio, jefe de la Subalterna de la Renta de Tabacos en esta ciudad. La boda se ha concertado para muy en breve.

Se casaron en 1927 y tras un corto periodo en Alicante se domiciliaron en Orihuela, donde fue nombrado jefe local de los requetés (milicias carlistas).

El pueblo. 20 de julio 1927: Boda aristocrática. En la tarde del domingo último, se celebró el enlace matrimonial de la bella y gentil Srta. Mercedes Brotons, hija de nuestro respetable y distinguido amigo don Antonio, con el culto abogado don Luis de Rojas, hijo de los Excmos. Marqueses de Algorfa.

La ceremonia tuvo lugar en la mansión de los Sres. de Brotons uno de cuyos salones engalanado con ricos tapices y artísticas plantas, se habilitó para oratorio. (…) Los nuevos esposos, a quienes felicitamos, marcharon a  la hermosa finca del Señorío del Algorfa, desde donde emprenderán un viaje para diversas poblaciones de Francia, Italia y Suiza.

Luis de Rojas. Fotografías facilitadas por su hija.

El matrimonio tuvo dos hijas; una de las cuales tuve el gusto de conocer en un viaje a Campello con Jorge Belmonte.

Actualidad. 17 de mayo 1928: El domingo recibió las regeneradoras aguas del bautismo, de manos del joven sacerdote D. Ramón Garriga, la preciosa niña que recientemente dio a luz doña Mercedes Brotons Fraile, esposa de don Luis de Rojas. Actuaron de padrinos el Excmo. Sr. Marqués de Algorfa y doña María Brotons Guillén, abuelo y tía de la bautizada.

El pueblo. 20 de enero 1930: El pasado día 19 dio a luz con toda felicidad una preciosa niña doña Mercedes Brotons Fraile esposa de don Luis de Rojas. Reciban tan venturosos padres nuestra cordial felicitación.

Residió inicialmente en la Plaza Caturla, trasladándose pronto a la calle Mayor, concretamente al edificio cuyos bajos albergan actualmente la ferretería de Mateo Gil. Aficionado a la historia y la heráldica, apenas ejerció como abogado.

El 30 de agosto de 1936 fue detenido en Alicante por una partida de milicianos en una finca llamada «Jardín del Conde», propiedad de su padre. Secuestrado en un vehículo de la UGT, su cuerpo apareció tiroteado y quemado con gasolina en un paraje situado en la partida del Molar (Elche).

El 15 de octubre de 1940 se acordó llamar a la calle de Muñoz, Luis de Rojas, dentro del paquete de los «caídos por Dios y por España».

Y así se mantuvo oficialmente hasta 2012, fecha en la que la Memoria Histórica recuperó su nombre tradicional: la Mancebería.

Fotografía Ajomalba.

Cantarería o Rodeo.

Patro de els vehins de 1651. Archivo Municipal de Orihuela. Carrer de la Canterería y Carrer del Partit.

La calle Cantarería, paralela y al occidente de la de San Agustín, a espaldas del convento, linda con el muro del arrabal. Su nombre lo debe a que allí se ubica la «cantareria» del Consell, que se arrendaba 1570, no a que todos los alfareros se concentrasen en este lugar, aunque sí la mayoría.

Los hornos, con su enorme consumo de leña, de la que siempre anduvo escasa Orihuela, imponían la concentración. En 1605 la casa de la alfarería del consell se vendió, pero el nombre estaba ya lo suficientemente arraigado.

A partir del XVIII adoptó un curioso nombre nacido del ingenio popular, pues este callejón era la entrada oficiosa utilizada por los que se recataban para acudir al Burdel y llegando hasta la iglesia de San Agustín daban un rodeo por la Cantarería, evitando así ser vistos en tan comprometida situación.

Fotografía Ajomalba.

El 16 de enero de 1727, ante el escribano Bautista Ramón, se firmó la venta de una casa solar en la población de esta Ciudad, Parroquia de Santa Justa, Raval de San Agustín, en la calle nombrada de «la Canterería eo el Rodeo». Lindes por delante con la Plazuela del Rodeo, por poniente con descubierto del convento de San Agustín…

En la prensa local de finales del XIX se anunciaban riñas de gallos en el circo de la calle del Rodeo.

Segundo tramo de la Mancebería.

Francisco Luis Galiano Moreno.

Los últimos metros de la calle a la izquierda fueron vendidos por los agustinos en 1729, al escribano Joseph Bruña para que fabricase ocho casitas con puertas a la «Mansevería».

Cinco años después, ante el incumplimiento del promotor que seguía sin comenzar la construcción, decidieron recuperar su terreno ante el escribano Bautista Alemán. Por curiosidad, voy a transcribir el comienzo de la escritura.

En la Ciudad de Orihuela, a siete días del mes de enero de mil setecientos treinta y quatro años, estando en la Selda prioral del Convento de Religiosos del Muy Grande Señor San Agustín de ésta, lugar acostumbrado para tratar y conferir las cosas tocantes al Beneficio de dicho Convento, convocados a son de campana tañida, como lo han de uso y costumbre los Muy Reverendos Padres (18 nombres de frailes que no he transcrito), confesando ser la mayor parte de sus conventuales, por sí y en nombre de los ausentes y a los que en adelante fueren, por quienes prestaron voz y canción de Rato en forma, de una parte.

Y de otra Joseph Bruña, Escribano del Número de ésta, y dixeron, dicho Joseph Bruña que en el día seis de febrero del año pasado, mil settecientos veinte y nueve, ante Joseph Santa Cruz Escribano de los Reynos, también vecino de la misma, compró de dicha Reverenda Comunidad Setenta palmos de tierra de longitud, parte del huerto de dicho convento, que recae por la parte de Tramontana a la calle de la Mansevería y alinda con ésta, por la parte de Levante con una casilla derruyda y con corrales de otras que caen a dicho huerto, con la de poniente con las tapias del huerto y Camino de Cartagena…  

Y lo vendieron al año siguiente; ya en parcelas escrituradas individualmente para hacer casas, con la condición de que entre todos rehiciesen la pared del huerto (que quedaría detrás); y que sus aguas vertieran hacia la «Manseveria».

Los segregaron de su huerto, terminando de urbanizar la calle de la Mancebería hasta el Camino de Cartagena, hoy calle Ocarasa.

Estas casitas debían ser muy estrechas para caber ocho en poco más de 15 metros lineales, equvalentes a setenta palmos valencianos. Lo cierto es que, herederas de esas casas, en la actualidad la Mancebería termina con un grupo de viviendas de fachadas muy estrechas.  

Colección Javier Sánchez Portas.

Este último tramo cuenta con una hornacina de la Virgen de Monserrate. Colocada el sábado, día 28 de diciembre de 1799, según reza en el Libro 15 de Montesinos.

En esta noche, en punto de las seis, con las licencias necesarias del Sr. D. Luis Exarque, Provisor y Vicario General, se colocó en la Mancebería, al salir de dicha calle hacia la huerta, en la sera izquierda en primoroso camarín, la Imagen de Ntra. Sra. de Monserrate, con grande golpe de música, enramadas y costoso disparo de morteretes, todo a expensas de sus vecinos.

Francisco Luis Galiano Moreno.

Más allá de la Puerta del Burdel.

La Ocarasa en los años sesenta del siglo pasado. Colección Antonio Agulló Mateo.

En 1735 el regidor Antonio Meca quedó comisariado por la Ciudad para buscar el sitio más conveniente y erigir una cruz de término que tenían acordada a la salida de la Mancebería.

El Señor Dn. Antº. Meca expuso a la Ciudad q habiendose informado deel citio quees mas conveniente, para que se erija la Cruz que tiene acordada la Ciudad se hiciera a la salida de la Manceveria, y encargado a su Cuidado dha Obra, es de pareser se forme a la parte de abaxo del Puente de las Piedras camino de Cartagena por ser puesto mas capaz que el de la salida de la Manceveria para dho fin; y la Ciudad Acordó que dho Sr. Meca su Comissario mande formar los Capítulos y Diseño para la fábrica de dha Obra, y quese coloque la expresada Cruz a la parte de abaxo de dho puente en el lugar mas desente y acomodado que hubiere…

No dicen nada de sustituirla; pero tenemos la certeza de una cruz anterior en la puerta del Burdel, como en todas las entradas de Orihuela.

Quizá se arruinó; o por la fecha bien pudieron destrozarla los castellanos en la Guerra de Sucesión y había llegado el momento de reponerla. Lo cierto es que don Antonio expuso la conveniencia de formarla a la parte de abajo del puente llamado «de las piedras» en el Camino de Cartagena, por ser «puesto más capaz» que el de la salida de la Mancebería.

La ciudad aceptó la propuesta del comisario y le facultó para que mandase formar los capítulos y diseño de la obra en el lugar más «desente y acomodado».

Una vez formados los capítulos se dieron «al pregón» por el tiempo acostumbrado, haciéndose el remate de la obra de una «Crus toda de piedra» en presencia de dicho Antonio Meca.

Ese puente de piedra era el que sorteaba la acequia del Chorro; por lo que más o menos coincide con el lugar donde está situada actualmente una moderna cruz, en el inicio del viejo Camino de Cartagena.

Fotografía Ajomalba. Archivo Municipal de Orihuela. A189. Año 1735.

Pepe Ojeda señala el comienzo del siglo XVIII como el inicio de la urbanización más allá de los límites del arrabal de San Agustín; en una nueva calle, la del Sol, por parte del Convento de la Merced, con el establecimiento de otros ocho «sitios de casa».

1703. Establiment de huit sitis de cassa… a Juan Rambal taverner de nacio frances … en lo carrer apelat del Sol que ve a estar al cap del carrer de la manseveria…

En 1730, un matrimonio de labradores vendió ante el escribano Bautista Ramón una de esas casas de habitación y morada bajo el señorío directo del convento de la Merced.

Archivo Histórico de Orihuela. Año 1730.

Estaba en «El Rabal de San Agustín, al cabo de la calle nombrada de la mansevería, junto a la calle del Sol y el camino de Veniel». El comprador de la casa era Juan Montoya, gitano (así figura en la escritura).

En agosto de 1914 los vecinos de la calle de Gitanos presentaron instancia en el Ayuntamiento pidiendo que variasen el nombrecito «en vista de los escándalos que daban los gitanos posesionándose de ella». La corporación accedió a la petición de los vecinos dándole el nombre de Calle de la Huerta. Pero este acuerdo no debió surtir efecto.

En abril de 1936 en uno de sus paquetes de cambios de titulación, el Consistorio republicano incluyó la calle de Gitanos, a la que otorgó el atractivo y cultural nombre de Calle del Libro.

Acabada la Guerra Civil, la Gestora franquista anuló todos los cambios republicanos. Pero, por alguna razón, esta calle mantuvo el nombre de «Calle del Libro», el mismo que ostenta en la actualidad.

Y sigue estando al cabo de la Mancebería, en la calle del Sol, junto al camino de Beniel.

A mediados del siglo XIX, además de Gitanos, se formó la traviesa del Sol y el lugar llamado «el Salitre».

El diario de Orihuela. 17 de junio de 1887: Dos o tres trozos malos de camino hay en el de Beniel; y con poco trabajo y coste quedarían arreglados. Uno de ellos está en las puertas mismas de Orihuela desde la calle de Muñoz hasta las últimas casas del Salitre.

Planos siglos XVIII, XIX, XX. 1 Gitanos. 2 Callejón del Sol. 3 Salitre.

El 18 de julio de 1925, durante la Dictadura de Primo de Rivera, el Ayuntamiento acordó adquirir terrenos para construir una flamante cárcel.

La marquesa de Rubalcava se ofreció a enajenar unas tierras que poseía en la salida de la calle de Muñoz, donde estuvo ubicada una de las dos fábricas de salitre de Orihuela.

El pueblo. 19 de abril 1926: Un nuevo edificio para Prisión Preventiva. El día 15 del corriente se verificó en Madrid, la subasta previo concurso para la construcción de un nuevo local celular en nuestra ciudad. Este será construido en los terrenos antes propiedad de la Excma. señora Marquesa de Rubalcava, y hoy cedidos por nuestro Excmo. Ayuntamiento.

El proyecto del nuevo edificio, fue encomendado al Sr. Arquitecto de la Dirección General D. Vicente Agustí, quien con acertada inspiración ha presentado el 21 del pasado Marzo los planos y memorias descriptivas que fueron aprobados por R. O. del 31 del mismo mes, y cuyas copias hemos tenido el gusto de admirar.

Con objeto de adelantar a nuestros lectores, una ligera idea de lo que será la nueva cárcel, cuyo plazo de construcción según las bases fijadas, es de tres meses; a continuación, reseñamos los principales datos descriptivos de la memoria presentada.

El edificio se emplazará en el solar cedido para este objeto por el Excmo. Ayuntamiento de Orihuela, teniendo su fachada principal a la carretera de Beniel y completamente aislado de toda edificación. La superficie que se ocupará será de forma rectangular de 36 m. por 32 m., lo que supone 1.125 metros cuadrados, de los que se destinan a patios 560 metros, es decir el 50 por ciento, aproximadamente.

Consta el edificio de cuatro celdas y dos departamentos de aglomeración para hombres, y una celda con patio de aglomeración para mujeres, lo que supone una población reclusa de 22 individuos; y en casos especiales puede ampliarse considerablemente.

Nuevo edificio de la cárcel. Años treinta del siglo pasado.

Estará en planta baja, elevado sobre el rasante del terreno para evitar los efectos de la humedad. En el vestíbulo se encuentra el acceso al locutorio del público, a la galería de ingreso, a los despachos del Juez, Jefe de la Prisión y oficinas, a la vivienda de un empleado y, al fondo, el primer rastrillo.

Pasando éste hay un segundo vestíbulo que da entrada al departamento de mujeres y a las celdas para comunicación con el público; al fondo un segundo rastrillo aísla los departamentos de hombres, en tal forma dispuestos que hace imposible toda comunicación con el de mujeres. La dimensión de las celdas es 5’00 x 2’00 x 4’25 =42’50 m2, muy superior a los 30 m2. reglamentarios.

El pavimento será de cemento continuo sobre hormigón, suelos y techos redondeados para evitar depósitos de polvo. El alcantarillado se establecerá perfectamente acometiéndole al río Segura que pasa por la espalda del edificio.

Cuantos entendidos han visto los planos han opinado unánimemente que será una obra de arte moderno. Desde estas columnas, enviamos nuestra felicitación al Sr. arquitecto y muy especialmente a nuestro ilustre paisano, el Jefe de Administración de la Dirección General de Prisiones, Ilustrísimo Sr. D. José Picazo a cuyo celo e interés se debe esta gran mejora, y por la cual ha trabajado incansablemente.

En el año 1944 , entre el camino de Beniel y la Ocarasa, se construyó el campo de «La Mancebería» . Allí jugó un equipo denominado «Orihuela Club de Fútbol». 

Campo de fútbol de la Mancebería en 1944. Colección Cánovas Saavedra.

Antonio José Mazón Albarracín (Ajomalba).

Callejeando 34. ASJ 8. Callejas del Ravalete.

Las traviesas o callejones del Rabalete.

Para terminar la serie dedicada al arrabal de San Juan Bautista he dejado un puñado de callejones del Ravalete cuya historia pretendo contar de una forma diferente. Si os place acompañarme en el estudio, me apetece mostraros la «fuentes» que lo fundamentan.

Dicho estudio abarca quince modestas callejuelas que en buena parte de los padrones no se molestaron en reflejar; y cuando lo hicieron, les asignaron titulaciones generalmente arbitrarias y puntuales.

A veces aparecían simplemente numeradas en dos bloques: la traviesas de la calle de Arriba hacia la peña y las traviesas de dicha calle hacia la del Colegio.

Otras veces, el listado combinaba nombres y números de traviesa. Teniendo en cuenta que la numeración otorgada dependía de por dónde empezaba a contar el que lo redactaba; y de cuántas callejas decidía incluir en su lista, os podéis imaginar la dificultad que entraña su investigación individual.

El colmo de la sencillez era reflejar las diecisiete calles en dos motes: «Carrer damunt ab les traveses» y «Carrer del Colegi ab les traveses».

Tengo que añadir una más al estudio; la que unía la calle del Colegio con la de San Juan y el Paseo. Junto a la de Reales, eran las únicas traviesas del Colegio hacia el sur.

Ya hablé de la de Reales en otro capítulo; así pues, con la actual calle de Cedaceros, que solía figurar siempre mezclada entre ellas, completaré el Arrabal de San Juan.

Con las de Arriba y el Colegio serán diez y ocho las calles rastreadas. Lo podéis ver más claro en este plano artesanal.

Plano de confección propia.

Ya he dicho alguna vez que, hasta la segunda mitad del XIX, las calles no tuvieron nombre oficial; y exceptuando unas cuantas que mantuvieron su titulación popular en el tiempo, el habitante más ilustre o el más conocido, solía darles título provisionalmente.

En estas callejas tan humildes, cualquier vecino era lo suficientemente importante para que le asignasen su nombre temporalmente.

La tarea de identificarlas a través del tiempo es un proceso muy complicado; solamente una de las quince calles ha mantenido la titulación los cuatro siglos que abarca este trabajo; quizá porque de verdad era la más ancha.

Pero no todo van a ser pegas. Su particular ubicación permite localizarlas en conjunto fácilmente; al final de la ciudad entre las puertas de Callosa y de Crevillente. Entre la Carretería y el Colegio de Predicadores.

Teniendo en cuenta que la calle del Colegio se urbanizó durante el siglo XVI, vamos a comenzar nuestra investigación en la centuria posterior.

Siglo XVII.

Padrón de Sal y Muro del año 1629. Archivo Municipal de Orihuela.

La recaudación de impuestos por parte de la Hacienda Real hacía necesario formar periódicamente unos listados llamados padrones o vecindarios. En ellos se registraba a cada uno de los vecinos pagadores y la cantidad que debían aportar. Esta es la principal fuente para el estudio de las calles durante la Edad Moderna.

El primer padrón que vamos a utilizar es «de Sal y Muro»; un documento que pronto va a cumplir cuatrocientos años. Redactado en 1629, en esta zona apuntaron las siguientes calles:

«Patro de sal y mur del any 1629»: Carrer de Diego León, Carrer de Contreres, Carrer de Utiel, Carrer de Escuder, Carrer del Colegí, Carrer de la Toledana, Carrer de la figuera, Carrer de Losano, Carrer de Comí, Carrer Damunt, Carrer de Moyano, Carrer Ample, Carrer de la Comare Rodríguez.

Padrón de Sal y Muro del año 1629. Archivo Municipal de Orihuela.

En este primer listado, incluyendo las de Diego León (actualmente Cedaceros), la del Colegi y Damunt, tenemos trece nombres. Nos quedan una decena de calles de las que siete parecen ser hacia la del Colegio y tres hacia la peña.

El padrón confeccionado en 1636 es muy deficiente y sólo aporta los siguientes nombres.

Patro del mur y sal any 1636: C. damunt, C. de burello, C. de gallego, C. del colegi, C. ¿despri?, C. de la figuera, C. de la toledana, C de mosén torres, C de Perpiña y C. de contreras.

Padrón de Sal y Muro del año 1636. Archivo Municipal de Orihuela.

El padrón de vecinos de la ciudad confeccionado en 1651 consigna una decena de nombres y lo hace ordenadamente. Cuatro de las de Arriba a la peña y seis a la del Colegio. Debían ser las más pobladas en ese momento.

Patro de els vehins de la pnt Ciutat fet en lo any 1651: Carrer de amunt des de la porta de Crevillent, travesa de burello a la peña, carrer ample, travesa de Martínez Matacochinos, travessa del carrer de Alcoser.

Carrer del colegi ab ses traveses desde el colegi a la porta nova, travessa de trigueros, travesa de la figuera, travesa de la toledana, travessa de escuder, travesa del carrer de utiel, travessa del carrer de Giles.

Padrón de los vecinos. 1651. Archivo Municipal de Orihuela.

Del resto de padrones consultados en dicha centuria he extraído los siguientes nombres:

Carrer o Travesa de Javaloyes, Carrer de Fonllana, Carrer de la almazara, Carrer de la morera, Carrer de Soto y Carrer de la Peñeta.

Padrón de Sal y Muro del año 1654. Archivo Municipal de Orihuela.

Terminamos el siglo XVII con veintinueve nombres. Suponiendo que estén las dieciocho al menos una sola vez, tenemos once repeticiones con diferente titulación.

Carrer ample, carrer de Burello, travesa de Martínez Matacochinos, travessa del carrer de Alcoser, carrer de la peñeta, carrer de la almazara, carrer de Contreras, carrer de Trigueros, carrer de la Toledana, carrer de la figuera, de Utiel, carrer de Comí, carrer de Javaloyes, carrer de Gallego o de mosén Gallego, carrer de mosén Torres, carrer de Perpiña, carrer de la morera, carrer de Escuder, carrer de Moyano, carrer de Fonllana, carrer de Losano, carrer de Soto, carrer de Gil o Giles, carrer de la Comare Rodríguez, carrer de Nafa, carrer ¿despri?.

Siglo XVIII.

Repartos de Equivalente. Siglo XVIII. Archivo Municipal de Orihuela.

Los repartos del siglo XVIII aportan muy poca información. En los primeros, entre muchas traviesas numeradas, registran como callejones de la del Colegio, las traviesas de Torres, de Follana y de la Toledana. Transcribo tres años consecutivos como muestra.

Contribución Equivalente 1717: Calle de Arriba, primera traviesa que va a la peña, (prosigue la calle de Arriba entre todas) segunda, tercera, cuarta, quinta y sexta traviesas; calle de Comins y salida a la calle del Colegio, calle del Colegio, primera traviesa de la calle del colegio empezando por la entrada, 2ª traviesa, 3ª traviesa, cuarta, quinta, sexta y séptima traviesa.

En el de 1718 se numeran las de arriba empezando por la puerta de la yedra. Se referían a la añeja puerta de Crevillente.

Repartimiento para reparo de fortificaciones. Año 1718: Calle del Colegio empezando por la salida, primera traviesa (prosigue Calle del Colegio entre todas), segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta, última traviesa y traviesa que sale a la calle de San Juan.

Calle de arriba empezando desde la puerta de la yedra, primera traviesa (prosigue la calle de arriba entre todas) segunda, tercera, cuarta, quinta y sexta traviesa.

Transcribo también las que aparecen en el reparto de 1719.

Repartimiento para gastos de fortificaciones y cuarteles. Año 1719: Calle de arriba, primera traviesa de la peña, prosigue la calle de arriba, segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta y séptima traviesas de la peña con «prosigue la calle de Arriba» entre ellas.

Calle del Colegio empezando desde el huerto, primera traviesa de la Calle del Colegio, segunda, tercera, cuarta, quinta, repite la quinta, sexta y séptima, todas con «prosigue la calle de Arriba» entre ellas.

A mediados del siglo XVIII solían registrar siete traviesas a la peña con la expresión «prosigue la calle de arriba» entre ellas; y siete u ocho traviesas de la calle del Colegio con «prosigue la calle del Colegio». O sencillamente «sigue o prosigue» entre ellas.

Reparto del Real Equivalente hecho entre los vecinos en 1750. Archivo Municipal de Orihuela.
Reparto del Real Equivalente hecho entre los vecinos en 1750. Archivo Municipal de Orihuela.

Como excepción que confirma la regla, a veces registraban «lo carrer ample» o la calle Ancha.

Terminamos esta centuria con los nombres populares que nos dejó Joseph Montesinos. Una lista incluida en el primer libro de su «Compendio Oriolano». Catorce calles en la zona comprendida entre Santo Domingo y la Carretería.

Del Colegio, de Arriba, de las Capillas, de la Cruz, de la Morera, de las cuatro Esquinas, del Collerero, de Pacheco, del Cura, del Huerto, de la Cueva, de la Hancha, de Pedrajas y del Barranco.

Siglo XIX.

En los primeros repartos del siglo XIX todo sigue igual de espeso. Tenemos que esperar dos décadas para empezar a encontrar titulaciones más allá de la calle Ancha.

El de 1824 es el reparto más completo de la centuria. Refleja el nombre de dieciséis calles con las de arriba y del colegio. Sólo nos falta una, la de Comí, un callejón cerrado junto al Colegio. Además están perfectamente ordenadas, siete hacia la peña y siete hacia el Sur.

Libro de reparto del Real Equivalente de 1824: Calle de Arriba, Callejón de la Escala, Taleque, Barranco, Morquera, Callejón Ancho, Matamoros, Cueva.

Calle del Colegio, Callejón de la Cruz, Calle de la Morera, Callejón de las cuatro esquinas, Callejón Estrecho, Callejón de Pacheco, Callejón de D. Pedro Sánchez, Callejón de Royo.

Reparto del Real Equivalente para 1824. Archivo Municipal de Orihuela.

El de 1829 da un paso atrás volviendo a alternar nombres con numeraciones.

1829: Calle del Colegio, Callejón de la Cruz, Callejón 1º de la calle del Colegio, Callejón de las cuatro esquinas, 3ª traviesa de la Calle de Arriba, 4ª traviesa de la Calle de Arriba, 5ª traviesa de la Calle de Arriba, Callejón de Royo.

Calle de Arriba, Callejón del Barranco, Callejón del Taleque, Callejón de la Escala, Callejón de la Morquera, Callejón de Matamoros, Callejón Ancho, Callejón de la Cueva.

Pueden aparecer y desaparecer nombres; por ejemplo, en el reparto de 1832, entre los callejones del Taleque y la Morquera metieron un supuesto «callejón de Triana» que se correspondería en la actualidad con el de Velasco. Al año siguiente se esfumó; reduciendo a cuatro el número de callejas hacia la peña.

Repartos Equivalentes años 1832 y 1833. Archivo Municipal de Orihuela.

Libro de reparto del Real Equivalente de 1833: Calle del Colegio, Callejón de la Cruz, Calle de la Morera, Calle de las cuatro esquinas, Callejón Estrecho, 4ª traviesa a la calle de arriba, Callejón de Royo.

Calle de Arriba, Callejón del Taleque, Callejón de la Morquera, Callejón de Matamoros, Callejón Ancho.

Libro de reparto del Real Equivalente de 1833. Archivo Municipal de Orihuela.

En 1842 sólo anotaron cinco calles y en 1845 se limitaron a consignar los callejones de Tintoreros, del Colegio, de Arriba y de la Cruz.

Libro de reparto del Real Equivalente de 1845. Archivo Municipal de Orihuela.

En 1845 se produjo una reforma legal que sentó las bases del sistema tributario actual. Dejamos aquí los socorridos repartos.

En el ecuador del siglo XIX, concretamente entre los años 1859 y 1861 se estaba formando el primer callejero de Orihuela. Coello tampoco pudo aclarar mucho en su famoso plano de 1859.

«Atlas de España y de sus posesiones de ultramar» de Francisco Coello. Plano de Orihuela. 1859.

Se pueden leer claramente los callejones de la Cueva, Ancho y de Royo. Y parece que se distinguen los de Taleque, de la Cruz, Morera y 4 esquinas; pero no lo tengo muy claro. El resto los dejó en blanco o utilizó números de traviesas.

En febrero de 1861, la «comisión municipal nombrada para el arreglo del nomenclátor, numeración de casas y rotulación de calles» preparó un dosier con las que, en su opinión, debían conservar su nombre tradicional y las que merecían ser rebautizadas.

Decidieron conservar los siguientes títulos en la zona:

Calle del Colegio. 1ª Clase. Calle de Santa Matilde. 3ª Clase. Calle de la Cruz. 3ª Clase. Calle de la Cueva. 3ª Clase. Calle Ancha. 3ª Clase. Calle de Matamoros. 3ª Clase. Calle del Barranco. 3ª Clase.

Y aconsejaron modificar los siguientes:

La Calle de Arriba, trocando su nombre que nada significa por el de Calle de Diego de Orihuela, honrará la memoria del esforzado batallador, hijo de esta Ciudad, cuya menor gloria fue librar a ésta, con riesgo de su persona, de los furores de un monstruo que anidaba en sus próximos bosques. 2ª Clase.

La Calle de Royo, titulándose de Lope de Espejo, dirá a los venideros que un oriolano ilustró ambos apellidos, como teólogo y como poeta, con admiración de su Siglo. 3ª Clase.

La traviesa cuarta de la Calle de Arriba se denominará Calle de la Concepción, en devoción a este Sagrado Misterio. 3ª Clase.

La traviesa tercera a la Calle de Arriba se llamará Calle Estrecha, pues es la más angosta de las del arrabal de S. Juan. 3ª Clase.

La Calle de las cuatro esquinas con el Callejón de los Reales, se titulará Calle de los Reales. 3ª Clase.

La Calle de la Morquera tomará el nombre de Calle de la Cuesta. 3ª Clase.

La Calle de la Morera y de Talenque, que forman una sola dividida por la antigua Calle de Arriba, recobrando el primitivo nombre de la primera, se llamará Calle de la Morería. 3ª Clase.

En este arrabal se muestra un plano sin nombre propio; el de las Calles de Cedaceros y de Campillo a la del Colegio; puede llamarse Tránsito a la Calle del Colegio. 3ª Clase. 

De todas la propuestas de modificación planteadas por la comisión, sólo se cumplieron las de las calles Estrecha y Concepción.

Siglo XX/XXI

Acudir a Gisbert en sus «Datos Sueltos para la continuación de la historia de Orihuela», publicados en los albores del siglo XX, no ayuda nada. Transcribo el texto literal.

Del lado septentrional de esta calle (la de Arriba) parten hacia el monte una porción de callejas, ocho según el plano de Coello, cual de la acera meridional surgen otras ocho, según dicho plano, llegando todas estas a la calle del Colegio menos una, la sexta a contar desde la Carretería, que termina antes y por lo tanto no tiene salida.

Los nombres de estas travesías son: Ancha, Barranco, Bolas, Concepción, Cruz, Cuatro Esquinas, Cueva, Escala, Flete, Matamoros, Mojica, Morera, Morquera, Royo, Santa Matilde y Talenque.  Las 1ª, 2ª, 7ª, 8ª y 12ª, pero no las demás, figuran en el padrón de la feligresía de 1700; el nombre de Concepción procede de mediados de este siglo (escrito a finales del XIX) y las de Talenque y Morera son continuación la una de la otra.

… Y una travesía antes de estrechar la calle, o sea en su primer tercio, que dirige a la calle de Cedaceros y termina en la confluencia de esta con la de Campillo.  

El plano que menciona, como podéis comprobar, solo muestra las quince que he numerado.

«Atlas de España y de sus posesiones de ultramar» de Francisco Coello. Plano de Orihuela. 1859.

Pero es que, además, para cuadrar las supuestas dieciséis calles, incluye en el paquete las de Bolas, Escala, Flete y Mojica, traviesas de la parte final de la Calle de San Juan.

El siguiente listado municipal, confeccionado muy pocos años después, induce también a error al suprimir la más reconocida, la calle Ancha. Y para cubrir la falta incluye Barranco, nombre ya obsoleto.

La Huerta. 13 de agosto 1907: Ordenanzas municipales de la Ciudad de Orihuela. Los barrios en que la población se divide comprenden las siguientes calles: Barrio 7°. Calles del Colegio, Estrecha, Reales, Royo, Concepción, Cuatro Esquinas, Cruz, Santa Matilde y Barrera del Colegio. Barrio 8º. Calle de Arriba, Cueva, Matamoros, Morquera, Morera, Velasco, Barranco y Taleque.

Y por fin, estas son las catorce calles, siete y siete, que han llegado al callejero del siglo XXI. Aunque la de los Cantos ha desparecido como tal al modificar el entorno de la casa museo Miguel Hernández.

Miguel Hernández: Cantos, Taleque, Velasco, Morquera, Matamoros, Ancha y Calle del Poeta.

Adolfo Clavarana: De la Cruz, Moreras, Cuatro esquinas, estrecha, Concepción, Santa Matilde y Royo.

Sin olvidar la calle de Cedaceros, que sale hacia la de San Juan y al Paseo.

Plano Google siglo XXI.

Con todo lo recopilado vamos a tratar de identificarlas una a una partiendo desde Santo Domingo. Tenemos un montón de calles con apellidos que corresponden a diferentes moradores en diferentes siglos, titulaciones que intentaré relacionar, en la medida de lo posible, con las actuales.

Las notas que aparecen en color mostaza nos pueden servir de ayuda. Son extractos de protocolos de Bautista Ramón, un escribano bastante curioso y descriptivo cuyo trabajo, que abarca el periodo 1707-1740, rastreé hace años.

Traviesas al Norte o a la Peña.

Plano de confección propia.

1 Peñeta/Escalas/Los Cantos. (Desaparecida).

Calle de Arriba y, a la izquierda, el Callejón de los Cantos.

La primera y más próxima al colegio era muy modesta y aparece en la segunda mitad del siglo XVII y principios del XVIII como de la Peñeta, diminutivo valenciano de peña. En 1710 la castellanizaron seguramente por los decretos de nueva planta.

1710. Calle de la Peñita.

1716. Calle de la Peñeta de Trigueros.

1718. Calle de Trigueros que antes se llamaba de la Peñeta.

Intentaron unirla a veces a la «calle nombrada de Trigueros» o «calleja de Trigueros que toma de la calle del Colegio». Años después volvieron a citar la antigua titulación en la venta de un solar para casa.

1731. Calleja de la Peñeta contigua al Colegio de Predicadores. Casa a Tramontana. Casa de la Capellanía a Levante y Poniente y Capilla del Rosario a Mediodía.

Y trataron de alinearla también con el callejón pegado a la iglesia que salía hasta la del Colegio.

1735. Calle que sube del callejón de las capillas a la puerta de los carros, espaldas de la capilla del Rosario.

En el XIX figuraba como «calle de las Escalas» y en el XX la llamaban de los Cantos. Con ese último nombre pasó a formar parte del «universo hernandiano» al albergar la sede social del mítico equipo de fútbol «La Repartiora», mencionada por Ramón Pérez Álvarez.

Canfali Vega Baja. 27 de junio 1984: El Miguel Hernández que yo conocí como poeta, como amigo, como consecuente político, era también el Miguel que formaba parte del equipo de la «Repartiora». (…) Indagué acerca de la formalidad que presidía sus reuniones en el «local social» del equipo, en la calle de los Cantos, frente a su huerto…

En la actualidad, la remodelación del «rincón hernandiano» ha convertido el espacio en una especie de plaza; y la calle como tal ha desaparecido.

Callejón de los Cantos. Huerto de la casa de Miguel Hernández. Colección Jesús R. Tejuelo.

2 Talec/Talech/Taleque.

Fotografía Ajomalba.

Originariamente llamada Talec o Talech, mantiene esta titulación desde principios del siglo XVIII.

1718 Calleja de Talech, que toma de la calle de arriba. Poniente con casa de Trigueros con callejón de por medio.

1731. Calleja vulgarmente llamada del Taleque, que toma de la calle de Arriba con la Peña del Castillo a Tramontana.

La taleca (en plural les taleques) es en catalán un saquito o bolsa de tela destinada a llevar el dinero. También la bolsa de tela donde los pastores llevaban la comida.

«La Semana». 15 de marzo de 1897.

La prensa. 30 de noviembre 1890: Todos los electores que habitan en la calle de Taleque, que es la última travesía de la calle de Arriba, más los que habitan en la calle Ancha, que es la segunda travesía de la citada calle, habrán de emitir sus votos en la Caridad.

De momento no me atrevo a adjudicarle ninguno de los nombres que nos quedan sin identificar en el siglo XVII. Seguiré buscando entre los notarios.

3 Barranco/Velasco

Ésta se llamó «Calle del Barranco» durante el siglo XVIII; y curiosamente figura en el listado un vecino llamado como yo, Antonio Mazón.

Años 1730 y 1732 Calleja del Barranco que toma de la de Arriba. Con casa de Antonio Mazón.

Repartos Equivalentes años 1832 y 1833. Archivo Municipal de Orihuela.

En 1824 seguía figurando como del Barranco; pero como ya he dicho anteriormente, en un reparto de 1832, entre el «callejón de Talaque» y el «Callejón de la Morquera» figuraba el «callejón de Triana»; y en el de 1833 se pierde.

Velasco aparece por primera vez en un listado de principios del siglo XX. Sólo he encontrado un Velasco que podría cuadrar. Manuel de Velasco y Brena, teniente general fallecido en 1904. Pero, de momento, es sólo una suposición.

Fotografía Ajomalba.

4 De la Almazara/Morquera

Morquera es titulación del siglo XIX. Os explico mi teoría.

En 1713 callejón de la Almazara del Cabildo Eclesiástico.

En 1716, una casa que antes era una cueva, en la Parroquia de San Salvador, Raval de San Juan. Al remate del callejón de la almazara de hacer aceite, propia del cabildo eclesiástico que toma de la calle de arriba. Linda con dicha almazara y con la peña.

En 1734 «Casa de la Almazara del Cabildo», en la Calle de Arriba.

En castellano, la morquera, ajedrea o hisopillo es un arbusto leñoso de color verde, con florecillas blancas o rosadas. Crece bien en suelos rocosos, como la sierra y se utilizaba con fines medicinales y gastronómicos; especialmente para aliñar aceitunas.

También podría ser un apellido; pero no me cuadra. La mencionan como «Morqueras» o «Calle de la Morquera».

Hay otra explicación, por la que yo me decanto: en catalán morquera es el recipiente donde se guarda la morca o solaje del aceite.

Así podría ser la misma que aparece en los padrones del siglo XVII como «de la Almazara»; y en lo protocolos del XVIII como «de la Almazara del Cabildo eclesiástico», un establecimiento propiedad de los canónigos que estaba al remate de la calle, junto a una casa en la peña que antes era una cueva.

Este paralelismo no deja de ser una suposición mía.

5 Matamoros.

Fotografía Ajomalba.

Se le podría atribuir el nombre de Saura por eliminación. La nombra el escribano en el XVIII y no me cuadra en ningún otro sitio; pero lo dejo en una suposición pendiente de ratificar.

1724 calle de Arriba a Mediodía, calleja nombrada de Saura.

Año 1737 Callejón de Saura que toma de la calle de Arriba a la Peña.

La titulación que se ha conservado es de principios del siglo XIX y aparece por primera vez en el reparto de 1824.

Matamoros es el apodo común del apóstol Santiago en España. También es un topónimo y un apellido común. Tenemos el ejemplo de la dehesa de Matamoros (actualmente Campoamor).

6 Calle Ancha.

Carrer Ample. AMO. 1636-1660.

La de la calle Ancha es la titulación más antigua de todas las traviesas, cuatrocientos años. Ya aparece en el siglo XVII como «carrer ample» y pasa al XVIII como la calle Ancha.

1716-1740 Calle Ancha que toma de la de arriba.

En los repartos del primer tercio del siglo XIX la anotan como «Callejón Ancho». Y a mediados de la centuria quedó oficialmente titulada como calle Ancha.

La prensa. 30 de noviembre 1890: Todos los electores que habitan en la calle de Taleque, que es la última travesía de la calle de Arriba, más los que habitan en la calle Ancha, que es la segunda travesía de la citada calle, habrán de emitir sus votos en la Caridad.

Fotografía Ajomalba.

7 De la Cueva/del Poeta.

La última, titulada en la actualidad calle del Poeta, se llamó calle de la Cueva a finales del XVIII (la nombra Montesinos). De la Cueva fue durante todo el siglo XIX y buena parte del XX. Incluso, la comisión para el arreglo del nomenclátor dio la titulación por buena.

El nombre definitivo fue casi accidental. En 1969 el Ayuntamiento había acordado dar el nombre de Miguel Hernández a la calle en la que había vivido el poeta oriolano, atendiendo así a la petición formulada por escritores, periodistas y poetas de diversas provincias españolas.

Pero ocultaron su nombre colocando dos preciosas lápidas en las que simplemente se leía «calle del poeta». Para colmo, una de ellas fue robada.

Ya en Democracia, la calle de Arriba recibió el nombre completo de Miguel Hernández. Y pusieron dos chapas modernas.

La lápida superviviente, la que habían colocado al inicio, pasó a nominar la primera traviesa de la calle de Miguel Hernández. Y luce hermosa en el antiguo callejón de la Cueva, ascendido así a «Calle del Poeta».

Fotografía Ajomalba.

Traviesas al Sur.

Plano de confección propia.

Hacia el sur salen las traviesas de la calle de Arriba a la del Colegio. Son ocho y empezaré de nuevo por el Colegio, o como decían entonces, por el huerto de Santo Domingo.

1 De Comí/ de las Capillas. (Desaparecida).

El primer callejón, inmediato al colegio de predicadores se llamaba de Comí. En el siglo XVII aparece como. «Lo carrer o travesa que va del carrer del Colegi al de Amunt, nomenat de Comi».

Carrer de Comí. AMO. 1629.

A mediados del siglo XVI tenemos un maestro de obras llamado Guillem de Comí. Este prestigioso cantero trabajaba para sus vecinos, los dominicos.

También prestó sus servicios en Santa Justa, en la Catedral (donde la familia tenía enterramiento), en la Sala del Consell (donde fabricó la escalera) y en San Martín de Callosa. Probablemente vivía con su familia en este callejón.

Durante la construcción de la capilla del Rosario, a finales del XVII, el Consell permitió a los predicadores reducirlo hasta permitir tan sólo en paso de un hombre «a pie o a caballo».

1714 Callejón de Comí, inmediato al colegio de predicadores.

Fragmento de una fotografía fechada en 1863. Colección Javier Sánchez Portas.

Aparece en un reparto de 1717 y, a finales del XVIII, Montesinos lo llama «de las capillas», por estar contiguo al muro de la iglesia de Santo Domingo, de donde sobresalen dichas capillas.

No aparece en los repartos del siglo XIX. En fecha desconocida le pusieron un portón que se puede ver en la fotografía siguiente.

Calle del Colegio y Callejón cerrado. Colección Javier Sánchez Portas.

Aunque ya ni lo mencionase la comisión del nomenclátor (quizá por estar cerrado) a finales del XIX seguía existiendo el «callejón de las capillas» como demuestra el siguiente artículo de prensa.

El diario de Orihuela. 7 de septiembre 1888: AYUNTAMIENTO. Sesión de ayer 6 de septiembre de 1888. Se nombró una comisión para que examinen si por los propietarios de casas o terrenos colindantes al callejón de las Capillas, se ha tomado algún terreno de la vía pública, observando al propio tiempo si existen plantaciones en dicho callejón que perjudiquen al muro de la iglesia de Santo Domingo, contiguo al referido callejón.

Ahora, tras algunos derribos, forma parte del descampado/plaza en el lateral del Colegio.

Javier Sánchez Portas.
Fotografía Ajomalba.

2 De Trigueros, de la Cruz.

Lo carrer o travessa de Trigueros aparece en padrones y escrituras del XVII. Hemos hablado de ella relacionada con la de la Peñeta.

Carrer o travessa de Trigueros. AMO. 1636-1660.

El nombre de la de la Cruz, que conserva en la actualidad, lo menciona Montesinos a finales del XVIII. Hay que tener en cuenta que la Cruz que le da nombre, no pasó al lateral de la capilla y por tanto al callejón hasta 1771, cuando la imagen de la Virgen de Monserrate le arrebató la titularidad de la ermita.

Lateral de la ermita de la calle de Arriba y callejón de la Cruz. José Antonio Ruiz Peñalver.

En el siglo XIX se consolida la «Calle de la Cruz, que sirve de tránsito entre la calle del Colegio y la de Arriba, cercana al Colegio de Santo Domingo».

El pueblo : semanario social y agrario – 1925 julio 13.

3 De la Morera

La «de la Morera» es la segunda más antigua. Arrastra el nombre desde finales del siglo XVII y permanece invariable en el XVIII.

1727. Calleja de la Morera que toma de la del Colegio.

1740. Calleja de la Morera.

La comisión del nomenclátor, en el siglo XIX, trató de unirla en una sola calle con la de Taleque; y llamar a ambas «de la Morería», pues según ellos era el nombre original.

Moreras y Taleque. Fotografía Ajomalba.

Estaban equivocados y la propuesta no prosperó. Pero no andaban muy desencaminados; la última morería oriolana quedaba muy cerca, en los terrenos de Santo Domingo.

En la actualidad se menciona sencillamente como «Moreras».

Fotografía Ajomalba.

4 De la Figuera/ Cuatro Esquinas.

Lo Carrer de la Figuera o la Calle de la Higuera es continuación de la de Reales; un camino real entre huertos que comunicaba el colegio con San Juan y la Corredera. Tanto este callejón como el de la morera conservaban huertos en su interior.

En el siglo XVIII aparece el nombre de «Cuatro esquinas». El escribano lo mencionó en un arrendamiento de 1738.

1738. Una casa de habitación y morada en la Parroquia del Salvador, Raval de San Juan en la calle nombrada del Colegio a las Cuatro Esquinas.

Fotografía Ajomalba.

El callejón fue alineado y ensanchado a finales del XIX expropiando terreno a varios vecinos.

AYUNTAMIENTO. Sesión de 29 de noviembre de 1888. Se aprobó el pago de 15 pesetas a D. Ramón Rebollo como indemnización del terreno tomado para la vía pública a una casa de la propiedad de dicho señor situada en la calle de las Cuatro Esquinas.

AYUNTAMIENTO. Sesión de 30 de octubre de 1896. Que se abonen 15 pesetas a José Ruiz Martín, dueño de una casa en la calle de Cuatro esquinas, por el importe del terreno expropiado de dicho edificio para ensanche de la vía pública.

El periodista y poeta Juan Sansano Benisa nació el 30 de septiembre de 1887 en el número 12 de esta calle. Años después, en 1926, le escribió un verso.  

Calle de las Cuatro Esquinas ¡Cuándo te volveré a ver, para ver a tus vecinas, marchar a misa y volver!

5 De la Toledana/Estrecha.

A la quinta traviesa la llamaron «Carrer de la Toledana» durante todo el siglo XVII y principios del XVIII. Aparece ya en el padrón de 1629.

Carrer de la Toledana. AMO. 1629.

Al ser un callejón estrecho, el escribano le llamaba «Calleja de la Toledana». No tengo explicación para el nombre; pero se repite en varias poblaciones españolas.

1724. Calle de Arriba a Tramontana. A poniente Calleja de la Toledana.

En los repartos del primer tercio del siglo XIX, a la tercera traviesa empezando por la Carretería la apuntaban como «Callejón Estrecho».

La titulación oficial le llegó en marzo de 1861, cuando la comisión para el nuevo nomenclátor decidió llamarla «Calle Estrecha».

Sesión 14 de Marzo de 1861. La comisión nombrada para el arreglo del nomenclator, numeración de casas y rotulación de calles: A la calle que se denomina tercera traviesa de la calle Arriba se le puede llamar Calle estrecha por ser la más estrecha que existe en esta ciudad.

Fotografía Ajomalba.

6 De Pacheco/de la Concepción.

Podría ser lo «carrer o travessa de Escuder» del siglo XVII. También la de «mosén Torres». Pero no tengo ninguna prueba de momento.

La primera referencia segura es del siglo XIX como «calle de Pacheco». También cuarta traviesa de la calle del Colegio, pues solo contaban seis.

En 1861 la comisión del nomenclátor decidió llamarla calle de la Concepción.

Sesión 14 de Marzo de 1861. La comisión nuevamente nombrada para el arreglo del nomenclator, numeración de casas y rotulación de calles las ligeras variaciones que creen indispensables hacer en la travesía cuarta de la calle de arriba creen los infraescritos que se puede denominar Calle de la Concepción, en devoción a este sagrado misterio.

A finales de la centuria aún recordaban el nombre de Pacheco.

El diario de Orihuela. 27 de agosto 1889: Venta de 4 casas en la misma ciudad; 3 en la calle del Royo y 1 en la Calle de la Concepción, antes Pacheco.

Fotografía Ajomalba.

7 De D. Pedro Sánchez/ de Santa Matilde.

La séptima podría ser la de Utiel a principios del XVII. Y en la segunda mitad de esa centuria la «de Perpiñá» o la «de Javaloyes» ; incluso ambas titulaciones en diferentes años.

En la traviesa de Utiel vivía una viuda de Javaloyes; y cuando me aparece la «de Javaloyes» consta una viuda de Perpiñá. Pero todo se queda en teoría.

Lo cierto es que en el reparto de 1824 la llaman «callejón de D. Pedro Sánchez».

La quinta traviesa de la Calle del Colegio (ya he dicho que en esas fechas sólo contaban seis) fue ensanchada y embellecida. Y su nombre definitivo le llegó en noviembre de 1855.

Fotografía Ajomalba.

Libro de actas de 1854-1855. Sesión de 15 de noviembre de 1855. El Sr. García Ródenas, síndico, manifestó, que en la traviesa quinta de la Calle del Colegio a la de Arriba se habían hecho mejoras de algún tiempo a esta parte, que la habían embellecido, cuya circunstancia unida a la de ser una calle bastante ancha y desahogada, con varias casas decentes, era de opinión, se le borrase el nombre de traviesa quinta, y se le remplazara con el de «Calle de Santa Matilde» y habiéndose conferenciado sobre el particular se acordó, como lo propone el Sr. Síndico, variándose la inscripción y el título en los hacederos padrones de vecindario, pasándose las papeletas de este acuerdo a quien corresponda.

Conserva su rótulo añejo, del XIX, en la parte norte. Y otro moderno, del siglo XX y tapado por un tubo, en el otro extremo.

Fotografía Ajomalba.

8 De Contreras/ Collerero/Cosme el Nuncio/ de Royo.

La última traviesa con la de Arriba tuvo muchos nombres antes de ser la del Royo. Es la «de Contreras» en el siglo XVII y principios del XVIII.

1726. Calle del Colegio a Mediodía. Levante Calleja de Contreras.

Me baso en la descripción de una casa que linda a Poniente con la calle de la Carretería Vieja y a Levante con el callejón de Contreras.

1732. Calle de la Carretería Vieja a Poniente. A Levante Callejón de Contreras. 

A veces un golpe de suerte vale por meses de trabajo. Buscando otra cosa hace años, me topé con un protocolo notarial en el que el escribano se había esmerado en su trabajo registrando una venta.

Fotografía Ajomalba.

Arrabal de San Juan, Calleja llamada del Royo, antes de Cosme el Nuncio y en lo antiguo del Collerero, que es la primera traviesa de la del Colegio a la de Arriba.

Repasé un par de padrones del XVIII y comprobe que en la traviesa más cercana a la Carretería vivía Lorenzo Román «el Collerero». El Collerero era el artesano que fabricaba collarones para las bestias de carga. Y el Nuncio era una especie de mensajero; como el actual mensajero del Papa. 

Fotografía Ajomalba.

En los planos, esta calle contaba con un huerto; como el trozo de tierra que conserva en la actualidad. Creo que es el que se anunciaba en prensa.

La Vega del Segura. 7 de enero 1905: Naranjas sin helar. La rica naranja del huerto del Sr. Bonafós. Mandarina, imperial, sangre y blanca. Cortadas del día en el huerto de la calle del colegio núm. 40. Se venden por docenas y cientos, tanto caída como cortada del árbol.

16 De Diego León/del horno de Carpio/Cedaceros.

Terminamos con la actual calle de Cedaceros, la única que hemos tratado hacia el sur; la que comunica la del Colegio con el Paseo y la calle de San Juan.

Se corresponde con la de Diego León en el siglo XVII. Aparece frecuentemente muy próxima a la Carretería y solo sé que el titular era un escribano que trabajaba en dicha centuria.

La he encontrado también en protocolos notariales del XVIII como calleja del horno o del horno de Carpio que toma de la del Colegio y sigue a la de San Juan, con horno de cocer pan y convento de San Juan con acequia de por medio.

1734. Calle del Colegio a Tramontana. Levante y Mediodía Calleja del horno de Carpio que sigue a la Puerta Nueva.

1734. Dos casas contiguas con tres puertas. Dos a la Calle del Colegio, a Tramontana, y una a la calleja a Mediodía que sigue de la Puerta Nueva al horno llamado de Carpio.

A mediados del XIX, los de la comisión del nomenclátor trataron de llamarla «Tránsito a la Calle del Colegio», pero quedó como parte de la calle Cedaceros y así sigue.

En este arrabal se muestra un plano sin nombre propio; el de las Calles de Cedaceros y de Campillo a la del Colegio; puede llamarse Tránsito a la Calle del Colegio. 3ª Clase. 

Epílogo.

Protocolos Notariales siglo XVIII. Archivo Histórico de Orihuela.

Por desgracia se quedan fuera demasiadas titulaciones que tengo claro pertenecen a estos callejones; pero que no puedo situar exactamente.

El Callejón de Saura que tomaba de la Calle de Arriba a la Peña; el Callejón de Follana que tomaba del Colegio a la de Arriba; lo Carrer de Losano; la Travesa Javaloyes, la callejuela de Mosén Juan Cambronero; la calleja de Mosén Torres; lo carrer de Perpiñá; lo carrer de Burello…

Todas parecen ser apellidos de añejos moradores. Personajes que quedaron inmortalizados en uno o varios varios padrones.

La travesa de Martínez Matacochinos; la travessa del carrer de Alcoser; lo carrer de Utiel ; lo carrer de Gallego o de mosén Gallego; lo carrer de Escuder; lo carrer de Moyano; lo carrer de Soto; lo carrer de Gil o de los Giles; lo carrer de la Comare Rodríguez…

Fragmentos como el siguiente, tomado del inventario de la viuda de un panadero, son el único medio para seguir relacionando calles.

1732. Casa de habitación y morada sita en esta Ciudad, Parroquia de San Salvador, Raval de San Juan, en la calle de Contreras. Lindes por levante y mediodía con casas de la herencia de Mosén Juan Cambronero. Por poniente con dicha calle y por tramontana con casa de Pedro Mengual y dicha casa la hubo de Antonio Gil de Parya…

Protocolo de Bautista Ramón. 1732. Archivo Histórico de Orihuela.

En este caso, que os dejo como ejemplo, el escribano asegura que muy cerca, o en la propia calle de Contreras, vivieron personajes que podrían estar relacionados con las titulaciones de Cambronero o de Gil.

Cuando tenga tiempo volveré a los rastreos de protocolos en el archivo. Ahora los índices están digitalizados. Hace años los digitalizaba yo con la cámara.

Sigue abierta la investigación y espero no haberos aburrido con el formato.

Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba).

Callejeando 33. ASJ 7. Colegio.

Idealización del Arrabal de San Juan sobre un boceto de Ojeda Nieto. © Pepe Sarabia. Leyendas: Ajomalba.

Arrabal de San Juan 7. El Colegio.

Dedicamos la entrega anterior a la Puerta de Crevillente como origen del Rabalete y de la calle que se formó con las casas construidas en los márgenes del camino.

En esta hablaremos de otra puerta y de otra calle paralela a la anterior; la que se formó «abajo», en las traseras de las casas de la calle de arriba cuando desplazaron la puerta de Callosa separándola de la peña; cuando aprovechando los márgenes de la acequia, modificaron totalmente un tramo del camino de Valencia a Murcia, que atravesaba nuestra ciudad.

También dedicaré unas líneas a lo que significó para la zona la construcción del Colegio de Predicadores, monumental edificio que tuvo mucha culpa de esos cambios urbanísticos.

Pero antes, permitidme remontarme al siglo XV, la centuria anterior a la llegada de los dominicos; cuando se amuralló el arrabal de San Juan completo por primera vez.

Era una forma de animar a los pobladores que estaban ocupando aquel complicado terreno de huertos y acequias...

La Muralla del Ravalete y la Puerta de Callosa.

Ravalet. Archivo Municipal de Orihuela. Siglo XVII.

Mosén Bellot, a quien debemos las siguientes notas contenidas en sus «Anales de Orihuela», nos da la fecha y el motivo por el que fue amurallado el Rabalete por primera vez.

Porque en el año 1430 iba encendida la guerra del rey don Juan II de Castilla, ordenó el Consell que se hiciese la muralla del Rabalete, aunque algunos contradecían por tener solares en el puesto.

Entre los años 1429 y 1430 se enfrentaron Juan II de Castilla y Alfonso V de Aragón, conocido como el Magnánimo.

El castellano declaró oficialmente la guerra en el verano de 1429 y ésta se mantuvo hasta la firma de una tregua en julio de 1430.

En dicha tregua se reconoció la derrota aragonesa; pero las hostilidades de baja intensidad se mantuvieron durante varios años; y Oriola, ciudad de frontera, decidió reforzar las defensas de un arrabal en crecimiento.

La decisión de construir una muralla molestó a los propietarios de los solares invadidos por el nuevo muro y su camino de ronda; una obra que les cayó justo encima.

Y es que, siguiendo la línea del muro, el Consell ordenó también la apertura de un callejón exterior para guardias y rondas.

1449. Y porque las guardas y rondas puedan ir desembargadamente por la muralla del Rabalete, abrieron un carrerón desde la morería, junto a la sierra, hasta el río, e hicieron puentes de vigas en las cequias.

Dicho carril, dotado con varios puentes para sortear las acequias, nacía en la flamante morería, de la que hablaremos seguidamente, y llegaba hasta el río en la zona de las adoverías, actual Barrio de la Trinidad. En la actualidad, más de medio milenio después, se llama «Ronda de Santo Domingo».

Al igual que la de Crevillente, a la que dejó obsoleta, la nueva Puerta del Rabalete se construyó pegada a la sierra. Y adoptó el nombre de Callosa por quedar al inicio de dicho camino; hoy «camino viejo de Callosa».

El nuevo portal contaba con abrevadero público alimentado por una noria que tomaba el agua de la acequia de Almoradí.

En el año 1432 se hizo el abrevadero de la puerta del Rabalete, y porque tuviese continuamente agua fresca, consignó el consejo (Consell) un florín cada año para adovar la ñora de donde venía el agua, que se deshizo cuando mudaron la acequia de Almoradí, desde la muralla hasta el huerto de Vilanova.

Un responsable guardaba las llaves; lo cerraba por las noches y lo abría al amanecer.

1449 Bartolomé Menargues, a quien el Consell tenía encomendada la llave de la Puerta de Callosa con orden que no la abriese antes del sol salido…

La morería del Rabalete.

Panorámica de la zona en 1910.

La morería del arrabal de San Agustín, creada por Alfonso X en el siglo XIII, se extinguió durante la Guerra de los Pedros. Y la apetecible zona pasó a manos de vecinos cristianos.

Oriola pasó luego muchos años tratando de atraer a familias mudéjares; musulmanes peninsulares que seguían practicando su religión en la sociedad cristiana de la Edad Media antes de las conversiones forzosas del siglo XVI.

Inicialmente pensaron urbanizar un huerto cercano a la incipiente Corredera; pero se decidieron por otro terreno agrícola de más de seis tahullas que expropiaron al extremo del Rabalete.

Entre los años 1445 y 1449 construyeron allí diez casas y una mezquita.

Transcribo unos párrafos del padre Agustín Nieto Fernández en la obra «Orihuela en sus documentos IV. Musulmanes y Judíos en Orihuela (Siglos XIV-XVIII)».

La construcción de la morería. Hecha la apreciación del huerto y de las plantaciones, el Justicia y Jurados, con la fuerza del amplio poder concedido, encargan la construcción al maestro Ferrando de Jumilla, quien puso al momento manos a la obra.

De las cuentas presentadas por el obrero de muros, valles y castillo los jornales empiezan a pagarse el 15 de noviembre de 1446…

… En 1448 aún continuaba la obra, pues del 1 de septiembre de dicho año es el encargo dado al Justicia y Jurados para que la mezquita sea acabada y cubierta con el menor gasto que se pueda, y en fecha 18 de abril de 1449 hay nota de pago para la obra de la mezquita.

La flamante morería urbana quedó rodeada con una tapia y se prohibió la residencia a pobladores cristianos. A estas alturas estaréis pensando que los musulmanes estaban bien considerados entre la población oriolana.

Pues no; era una relación de pura necesidad promovida por el Consell. La huerta pedía brazos; la industria de la seda comenzaba a despuntar con masivas plantaciones de moreras; y ellos eran los más capacitados para estos menesteres.

Así lo resume Bellot en sus «Anales de Orihuela».

Y cuando ellos se la quitaron a los moros (la ciudad), les dejaron poblar en parte del rabal, que antes que se fundara el convento de San Agustín, se decía mayor, cuyas casas responden hoy de censo al Rey

(…) La morería primera se despobló, como estaba sujeta en tiempos de guerra a los primeros ímpetus del enemigo.

Pero viendo el Consell la falta que hacían, procuró que se poblase comprándoles solar y obrando casas donde hoy está el colegio, y aún se ve (escribe esto en el siglo XVII) el fundamento de la muralla en la calle, junto a la pared principal de dicho colegio.

Con la oferta de casa y mezquita llegaron algunas familias mudéjares; pero la morería nunca llegó a funcionar. Concentrada en la ciudad, la minoría musulmana era objeto de un control insoportable, con frecuentes humillaciones y represalias populares.

Por poner un ejemplo: en 1450, recién terminada la mezquita, musulmanes y judíos quedaron obligados a arrodillarse al paso de cualquier procesión cristiana y al toque de campanas para la oración.

A eso había que añadir el permanente riesgo de asalto; como el que tuvo lugar cinco años después en la morería de Valencia.

Es evidente que la población musulmana vivía mejor dispersa en los señoríos rurales; donde muchas veces eran mayoría.

En poblaciones como Crevillente o Albatera podían mantener buena parte de sus costumbres sin ser molestados. El señor no se metía en sus vidas mientras trabajasen duro y pagasen más que los cristianos.

Inicialmente se instalaron algunos musulmanes de Elche y de Murcia, con gran disgusto de estas poblaciones que perdían jornaleros cualificados.

Pero el proyecto se fue pronto al garete. En enero de 1451 la nueva morería estaba despoblada y el Consell decidió vender las casas a pobladores cristianos.

En cuanto a la parcela, que se quedó con el nombre de morería, la utilizaron para fundar un convento que atrajese población a esta nueva zona del arrabal.

De nuevo transcribo a Agustín Nieto en «Orihuela en sus documentos IV».

El hecho cierto es que la morería debió quedar despoblada este mismo año de 1451, pues en la sesión del 22 de agosto el Consejo toma el acuerdo de que se pueda edificar un convento de frailes menores de la observancia en el arrabal de la Puerta de Elche, en el lugar donde estaba construida la morería, haciendo gracia de tanto terreno como necesiten.

Se la ofrecieron a los franciscanos de Cartagena, interesados en instalarse en Oriola; pero siguiendo sus normas de construcción, siempre alejados de la población, los franciscanos escogieron la ermita de Santa Ana del arrabal Roig; un sitio más apartado y solitario en las puertas de Murcia.

Rembrandt . Un fraile franciscano.1655.

El Consell respetó su decisión. Vendió las casas y el terreno de la «morería»; entregando a los franciscanos la mitad de los cuatro mil sueldos obtenidos en concepto de limosna para la fundación de su convento.

En la siguiente centuria fue otra orden la que se instaló en el solar rechazado por los franciscanos.

Los Predicadores de Santo Domingo.

Colegio de Santo Domingo en 1863. Colección Javier Sánchez Portas.

Los dominicos llegaron a comienzos del siglo XVI y se establecieron en una pequeña ermita bajo la advocación de la Virgen del Socorro y San José.

En la centuria anterior, lo habían hecho en la ermita de San Ginés; muy cerca de lo que hoy es Campoamor.

De ahí se trasladaron a un pobre convento bajo la advocación de San Pedro mártir, situado en la partida de Matet; cerca del palacio de Algorfa.

La tradición asocia su llegada a Orihuela con una epidemia de peste. Así lo contó Montesinos:

No hay duda que por aplacar la justa ira del Gran Dios enojado, hizo Orihuela continuas y repetidas rogativas; pero por más súplicas que enviaban los pobres afligidos al Recto Tribunal Divino, no se daba por entendido aquel amoroso Padre Celestial; por cuyo motivo el noble caballero oriolano D. Andrés Soler, Jurado que era a la sazón, se encaminó a pasos apresurados desde su casa, situada junto a la Puerta de Elche, muy fervoroso y devoto a una mediana Ermita, dedicada a María Santísima del Socorro, cercana al Portal de Crevillente, retirada hacia el vecino Monte, en el sitio que hoy se llama y es la Pedrera del Colegio, al fin de la Calle de arriba…

El Jurado Soler imploró socorro a la Virgen portadora de dicho título y esta escuchó sus humildes súplicas. Y le dio un mensaje para el Consell.

Te digo que hagas saber al Ayuntamiento de esta ciudad que en el instante que proporcione medios para la entrada de los hijos fervorosos de mi capellán Domingo en esta Ciudad, cuyos religiosos se hallan moradores (como no lo ignoras) en el mediano Convento de San Pedro Mártir de Matet, en la Heredad de Algorfa, a fin de que fervorosos prediquen la importante devoción de mi Santo Rosario, cesará la peste.

Montesinos no tiene en cuenta que los ayuntamientos son una institución del siglo XVIII. Soler, miembro del Consell, comunicó el recado de la Virgen al Justicia y al resto de los Jurados; y estos autorizaron la fundación el 7 de septiembre de 1510.

Y habiendo entrado en Orihuela por la Puerta de Almoradí, que está al fin de la Corredera, cantando el Santo Rosario, cesó la peste; y una sonora campana llamada desde entonces del Rosario, que está en la torre de la Catedral, se estuvo tocando por sí sola con admiración de todos, por espacio de cuatro horas, que duró el piadoso acto de la solemnísima procesión. Después fueron y tomaron la posesión de dicha ermita y fundaron el Convento donde está el primer magnífico claustro del Colegio…

Grabado de Santo Domingo de Guzmán, fundador de la orden, y los papas dominicos. Matías de Irala Yuso. 1747. Biblioteca Nacional de España.

Leyendas aparte, lo cierto es que la ciudad quería un convento para revitalizar la zona. Y fueron los dominicos porque los franciscanos habían rechazado anteriormente la oferta.

Los predicadores ocuparon provisionalmente la ermita, situada donde hoy está la iglesia.

Y dos años después, con ayuda del Consell, adquirieron el terreno anexo, con patios, huertos, morerales, tierras y palomar, llamado vulgarmente «la morería» por el motivo anteriormente explicado.

La primitiva iglesia fue consagrada en 1527 y junto a ella se edificó un modesto convento. Javier Sánchez Portas detalla muy bien esta primera compra de terreno y como, en menos de setenta años, se hicieron con más de dos docenas de casas, huertos y solares cercanos.

En 1547, con un edificio de baja calidad constructiva y todavía en obras, entró en escena el adinerado obispo de Lérida.

A partir de 1553, bajo el mecenazgo de don Fernando de Loazes, en el solar del convento de Nuestra Señora del Socorro se comenzó a levantar el edificio renacentista más importante de la Comunidad Valenciana; utilizando palabras de Pascual Madoz, una «montaña enorme de piedra sillería».

Nuestra Señora del Socorro y D. Fernando de Loazes según Josef Montesinos.

El heredero y verdadero ejecutor de los planes del arzobispo fue su hijo Fray Juan de Loazes, nombrado rector perpetuo del Colegio. La nueva obra se principió por la iglesia, cuya capilla mayor se conserva en la actualidad.

Esta fue una de las condiciones del legado de Loazes, pues en ella quería su futuro mausoleo, su monumento funerario. 

Es por ello que sabemos que la ermita primitiva coincide con la parte trasera de la Iglesia actual. Una mala ubicación sobre una corriente de aguas pluviales que desciende de la sierra y de la que se arrepintieron muchas veces.

La siguiente nota pertenece a la «Historia de la Provincia de Aragón de la Orden de Predicadores», publicada en 1599.

Dieron principio a la fábrica y fueron en ella tan desgraciados que derribándose hubieron de hacer la iglesia tres veces y el claustro dos y aún eso no perfecto, sino que hoy está por acabar.

Durante la siguiente centuria siguieron luchando por mantenerla en pie a base de apuntalamientos y reparaciones; hasta que decidieron reedificarla completamente; pero ni así.

Los problemas continuaron y las bóvedas de piedra se cambiaron por ladrillos para aligerar peso, manteniéndose las obras hasta mediados del XVIII. Toda una odisea constructiva cuyo resultado es la Iglesia de Santo Domingo.

En cuanto al sepulcro encomendado en la fundación, ni lo vio Loazes ni su hijo, a pesar de que llegó a octogenario. Los huesos del patriarca tuvieron que esperar siglo y medio para descansar en un espectacular monumento funerario desaparecido en la Guerra Civil. 

«En el año 1726 se trasladaron sus restos al Colegio y se depositaron en un Mausoleo de mármol de 6 ½ palmos de altura que está colocado en la Iglesia, a la izquierda del Presbiterio, sobre el cual está su efigie también de mármol, con sus insignias Episcopales y Patriarcales, con un hermoso epitafio dividido en dos inscripciones a la derecha e izquierda». Apuntes de Justo García Soriano. Fotografía: Colección Javier Sánchez Portas.

Todo la interesante historia de los Loazes y el complicado proceso constructivo del edificio están perfectamente detallados por Javier Sánchez Portas en su imprescindible obra «El Patriarca Loazes y el Colegio Santo Domingo de Orihuela» que recomiendo especialmente.

Enlace descarga gratuita. Repositorio Universidad de Alicante. 

Pinchando sobre la fotografía os la podéis descargar con plena seguridad y completamente gratis en el repositorio de la Universidad de Alicante.

La gran inversión económica de Loazes cambió radicalmente la fisonomía de la zona.

Para la construcción de su faraónico edificio se expropiaron casas, se ocupó el camino de Crevillente y se desplazó y reedificó la Puerta de Callosa en 1558.

Colegio de Santo Domingo de Orihuela. 

Diez años después el Consell cedió oficialmente a los dominicos todo el espacio entre el edificio y la sierra.

Tenemos una nota de 1568 transcrita por Pepe Ojeda. Viene a decir que el Consell incorporaba al Colegio el trozo de carril desde la nueva Puerta de Callosa hasta la peña; y que no lo hacía sólo para embellecimiento y adorno de la ciudad; sino también para evitar molestias a frailes, estudiantes y colegiales.

La tradicional entrada a la ciudad quedó cerrada. Sólo para casos de inundación o de otra necesidad apremiante, los predicadores estaban obligados a devolver la servidumbre de paso; abriendo sus puertas de la calle de Arriba y de San Antón.

Final de la Calle de Arriba. Puerta trasera de acceso al Colegio de Santo Domingo.

Cuando la ciudad les donó la ermita y el huerto no podían imaginar el tamaño que alcanzaría la construcción dominica.

Santo Domingo en «La Ilustración Española y Americana». 1874.

Bloqueado el crecimiento del Rabalete, al otro lado comenzó a formarse el arrabal de la «Font Cuberta», en «la lladera de la serra de Oriolet».

Exterior del edificio del Colegio Santo Domingo y camino.

Los pobladores del camino de entrada a Orihuela no tomarían conciencia de barrio hasta la construcción de la ermita del «glorioso senct Antoni Abad».

En esta misma web disponéis de un artículo monográfico sobre el barrio de San Antón; separado del Rabalete por el Colegio de Santo Domingo. Para acceder a él pinchad el siguiente enlace.

Enlace a artículo sobre San Antón.

La Nueva Puerta de Callosa.

La puerta de Callosa en la actualidad. Baltasar Gómez Berná.

Aunque fue ensanchado inicialmente, aquel portal cercano a la ermita del Socorro que pegado a la sierra daba acceso a la calle de los Olmos o calle de Arriba, se había convertido en un obstáculo para encajar el inmenso edificio proyectado por Loazes. Por lo que, a mediados del siglo XVI, se obró una puerta de nueva planta sin escatimar gastos.

Fabricada en 1558 con inspiración renacentista acorde con el Colegio de Predicadores a la que está unida, la Puerta de Callosa presenta un ángel espada en mano, entre dos leones y el escudo «cuatribarrado» entre dos orioles. Así lo reflejó Montesinos:

El (portal) de Sto. Domingo es magnífico, se fundó en el año de 1558; como lo declara esta inscripción.

Grabados de la Puerta de Callosa según Montesinos.

Gisbert lo llama «portal de Santo Domingo o de Valencia».

Al final (de la calle del Colegio) existe el portal denominado de Santo Domingo o de Valencia desde que fue construido en 1558. Consta de un soberbio arco de piedra jabalina de extraordinaria elevación sobre el cual descuella una gigantesca estatua del Arcangel S. Miguel, espada en mano, como defendiendo la ciudad, un Oriol a cada lado con el lema HERODVI DOMVS DUX EST EORUM; y mas bajo esta inscripción valenciana:

EN LO ANI DE NOSTRA REDEMCIO MDLVIII SE ACABA AQEST PORTAL SENT IVRATS LOS MOLT MAGNIFICHS SENORS MELCHIOR GROADELLAS, IVAN FERNANDES DE TVESTA, FRANCES ALMODOVER, ANDRE MANRESA, IVAN MIRO.

Se puede traducir como: En el año de nuestra redención de 1558 se acaba este portal siendo Jurados los muy magníficos señores Melchor Groadellas, Joan Fernández de Tuesta, Francés Almodovar, Andreu Manresa, Joan Miró.

En su «Orihuela Imaginada», Ojeda Nieto nos informa de los profesionales que tomaron parte en su construcción.

Las condiciones, o capítulos, de las obras fueron meticulosas. Todo quedó perfectamente definido, desde los elementos decorativos (ángel, escudos) hasta precisiones estructurales como la inclinación de la vertiente del agua para proteger las puertas y la decoración.

Las fuentes, en este caso, son explícitas. Sabemos que Diego Flores «ymaginario», proyectó la decoración, que el pintor Aledo dibujó las letras y que Antonio Gisbert terminó la obra de arquitectura, mientras las puertas de madera las hizo el carpintero Trujillo. Trabajaron en ella los maestros Antón Perales , Gomara…, mientras Juan Ros se encargaba de acarrear la piedra necesaria.

Por su cara exterior, la nueva y espectacular puerta de Callosa se completaba con un ensanche habilitado entre acequias y arrobas; una «bona plaça» que lucía su respectiva cruz de término certificando la cristiandad de sus habitantes. A finales del siglo XVI dicha cruz estaba algo deteriorada para la magnificencia de la nueva puerta.

En la misma obra antes citada, Ojeda Nieto transcribe un documento titulado «Modificación urbana: cruz y plaza frente al portal de Callosa».

Este acuerdo municipal, adoptado en mayo de 1596 para «rreputaçio de dita ciutat», nos informa del traslado de la vieja cruz a la Puerta de Almoradí y su sustitución por otra «acondicionada e ab molt bon fonament».

La nueva puerta de Callosa quedó unida al colegio; y ese es probablemente el motivo de que siga en pie.

¿Recordáis lo que pasó con los de San Juan y la Corredera? Pues se propuso también derruir el arco de Santo Domingo.

Pero el colegio estaba declarado monumento artístico y, al estar anexo al edificio, lo consideraron parte integrante del mismo; por eso se salvó.

Sesión del 20 de agosto de 1931: A propuesta del Sr. Cubí se acuerda por unanimidad dar el nombre de Pérez Galdós a la calle del Obispo Rocamora, indicando el propio señor la conveniencia de derruir el arco de la calle del Colegio, acerca de lo cual no recae acuerdo por estimar la presidencia que antes hay que averiguar si se considera parte integrante del Colegio Santo Domingo, declarado recientemente monumento artístico, en cuyo caso debía recibir autorización de la superioridad.

La construcción del ansiado convento, lejos de impulsar su crecimiento como ocurrió en otros barrios de la ciudad, fue un factor de aislamiento para los vecinos de la calle de arriba; que hasta entonces, gozaban al menos de buena comunicación como camino de entrada y salida de la ciudad.

El Ravalete sobre un plano de 1927.

El tráfico se desvió a una nueva vía: La calle del Socorro o del Colegio, de la que hablaremos seguidamente.

Además de los nombres citados, a finales del siglo XIX comenzaron a llamar a la puerta «de la Olma», por un olmo muy corpulento y frondoso que se puede apreciar en la siguiente imagen.

Las dos caras de la Puerta de Callosa o de la Olma. Orihuela.

El diario de Orihuela. 1 de abril 1887: Nuestro querido amigo el conocido comerciante Sr. D. Abelardo Teruel tiene a su hijo mayor con una afección a la vista por efecto de un lamentable accidente.

Parece ser que al pasar en uno de los anteriores días dicho niño con su familia por la puerta de la Olma, le saltó al ojo izquierdo una chispa de hierro hecho ascua, del yunque de un herrero que vive junto a dicha puerta y que trabaja en la calle.

Puerta de Callosa o de la Olma. Con la herrería a la izquierda.

El independiente. 8 de agosto 1892: Por los guardias del fielato de consumos de la Olma se decomisó el sábado una corambre de aceite que venía en un capazo cubierto de ropa lavada.

No le valió su astucia a la que trataba de burlar la vigilancia de los guardias introduciendo el matute.

Fielato de la Olma, con y sin caseta de consumos. Ministerio de Cultura y Colección Sánchez Portas.

La calle del Colegio.

Fotografía Ajomalba.

La calle del Colegio es una de las más modernas (del arrabal de San Juan), no obstante lo cual, sostiene Montesinos que los moros la llamaron Brain; su primitivo nombre fue de Elche y en una escritura de venta de 17 de enero de 1746 se denominó de la Arboleda, lo que indica su origen.  

Fantasías de Montesinos aparte, los títulos que cita Gisbert en su «Historia de Orihuela», ofrecen algunas pistas sobre su origen; pero son nombres que no he podido comprobar.

Carrer del Colegi. Archivo Municipal de Orihuela. Siglo XVII.

La que hoy conocemos como calle de Adolfo Clavarana nació del sendero arbolado que se formó en los márgenes de la acequia de Almoradí, partiendo del Vallet.

Un camino natural que llamaban de Elche, donde los colonos se fueron asentando y que adquirió importancia al colocar dos puertas en sus extremos: La que llamaron Nueva a finales del siglo XV y la de Callosa en el XVI.

Fue calle del Socorro en el siglo XVI, titulación lógica por ser la que llevaba a la ermita y luego al convento de Nuestra Señora del Socorro.

AMO. Padrones 1636-1660.

En un padrón de la primera mitad del siglo XVII figura con nombre y apellidos: «Carrer del Colegi ad ses traveses desde el colegi a la Porta Nova». O sea: «Calle del Colegio y sus traviesas desde el Colegio a la Puerta Nueva». Resumido luego a Carrer del Colegi; o del Colegio a partir del XVIII.

AMO. Padrones siglos XVII y XVIII.

Su titulación actual se debe a Adolfo Clavarana Garriga, famoso abogado, periodista y escritor que nació en Orihuela el 9 de Septiembre de 1844.

El llamado «apóstol de la prensa católica» alcanzó gran fama a escala nacional.

Clavarana falleció en 1905. Nueve años después, en febrero de 1914, el concejal García Mercader pidió «reparar una injusticia cometida con un oriolano ilustre que tantos días de gloria había dado a su patria chica», cuyo nombre solicitó para la calle del Colegio. Las placas se colocaron dos meses después.

El caso de esta calle durante la II República es único. El concejal Sánchez Moya solicitó varias veces el nombre de Francisco Ferrer Guardia para la calle de Adolfo Clavarana; pero sus propuestas pasaban a la Comisión de Ornato sin resultado. Consiguió salirse con la suya y el cambio quedó acordado.

Pero la familia del señor Clavarana logró convencerle de que debía respetar el nombre de tan ilustre hijo de Orihuela; y el acuerdo quedó revocado en la siguiente sesión.

El nombre de Ferrer Guardia se lo pasaron a la calle de Santa Lucía y la de Clavarana no fue retitulada. 

No me extiendo más con el señor Clavarana. Podéis acceder a su biografía completa pinchando en la siguiente imagen.

Enlace a biografía pinchando sobre la imagen.

El nombre que mantuvo durante siglos y el que ha quedado fijado en la memoria de los oriolanos es Calle del Colegio, la que llevaba al Colegio de Predicadores y luego al Colegio de Santo Domingo.

El independiente mayo de 1892: El último tercio de la calle del Colegio, es verdaderamente desdichado. Hace un par de meses, se extendió en el piso, ignoramos por orden de quien, una capa de arena, que dejó la calle intransitable para las personas.

Como si fuese esto poco se esparcieron, acá y acullá sendos pedruscos que dificultaban el tránsito de los carruajes. Ahora se ha echado una calzada, no de grava que era lo lógico, sino de piedras del tamaño de melones chicos (dos meses después).

Como parte del Camino Real de Valencia a Murcia soportaba gran cantidad de tráfico rodado que obligaba a extremar su conservación.

Aconsejamos al que se quiera suicidar se dé unos paseitos por el final de la calle del Colegio. ¡Y cuidado que lo están arreglando hace un trimestre! Pero ¡que si quieres!

Aquello resulta el desarreglo más arreglado que darse puede. No parece si no que los peones camineros no tienen por ahí nada que hacer y que se entretienen allí jugando y echando a perder en un día lo compuesto en dos.

La calle, en su primer tramo, fue adoquinada en 1902 con un presupuesto de 5.390 pesetas.

El Labrador. 28 de abril 1902: Vaya un badén chiquirritito y cuco que nos han hecho en la calle del Colegio los señores de los adoquines. Qué suavidad de declives.

Los herreros están de enhorabuena, vehículo que pase por el microscópico badén se parte por el eje, de seguro, y que no sea más que eso.

El sábado por la noche celebraron los vecinos de la calle del Colegio, con música, la terminación del adoquinado en el primer trozo de dicha calle. Para cuando esté terminado por completo, oímos decir proyectan una gran fiesta.

Dos años después volvían las reclamaciones por los numerosos baches.

La Comarca. 23 de abril 1904: A consecuencia de las últimas lluvias, se encuentran algunas de nuestras calles en pésimo estado. Por ejemplo, la calle del Colegio.

En ella hay baches para dar y vender; y esto no es corriente ni les viene muy bien a los pobres carreteros; pues según nos manifiestan personas que nos inspiran gran confianza, quedaron dos carros atascados ayer y muy cerca de dar un vuelco y tener que lamentar alguna desgracia.

En 1921 se solicitó a la Dirección General de Obras Públicas, una concesión económica para terminar de adoquinar la calle del Colegio en su último tramo y reparar el existente.

Al igual que su vecina, la calle de Arriba, la del Colegio trató de consolidar una fiesta a finales del siglo XIX.

El independiente. 15 de abril 1893: Los vecinos de la calle del Colegio dedican a San José, un solemne triduo en la iglesia de Santo Domingo. El triduo comenzó ayer y terminará mañana.

Con tal motivo se preparan en la referida calle los siguientes festejos:

Esta noche de nueve a once un punto de música; por la tarde cucañas. Mañana domingo: de diez y media a doce de la mañana música, por la tarde vacas, y por la noche disparo de un bonito árbol de fuegos artificiales.

Mañana al anochecer, saldrá de la referida iglesia la imagen de San José que será conducida procesionalmente por las calles de la ciudad.

El Thader. 23 de septiembre 1895: Esta noche celebrarán los vecinos de la calle del Colegio una gran fiesta en la que habrá música, dulzaina, cohetes, cuerda, aeróstatos y demás diversiones propias de esta clase de esparcimientos. Reina mucha animación y esperamos ver muy concurrida esta calle tan olvidada por las noches.

La Independencia. 24 de septiembre 1895: Anoche hubo una solemne y divertida fiesta en la calle del Colegio. Acudió numerosísima concurrencia.

Hubo gran cabalgata. Dos vehículos, vistosamente engalanados con multitud de caprichosas flores, eran arrastrados por dos hermosos borricos. Varios vecinos de la calle del colegio que iban montados en los vehículos arrojaban a los balcones, preciosos y elegantes «bouquets» de alfalfa.

Para finalizar tan divertida fiesta, se dispararon dos bonitas cuerdas de fuegos artificiales. Todos cuantos asistieron anoche a la fiesta, ahorraron risa y diversión para lo que queda de mes, sino la despilfarran.

Damos nuestra enhorabuena al iniciador de la fiesta Antonino el Zapatero y demás vecinos que contribuyeron con su óbolo a que los curiosos, que fueron muchos, disfrutasen un buen rato. Qué se repita.

Calle del Colegio desde Ruiz Capdepón. Archivo Zerón Huguet.

La Bella Nereida. 1 de octubre 1904: En la calle del Colegio preparan los vecinos grandes fiestas para conmemorar espléndidamente el quincuagésimo aniversario de la declaración dogmática del misterio de la Inmaculada Virgen María, patrona de dicha calle.

Esta calle, tradicional donde las haya, conservaba hasta hace muy poco una hermosa estructura y varios edificios de interés. De ellos apenas queda un palacio; y una portada que fue trasladada al Museo San Juan de Dios.

Casa de Capdepón desde la calle del Colegio.

La increíble falta de protección de esta zona, no incluida en el casco histórico, ha convertido el trayecto a uno de nuestros más emblemáticos monumentos y al llamado «rincón hernandiano» en un indigno caos urbanístico lleno de casas vacías en amenazante ruina; solares abandonados y alguna vivienda de nueva planta.

Una dejadez imperdonable que ya no tiene remedio.

Antonio José Mazón Albarracín. (Ajomalba).